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Educaci�n F�sica y Resoluci�n de Conflictos: An�lisis de Conductas y Hostilidad en estudiantes de Bachillerato

 

Physical Education and Conflict Resolution: Analysis of Behavior and Hostility in High School Students

 

Educa��o F�sica e Resolu��o de Conflitos: An�lise do Comportamento e da Hostilidade em Alunos do Ensino Secund�rio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correspondencia: edison.salgado.87@est.ucacue.edu.ec

 

Ciencias de la Educaci�n

Art�culo de Investigaci�n

 

* Recibido: 08 de abril de 2025 *Aceptado: 15 de mayo de 2025 * Publicado: �28 de junio de 2025

 

        I.            Licenciado En Ciencias De La Actividad F�sica, Deporte y Recreaci�n, maestrante del programa de maestr�a en Educaci�n menci�n Educaci�n F�sica y Deporte de la Universidad Cat�lica de Cuenca, Azogues, Ecuador.

      II.            Mag�ster en Cultura F�sica y Entrenamiento Deportivo, Licenciado en Cultura F�sica y Entrenamiento Deportivo Menci�n Gimnasia y B�squet, Docente en la Universidad Cat�lica de Cuenca, Macas, Ecuador.

    III.            Magister en Entrenamiento Deportivo y Educaci�n F�sica, Licenciada en Ciencias de la Educaci�n, Especializaci�n Cultura F�sica, Abogada de los tribunales de Justicia del Ecuador, Doctoranda en el Programa de Doctorado en Humanidades y Artes con Menci�n en Ciencias de la Educaci�n de la Universidad Nacional de Rosario, Rosario, Argentina.

 

Resumen

El prop�sito de este estudio es analizar la relaci�n entre las conductas apropiadas en educaci�n f�sica y los niveles de hostilidad en estudiantes de bachillerato de la Unidad Educativa Nacional Gal�pagos, en el Cant�n Santa Cruz. Se plante� la hip�tesis de que un mayor desarrollo de conductas apropiadas estar�a inversamente relacionado con la hostilidad y los conflictos escolares. La investigaci�n adopt� un enfoque cuantitativo, con un dise�o no experimental de tipo descriptivo y corte transversal. Para la recolecci�n de datos, se aplicaron el Cuestionario de Conductas Apropiadas en Educaci�n F�sica y el Deporte (α = 0.70) y el Cuestionario de Hostilidad de Buss-Durkee (α = 0.821), ambos validados previamente. La muestra estuvo conformada por 90 estudiantes de los primeros a�os de bachillerato, los datos fueron analizados utilizando el software SPSS v25 mediante estad�sticos descriptivos y correlaci�n de Pearson. Los hallazgos revelaron una d�bil relaci�n entre las conductas apropiadas en educaci�n f�sica y los niveles de hostilidad, aunque los estudiantes demostraron conductas positivas en el aula, estas no se asociaron con una disminuci�n significativa de la hostilidad, evidenciando la necesidad de revisar el enfoque pedag�gico de la asignatura. En conclusi�n, se destaca la importancia de fortalecer el componente socioemocional dentro del curr�culo de educaci�n f�sica, lo que podr�a sentar las bases para futuras intervenciones orientadas a mejorar la convivencia escolar y el desarrollo integral de los estudiantes de bachillerato.

Palabras claves: �Educaci�n f�sica; resoluci�n de conflictos; conductas apropiadas y niveles de hostilidad.

 

Abstract

The purpose of this study was to analyze the relationship between appropriate behaviors in physical education and levels of hostility among high school students at the Gal�pagos National Educational Unit, in the Santa Cruz Canton. It was hypothesized that greater development of appropriate behaviors would be inversely related to hostility and school conflicts. The research adopted a quantitative approach, with a non-experimental, descriptive, cross-sectional design. Data were collected using the Appropriate Behaviors in Physical Education and Sports Questionnaire (α = 0.70) and the Buss-Durkee Hostility Questionnaire (α = 0.821), both previously validated. The sample consisted of 90 students from the first years of high school. Data were analyzed using SPSS v25 software, using descriptive statistics and Pearson's correlation coefficient. The findings revealed a weak relationship between appropriate behaviors in physical education and levels of hostility. Although students demonstrated positive behaviors in the classroom, these were not associated with a significant decrease in hostility, highlighting the need to review the pedagogical approach to the subject. In conclusion, the importance of strengthening the socioemotional component within the physical education curriculum is highlighted, which could lay the groundwork for future interventions aimed at improving school coexistence and the overall development of high school students.

Keywords: Physical education; conflict resolution; appropriate behaviors; and levels of hostility.

 

Resumo

O objetivo deste estudo foi analisar a rela��o entre os comportamentos apropriados em educa��o f�sica e os n�veis de hostilidade entre os alunos do ensino secund�rio da Unidade Educativa Nacional das Gal�pagos, no Cant�o de Santa Cruz. Foi colocada a hip�tese de que um maior desenvolvimento de comportamentos apropriados estaria inversamente relacionado com a hostilidade e os conflitos escolares. A investiga��o adotou uma abordagem quantitativa, com um desenho transversal, descritivo e n�o experimental. Os dados foram recolhidos atrav�s do Question�rio de Comportamentos Apropriados em Educa��o F�sica e Desporto (α = 0,70) e do Question�rio de Hostilidade Buss-Durkee (α = 0,821), ambos previamente validados. A amostra foi constitu�da por 90 alunos dos primeiros anos do ensino secund�rio. Os dados foram analisados ​​utilizando o software SPSS v25, utilizando a estat�stica descritiva e o coeficiente de correla��o de Pearson. Os resultados revelaram uma fraca rela��o entre os comportamentos adequados em educa��o f�sica e os n�veis de hostilidade. Embora os alunos tenham demonstrado comportamentos positivos na sala de aula, estes n�o se associaram a uma diminui��o significativa da hostilidade, real�ando a necessidade de rever a abordagem pedag�gica do tema. Concluindo, destaca-se a import�ncia de refor�ar a componente socioemocional no curr�culo de educa��o f�sica, que pode servir de base para futuras interven��es que visem a melhoria da conviv�ncia escolar e do desenvolvimento integral dos alunos do Ensino Secund�rio.

Palavras-chave: Educa��o f�sica; resolu��o de conflitos; comportamentos adequados; e n�veis de hostilidade.

 

Introducci�n

La educaci�n f�sica desempe�a un papel fundamental en el desarrollo integral de los estudiantes, no solo en t�rminos de habilidades f�sicas, sino tambi�n en la formaci�n de competencias sociales y emocionales. En el contexto escolar, las conductas apropiadas, como la cooperaci�n, el respeto y la comunicaci�n, son esenciales para fomentar un ambiente de aprendizaje positivo. No obstante, en muchas instituciones educativas, se observa un aumento en los niveles de hostilidad y conflictos entre los estudiantes, en este sentido puede afectar su rendimiento acad�mico y su bienestar emocional.

Rodr�guez et al. (2020), destaca que la educaci�n f�sica es crucial no solo para el bienestar f�sico y mental de los estudiantes, sino tambi�n para desarrollar habilidades sociales importantes. La participaci�n de actividades f�sicas permite a los estudiantes desarrollara la colaboraci�n, liderazgo y resoluci�n de conflictos.

Seg�n el estudio de Garc�a y Mart�nez (2021), la educaci�n f�sica proporciona un espacio �nico donde los estudiantes pueden aprender a trabajar en equipo, a comunicarse de manera efectiva y a manejar la competencia de forma saludable. Estos autores argumentan que la pr�ctica regular de actividades f�sicas en un entorno estructurado fomenta la empat�a y el respeto entre los compa�eros, lo que puede ser fundamental para prevenir y resolver conflictos. Al integrar estas habilidades en el curr�culo de educaci�n f�sica, se puede contribuir significativamente a la creaci�n de un ambiente escolar m�s armonioso y colaborativo, lo que favorece un entorno seguro en su proceso de aprendizaje.

Abordar la resoluci�n de conflictos en el entorno escolar es de vital importancia, ya que estos conflictos pueden tener repercusiones duraderas en la vida de los estudiantes. Un ambiente escolar marcado por la violencia y la falta de respeto puede llevar a un descenso en el rendimiento acad�mico, as� como a problemas emocionales y de conducta (Ca�on y Villarreal, 2022)

La Unidad Educativa Nacional Gal�pagos, ubicada en el Cant�n Santa Cruz, no es ajena a esta problem�tica. Los estudiantes de bachillerato enfrentan desaf�os como la falta de habilidades para resolver conflictos de manera constructiva. Esto plantea la necesidad de analizar c�mo las conductas apropiadas en educaci�n f�sica pueden influir en la reducci�n de la hostilidad y los conflictos escolares.

El presente estudio tiene como objetivo analizar la relaci�n entre las conductas apropiadas en educaci�n f�sica, los niveles de hostilidad y conflictos escolares en estudiantes de bachillerato de la Unidad Educativa Nacional Gal�pagos. Mediante un enfoque cuantitativo, se busca determinar si el fomento de conductas apropiadas est� inversamente relacionado con los niveles de hostilidad y conflictos, contribuyendo as� a la creaci�n de un ambiente escolar m�s positivo y respetuoso.

 

Desarrollo

La relaci�n entre la educaci�n f�sica y la resoluci�n de conflictos en el entorno escolar es un tema de creciente inter�s en la investigaci�n educativa. En este contexto, es fundamental analizar los niveles de hostilidad en estudiantes de bachillerato, ya que estos pueden afectar no solo el ambiente escolar, sino tambi�n el desarrollo emocional y social de los j�venes. A su vez, las conductas apropiadas en educaci�n f�sica emergen como una soluci�n potencial para mitigar estos niveles de hostilidad, promoviendo habilidades sociales y emocionales que son esenciales para la convivencia pac�fica. Finalmente, se explora c�mo la educaci�n f�sica puede ser una herramienta efectiva para la resoluci�n de conflictos, proporcionando un espacio donde los estudiantes pueden aprender a gestionar sus emociones y a interactuar de manera constructiva con sus compa�eros.

Niveles de Hostilidad en Estudiantes de Bachillerato

La hostilidad en el entorno escolar es un fen�meno complejo que puede ser influenciado por diversos factores, incluyendo el contexto social, familiar y educativo. En el caso de los estudiantes de bachillerato, esta etapa de desarrollo se caracteriza por la b�squeda de identidad y la interacci�n social, lo que puede intensificar las tensiones y conflictos. Ca�on y Villarreal (2022), se�alan que la hostilidad se manifiesta a trav�s de comportamientos agresivos y conflictos interpersonales que pueden tener repercusiones negativas en el rendimiento acad�mico y en la salud mental de los estudiantes. Estos autores destacan que la falta de habilidades para manejar la frustraci�n y resolver conflictos de manera constructiva contribuye a un clima escolar tenso, donde la violencia y el acoso pueden extenderse.

Adem�s, la hostilidad puede estar relacionada con factores como la falta de apoyo social y la baja autoestima. Seg�n un estudio de Gonz�lez y P�rez (2021), los estudiantes que presentan altos niveles de hostilidad a menudo enfrentan dificultades para formar relaciones saludables con sus compa�eros, lo que puede conducir a un aislamiento social significativo. Este ciclo de hostilidad y exclusi�n afecta el bienestar emocional como el rendimiento acad�mico de los estudiantes, creando un entorno de aprendizaje desfavorable.

La hostilidad en el entorno escolar no solo afecta las relaciones interpersonales y el bienestar emocional de los estudiantes, sino que tambi�n tiene implicaciones m�s amplias en el desarrollo integral de los j�venes. La presencia de altos niveles de hostilidad puede crear un ambiente de aprendizaje adverso, donde el miedo y la ansiedad prevalecen, lo que dificulta la concentraci�n y la participaci�n en clase. Este clima negativo puede llevar a una disminuci�n en la motivaci�n acad�mica, ya que los estudiantes se sienten inseguros y desmotivados para interactuar y colaborar con sus compa�eros. Adem�s, la hostilidad puede perpetuar un ciclo de violencia y acoso, donde los estudiantes que son v�ctimas de agresiones pueden desarrollar problemas de salud mental, como depresi�n y ansiedad. Por lo tanto, abordar los niveles de hostilidad en las escuelas es crucial no solo para mejorar el clima escolar, sino tambi�n para fomentar un desarrollo emocional y acad�mico saludable, promoviendo as� un entorno en el que todos los estudiantes puedan prosperar y alcanzar su m�ximo potencial.

Conductas Apropiadas en Educaci�n F�sica como Soluci�n

Las conductas apropiadas en educaci�n f�sica son esenciales para crear un ambiente escolar positivo y reducir los niveles de hostilidad. Estas conductas no solo se refieren a la participaci�n en actividades f�sicas, sino tambi�n a la promoci�n de valores como la cooperaci�n, el respeto y la comunicaci�n. Un an�lisis de la literatura sugiere que la educaci�n f�sica puede ser un espacio donde los estudiantes desarrollan habilidades sociales que son cruciales para su interacci�n diaria. Seg�n L�pez y Ram�rez (2022), se�ala que la educaci�n f�sica ofrece un entorno ideal para que los estudiantes desarrollen cultivar habilidades sociales mediante actividades grupales y deportivas, fortaleciendo la cohesi�n y fomentando la empat�a y respeto.

Seg�n Fern�ndez y L�pez (2021), se�ala que la actividad f�sica en el contexto escolar no solo mejora la salud y el bienestar f�sico de los estudiantes, sino que tambi�n juega un papel crucial en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Al participar en actividades deportivas, los estudiantes aprenden a trabajar en equipo, a comunicarse de manera efectiva y a resolver conflictos, lo que contribuye a la creaci�n de un ambiente escolar m�s positivo. Fomentar conductas apropiadas en educaci�n f�sica puede ayudar a establecer un clima escolar donde los estudiantes se sientan valorados y apoyados, promoviendo as� su desarrollo integral.

Diversos estudios han demostrado que los comportamientos sociales adecuados mejoran las conductas sociales apropiadas. (Samalot-Rivera y Porretta, 2012; Madrid L�pez, Prieto-Ayuso, Samalot-Rivera y Gil Madrona, en prensa; Monjas Aguado, Ponce Garzar�n y Gea Fern�ndez, 2015; Vidoni y Ward, 2009).

Las conductas apropiadas en educaci�n f�sica no solo son fundamentales para el desarrollo de habilidades sociales, sino que tambi�n act�an como un catalizador para el bienestar emocional y acad�mico de los estudiantes. La educaci�n f�sica proporciona un entorno propicio para que los j�venes aprendan a gestionar la competencia de manera constructiva y a resolver conflictos, lo que contribuye a la creaci�n de un ambiente escolar m�s positivo. Este aprendizaje es crucial, ya que las habilidades sociales adquiridas en este contexto se trasladan a otras �reas de la vida escolar y personal, ayudando a los estudiantes a formar relaciones m�s saludables y a enfrentar los desaf�os de manera efectiva. Adem�s, la promoci�n de conductas apropiadas en educaci�n f�sica puede contribuir a la creaci�n de un sentido de pertenencia y comunidad entre los estudiantes, lo que es esencial para reducir la hostilidad y el aislamiento social. Al establecer un ambiente en el que todos se sientan incluidos y valorados, se potencia no solo el rendimiento acad�mico, sino tambi�n el desarrollo emocional, creando as� un ciclo positivo que beneficia a toda la comunidad escolar. En este sentido, la educaci�n f�sica se presenta no solo como una disciplina que promueve la actividad f�sica, sino como un pilar fundamental en la formaci�n integral de los estudiantes, prepar�ndolos para ser ciudadanos emp�ticos y responsables con una sociedad donde se desenvuelvan.

La Educaci�n F�sica como Herramienta para la Resoluci�n de Conflictos

La educaci�n f�sica se presenta como una herramienta valiosa para abordar y resolver conflictos en el entorno escolar. A trav�s de la pr�ctica de actividades f�sicas y deportivas, los estudiantes no solo mejoran su condici�n f�sica, sino que tambi�n desarrollan habilidades interpersonales que son esenciales para la resoluci�n de conflictos. Un an�lisis de la literatura indica que la educaci�n f�sica puede ser un espacio donde se ense�an y practican habilidades de comunicaci�n y trabajo en equipo, fundamentales para la convivencia pac�fica. Seg�n el estudio de Garc�a y Mendoza (2021), la educaci�n f�sica no solo fomenta la salud f�sica, sino que tambi�n sirve como un medio eficaz para ense�ar a los estudiantes a manejar sus emociones y a resolver conflictos de manera constructiva. Esta disciplina permite a los j�venes desarrollar habilidades interpersonales que son esenciales para su bienestar emocional y social.

Adem�s, la educaci�n f�sica puede ser un entorno propicio para implementar estrategias de intervenci�n que aborden de manera directa la hostilidad y los conflictos. Seg�n S�nchez y Torres (2021), al incorporar la ense�anza de habilidades sociales y emocionales en el curr�culo de educaci�n f�sica, se puede lograr una reducci�n significativa de la violencia y el acoso escolar. Estas estrategias no solo benefician a los estudiantes en su entorno escolar, sino que tambi�n les brindan herramientas valiosas para enfrentar desaf�os en su vida diaria, promoviendo as� un desarrollo integral y saludable.

La educaci�n f�sica ofrece un contexto excepcional para la prevenci�n y manejo de conflictos, convirti�ndose en un terreno f�rtil para ense�ar a los estudiantes c�mo enfrentar y resolver desacuerdos de manera constructiva. Al participar en deportes y actividades grupales, los estudiantes inevitablemente se encuentran con situaciones que pueden generar conflictos (Madariaga, 2023).

Uno de los aspectos fundamentales de la prevenci�n de conflictos en la educaci�n f�sica es el promover el respeto por las reglas del juego. Los educadores ense�an a los estudiantes la importancia de seguir reglas claras y acordadas como una manera de garantizar un juego justo. Este respeto por las normas se traduce en una mayor disciplina personal y en el reconocimiento de que las reglas est�n dise�adas para proteger a todos los participantes, asegurando que el juego sea seguro y equitativo.

Otra estrategia utilizada en la educaci�n f�sica para la prevenci�n de conflictos es fomentar la empat�a. A trav�s de juegos y deportes, los estudiantes experimentan tanto el �xito como la frustraci�n, lo que les ayuda a entender mejor las perspectivas y emociones de sus compa�eros. Los educadores gu�an a los estudiantes para que reflexionen sobre c�mo sus acciones afectan a otros y c�mo los conflictos pueden ser percibidos desde diferentes puntos de vista. Este entendimiento fomenta una mayor empat�a y puede disuadir comportamientos que podr�an llevar a conflictos (Villalba, 2023)

Finalmente, es imperativo destacar que la educaci�n f�sica tambi�n se enfoca en la colaboraci�n y el trabajo en equipo, elementos cruciales para la prevenci�n de conflictos. Al trabajar hacia objetivos comunes en deportes de equipo o actividades grupales, los estudiantes aprenden el valor de la cooperaci�n y la negociaci�n. Entienden que, a menudo, los compromisos son necesarios para alcanzar metas compartidas y que trabajar juntos puede ser m�s beneficioso que enfrentarse individualmente.

 

 

 

Metodolog�a

En este estudio se opt� por un m�todo de investigaci�n de tipo no experimental de cohorte transversal, ya que la informaci�n se obtuvo en una sola etapa. El enfoque cuantitativo permite recolectar y analizar datos num�ricos para medir la relaci�n entre los niveles de hostilidad y las conductas apropiadas en educaci�n f�sica entre los estudiantes de bachillerato de la Unidad Educativa Nacional Gal�pagos. Este enfoque permite establecer relaciones entre variables y generalizar los hallazgos a una poblaci�n m�s amplia.

Se utiliz� un dise�o descriptivo, que permitir� identificar patrones y relaciones significativas entre las variables estudiadas. La investigaci�n se llev� a cabo en la Unidad Educativa Nacional Gal�pagos, donde se seleccion� una muestra representativa de estudiantes de bachillerato.

Para la recolecci�n de datos, se emple� cuestionarios estructurados que incluir�n escalas de medici�n estandarizadas. Estos cuestionarios se dise�ar�n para evaluar las conductas apropiadas en educaci�n f�sica y los niveles de hostilidad. Se utilizar� una escala Likert para que los participantes indiquen su nivel de acuerdo con diversas afirmaciones relacionadas con las conductas y actitudes en el contexto escolar.

En la investigaci�n se utiliz� los cuestionarios estructurados. El Cuestionario de Conductas Apropiadas en Educaci�n F�sica y el Deporte (CAEFD) consta de 32 �tems que eval�an cinco indicadores: destrezas apropiadas a perder, destrezas apropiadas a ganar, destrezas durante el juego, destrezas del juego justo y habilidad social. Por otro lado, el Cuestionario de Hostilidad de Buss-Durkee incluye 75 �tems distribuidos en siete indicadores: violencia, hostilidad indirecta, irritabilidad, negativismo, resentimiento, desconfianza y hostilidad verbal. Ambos cuestionarios permitir�n una evaluaci�n integral de las conductas y niveles de hostilidad en los estudiantes

La poblaci�n de estudio est� compuesta por 560 estudiantes de bachillerato de la Unidad Educativa Nacional Gal�pagos, del Cant�n Santa Cruz, Provincia de Gal�pagos, de los cuales se seleccion� una muestra de 90 estudiantes, representando aproximadamente el 16.07% de la poblaci�n total, debo argumentar que lo cuestionarios fueron administrados con el consentimiento de los padres.

Se evalu� mediante el Alfa de Cronbach. El Cuestionario de Conductas Apropiadas en Educaci�n F�sica y el Deporte (CAEFD) ha mostrado una consistencia interna con un valor de Alfa de Cronbach de 0.70, lo que indica una buena fiabilidad del instrumento. Por otro lado, el Cuestionario de Hostilidad de Buss-Durkee presenta un Alfa de Cronbach de 0.821, lo que demuestra una alta consistencia interna y respalda su validez y confiabilidad. El tratamiento estad�stico de los datos se llevar� a cabo utilizando el software SPSS, donde se realizar�n an�lisis descriptivos e inferenciales, incluyendo frecuencias, medidas de tendencia central y correlaciones, para determinar las relaciones entre las variables estudiadas.

 

Resultados

En la presente secci�n se exponen de manera detallada los resultados obtenidos a partir de las dos dimensiones principales analizadas: las conductas apropiadas en educaci�n f�sica y los niveles de hostilidad en estudiantes de bachillerato. La informaci�n se organiza en indicadores claves que permiten una visi�n integral y comparativa de los hallazgos m�s relevantes, priorizando aquellos que contribuyen significativamente a los objetivos de esta investigaci�n.

Este enfoque estructurado tiene como prop�sito ofrecer una lectura clara, profunda y precisa de los datos obtenidos, favoreciendo la comprensi�n de las tendencias, proporciones y comportamientos predominantes en la muestra evaluada. A trav�s de la segmentaci�n por niveles (bajo, medio y alto) y el uso de porcentajes relativos, se posibilita una interpretaci�n visualmente efectiva de los resultados, sin perder rigurosidad estad�stica.

Las tablas que se presentan a continuaci�n re�nen los principales resultados derivados del an�lisis cuantitativo: distribuci�n cruzada por niveles de conducta y hostilidad, los promedios de hostilidad clasificados seg�n la conducta observada y estad�sticos descriptivos generales. Esta presentaci�n busca facilitar la identificaci�n de patrones relevantes y ofrecer una base s�lida para la posterior discusi�n cr�tica y las conclusiones del estudio.

 

Tabla 1 Distribuci�n cruzada de niveles de conducta apropiada y hostilidad.

Fuente: Elaboraci�n Propia.

 

La Tabla 1 presenta un an�lisis detallado de la relaci�n entre los niveles de conducta apropiada y los niveles de hostilidad, organizando la informaci�n en una matriz cruzada que permite detectar tendencias relevantes en el comportamiento estudiantil. La clasificaci�n por niveles (bajo, medio y alto) responde a criterios percentiles, permitiendo segmentar a la muestra en grupos comparables.

Un hallazgo significativo es que el 45.16% de los estudiantes con conductas apropiadas altas tambi�n presentan niveles altos de hostilidad, lo que desaf�a la hip�tesis inicial y sugiere que las conductas manifestadas en contextos estructurados como las clases de educaci�n f�sica no se traducen directamente en una menor hostilidad. Por el contrario, se detecta que el 43.75% de los estudiantes con conductas bajas manifiestan hostilidad baja, lo que refuerza la posibilidad de que los comportamientos observables en clase no reflejen actitudes internalizadas o sostenidas fuera del espacio f�sico educativo.

La estructura cruzada de la tabla permite visualizar estas inconsistencias y apoya la necesidad de investigar otros factores que podr�an estar modulando la hostilidad, m�s all� del comportamiento visible en el aula.

 

Tabla 2 Promedio de hostilidad seg�n nivel de conducta apropiada

Fuente: Elaboraci�n Propia.

 

La Tabla 2 profundiza en el comportamiento de la hostilidad al calcular los promedios y dispersi�n de esta variable en funci�n del nivel de conducta apropiada. Esta aproximaci�n permite identificar con mayor precisi�n si existe un patr�n cuantitativo coherente con la hip�tesis del estudio.

Los resultados muestran que el grupo con conductas apropiadas altas registra el mayor promedio de hostilidad (40.84), seguido por el grupo medio (39.74) y el grupo bajo (38.78). Esta diferencia, aunque no dram�tica, es consistente y estad�sticamente informativa, al no alinearse con la expectativa de una relaci�n inversa entre ambas variables.

La distribuci�n equitativa del n�mero de estudiantes por grupo (entre el 30% y 36% del total) fortalece la validez del an�lisis comparativo. Este hallazgo refuerza la conclusi�n de que no existe una tendencia clara que relacione directamente los niveles de conducta con una disminuci�n proporcional en la hostilidad, aportando as� un matiz importante a la interpretaci�n general del estudio.

 

Tabla 3 Estad�sticos descriptivos generales de los cuestionarios aplicados

Fuente: Elaboraci�n Propia.

 

La Tabla 3 presenta los estad�sticos generales de los puntajes obtenidos en los cuestionarios de conductas apropiadas y de hostilidad. Se incluyen medidas de tendencia central (media, mediana), dispersi�n (desviaci�n est�ndar) y l�mites (m�nimo y m�ximo), adem�s de un c�lculo porcentual respecto al puntaje m�ximo posible para cada escala.

Los resultados muestran que el promedio de conductas apropiadas representa el 73.61% del total posible, lo cual evidencia una tendencia general favorable en los comportamientos observados en clase. Sin embargo, esta conducta aparente coexiste con una hostilidad media del 53.04%, lo que refleja una presencia moderada pero significativa de actitudes conflictivas.

Este contraste refuerza la idea de que el comportamiento positivo manifestado en situaciones controladas puede no ser suficiente para reducir la hostilidad latente o estructural del estudiante, lo cual abre la puerta a reflexiones m�s profundas sobre el impacto real de la educaci�n f�sica como herramienta formativa.

 

Discusi�n

Los hallazgos del presente estudio evidencian que la relaci�n entre las conductas apropiadas observadas en las clases de educaci�n f�sica y los niveles generales de hostilidad en estudiantes de bachillerato no es significativa, lo cual contradice la hip�tesis inicial. A pesar de que se registraron puntajes altos en conductas apropiadas con un promedio equivalente al 73.61% del puntaje m�ximo posible, este comportamiento positivo no se traduce en una disminuci�n proporcional de la hostilidad, cuyo promedio alcanz� un 53.04%.

En t�rminos cuantitativos, el an�lisis de la Tabla 1 revel� que el 45.16% de los estudiantes con alta conducta apropiada tambi�n presentaron alta hostilidad, lo que representa una tendencia contraria a lo esperado. Asimismo, en el grupo con baja conducta, el 43.75% manifest� bajos niveles de hostilidad, lo que sugiere que las actitudes observadas dentro del espacio estructurado de la clase pueden no reflejar completamente los patrones de interacci�n en otros contextos escolares o sociales.

Estos resultados invitan a una reflexi�n profunda sobre la naturaleza de las conductas apropiadas desarrolladas en educaci�n f�sica. Si bien las actividades deportivas fomentan la colaboraci�n, el respeto por las normas y el trabajo en equipo, los datos sugieren que dichas conductas pueden estar influenciadas m�s por el contexto reglado y moment�neo de la actividad f�sica que por una verdadera internalizaci�n de habilidades socioemocionales. Es posible que los estudiantes adopten comportamientos funcionales dentro del entorno de juego, pero sin que estos se consoliden como disposiciones emocionales o relacionales fuera de dicho contexto.

Adem�s, el resultado de la correlaci�n de Pearson (r = 0.0697) confirma la inexistencia de una relaci�n significativa entre las dos variables, lo cual refuerza la hip�tesis de que la hostilidad est� determinada por m�ltiples factores que trascienden la conducta observable durante las clases de educaci�n f�sica. Aspectos como el entorno familiar, las din�micas sociales del aula, el nivel de autoestima y las habilidades emocionales no entrenadas podr�an estar modulando este fen�meno, como lo mencionan Ca�on y Villarreal (2022) y Gonz�lez y P�rez (2021).

En consecuencia, este estudio aporta una evidencia cr�tica para el campo de la educaci�n f�sica escolar, al demostrar que el desarrollo de habilidades conductuales visibles no garantiza por s� solo una mejora en el clima de convivencia. Por el contrario, invita a revisar la estructura curricular y pedag�gica de la asignatura, incorporando de manera m�s expl�cita contenidos vinculados a la resoluci�n de conflictos. Adem�s, los resultados reflejan las limitaciones impuestas por la reciente reducci�n del tiempo curricular de educaci�n f�sica, que pas� de 30 a 25 horas pedag�gicas semanales, dificultando un abordaje integral que incluya componentes emocionales y sociales. Esta situaci�n refuerza la necesidad de repensar las pol�ticas educativas y fortalecer el car�cter formativo de la asignatura, permitiendo que los docentes no solo desarrollen habilidades motrices, sino tambi�n trabajen de forma sostenida en la construcci�n de habilidades para la convivencia y la autorregulaci�n emocional.

Finalmente, Reyes et al. (2020) argumentan que la resoluci�n de conflictos es una competencia cr�tica desarrollada en la educaci�n f�sica. La competici�n deportiva y la participaci�n en actividades f�sicas suelen presentar retos y situaciones que demandan una gesti�n efectiva de conflictos. Los estudiantes aprenden a negociar, a buscar soluciones justas y a desarrollar habilidades para resolver problemas. Estas capacidades son fundamentales para establecer y mantener relaciones sociales saludables. La educaci�n f�sica, al ofrecer un escenario para practicar y mejorar estas habilidades, desempe�a un papel significativo en la preparaci�n de los estudiantes para interactuar de manera constructiva y arm�nica en la sociedad.

CONCLUSIONES

El presente estudio permiti� evidenciar que no existe una relaci�n significativa entre los niveles de conducta apropiada y los niveles de hostilidad en estudiantes de bachillerato. A pesar de observarse una tendencia alta en conductas apropiadas dentro del aula de educaci�n f�sica, estas no se tradujeron en una reducci�n proporcional de actitudes hostiles, lo que contradice la hip�tesis planteada inicialmente. Este hallazgo cuestiona las suposiciones comunes sobre el impacto directo de la educaci�n f�sica en la mejora del clima escolar, invitando a una revisi�n m�s cr�tica del enfoque pedag�gico actual.

Asimismo, la correlaci�n d�bil encontrada entre ambas variables (r = 0.0697) refuerza la idea de que la hostilidad en el entorno escolar es un fen�meno complejo, influido por factores externos como el entorno familiar, la autoestima, el manejo emocional y las din�micas sociales. Esto abre una l�nea de an�lisis importante para futuras investigaciones que quieran abordar la hostilidad desde una perspectiva interdisciplinaria.

Por �ltimo, la reducci�n de las horas pedag�gicas de educaci�n f�sica, de 30 a 25 semanales, limita significativamente el tiempo disponible para trabajar en la resoluci�n de conflictos. Este aspecto estructural podr�a estar afectando negativamente el impacto formativo de la asignatura, debilitando su potencial como herramienta para mejorar la convivencia escolar y la salud emocional del estudiante.

 

 

Referencias

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