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Perfil lip�dico y su relaci�n con enfermedades cardiovasculares en pacientes que acuden al laboratorio EMER-LAB a�o 2023
Lipid profile and its relationship with cardiovascular diseases in patients attending the EMER-LAB laboratory in 2023
Perfil lip�dico e a sua rela��o com as doen�as cardiovasculares em doentes atendidos no laborat�rio EMER-LAB em 2023
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Correspondencia: cabrera-mayra0788@unesum.edu.ec
Ciencias de la Salud
Art�culo de Investigaci�n
* Recibido: 11 de marzo de 2025 *Aceptado: 10 de abril de 2025 * Publicado: �09 de mayo de 2025
I. Universidad Estatal del Sur de Manab�, Instituto de Posgrado, Maestr�a en Ciencias del Laboratorio Cl�nico, Jipijapa, Provincia de Manab�, Ecuador.
II. Universidad Estatal del Sur de Manab�, Instituto de Posgrado, Maestr�a en Ciencias del Laboratorio Cl�nico, Jipijapa, Provincia de Manab�, Ecuador.
Resumen
Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial. Sin embargo, se han reportado hallazgos inconsistentes entre estas enfermedades y el colesterol de las lipoprote�nas de baja densidad. Este estudio tuvo como objetivo analizar el perfil lip�dico y su relaci�n con enfermedades cardiovasculares en pacientes que acudieron al laboratorio EMER-LAB a�o 2023. Se realiz� una investigaci�n observacional, de tipo transversal, retrospectiva y anal�tica con 255 registros de pacientes de 45 a 65 a�os atendidos en un laboratorio privado en la ciudad de Quevedo en la Provincia de los R�os, que cumplieron con los criterios de selecci�n del estudio. Los resultados mostraron alteraciones significativas (p<0,0001) en el perfil lip�dico, observ�ndose el colesterol total y los triglic�ridos altos en el 74,5% de los casos, tambi�n el colesterol en concentraciones moderadas en el 21,9% de esta poblaci�n. El colesterol de las lipoprote�nas de baja densidad estuvo elevado en el 69,4%, y disminuido en el 80,8% en las lipoprote�nas de alta densidad. Se identificaron cuatro enfermedades cardiovasculares en los adultos analizados, que incluyeron dislipidemias (80,8%), hipertensi�n arterial (49,0%), insuficiencia card�aca (18%) y arritmias card�acas (9,0%). Se encontr� una asociaci�n significativa (p<0,001) entre las alteraciones del perfil lip�dico y estas enfermedades. Estos hallazgos resaltan la interconexi�n entre las enfermedades cardiovasculares y factores de riesgo modificables, como el perfil lip�dico. La coexistencia de estas condiciones indica la importancia de un manejo integral, enfatizando la necesidad de estrategias preventivas e intervenciones espec�ficas para mejorar la salud cardiovascular en esta poblaci�n.
Palabras clave: Dislipidemias; hipertensi�n arterial; metabolismo lip�dico; riesgo cardiometab�lico.
Abstract
Cardiovascular diseases are one of the leading causes of morbidity and mortality worldwide. However, inconsistent findings have been reported between these diseases and low-density lipoprotein cholesterol. This study aimed to analyze the lipid profile and its relationship with cardiovascular diseases in patients who attended the EMER-LAB laboratory in 2023. An observational, cross-sectional, retrospective, and analytical study was conducted with 255 records of patients aged 45 to 65 years seen in a private laboratory in the city of Quevedo, in the Los R�os Province, who met the study selection criteria. The results showed significant alterations (p < 0.0001) in the lipid profile, with high total cholesterol and triglycerides observed in 74.5% of cases, and moderate cholesterol concentrations in 21.9% of this population. Low-density lipoprotein cholesterol was elevated in 69.4% of the population, while high-density lipoprotein cholesterol was decreased in 80.8%. Four cardiovascular diseases were identified in the adults analyzed, including dyslipidemias (80.8%), hypertension (49.0%), heart failure (18%), and cardiac arrhythmias (9.0%). A significant association (p<0.001) was found between lipid profile abnormalities and these diseases. These findings highlight the interconnectedness between cardiovascular diseases and modifiable risk factors, such as lipid profile. The coexistence of these conditions indicates the importance of comprehensive management, emphasizing the need for preventive strategies and specific interventions to improve cardiovascular health in this population.
Keywords: Dyslipidemias; hypertension; lipid metabolism; cardiometabolic risk.
Resumo
As doen�as cardiovasculares s�o uma das principais causas de morbilidade e mortalidade no mundo. No entanto, foram relatados resultados inconsistentes entre estas doen�as e o colesterol das lipoprote�nas de baixa densidade. Este estudo teve como objetivo analisar o perfil lip�dico e a sua rela��o com as doen�as cardiovasculares em pacientes atendidos no laborat�rio EMER-LAB em 2023. Foi realizado um estudo observacional, transversal, retrospetivo e anal�tico com 255 processos cl�nicos de pacientes dos 45 aos 65 anos atendidos num laborat�rio privado na cidade de Quevedo, na prov�ncia de Los R�os, que cumpriu os crit�rios de sele��o do estudo. Os resultados mostraram altera��es significativas (p<0,0001) no perfil lip�dico, com colesterol total e triglic�ridos elevados observados em 74,5% dos casos, e tamb�m colesterol em concentra��es moderadas em 21,9% desta popula��o. O colesterol das lipoprote�nas de baixa densidade foi elevado em 69,4%, e o colesterol das lipoprote�nas de alta densidade foi diminu�do em 80,8%. Foram identificadas quatro doen�as cardiovasculares nos adultos analisados, entre elas dislipidemias (80,8%), hipertens�o arterial (49,0%), insufici�ncia card�aca (18%) e arritmias card�acas (9,0%). Foi encontrada uma associa��o significativa (p<0,001) entre as altera��es do perfil lip�dico e estas doen�as. Estas descobertas destacam a interliga��o entre as doen�as cardiovasculares e os fatores de risco modific�veis, como o perfil lip�dico. A coexist�ncia destas condi��es indica a import�ncia de uma gest�o abrangente, enfatizando a necessidade de estrat�gias preventivas e interven��es espec�ficas para melhorar a sa�de cardiovascular nesta popula��o.
Palavras-chave: Dislipidemias; press�o arterial elevada; metabolismo lip�dico; risco cardiometab�lico.
Introducci�n
El perfil lip�dico es la prueba que mide los niveles de grasas o l�pidos en la sangre, y contribuye a determinar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares (ECV), las cuales son una preocupaci�n sanitaria mundial, ya que constituyen una de las mayores causas de enfermedad y muerte globales (1). Forman parte del grupo de patolog�as denominado enfermedades cr�nicas no transmisibles (ECNT) que afectan el coraz�n y los vasos sangu�neos, porque su evoluci�n produce estrechamiento de los vasos sangu�neos por la acumulaci�n en su mayor�a de l�pidos, que, al consolidarse en ateromas en las arterias, conducen consecuentemente a la aterosclerosis, bloqueando o reduciendo el flujo de sangre oxigenada a los �rganos y tejidos. Estas enfermedades en l�neas generales, contribuyen a la carga de discapacidad (2).
La Asociaci�n Estadounidense del Coraz�n, en colaboraci�n con los Institutos Nacionales de Salud, publica anualmente las estad�sticas m�s actualizadas relacionadas con las enfermedades card�acas, los accidentes cerebrovasculares y los factores de riesgo cardiovascular, de acuerdo a este registro, las ECV siguen siendo la principal causa de muerte en Estados Unidos de Am�rica (EE.UU.), con 874.613 muertes para el a�o 2019. Adem�s, para el a�o 2021, 126,9 millones de adultos estadounidenses, 19, 9 millones en Europa y Asia y 995. 953 personas en Am�rica Latina, presentaron alguna forma de ECV (3).
Se estima que las enfermedades cardiovasculares experimentar�n un incremento del 41%, lo que tambi�n implicar� un aumento en los costos relacionados con la atenci�n sanitaria (4). Los pa�ses con las tasas m�s altas de mortalidad por ECV son Alemania (37,6%), EE.UU. (31,6%) y Brasil (28,8%) (5). Para el a�o 2023, las tasas de mortalidad m�s altas se notificaron en pa�ses como China, donde se alcanzaron cifras de 73,4%, en Australia (25%), Finlandia (23,3%), EE.UU. y el Reino Unido (20,3%), mientras que en Asia, Europa y Am�rica alcanzaron el 15,3% (6).���� La Organizaci�n Panamericana de la Salud (OPS) notific�, en el 2019, la muerte de 2.0 millones de personas a causa de las ECV, aunque la tasa de mortalidad var�a esencialmente entre los pa�ses, se observ� desde 428,7 muertes por 100.000 habitantes en Hait� a 73,5 muertes por 100.000 habitantes en Per� (7).
En Ecuador, el Ministerio de Salud P�blica (MSP), notific� en el a�o 2018, que las ECV fueron la principal causa de mortalidad y que el 25,8% de los adultos, presentaron tres o m�s factores de riesgo para ECNT, el 19,8% de la poblaci�n ten�a hipertensi�n arterial (HTA), y un gran porcentaje sin control terap�utico. En el 2019, las ECV representaron el 26,5% del total de muertes. Entre las condiciones m�s frecuentes asociadas a estas patolog�as se identificaron la HTA, la hiperglucemia o resistencia a la insulina, la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) e hipercolesterolemia (8). Ante esta realidad, es evidente la importancia de monitorear la carga de las ECV.
Los factores de riesgo cardiovasculares, ambientales, metab�licos y sociales son los principales generadores de las ECV. En Ecuador un estudio sobre factores de riesgo de ECV en adultos j�venes, describi� la presencia de diversos factores de riesgo no modificables como ser de sexo masculino, antecedentes familiares de ECV, obesidad y sedentarismo; mientras que los factores modificables fueron tener un diagn�stico de HTA, hipercolesterolemia familiar y DM2, lo cual hace necesario una estrategia de intervenci�n para su control (9).
Diversos estudios han demostrado que muchos de estos factores de riesgo, est�n interrelacionados y la exposici�n simult�nea a m�ltiples factores, aumenta significativamente la incidencia de ECV. En espec�fico, la HTA, DM2 e hiperlipidemia est�n estrechamente relacionadas con un comportamiento y un estilo de vida poco saludable. Dentro de estos factores, se destaca la dislipidemia, que se caracteriza por un incremento en los niveles de colesterol total (CT), triglic�ridos (TG) y colesterol de lipoprote�nas de baja densidad (C-LDL), como un factor predisponente com�n y la coexistencia en pacientes hipertensos o con DM2, aumenta el riesgo cardiovascular y de ECV (10).
El consenso actual sobre el manejo integral de las ECV y la dislipidemia se centra en los l�pidos principales, como el CT y C-LDL como el objetivo primario de intervenci�n (11). Sin embargo, algunos estudios han demostrado que en pacientes con niveles de C-LDL bien controlados, todav�a existe un riesgo residual de ECV (12). Por lo tanto, el manejo conjunto de las ECV y los l�pidos se ha convertido en la piedra angular de la prevenci�n y el tratamiento de �stas. Es por ello que, este estudio busca generar conocimiento que permita reducir la prevalencia y mortalidad asociada con ECV, mediante un mejor entendimiento del papel que juegan los l�pidos en la salud cardiovascular. Por lo tanto, en la presente investigaci�n retrospectiva, se plante� analizar si las alteraciones en el perfil lip�dico (colesterol total, C-LDL, C-HDL, triglic�ridos) est�n relacionadas con la incidencia de enfermedades cardiovasculares en pacientes adultos que acudieron al laboratorio EMER-LAB durante el a�o 2023.
Situaci�n problem�tica
Estudios previos que han evaluado la asociaci�n entre ECV como las HTA y los metabolitos del perfil lip�dico medidos por qu�mica cl�nica convencional han informado hallazgos inconsistentes con respecto a la asociaci�n solo con LDL-C. Asimismo, los biomarcadores circulantes se han asociado previamente con factores de riesgo relacionados con la aterosclerosis, pero la naturaleza de estas asociaciones no se comprende completamente (13).
La disfunci�n metab�lica a menudo representa un conjunto de afecciones, como la dislipidemia, HTA y DM2, que aumentan el riesgo de ECV. Sin embargo, la relaci�n causal entre los perfiles lip�dicos y la existencia o coexistencia de �stas sigue sin estar clara. Un estudio de aleatorizaci�n mendeliana para desentra�ar y priorizar los posibles efectos causales de los principales l�pidos, las part�culas de lipoprote�nas y los metabolitos circulantes sobre la presi�n arterial y la presi�n del pulso demostr� que los TG fueron la exposici�n causal m�s probable entre los l�pidos principales y el aumento de la presi�n arterial diast�lica (PAD) y la sist�lica (PAS) (14).
La PAS elevada es muy frecuente en la poblaci�n de edad avanzada y aumenta en importancia con el avance de la edad para la aparici�n y progresi�n de eventos adversos de ECV y dado que los indicadores de HTA difieren en poblaciones en cuanto a la susceptibilidad, mecanismos y pron�stico, pueden tener contribuyentes distintos (16); de all� la importancia de monitorear las ECV y sus factores de riesgo en distintas poblaciones.
Las ECV son un problema de salud mundial significativo que exige atenci�n debido a sus efectos generalizados en las tasas de enfermedad y mortalidad. Seg�n la Organizaci�n Mundial de la Salud (OMS), las ECV son la principal causa de muerte en todo el mundo, lo que resulta en casi 17,9 millones de muertes por a�o (17). Los or�genes complejos de las ECV implican una interacci�n sofisticada entre variables gen�ticas, ambientales y de estilo de vida. Entre estos factores, la dislipidemia es clave para el desarrollo de las ECV. El amplio impacto de las ECV en todo el mundo requiere un an�lisis exhaustivo para comprender completamente su inmenso alcance. Seg�n los datos m�s recientes, la aparici�n de ECV est� aumentando, lo que presenta un problema de salud p�blica significativo en muchas poblaciones y lugares (18).
Las consecuencias econ�micas de las ECV son igualmente sustanciales, ya que los sistemas de atenci�n m�dica a nivel mundial luchan con los crecientes gastos vinculados a la prevenci�n, el diagn�stico y el tratamiento de estas afecciones. Las cifras resaltan la necesidad inmediata de una comprensi�n completa de los factores de riesgo vinculados a las ECV, centr�ndose espec�ficamente en los trastornos lip�dicos. Existe un v�nculo significativo entre las alteraciones lip�dicas y el desarrollo de ECV, incluida la aterosclerosis, que es el principal proceso patol�gico responsable de la mayor�a de los eventos cardiovasculares. Ejemplo de ello es la hipercolesterolemia y el alto riesgo de desarrollo prematuro de ECV debido a la exposici�n a niveles elevados de LDL-C (19).
La dislipidemia crea las condiciones para el desarrollo de placas ateroscler�ticas en las paredes de las arterias, lo que est� estrechamente relacionado con el inicio y el avance de las ECV. Numerosas investigaciones epidemiol�gicas y ensayos cl�nicos han demostrado claramente la asociaci�n entre la dislipidemia y los resultados cardiovasculares adversos. La enfermedad cardiovascular ateroscler�tica (ECVA) es la principal causa de muerte en el mundo. La ECVA tiene m�ltiples mediadores, como la dislipidemia, la HTA, la DM2 y el tono inflamatorio sist�mico elevado, entre otros. El C-LDL es uno de los mediadores mejor estudiados y establecidos. Sin embargo, a pesar de la evidencia que respalda que la reducci�n del C-LDL disminuye los eventos de ECVA, �stos pueden reaparecer, incluso en pacientes cuyo C-LDL se ha reducido (20). Por lo que la b�squeda de factores lip�dicos de riesgo, sigue siendo un tema de inter�s actual.
Varios estudios epidemiol�gicos observacionales y gen�ticos han destacado el papel causal de los TG en el desarrollo y la progresi�n de la ECV. La modificaci�n del estilo de vida se ha considerado la primera l�nea de intervenci�n para el manejo de la hipertrigliceridemia (21). En Ecuador se ha estudiado el riesgo cardiometab�lico de las ECV y las interacciones de diferentes factores de riesgo (6, 9); sin embargo, son pocos los estudios que han explorado la asociaci�n entre ECV prevalentes y las variaciones en los l�pidos como una herramienta disponible en la evoluci�n de ese riesgo y su aplicaci�n como marcadores metab�licos de uso rutinario, lo que mejorar�a la comprensi�n del metabolismo lip�dico, favorecer�a el pron�stico de este grupo de enfermedades y la predicci�n y gesti�n del riesgo.
La creciente prevalencia mundial de ECV pone en relieve la necesidad de comprender las complejas relaciones entre las anomal�as lip�dicas y el riesgo cardiovascular elevado. Las ECV son una de las causas primarias de mortalidad a nivel mundial, lo que requiere enfoques innovadores para una evaluaci�n y un pron�stico precisos del riesgo. El perfil lip�dico, est� constituido por par�metros disponibles en cualquier laboratorio cl�nico, por lo que representa una herramienta accesible y de bajo costo que permitir�a valorar el riesgo cardiovascular en el grupo de pacientes de la ciudad de Quevedo, en primera instancia como beneficiarios directos e indirectamente a las poblaciones con este tipo de patolog�as, as� como la comunidad cient�fica, ya que con dicha informaci�n pueda servir para llevar un mejor control, no solo de la insuficiencia cardiaca, sino tambi�n de las dem�s enfermedades cardiovasculares.
Asimismo, es importante que los profesionales de la salud, as� como los pacientes, conozcan que estos ex�menes habituales pueden reflejar el estado de salud cardiovascular de un paciente y contribuir a la prevenci�n de eventos adversos de riesgo cardiovascular, como la enfermedad coronaria, el infarto al miocardio y� tomar acciones para disminuir afecciones como la HTA, dislipidemia y DM2, basados en los valores de referencia, de tal forma que se aborden oportunamente los factores de riesgo cardiovascular modificables directos e indirectos y particularmente, en contextos donde los pacientes carecen de un diagn�stico temprano, lo cual demora el inicio del tratamiento adecuado y agrava el curso y pron�stico de la enfermedad, base fundamental de la presente propuesta de investigaci�n.
En Ecuador, al igual que en muchas otras regiones de Latinoam�rica, se estima que la insuficiencia card�aca por aterosclerosis afecta al 14% de la poblaci�n y se prev� que aumente conforme crece la poblaci�n. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estad�sticas y Censos (INEC), las ECV representaron la principal causa de mortalidad, siendo responsables del 27% de las muertes en el 2020 (22). Un estudio realizado por Fern�ndez y col. (23) profundizaron en los factores determinantes de la insuficiencia card�aca en el pa�s. Los hallazgos evidenciaron que esta condici�n est� en crecimiento, afectando a un rango etario m�s joven, mientras que, en personas mayores, se asocia a un incremento significativo del riesgo de mortalidad. Estos resultados destacan la urgencia de implementar medidas preventivas y de manejo oportuno para mitigar el impacto de esta patolog�a en la poblaci�n ecuatoriana.
Para enfrentar las ECV en Ecuador, el Ministerio de Salud P�blica ha implementado campa�as para fortalecer estrategias e intervenciones destinadas a controlar estas patolog�as. El objetivo es concienciar a la poblaci�n para reducir su prevalencia. Entre las medidas destinadas a reducir estas afecciones destacan la promoci�n de campa�as para prevenir y abandonar el consumo de tabaco, as� como la implementaci�n de programas que incentiven la actividad f�sica en instituciones educativas y la implementaci�n de ciclov�as recreativas en colaboraci�n con los Gobiernos Aut�nomos Descentralizados (GAD) municipales. Adem�s, se promueve la mejora de h�bitos alimentarios saludables, tanto en la ciudadan�a, como en las instituciones educativas, as� como la elaboraci�n de gu�as alimentarias (8).
En el presente estudio se plante� analizar de manera retrospectiva el perfil lip�dico y las enfermedades cardiovasculares en un grupo de pacientes que acudieron en el a�o 2023 al laboratorio privado EMER-LAB, de la ciudad de Quevedo, al tiempo que se detallaron las concentraciones del perfil lip�dico en el suero de estos pacientes, se identificaron las enfermedades cardiovasculares y se establecieron las asociaciones estad�sticas entre las variables del estudio.
Antecedentes
Zanetti y col. (13) en su investigaci�n publicada en el a�o 2020 sobre los biomarcadores circulantes y su papel causal en los factores de riesgo y eventos cl�nicos relacionados con la aterosclerosis en el Reino Unido, realizaron regresiones multivariables y an�lisis de aleatorizaci�n mendeliana de 2 muestras para evaluar las asociaciones observacionales y causales de 27 biomarcadores circulantes con 7 rasgos cardiovasculares en hasta 451. 933 participantes. Los an�lisis confirmaron evidencia de asociaciones causales entre varios biomarcadores relacionados con la glucosa y los l�pidos con la DM2 y la enfermedad de la arteria coronaria. Concluyen que se confirma y amplia las asociaciones causales novedosas que brindan informaci�n importante sobre la causa de ECV, lo que puede ayudar a acelerar nuevas estrategias de prevenci�n.
Gouaref y col. (24) publicaron en el a�o 2020, el estudio anal�tico sobre el perfil lip�dico y los biomarcadores de riesgo cardiometab�lico, incluida la hipertensi�n, en personas con DM2 de Argelia. El estudio se realiz� en 784 participantes adultos, de entre 30 y 50 a�os, y se dividieron en 3 grupos: 100 DM2 sin hipertensi�n (D); 368 DM2 con hipertensi�n (DM); y 316 participantes hipertensos sin DM2 (H). La resistencia a la insulina fue evaluada mediante el modelo de homeostasis (HOMA-IR). La dislipidemia se correlacion� con los niveles de riesgo cardiometab�lico en el grupo H. Concluyen que la relaci�n de �cidos grasos modula el riesgo cardiometab�lico, el estado inflamatorio y los biomarcadores aterog�nicos.
Wu y col. (10) en su estudio de cohorte longitudinal publicado en el a�o 2023, sobre la relaci�n temporal entre el �ndice de triglic�ridos-glucosa (TyG) y la presi�n arterial y su efecto acumulativo conjunto sobre el riesgo de ECV en China. Incluyeron los datos de 57.192 participantes de los cuales excluyeron 879 con DM2. Durante una mediana de seguimiento de 9,98 a�os, se produjeron 3.981 casos de ECV. Adem�s, los riesgos de ECV en la co-exposici�n fueron m�s prominentes en los participantes m�s j�venes. Concluyen que la elevaci�n del TyG tiene un mayor impacto en los cambios futuros de la HTA, que a la inversa. La evaluaci�n y el manejo duales de la resistencia a la insulina y la presi�n arterial contribuyen a la prevenci�n de la ECV, especialmente en individuos m�s j�venes.
Wazir y col. (18) publicaron en el a�o 2023, el estudio de revisi�n sobre trastornos lip�dicos y riesgo cardiovascular. Describen que la dislipidemia, que est� estrechamente relacionada con la aterosclerosis, es un factor de riesgo significativo para las ECV. Es causada por una combinaci�n de predisposiciones gen�ticas, factores de estilo de vida y anomal�as metab�licas. Adem�s de los perfiles lip�dicos convencionales, se est�n examinando biomarcadores recientemente identificados para determinar su capacidad de mejorar la clasificaci�n de riesgo y la eficacia de las estrategias de tratamiento. Concluyen que un an�lisis de la aparici�n y distribuci�n de las enfermedades lip�dicas en todo el mundo indica una alta frecuencia preocupante, lo que exige una reevaluaci�n de los enfoques de salud p�blica.
Bhatnagar y Jain (21) en su estudio documental publicado en el a�o 2024 sobre el papel de los biomarcadores en la evaluaci�n y el pron�stico del riesgo cardiovascular, exploraron el papel cambiante de los biomarcadores en el avance y el pron�stico del riesgo cardiovascular. El uso de biomarcadores card�acos que representan diversas v�as fisiopatol�gicas tiene el potencial de mejorar la estratificaci�n del riesgo de ECV. Se profundiza en biomarcadores establecidos como las troponinas, los p�ptidos natriur�ticos y los perfiles lip�dicos, al tiempo que se examinan candidatos emergentes como los microARN y los marcadores inflamatorios. Concluyen sobre la necesidad de dilucidar la interacci�n sin�rgica entre los marcadores tradicionales y las tecnolog�as m�s efectivas para la evaluaci�n del riesgo y el pron�stico de la ECV.
Huang, Liang y Sun (25) en su investigaci�n de an�lisis retrospectivo publicada en el a�o 2024, sobre el papel del �ndice de masa corporal (IMC), el perfil lip�dico y sus �ndices derivados en los p�lipos colorrectales, incluyeron 352 sujetos sometidos a una colonoscopia, de los cuales 247 no mostraron ninguna alteraci�n (control) y 105 presentaron p�lipos. Se compararon el perfil lip�dico s�rico y los cocientes lipoproteicos de los dos grupos. Los pacientes con p�lipos mostraron niveles significativamente mayores de CT que el grupo control (p<0,05). As� mismo, los TG y la relaci�n TG/C-HDL fueron significativamente m�s elevados en ese grupo. Se concluye que la dislipidemia podr�a aumentar la probabilidad de padecer s�ndrome metab�lico, lo cual podr�a eventualmente contribuir a la formaci�n de p�lipos colorrectales.
Wu y col. (26) en el estudio de aleatorizaci�n mendeliana publicado en el a�o 2024 sobre la enfermedad por reflujo gastroesof�gico (ERGE) y su influencia en la presi�n arterial, el perfil lip�dico y las ECV en China, se descubri� una posible influencia causal de la ERGE asociada positivamente con la presi�n arterial sist�lica (p= 0,036), la presi�n arterial diast�lica (p< 0,001) y la presi�n arterial media (p< 0,001). Adem�s, la ERGE mostr� un impacto significativo en el perfil lip�dico, lo que llev� a un aumento de los niveles C-LDL y TG, mientras que tuvo un efecto negativo en el C-HDL. Concluyen que este estudio proporciona evidencia que respalda una relaci�n causal entre la ERGE y las alteraciones en la presi�n arterial, el perfil lip�dico con mayor riesgo de ECV.
Davis, Chubb y Davis (27) en la investigaci�n longitudinal sobre la relaci�n entre el colesterol HDL s�rico, las ECV y la mortalidad en personas con DM2 en Australia, evaluaron la importancia pron�stica de las concentraciones s�ricas de C-HDL en 1.479 participantes con DM2 confirmada (713 mujeres, edad media 65,6 a�os; 763 hombres, edad media 65,9 a�os) desde el ingreso hasta la muerte. En las mujeres, el C-HDL s�rico fue predictor significativo de eventos adversos y mortalidad por todas las causas, mientras en los hombres, solo fue predictor de muerte (p=0,026). Concluyen que hubo una relaci�n significativa en forma de U entre el C-HDL s�rico y los efectos adversos cardiovasculares o la muerte por todas las causas en mujeres con DM2 teniendo implicaciones espec�ficas para la evaluaci�n de los perfiles de l�pidos s�ricos en el tratamiento cl�nico de la DM2.
Wilkinson y col. (28) en el estudio de revisi�n sobre enfermedades inflamatorias inmunomediadas, dislipidemia y riesgo cardiovascular, evaluaron cr�ticamente el conocimiento actual sobre la relaci�n entre las enfermedades inflamatorias inmunomediadas y la dislipidemia y los mecanismos subyacentes que contribuyen a la aterog�nesis en los perfiles lip�dicos y el riesgo cardiovascular. Describen que las personas con enfermedades inflamatorias autoinmunes, tienen un mayor riesgo de sufrir ECV. Una caracter�stica com�n observada fue el desarrollo de un estado dislipid�mico pro-aterog�nico, caracterizado por C-HDL disfuncionales y mayor oxidaci�n de C-LDL. Concluyen que estas enfermedades comparten caracter�sticas de inflamaci�n sist�mica, pero el impacto sobre los l�pidos y lipoprote�nas var�a seg�n la enfermedad espec�fica.
Wu y col. (29) en la investigaci�n publicada en el a�o 2024 sobre niveles de colesterol no asociado a HDL desde la ni�ez hasta la edad adulta y eventos de ECV examinaron las asociaciones del estado de colesterol no HDL entre la infancia y la edad adulta con eventos incidentes de ECV en los EE. UU. y Finlandia. Examinaron datos de participantes de seis cohortes prospectivas de ni�os (edad media inicial de 10,7 a�os) con un seguimiento de 8,9 a�os despu�s de los 40 a�os, se produjeron 147 eventos de ECV entre 5.121 participantes. Concluyen que, tanto los niveles de colesterol no HDL en la infancia, como en la edad adulta se asociaron con un mayor riesgo de eventos de ECV. Estos hallazgos sugieren que las intervenciones para prevenir y reducir los niveles elevados de colesterol en la infancia pueden ayudar a prevenir la ECV prematura.
Takaoka y col. (30) publicaron en el a�o 2024, el estudio experimental sobre hiperlipidemia intermitente como inductor de alteraci�n de los macr�fagos tisulares en la aterosclerosis. Observaron que la hiperlipidemia intermitente altera el n�mero y el fenotipo homeost�tico de macr�fagos arteriales equivalentes a los macr�fagos residentes en ratones. Los genes de macr�fagos con expresi�n alterada se enriquecen con genes vinculados a la ECVA humana. En conclusi�n, estos resultados identifican la exposici�n temprana al CT, como un determinante de la aterosclerosis acelerada, destacando la importancia del control de la hiperlipidemia en etapas tempranas de la vida y proporciona informaci�n sobre los mecanismos biol�gicos subyacentes. Este conocimiento es esencial para dise�ar estrategias efectivas para combatir la ECVA.
Hyung-Bok y col. (31) en el estudio publicado en el a�o 2024 sobre el impacto de la hipertrigliceridemia en la mortalidad cardiovascular seg�n el C-HDL en una poblaci�n de Corea, evaluaron la asociaci�n entre los niveles de TG y la mortalidad por ECV en relaci�n con el C-LDL. Se hizo seguimiento de 15.672.028 participantes de 18 a 99 a�os. Durante una media de 8,8 a�os de seguimiento, 105.174 personas murieron de ECV. Se encontr� asociaci�n log-lineal entre los TG hasta 50 mg/dL y la mortalidad general por ECV. El impacto de la hipertrigliceridemia (HTG) en la ECV se debilit�, pero permaneci� presente en personas con C-LDL < 100 mg/dl. Concluyen que la HTG aumenta de forma la mortalidad por ECV, con riesgos persistentes en j�venes y mayores con C-LDL bajo, lo que sugiere la importancia del manejo de la HTG, incluso con C-LDL controlado.
Jiang y col. (32) publicaron en el a�o 2024 el estudio de resonancia magn�tica card�aca (RMC) sobre efectos diferenciales del estado de dislipidemia y del �ndice triglic�ridos-glucosa (TyG) sobre la funci�n global del ventr�culo izquierdo (VI) y la microcirculaci�n mioc�rdica en individuos diab�ticos en China. Incluyeron 226 pacientes con DM2 y 72 controles. El grupo de diabetes se clasific� en subgrupos seg�n la presencia o ausencia de dislipidemia. El �ndice de funci�n global (GFI) disminuy� en todos los grupos (p< 0,001) y fue menor (p= 0,003) en el grupo de DM2 con TyG m�s alto. Concluyen que los efectos de la dislipidemia y un �ndice TyG elevado parecen ser diferenciales, lo que indica que no solo la cantidad de l�pidos y glucosa en sangre, sino tambi�n la calidad de los l�pidos son objetivos para prevenir un mayor da�o mioc�rdico.
Qu y col. (33) en el estudio publicado en el a�o 2024 sobre asociaci�n entre el �ndice aterog�nico del plasma (IAP) y el ictus de nueva aparici�n en individuos chinos con diferente estado de metabolismo de la glucosa, incluyeron 8.727 participantes de 45 a�os o m�s sin antecedentes de accidente cerebrovascular. El AIP se calcul� utilizando la f�rmula log [TG (mg/dL) / C-HDL (mg/dL)]. Durante un seguimiento promedio de 8,72 a�os, 734 participantes (8,4%) tuvieron un primer evento de ACV. El riesgo de ACV aument� con cada cuartil creciente de los niveles iniciales de IAP. Se concluye que un aumento en los niveles basales de IAP se asoci� significativamente con el riesgo de accidente cerebrovascular en individuos de mediana edad y ancianos, y exhibi� caracter�sticas distintas dependiendo del estado del metabolismo de la glucosa del individuo.
Gallo y col. (34) en el estudio documental publicado en el a�o 2025 sobre hipercolesterolemia e inflamaci�n: factores de riesgo cardiovascular cooperativos, describen que los cambios en la composici�n de las c�lulas inmunes, junto con la liberaci�n alterada de citocinas y quimiocinas, alteran el equilibrio entre la inflamaci�n y los mecanismos antiinflamatorios en los sitios de la placa aterog�nica. Teniendo en cuenta que las principales v�as moleculares inflamatorias est�n vinculadas con concentraciones elevadas de C-LDL e impulsados por la reducci�n relativa en la prote�na C reactiva plasm�tica. Concluyen que la identificaci�n de biomarcadores cl�nicos de inflamaci�n y posibles objetivos lip�dicos, es prometedora para monitorear y reducir la carga de enfermedad cardiovascular ateroscler�tica (ACVD) en los pacientes.
Fundamentaci�n te�rica
Enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son las principales causas de muerte en todo el mundo, fueron responsables del 16% de la mortalidad mundial en el a�o 2019. La carga de ECV resulta de una intrincada interacci�n entre factores gen�ticos, metab�licos, conductuales, sociales y ambientales. Entre estos, la baja actividad f�sica y la HTA, destacan como factores de riesgo primordiales. En el 2019, se estimaron 523 millones de casos prevalentes de ECV, mientras que las muertes por estas patolog�as continuaron aumentando, alcanzando un total de 18,6 millones ese mismo a�o. Actualmente, las cardiopat�as se posicionan como la primera causa de mortalidad en Am�rica y los accidentes cerebrovasculares, como la segunda. A nivel mundial, el accidente cerebrovascular tambi�n permanece como la segunda causa principal de muerte. Estos datos subrayan la necesidad de adoptar estrategias preventivas efectivas para abordar los factores modificables y reducir la carga global de estas afecciones (2).
El aumento sustancial de la carga de ECV en el mundo, se explica en parte por el crecimiento y el envejecimiento de la poblaci�n, pero tambi�n por la persistencia de factores de riesgo modificables y por factores sociodemogr�ficos. Existen muchos tipos de ECV, pero todas comienzan con la aterosclerosis generando una serie de condiciones patol�gicas entre las que se encuentran la resistencia a la insulina, la presi�n arterial elevada concurrente, la diabetes, dislipidemias, otras enfermedades cardiometab�licas y enfermedad isqu�mica del coraz�n, entre las condiciones m�s frecuentes y que desde hace mucho tiempo se han propuesto que contribuyen a la alta incidencia de ECV. Sin embargo, la relaci�n temporal entre ellas y el efecto de su co-exposici�n acumulada en la incidencia futura de ECV sigue sin estar clara (10).
La dislipidemia es la patolog�a relacionada a un metabolismo lip�dico alterado que antecede las ECV, por lo que mantener bajas concentraciones plasm�ticas de C-LDL a lo largo del tiempo, disminuye la cantidad de part�culas de LDL atrapadas en la pared arterial, retrasa la progresi�n de la aterosclerosis y retrasa la edad en la que se desarrollan las placas ateroscler�ticas maduras. Esto reduce sustancialmente el riesgo de eventos de enfermedad cardiovascular ateroscler�tica (ACVD) a lo largo de la vida. En este contexto, el desarrollo de la placa y la vulnerabilidad son resultado no solo de la acumulaci�n de l�pidos, sino tambi�n de la inflamaci�n (32). Se ha propuesto que los niveles del �ndice aterog�nico circulante plasm�tico (AIP) son un nuevo biomarcador de la dislipidemia y un predictor del riesgo de resistencia a la insulina. Sin embargo, la asociaci�n entre el AIP y la incidencia de accidentes cerebrovasculares de nueva aparici�n, en particular en individuos con distintos estados metab�licos de la glucosa, sigue siendo ambigua (33).
El s�ndrome metab�lico es una enfermedad caracterizada por un conjunto complejo de anomal�as fisiol�gicas, bioqu�micas y metab�licas, entre las que se incluyen obesidad central, resistencia a la insulina, hipertensi�n arterial y dislipidemia. La patogenia se desarrolla a partir de la acumulaci�n de l�pidos en el hepatocito (esteatosis). Esta acumulaci�n, en pacientes gen�ticamente predispuestos y con otros est�mulos externos (disbiosis intestinal, dieta hipercal�rica, inactividad f�sica, estr�s), activa la producci�n de mol�culas proinflamatorias, altera la autofagia y activa la actividad de las c�lulas hep�ticas, provocando la inflamaci�n cr�nica de bajo grado y la fibrosis (25).
Este s�ndrome se asocia a un riesgo significativamente mayor de desarrollar DM2, ECV, s�ndromes vasculares, renales y mortalidad general, con un riesgo que aumenta de cinco a siete veces en el caso de la DM2, de tres veces en el de la ECV y de una vez y media en el de la mortalidad por todas las causas (10). Las ECV comparten procesos patol�gicos de resistencia a la insulina, inflamaci�n cr�nica y desregulaci�n lip�dica, que contribuyen a la esteatosis hep�tica, la fibrosis y otras enfermedades de alto riesgo cardiometab�lico, como hiperuricemia, sexuales (como la infertilidad, s�ndrome de ovario poliqu�stico), cut�neas y patolog�as neopl�sicas (34).
Las caracter�sticas metab�licas centrales de las ECV giran en torno a la DM2/resistencia a la insulina, la obesidad (o distribuci�n anormal de la grasa) y la hiperlipidemia, junto con sus consecuencias relacionadas: esteatosis hep�tica, alteraciones cardiovasculares y disfunci�n metab�lica general. Este proceso implica principalmente una funci�n alterada de la insulina, pero tambi�n afecta las acciones del estradiol, la testosterona y los glucocorticoides, junto con factores diet�ticos como la ingesta excesiva de calor�as, la ingesta desequilibrada de l�pidos o carbohidratos y la incapacidad de mantener el equilibrio energ�tico. El sistema nervioso regula inicialmente el equilibrio energ�tico controlando el apetito y gestionando hormonas clave como la insulina, los glucocorticoides, la testosterona y el 17β-estradiol (34).
La esteatosis hep�tica, que altera la funci�n hep�tica, altera el equilibrio redox y altera la distribuci�n de energ�a, est� estrechamente relacionada con trastornos del metabolismo de los l�pidos, como la obesidad y la hiperlipidemia, lo que afecta a los procesos metab�licos relacionados, como el metabolismo de las purinas/uratos. El h�gado desempe�a un papel central en el procesamiento de nutrientes, y el da�o aqu� puede conducir a una disfunci�n generalizada en otros sistemas del cuerpo. La esteatosis hep�tica, o enfermedad del h�gado graso no alcoh�lico (NAFLD), a menudo se considera el trastorno metab�lico primario, ya que altera la gesti�n de la energ�a entre el sistema digestivo y la circulaci�n, lo que conduce a la inflamaci�n cr�nica del h�gado y las complicaciones posteriores asociadas (35).
La resistencia a la insulina, la intolerancia a la glucosa y la DM2 se ven exacerbadas por la disfunci�n hep�tica, los desequilibrios hormonales (incluidos niveles bajos de andr�genos y estr�genos, que est�n relacionados con la funci�n cerebral y la regulaci�n de la insulina) y las afecciones derivadas de la funci�n ineficaz de la insulina, incluidos problemas con la circulaci�n sangu�nea y la funci�n renal. La disfunci�n de corticosteroides, que afecta la regulaci�n hormonal, el crecimiento celular y las respuestas inmunitarias, tambi�n juegan un papel cr�tico en el sistema de defensa al modular y ajustar la respuesta inmunitaria, minimizando la respuesta, pero mejorando su efectividad. Su funci�n es necesaria para prevenir / corregir los da�os causados por la inflamaci�n (36).
Un aspecto importante de los corticosteroides es su regulaci�n de la reactividad de los vasos sangu�neos, afectando el flujo sangu�neo. Tambi�n juegan un papel en la reactividad vascular, afectando la presi�n arterial e influyendo en el comportamiento y la regulaci�n del apetito. Asimismo, los trastornos de la matriz extracelular y tisular, que se relacionan con la distribuci�n de energ�a, la deposici�n de grasa y las respuestas inmunitarias, y con las relaciones inmediatas con la deposici�n de grasa ect�pica y la obesidad. Estos trastornos est�n conectados, tanto con la obesidad como con la regulaci�n del sistema inmunitario (36).
La grasa subcut�nea (SAT), que constituye aproximadamente el 80% del tejido adiposo total, sirve como fuente principal de �cidos grasos para el h�gado y contribuye a los �cidos grasos libres en el plasma circulante. La SAT est� relacionada con la resistencia a la insulina y el tejido adiposo visceral (TAV), y su cantidad se correlaciona positivamente con las puntuaciones del factor del s�ndrome metab�lico, independientemente de la edad y el sexo. La infiltraci�n de c�lulas inflamatorias, desempe�a un papel clave en la inflamaci�n del tejido adiposo. Los individuos obesos a menudo presentan un fenotipo adiposo inflamado caracterizado por la acumulaci�n de macr�fagos en "estructuras similares a coronas", lo que conduce a una vasodilataci�n local deteriorada y una mayor resistencia a la insulina (37).
Se sugiere, adem�s, que las adipocinas son mediadores endocrinos significativos que influyen en la funci�n del tejido adiposo. Las prote�nas que se clasifican como adipocinas son: Leptina, que indica la masa corporal grasa; Adiponectina, un marcador de sensibilidad a la insulina y funci�n adiposa; Grelina, que estimula el apetito y la acumulaci�n de grasa visceral; Vaspina, que mejora el metabolismo de la glucosa y reduce la ingesta de alimentos; Prote�na de uni�n al retinol 4, un marcador de sensibilidad a la insulina y distribuci�n de grasa; Adropina y Apelina, que mejora el metabolismo de la glucosa; Progranulina y FAM19A5, marcadores de infiltraci�n de macr�fagos en el tejido adiposo; Omentina, vinculada a la masa de grasa visceral; Resistina y Quemerina, asociadas a la inflamaci�n y resistencia a la insulina; y Fetuina, que refleja el contenido de grasa hep�tica (37).
La fisiopatolog�a de las ECV, demuestra que la relaci�n entre la diabetes, la insuficiencia renal cr�nica (ERC), la ECVA y la insuficiencia card�aca (IC) es bidireccional; Nichols y col. (38) demostraron recientemente, en una gran poblaci�n, esta importante asociaci�n bidireccional entre la DM2, la ERC y la ECVA; estos autores concluyeron que la presencia de cada una de estas patolog�as, conlleva riesgo para las dem�s. Un s�ndrome renal cardiometab�lico que comprenda estas afecciones, puede ser una entidad patol�gica importante que requiere un enfoque de tratamiento integral.
En otro estudio reciente en una poblaci�n de pacientes adultos con DM2 de nueva aparici�n, sin enfermedad renal ni IC, al inicio del estudio, la incidencia de ERC fue mayor que la de IC, 17,6 veces m�s, pero la IC incidente, se asoci� con una mortalidad mayor que la ERC incidente. La presencia de cualquiera de las dos afecciones (frente al estado libre de ERC/IC) se asoci� con un riesgo de muerte tres veces mayor, mientras que la IC y la ERC concomitantes, confirieron un riesgo de mortalidad ajustado de seis a siete veces mayor (39).
Perfil lip�dico
Los l�pidos, caracterizados por su naturaleza hidr�foba, abarcan una amplia gama de mol�culas con propiedades y funciones distintas. Los �cidos grasos, los componentes b�sicos de los l�pidos, pueden ser saturados o insaturados, lo que influye en su estado f�sico y efectos biol�gicos. Algunos ejemplos de �cidos grasos incluyen �cido palm�tico, �cido este�rico, �cido oleico y �cido linoleico. El glicerol, un alcohol de tres carbonos, sirve como columna vertebral para la mayor�a de los l�pidos y contribuye a la formaci�n de triglic�ridos (TG), la forma primaria de almacenamiento de grasa a trav�s de enlaces �ster (40).
Los esteroles, como el colesterol (CT), desempe�an papeles vitales en los procesos celulares, incluida la formaci�n de membranas, la s�ntesis de hormonas y la absorci�n de vitaminas (p. ej., A, D, E y K), que son cruciales para varios procesos fisiol�gicos, incluida la visi�n, la salud �sea, la funci�n inmunol�gica y la coagulaci�n sangu�nea. Adem�s, los fosfol�pidos, con su cabeza hidr�fila y cola hidr�foba, contribuyen a la estructura e integridad de las membranas celulares (41).
Los l�pidos se clasifican adem�s seg�n su funci�n. Los l�pidos estructurales, como los fosfol�pidos y el colesterol, garantizan la integridad y fluidez de las membranas celulares, facilitando as� el funcionamiento celular adecuado. Los l�pidos de almacenamiento, principalmente TG y �cidos grasos almacenados en c�lulas especializadas llamadas adipocitos y pueden movilizarse cuando el cuerpo requiere energ�a. Los l�pidos de se�alizaci�n, incluidos los eicosanoides, act�an como mensajeros qu�micos y ayudan a regular diversas actividades celulares como la inflamaci�n, la coagulaci�n sangu�nea y la contracci�n del m�sculo liso. Las hormonas esteroides como el estr�geno, la testosterona y el cortisol sintetizados a partir del colesterol act�an como mensajeros qu�micos y participan en una amplia gama de funciones, incluido el crecimiento y el desarrollo, la reproducci�n, la respuesta al estr�s y el metabolismo (42).
La desregulaci�n del metabolismo lip�dico contribuye a la formaci�n de inclusiones neuronales y la p�rdida de neuronas espec�ficas en enfermedades neurodegenerativas, incluidas la enfermedad de Parkinson, Alzheimer y enfermedad de Huntington. Adem�s, las alteraciones en la homeostasis lip�dica est�n asociadas con la inflamaci�n cr�nica y la resistencia a la insulina, lo que contribuye al desarrollo de ECV y DM2 (43).
En general, los l�pidos son componentes fundamentales de la biolog�a humana y desempe�an funciones diversas y cr�ticas en el mantenimiento de la salud y la funci�n celular. Comprender la intrincada interacci�n entre los l�pidos y la enfermedad proporciona informaci�n valiosa sobre la patog�nesis de diversos trastornos humanos. Los art�culos seleccionados en este editorial destacan la compleja relaci�n entre los l�pidos y la enfermedad, y enfatizan la importancia de realizar m�s investigaciones para descubrir nuevos objetivos terap�uticos y estrategias de prevenci�n y tratamiento. Al desentra�ar las intrincadas funciones de los l�pidos en las enfermedades humanas, allanamos el camino para los avances en la medicina personalizada y las intervenciones que se dirigen al metabolismo de los l�pidos para mejorar los resultados de los pacientes (44).
Las lipoprote�nas que transportan los TG (quilomicrones y VLDL) son complejos esf�ricos compuestos por l�pidos centrales [TG y �steres de colesterol (CE)] con apolipoprote�nas de superficie, fosfol�pidos (PL) y colesterol libre (CF). Los TG obtenidos a trav�s de la dieta, son transportados en quilomicrones generados en el intestino, mientras que los TG de origen end�geno, circulan en las VLDL provenientes del h�gado. A cualquier nivel de secreci�n de quilomicrones y VLDL, la eficiencia de la lip�lisis, facilitada por la lipoprote�na lipasa (LPL) y la captaci�n de part�culas realizada por el h�gado, son factores determinantes para los niveles circulantes de TG en ayunas y posprandiales. La lip�lisis de las lipoprote�nas ricas en TG reci�n secretados, es un proceso saturable y, conforme se incrementan las tasas de secreci�n y los niveles plasm�ticos de TG, la lip�lisis muestra disminuci�n. En t�rminos generales, el aumento en la producci�n de VLDL suele ser el factor desencadenante m�s frecuente de HTG. Para cualquier tasa de secreci�n de lipoprote�nas ricas en triglic�ridos, la capacidad heredada de la v�a de la LPL tambi�n modular� el nivel en estado estacionario (45).
Alteraciones lip�dicas y riesgo cardiovascular
La hipertrigliceridemia (HTG) es una enfermedad com�n en la pr�ctica cl�nica y afecta al 15-20 % de la poblaci�n adulta. Cada vez hay m�s pruebas de que las lipoprote�nas remanentes ricas en TG desempe�an un papel causal en la enfermedad cardiovascular ateroscler�tica (ACVD), y su papel como posible diana farmacol�gica sigue siendo un �rea activa de investigaci�n. Se cree que lo que impulsa la asociaci�n de riesgo entre la HTG y la ACVD es el contenido de CT de las part�culas de lipoprote�nas remanentes y un estado proinflamatorio asociado. Sin embargo, en estudios anteriores, la asociaci�n entre la HTG y la ACVD se debilit� sustancialmente despu�s del ajuste de los principales factores de riesgo, como el nivel de C-LDL y de las C-HDL (46).
Mientras tanto, el arsenal para reducir el C-LDL se ha ampliado de tal manera que muchos pacientes en riesgo de ACVD pueden alcanzar niveles bajos de C-LDL. En consecuencia, surgen dos premisas principales: (i) La asociaci�n entre HTG y riesgo cardiovascular persiste en diferentes niveles de C-LDL y (ii) Se investiga mejor esta asociaci�n utilizando un conjunto de datos grande, con un tama�o de muestra muy grande, en un amplio rango de valores de C-LDL (47).
La frecuencia de hipertrigliceridemia (HTG) leve a moderada guarda una relaci�n directa con la prevalencia de la obesidad y la DM2; su aumento es, por lo tanto, poco sorprendente en las �ltimas d�cadas. El HTG grave, determinada por una concentraci�n plasm�tica de TG >10 mmol/L (>885 mg/dl) es menos frecuente, con una prevalencia que var�a de 0,10 a 0,20%; mientras que el HTG muy grave, definida como TG >20 mmol/L (>1770 mg/dl) es a�n m�s rara (prevalencia 0,014%). Se define como un valor "normal" para TG en ayunas de 1,7 mmol/L (hasta 150 mg/dL); cuando se considera la concentraci�n de TG sin ayuno, determinar la prevalencia de HTG es m�s dif�cil ya que no hay un punto de corte aceptado. Sin embargo, en personas normo-lipid�micos, los valores de TG posprandiales rara vez superan los 4,6 mmol/L (400 mg/dL), incluso despu�s de la prueba de provocaci�n con grasa (48).
La HTG primaria grave tiene determinantes tanto monog�nicos como polig�nicos. Un peque�o subconjunto de estos pacientes (≈ 2%) tiene quilomicronemia monog�nica o s�ndrome de quilomicronemia familiar (FCS, ex Tipo 1), una forma rara de HTG monog�nica con una prevalencia estimada de 1 a 10 en un mill�n. El diagn�stico definitivo de este trastorno autos�mico recesivo, requiere la detecci�n molecular de variantes raras, homocigotas o heterocigotas, en uno de cinco genes [LPL (80% de los casos), APOC2, APOA5, LMF1 y GPIHBP1]. La evaluaci�n gen�tica ha reemplazado a los ensayos bioqu�micos de la actividad lipol�tica plasm�tica como el est�ndar de oro para el diagn�stico (48).
Un gran n�mero de personas con HTG tambi�n desarrolla resistencia a la insulina, obesidad y diabetes mellitus tipo 2 (DM2), condiciones que se agrupan bajo el t�rmino "s�ndrome metab�lico". Esto contribuye al aumento en la secreci�n de VLDL, que se potencia, especialmente, cuando hay exceso de acilgliceroles (AG) e insulina. La resistencia a la insulina con un aumento de los AG circulantes y una disminuci�n de la se�alizaci�n de la insulina, tambi�n puede conducir a un aumento de la secreci�n de quilomicrones. Adem�s, la hiperglucemia estimula la secreci�n de quilomicrones, mientras que el p�ptido similar al glucag�n 1 la inhibe. Adem�s, la apo C-III inhibe la eliminaci�n de los remanentes; por lo tanto, en estados de mayor secreci�n de VLDL, cuando la apo C-III est� elevada, la captaci�n de part�culas remanentes se reducir�, lo que agravar� la dislipidemia (49).
Las lipoprote�nas ricas en TG s�ricos se asocian consistentemente con el riesgo de ACVD, probablemente independientemente de otras alteraciones metab�licas. Por ejemplo, en grandes estudios de cohorte de Copenhague, los TG sin ayuno de 6,6 frente a 0,8 mmol/L se asociaron con un riesgo ajustado cinco, tres y dos veces mayor de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular isqu�mico y mortalidad por todas las causas, respectivamente. El estudio de poblaci�n general de Copenhague, mostr� que los TG agregan informaci�n importante para la prevenci�n primaria de ACVD. Las personas de 40 a 65 a�os, sin ACVD y diabetes con TG >3,0 mmol/L (264 mg/dL), mostraron un riesgo similar de ACVD, en comparaci�n con las personas elegibles para estatinas (definidas seg�n las directrices ESC/EAS del 2016) (50).
Estos datos sugieren una oportunidad relevante para los estudios cl�nicos en esta poblaci�n, ya que el 80% de los eventos de ECVA se presenta en individuos que no cumplen con los criterios para la terapia preventiva con estatinas, seg�n las recomendaciones de las directrices ESC/EAS de 2016. Adem�s, los niveles de TG, son un predictor independiente del riesgo de ECVA, tanto a corto como a largo plazo, en pacientes que han experimentado un s�ndrome coronario agudo y est�n bajo tratamiento con estatinas, por lo que representan un objetivo potencial en la prevenci�n secundaria (50).
�Una relaci�n causal entre las lipoprote�nas ricas en TG y ACVD est� respaldada por estudios de aleatorizaci�n mendeliana y en condiciones como la disbetalipoproteinemia, que caracteriza a menos del 1% de los pacientes europeos homocigotos para el alelo E2. �Esta forma de apo E en las lipoprote�nas, hacen que se unan de forma defectuosa a los receptores de la superficie celular. Sin embargo, el grado de asociaci�n de los TG s�ricos con ACVD difiere entre los estudios y, a veces, se perdi� en los an�lisis multivariados. De hecho, no todas las part�culas de TG son aterog�nicas. Las part�culas de apolipoprote�nas ricas en TG grandes, como los quilomicrones nacientes, no pueden penetrar la pared vascular. Aunque los niveles circulantes de estas lipoprote�nas ricas en TG, predicen un mayor riesgo de ACVD, no est� tan claro si los TG, por s� mismos, contribuyen a la aterog�nesis (51).
A diferencia del colesterol que se acumula en las c�lulas espumosas de la �ntima y las placas ateroscler�ticas, los TG son degradados por la mayor�a de las c�lulas. Sin embargo, las lipoprote�nas ricas en TG TRL m�s peque�os enriquecidos con CE ('remanentes') promueven la aterog�nesis a trav�s de la infiltraci�n en la pared vascular y las v�as proinflamatorias y protromb�ticas. Adem�s, los niveles elevados de TG se asocian con frecuencia con part�culas patol�gicas de HDL que pueden contribuir al riesgo de ECVA (51).
La correlaci�n de los TG plasm�ticos con el riesgo de ACVD en estudios epidemiol�gicos se aten�a o se pierde despu�s de ajustar el colesterol no lipoproteico de alta densidad (no C-HDL) o apo B. La mayor�a de los TG circulantes son transportados por part�culas de muy baja densidad o VLDL y los remanentes con apo B. Las TRL, as� como las part�culas LDL, contienen una sola mol�cula de apo B. Se estima que las lipoprote�nas que contienen apo B, son Colesterol no HDL (calculada como CT � C-HDL). Un estudio reciente de aleatorizaci�n mendeliana encontr� que todas las lipoprote�nas que contienen apoB tienen un efecto similar en el riesgo de ACVD. El riesgo de enfermedad cardiovascular ateroscler�tica mediado por lipoprote�nas ricas en TG, parece estar determinado por la concentraci�n circulante de part�culas que contienen apoB en lugar de su contenido de TG y que el beneficio cl�nico de reducir los TG se correlaciona con la reducci�n de apoB, en lugar del cambio en la concentraci�n plasm�tica de TG (52).
La DM2, la dislipidemia y los trastornos cardiovasculares representan enfermedades cr�nicas muy prevalentes en los pa�ses desarrollados que contribuyen a una alta morbilidad y p�rdida de calidad de vida. A pesar de los numerosos avances, el campo de las enfermedades cardiometab�licas sigue siendo un reto debido a la alta prevalencia de complicaciones y mortalidad. Es necesario seguir investigando, tanto in vitro como in vivo, para descubrir nuevas mol�culas implicadas en la patog�nesis, el diagn�stico, el pron�stico y el tratamiento. Adem�s, la promoci�n de la investigaci�n molecular en diabetes, dislipidemias y ECV para encontrar nuevas v�as fisiopatol�gicas y posibles tratamientos a�n ofrece un amplio potencial de exploraci�n (53).
La DM2 es un trastorno metab�lico que a menudo predispone a las ECV, las cuales son una causa importante de morbilidad y mortalidad en la diabetes. La dislipidemia durante la DM2, se caracteriza por C-HDL bajo, TG altos con C-LDL ligeramente aumentado o incluso normal. Este aumento atenuado de C-LDL se debe a las part�culas LDL peque�as y densas m�s aterog�nicas. Los factores gen�ticos, la obesidad, la falta de actividad f�sica, el abuso de alcohol y los niveles de glucosa mal controlados, son algunos de los factores de riesgo comunes para la dislipidemia. El tratamiento no farmacol�gico de la dislipidemia es importante e incluye la modificaci�n de la dieta, el aumento de la actividad f�sica y los esfuerzos para reducir el peso. Las estatinas siguen siendo la base de la farmacoterapia para la dislipidemia en la diabetes (54).
Debido a las LDL peque�as y densas, incluso los pacientes con diabetes que tienen C-LDL normal, logran una reducci�n en el riesgo cardiovascular con la terapia con estatinas. Un buen control gluc�mico en la DM2 conduce a menos eventos cardiovasculares. La manifestaci�n de ECV en pacientes con diabetes, no est� condicionada por un control estricto de los niveles de glucosa en sangre. Adem�s de la resistencia y deficiencia de insulina, las anomal�as de los l�pidos s�ricos o dislipidemia, son comunes en pacientes con DM2 y s�ndrome metab�lico. El uso de farmacoterapia para reducir los TG en pacientes con HTG leve a moderada y diabetes sigue siendo un tema de debate. El manejo adecuado de la dislipidemia es un componente cr�tico del tratamiento de la DM2 (54).
La enfermedad arterial perif�rica (EAP) afecta al 12% de la poblaci�n adulta y est� aumentando a nivel mundial. Cuando se asocia con aterosclerosis en dos o m�s lechos arteriales, como la enfermedad de la arteria coronaria (EAC), la arteria mesent�rica/renal y la enfermedad cerebrovascular, se conoce como enfermedad polivascular. La progresi�n de la EAP se observa en el 1% de los pacientes afectados por a�o, y pueden tener un riesgo de muerte cardiovascular de 10 a 15 veces mayor. Las directrices para el tratamiento de las dislipidemias, han sugerido que, para la prevenci�n primaria o secundaria en pacientes de riesgo muy alto, los pacientes deben seguir un r�gimen terap�utico que logre una reducci�n de C-LDL >50 % desde el inicio y un objetivo de C-LDL <55 mg/dl (55).
Metodolog�a
Dise�o y tipo del estudio
Se realiz� una investigaci�n con dise�o observacional, de tipo transversal, retrospectiva y anal�tica (56).
Poblaci�n y muestra
Para asegurar que los datos reflejen con precisi�n las caracter�sticas de toda la poblaci�n durante el per�odo de estudio, se utiliz� la muestra censal (57); a partir de todos los registros de pacientes adultos y atendidos en el a�o 2023 en la base de datos digital del Laboratorio EMER-LAB, ubicado en Quevedo en la Provincia de Los R�os-Ecuador.� La poblaci�n estudiada en este per�odo const� de 255 pacientes.
Criterios de selecci�n
Estos pacientes fueron seleccionados seg�n los siguientes criterios de inclusi�n y exclusi�n:
Criterios de inclusi�n:
● Pacientes adultos de 45 a 65 a�os de edad, masculino o femenino, de cualquier etnia, atendidos en el laboratorio EMER-LAB
● Pacientes con el historial completo de enfermedades cardiovasculares identificadas y del perfil lip�dico
● Pacientes que acudieron para la determinaci�n de los resultados entre julio a diciembre del a�o 2023.
Criterios de exclusi�n:
● Pacientes fuera del rango de edad de inter�s del estudio
● Pacientes con patolog�as no relacionadas a la investigaci�n.
● Pacientes con ingesta declarada en su registro de f�rmacos hipolipemiantes que podr�an alterar los resultados del perfil lip�dico.
● Pacientes con condiciones cr�ticas, oncol�gicas o de inmunosupresi�n.
Consideraciones �ticas
Se gestion� la aprobaci�n y autorizaci�n para la realizaci�n del estudio ante las autoridades de las instituciones participantes. De igual manera, cumpliendo con las normativas �ticas del pa�s e internacionales, contenidas en la Declaraci�n de Helsinki (58) para la investigaci�n en seres humanos, este proyecto fue enviado y aprobado por un Comit� de �tica de Investigaci�n en Seres Humanos (CEISH), cuya acta de aprobaci�n fue designada con el N� 1739497898, de fecha 22 de febrero de 2025.�
Este estudio se considera una investigaci�n sin riesgo, dado el dise�o y tipo de investigaci�n utilizado (59).� Tambi�n es una investigaci�n pertinente desde el punto de vista social y cient�fico dado que responde a preguntas cient�ficas, que permiten generar conocimiento que permita mejorar la salud y el bienestar de las personas seg�n lo expuesto en el planteamiento del problema y justificaci�n de este documento, donde se enfatiza el trabajo vinculado con un ente de salud y el abordaje en conjunto para el beneficio de la comunidad de pacientes con enfermedades cardiovasculares.
Adem�s, se asegur� el resguardo de la confidencialidad de los datos e identidad de los participantes, al hacer uso de una base de datos anonimizada y la identificaci�n de custodios de la informaci�n procesada como fueron el jefe del laboratorio y la investigadora principal, tomando medidas para compartir solo datos an�nimos con los investigadores y limitar el acceso de terceros a los mismos, tal como lo contempla la Ley Org�nica de Protecci�n de Datos Personales (60). Igualmente, previo a iniciar la ejecuci�n de la investigaci�n se dieron a conocer, ante las instituciones participantes, el problema planteado, los objetivos establecidos y la relevancia y justificaci�n de este proyecto.
Procedimientos y m�todos en la fase anal�tica
Instrumento de recolecci�n de datos
Se procedi� a la recolecci�n de la informaci�n del a�o 2023 en el laboratorio EMER-LAB en la ciudad de Quevedo, una vez aprobada la solicitud de carta de inter�s y cumpliendo con los criterios de protecci�n de informaci�n de terceros, se recogi� la informaci�n de todos los pacientes que cumplieron con los criterios de inclusi�n del estudio, bas�ndose en la base de datos del laboratorio. Una vez seleccionados los registros de pacientes, los datos fueron vaciados en una base de datos digital anonimizada, dado que fue codificada con el a�o de recolecci�n y una numeraci�n consecutiva, (2023001), a fin de asegurar el uso de datos an�nimos. En esta se incluyeron los resultados obtenidos de los componentes del perfil lip�dico (Colesterol, triglic�ridos, C-HDL y C-LDL) y enfermedades cardiovasculares.
Todos los pacientes fueron en su momento atendidos por los m�dicos especialistas y diagnosticados cl�nicamente con las enfermedades cardiovasculares registradas y sometidos a la recolecci�n de muestras de sangre venosa, por personal autorizado y calificado del laboratorio cl�nico EMER-LAB. Las muestras fueron recolectadas en tubos est�riles siguiendo las normas y protocolos est�ndar para realizar la venopunci�n. Una vez centrifugadas y obtenido el suero se determinaron los componentes del perfil lip�dico.
Cuantificaci�n del perfil lip�dico
Este ensayo se basa en el principio de m�todos enzim�ticos colorim�trico, cuya intensidad del color, se mide por espectrofotometr�a. Estas pruebas fueron realizadas por personal calificado de manera automatizada haciendo uso de un equipo de Bioqu�mica BIOELAB� ES-380 (China); con reactivos de la marca ELITECH; tomando como valores de referencia, los siguientes:
Colesterol total: < 200 mg/dl (�ptimo); 200-239 mg/dl (moderado); ≥240 mg/dl (alto)
Triglic�ridos: Hasta 200 mg/dl
C-HDL: ≥ 55 mg/dl
C-LDL: Hasta 150 mg/dL
An�lisis estad�stico de los datos
En el an�lisis de los datos, se emple� estad�stica descriptiva para expresar los resultados en frecuencias porcentuales, que fueron tabulados y procesados utilizando el programa IBM� SPSS�. Para la estad�stica inferencial, se aplic� la prueba Chi-cuadrado en variables cualitativas y el test t de Student en variables cuantitativas. Se consider� un nivel de significancia de p<0,05.
Resultados
Tabla 1. Concentraciones del perfil lip�dico en pacientes adultos atendidos en el laboratorio EMER-LAB en el a�o 2023.
|
Par�metro |
Mg/dl |
n |
% |
�DE |
|
Colesterol
|
�ptimo (<200) |
9 |
3,5 |
175�9,9 |
Moderado (200-239) |
56 |
21,9 |
223�7,7* |
||
Alto (≥240) |
190 |
74,5 |
287�42* |
||
Triglic�ridos |
Normal (Hasta 200) |
65 |
25,5 |
171�28 |
|
Alto (>200) |
190 |
74,5 |
355�172* |
||
C-HDL |
Normal (≥55) |
49 |
19,2 |
58�2,5 |
|
Bajo (<55) |
206 |
80,8 |
45�6,1* |
||
C-LDL |
Normal (Hasta 150) |
78 |
30,6 |
121�27 |
|
Alto (>150) |
177 |
69,4 |
195�37* |
*p<0,0001 con respecto a su respectivo grupo normal
Interpretaci�n: Se observaron alteraciones en los niveles de todos los componentes del perfil lip�dico. Las concentraciones de colesterol total y triglic�ridos se observaron altas en el 74,5% de los casos analizados, tambi�n el colesterol en concentraciones moderadas en el 21,9% de esta poblaci�n. C-LDL se observ� incrementado en el 69,4%; mientras que C-HDL estuvo significativamente baja en el 80,8% de los adultos estudiados. En esta poblaci�n, las concentraciones caracter�sticas de las dislipidemias, mostraron valores promedio, junto con su desviaci�n est�ndar (�DE), significativamente elevados (p<0,0001) en colesterol, triglic�ridos y C-LDL, en comparaci�n con el grupo con valores basales normales o dentro del rango de referencia, y significativamente bajas para C-HDL (Tabla 1).
Tabla 2. Enfermedades cardiovasculares identificadas en los pacientes seleccionados en el periodo del estudio.
Enfermedad cardiovascular |
Sexo |
Frecuencia |
|
|
Femenino |
Masculino |
n |
% |
|
Dislipidemias |
173 |
33 |
206 |
80,8 |
Hipertensi�n arterial |
83 |
42 |
125 |
49,0 |
Insuficiencia card�aca |
34 |
12 |
46 |
18,0 |
Arritmias card�acas |
17 |
6 |
23 |
9,0 |
Interpretaci�n: Se identificaron cuatro enfermedades cardiovasculares en los adultos analizados, donde se observa un predominio de la poblaci�n de sexo femenino con respecto a la masculina. Las dislipidemias fueron las m�s frecuentes con 80,8% y la que se present� en combinaci�n con el resto de las enfermedades. La segunda en frecuencia fue la hipertensi�n arterial con 49,0%, seguida de insuficiencia card�aca (18%) y arritmias card�acas (9,0%) (Tabla 2).�
Tabla 3. Relaci�n entre las concentraciones del perfil lip�dico y las enfermedades cardiovasculares en los pacientes en estudio.
Resultado |
|
Enfermedad cardiovascular |
c2
p |
||
Presente |
ausente |
||||
n |
�� n |
��������� n |
|||
Colesterol |
Normal |
9 |
2 |
��������� 7 |
0,001 |
Moderado |
56 |
37 |
19 |
||
Alto |
190 |
185* |
5 |
||
Triglic�ridos |
Normal |
65 |
14 |
��������� 51 |
0,001 |
Alto |
190 |
187* |
3 |
||
C- HDL |
Normal |
49 |
9 |
��������� 40 |
0,001 |
Bajo |
206 |
197* |
9 |
||
C- LDL |
Normal |
78 |
8 |
70 |
0,0001 |
Alto |
177 |
177* |
0 |
Interpretaci�n: Al establecer la relaci�n entre las concentraciones del perfil lip�dico y las enfermedades cardiovasculares en los pacientes en estudio, todos los componentes del perfil lip�dico se evidenciaron relacionados a estas enfermedades al demostrarse una significativa asociaci�n (p<0,001) entre los niveles altos de colesterol total, triglic�ridos y C-LDL y entre los niveles bajos de C-HDL con la presencia de las enfermedades cardiovasculares en este grupo de pacientes (Tabla 3).
Discusi�n
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) han sido la principal causa de mortalidad durante m�s de tres d�cadas y representan aproximadamente un tercio de todas las muertes mundiales, con 20,5 millones de muertes registradas en el a�o 2021 (61). Cabe destacar que la tasa estandarizada por edad de ECV ha comenzado a aumentar donde estaba disminuyendo, especialmente en pa�ses de altos ingresos (62). En algunos pa�ses, este aumento en las tasas de mortalidad cardiovascular espec�ficas por edad puede estar relacionado con el aumento de la obesidad y la diabetes, entre otras patolog�as, y con los factores de riesgo cardiovascular (63).
En Ecuador, al igual que en muchas otras regiones de Latinoam�rica, se estima que la insuficiencia card�aca por aterosclerosis afecta al 14% de la poblaci�n y se prev� que aumente conforme crece la poblaci�n (22). En el presente estudio retrospectivo se analizaron las concentraciones del perfil lip�dico y su relaci�n con enfermedades cardiovasculares en pacientes que acudieron al laboratorio EMER-LAB a�o 2023, detallando las concentraciones del perfil lip�dico, identificando las enfermedades cardiovasculares en estos pacientes y estableciendo la asociaci�n entre estas variables.
En funci�n al primer objetivo, en la presente investigaci�n se evidenciaron alteraciones en los niveles de todos los componentes del perfil lip�dico de los 255 adultos atendidos en un laboratorio privado durante el a�o 2023. Los niveles de CT y TG se observaron altas en un gran porcentaje (74,5%) de estos pacientes, C-LDL se observ� incrementado en el 69,4%; mientras que C-HDL estuvo significativamente baja en el 80,8% de los adultos estudiados. Las concentraciones de CT, TG y C-LDL propias de dislipidemias en esta poblaci�n estuvieron significativamente altas con respecto al grupo con valores normales o dentro del rango de referencia y significativamente bajas para C-HDL.
Estos resultados son similares en las concentraciones del perfil lip�dico, pero en la presente investigaci�n fueron m�s altos los porcentajes de dislipidemia, que los observados por Wei y col. (64) una muestra de 24.851 adultos chinos, se identific� que el 38% present� dislipidemias. Dentro de este grupo, se encontr� una prevalencia de hipertrigliceridemia del 21,6%; hipercolesterolemia (13,3%); hipercolesterolemia LDL en el 9,4% e hipocolesterolemia HDL en el 4,3% de los pacientes. Asimismo, Delbari y col. (65) en un estudio transversal realizado en Ir�n en 5197 participantes mayores de 50 a�os, encontraron dislipidemias en el 68,85%, con niveles elevados de CT (9,7%); TG (24,6%) y C-LDL (5,5%), mientras que los niveles bajos de C-HDL se observaron en el 19,2% de los participantes.
En M�xico, Vargas Alfaro y col. (66) al determinar dislipidemias en 270 pacientes de 20 a 60 a�os con obesidad sin comorbilidades, evidenciaron que el 77% de estos pacientes presentaban hipertrigliceridemia. En Colombia, Ruiz y col. (67) en una investigaci�n retrospectiva que incluy� 461 pacientes de 66,4 (�12,3) a�os en centros cardiovasculares de las 6 principales �reas geogr�ficas y econ�micas de ese pa�s, encontraron dislipidemia mixta (51,4%); hipercolesterolemia (41,0%); hipertrigliceridemia (5,4%); hipercolesterolemia familiar (3,3%) y C-HDL bajo (0,7%).
Un estudio llevado a cabo por Rivadeneira y col. (68) para determinar cambios en las dislipidemias durante los a�os pre-COVID-19 y COVID-19 en las regiones Andina, Costa y Amaz�nica en Ecuador, demostraron que la dislipidemia aument� gradualmente del 43,1% en el 2017 al 64,1% en el 2022. Los niveles de CT, TG y C-LDL altos con C-HDL bajos mostraron cambios importantes durante la pandemia con un mayor riesgo de hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, concentraciones de C-HDL bajo y C-LDL alto. �Tambi�n, el estudio de Puig-Garc�a (69) donde analizan datos de una encuesta poblacional en dos distritos sanitarios, uno urbano al sur de Quito y otro en una zona rural en Esmeraldas, se evidenci� en 602 adultos, hipercolesterolemia en un rango de frecuencia que vari� de 57,1% a 77,2% en las poblaciones analizadas.
Asimismo, estudios previos en la Zona Sur de Manab�, realizado por Valero y col. (70) en 136 pacientes adultos de 25 a 70 a�os, fue evidente hipercolesterolemia en el 55,0% de la poblaci�n analizada, hipertrigliceridemia en el 73,0% y C-LDL alto en el 51,0%; mientras que C-HDL bajo se present� con una frecuencia de 44,0%. Otro estudio de Uribe-Risco y col. (71) en esa misma zona, en una poblaci�n de 851 adultos en un rango de edad de 15 a 65 a�os, encontraron hipertriacilgliceridemia e hiperlipidemias mixtas como las m�s frecuentes con un 30,0% y 32,0%, respectivamente.
El riesgo cardiovascular impl�cito y muy descrito con las alteraciones del perfil lip�dico, conllev� a identificar ECV en los pacientes seleccionados durante el periodo de este estudio, demostr�ndose la presencia de dislipidemias en el 80,8% y en combinaci�n con el resto de las ECV en los adultos analizados. La segunda en frecuencia fue la hipertensi�n arterial con 49,0%, seguida de insuficiencia card�aca (18%) y arritmias card�acas (9,0%), observ�ndose, adem�s, un predominio de la poblaci�n de sexo femenino con ECV con respecto a la masculina. De manera similar, Gualan y col. (72) encontraron en 931 adultos montubios de Ecuador, la presencia de diabetes (20,4%), hipertensi�n (35,6%) y s�ndrome metab�lico (54,2%). La hipertensi�n aument� con la edad y los indicadores de adiposidad se asociaron con las tres patolog�as identificadas, lo que hace m�s vulnerables a las comunidades rurales en transici�n al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metab�licas (72).
Igualmente, C�rdenas-Mar�n y col. (73) en un estudio transversal de 2134 pacientes hospitalizados con COVID-19, evidenciaron afectaci�n mioc�rdica en el 42,7% de los adultos estudiados. Adem�s, los individuos con lesi�n mioc�rdica presentaron hipertensi�n (49%), diabetes (27,8%) y dislipidemia (14,8%). La probabilidad de supervivencia fue menor en este subgrupo. Este estudio multic�ntrico representa de forma �nica datos de 13 pa�ses latinoamericanos (Colombia, Chile, Costa Rica, Venezuela, Guatemala, Brasil, Argentina, M�xico, Ecuador, Per�, Guatemala, Paraguay, Panam�) y ofrece informaci�n no solo de las patolog�as cardiovasculares prevalentes en Am�rica Latina, sino sobre el impacto de la lesi�n mioc�rdica durante la pandemia de COVID-19.
Estos resultados demuestran que las dislipidemias en las diferentes poblaciones de adultos a nivel mundial y en especial en Ecuador, es variable y muy alta con una tendencia a aumentar con la edad (6, 9). En esta investigaci�n no se evalu� este �ltimo aspecto, considerado una limitaci�n, dado que los factores demogr�ficos son importantes y muchas veces definen la contribuci�n a estas prevalencias, por lo cual se recomienda incluir indicadores demogr�ficos en los estudios futuros, dada la relevancia de los hallazgos encontrados en el presente. La dislipidemia mixta e hipercolesterolemia son las dislipidemias m�s frecuentes. Sin embargo, se observaron alteraciones en todos los componentes del perfil lip�dico, por lo que es imprescindible, hacer seguimiento una vez los pacientes sean sometidos a intervenciones farmacol�gicas o de estilo de vida.
El deficiente manejo de los niveles lip�dicos tiene un impacto directo en el riesgo cardiovascular, lo que hace imprescindible enfocar esfuerzos en la gesti�n de la salud poblacional. Esto puede alcanzarse mediante la ampliaci�n de programas orientados a la actividad f�sica y el fomento de h�bitos saludables. Los niveles elevados de CT y TG en sangre, suelen estar inducidos por causas secundarias. Si se sospecha una dislipidemia secundaria, el diagn�stico y el tratamiento de los factores causales son fundamentales, al igual que la monitorizaci�n de los niveles de l�pidos (74).
Los estudios poblacionales sugieren un aumento moderado de los niveles de C-LDL en sangre con el exceso de adiposidad, el patr�n de dislipidemia que se describe con mayor frecuencia incluye niveles elevados de CT, TG, de C-LDL y niveles reducidos de C-HDL (75), tal como se observ� en la presente investigaci�n, lo que sugiere que probablemente estos adultos pudieran tener obesidad como principal factor predisponente a las dislipidemias observadas.
Recientemente se ha informado que el hipotiroidismo se asocia a menudo con niveles s�ricos elevados de CT, C-LDL y TG. La hormona tiroidea afecta la producci�n, depuraci�n y transformaci�n del colesterol, y la investigaci�n actual muestra que la hormona estimulante de la tiroides (TSH) tambi�n participa en el metabolismo lip�dico. Por lo tanto, es un dato importante a tomar en cuenta en investigaciones futuras donde, a partir de estudios base como el presente, deber�a investigarse el perfil tiroideo, dado que algunos factores reguladores recientemente identificados, son las causas subyacentes de la dislipidemia (76).
En este mismo contexto, se ha sugerido que la dislipidemia desempe�a un papel en la patog�nesis y el pron�stico de diversas enfermedades pulmonares, incluyendo las obstructivas cr�nicas, el asma y el c�ncer de pulm�n, y las enfermedades pulmonares infecciosas, incluyendo neumon�a adquirida en la comunidad, tuberculosis, enfermedad pulmonar micobacteriana no tuberculosa y COVID-19 (77); representa un tema a profundizar, teniendo como base la presencia de dislipidemias en cifras tan altas como las demostradas en esta investigaci�n. Es conocido que reducir los niveles de C-LDL es crucial para prevenir la ECV ateroscler�tica; las directrices actuales de la Sociedad Europea de Cardiolog�a abogan por intervenciones de reducci�n de l�pidos, con el objetivo de un nivel de C-LDL por debajo de 1,4 mmol/L (55 mg/dL) (78, 79).
Al establecer la relaci�n entre las concentraciones del perfil lip�dico y las enfermedades cardiovasculares en los pacientes del presente estudio, se encontr� una asociaci�n significativa (p<0,001) entre todos los componentes del perfil lip�dico y la presencia de estas enfermedades, demostrando su relaci�n directa con dichas condiciones, espec�ficamente entre los niveles altos de CT, TG y C-LDL y niveles bajos de C-HDL con la presencia de las enfermedades cardiovasculares identificadas en este� grupo de pacientes, hallazgo que confirma la hip�tesis de trabajo donde se esperaba que las alteraciones en el perfil lip�dico estuviesen asociadas significativamente a la presencia de enfermedades cardiovasculares en los pacientes que acudieron al laboratorio privado de la ciudad de Quevedo en el a�o 2023.
De manera similar, Prat-Quinza�os y col. (80) describen que los estudios confirman que la elevada prevalencia de dislipidemia est� asociada a otras ECV y al evaluar la tendencia del perfil lip�dico en una cohorte en Barcelona, Espa�a, donde seleccionaron 2608 pacientes ambulatorios entre 25 y 65 a�os de edad, encontraron hipercolesterolemia grave, para la cual se prescribi� tratamiento hipolipemiante en el 80,9% de los pacientes con ECV, demostr�ndose que en tres de cada cuatro casos no se lograron reducir los niveles de C-LDL ni de C-no-HDL, seg�n lo recomendado por las gu�as de las sociedades cient�ficas.
Esto constituye una validaci�n de los hallazgos del presente estudio y es pertinente la recomendaci�n de hacer seguimiento a estos pacientes de manera de asegurar la efectividad del tratamiento y prevenir las complicaciones derivadas de estas enfermedades. La atenci�n primaria es el marco ideal para implementar estrategias de mejora para el control de las dislipidemias y las ECV, por lo que es fundamental fortalecerla. El v�nculo entre l�pidos, aterosclerosis y otras ECV ha estado bien establecido desde la d�cada de 1960, lo que cataliz� el desarrollo de f�rmacos hipolipemiantes y la suma de factores de riesgo a lo largo de las investigaciones. El manejo de los trastornos lip�dicos plantea desaf�os y lograr niveles �ptimos de l�pidos, en especial de C-LDL, es crucial para la prevenci�n secundaria y primaria de ECV (81).
En Ecuador los estudios previos (22, 23, 70, 71) y actuales (68, 69, 73), tanto de investigaci�n como de encuestas oficiales llevadas a cabo por el Ministerio de Salud P�blica (MSP) y el Instituto Nacional de Estad�stica y Censos (INEC) (22), en trabajo en conjunto con la OPS/OMS (7), y con el objetivo de contribuir a la vigilancia de las enfermedades no transmisibles (ENT) y los factores de riesgo, han demostrado una alta prevalencia de ECV y son la principal causa de mortalidad en el pa�s. El 19,8% de la poblaci�n ten�a hipertensi�n arterial, y el 56,3% no tomaba medicaci�n antihipertensiva. Lo que constituy� una realidad alarmante que conllev� a la implementaci�n de iniciativas como una prioridad para el abordaje de la prevenci�n y el control de la hipertensi�n arterial y las ECV en general. Hasta el a�o 2022, seg�n datos del MSP, se reclutaron 130.591 pacientes, de los cuales el 75% est�n controlados en su hipertensi�n (8).
Adem�s de las dislipidemias que fueron las m�s diagnosticadas en esta investigaci�n, se confirma la alta frecuencia de hipertensi�n arterial e insuficiencia cardiaca y en menor proporci�n arritmias card�acas; y es de destacar que �stas pueden ser predisponentes para el desarrollo de cardiopat�a isqu�mica y el accidente cerebrovascular como parte de las ECV ateroscler�ticas (ECVA), que son las principales causas de muerte en todo el mundo (33,50).
Existen importantes diferencias en la carga de las ECVA seg�n el sexo, la geograf�a y el nivel socioecon�mico. Avances recientes, como las puntuaciones de riesgo polig�nico, ofrecen la posibilidad de identificar a las personas con riesgo de ECVA en etapas m�s tempranas de la vida e instaurar medidas preventivas. La dislipidemia, especialmente los niveles elevados de colesterol LDL (C-LDL) y apolipoprote�na B, representa un factor clave en el desarrollo de la ECVA. Por ello, resulta fundamental abordar los factores de riesgo de manera integral, teniendo en cuenta las implicaciones cl�nicas, sociales y econ�micas de las estrategias de prevenci�n. Este enfoque ser� esencial para disminuir la carga de las ECV y optimizar los resultados en los pacientes (82).
La casu�stica obtenida en este estudio y los resultados de manera integral, ofrecen un an�lisis detallado de los cambios del perfil lip�dico en pacientes con enfermedades cardiovasculares como dislipidemias, hipertensi�n, insuficiencia y arritmia cardiaca en una poblaci�n ecuatoriana, considerados de gran aporte, dado que recientemente Salgado y col. (83) han descrito la escasez de investigaci�n cl�nica que resalta la disparidad entre los estudios y las enfermedades prevalentes, como las ECV y renales, la diabetes y otras afecciones no transmisibles. Este an�lisis subraya la urgente necesidad de aumentar la inversi�n en investigaci�n cl�nica para abordar estos desaf�os cr�ticos de salud en Ecuador. Por lo que se recomienda dirigir futuras investigaciones hacia estas �reas prioritarias, con estudios cl�nicos multic�ntricos y longitudinales, interdisciplinarios que incluyan la valoraci�n de factores asociados, que permitan disminuir esa brecha investigativa en el pa�s.
�Es fundamental garantizar que las investigaciones y estudios, especialmente en pa�ses como Ecuador, est�n dise�ados para abordar los desaf�os de salud prevalentes, al priorizar la investigaci�n sobre enfermedades que constituyen una parte significativa de la carga de morbilidad local; de esta manera las pr�cticas de atenci�n primaria pueden fundamentarse y mejorarse, para detectar, tratar y posiblemente prevenir estas enfermedades con mayor eficacia. La aplicaci�n de los resultados de la investigaci�n en los sistemas de salud, mejoran los resultados en todas las poblaciones, lo que demuestra el valor y la necesidad de una investigaci�n que priorice y refleje soluciones a las principales necesidades de salud comunitaria, de all� la importancia de los resultados obtenidos en este estudio de una gran relevancia cl�nica y epidemiol�gica.
Conclusiones
Se demostraron frecuencias muy altas de alteraciones en todos los componentes del perfil lip�dico, evidenciando hipertrigliceridemia, hipercolesterolemia, aumento del colesterol de las lipoprote�nas de baja densidad (C-LDL) y bajos niveles del colesterol de las lipoprote�nas de alta densidad (C-HDL) en los pacientes de 45-65 a�os atendidos en el laboratorio EMER-LAB en el a�o 2023, lo que representa un indicador importante de alto riesgo cardiovascular en esta poblaci�n.
Se identificaron dislipidemias, hipertensi�n arterial, insuficiencia card�aca y arritmias card�acas como las enfermedades cardiovasculares presentes en los adultos analizados, lo que tiene una gran relevancia cl�nica y epidemiol�gica local, dada la carga significativa que generan en los sistemas de salud y cuya detecci�n e intervenci�n oportuna, previenen tratamientos prolongados y hospitalizaciones.
Se encontr� asociaci�n significativa entre las alteraciones del perfil lip�dico con la presencia de las enfermedades cardiovasculares en este grupo de pacientes; este hallazgo subraya la interconexi�n entre las enfermedades cardiovasculares y su asociaci�n con factores de riesgo modificables e implica una oportunidad cr�tica para implementar estrategias de prevenci�n, as� como una base s�lida para realizar intervenciones dirigidas a mejorar la salud cardiovascular en esta poblaci�n.
Recomendaciones
La alta frecuencia de alteraciones en el perfil lip�dico y la presencia de cuatro enfermedades cardiovasculares en el grupo poblacional analizado, evidencian la urgente necesidad de continuar estudios multic�ntricos e interdisciplinarios, que exploren factores asociados incluyendo variables demogr�ficas, dieta o h�bitos alimenticios, nivel socioecon�mico o factores gen�ticos que influyen en las alteraciones del perfil lip�dico y su relaci�n con las enfermedades cardiovasculares.
Dise�ar estudios para medir la eficacia de estrategias espec�ficas, como cambios diet�ticos o programas de actividad f�sica, en la mejora del perfil lip�dico y la reducci�n de riesgos cardiovasculares y protocolos de seguimiento a largo plazo para pacientes con dislipidemias, hipertensi�n y otras enfermedades cardiovasculares, para evitar complicaciones mayores.
Promover campa�as educativas desde los espacios de vinculaci�n con la sociedad para profundizar y contribuir continuamente en el cambio a estilos de vida saludable en estos pacientes y sobre la importancia de realizarse controles regulares.
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� 2025 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
(https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).
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