1Asociatividad un paradigma que fortalece el desarrollo sostenible de la sociedad

 

Associativity a paradigm that strengthens the sustainable development of society

 

Associatividade um paradigma que fortalece o desenvolvimento sustent�vel da sociedade

 

Graciela Mar�a Quiroz-Alb�n I gquiroz_14@hotmail.com https://orcid.org/0000-0002-4289-2364

 

Mabel Font-Aranda II Mabel.font@uleam.edu.ec https://orcid.org/0000-0002-8207-7321

 

Aracely S�nchez-Briones III yenniz.sanchez@utm.edu.ec https://orcid.org/0000-0003-3226-1224

 

Correspondencia: gquiroz_14@hotmail.com

Ciencias t�cnicas y aplicadas Art�culos de investigaci�n

*Recibido: 16 de junio de 2021 *Aceptado: 31 de julio de 2021 * Publicado: 12 de agosto de 2021

 

 

I.             Estudiante de la Maestr�a Desarrollo Local del Instituto de Posgrados de la Universidad T�cnica de Manab�, Becaria de la Secretar�a de Educaci�n Superior, Ciencia, Tecnolog�a e Innovaci�n, Programa de Becas Nacionales de Posgrados 2019, Ecuador.

II.             Doctora en Ciencias Geogr�ficas, M�ster en Gesti�n Tur�stica Menci�n Comercializaci�n, M�ster en Geograf�a Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial Menci�n An�lisis Ambiental y Ordenamiento Geoecologico, Profesora Titular Principal Universidad Laica Eloy Alfaro de Manab�, Manta, Ecuador.

III.              Doctora en Ciencias Econ�micas, Mag�ster en Administraci�n de Empresas, Profesora Titular del Instituto de Posgrado, Universidad T�cnica de Manab�, Profesora de la Carrera de Administraci�n de Empresas de la FCAE, Manab�, Ecuador.

 

 

 


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Resumen

En la actualidad resulta evidente la existencia de una estrecha interrelaci�n entre la asociatividad y el desarrollo sostenible con el prop�sito de conformar las condiciones necesarias que permitan impulsar crecimiento econ�mico y desarrollo social. Enmarcado en dicho contexto, se plantea en este trabajo, sustentar te�ricamente la asociatividad y el desarrollo local sostenible. Para alcanzar tal prop�sito, se pretende realizar un an�lisis descriptivo documental que permite caracterizar algunos elementos de la asociatividad y el desarrollo sostenible. Se concluye que, construyendo lazos de confianza, fomentando procesos de cooperaci�n interempresarial y de los sectores empresariales con otras organizaciones p�blicas, privadas y la comunidad; impulsados procesos evolutivos de especializaci�n y de innovaci�n a partir de compartir conocimientos y el reforzamiento de competencias; identificando escenarios e impactando socialmente, se puede mejorar el desempe�o de las organizaciones y del territorio en su conjunto.

Palabras claves: Asociatividad; desarrollo sostenible; paradigma social; comunidad; crecimiento colectivo.

 

Abstract

At present, the existence of a close interrelation between associativity and sustainable development is evident with the purpose of shaping the necessary conditions that allow promoting economic growth and social development. Framed in this context, it is proposed in this work, theoretically support associativity and sustainable local development. To achieve this purpose, it is intended to carry out a descriptive documentary analysis that allows characterizing some elements of associativity and sustainable development. It is concluded that, building bonds of trust, fostering inter-company cooperation processes and the business sectors with other public and private organizations and the community; fostered evolutionary processes of specialization and innovation based on knowledge sharing and the strengthening of competences; By identifying scenarios and making a social impact, the performance of organizations and the territory as a whole can be improved.

Keywords: Associativity; sustainable development; social paradigm; community; collective growth.


Resumo

Presentemente, evidencia-se a exist�ncia de uma estreita inter-rela��o entre associatividade e desenvolvimento sustent�vel com o prop�sito de conformar as condi��es necess�rias que permitam promover o crescimento econ�mico e o desenvolvimento social. Enquadrado neste contexto, prop�e-se neste trabalho, apoiar teoricamente a associatividade e o desenvolvimento local sustent�vel. Para tal, pretende-se realizar uma an�lise documental descritiva que permita caracterizar alguns elementos da associatividade e do desenvolvimento sustent�vel. Conclui-se que, construindo la�os de confian�a, fomentando processos de coopera��o entre as empresas e os setores empresariais com outras organiza��es p�blicas e privadas e com a comunidade; fomentou processos evolutivos de especializa��o e inova��o baseados na partilha de conhecimentos e no refor�o de compet�ncias; Identificando cen�rios e gerando impacto social, � poss�vel melhorar o desempenho das organiza��es e do territ�rio como um todo.

Palavras-chave: Associatividade; desenvolvimento sustent�vel; paradigma social; comunidade; crescimento coletivo.

 

Introducci�n

La globalizaci�n de los mercados, ha promovido nuevos paradigmas para las organizaciones como la calidad total, la reingenier�a y la mejora continua en el interior de las empresas tendientes a disminuir costos, aumento de la productividad, las alianzas estrat�gicas, las redes, la asociatividad, los cl�steres y la colaboraci�n de las cadenas productivas como formas de elevar la competitividad.

La asociatividad es una herramienta de desarrollo sostenible y sostenido y se lo define de acuerdo con Rosales como �un mecanismo de cooperaci�n entre empresas peque�as y medianas en donde cada empresa participante mantiene su independencia jur�dica y autonom�a gerencial, decide voluntariamente participar en un esfuerzo conjunto con los otros participantes para la b�squeda de un objetivo com�n� (Rosales, 1997, p�g. 97)

Aguirre & Pinto (2006) consideran que la asociatividad puede ser incorporada como una potencialidad, un recurso de acci�n organizativo que se plasma en las actividades y objetivos comunes de un colectivo, con mayor o menor grado de formalizaci�n (estructura, roles, etc.) y en los cuales existe una voluntad manifiesta de asociarse para realizar una actividad, que la mera


 

individualidad no podr�a desarrollar. Es decir, se busca la uni�n y el trabajo cooperativo entre los individuos para ejecutar proyectos m�s eficientes disminuyendo los riesgos individuales, cuyo objetivo inmediato es satisfacer las necesidades espec�ficas de un determinado escenario, en este sentido el �rea social.

Ante lo expuesto se entiende entonces, que esta terminolog�a la cual lleva por nombre asociatividad se establece como uno de los m�s importantes recursos para el crecimiento a nivel social, sobre todo porque vela por la inclusi�n y sustentabilidad para generar cambios relevantes en las comunidades, en este caso en las rurales.

Ram�rez, Acosta, Romero, & Icaza (2016) refieren que Am�rica Latina por ser la regi�n que tiene una gran masa de pobres e indigentes, (35% y 60%, alrededor de 180 millones) y el m�s alto �ndice de concentraci�n de riqueza en el mundo y producto de una participaci�n popular y de la elecci�n de gobiernos progresistas, plantea otra econom�a como posible, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Venezuela y Ecuador, pa�ses en los cuales a trav�s de las pol�ticas p�blicas se trata de consolidar esquemas que hagan posible nuevas realidades que incluyan a la poblaci�n en un modelo econ�mico diferente que requiere incluso cambios culturales, como son el entendimiento de los conceptos de asociatividad y cooperaci�n en un territorio donde la corrupci�n ha sido una constante en la disminuci�n de las posibilidades de desarrollo. En torno a lo mencionado, por ello, surge la necesidad, de crear estrategias nuevas para que la colectividad goce equitativamente de una amplia gama de beneficios.

A trav�s de la asociatividad como tal se puede generar una transformaci�n positiva enfocada en nuevas condiciones de vida, de hecho, es un proceso bastante complejo que engloba una notable gama de oportunidades de ah� se mantiene la ideolog�a de articular fuerzas para lograr el �xito conjunto.

Acorde a esto, prevalece que el motivo de la asociatividad social es incorporarse como un alto potencial para la acci�n, de tal manera se evidencien las actividades y metas comunes dentro de una determinada poblaci�n

Ya se sobreentiende que el modelo asociativo est� orientado hacia el desarrollo sostenible de un pa�s en todos los entornos donde el sujeto se desenvuelve, sin embargo tambi�n requiere examinar el nivel de fortalecimiento que logra una organizaci�n para perdurar de forma aut�noma, pues, es un aspecto que merece una especial atenci�n. A decir (Zambrano, 2019) para que la asociatividad puede representar una oportunidad para mejorar la calidad de vida y crear


los incentivos que atraigan las inversiones, tenemos que promover una planificaci�n para el desarrollo rural.

Otro punto de vista a considerar, es la aportaci�n que Borja, Alarc�n, & Quizhpe (2017) refieren que en el Ecuador la asociatividad constituye un pilar fundamental en las organizaciones sociales, por cuanto involucran principios de cooperaci�n y compromiso, objetivos comunes, integraci�n para ganar competitividad, transparencia administrativa, teniendo presente los distintos factores de rentabilidad, competitividad y productividad en cada una de las actividades desarrolladas mancomunadamente. En este contexto, la asociatividad como tal para el desarrollo sostenible, es un mecanismo de prosperidad para la humanidad que hoy en d�a brinda permanentemente bienes y servicios para el bienestar de las personas.

Ante lo expuesto, desde que el ser humano se constituy� en una sociedad como tal, tanto hombres y mujeres buscaron constantemente estrategias y mecanismos para convivir, sobrevivir y mantenerse como pueblos y luego como naciones. Para V�squez (2014) es necesario el desarrollo de una nueva idea y cultura del trabajo que incluya a las pr�cticas asociativas y auto gestionadas como posibilidad y que se apoye en los conocimientos y saberes adecuados para llevarlas adelante con eficacia.

El presente art�culo pretender realizar un an�lisis descriptivo documental que permite caracterizar algunos elementos de la asociatividad y el desarrollo sostenible Es preciso indicar que la asociatividad constituye no solo uno de los principales recursos, si no el m�s importante de las organizaciones sociales, es decir, una capacidad que se genera en los territorios y configura redes de colaboraci�n que propician la actuaci�n colectiva y el uso de los recursos de un territorio, favoreciendo la creaci�n de capital social y el desarrollo local. (Silva, 2018).

De esta manera, el paradigma asociativo aparece como un direccionamiento pr�ctico y activo, transformando el pensamiento de la poblaci�n hacia el alcance del desarrollo y crecimiento social de forma sin�rgica, sin olvidar que todo inicia desde la elaboraci�n de estrategias colectivas y de car�cter voluntario participativo.

 

Metodolog�a

Esta investigaci�n utiliza el m�todo documental o bibliogr�fico de tal forma viabiliza adquirir informaci�n y varios documentos relacionados al objeto de estudio, con la intensi�n de analizar e


 

interpretar la tem�tica planteada, determina entonces la capacidad de juicio y aquellas competencias de compresi�n lectora del investigador, consecutivamente.

Para ello, se hace uso de herramientas para la b�squeda y filtrado de informaci�n, mediante Google Acad�mico, Researchgate y Mendeley, estas permitieron localizar diversos documentos acad�micos, como: tesis de grado, libros, art�culos cient�ficos, ensayos, todo esto; obtendio desde diferentes repositorios, universidades y dem�s organizaciones acad�micas.

Se emplean m�todos te�ricos como anal�tico sint�tico, comparaci�n, modelaci�n para profundizar en los preceptos abordados y la ilustraci�n esquem�tica que, facilita una mayor comprensi�n de los criterios expuestos.

 

Desarrollo

La asociatividad

La asociatividad es un t�rmino bastante amplio que puede ser utilizado en diferentes contextos, por lo tanto, no existe una definici�n �nica que lo explique. Para prop�sitos de este estudio se considera que la asociatividad se caracteriza por ser de incorporaci�n voluntaria y de libre uni�n, donde personas, productores o empresas se organizan en la b�squeda de objetivos comunes, manteniendo la independencia legal y gerencial de sus propias operaciones. En relaci�n con la asociatividad con enfoque empresarial, esta tiene como objetivo el mejorar la competitividad de los asociados en los mercados, con el fin de aumentar los retornos de sus operaciones, incrementar el bienestar familiar y contribuir al desarrollo econ�mico de la sociedad.

Etchegorry C., (2011) manifiesta que la asociatividad constituye un pilar fundamental en el desarrollo econ�mico y social de cualquier regi�n. En los �ltimos a�os, estas experiencias se han multiplicado en diversos �mbitos: entre personas, empresas e instituciones y adoptan modalidades particulares tales como encadenamientos productivos, redes, clubes de trueque, emprendimientos asociativos, cooperativas y ferias.

Pallares (2006) habla de una asociatividad territorial como la cooperaci�n entre los actores locales para promover y alcanzar el desarrollo sostenible y vincular competitivamente al territorio a las corrientes mundiales. Es este sentido la asociatividad es considerada una estretegia clave y fundamental que facilita unir los esfuerzos de la comunidad para concretar proyectos que de manera personal serian muy complicados ejecutar.


Para Morales (2017) la asociatividad implica que un n�mero significativo de personas, como sea, han elegido intentar construir sus propios caminos de sobrevivencia. Es por ello por lo que los integrantes son potencialmente capaces de gestionar posibles soluciones a las problem�ticas y cubrir las necesidades que podr�an presentarse, es una forma de adquirir ventajas para despuntar ante las dem�s comunidades forjando un desarrollo sostenible a corto, mediano y largo plazo.

De la misma forma Correa & Guerrero (2017) refieren que todo proceso asociativo es la confianza mutua debido a que este proceso es grupal, se debe buscar competencias como trabajo en equipo, compromiso e integraci�n. De tal modo la participaci�n activa de los integrantes es muy importante, pues, busca que todos los miembros colaboren para la creaci�n o formulaci�n de estrategias asociativas que acrediten alcanzar conocimientos imprescindibles para trabajar en el logro de las metas colectivas.

De esta manera, la asociatividad constituye un pilar fundamental en el desarrollo econ�mico y social de un pa�s; de ah� la necesidad de identificar los principales elementos comunes entre los diferentes conceptos de asociatividad formulados por un n�mero de autores estudiosos de la tem�tica, con el objetivo de construir un concepto integral (S�nchez, et. al. 2016).

Por �ltimo, se presenta la definici�n realizada por Araque (2013) el cual sustenta que la asociatividad es aquella alternativa estrat�gica a trav�s de la cual un grupo de personas y empresas pueden alcanzar un objetivo com�n; manteniendo, al mismo tiempo, por un lado, su independencia individual en ciertos aspectos, y, por otro lado, optimizando al m�ximo los recursos con que cuentan los miembros del grupo asociativo.

Desde estos conceptos se entiende que la asociatividad es un modelo sostenible en el tiempo como estrategia hacia la globalizaci�n en el cual se genera ventajas competitivas como la generaci�n de valor en cada una de sus unidades de negocio para tener una visi�n m�s amplia y no solo por la necesidad de subsistir.

 

Asociatividad como un paradigma social

A los fines de una mejor comprensi�n del proceso de asociatividad, se estima necesario establecer su vinculaci�n al capital social, el cual, seg�n Kliksberg (2000), es un concepto que a�n est� en construcci�n, que no tiene una definici�n aceptada de manera consensual, pero que cada vez m�s existe la impresi�n generalizada de que, al percibirlo e investigarlo, las disciplinas


 

del desarrollo est�n incorporando al conocimiento y a la acci�n un ampl�simo n�mero de variables que desempe�an roles importantes en el capital social.

Por su parte, Luckesh (2000) expresa que el potencial social comprende condiciones contextuales, comportamientos, habilidades, competencias, valores e identidad, que, de acuerdo con muchas experiencias, son conductoras de estrategias para el desarrollo sostenible. De acuerdo con este enfoque, el desarrollo sostenible solo es posible utilizando y fortaleciendo los elementos que componen este concepto y que a continuaci�n se describen:

Principios sist�micos: Competencia, la capacidad y el deseo de hacer mejor lo que otros tambi�n hacen. Cooperaci�n, ayuda mutua para alcanzar los objetivos. Participaci�n, compromiso activo en la toma de decisiones y en la materializaci�n de estas decisiones. Subsidiaridad, lograr que, de abajo hacia arriba, cada nivel de decisi�n y acci�n delegue lo menos posible hacia arriba, de forma tal que los resultados totales se maximicen al menor costo econ�mico, social y ambiental. Niveles l�gicos: Valores, los principios m�s permanentes que gu�an la acci�n cotidiana. Habilidades, capacidades para alcanzar resultados de un tipo determinado en un campo determinado. Comportamientos, maneras interiorizadas m�s o menos constantes de responder ante los est�mulos. Contexto, conjunto de elementos culturales, tangibles y no tangibles, que rodean la actividad desplegada y la condicionan.

Palancas transformadoras: Visi�n sist�mica, percepci�n de las realidades como conjunto de elementos que interact�an permanentemente. Aprendizaje colectivo, formas de aumentar el conocimiento mediante el compartir de experiencias emp�ricas y su an�lisis continuo. Visi�n compartida, la que se logra como resultado del aprendizaje colectivo. Auto- gobierno, capacidad de una comunidad para tomar sus propias decisiones y llevarlas a la pr�ctica sin recurrir a niveles superiores de decisi�n y acci�n.

A criterio de las autoras, como resultado de las relaciones que nacen enmarcadas dentro del concepto de capital social surge la asociatividad, por tal raz�n tiende a fortalecer la confianza y los mecanismos de cooperaci�n entre empresas y sociedad con el objeto de crear sinergias permanentes dentro de estas.

A s� mismo, las organizaciones y los sectores que las integran tambi�n pueden contribuir, a trav�s de procesos de asociaci�n y cooperaci�n, con las diferentes organizaciones del Estado para atender necesidades concretas y complementar su labor, y de esta manera fomentar una


mejor calidad de vida para la comunidad en general e impulsar las acciones que contribuyan al desarrollo de la sociedad.

Para un impacto social y cooperaci�n con la comunidad, los sectores empresariales deben atender las necesidades m�s importantes del colectivo con productos accesibles a la mayor�a y dando prioridad al uso de recursos de car�cter local. Adem�s, deben cuidar potenciar el impacto positivo y reducir o eliminar el impacto negativo de sus actividades sobre el entorno humano y ambiental Blanco & Franc�s (2008). En este contexto, las empresas, de manera conjunta, deben crear condiciones que permitan satisfacer a los clientes, ofrecer productos de calidad, rendir cuentas a sus accionistas, cumplir con los proveedores, respetar a sus competidores, fomentar el bienestar de sus trabajadores, la sustentabilidad del medioambiente y contribuir a mejorar las condiciones de vida de la comunidad a la cual pertenecen (Lemaresquier, 2004).

Dada a la gran importancia que tiene la asociatividad en el �rea social, ya se conoce que esta ofrece mejores condiciones de convivencia, as� mismo demanda de gran esfuerzo entre los integrantes para dar un resultado auto sostenible con el tiempo.

La asociatividad presenta un mecanismo para desafiar los mercados globalizados y la creciente competencia nacional e internacional, para lo cual se requiere de compromiso y participaci�n constante de los individuos, objetivos claros y comunes, as� como deben contar con valores dentro de la asociaci�n como: liderazgo, respeto y confianza entre los participantes (Loje, 2017). Por su parte Quillahuam�n & Carazas (2018) la cualidad asociativa se sustenta en una trama de relaciones internas y acciones basadas en la existencia de pautas comunicativas con las cuales se reflexionan las pretensiones de validez de la coordinaci�n de acciones de un modo horizontal, sim�trico y libre de coacci�n, por lo tanto, orientado en pos de un entendimiento reflexivo entre los sujetos.

A nivel global, la asociatividad a pesar de ser una terminolog�a netamente nueva, es necesario focalizar las ventajas y desventajas que este paradigma requiere para el mejoramiento del desarrollo colectivo del ser humano (Figura 1).


 

 

Figura 1. Ventajas y desventajas de la asociatividad

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Elaboraci�n propia.

 

 

Como se observa en la figura 1, la asociatividad implica una alternativa funcional para el desarrollo de las organizaciones sociales, de tal manera el trabajo organizado servir� como estrategia preventiva frente a posibles conflictos colectivos. Chase & Llerena (2017) afirma que el modelo asociativo es una herramienta valiosa de cooperaci�n, que busca construir y mantener organizaciones eficientes a trav�s de la confianza y el sentido com�n.

En general, la asociatividad como paradigma de gesti�n involucra una estrecha relaci�n colectiva para establecer un mecanismo de cooperaci�n y as� poder aprovechar las oportunidades. Por consiguiente, debe constituirse como una conveniencia viable para mejorar los est�ndares de vida, aprovechando los recursos que se encuentran en el entorno, siendo un proceso bastante


complejo que abarca una considerable gama de posibilidades, pero siempre persigue como objetivo fundamental unir fuerzas para alcanzar el �xito conjunto.

 

Desarrollo sostenible social

Evidentemente la asociatividad es un proceso complicado, por ello necesita establecer condiciones que consientan una sostenibilidad con el tiempo, hoy en d�a, a nivel global el t�rmino desarrollo sostenible est� inmerso en todas las �reas donde el ser humano se desenvuelve, haciendo referencia a un patr�n de mejora, utilizando elementos disponibles que habitan en el entorno sin arriesgar su existencia en lo posterior.

Villalobos (2018) sostiene que el desarrollo sostenible tiene especial relevancia, porque permite la soluci�n de un problema del entorno a trav�s de proyectos utilizando una metodolog�a de apoyo y trabajo colaborativo. En este sentido, surge como una necesidad para el mundo actual, pretendiendo satisfacer las necesidades mediante el bienestar individual y colectivo, puesto que se inicia como una elecci�n de vida para generar oportunidades y espacios para el crecimiento de los habitantes, cerrando la brecha que limita las posibilidades y avances en la sociedad.

No obstante, la sociedad requiere con urgencia una transformaci�n que implique el mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos, en este contexto. El mismo autor describe que el desarrollo social sostenible es un proceso por medio del cual una comunidad logra niveles cada vez mayores de calidad de vida, econom�a, convivencia, autoconocimiento, ciencia, inclusi�n, equidad, antro po�tica, salud y bienestar psicol�gico a trav�s del trabajo colaborativo entre sus integrantes, con logros progresivos en la sustentabilidad ambiental hasta generar un equilibrio.

Por lo tanto, la sostenibilidad esta direccionada como una sesi�n que maneja etapas enfocadas en el crecimiento y cambio social, buscando la igualdad de oportunidades para un mejor estilo de vida entre los integrantes.

A s� mismo D�Addosio & Fern�ndez (2014) manifiestan que el desarrollo social sostenible se refiere a un din�mico proceso de progreso que unifica los tres estadios pol�tico-social- econ�mico, en opini�n de las investigadoras, se hace importante la existencia de un trabajo mancomunado de pol�ticas sociales a constituir en los pa�ses, soportado en la educaci�n como uno de sus grandes pilares.


 

Las autoras consideran que lo anterior constituye que la sostenibilidad debe entenderse como una doctrina clave para percibir el v�nculo equilibrado entre la naturaleza, la sociedad y la econom�a, desde este punto de vista podr�n existir garant�as que mejoren tanto la calidad y estilo de convivencia del hombre.

Seg�n Zarta (2018) la sostenibilidad social puede conseguirse cuando se apoyan proyectos en el mantenimiento de la cohesi�n comunitaria, para el emprendimiento de objetivos comunes alrededor de mejorar las condiciones de vida.

Adem�s, a criterio de las autoras, el desarrollo sostenible social es un tema de an�lisis importante, pues, es un proceso que atiende los elementos de la vida diaria y cuyo impacto es notorio en el hombre, por tanto, este modelo implica ejecutar un sin n�mero de acciones para la erradicaci�n de las malas condiciones de la existencia humana.

Para Monz� (2019) el fundamento de la sostenibilidad es la reducci�n de la pobreza, la inclusi�n social, reducci�n de las desigualdades y elevaci�n de los niveles de vida de la sociedad.

Frente al v�nculo que existe entre desarrollo social y sostenibilidad, brinda la oportunidad de examinar las obligaciones y responsabilidades de las pol�ticas p�blicas que ofrecen los estados para velar por el cumplimiento de los derechos ciudadanos, juegan un papel crucial para el crecimiento colectivo.

De ah�, la importancia de conocer brevemente las particularidades del desarrollo sostenible en el �mbito social, pues, pretende transformar una comunidad m�s humana y sensible frente a la realidad del mundo, es decir, tener seres m�s racionales y emp�ticos que no comprometan la vida de las futuras generaciones (Figura 2).


 

 

 

 


Figura 2. Caracter�sticas del desarrollo sostenible social

Fuente: Elaboraci�n propia

 

 

Tal como se aprecia en la figura 2, el desarrollo sostenible social tiene caracteriricas elementales que tratan de evolucionar y optimizar los escenarios de vida de cada persona. Por eso es necesario un compromiso e interiorizaci�n de valores fundamentales diferentes a los actuales; por ejemplo, respecto a lo que se entiende por una mejor calidad de vida, donde a futuro se priorice el bien estar en vez de la cantidad de bienes materiales que predomina en el paradigma actual (Chen, Hern�ndez, Mu�oz & Segura, 2019).

A s� mismo para Santoyo (2019) el desarrollo social sostenible trabaja en proyectos que impactan y promueven el trabajo colaborativo, contagiado de la conciencia social, cultural,


 

ambiental y educativa. Por eso, el modelo sostenible logra convertirse en un nexo fundamental que garantiza la supervivencia entre las comunidades, implicando una comunicaci�n global para el adecuado funcionamiento social.

Sin embargo, las autoras consideran que, el desarrollo social abarca tanto obligaciones como compromisos, en este sentido, provenientes del fuerte impacto que ejerce la labor humana, no obstante respeta el derecho de la ciudadan�a en vivir en un entorno equilibrado, equitativo, justo e igualitario.

 

Elementos claves para la asociatividad bajo el paradigma de desarrollo sostenible En este escenario, la forma en la que se puede comprender la asociatividad como un modelo sostenible para las comunidades es mediante un sin n�mero de elementos que si bien es cierto en su mayor�a son intangibles pero con resultados altamente beneficiosos.

Para Alb�n (2020) el desarrollo local permite interpretar realidades complejas y dise�ar pol�ticas p�blicas y estrategias sustentables y equitativas en los �mbitos de econom�a social y solidaria, participaci�n y organizaci�n social, y en mediciones territoriales, con s�lidos fundamentos epistemol�gicos, interdisciplinarios y metodol�gicos que contribuyan al buen vivir y calidad de vida en los territorios del Ecuador. Por todo ello, se centra en fortalecer la asociatividad como un flujo para el crecimiento social, a partir de este punto de vista los seres humanos podr�n resolver conflictos entre sus comunidades para obtener el bien com�n.

De este modo, en la exploraci�n de alternativas para el desarrollo como mejoria comunitaria, esta requiere de una nueva actitud, misi�n y visi�n para darle m�s notoriedad a los avances y funcionamiento frente a la estructura asociativa. En consecuencia, la asociatividad en el marco de esta disertaci�n y con base en el an�lisis diferenciado de su causa, se convierte en una alternativa de pol�tica p�blica sectorial a ser impulsada en pro del desarrollo rural del pa�s (Cobos, 2020).

En este contexto, la asociatividad es percibida como una posibilidad legitima para desafiar aquellas mutaciones de una forma m�s eficiente, puesto que facilita impulsar las capacidades y potencialidades de todo los integrantes para afrontar las necesidades. Hay asociatividad cuando la interacci�n entre


individuos, grupos y colectividades logra procesos de cooperaci�n, reciprocidad y confianza, los cuales se enmarcan en una estructura normativa y de comportamiento (P�rez & Avenda�o, 2021).

La nueva perspectiva del desarrollo sostenible radica en las aportaciones te�ricas y en las experiencias que estimulan las participaciones entre los integrantes, debe ser apreciado como un descenlace que demanda de mucho esfuerzo organizado espec�ficamente para el crecimiento social a trav�s de las innovaciones, est�mulos y el uso eficaz de las potencialidades disponibles de la asociatividad.

Es evidente, que la asociatividad para el desarrollo sostenible es un tema muy importante, concibe acciones que garantizan mejores construcciones sociales, entonces es necesario comprender aquellos elementos imprescindibles que surgen como esperanza para mejorar los ingresos y calidad de vida de los migrantes comunitarios.


 

 


Figura 3. Elementos claves de la Asociatividad

 

Fuente: Elaboraci�n propia

 

 

Como se observa en la figura 3, es fundamental generar entre los integrantes de la asociatividad un conjunto de elementos que son claves para la permanencia, constancia y logro de objetivos, desde esta concepci�n el desarrollo y bienestar com�n marcan un alto presedente en la calidad de vida. El tema del liderazgo, retoma una importancia abrumadora, pues direcciona hacia la asociatividad el cumplimiento de la responsabilidad social de acuerdo con el marco regulatorio legal y la satisfacci�n de las necesidades inminentes de los tiempos actuales (Vargas & Vargas, 2018).


En palabras de Silva (2018) quien ejerce liderazo, ampl�a e integra: individuo, contexto, grupo y proyecto o misi�n, y as� resulta una definici�n bastante apropiada al contexto rural. Desde la perspectiva en donde las circunstancias facilitan que las habilidades de un l�der emerjan sin que ello implique o signifique confundirse con un jefe, absolutamente es inminente la fortaleza que generar� en una asociatividad.

De la misma forma para que los ciudadanos gocen de un desarrollo sostenible a nivel social, la asociatividad requiere de transparencia entre los participantes porque la mayor�a de los temas deben ser compartidos de manera universal, en este sentido la comunicaci�n juega un papel esencial para transmitir la informaci�n.

Para Estrada (2020) una distinci�n importante de la asociatividad es el alto grado de autonom�a gerencial que mantienen los participantes despu�s de adoptar la decisi�n, como emplear los recursos o beneficios obtenidos. Surge la apreciaci�n de un mejor desarrollo equilibrado para no generar descontentos entre los integrantes, es decir, facilita valorar lo que las personas tienen a su alrededor, hacen de la colectividad m�s efectiva frente a las circunstancias y estilos de convivencia dentro de una asociatividad voluntaria.

Deber�a enriquecer con sus palabras los v�nculos con asociatividad y desarrollo social sostenible

 

 

Conclusiones

La asociatividad es una estrategia que nace como una herramienta de cooperaci�n y desarrollo entre los integrantes de una determinada comunidad para enfrentar las problem�ticas derivadas de la sociedad como tal, en donde los participantes unen sus propios esfuerzos para alcanzar los objetivos y el bienestar com�n. Bajo esta perspectiva, el paradigma asociativo permite fomentar programas m�s eficaces evitando los riesgos personales.

Para el alcance de un desarrollo sostenible, la asociatividad considera entre la colectividad los componentes o factores, tales como: habilidades sociales, competencias, destrezas y el alto nivel de compromiso de ah� la necesidad de pactar alianzas estrat�gicas para conseguir cambios m�s eficientes y considerables, asimismo es una influencia potente para el crecimiento paralelo frente a la calidad de vida de los habitantes de la comunidad.

El modelo asociativo es un proceso flexible que permite un aprendizaje entre los participantes, valora la transparencia de experiencias, an�cdotas y saberes que fueron construidos para


 

transformar y alcanzar mejores relaciones interpersonales con la finalidad de implementar mejores actividades de gesti�n para la comunidad.

 

Referencias

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2020 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)

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