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Estr�s y ansiedad en adultos mayores institucionalizados: factores asociados, impacto en la salud y estrategias de intervenci�n en asilos

 

Stress and anxiety in institutionalized older adults: associated factors, impact on health and intervention strategies in nursing homes

 

Stress e ansiedade em idosos institucionalizados: fatores associados, impacto na sa�de e estrat�gias de interven��o em institui��es de longa dura��o para idosos

Nicolle Herrera-Sanmart�n I
nherrera3@utmachala.edu.ec 
https://orcid.org/0009-0006-7339-7426 
,Emelin Piedad Jaya-Andrade II
ejaya2@utmachala.edu.ec 
https://orcid.org/0009-0003-3813-918X
Erick Fabian Carpio-Valdiviezo III
erickcarpio6@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-0980-6500 
,G�nesis Abigail Verdezoto-D�az IV
gverdezot1@utmachala.edu.ec 
https://orcid.org/0009-0001-3865-2499
V�ctor Euclides Briones-Morales V
vbriones@utmachala.edu.ec 
https://orcid.org/0000-0002-2394-4624
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: nherrera3@utmachala.edu.ec

 

Ciencias de la Salud

Art�culo de Investigaci�n

 

* Recibido: 18 de noviembre de 2024 *Aceptado: 11 de diciembre de 2024 * Publicado: �25 de enero de 2025

 

         I.            Carrera de Medicina, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.

       II.            Carrera de Medicina, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.

     III.            Carrera de Medicina, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.

    IV.            Carrera de Medicina, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.

      V.            Especialista en Medicina Cr�tica y Cuidado Intensivo, Docente Tutor, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.

 


Resumen

El estr�s y la ansiedad son problemas cr�ticos en adultos mayores institucionalizados, derivados de factores emocionales, sociales y f�sicos. El traslado a asilos conlleva p�rdida de autonom�a, desconexi�n afectiva y adaptaci�n a sistemas r�gidos, lo que incrementa el riesgo de trastornos psicol�gicos. Estos factores activan el eje hipotal�mico-hipofisario-adrenal, liberando cortisol de manera sostenida, lo que afecta el equilibrio emocional y f�sico. Adem�s, la percepci�n de abandono, el duelo no resuelto y el aislamiento agravan el panorama, disminuyendo neurotransmisores como serotonina y dopamina. Estrategias integrales, incluyendo intervenciones psicol�gicas y actividades grupales, son esenciales para mejorar la calidad de vida y mitigar estos efectos negativos.

Palabras Claves: Enfermedad de Alzheimer; manejo farmacol�gico; inhibidores de la colinesterasa; anticuerpos monoclonales.

 

Abstract

Stress and anxiety are critical problems in institutionalized older adults, derived from emotional, social and physical factors. Transfer to nursing homes entails loss of autonomy, emotional disconnection and adaptation to rigid systems, which increases the risk of psychological disorders. These factors activate the hypothalamic-pituitary-adrenal axis, releasing cortisol in a sustained manner, which affects emotional and physical balance. In addition, the perception of abandonment, unresolved grief and isolation worsen the situation, decreasing neurotransmitters such as serotonin and dopamine. Comprehensive strategies, including psychological interventions and group activities, are essential to improve quality of life and mitigate these negative effects.

Keywords: Alzheimer's disease; pharmacological management; cholinesterase inhibitors; monoclonal antibodies.

 

Resumo

O stress e a ansiedade s�o problemas cr�ticos nos idosos institucionalizados, derivados de fatores emocionais, sociais e f�sicos. A transfer�ncia para lares de idosos acarreta perda de autonomia, desconex�o emocional e adapta��o a sistemas r�gidos, o que aumenta o risco de perturba��es psicol�gicas. Estes fatores ativam o eixo hipot�lamo-hip�fise-suprarrenal, libertando cortisol de forma sustentada, o que afeta o equil�brio emocional e f�sico. Al�m disso, a perce��o de abandono, luto n�o resolvido e isolamento pioram a situa��o, diminuindo os neurotransmissores como a serotonina e a dopamina. Estrat�gias abrangentes, incluindo interven��es psicol�gicas e atividades de grupo, s�o essenciais para melhorar a qualidade de vida e mitigar estes efeitos negativos.

Palavras-chave: Doen�a de Alzheimer; gest�o farmacol�gica; inibidores da colinesterase; anticorpos monoclonais.

 

Introducci�n

El envejecimiento es un proceso complejo que trae consigo cambios f�sicos, emocionales y sociales que pueden influir en la calidad de vida de las personas mayores. En el caso de los adultos mayores institucionalizados, estos cambios suelen estar acentuados por factores como la p�rdida de autonom�a, el aislamiento social y la percepci�n de abandono, los cuales pueden desencadenar problemas como el estr�s y la ansiedad. Estas condiciones no solo afectan la salud mental, sino que tambi�n tienen implicaciones directas en la salud f�sica, exacerbando el deterioro cognitivo y aumentando la vulnerabilidad a enfermedades cr�nicas. La institucionalizaci�n implica adaptarse a entornos estructurados y, en ocasiones, impersonales, lo que puede generar frustraci�n y sentimientos de indefensi�n. Adem�s, el aislamiento emocional y la desconexi�n con redes de apoyo familiar y social agravan la percepci�n de soledad, intensificando el impacto emocional. En este contexto, resulta crucial comprender los factores asociados a estas problem�ticas, as� como dise�ar intervenciones multidisciplinarias que promuevan el bienestar integral de esta poblaci�n, combinando estrategias psicol�gicas, sociales y ambientales para mitigar los efectos adversos y fomentar un envejecimiento saludable y digno.

El presente trabajo tiene como objetivo identificar los factores emocionales, sociales y f�sicos que contribuyen al estr�s y la ansiedad en adultos mayores institucionalizados, evaluar los efectos del aislamiento y la percepci�n de abandono en su salud mental, y proponer intervenciones multidisciplinarias que integren enfoques psicol�gicos y sociales para mitigar los impactos negativos en esta poblaci�n.

 

 

 

 

Materiales y M�todos

-                     Criterios de Inclusi�n y Exclusi�n:

Esta investigaci�n se desarroll� bajo el enfoque de una revisi�n bibliogr�fica sistem�tica, con el objetivo de sintetizar informaci�n actualizada y relevante sobre el estr�s y la ansiedad en adultos mayores institucionalizados. Se emple� un dise�o metodol�gico que garantiza rigor cient�fico y transparencia en todas las etapas del proceso.

Se realiz� una b�squeda exhaustiva de literatura en bases de datos acad�micas y cient�ficas reconocidas, tales como PubMed, Scopus, ScienceDirect y Google Scholar. Adem�s, se incluyeron art�culos de revistas indexadas en LATINDEX y SciELO para integrar perspectivas regionales. Los documentos seleccionados incluyen art�culos originales, revisiones sistem�ticas y meta-an�lisis publicados entre 2010 y 2024, escritos en espa�ol e ingl�s.

Criterios de inclusi�n

         Estudios publicados en revistas arbitradas y con acceso completo al texto.

         Investigaciones centradas en el impacto del estr�s y la ansiedad en adultos mayores institucionalizados.

         Estudios que incluyan intervenciones psicol�gicas, sociales o ambientales para mitigar los efectos negativos del estr�s y la ansiedad.

         Art�culos publicados entre 2010 y 2024 para garantizar informaci�n actualizada.

         Documentos en idioma espa�ol o ingl�s.

Criterios de exclusi�n

         Estudios realizados en poblaciones no institucionalizadas o en grupos etarios distintos a los adultos mayores.

         Investigaciones que carezcan de rigor metodol�gico, como descripciones anecd�ticas o sin revisi�n por pares.

         Art�culos duplicados o que no aporten informaci�n relevante al objetivo del estudio.

         Documentos en idiomas distintos al espa�ol o ingl�s.

Se utilizaron combinaciones de palabras clave estructuradas con operadores booleanos: "estr�s AND ansiedad AND adultos mayores AND institucionalizaci�n", "institutionalized older adults AND stress AND anxiety". La b�squeda se limit� al t�tulo, resumen y palabras clave de los art�culos, y se complement� con revisi�n manual de referencias relevantes en los estudios seleccionados.

El proceso de selecci�n se realiz� en tres etapas:

1.      Revisi�n inicial: Se evaluaron los t�tulos y res�menes para determinar la relevancia potencial.

2.      Revisi�n completa: Se ley� el texto completo de los art�culos preseleccionados para confirmar su pertinencia.

3.      Inclusi�n final: Se seleccionaron aquellos estudios que cumplieron todos los criterios de inclusi�n.

La informaci�n recopilada se analiz� de manera narrativa y descriptiva, agrupando los resultados en categor�as tem�ticas como factores emocionales, sociales y f�sicos, impacto en la salud y estrategias de intervenci�n. Se prioriz� la triangulaci�n de datos provenientes de diversas fuentes para garantizar la validez de los hallazgos.

El desarrollo del trabajo se gui� por principios �ticos, priorizando la interpretaci�n de los resultados desde una perspectiva emp�tica y centrada en las necesidades de los adultos mayores. Este enfoque promueve la comprensi�n integral de los desaf�os que enfrentan en su entorno institucionalizado.

 

Resultados y discusi�n

En los adultos mayores que residen en asilos, el estr�s y la ansiedad representan desaf�os multidimensionales que reflejan la interacci�n de factores emocionales, sociales y f�sicos. El traslado a un asilo no solo implica la separaci�n f�sica del entorno familiar, sino tambi�n una ruptura con el sistema de apoyo afectivo y los roles sociales que sosten�an su identidad. Esta p�rdida no se limita a lo tangible, como el hogar o las pertenencias personales, sino que alcanza niveles m�s profundos al afectar la percepci�n de utilidad y valor propio. La desconexi�n emocional con los familiares ya sea por ausencia de visitas regulares o comunicaci�n deficiente, intensifica la percepci�n de abandono, convirti�ndose en uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de trastornos de ansiedad. Investigaciones han demostrado que la falta de apoyo emocional significativo por parte del entorno cercano incrementa no solo el malestar psicol�gico, sino tambi�n los sentimientos de desamparo y aislamiento social (Lana et al., 2018; Mar�a et al., 2018).

La transici�n al asilo conlleva, adem�s, una reestructuraci�n de la rutina diaria, donde el adulto mayor debe adaptarse a un sistema r�gido y, en muchos casos, impersonal. Esta p�rdida de control sobre decisiones tan simples como los horarios de comida o las actividades recreativas genera frustraci�n y un estado de indefensi�n aprendida. A nivel neurol�gico, esta situaci�n activa de manera sostenida el eje hipotal�mico-hipofisario-adrenal, lo que incrementa la liberaci�n de cortisol, una hormona asociada con el estr�s cr�nico. Esta activaci�n prolongada no solo afecta la estabilidad emocional, sino que tambi�n contribuye al deterioro cognitivo y f�sico, debilitando las capacidades de adaptaci�n del anciano. La dificultad para integrarse a un ambiente donde las din�micas colectivas reemplazan la individualidad puede generar un estado de alerta constante, caracterizado por hiperactividad emocional y conductas de evitaci�n (Huam�n & Flores, 2020; Mar�a et al., 2018; Pav�n et al., 2023).

El deterioro f�sico, inherente al envejecimiento, act�a como un detonante directo de ansiedad y estr�s. Condiciones como el dolor cr�nico, la artritis y las enfermedades neurodegenerativas no solo limitan la movilidad, sino que agravan la percepci�n de dependencia y p�rdida de autonom�a. Estos factores amplifican la sensaci�n de vulnerabilidad, fomentando un estado emocional marcado por el temor al sufrimiento prolongado y la muerte. La falta de estrategias efectivas para el manejo del dolor y el escaso acceso a programas integrales de rehabilitaci�n agravan este panorama. En t�rminos psicol�gicos, el dolor cr�nico act�a como un est�mulo constante que sobrecarga los mecanismos de afrontamiento del anciano, derivando en estados de hipervigilancia y desesperanza aprendida (Pav�n et al., 2023).

El duelo es otro de los factores m�s influyentes en la salud emocional de los adultos mayores en asilos. La p�rdida de amigos residentes y de seres queridos fuera del entorno institucional genera una acumulaci�n de experiencias de duelo no resueltas, lo que amplifica el impacto emocional. Estas p�rdidas reiteradas no solo disminuyen la capacidad del anciano para establecer nuevos v�nculos, sino que tambi�n refuerzan un ciclo de aislamiento social y retraimiento emocional. La ausencia de intervenciones psicol�gicas que permiten procesar estas experiencias agrava la situaci�n, incrementando la probabilidad de desarrollar ansiedad generalizada o trastornos depresivos persistentes. Adem�s, la falta de rituales de despedida o espacios adecuados para expresar el duelo contribuye al desarrollo de estados emocionales cr�nicamente alterados (Macas Ordo�ez, 2023).

La percepci�n de abandono es uno de los factores m�s devastadores en esta poblaci�n. Aunque no siempre existe un abandono f�sico, la falta de implicaci�n emocional por parte de los familiares crea una sensaci�n de invisibilidad. Este sentimiento, adem�s de impactar la autoestima, afecta directamente la bioqu�mica cerebral, disminuyendo la producci�n de serotonina y dopamina, neurotransmisores esenciales para la regulaci�n del estado de �nimo. Este desequilibrio qu�mico se manifiesta en cuadros de ansiedad persistente, pensamientos rumiantes y una mayor vulnerabilidad al estr�s ambiental. Incluso en los casos donde las visitas son espor�dicas, la inconsistencia en el apoyo emocional refuerza la percepci�n de soledad y desamparo, profundizando el deterioro emocional y f�sico del anciano (Mar�a et al., 2018) (Huam�n & Flores, 2020).

El an�lisis detallado de estos factores pone de manifiesto la complejidad del estr�s y la ansiedad en los adultos mayores institucionalizados, destacando la necesidad de intervenciones integrales que consideren tanto los aspectos emocionales como f�sicos (Huam�n & Flores, 2020).

El da�o celular ocasionado por los radicales libres deteriora la funci�n cardiovascular, lo que aumenta el riesgo de enfermedades del coraz�n. Este estr�s puede generar un desequilibrio emocional, promoviendo trastornos de ansiedad (Pagan et al., 2022). La pandemia de COVID-19 ha exacerbado este ciclo, pues el aumento del estr�s social ha contribuido a la angustia de los adultos mayores, especialmente aquellos con trastornos preexistentes.

En el envejecimiento, la microgl�a se activa de forma excesiva, generando una inflamaci�n que afecta tanto la funci�n cerebral como la cardiovascular (Costa et al., 2021) . Esta inflamaci�n est� asociada con un mayor riesgo de trastornos emocionales como la ansiedad, adem�s de contribuir al deterioro del coraz�n, lo que resalta la interconexi�n entre ambas condiciones (Pagan et al., 2022) .

Remedios como la valeriana o la pasiflora tienen propiedades calmantes que pueden reducir la ansiedad (Frost et al., 2024). Adem�s, algunos de estos productos tienen efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular, como la reducci�n de la presi�n arterial, lo que puede ser �til para los adultos mayores que enfrentan tanto problemas de salud mental como de coraz�n (Pagan et al., 2022).

El aislamiento social y la incertidumbre generaron altos niveles de ansiedad, lo que a su vez contribuy� a un mayor riesgo de problemas cardiovasculares, como la hipertensi�n. Este fen�meno subraya c�mo el estr�s social y el estr�s oxidativo pueden actuar juntos para afectar negativamente la salud emocional y f�sica de los adultos mayores (Pagan et al., 2022).

La ansiedad constante genera un aumento de la presi�n arterial y pone una carga adicional sobre el coraz�n, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este proceso es m�s perjudicial en los adultos mayores debido al envejecimiento del coraz�n y el da�o celular causado por el estr�s oxidativo (Pagan et al., 2022).

La activaci�n excesiva de la microgl�a promueve la inflamaci�n, que est� asociada con un mayor riesgo de desarrollar ansiedad (Costa et al., 2021) . Esta inflamaci�n tambi�n repercute en la funci�n del coraz�n, incrementando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, lo que resalta la conexi�n entre la salud mental y la salud f�sica en los adultos mayores.

Durante la pandemia, factores como el confinamiento exacerbado los niveles de ansiedad, especialmente en aquellos con trastornos mentales preexistentes. Este aumento en la ansiedad puede acelerar el da�o cardiovascular debido al estr�s oxidativo, lo que provoca una doble carga para los adultos mayores (Pagan et al., 2022).

La ansiedad prolongada activa el sistema nervioso simp�tico, elevando la presi�n arterial y favoreciendo el desarrollo de hipertensi�n y otros problemas card�acos (Sikstr�m et al., 2023). Este ciclo se ve exacerbado por el envejecimiento del coraz�n, que es m�s susceptible al da�o oxidativo, lo que refuerza la necesidad de tratar de manera integral la salud mental y cardiovascular (Pagan et al., 2022).

Remedios herbales, como la valeriana o la pasiflora, son conocidos por sus efectos calmantes sobre la ansiedad (Frost et al., 2024). Estos productos no solo ayudan a mejorar el bienestar emocional, sino que tambi�n pueden tener un impacto positivo en la salud del coraz�n, al reducir la presi�n arterial y mejorar la circulaci�n (Pagan et al., 2022).

La activaci�n de la microgl�a, com�n en el envejecimiento, genera una respuesta inflamatoria en el cerebro que puede provocar trastornos emocionales como la ansiedad (Costa et al., 2021). Esta inflamaci�n tambi�n afecta el sistema cardiovascular, aumentando el riesgo de enfermedades del coraz�n, lo que destaca la conexi�n entre la salud cerebral y card�aca (Pagan et al., 2022).

El da�o celular en el coraz�n debido a la acumulaci�n de radicales libres puede generar ansiedad, especialmente cuando la funci�n del coraz�n comienza a deteriorarse (Pagan et al., 2022). Adem�s, la activaci�n de la microgl�a con la edad genera inflamaci�n cerebral que exacerba la ansiedad, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares (Costa et al., 2021).

La activaci�n constante del sistema nervioso aut�nomo debido a la ansiedad puede elevar la presi�n arterial, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades card�acas (Sikstr�m et al., 2023). Esta relaci�n es a�n m�s significativa en los adultos mayores, cuya salud cardiovascular ya est� comprometida por factores como el envejecimiento y el estr�s oxidativo (Pagan et al., 2022).

Hierbas como la valeriana y la pasiflora, conocidas por sus propiedades relajantes, ofrecen una opci�n para el tratamiento de la ansiedad sin los efectos secundarios de los medicamentos tradicionales (Frost et al., 2024). Estos remedios tambi�n pueden reducir la presi�n arterial y mejorar la circulaci�n, lo que es crucial para la salud cardiovascular de los adultos mayores (Pagan et al., 2022).

Con el paso de los a�os, la microgl�a se vuelve m�s reactiva, lo que desencadena procesos inflamatorios en el cerebro y contribuye a trastornos emocionales como la ansiedad (Costa et al., 2021). Esta inflamaci�n tambi�n tiene implicaciones en la salud del coraz�n, ya que est� vinculada con el deterioro de la funci�n cardiovascular (Pagan et al., 2022).

Factores como el aislamiento y la incertidumbre han elevado los niveles de angustia, lo que contribuye a un mayor riesgo de enfermedades card�acas. Este v�nculo entre el estr�s social y el da�o cardiovascular resalta c�mo los factores emocionales y sociales afectan la salud f�sica de los adultos mayores (Pagan et al., 2022).

La activaci�n cr�nica de la microgl�a genera inflamaci�n en el cerebro que puede desencadenar ansiedad, al mismo tiempo que afecta la funci�n card�aca, aumentando el riesgo de enfermedades del coraz�n (Costa et al., 2021). Este fen�meno subraya la importancia de tratar tanto la salud mental como la salud cardiovascular de manera integral (Pagan et al., 2022).

Abordar ambos problemas simult�neamente, mediante productos naturales como las hierbas calmantes, puede proporcionar beneficios tanto para la salud emocional como para la salud f�sica. Esta estrategia puede reducir los s�ntomas de ansiedad, al mismo tiempo que mejora la funci�n cardiovascular, especialmente en adultos mayores con trastornos preexistentes (Pagan et al., 2022).

La evaluaci�n psicol�gica en adultos mayores debe adaptarse a los cambios f�sicos, cognitivos y emocionales caracter�sticos de esta etapa, empleando herramientas accesibles y espec�ficas. Estas estrategias permiten identificar s�ntomas que suelen manifestarse de forma som�tica, como dolores o fatiga, en lugar de expresiones emocionales claras (Fern�ndez-Daza & Martin Carbonell, 2019). Por ello, es fundamental que las entrevistas sean realizadas por profesionales capacitados que indaguen de manera emp�tica, asegur�ndose de interpretar correctamente las preocupaciones de los pacientes. Asimismo, la observaci�n conductual complementa los cuestionarios, aportando informaci�n valiosa sobre c�mo los adultos mayores responden a situaciones estresantes (Fern�ndez-Daza & Martin Carbonell, 2019).

Herramientas simplificadas, ejemplos concretos y formatos verbales pueden ser de gran utilidad, junto con la creaci�n de un ambiente seguro que facilite la expresi�n genuina de sus emociones. M�todos multimodales, como combinar entrevistas con mediciones de cortisol para evaluar el estr�s, proporcionan una visi�n integral del paciente, permitiendo intervenciones personalizadas como terapia cognitivo-conductual, t�cnicas de relajaci�n y actividades grupales, promoviendo un envejecimiento saludable y una mejor calidad de vida (Fern�ndez-Daza & Martin Carbonell, 2019; Nath & Thapliyal, 2021).

El personal m�dico y psicol�gico desempe�a un papel crucial en el diagn�stico temprano del estr�s y la ansiedad, especialmente en poblaciones vulnerables como los adultos mayores (G�lvez Olivares et al., 2020). Los m�dicos, al ser el primer punto de contacto en muchos casos, tienen la responsabilidad de identificar signos iniciales que pueden estar disfrazados como quejas som�ticas recurrentes, como dolores inespec�ficos, fatiga o trastornos del sue�o (G�lvez Olivares et al., 2020). Por su parte, los psic�logos pueden complementar este proceso mediante evaluaciones especializadas que detectan alteraciones emocionales y cognitivas asociadas con estos trastornos (G�lvez Olivares et al., 2020) . La colaboraci�n interdisciplinaria es esencial para evitar diagn�sticos tard�os, ya que el reconocimiento temprano permite implementar intervenciones oportunas que no solo previenen complicaciones, sino que tambi�n mejoran significativamente la calidad de vida del paciente. Esto incluye la educaci�n a los pacientes y sus familias para normalizar la b�squeda de ayuda psicol�gica y reducir el estigma asociado con los problemas de salud mental (G�lvez Olivares et al., 2020).

El manejo de la ansiedad en adultos mayores en atenci�n primaria requiere un enfoque integral que contemple las caracter�sticas espec�ficas de esta poblaci�n. Dado que la ansiedad puede manifestarse de manera at�pica con s�ntomas som�ticos, es fundamental realizar una evaluaci�n exhaustiva mediante herramientas. Adem�s, se deben descartar comorbilidades m�dicas y efectos secundarios de medicamentos que puedan contribuir a los s�ntomas. El tratamiento inicial debe centrarse en estrategias no farmacol�gicas, como la terapia cognitivo-conductual, intervenciones de mindfulness y t�cnicas de relajaci�n progresiva, especialmente en casos leves o moderados, dado su bajo riesgo de efectos adversos (Picazo, 2008).

En situaciones que requieran farmacoterapia, los inhibidores selectivos de la recaptaci�n de serotonina, como sertralina y escitalopram, son de primera l�nea, con ajustes graduales y un monitoreo cercano de posibles efectos secundarios. El uso de benzodiazepinas debe ser limitado debido a sus riesgos (Picazo, 2008). Adem�s, el m�dico de atenci�n primaria desempe�a un papel clave en la promoci�n de estilos de vida saludables, como fomentar la actividad f�sica, el apoyo social y el buen sue�o, para prevenir factores predisponentes. Este enfoque hol�stico, combinado con la coordinaci�n interdisciplinaria, no solo mejora los s�ntomas de ansiedad, sino que tambi�n preserva la calidad de vida y la autonom�a del adulto mayor (Picazo, 2008).

El aumento de la esperanza de vida y la baja natalidad han impulsado un cambio en las pol�ticas p�blicas de salud, que ahora priorizan la prevenci�n sobre lo curativo. Este enfoque busca promover un envejecimiento saludable para reducir el impacto y la probabilidad de padecer enfermedades cr�nicas no transmisibles (ECNT), preservando as� la estabilidad del adulto mayor y su entorno familiar (Bryan Ricardo Reyes-Medina, 2023).

Pero tambi�n es importante considerar que, en los adultos mayores incluso en ausencia de enfermedad, con el hecho del envejecimiento y el avance del tiempo las personas se enfrentan a un incremento en el deterioro f�sico, social, y mental los cuales interfieren como efectos negativos sobre la salud mental (L�pez-Linares et al., 2023).

Los tratamientos farmacol�gicos son comunes en la depresi�n moderada o severa en personas mayores, aunque presentan efectos secundarios y riesgos de interacciones. En cambio, los tratamientos psicol�gicos, como la activaci�n conductual, la terapia cognitivo-conductual, la terapia interpersonal y la terapia de aceptaci�n y compromiso, son m�s seguros, econ�micos, efectivos a nivel cognitivo y con mayor adherencia en esta poblaci�n (L�pez-Linares et al., 2023).

Las terapias psicol�gicas positivas abordan la ansiedad y la depresi�n promoviendo no solo la reducci�n de la sintomatolog�a, sino tambi�n el fortalecimiento del bienestar subjetivo y psicol�gico. El bienestar subjetivo se centra en la satisfacci�n vital y las emociones positivas, mientras que el bienestar psicol�gico fomenta el crecimiento personal, el prop�sito vital y la autoaceptaci�n. Estas intervenciones ayudan a las personas a experimentar emociones positivas, enfrentar desaf�os y desarrollar un sentido de autonom�a y pertenencia, lo que contribuye a disminuir los niveles de depresi�n y ansiedad, mejorando simult�neamente la calidad de vida y aumentando la esperanza de vida (L�pez-Linares et al., 2023).

El enfoque de atenci�n de primer nivel centrado en el envejecimiento saludable y activo resalta la importancia de la enfermer�a en la promoci�n de estrategias humanizadas para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores. En este contexto, la actividad f�sica y el ejercicio son fundamentales para mantener la independencia motriz y optimizar la salud, destacando el ejercicio como un tratamiento no farmacol�gico planificado que mejora la fuerza, el equilibrio y la tonicidad, previniendo el sedentarismo y sus efectos negativos (Bryan Ricardo Reyes-Medina, 2023).

El ejercicio y la actividad f�sica, especialmente en espacios naturales, ofrecen beneficios tanto f�sicos como mentales. Estos mejoran la oxigenaci�n, fortalecen el sistema musculoesquel�tico, regulan el gasto card�aco y favorecen un sue�o reparador, adem�s de potenciar la plasticidad neuronal y la capacidad cognitiva. Programas regulares de ejercicio, junto con una alimentaci�n saludable y seguimiento multidisciplinario, ayudan a tratar enfermedades cr�nicas, reduciendo la necesidad de medicaci�n y favoreciendo el bienestar emocional y social, aliviando la ansiedad (Bryan Ricardo Reyes-Medina, 2023).

Los beneficios del Tai Chi como terapia complementaria en adultos mayores, se enfoca en su impacto positivo en la salud mental. Se basa en una pr�ctica de origen chino que integra movimientos suaves, controlados y r�tmicos con una respiraci�n consciente y una mente calmada. Esta combinaci�n busca equilibrar el cuerpo y la mente, promoviendo beneficios tanto f�sicos como psicol�gicos. Se enfoca en mejorar el equilibrio, la fuerza, la flexibilidad, y en reducir el riesgo de ca�das, adem�s de abordar aspectos emocionales como el estr�s, la ansiedad y la depresi�n. La pr�ctica incorpora principios de meditaci�n y conciencia plena, lo que la hace efectiva como una terapia alternativa para mantener y promover la salud en adultos mayores (Cruz-Cartas et al., 2022).

La Intervenci�n Online Basada en Mindfulness (IBM online) como tratamiento psicol�gico para la depresi�n y la ansiedad se fundamenta en t�cnicas de meditaci�n y atenci�n plena adaptadas a un entorno virtual y autoaplicado. Este enfoque incluye pr�cticas como la meditaci�n guiada, el escaneo corporal y ejercicios de gesti�n emocional, distribuidos en m�dulos estructurados. Inspirada en el programa de Reducci�n de Estr�s Basado en Mindfulness (MBSR) de Kabat-Zinn, esta intervenci�n busca fomentar la conexi�n con el momento presente y el uso de fortalezas personales para manejar mejor las emociones negativas y reducir la sintomatolog�a ansiosa y depresiva. Adem�s, su formato online facilita el acceso a un tratamiento eficaz, especialmente para quienes no pueden recurrir a terapias presenciales (Nieto et al., 2021).

El dise�o de espacio ejerce una influencia directa en la percepci�n de seguridad y el bienestar integral de los adultos mayores. Este grupo poblacional, considerando especialmente vulnerable, requiere de entornos que atiendan sus necesidades espec�ficas. Elementos como la organizaci�n espacial, la funcionalidad y las condiciones ambientales juegan un papel crucial en su calidad de vida, especialmente en los espacios al aire libre y las �reas recreativas (Cano Guti�rrez & S�nchez-Gonz�lez, 2019).

Los espacios al aire libre cumplen una funci�n esencial en la vida de los adultos mayores al ofrecer oportunidades para la actividad f�sica, la interacci�n social y la mitigaci�n del aislamiento, factores determinantes para su bienestar f�sico y emocional. Investigaciones realizadas en Aguascalientes destacan que parques y plazas dise�ados bajo criterios gerontol�gicos contribuyen a generar sensaci�n de seguridad y promueven su uso frecuente (Cano Guti�rrez & S�nchez-Gonz�lez, 2019). Algunas caracter�sticas fundamentales incluyen:

Accesibilidad: la inclusi�n de rampas, senderos amplios y superficiales antideslizantes reduce significativamente los riesgos accidentales.

Mobiliario ergon�mico: bancos, mesas y otros elementos adatados facilitan el descanso y la comodidad.

Se�alizaci�n: indicadores visuales y t�ctiles que ayudan a los usuarios a orientarse con facilidad.

Adem�s de estas caracter�sticas, es crucial incorporar espacios que estimules la conexi�n con la naturaleza. Zonas verdes con vegetaci�n variada y dise�os paisaj�sticos atractivos fomentan el contacto sensorial y contribuyen al alivio del estr�s. Este tipo de entornos tambi�n favorece actividades como caminatas tranquilas o ejercicios grupales, fortaleciendo la salud cardiovascular y promoviendo un estado emocional pasivo (Narv�ez Montoya, 2017).

Las �reas recreativas tambi�n desempe�an un papel fundamental en la vida de los adultos mayores. Ofrecer espacios seguros y adaptados permiten fomentar actividades ligeras, como yoga o baile, que no solo benefician su salud f�sica, sino que tambi�n fortalecen los lazos sociales y previenen la soledad (Narv�ez Montoya, 2017).

El ruido ambiental es un factor estresante que puede afectar negativamente a los adultos mayores, generando sensaciones de ansiedad y disminuyendo su disposici�n para usar espacios p�blicos. La exposici�n a altos niveles de ruido en entornos urbanos reduce su percepci�n de seguridad, lo que limita su participaci�n en las actividades comunitarias. Incorporar barreras naturales, como �rboles y arbustos, o estructuras que mitiguen el ruido ayuda a crear ambientes m�s serenos y confortables (Anacona Pe�a, 2023).

Por otro lado, la iluminaci�n es un elemento esencial para garantizar la seguridad y la navegaci�n en el espacio. Una iluminaci�n bien distribuida y uniforme disminuye el riesgo de ca�das y facilita el desplazamiento, especialmente durante la noche. La utilizaci�n de luces blancas o c�lidas que minimicen el deslumbramiento mejora la visi�n y genera confianza en los usuarios. Estudios urbanos evidencian que los adultos mayores se sienten m�s c�modos en espacios correctamente iluminados, lo que fomenta su participaci�n activa y fortalece sus redes sociales (Anacona Pe�a, 2023).

El dise�o del espacio tiene un impacto significativo en la calidad de vida y la percepci�n de seguridad de los adultos mayores. La creaci�n de espacios al aire libre y �reas recreativas accesibles, ergon�micas y bien iluminadas resulta esencial para promover su bienestar f�sico, emocional y social. Asimismo, la reducci�n del ruido y el dise�o de ambientes serenos y confortables contribuyen al desarrollo de entornos inclusivos. Incorporar estas estrategias en las pol�ticas urbanas es fundamental para garantizar un envejecimiento activo y digno (Padilla Campos, 2022).

�Las redes de apoyo social son fundamentales para reducir los efectos negativos del envejecimiento, ofreciendo estabilidad emocional y sentido de pertenencia. Esto ayuda a los adultos mayores a enfrentar mejor los desaf�os como la soledad o la p�rdida de autonom�a (Vergel et al., 2021). Asimismo, diversas investigaciones se�alan que mantener relaciones cercanas con familiares y amigos disminuye significativamente el aislamiento social, un factor determinante en el deterioro emocional de esta poblaci�n� (Morales-Jinez et al., 2021).

Contar con servicios de salud personalizados es clave para preservar la salud f�sica y emocional de los mayores. Estas atenciones incluyen tratamientos preventivos adaptados a sus necesidades (Vergel et al., 2021). Adem�s, disponer de espacios seguros dentro de la comunidad contribuye a que los mayores puedan participar en actividades que no solo estimulan sus capacidades, sino que tambi�n elevan su calidad de vida (Morales-Jinez et al., 2021).

Participar en actividades comunitarias beneficia la salud f�sica y mental de los mayores, fortaleciendo sus relaciones y habilidades (Morales-Jinez et al., 2021). Tambi�n son fundamentales para potenciar su resiliencia emocional, d�ndoles un prop�sito claro y promoviendo su autonom�a, lo que reduce el riesgo de padecer ansiedad o depresi�n (Choowanthanapakorn et al., 2021).

El sentimiento de soledad est� estrechamente relacionado con la aparici�n de trastornos como la ansiedad y la depresi�n entre los adultos mayores, especialmente en quienes no cuentan con redes familiares o sociales cercanas (Figueroa-Varela et al., 2021). Actividades grupales como el yoga, el taich� y el mindfulness no solo fortalecen la salud mental, sino que tambi�n fomentan la interacci�n social y elevan la autoestima, aspectos esenciales para un envejecimiento saludable (Ortiz-Barba et al., 2024).

El apoyo familiar es esencial para el bienestar de los adultos mayores, especialmente en casos de dependencia o enfermedades cr�nicas. Este respaldo emocional ayuda a enfrentar los cambios propios del envejecimiento y fomenta una perspectiva positiva de la vida (Vergel et al., 2021). Al desarrollarse en grupo, tambi�n fomentan la socializaci�n y fortalecen las redes de apoyo, lo que contribuye a combatir la sensaci�n de aislamiento (Figueroa-Varela et al., 2021).

Programas que incentiven el aprendizaje continuo y la actividad f�sica son herramientas clave para mejorar la calidad de vida de los mayores. Estas iniciativas les mantienen activos f�sica y mentalmente (Morales-Jinez et al., 2021). Actividades f�sicas grupales, como yoga o taich�, adem�s de t�cnicas de respiraci�n profunda, son particularmente �tiles para combatir la ansiedad y mejorar el bienestar integral en este grupo etario​ (Ortiz-Barba et al., 2024).

Los entornos comunitarios inclusivos son esenciales para que los mayores participen en actividades que les hagan sentirse �tiles. Estos espacios promueven la interacci�n social y la colaboraci�n entre generaciones (Choowanthanapakorn et al., 2021). El ejercicio f�sico combinado con t�cnicas de relajaci�n ha demostrado ser eficaz para disminuir los niveles de ansiedad y mejorar el bienestar integral de los adultos mayores (Ortiz-Barba et al., 2024).

Las pol�ticas p�blicas enfocadas en la salud mental de los mayores deben priorizar estrategias contra la soledad y el aislamiento. Programas de voluntariado y actividades grupales fortalecen las redes de apoyo (Vergel et al., 2021). Estas medidas no solo previenen problemas emocionales graves, sino que tambi�n promueven una calidad de vida m�s elevada en esta etapa (Choowanthanapakorn et al., 2021).

Las actividades recreativas no se limitan al entretenimiento, sino que tambi�n son esenciales para el bienestar emocional de los adultos mayores. Estas din�micas les brindan la oportunidad de conectar con otras personas, compartir experiencias significativas y sentirse integrados en un grupo social (Morales-Jinez et al., 2021). Los programas dise�ados para promover un envejecimiento activo son fundamentales para reducir la soledad y asegurar la autonom�a de esta poblaci�n (Ortiz-Barba et al., 2024).

El bienestar de los mayores est� influido por su entorno social. Un ambiente que fomente la interacci�n y participaci�n activa sin lugar a duda mejora su calidad de vida (Figueroa-Varela et al., 2021). Esto implica disponer de actividades grupales, servicios b�sicos accesibles y una infraestructura adecuada para facilitar su inclusi�n y movilidad (Choowanthanapakorn et al., 2021).

Participar en actividades educativas ofrece a los adultos mayores la oportunidad de mantener su mente activa y explorar nuevas experiencias que enriquezcan su vida cotidiana. Estas actividades no solo promueven el aprendizaje, sino que tambi�n fortalecen su capacidad para superar adversidades emocionales propias de la edad (Vergel et al., 2021). Adem�s, estas experiencias generan un sentido de prop�sito y satisfacci�n que resulta esencial para su equilibrio psicol�gico (Figueroa-Varela et al., 2021).

Los programas dise�ados espec�ficamente para combatir la soledad y el aislamiento social representan un recurso indispensable para proteger la salud mental de los mayores. Estas estrategias deben centrarse en ofrecer espacios seguros donde puedan interactuar y participar en actividades que promuevan la cohesi�n social (Morales-Jinez et al., 2021). En contextos urbanos, donde el aislamiento es m�s frecuente, estas intervenciones pueden transformar dr�sticamente su calidad de vida (Choowanthanapakorn et al., 2021).

Las pol�ticas p�blicas para ampliar el acceso a servicios de salud mental deben priorizar la prevenci�n, combinando apoyo m�dico con actividades que fomenten la socializaci�n (Vergel et al., 2021). La participaci�n en actividades creativas y cognitivas contribuye al desarrollo personal y refuerza la autoestima de los mayores (Ortiz-Barba et al., 2024).

Las redes de apoyo sociales y comunitarias tienen un impacto notable en la salud emocional de los mayores. No solo fomentan un sentido de pertenencia y utilidad, sino que tambi�n previenen problemas derivados del aislamiento social (Figueroa-Varela et al., 2021). Las intervenciones grupales, como la psicoterapia y las actividades f�sicas, representan una estrategia efectiva para mitigar trastornos emocionales y fomentar un envejecimiento digno (Ortiz-Barba et al., 2024).

Involucrar a los mayores en actividades regulares dentro de la comunidad fortalece su conexi�n con el entorno y mejora sus habilidades sociales y autoestima. Estas din�micas les permiten compartir experiencias valiosas y establecer relaciones significativas (Morales-Jinez et al., 2021). Adem�s, promueven su integraci�n activa, lo que resulta en una mejora notable de su bienestar general (Choowanthanapakorn et al., 2021).

El respaldo familiar se mantiene como uno de los principales pilares para garantizar el bienestar integral de los adultos mayores, especialmente en momentos de vulnerabilidad. Este apoyo no solo les proporciona estabilidad emocional, sino que tambi�n les ayuda a enfrentar los cambios asociados al envejecimiento de manera m�s efectiva (Vergel et al., 2021). Asimismo, fomenta una mayor estabilidad psicol�gica, promoviendo una vida m�s equilibrada y satisfactoria (Morales-Jinez et al., 2021).

Las pol�ticas inclusivas deben priorizar oportunidades de interacci�n social para los mayores, fomentando su participaci�n activa y fortaleciendo los lazos intergeneracionales (Choowanthanapakorn et al., 2021). Espacios comunitarios accesibles que fomenten actividades grupales son esenciales para fortalecer la interacci�n social y mejorar la calidad de vida de los mayores (Ortiz-Barba et al., 2024).

El envejecimiento es una etapa de la vida marcada por cambios f�sicos, emocionales y sociales. En este contexto, la interacci�n con familiares desempe�a un papel crucial en la calidad de vida de los adultos mayores. Diversos estudios destacan que las visitas y la comunicaci�n con los familiares pueden reducir significativamente los niveles de estr�s, promoviendo un envejecimiento m�s saludable y emocionalmente estable (Vergel et al., 2021). Adem�s, la evidencia sugiere que el apoyo emocional proporcionado por las familias fomenta una mayor resiliencia frente a los desaf�os propios de esta etapa de la vida (Morales-Jinez et al., 2021).

Uno de los principales beneficios de mantener relaciones familiares activas es la sensaci�n de apoyo emocional que estas proporcionan. De acuerdo con, la conexi�n emocional con seres queridos ayuda a mitigar el impacto de la soledad y reduce la prevalencia de trastornos como la depresi�n. Esto es especialmente importante dado que la soledad no solo afecta la salud emocional, sino que tambi�n puede agravar problemas de salud f�sica y cognitiva. Seg�n (Morales-Jinez et al., 2021), la disminuci�n del estr�s mediante visitas familiares est� relacionada con una mejora en los patrones de sue�o y la estabilidad cardiovascular en los adultos mayores.

Sin embargo, no siempre es f�cil mantener un contacto frecuente con los familiares. Existen barreras como la distancia geogr�fica, los compromisos laborales o incluso conflictos interpersonales que dificultan esta interacci�n (Victoria Intriago-Guzm�n et al., 2024). Estas barreras, cuando no se abordan, pueden conducir al aislamiento social, lo que a su vez afecta negativamente la percepci�n de bienestar de los adultos mayores. Adem�s, el entorno residencial tambi�n puede limitar las visitas familiares. Por ejemplo, algunas residencias de ancianos imponen restricciones horarias o condiciones que dificultan las visitas, lo cual incrementa el riesgo de que los residentes se sientan desconectados de sus seres queridos (Morales-Jinez et al., 2021).

Para enfrentar estas barreras, se han implementado intervenciones que buscan involucrar a las familias en el cuidado emocional de los mayores. Por ejemplo, programas comunitarios y actividades grupales que fomentan la participaci�n de los familiares han demostrado ser efectivos para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores (Dom�nguez Navarro et al., 2023). Adem�s, el uso de tecnolog�as como videollamadas puede ser una soluci�n pr�ctica para mantener la comunicaci�n cuando las visitas presenciales no son posibles. Seg�n (Morales-Jinez et al., 2021), el acompa�amiento virtual ha mostrado beneficios significativos en el estado de �nimo y la reducci�n de la ansiedad en adultos mayores que viven lejos de sus familias.

Por �ltimo, es esencial promover la sensibilizaci�n sobre la importancia del apoyo familiar y social. Seg�n (Vergel et al., 2021), generar conciencia sobre el rol de los familiares en el bienestar emocional del adulto mayor no solo fortalece las relaciones, sino que tambi�n ayuda a construir entornos m�s inclusivos y respetuosos para esta etapa de la vida. En este sentido, la capacitaci�n del personal sanitario y los cuidadores tambi�n desempe�a un papel crucial, ya que puede facilitar la integraci�n de las familias en el cuidado diario de los mayores (Morales-Jinez et al., 2021).

 

Conclusi�n

El estr�s y la ansiedad en adultos mayores institucionalizados representan desaf�os significativos que demandan estrategias de intervenci�n integrales. Los factores emocionales, sociales y f�sicos identificados en este trabajo subrayan la importancia de comprender c�mo la p�rdida de autonom�a, el aislamiento social y la percepci�n de abandono impactan directamente la salud mental y f�sica de esta poblaci�n vulnerable. Adem�s, la activaci�n sostenida del eje hipotal�mico-hipofisario-adrenal y la disminuci�n de neurotransmisores esenciales evidencian el v�nculo entre el estr�s cr�nico y el deterioro generalizado. Abordar estas problem�ticas requiere un enfoque multidisciplinario que combine intervenciones psicol�gicas, actividades grupales y pol�ticas p�blicas inclusivas. Estas estrategias no solo mejoran la calidad de vida, sino que tambi�n promueven el bienestar emocional y f�sico, favoreciendo un envejecimiento saludable.

 

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� 2025 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)

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