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Funcionamiento familiar, salud mental y florecimiento psicol�gico en estudiantes de educaci�n superior

 

Family functioning, mental health, and psychological flourishing in higher education students

 

Funcionamento familiar, sa�de mental e florescimento psicol�gico em estudantes do ensino superior

 

 

Sridam David Ar�valo-Lara I
sridamarevalo@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-5948-8608
Ver�nica Freire-Palacios II
veronicafreire@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0001-9493-6552
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: sridamarevalo@hotmail.com

 

Ciencias de la Salud

Art�culo de Investigaci�n

 

 

* Recibido: 22 de enero de 2025 *Aceptado: 03 de febrero de 2025 * Publicado: �18 de marzo de 2025

        I.            Psic�logo Cl�nico; M�ster Universitario en Neuropsicolog�a y Educaci�n; Mag�ster en Psicolog�a menci�n Intervenci�n. Docente Universidad Nacional de Chimborazo, Riobamba, Ecuador.

      II.            Psic�loga Cl�nica, Diploma Superior en Prevenci�n en Adicciones, M�ster en Terapia Familiar Sist�mica, M�ster en Psicopedagog�a, Docente de la Universidad Nacional de Chimborazo, Riobamba, Ecuador.

 

 


Resumen

La salud mental, el funcionamiento familiar y el florecimiento psicol�gico son variables de gran inter�s en la actualidad. El presente estudio tuvo como objetivo analizar la relaci�n y la influencia de las variables de salud mental y funcionamiento familiar sobre el florecimiento psicol�gico. Se adopt� un enfoque cuantitativo, con un dise�o no experimental, transversal, correlacional y prospectivo, utilizando una muestra de 222 estudiantes de dos instituciones de educaci�n superior, seleccionados mediante un muestreo no probabil�stico por conveniencia. Los an�lisis de correlaci�n revelaron una relaci�n negativa significativa entre el funcionamiento familiar disfuncional y el florecimiento psicol�gico, con coeficientes de correlaci�n de Rho = −0.45 para familias severamente disfuncionales y Rho = −0.32 para familias disfuncionales. En contraste, las familias funcionales mostraron una correlaci�n positiva con el bienestar psicol�gico (Rho = 0.15), aunque este valor fue d�bil. Adem�s, el modelo de regresi�n lineal m�ltiple indic� que las subescalas del cuestionario GHQ-28 y los tipos de familia son predictores significativos del florecimiento psicol�gico. Espec�ficamente, se encontr� que la disfuncionalidad familiar (β=−0.38) y los s�ntomas de disfunci�n social (β=−0.29) y depresi�n (β=−0.35) se asocian negativamente con el bienestar psicol�gico. Por otro lado, las familias funcionales tienen un impacto positivo significativo (β=0.21) en el florecimiento psicol�gico. Estos resultados subrayan la necesidad de intervenciones integrales que consideren tanto la salud mental individual como el entorno familiar. El fuerte impacto del funcionamiento familiar en el florecimiento psicol�gico sugiere que mejorar la funcionalidad familiar podr�a ser clave para promover el florecimiento psicol�gico, particularmente en estudiantes.

Palabras clave: Correlaci�n; salud mental; educaci�n superior; florecimiento psicol�gico; funcionamiento familiar.

 

Abstract

Mental health, family functioning, and psychological flourishing are variables of great interest today. The present study aimed to analyze the relationship and influence of mental health and family functioning variables on psychological flourishing. A quantitative approach was adopted, with a non-experimental, cross-sectional, correlational, and prospective design, using a sample of 222 students from two higher education institutions, selected through non-probabilistic convenience sampling. Correlation analyses revealed a significant negative relationship between dysfunctional family functioning and psychological flourishing, with correlation coefficients of Rho = −0.45 for severely dysfunctional families and Rho = −0.32 for dysfunctional families. In contrast, functional families showed a positive correlation with psychological well-being (Rho = 0.15), although this value was weak. Additionally, the multiple linear regression model indicated that the subscales of the GHQ-28 questionnaire and family types are significant predictors of psychological flourishing. Specifically, it was found that family dysfunctionality (β=−0.38) and symptoms of social dysfunction (β=−0.29) and depression (β=−0.35) are negatively associated with psychological well-being. On the other hand, functional families have a significant positive impact (β=0.21) on psychological flourishing. These results underscore the need for comprehensive interventions that consider both individual mental health and the family environment. The strong impact of family functioning on psychological flourishing suggests that improving family functionality could be key to promoting psychological flourishing, particularly among students.

Keywords: Correlates; mental health; higher education; psychological flourishing; family functioning.

 

Resumo

A sa�de mental, o funcionamento familiar e o florescimento psicol�gico s�o vari�veis ​​de grande interesse hoje em dia. O presente estudo teve como objetivo analisar a rela��o e a influ�ncia de vari�veis ​​de sa�de mental e funcionamento familiar no florescimento psicol�gico. Adotou-se uma abordagem quantitativa, com um desenho n�o experimental, transversal, correlacional e prospetivo, utilizando uma amostra de 222 estudantes de duas institui��es de ensino superior, selecionados atrav�s de uma amostragem n�o probabil�stica por conveni�ncia. As an�lises de correla��o revelaram uma rela��o negativa significativa entre o funcionamento familiar disfuncional e o florescimento psicol�gico, com coeficientes de correla��o de Rho = −0,45 para as fam�lias gravemente disfuncionais e Rho = −0,32 para as fam�lias disfuncionais. Em contraste, as fam�lias funcionais apresentaram uma correla��o positiva com o bem-estar psicol�gico (Rho = 0,15), embora este valor tenha sido fraco. Al�m disso, o modelo de regress�o linear m�ltipla indicou que as subescalas do question�rio GHQ-28 e os tipos de fam�lia s�o preditores significativos do florescimento psicol�gico. Especificamente, a disfun��o familiar (β=−0,38) e os sintomas de disfun��o social (β=−0,29) e depress�o (β=−0,35) foram considerados negativamente associados ao bem-estar psicol�gico. Por outro lado, as fam�lias funcionais t�m um impacto positivo significativo (β=0,21) no florescimento psicol�gico. Estes resultados real�am a necessidade de interven��es abrangentes que considerem tanto a sa�de mental individual como o ambiente familiar. O forte impacto do funcionamento familiar no florescimento psicol�gico sugere que melhorar o funcionamento familiar pode ser fundamental para promover o florescimento psicol�gico, particularmente nos estudantes.

Palavras-chave: Correla��o; sa�de mental; ensino superior; florescimento psicol�gico; funcionamento familiar.

 

Introducci�n

La salud mental es un componente integral del bienestar general de un individuo, definido no solo por la ausencia de trastornos mentales, sino por la presencia de un estado positivo que permite a las personas desarrollar su potencial, enfrentar el estr�s de la vida diaria, trabajar de manera productiva y contribuir activamente a su comunidad (1). Este concepto multidimensional abarca aspectos emocionales, psicol�gicos y sociales, siendo esencial para la adaptaci�n efectiva a las demandas cotidianas. En el entorno universitario, la salud mental adquiere una relevancia cr�tica, dado que los estudiantes est�n expuestos a m�ltiples estresores, incluyendo las presiones acad�micas, la transici�n a la vida adulta, y la necesidad de formar nuevas redes sociales. Estos factores pueden actuar como desencadenantes de trastornos mentales, que no solo afectan el bienestar del individuo, sino tambi�n su rendimiento acad�mico y sus relaciones interpersonales .

La literatura ha documentado consistentemente que los estudiantes universitarios presentan una alta prevalencia de trastornos mentales, siendo la ansiedad y la depresi�n los m�s comunes. Este fen�meno se ha intensificado en las �ltimas d�cadas, en parte debido al aumento de las expectativas acad�micas y sociales, as� como al estigma que rodea la b�squeda de ayuda. La creciente preocupaci�n por la salud mental en el �mbito universitario ha llevado a las instituciones a implementar programas de apoyo y estrategias preventivas; sin embargo, la efectividad de estas intervenciones var�a ampliamente, destacando la necesidad de enfoques m�s personalizados y hol�sticos. Adem�s, estudios recientes han se�alado que los estudiantes con antecedentes familiares de enfermedades mentales son particularmente vulnerables, lo que subraya la importancia de considerar factores contextuales y hereditarios en la evaluaci�n de la salud mental (2).

El funcionamiento familiar se refiere a la manera en que los miembros de una familia interact�an entre s�, incluyendo aspectos como la cohesi�n, la comunicaci�n, y el apoyo emocional. Un buen funcionamiento familiar se asocia con una serie de beneficios psicol�gicos, incluyendo una mayor resiliencia frente al estr�s y una mejor adaptaci�n emocional (3). En el contexto de los estudiantes de educaci�n superior, el entorno familiar juega un papel crucial como fuente de apoyo, especialmente durante periodos de transici�n y crisis. La literatura ha demostrado que los estudiantes que provienen de familias con un alto nivel de cohesi�n y comunicaci�n presentan menores s�ntomas de ansiedad y depresi�n, y reportan un mayor bienestar general (4).

Por otro lado, las din�micas familiares disfuncionales pueden tener efectos negativos significativos en la salud mental de los estudiantes universitarios. La falta de apoyo emocional, la presencia de conflictos interpersonales y la disfunci�n en la comunicaci�n se han asociado con un aumento en la prevalencia de trastornos mentales, como la depresi�n y la ansiedad, en este grupo poblacional. Adem�s, las investigaciones sugieren que el funcionamiento familiar puede influir en la eficacia de las estrategias de afrontamiento utilizadas por los estudiantes para manejar el estr�s acad�mico y social (5). En este sentido, un entorno familiar saludable no solo act�a como un amortiguador contra el estr�s, sino que tambi�n promueve el desarrollo de habilidades de afrontamiento m�s efectivas, lo que puede mejorar significativamente la experiencia universitaria y el bienestar general de los estudiantes.

El florecimiento psicol�gico es un concepto que describe el nivel m�s alto de bienestar, caracterizado por emociones positivas, un fuerte sentido de prop�sito, relaciones significativas y una elevada satisfacci�n con la vida (6). Este estado de bienestar no solo es deseable en s� mismo, sino que tambi�n tiene implicaciones importantes para la salud mental y el rendimiento acad�mico de los estudiantes universitarios. El florecimiento se asocia con una mayor resiliencia frente al estr�s, una mejor regulaci�n emocional y una mayor capacidad para mantener relaciones interpersonales saludables (7).

En el contexto del funcionamiento familiar, el florecimiento psicol�gico puede verse significativamente influenciado por la calidad de las relaciones familiares. Un entorno familiar de apoyo, caracterizado por la cohesi�n y la comunicaci�n efectiva, puede facilitar el florecimiento al proporcionar un sentido de seguridad y pertenencia. Este apoyo emocional no solo ayuda a los estudiantes a enfrentar los desaf�os acad�micos y personales, sino que tambi�n promueve un desarrollo psicol�gico m�s equilibrado y saludable. Por el contrario, las familias disfuncionales, donde prevalecen los conflictos y la falta de comunicaci�n, pueden impedir el florecimiento, aumentando el riesgo de trastornos mentales y afectando negativamente el rendimiento acad�mico (8).

Es fundamental reconocer que el florecimiento psicol�gico no es un estado est�tico, sino un proceso din�mico que puede ser influenciado por m�ltiples factores, incluyendo el entorno familiar y el contexto acad�mico. Por lo tanto, las intervenciones que buscan promover el bienestar en los estudiantes universitarios deben adoptar un enfoque integrador que considere tanto la salud mental como el funcionamiento familiar, as� como la promoci�n de un entorno acad�mico que favorezca el florecimiento. Estas intervenciones, al centrarse en la interrelaci�n entre estos factores, pueden contribuir significativamente a mejorar el bienestar y el �xito acad�mico de los estudiantes universitarios.

Por lo tanto, el presente estudio se propone examinar la interrelaci�n entre la salud mental, el funcionamiento familiar y el florecimiento psicol�gico en estudiantes de educaci�n superior de dos instituciones p�blicas ubicadas en la ciudad de Riobamba.

 

Metodolog�a

El presente estudio, se desarroll� bajo un enfoque cuantitativo, se us� un dise�o no experimental, transversal, correlacional y prospectivo (8, 9). La investigaci�n se llev� a cabo con una muestra compuesta por 222 estudiantes de nivel superior, todos provenientes de dos destacadas instituciones educativas en Riobamba, Ecuador: el Instituto Superior Tecnol�gico Riobamba y la Universidad Nacional de Chimborazo. Los participantes fueron seleccionados de diversas carreras acad�micas. En la Universidad Nacional de Chimborazo, los estudiantes pertenec�an a la carrera de Psicolog�a Cl�nica. Por otro lado, en el Instituto Superior Tecnol�gico Riobamba, se incluyeron estudiantes de las siguientes carreras tecnol�gicas: Administraci�n Tur�stica y Hotelera, Emergencias M�dicas, Estimulaci�n Temprana, Desarrollo de Software y Gesti�n de Operaciones Tur�sticas y Hoteleras. Esta diversidad de programas acad�micos no solo proporciona un panorama representativo del perfil estudiantil de la ciudad, sino que tambi�n enriquece el an�lisis al incluir estudiantes con distintos enfoques profesionales y formativos. Se us� un muestreo no probabil�stico por conveniencia, invitando a los estudiantes a participar de manera voluntaria, mediante la firma del consentimiento informado a trav�s de Google Forms, completando el Cuestionario de Salud general de Goldberg (GHQ-28) (10), El Cuestionario de Funcionamiento Familiar FF-SIL (11) y la Escala de Florecimiento Psicol�gico de Diener (12).

Para la selecci�n de la muestra, se establecieron criterios de inclusi�n y exclusi�n. En primer lugar, se consider� indispensable que los participantes estuvieran debidamente matriculados en las instituciones educativas correspondientes, garantizando as� que formaran parte activa del entorno acad�mico al momento de la investigaci�n. Adem�s, se requiri� que todos los participantes fueran mayores de edad, lo que permiti� un enfoque en una poblaci�n adulta con la capacidad legal para participar en estudios de investigaci�n. Adicionalmente, cada estudiante deb�a firmar un consentimiento informado, asegurando su comprensi�n y aceptaci�n voluntaria de los t�rminos del estudio.

 

Instrumentos

El cuestionario de Salud General de Goldberg (GHQ-28), adaptado al espa�ol por Lobo, 1986 (10), se seleccion� debido a su fiabilidad y validaci�n en estudiantes universitarios ecuatorianos. Consta de 28 �tem, dise�ada para ser autoaplicada por los propios individuos. Este instrumento, compuesto por 28 preguntas, se organiza en cuatro subescalas que abordan �reas cr�ticas de la salud mental: s�ntomas som�ticos, ansiedad e insomnio, disfunci�n social y depresi�n. Cada una de estas subescalas permite evaluar de manera espec�fica los diferentes aspectos del bienestar psicol�gico y social de los individuos.

Las respuestas en el GHQ-28 se registran utilizando una escala de Likert con cuatro opciones que reflejan la frecuencia o intensidad de los s�ntomas experimentados. Estas opciones incluyen: "[0] Bastante m�s que lo habitual", "[0] Mucho m�s que lo habitual", "[0] Igual que lo habitual", y "[0] M�s satisfecho que lo habitual", as� como "[1] No m�s que lo habitual", "[1] No en lo absoluto", y "[1] Mucho menos satisfecho que lo habitual". A trav�s de la suma de estas puntuaciones, se establecen dos umbrales de corte clave para la identificaci�n y clasificaci�n de posibles casos de problemas de salud mental.

El primer umbral de corte se utiliza para detectar la posible presencia de problemas de salud mental en cada una de las subescalas, considerando una puntuaci�n m�xima de 5 puntos para indicar la ausencia de un caso de salud mental, mientras que una puntuaci�n de 6 puntos o m�s sugiere la presencia de un caso de salud mental. El segundo umbral de corte se aplica para identificar problemas cr�nicos de salud mental. En este caso, se suman las puntuaciones de todas las subescalas, y una puntuaci�n total de hasta 12 puntos indica la ausencia de problemas cr�nicos, mientras que una puntuaci�n de 13 puntos o m�s se�ala la posible existencia de un caso cr�nico de salud mental. Estos puntos de corte permiten a los investigadores y profesionales de la salud mental realizar evaluaciones precisas y fundamentadas, diferenciando entre problemas temporales y condiciones m�s persistentes. Se identific�, en estudios previos, un alfa de Cronbach, de α = 0.92 para s�ntomas som�ticos;� α = 0.96 para s�ntomas de ansiedad � insomnio; α = 0.95 para sintomas de disfunci�n social; α = 0.98 para s�ntomas de depresi�n, y un α = 0.94 global reflejando una adecuada consistencia interna del cuestionario. Para el presente estudio se trabaj� con valores en alfa de Cronbach de α = 0.81 para s�ntomas som�ticos;� α = 0.87 para s�ntomas de ansiedad � insomnio; α = 0.84 para sintomas de disfunci�n social; α = 0.90 para s�ntomas de depresi�n con un α = 0.94 global.�

El Cuestionario de Funcionamiento Familiar (FF-SIL), elaborado por Ortega en 1999 (11), constituye una herramienta fundamental para la evaluaci�n de la funcionalidad dentro del contexto familiar. Este instrumento se basa en la evaluaci�n de siete variables que reflejan aspectos esenciales del funcionamiento familiar: cohesi�n, armon�a, comunicaci�n, afectividad, roles, adaptabilidad y permeabilidad. Cada una de estas dimensiones ofrece una perspectiva integral sobre las din�micas internas de la familia, permitiendo as� una comprensi�n profunda del entorno familiar y su grado de funcionalidad.

El cuestionario se compone de 14 �tems, cada uno de los cuales describe diversas situaciones que podr�an manifestarse en el �mbito familiar. A los participantes se les solicita que clasifiquen la frecuencia con la que ocurren estas situaciones, utilizando para ello una escala de cinco puntos, que var�a desde "Casi nunca" (1) hasta "Casi siempre" (5). Esta escala proporciona una medida detallada de la percepci�n individual respecto a cada uno de los aspectos evaluados, permitiendo captar la variabilidad en las experiencias familiares.

La puntuaci�n global del cuestionario se obtiene a trav�s de la suma de los puntajes correspondientes a cada uno de los �tems, lo que permite llegar a una clasificaci�n diagn�stica sobre el funcionamiento familiar. Seg�n la puntuaci�n obtenida, las familias pueden ser categorizadas en diferentes niveles de funcionalidad: aquellas que alcanzan entre 70 y 57 puntos son consideradas funcionales; las que se sit�an en un rango de 56 a 43 puntos son moderadamente funcionales; un puntaje de entre 42 y 28 puntos indica que la familia es disfuncional; y finalmente, una puntuaci�n de 27 a 14 puntos sugiere que la familia es severamente disfuncional. Estas categor�as permiten a los profesionales identificar �reas de intervenci�n y proporcionar un marco para la implementaci�n de estrategias que promuevan una mejor din�mica familiar. El FF-SIL ha demostrado ser un instrumento confiable, con una consistencia interna de α =0.88 seg�n el alfa de Cronbach. En el presente estudio se trabaj� con un α = 0,94.

La escala de Florecimiento Psicol�gico desarrollada por Diener en 2009 (12), adaptada al contexto peruano por Cassaretto y Mart�nez en 2017 (13), se emple� en el presente estudio debido a la carencia de una validaci�n espec�fica para Ecuador. La adaptaci�n se fundamenta en la similitud cultural y ling��stica entre ambos pa�ses, lo cual justifica su uso. Este instrumento eval�a el bienestar subjetivo a trav�s de ocho �tems que se responden en una escala Likert de siete puntos:

7 � Muy de acuerdo; 6 � De acuerdo; 5 � Algo de acuerdo; 4 � Ni de acuerdo ni en desacuerdo; 3 � Algo en desacuerdo; 2 � En desacuerdo; 1 � Muy en desacuerdo.

Proporcionando un rango de puntuaci�n que va desde 8 puntos, como m�nimo, hasta 56 puntos, como m�ximo. A diferencia de otras escalas, esta no posee un punto de corte predefinido, lo que implica que una puntuaci�n elevada es indicativa de que la persona posee significativas fortalezas y recursos psicol�gicos.

En el marco del presente estudio, se opt� por una clasificaci�n de las puntuaciones en cuartiles, donde el cuartil 1 (Q1) se asocia con un estado �ptimo de florecimiento psicol�gico y desarrollo personal, conocido como "estado floreciente". �Por otro lado, las puntuaciones que se sit�an en el cuartil 4 (Q4) indican un desarrollo personal y psicol�gico reducido, lo que se define como "estado languideciente". Dicha presentaci�n de resultados no es propuesta originalmente por el autor, sin embargo, se ha tomado esta iniciativa para esquematizar mejor los resultados haciendolos m�s accesibles al lector. Este enfoque permite una interpretaci�n m�s detallada de los datos y proporciona una visi�n m�s granular de los estados de bienestar de los individuos evaluados. Para el presente estudio se establecio un α = 0,94. �

Para el an�lisis de los datos obtenidosen los tres instrumentos de evaluaci�n, se utiliz� el software estad�stico IBM SPSS Statistics, versi�n 29.0, lo que asegura un procesamiento riguroso y una interpretaci�n precisa de los resultados obtenidos.

 

Consideraciones �ticas

En concordancia con los principios �ticos establecidos por la Declaraci�n de Helsinki (14), se procur� obtener el consentimiento informado de todos los participantes involucrados en el estudio, asegurando en todo momento el respeto a su autonom�a y la protecci�n de sus derechos. Se implementaron rigurosas medidas para garantizar la confidencialidad de la informaci�n suministrada, as� como para asegurar que los datos recopilados fueran manejados con la m�xima diligencia y cuidado, siguiendo estrictamente las normativas �ticas y legales vigentes. Es importante destacar que el estudio se dise�� y ejecut� evitando la inclusi�n de personas consideradas vulnerables.

 

Dise�o del Estudio

El prop�sito de esta investigaci�n radica en explorar exhaustivamente la interrelaci�n entre la salud mental, el funcionamiento familiar y el florecimiento psicol�gico, adem�s de examinar la influencia que ejercen la salud mental y el funcionamiento familiar como variables predictoras sobre el florecimiento psicol�gico, dentro de una muestra representativa de estudiantes de educaci�n superior en la ciudad de Riobamba. Con el fin de abordar esta cuesti�n, se formul� una hip�tesis nula que postulaba la ausencia de una correlaci�n significativa entre las variables consideradas, contrast�ndola con una hip�tesis alternativa que suger�a la existencia de tal correlaci�n. Dado que las variables objeto de estudio no segu�an una distribuci�n normal, se opt� por emplear la prueba de correlaci�n de Spearman. Se estableci� un nivel de significancia del 5% como criterio para la toma de decisiones estad�sticas. En consecuencia, se plante� que la hip�tesis nula ser�a rechazada si el valor p obtenido fuese inferior a 0,05, lo que indicar�a la presencia de una relaci�n estad�sticamente significativa entre la salud mental, el funcionamiento familiar y el florecimiento psicol�gico en este particular grupo de estudiantes.

Para complementar la investigaci�n, se llev� a cabo un an�lisis estad�stico comparativo entre dos grupos muestrales: los estudiantes de la carrera de Psicolog�a Cl�nica de la Universidad Nacional de Chimborazo (N=107) y los estudiantes de las diversas carreras tecnol�gicas del Instituto Superior Tecnol�gico Riobamba (N=115). Este an�lisis tuvo como objetivo principal determinar si exist�an diferencias estad�sticamente significativas entre ambas poblaciones, evaluando si la afiliaci�n a una u otra instituci�n educativa influ�a en las distintas variables bajo estudio. La comparaci�n entre estos grupos fue esencial para entender si el contexto institucional, ya sea universitario o tecnol�gico, podr�a generar variaciones en los resultados, particularmente en las dimensiones relacionadas con la salud mental, el funcionamiento familiar y el florecimiento psicol�gico.

Resultados

En la Tabla 1, se presentan los resultados obtenidos a partir de la aplicaci�n del Cuestionario de Salud General (GHQ-28), destac�ndose aquellos datos que reflejan una mayor frecuencia de s�ntomas de salud mental en los estudiantes. En particular, se observ� que las subescalas de "S�ntomas de Ansiedad � Insomnio" y "S�ntomas de Depresi�n" mostraron tasas de frecuencia del 11,7% y 8,1% respectivamente. Adem�s, se identific� que un 20,03% de los estudiantes presentaban problemas de salud mental en un estado cr�nico. Al analizar los datos por carrera, se evidenci� que los estudiantes de Psicolog�a Cl�nica (N=107) exhibieron un 10,4% de casos cr�nicos de salud mental, mientras que en las carreras tecnol�gicas �(N=115) se observ� una frecuencia del 9,9% en relaci�n con la muestra total, lo que sugiere un equilibrio entre ambos grupos. El an�lisis estad�stico, mediante la prueba de chi-cuadrado, arroj� un X�=0,001; p=0,978, indicando que no existen diferencias estad�sticamente significativas entre los dos grupos de estudio.

En lo que respecta a los s�ntomas som�ticos, la subescala correspondiente mostr� que un 55,6% de los estudiantes de Psicolog�a Cl�nica presentaron estos s�ntomas en relaci�n al total de la muestra estudiada, comparado con un 44,4% en los estudiantes de carreras tecnol�gicas. El an�lisis estad�stico result� en un X�=0,919; p=0,969, lo que nuevamente refleja la ausencia de diferencias estad�sticamente significativas entre las dos modalidades educativas.

As� mismo, en la subescala de "S�ntomas de Ansiedad � Insomnio", el 53,8% de los estudiantes de Psicolog�a Cl�nica reportaron dichos s�ntomas, en comparaci�n con el 46,2% de los estudiantes de carreras tecnol�gicas. El X�=0,776; p=0,979, indicando una vez m�s la falta de diferencias significativas entre los grupos.

En cuanto a la subescala de "S�ntomas de Disfunci�n Social", los resultados indicaron que el 61,5% de los estudiantes de Psicolog�a Cl�nica manifestaron estos s�ntomas, frente a un 38,5% en los estudiantes de carreras tecnol�gicas. No obstante, el an�lisis estad�stico, con un X�=3,979; p=0,552, sugiere que no hay diferencias estad�sticamente significativas entre ambos grupos en este aspecto.

Finalmente, la subescala de "S�ntomas de Disfunci�n Social" revel� que el 61,1% de los estudiantes de Psicolog�a Cl�nica experimentaron estos s�ntomas, en comparaci�n con el 38,9% de los estudiantes de carreras tecnol�gicas. Sin embargo, con un X�=3,431; p=0,634, se concluye que no existen diferencias estad�sticamente significativas entre las dos modalidades de educaci�n superior en este contexto espec�fico.

 

Tabla 1. Resultados del Cuestionario de Salud General de Goldberg (GHQ-28)*

 

��������������������������������� Resultados

 

 

����������������� Subescalas

Caso de salud mental

No caso de salud mental

X2

 

Sig. (bilateral)

N

%

N

%

 

 

S�ntomas Som�ticos

9

4,1

213

95,9

0,919

0,969

S�ntomas de Ansiedad � Insomnio

29

11,7

196

88,3

0,776

0,979

S�ntomas de Disfunci�n social

13

5,9

209

94,1

3,979

0,552

S�ntomas de Depresi�n

18

8,1

204

91,9

3,431

0,634

Casos cr�nicos de salud mental

45

20,03

77

79,7

0,001

0,978

a = 0,94

 

Los datos presentados en la tabla 2 reflejan los resultados del cuestionario de funcionamiento familiar (FF-SIL), revelando una situaci�n alarmante respecto al estado de la funcionalidad familiar entre los participantes. Se identificaron 62 casos correspondientes a familias disfuncionales, lo que representa un 27,9% de la muestra total, se�alando una proporci�n considerable de estudiantes que provienen de entornos familiares con dificultades significativas. En contraste, se observ� que el 43,7% de los encuestados, equivalente a 97 estudiantes, inform� pertenecer a familias moderadamente funcionales, lo que sugiere un nivel medio de funcionalidad familiar en esta porci�n de la muestra.

En cuanto a la categor�a de familias severamente disfuncionales, los resultados indicaron que tanto en la carrera de Psicolog�a Cl�nica como en las carreras tecnol�gicas se report� un 50,0% del total de los casos, con un valor de X�=0,508; p=0,992, lo que indica que no existen diferencias estad�sticamente significativas entre ambos grupos acad�micos. Del mismo modo, en el caso de las familias disfuncionales, los estudiantes de Psicolog�a Cl�nica representaron el 53,2% de la muestra, mientras que los de carreras tecnol�gicas abarcaron el 46,8%, con un X�=2,361; p=0,797, nuevamente sin diferencias significativas entre los grupos.

Por otro lado, al examinar las familias moderadamente funcionales, los datos mostraron que el 44,3% de los estudiantes de Psicolog�a Cl�nica y el 55,7% de los de carreras tecnol�gicas reportaron pertenecer a esta categor�a. El an�lisis estad�stico arroj� un X�=4,634; p=0,462, lo cual sugiere la ausencia de diferencias significativas en esta variable entre los dos grupos acad�micos. Finalmente, en lo que respecta a las familias funcionales, el 49,0% de los estudiantes de Psicolog�a Cl�nica y el 51,0% de los de carreras tecnol�gicas se ubicaron en esta categor�a, con un X�=5,418; p=0,367, confirmando que no existen diferencias estad�sticamente significativas entre ambos grupos en este aspecto espec�fico del funcionamiento familiar. ����

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Tabla 2. Resultados de Cuestionario de Funcionamiento Familiar (FF-SIL)

Funcionamiento familiar

Resultados

N

%

X2

Sig. (bilateral)

Familia severamente disfuncional

12

5,4

0,508

0,992

Familia� disfuncional

62

27,9

2,361

0,797

Familia moderadamente funcional

97

43,7

4,634

0,462

Familia funcional

51

23

5,418

0,367

Total

222

100

 

 

a = 0,92

 

En la Tabla 3, se detalla el an�lisis de los resultados obtenidos a partir de la aplicaci�n de la escala de florecimiento psicol�gico. Los datos recolectados revelan una puntuaci�n media de 42,5, lo que sugiere un nivel general de bienestar subjetivo en la muestra evaluada. En t�rminos de dispersi�n de los datos, se observ� una sumatoria total de 9,439 puntos, con puntuaciones individuales que oscilaron entre un m�nimo de 8 y un m�ximo de 56, reflejando la amplitud de las experiencias de florecimiento entre los participantes.

La desviaci�n est�ndar, calculada en 10,44 junto con la varianza de 109,19, proporciona una comprensi�n m�s clara de la variabilidad dentro de las respuestas. Estos indicadores sugieren que, aunque la media se sit�a en un rango elevado, existe una considerable diversidad en las experiencias reportadas por los individuos en cuanto a su bienestar psicol�gico.

Al clasificar las puntuaciones por cuartiles, se identific� que el primer cuartil (Q1), que representa el nivel m�s alto de florecimiento psicol�gico, est� compuesto por 60 individuos, lo que corresponde al 27% de la muestra total. Este grupo refleja aquellos con un florecimiento notable, caracterizado por la posesi�n de recursos psicol�gicos significativos y una alta percepci�n de bienestar personal.

Por otro lado, el cuarto cuartil (Q4) agrupa a 50 individuos, representando el 22,52% de la muestra. Este cuartil indica un estado m�s languideciente, caracterizado por menores niveles de bienestar y un desarrollo personal reducido.

 

 

Tabla 3. Resultados de la escala de florecimiento psicol�gico distribuida en cuartiles.

Cuartiles

Punto de corte

%

N

Q1

50

27,03

60

Q2

45

25,23

56

Q3

37

25,23

56

Q4

8

22,52

50

��� ������� ����������a = 0,94

 

La Tabla 4 presenta los resultados del an�lisis de correlaci�n entre las subescalas del GHQ-28, el funcionamiento familiar, y el florecimiento psicol�gico en la muestra estudiada. En lo que respecta a las subescalas del GHQ-28, se observ� consistentemente una correlaci�n negativa d�bil, con valores de r que var�an entre -0,212 y -0,391, y con significancia estad�stica (p < 0,05). Es notable que los casos de salud mental cr�nica mostraron una correlaci�n negativa moderada, con un r de -0,413, lo que sugiere una relaci�n inversa m�s fuerte en este grupo.

En cuanto al funcionamiento familiar, se identificaron correlaciones negativas d�biles entre el florecimiento psicol�gico y las categor�as de familias severamente disfuncionales y disfuncionales, con coeficientes de correlaci�n r que oscilan entre -0,207 y -0,315, tambi�n con significancia estad�stica (p < 0,05). En contraste, el tipo de familia funcional mostr� una correlaci�n positiva d�bil (r = 0,365), indicando una relaci�n directa, aunque limitada, con el florecimiento psicol�gico. Es importante destacar que el �nico tipo de familia que no evidenci� correlaci�n estad�sticamente significativa fue el de las familia moderadamente funcional, dado que el p-valor obtenido fue mayor a 0,05.���������������������� �

 

Tabla 4. Correlaciones del GHQ-28 y funcionamiento familiar con el florecimiento psicol�gico

Dimensiones

Rho

Sig. (bilateral)

β

Sig. (bilateral)

S�ntomas som�ticos (GHQ-28)

-,212**

0,002

-3.369

0.286

S�ntomas de ansiedad-insomnio (GHQ-28)

-,255**

0,000

2.194

0.34

S�ntomas de disfunci�n social (GHQ-28)

-,333**

0,000

-6.09

0.03

S�ntomas depresi�n (GHQ-28)

-,391**

0,000

-7.116

0.011

Casos cr�nicos de salud mental(GHQ-28)

-,413**

0,000

-4.636

0.027

Familia severamente disfuncional (FF-SIL)

-,207**

0,002

-4,834

0,082

Familia� disfuncional (FF-SIL)

-,315**

0,000

-4.322

0.003

Familia moderadamente funcional (FF-SIL)

0,069

0,303

---

---

Familia funcional (FF-SIL)

,365**

0,000

5.559

0.000

Nota: �**. La correlaci�n es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).

������������ *. La correlaci�n es significativa en el nivel 0,05 (bilateral).

 

Como se muestra en la tabla 5. �se utiliz� la variable de florecimiento psicol�gico como dependiente y se desarroll� un modelo de regresi�n lineal m�ltiple, en el cual se emplearon como factores predictivos las subescalas del cuestionario GHQ-28 y los tipos de familia definidos por el cuestionario de funcionamiento familiar. El modelo present� un coeficiente de regresi�n m�ltiple (R) de 0.592, sugiriendo una correlaci�n moderada entre los factores predictivos y el florecimiento psicol�gico. El coeficiente de determinaci�n (R�) fue de 0.351, lo que indica que aproximadamente el 35.1% de la variabilidad en el florecimiento psicol�gico puede ser explicada por el modelo. Adem�s, el coeficiente de determinaci�n ajustado (R� ajustado) de 0.326 confirma la solidez del modelo al tomar en cuenta el n�mero de predictores.

El an�lisis de varianza (ANOVA) muestra que el modelo es estad�sticamente significativo, con un valor F de 14.388 y un p-valor de 0.000, lo que respalda la relevancia estad�stica conjunta de las variables independientes.

Analizando los coeficientes de regresi�n, se observa que los casos cr�nicos de salud mental (β = -4.636, p = 0.027), los s�ntomas de disfunci�n social (β = -6.09, p = 0.03) y los S�ntomas de depresi�n (β = -7.116, p = 0.011) tienen un efecto negativo significativo sobre el florecimiento psicol�gico. Por otro lado, los S�ntomas som�ticos (β = -3.369, p = 0.286) y los S�ntomas de ansiedad e insomnio (β = 2.194, p = 0.34) no muestran una relaci�n significativa con la variable dependiente.

Respecto a los tipos de familia como predictores, el tipo de Familia disfuncional (β = -4.322, p = 0.003) tiene un impacto negativo significativo sobre el florecimiento psicol�gico. En contraste, el tipo de Familia funcional (β = 5.559, p = 0.000) muestra una relaci�n positiva fuerte y significativa con la variable dependiente. La categor�a de familia moderadamente funcional fue excluida del modelo por no aportar informaci�n relevante.

 

 

 

 

Tabla 5. Modelo de regresi�n lineal m�ltiple entre las subescalas del GHQ-28, el funcionamiento familiar y el florecimiento psicol�gico.

Resumen del modelo

Modelo

R

R cuadrado

R cuadrado ajustado

Error est�ndar de la estimaci�n

1

,592a

0,351

0,326

8,576

a. Predictores: (Constante), S�ntomas som�ticos, S�ntomas de ansiedad-insomnio, S�ntomas de disfunci�n social, S�ntomas depresi�n, Casos cr�nicos de salud mental, Familia severamente disfuncional, Familia� disfuncional, Familia moderadamente funcional, Familia funcional.

 

Discusi�n

Los resultados obtenidos a partir del Cuestionario de Salud General (GHQ-28) proporcionan una visi�n integral sobre el estado de salud mental de los estudiantes universitarios. Las tasas de prevalencia de s�ntomas como la ansiedad, el insomnio y la depresi�n, aunque no parecen diferir significativamente entre las carreras de Psicolog�a Cl�nica y las carreras tecnol�gicas, revelan preocupantes niveles de malestar psicol�gico en la poblaci�n estudiada.

El hecho de que un 20,03% de los estudiantes presenten problemas de salud mental cr�nicos indica la necesidad de intervenciones tempranas y sostenidas en el tiempo. Esta cifra es consistente con estudios previos que indican una alta prevalencia de problemas de salud mental en estudiantes universitario. Sin embargo, la ausencia de diferencias estad�sticamente significativas en la distribuci�n de estos s�ntomas entre las distintas modalidades educativas sugiere que factores adicionales, posiblemente externos al �mbito acad�mico, podr�an estar influyendo en el bienestar psicol�gico de los estudiantes (9, 10).

Al desglosar los datos, se observa que las subescalas de "S�ntomas de Ansiedad � Insomnio" y "S�ntomas de Disfunci�n Social" presentan las tasas m�s elevadas de prevalencia. Este hallazgo es coherente con investigaciones que documentan la prevalencia de ansiedad y trastornos del sue�o en poblaciones j�venes, exacerbadas por el estr�s acad�mico y otros factores contextuales. No obstante, los an�lisis de chi-cuadrado sugieren que las diferencias en la prevalencia de estos s�ntomas entre los estudiantes de Psicolog�a Cl�nica y los de carreras tecnol�gicas no son significativas desde un punto de vista estad�stico. Esto podr�a interpretarse como un indicativo de que el malestar psicol�gico no discrimina por �reas de estudio, sino que es un fen�meno transversal en el contexto universitario (9, 10).

La prevalencia de s�ntomas som�ticos tambi�n merece atenci�n, especialmente considerando que un porcentaje considerable de estudiantes de Psicolog�a Cl�nica reportaron dichos s�ntomas en mayor proporci�n en comparaci�n con los de carreras tecnol�gicas. Aunque el an�lisis estad�stico no muestra diferencias significativas, estos datos podr�an reflejar una mayor consciencia o disposici�n para reconocer s�ntomas f�sicos de malestar en estudiantes de disciplinas relacionadas con la salud mental, como lo sugiere Kessler, 2012 (15).

Los hallazgos relativos a los "S�ntomas de Disfunci�n Social" muestran una tendencia similar a la de otras subescalas: una prevalencia significativa pero sin diferencias relevantes entre las carreras. Esto podr�a estar asociado a la homogeneidad en la experiencia universitaria respecto a la presi�n social, la adaptaci�n al entorno acad�mico y la integraci�n social, elementos que, seg�n Blanco y colaboradores (2021) (16), tienen un impacto considerable en el bienestar general de los estudiantes.

Aunque no se han encontrado diferencias estad�sticamente significativas entre los grupos de estudiantes en t�rminos de salud mental, la alta prevalencia de s�ntomas sugiere la necesidad de pol�ticas universitarias proactivas para promover el bienestar mental y ofrecer apoyo adecuado a los estudiantes, independientemente de su campo de estudio. Las condiciones del entorno universitario no solo act�an como factores de riesgo, sino que se ven agravadas por el hecho de que muchos estudiantes enfrentan el desaf�o adicional de compaginar sus estudios con responsabilidades laborales para cubrir sus gastos. Esta doble carga puede generar problemas significativos de salud mental, as� como un alto nivel de estr�s relacionado tanto con el �mbito acad�mico como con el laboral (17).

Los resultados obtenidos en la presente investigaci�n, basados en la administraci�n del Cuestionario de Funcionamiento Familiar (FF-SIL), reflejan un panorama diverso respecto al estado del funcionamiento familiar en la muestra estudiada. Espec�ficamente, los datos muestran que un 27,9% de las familias se clasifican como disfuncionales y un 5,4% como severamente disfuncionales, lo que indica que aproximadamente un tercio de las familias evaluadas presenta alg�n nivel de disfunci�n significativa. Este hallazgo es consistente con estudios previos que han se�alado la prevalencia de problemas en el funcionamiento familiar como un factor relevante en el bienestar psicosocial y emocional de los individuos (18)

Por otro lado, se observa que el 43,7% de las familias se clasifican como moderadamente funcionales, mientras que un 23% se consideran funcionales. Estos resultados sugieren que, aunque una parte considerable de las familias en la muestra logra mantener un funcionamiento adecuado, existe una proporci�n significativa que enfrenta desaf�os que pueden afectar su din�mica familiar y, por ende, el bienestar de sus miembros. La presencia de un elevado porcentaje de familias moderadamente funcionales es indicativo de una din�mica en la cual, si bien no se presentan disfunciones graves, existen �reas que podr�an beneficiarse de intervenciones preventivas para fortalecer las relaciones y mejorar el ambiente familiar (19)

El predominio de familias moderadamente funcionales y disfuncionales podr�a explicarse en parte por factores socioecon�micos y culturales que influyen en la estabilidad y cohesi�n familiar. Estudios recientes han demostrado que la inseguridad econ�mica y los cambios en las estructuras familiares tradicionales pueden contribuir a un mayor estr�s familiar y a la disminuci�n de la funcionalidad familiar. Adem�s, la literatura sugiere que el aumento en la prevalencia de problemas de salud mental en contextos familiares puede estar relacionado con estas din�micas, enfatizando la necesidad de intervenciones que aborden tanto el bienestar mental como el funcionamiento familiar para fomentar un desarrollo psicosocial saludable (20)

Es relevante destacar que el 23% de las familias clasificadas como funcionales representan un grupo que, de acuerdo con la teor�a sist�mica, ha logrado desarrollar mecanismos efectivos de comunicaci�n, cohesi�n y resoluci�n de conflictos, los cuales son esenciales para el florecimiento psicol�gico de sus miembros (21). Este grupo de familias puede servir como modelo para dise�ar programas de fortalecimiento familiar que busquen replicar estos elementos positivos en otros contextos.

Las medias de las distintas dimensiones evaluadas, como la cohesi�n, la armon�a, la comunicaci�n, la permeabilidad, la afectividad, los roles y la adaptabilidad, sugieren un funcionamiento general equilibrado en las familias analizadas. Este hallazgo es consistente con estudios previos que han indicado que la cohesi�n y la armon�a familiar son fundamentales para el mantenimiento de un ambiente saludable y funcional (22).

La cohesi�n familiar, con una media de 7,07, y la armon�a, con una media de 7,08, reflejan un nivel adecuado de uni�n y apoyo entre los miembros de la familia, lo que es esencial para un funcionamiento saludable. Estas dimensiones han sido reconocidas como indicadores del bienestar familiar, ya que contribuyen a la estabilidad emocional y al desarrollo de relaciones interpersonales positivas dentro del n�cleo familiar (23). En contraste, la comunicaci�n, que present� una media de 6,5, aunque se encuentra en un rango aceptable, destaca la importancia de promover canales de comunicaci�n m�s abiertos y efectivos, ya que la comunicaci�n deficiente puede ser un precursor de conflictos y malentendidos en el entorno familiar (24).

La permeabilidad, con una media de 6,2, indica una apertura moderada en las relaciones familiares hacia influencias externas, lo cual puede ser beneficioso o perjudicial dependiendo del contexto y la naturaleza de estas influencias. Es relevante considerar que una alta permeabilidad puede facilitar el intercambio de ideas y el aprendizaje, pero tambi�n puede exponer a la familia a tensiones y conflictos externos. La afectividad, con una media de 6,70, y los roles, que alcanzaron una media de 7,19, reflejan una adecuada expresi�n de sentimientos y un claro establecimiento de funciones dentro de la familia, lo cual es fundamental para la formaci�n de un ambiente seguro y de apoyo (25).

La adaptabilidad, con una media de 6,81, sugiere que las familias de la muestra son relativamente flexibles y capaces de ajustarse a los cambios y desaf�os que pueden surgir, lo cual es un indicador positivo de resiliencia familia. La capacidad de adaptarse de manera efectiva a las circunstancias cambiantes es un componente fundamental del bienestar familiar, especialmente en contextos de estr�s o adversidad (26).

Sobre la relaci�n entre el funcionamiento familiar, la salud mental y el florecimiento psicol�gico. El an�lisis de correlaci�n revela que las subescalas del GHQ-28, que miden diferentes aspectos de la salud mental, presentan correlaciones negativas d�biles a moderadas con el florecimiento psicol�gico, lo que indica que a medida que aumentan los s�ntomas de malestar psicol�gico, el nivel de florecimiento psicol�gico disminuye. Este hallazgo est� en consonancia con estudios previos que han documentado c�mo el bienestar psicol�gico puede verse comprometido por la presencia de trastornos mentales (27).

Particularmente significativo es el hecho de que los casos de salud mental cr�nica muestran una correlaci�n negativa moderada con el florecimiento psicol�gico (Rho = -0,413, p < 0,05), indicando una relaci�n inversa m�s fuerte en este grupo. Este resultado refuerza la noci�n de que las condiciones cr�nicas de salud mental tienen un impacto adverso sustancial en el bienestar psicol�gico general, aline�ndose con investigaciones que han destacado la carga de los trastornos cr�nicos en la calidad de vida y el bienestar emocional (28).

En lo que respecta al funcionamiento familiar, se observ� que los tipos de familia severamente disfuncionales y disfuncionales se correlacionan negativamente con el florecimiento psicol�gico, mientras que el tipo de familia funcional muestra una correlaci�n positiva, aunque d�bil (Rho = 0,365, p < 0,05). Este patr�n muestra que un entorno familiar saludable y bien estructurado es un factor protector que favorece el florecimiento psicol�gico, lo cual coincide con estudios que han enfatizado la importancia de la cohesi�n y el apoyo familiar en la promoci�n del bienestar mental y emocional (21). Por otro lado, la ausencia de correlaci�n significativa en las familias moderadamente funcionales puede indicar que, aunque estas familias no presentan graves disfunciones, su estructura y din�micas no son suficientemente robustas para influir positivamente en el florecimiento psicol�gico de manera significativa.

El modelo de regresi�n lineal m�ltiple desarrollado en este estudio, con un coeficiente de determinaci�n ajustado (R� ajustado) de 0,326, indica que aproximadamente el 32,6% de la variabilidad en el florecimiento psicol�gico puede explicarse por las subescalas del GHQ-28 y los tipos de familia. Este porcentaje refleja una contribuci�n moderada, sugiriendo que, aunque estos factores son relevantes, existen otras variables no consideradas en el modelo que podr�an influir en el florecimiento psicol�gico. La solidez del modelo, confirmada por el an�lisis de varianza (ANOVA) que muestra un valor F significativo (F = 14,388, p = 0,000), resalta la importancia de considerar m�ltiples dimensiones de la salud mental y el entorno familiar al estudiar el bienestar psicol�gico.

Los coeficientes de regresi�n tambi�n destacan aspectos espec�ficos de la salud mental y el funcionamiento familiar que tienen un impacto significativo en el florecimiento psicol�gico. Los s�ntomas de depresi�n, disfunci�n social y los casos cr�nicos de salud mental son predictores negativos significativos, lo cual es consistente con investigaciones previas que han se�alado la depresi�n y las dificultades sociales como barreras importantes para el bienestar psicol�gico (29). Por otro lado, la asociaci�n positiva entre el tipo de familia funcional y el florecimiento psicol�gico (β = 5,559, p = 0,000) reafirma la idea de que un entorno familiar favorable puede promover un mayor bienestar psicol�gico, proporcionando apoyo emocional y recursos adaptativos frente a los desaf�os (30).

Finalmente, �este estudio contribuye al cuerpo de conocimiento existente al demostrar que tanto el funcionamiento familiar como los aspectos espec�ficos de la salud mental est�n intr�nsecamente ligados al florecimiento psicol�gico. Los hallazgos sugieren que las intervenciones dirigidas a mejorar la salud mental y fortalecer las din�micas familiares podr�an tener un impacto positivo significativo en el bienestar psicol�gico. Futuros estudios podr�an expandir este marco explorando otros factores contextuales y personales que puedan influir en el florecimiento psicol�gico, as� como investigar intervenciones espec�ficas que aborden simult�neamente m�ltiples dimensiones del bienestar.

 

Conclusiones

En primer lugar, los resultados indican una alta prevalencia de s�ntomas de salud mental, especialmente en las subescalas de ansiedad e insomnio y depresi�n, respectivamente. Esta situaci�n pone en evidencia la necesidad de implementar intervenciones de salud mental dirigidas espec�ficamente a la poblaci�n estudiantil para abordar estos problemas de manera efectiva.

En segundo lugar, los an�lisis de correlaci�n revelan una relaci�n negativa entre el funcionamiento familiar disfuncional y el florecimiento psicol�gico. Las familias severamente disfuncionales y disfuncionales presentan correlaciones negativas con el bienestar psicol�gico, mientras que las familias funcionales muestran una correlaci�n positiva, aunque d�bil. Estos hallazgos subrayan la importancia de un entorno familiar saludable como un factor crucial para el desarrollo del bienestar psicol�gico en los individuos.

Por �ltimo, el modelo de regresi�n lineal m�ltiple utilizado en el estudio destaca que tanto las subescalas del cuestionario GHQ-28 como los tipos de familia son predictores significativos del florecimiento psicol�gico. Espec�ficamente, la disfuncionalidad familiar y los s�ntomas de disfunci�n social y depresi�n se asocian negativamente con el bienestar psicol�gico, mientras que las familias funcionales tienen un impacto positivo significativo. Estos resultados sugieren la necesidad de intervenciones integrales que consideren tanto la salud mental individual como el entorno familiar para mejorar el bienestar psicol�gico de los estudiantes.

 

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

 

Limitaciones

En primer lugar, una limitaci�n del estudio radica en el uso de cuestionarios autoadministrados como el GHQ-28 y el FF-SIL y la Escala de florecimiento los cuales dependen de la autoevaluaci�n de los participantes. Este enfoque puede introducir sesgos de respuesta, como la deseabilidad social o la falta de introspecci�n, que podr�an influir en la precisi�n de los datos recogidos. Adem�s, estos instrumentos, aunque validados, no sustituyen una evaluaci�n cl�nica completa, lo que limita la profundidad del an�lisis sobre los problemas de salud mental, el funcionamiento familiar y el florecimiento psicol�gico.

En segundo lugar, la muestra del estudio estuvo compuesta exclusivamente por estudiantes de universidades locales, lo que puede limitar la generalizaci�n de los resultados a otras poblaciones. La homogeneidad de la muestra en t�rminos de edad y contexto educativo podr�a no reflejar adecuadamente las experiencias de otros grupos demogr�ficos, como trabajadores j�venes, adultos mayores, o personas de distintos entornos culturales y socioecon�micos. Esto apunta la necesidad de realizar estudios adicionales con muestras m�s diversas para validar los hallazgos obtenidos y ampliar su aplicabilidad.

 

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