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Reforma del estado y reformas educativas

 

State reform and educational reforms

 

Reforma do Estado e reformas educativas

 

Crisbelys Margarita Castillo-Gonz�lez I
manuelvicentecuervo1@gmail.com
https://orcid.org/0009-0007-7608-7973
,Grabiel D' Jes�s Ortiz-Cuauro II
grabiel1ortiz.c@gmail.com
https://orcid.org/0009-0007-1922-3326
Iriosmar Guadalupe Arias-Rosillo III
ariasiriosmar@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-1483-4299
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: manuelvicentecuervo1@gmail.com

Ciencias Sociales y Pol�ticas

Art�culo de Investigaci�n

 

 

* Recibido: 26 de septiembre de 2024 *Aceptado: 12 de octubre de 2024 * Publicado: �30 de noviembre de 2024

 

        I.            Profesora en Ciencias Sociales, Menci�n Geograf�a e Historia, Especialista en Procesos Did�cticos para el Aprendizaje, Nivel B�sico, Doctorante en Ciencias de la Educaci�n, Docente en la U.E.N. �Manuel Vicente Cuervo�, Ecuador.

      II.            Profesor en Matem�tica, Especialista en Procesos Did�cticos, Doctorante en Ciencias de la Educaci�n, Docente en la U.E.N. �Manuel Vicente Cuervo�, Ecuador.

   III.            Licenciada en Educaci�n en Ciencias Sociales, Menci�n Turismo, Especialista en Educaci�n en Geograf�a, Historia y Ciudadan�a, Doctorante en Ciencias de la Educaci�n, Docente en la U.E.N. �Manuel Vicente Cuervo�, Ecuador.

 


Resumen

El an�lisis de las reformas educativas no se puede hacer sin considerar su relaci�n con los procesos asociados con la administraci�n, la gesti�n educativa, lo cual, obliga a considerar las contribuciones de la administraci�n como ciencia al proceso de direcci�n de los sistemas educativos, en atenci�n al papel que juega la administraci�n como disciplina, en funci�n del conjunto de instrumentos que proporciona con miras a permitir a las organizaciones enfrentar nuevos retos en el mundo actual. De hecho, las reformas educativas, en cierta medida se orientan a emprender esfuerzos importantes para mejorar estos sistemas y las propias instituciones que ofrecen este servicio social en aras de la educaci�n de su poblaci�n. El desarrollo de este articulo est� orientado fundamentalmente a examinar las diversas reformas educativas en conformidad con el marco constitucional y la concepci�n del Estado, as� como la responsabilidad de la sociedad en el desarrollo de la educaci�n bajo los principios de universalidad, obligatoriedad y de car�cter gratuita en todos los niveles y modalidades de las instituciones educativas. Este estudio se basa en la Metodolog�a de la Investigaci�n Hist�rica, por lo cual es de tipo documental argumentativo, en el que partiendo de una revisi�n lo m�s sistem�tica posible de fuentes primarias y secundarias, se pasa a la labor interpretativa y su consecuente conclusi�n cr�tica. Consecuentemente, se trata de un estudio que se sustenta en el acopio de documentos hist�ricos y se recurre, entonces, a la clasificaci�n, sistematizaci�n, an�lisis, contraste e interpretaci�n de dichas fuentes primarias y secundarias.

Palabras Clave: Reformas educativas; estado; sociedad; educaci�n; instituciones.

 

Abstract

The analysis of educational reforms cannot be done without considering their relationship with the processes associated with administration and educational management, which forces us to consider the contributions of administration as a science to the process of directing educational systems, in attention to the role played by administration as a discipline, based on the set of instruments it provides in order to allow organizations to face new challenges in today's world. In fact, educational reforms, to a certain extent, are oriented towards undertaking important efforts to improve these systems and the institutions themselves that offer this social service for the sake of educating their population. The development of this article is fundamentally oriented towards examining the various educational reforms in accordance with the constitutional framework and the conception of the State, as well as the responsibility of society in the development of education under the principles of universality, obligation and free character at all levels and modalities of educational institutions. This study is based on the Methodology of Historical Research, and is therefore of an argumentative documentary type, in which, starting from a review of primary and secondary sources as systematic as possible, we move on to the interpretative work and its consequent critical conclusion. Consequently, it is a study that is based on the collection of historical documents and, therefore, resorts to the classification, systematization, analysis, contrast and interpretation of said primary and secondary sources.

Keywords: Educational reforms; state; society; education; institutions.

 

Resumo

A an�lise das reformas educativas n�o pode ser feita sem considerar a sua rela��o com os processos associados � administra��o, � gest�o educativa, o que nos obriga a considerar os contributos da administra��o como ci�ncia para o processo de gest�o dos sistemas educativos, atentando para o papel que a gest�o desempenha enquanto disciplina, dependendo do conjunto de instrumentos que proporciona, com vista a permitir �s organiza��es enfrentar os novos desafios do mundo atual. Na verdade, as reformas educativas, em certa medida, visam empreender esfor�os importantes para melhorar estes sistemas e as pr�prias institui��es que oferecem este servi�o social para a educa��o da sua popula��o. O desenvolvimento deste artigo est� fundamentalmente orientado para examinar as diversas reformas educativas de acordo com o quadro constitucional e a conce��o de Estado, bem como a responsabilidade da sociedade no desenvolvimento da educa��o sob os princ�pios da universalidade, da obrigatoriedade e da gratuitidade. os n�veis e as modalidades das institui��es de ensino. Este estudo baseia-se na Metodologia da Investiga��o Hist�rica, pelo que � do tipo documental argumentativo, em que partindo de uma revis�o o mais sistem�tica poss�vel de fontes prim�rias e secund�rias, passamos ao trabalho interpretativo e � sua consequente conclus�o cr�tica. Consequentemente, � um estudo que se baseia na recolha de documentos hist�ricos e recorre depois � classifica��o, sistematiza��o, an�lise, contraste e interpreta��o das referidas fontes prim�rias e secund�rias.

Palavras-chave: Reformas educativas; estado; sociedade; educa��o; institui��es.

 

 

Introducci�n

La influencia del Estado en las m�s dis�miles actividades de la vida humana no es un hecho controvertido en sociedades como la nuestra, en virtud de aglutinar los escenarios donde se mueve el hombre �como ser social, a�n las m�s �ntimas o individuales, est�n en una u otra forma, directa o indirectamente, sometidas a regulaciones y controles estatales o, en �ltima instancia, a la vigilancia imperceptible del Estado�. Antes de profundizar en el estudio del Estado hay dos nociones que lo anteceden y cuyo manejo resulta necesario: la persona y la sociedad.� La persona es �todo ente susceptible de ser titular de deberes y derecho� o, en otras palabras, aquel que es �capaz de figurar como sujeto pasivo o activo en una relaci�n jur�dica; como el sujeto de la relaci�n jur�dica o de derecho�. Es decir, el sujeto (bien sea activo o pasivo) de una relaci�n o situaci�n regulada por el orden legal.

Mendoza (2000), explica que el Estado es �un sistema de subordinaci�n que organiza a todos los individuos de un �rea geogr�fica dada, dentro de la cual se posee un monopolio efectivo de la fuerza f�sica�, por lo tanto, es producto de esta condici�n humana que surge entonces la sociedad, entendida como el �conjunto de las relaciones de convivencia objetivadas en unas formas normativas e institucionales o, al menos, dotadas de cierta normalidad�, como lo ser�an �la familia, el Estado, la Iglesia o una sociedad mercantil� y restringido, como �formas espec�ficas de convivencia humana, destacadas, precisamente, por su oposici�n a otras formas de convivencia�.

De lo anterior se desprende que seg�n la concepci�n amplia del t�rmino, la sociedad ser�a el g�nero y nuestro objeto de estudio (el Estado) una de sus tantas especies, indic�ndose por ejemplo que la diferencia entre uno y otro radica en que la sociedad tiende a ser concebida como una ordenaci�n espont�nea de la convivencia frente al Estado, o que la primera es �un orden de relaciones de cooperaci�n y de concurrencia, basado en la libertad y la igualdad, frente al Estado como un orden de supra y subordinaci�n expresado en relaciones de mando y obediencia.

Desde esta perspectiva, el t�rmino �Estado� se inserta en el l�xico jur�dico a partir del siglo XVI cuando Maquiavelo, en su obra �El Pr�ncipe�, se�al� que �los estados y soberan�as que han tenido y tienen autoridad sobre los hombres, fueron y son, o rep�blicas o principados�. N�tese, no obstante, que ello no equivale a decir que antes de Maquiavelo no hab�a Estado, pues la realidad por �l descrita exist�a con otro nombre.

Desde entonces, el vocablo ha sido ampliamente desarrollado, present�ndose una serie de definiciones que a pesar de que var�an en la finalidad que le otorgan a esta instituci�n, pueden clasificarse en dos categor�as seg�n atiendan al Estado en un sentido restringido; es decir, el �conjunto de los poderes y �rganos de gobierno de un pa�s soberano�. O amplio, si se trata de la �forma de organizaci�n pol�tica, dotada de poder soberano e independiente, que integra la poblaci�n de un territorio�.

Ahora bien, el mejoramiento de la educaci�n ha sido y ser� uno de los nodos cr�ticos para toda persona que ejerza la responsabilidad de gobierno y administraci�n de una naci�n, si se tiene la convicci�n de que un pa�s con una educaci�n de calidad tendr� una poblaci�n preparada para afrontar los retos que involucran el desarrollo personal, el ejercicio de la ciudadan�a y la participaci�n en las actividades productivas y de prestaci�n de servicios que contribuyan al desarrollo econ�mico y social de una determinada naci�n. Al respecto, es importante la responsabilidad que le otorga Brown (2002), a los Estados en la creaci�n de un sistema de desarrollo integral para sus ciudadanos, incluyendo, por supuesto, la educaci�n como elemento esencial del mismo, al manifestar que: �Un Estado socialmente comprometido debe desarrollar un amplio sistema de derechos y pol�ticas p�blicas que garanticen condiciones m�nimas de acceso, calidad, retenci�n, promoci�n y ayuda en materia de educaci�n, salud, vivienda, alimentaci�n y seguridad� (p.8). Adem�s, es de se�alar que estos valores o aspiraciones constituyen elementos fundamentales de la vida digna que deben caracterizar el quehacer cotidiano de los ciudadanos de un determinado pa�s.

Es evidente entonces, para que la educaci�n pueda contribuir al logro del mejoramiento de la vida y desarrollo de los ciudadanos, tal como anteriormente fue descrito, los Estados deben formular e implementar pol�ticas p�blicas en todos los �mbitos de intervenci�n, dirigidas a emprender cambios o transformaciones en la estructura de sus sistemas educativos y escolares. Esta acci�n, debe orientarse a la modernizaci�n de todos los procesos y procedimientos de gesti�n acad�mica y administrativa para tratar de fortalecer el funcionamiento institucional del sistema educativo y sus instituciones. Por eso, para alcanzar el desarrollo de este prop�sito, es ineludible llevar adelante reformas trascendentales en este sector social y as� apoyar los esfuerzos para mejorar la calidad del servicio educativo que ofrece un Estado.

La transformaci�n educativa representa, por tanto, un tema clave para, por un lado, afrontar los nuevos retos y requerimientos de la sociedad del conocimiento y, de otro lado, contrarrestar los procesos de fragmentaci�n e inequidad social. Ello hace que resulte fundamental y pertinente efectuar an�lisis estructurales de las pol�ticas educativas en coyunturas hist�ricas claves, a los fines de interpretar y comprender, como se ha indicado, las debilidades del sistema educativo nacional y su incidencia en desigualdades regionales que persisten en la actualidad. En consecuencia, el objeto de estudio de este art�culo, as� como su enfoque, temporalidad y desarrollo, responden a la necesidad de historiar la educaci�n y de fortalecer, con esas reconstrucciones hist�ricas, el sistema educativo nacional.

 

Materiales y m�todos

En este apartado se realiza una presentaci�n sucinta del conjunto de las nociones te�ricas referenciales que apoya el proceso de an�lisis a lo largo del desarrollo de la investigaci�n, de esta manera, con el soporte de ellas pueda acometer el objetivo fundamental que oriente la realizaci�n de este estudio, en el sentido de analizar las reformas del estado y reformas educativas.

 

Educaci�n y Pol�ticas P�blicas

En primer lugar, al intentar presentar la educaci�n como noci�n te�rica de uso indispensable en el an�lisis que involucra la investigaci�n que se llev� a cabo, es de se�alar que Bowen y Hobson (2012) advierten la multiplicidad de acepciones que tiene este t�rmino. Al respecto, los autores se�alaron que la denominaci�n m�s com�n que tiene la educaci�n es: �asistir a la escuela� (p.11). Pero, al profundizar en el an�lisis sobre su significado, plantean que dicho t�rmino se refiere a la obtenci�n de una variedad de conocimientos que van: �desde la adquisici�n de habilidades espec�ficas, como las que se reportan en la capacitaci�n profesional, hasta las formas m�s abstractas y simb�licas del conocimiento que tienen poca aplicaci�n pr�ctica y se adquieren por su valor intr�nseco.� (Bowen y Hobson 2012, p. 11). Adicionalmente, explican que la educaci�n como fen�meno social, est� vinculada al conjunto de actitudes, creencias y valores que se aprenden mediante la simple participaci�n en la vida escolar; y que tambi�n en el quehacer de la vida se obtienen una serie de aprendizajes que los autores la catalogan como educaci�n latente, mediante la cual se produce un proceso de asimilaci�n de los valores y costumbres en una sociedad.

Otros aspectos de importancia que hacen su aparici�n en el contexto de la discusi�n de la educaci�n como categor�a, son las nociones de educaci�n informal y formal (Nassif, 1985), asociada la �ltima de ellas con el fen�meno social de la conformaci�n de los sistemas escolares y su desarrollo para dar respuestas por parte de los diferentes Estados al incremento de la demanda y de la oferta educativa que es requerida para el desarrollo de los ciudadanos. Ahora bien, llegado a este punto de la discusi�n sobre el significado de la educaci�n como proceso social, frente a la realidad compleja que vienen observando las sociedades, es importante se�alar c�mo a nivel de los Estados y los organismos internacionales dedicados al desarrollo de la educaci�n se han profundizado las iniciativas de reflexi�n cient�fica en apoyo a la formulaci�n de estrategias que contribuyan a que las naciones puedan ofrecer m�s y mejor educaci�n a sus ciudadanos, siendo relevante se�alar los informes presentados por expertos internacionales a la Organizaci�n de las Naciones Unidas para la Educaci�n, la Ciencia y la Cultura-UNESCO (Faure, (1973); Delors, (1996) y Mor�n, (1999).

En esta direcci�n, el an�lisis de estas realidades complejas para poder a partir de ello formular pol�ticas p�blicas requiere de la utilizaci�n del enfoque de la complejidad propuesto por Mor�n (1990), en el entendido que: �el pensamiento complejo est� animado por una tensi�n permanente entre la aspiraci�n a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y el reconocimiento de lo inacabable e incompleto de todo conocimiento� (p.23). En consonancia con esta situaci�n, han sido notables los esfuerzos emprendidos en aras de analizar no solo a qui�n se debe ense�ar, qu� ense�ar y c�mo hacerlo desde el punto del curriculum y la did�ctica, sino que ha sido necesario la organizaci�n y la mejora de los sistemas escolares para asegurar la educaci�n de las nuevas generaciones. Sucesos estos de alta vinculaci�n con el papel desempe�ado por los procesos de reformas educativas, tema central que orient� el objeto de estudio de la investigaci�n. Ejemplo de ello, son la presentaci�n de informes sobre la educaci�n en el mundo, anteriormente citados (Faure, (1973); Delors, (1996) y Mor�n, (1999).

En tal sentido, tanto las agencias internacionales dedicadas al desarrollo de la educaci�n (UNESCO, OEI, entre otros.) como los propios Estados nacionales han manifestado su preocupaci�n por formular e implementar pol�ticas p�blicas que contribuyan a la expansi�n de la educaci�n y a su mejora como servicio para el desarrollo de la poblaci�n de las diferentes naciones en t�rminos de personas, trabajadores y ciudadanos. Ahora bien, tal como se analiz� y dada la importancia que tiene el hecho de que las agencias internacionales dedicadas al tema de la educaci�n y los propios Estados definan pol�ticas p�blicas y le den direccionalidad a los sistemas educativos y escolares, es ineludible llegado a este punto analizar las pol�ticas p�blicas como noci�n te�rica.

Por eso, presentar la definici�n de la noci�n de pol�ticas p�blicas, exige de la explicaci�n previa de la dificultad sem�ntica que existe en el idioma castellano con el t�rmino pol�ticas que tiene dos acepciones fundamentales, mientras que en el idioma ingl�s existen dos palabras con diferentes significados (politics y policy). La primera de estas acepciones (politics), implica la lucha por el poder, teniendo como objetos de estudio las �reas tem�ticas como fuerzas pol�ticas, elecciones, instituciones gubernamentales y parlamentarias entre otros aspectos; y en el caso del otro t�rmino (policy), el cual puede ser traducido como las pol�ticas p�blicas o las pol�ticas que orientan la acci�n del Estado o del gobierno para el desarrollo de diferentes sectores como por ejemplo: pol�tica social, pol�tica educativa, pol�tica ambiental, entre otras.

Una vez presentada la diferenciaci�n del t�rmino pol�tica, es de se�alar que a lo largo de esta investigaci�n la misma se utiliz� bajo la acepci�n de policy o pol�ticas p�blicas como acci�n de Estado o de gobierno para el desarrollo del sector educativo. Aclarada esta situaci�n sobre el car�cter polis�mico del t�rmino, se present� una definici�n orientadora al respecto que la aport� Salamanca (1994), al indicar que una pol�tica p�blica es: �Un curso de acci�n que el Estado decide, a partir de una situaci�n social o, mejor dicho, una problem�tica, en la cual est�n involucrados diversos actores estatales y extra-estatales, dirigidos a distribuir valores de diferente tipo con el objeto de incidir sobre dichos estados sociales. (p.238). Ahora bien, de manera m�s espec�fica, la pol�tica p�blica puede definirse como un �proceso integrador de decisiones, acciones, inacciones, acuerdos e instrumentos, adelantado por autoridades p�blicas con la participaci�n eventual de los particulares, y encaminado a solucionar o prevenir una situaci�n determinada como problem�tica� (Vel�squez, 2009, p.156). En s�ntesis, las pol�ticas p�blicas son la fijaci�n del curso de acci�n o la direcci�n estrat�gica que se asume con el prop�sito solucionar, prevenir o aliviar ciertos problemas o situaciones que se manifiestan en una determinada sociedad o sector de ella, en correspondencia con el proyecto pol�tico, el cual, se asocia con el conjunto de fines expl�citos o impl�citos definidos por los grupos de poder para dicha sociedad, condicionado por el contexto hist�rico que la caracteriza.

Al analizar las grandes orientaciones o direcciones estrat�gicas que normalmente asumen las pol�ticas p�blicas en el campo de la educaci�n es importante se�alar, como Graffe y Ram�rez (2013), indican que ellas pueden ser sintetizadas fundamentalmente en dos grandes lineamientos, a saber: la formaci�n integral de los ciudadanos y la formaci�n del capital humano, elementos sustanciales y prioritarios en el logro del desarrollo social, pol�tico y econ�mico de una determinada naci�n. Ahora bien, las pol�ticas p�blicas educativas como grandes lineamientos que le dan direcci�n al desarrollo y mejora de un determinado sistema educativo y escolar o a un componente importante del mismo, vinculado con los procesos de reformas educativas que se emprenden en aras de mejorar la eficacia y eficiencia del sistema en sus diversos componentes.

Una vez definidas las grandes pol�ticas p�blicas para el desarrollo de la educaci�n y su puesta en pr�ctica, deben dise�arse e implementarse planes, programas y proyectos como niveles operativos de la planificaci�n (Pichardo, (2008) y Ander Egg, (1995) que, en aras de mejorar la cobertura y la calidad del sistema educativo, deben orientar el desarrollo de las reformas educativas que se emprendan. De hecho, la puesta en pr�ctica de pol�ticas p�blicas requiere, como ya se indic�, llevar adelante un esfuerzo de planificaci�n sistem�tica en los diferentes niveles del sistema educativo, teniendo en cuenta que:

La importancia de este proceso de planificaci�n radica en que permite anticiparse al futuro, con el objeto de reducir el nivel de incertidumbre que implica esta dimensi�n de tiempo, al definir los cursos de acci�n que la unidad emprender� para lograr los objetivos y metas que se establezcan para la soluci�n de los problemas detectados o contribuir al desarrollo del Proyecto Educativo y los planes generales de la Instituci�n Educativa. (Graffe, 2003, p.54).

 

Pol�ticas y reformas educativas

Sin duda, las pol�ticas p�blicas deben estar orientadas al fortalecimiento de escenarios que permitan a las sociedades afianzar sus espacios mediante el establecimiento de reglas; as� por ejemplo, cuando se aborda el tema educativo corresponde asumir con claridad el rol que tiene asignado dentro de un sistema de relaciones en busca de resultados conducentes a la construcci�n de espacios de entendimiento para una educaci�n en concordancia con los intereses de la naci�n.

Este no es un tema claro, debido a que la pol�tica de educaci�n es un campo de investigaci�n pluridisciplinar que se estudia desde �mbitos distintos como pueden ser las ciencias pol�ticas y las pol�ticas p�blicas, las ciencias de la educaci�n y la sociolog�a o la econom�a de la educaci�n. Por ello, es �til presentar los distintos conceptos que definen las pol�ticas y reformas educativas. En su configuraci�n m�s formal, por pol�tica educativa se entienden las acciones de los Gobiernos relacionadas con las pr�cticas educativas y tambi�n c�mo el Estado resuelve la producci�n, distribuci�n y provisi�n de la educaci�n.

Otros autores apuestan por definiciones m�s amplias. En los �ltimos veinte a�os, la pol�tica educativa ha reemplazado el concepto de planificaci�n educativa. Con independencia del t�rmino bajo el cual se disfrace (como, por ejemplo, �reforma educativa�), todos los pa�ses del mundo, en alg�n momento, han proclamado una intenci�n o han tomado una decisi�n que afecta a alg�n aspecto de la educaci�n en su sociedad. En cuanto a las �reas que cubre la pol�tica educativa, podemos afirmar que se trata de un campo muy amplio. Incluso limitando el an�lisis a la escolarizaci�n, las pol�ticas educativas cubren un vasto territorio, el cual abarca desde la Educaci�n Preescolar, a la Educaci�n Primaria, pasando por la Formaci�n Profesional, la Educaci�n Universitaria, la equidad y tambi�n distintas estrategias destinadas a ofrecer educaci�n p�blica.

No obstante, m�s all� de las �reas, una definici�n clara del concepto de pol�tica educativa es la ofrecida por Zamorano y Guti�rrez, (2019); que la definen como aquellos programas desarrollados por autoridades p�blicas, informadas por valores e ideas, dirigidos a los actores educativos e implementados por administradores y profesionales de la educaci�n. (p. 55). Esta definici�n es clara y tambi�n evidencia su importante dimensi�n pol�tica, al apuntar que las pol�ticas est�n permeadas por valores o ideas que reflejan la ideolog�a pol�tica o social que las rodea. Aguerrondo (2010), refiri�ndose a las reformas de docentes, apunta tambi�n c�mo estas reformas combinan aspectos t�cnicos y pol�ticos.

Precisamente, la transformaci�n que conlleva una Reforma Educativa est� vinculada a un modelo que procura el mejoramiento de la calidad de la educaci�n, como garante del m�ximo aprendizaje, no solo en su adopci�n como tal sino en su aplicaci�n efectiva, por lo que se debe tener claro que las reformas pueden ser t�cnicas, pero tambi�n reflejan momentos, contextos e ideolog�as distintos, los cuales se trasladan a distintos aspectos de la pr�ctica. As� lo se�ala Vargas, (2007) en su definici�n elaborada desde la perspectiva de la sociolog�a cr�tica, en la cual describe la pol�tica p�blica como el discourse o el discurso que refleja la cultura y el contexto que rodea la pol�tica y que convierte a las personas que participan en objetos de la pol�tica educativa que las rodea.

 

Crisis del Estado

Si algo debe estar claro para una naci�n es la soberan�a del Estado; no obstante, por visiones erradas, mal interpretadas, antepuestas o, simplemente, propiciadas por elementos que contravienen su esencia, se trasgrede el car�cter supremo del Estado caracterizado por el mal funcionamiento de sus burocracias con una noci�n de lo que para algunos es el "Estado an�mico" y otros le anteponen la "antiorden", lo que favorece la entrada a la crisis del Estado.

La anomia, se entiende como aquellos fen�menos que atentan contra la integraci�n y/o la regulaci�n social, que son provocados por cambios acelerados con patrones de comportamiento fundamentado en un marco regulatorio com�n a las interacciones.

�Seg�n Habermas (1999:4-6), la crisis de soberan�a del Estado moderno se�ala la siguiente interrogante: adem�s de los Estados nacionales, en el plano supranacional� y global, el poder destructivo ecol�gico, social y� cultural del capitalismo planetario puede ser puesto bajo control; por un lado, es verdad que la Europa en la� posguerra y los Estado capitalistas nacionales a trav�s� del Estado social (Welfare State) han� conseguido controlar un sistema econ�mico� altamente productivo partiendo de la idea de progreso y� desarrollo; han defendido la promesa� republicana de la inclusi�n igualitaria de todos� los� ciudadanos;� han creado la idea de autolegislaci�n (o sea, los� destinatarios de las leyes son� sus� autores); en resumen, han ampliado la dimensi�n pol�tica de la sociedad� actuando sobre s� misma. Del otro, se verifica que el Estado nacional, en el contexto modificado de la econom�a y de las sociedades mundiales, llega al L�mite de su eficacia, pues la domesticaci�n pol�tica del capitalismo global y la democracia presentan problemas de funcionamiento.

El fen�meno de la globalizaci�n pone en crisis la soberan�a nacional, porque el Estado-Naci�n, configurado por la modernidad no consigue mantener el control y proteger su territorio y, menos a�n, garantizar la legitimaci�n de sus decisiones y poder, con el fin de fomentar un proyecto pol�tico.

La soberan�a moderna ha sido elaborada a partir del Estado-Naci�n, cerrado sobre s� mismo� en su� territorio, volcado hacia las guerras de expansi�n� contra otros� Estados.

El predominio de la soberan�a interna oculta la dimensi�n inter-estatal, mientras que la soberan�a postmoderna se construye a partir del Imperio Mundial, que ignora los Estado nacionales. Se verifica un traspaso del poder hacia la soberan�a externa en detrimento de la garant�a nacional. En efecto, tanto el primer como el segundo modo de soberan�a se hunden en los extremos del silogismo, es decir, no entienden la soberan�a interna y externa como una forma de mediaci�n. Visto as�, Hegel propone una adecuada "tensi�n mediadora" entre los dos momentos de la soberan�a.

 

 

 

La s�ntesis de la metodolog�a

Este estudio se basa en la Metodolog�a de la Investigaci�n Hist�rica, por lo cual es de tipo documental argumentativo, en el que, partiendo de una revisi�n lo m�s sistem�tica posible de fuentes primarias y secundarias, se pasa a la labor interpretativa y su posterior conclusi�n cr�tica. Consecuentemente, se trata de un estudio que se sustenta en el acopio de documentos hist�ricos y se recurre, entonces, a la clasificaci�n, sistematizaci�n, an�lisis, contraste e interpretaci�n de dichas fuentes primarias y secundarias. Con la investigaci�n hist�rica se busca la reconstrucci�n del pasado de la manera m�s exacta u objetiva posible, para lo cual se acude en forma rigurosa y exhaustiva a la recolecci�n de evidencias, que a su vez se eval�an, verifican y sintetizan a fin de puntualizar hallazgos y construir conclusiones v�lidas.

Teniendo en cuenta que la metodolog�a determina el modo como se enfocan los problemas y se buscan las respuestas, en este caso se abord� desde la perspectiva del renacer de la narrativa y de la Historia Social y Pol�tica. En este sentido, y considerando que durante los �ltimos a�os la historiograf�a latinoamericana ha experimentado un proceso de reevaluaci�n y reinterpretaci�n de su historia pol�tica, se abordan los actores de la pol�tica no como �seres intangibles o cifras abstractas, sino como personas y grupos reales, estructurados por v�nculos permanentes de un modo particular, que poseen sus propias formas de autoridad, sus reglas de funcionamiento interno, sus lugares, formas de sociabilidad y comportamientos propios; sus valores, imaginarios, lenguajes y s�mbolos.

 

Resultados y an�lisis

En la secuencia documental, se identifican aspectos inherentes a las pol�ticas y reformas educativas que se han concebido en el pa�s desde el a�o 2005, en la cual se percibe la concentraci�n y direccionalidad en el manejo del sistema educativo, en todos sus niveles, a discreci�n y autoridad del gobierno de turno, incluso desde las esferas de la autonom�a universitaria y la participaci�n escolar como centro de una pol�tica educativa que pretende, seg�n el estamento legal, mejorar los resultados de la prestaci�n del servicio educativo, expresados en t�rminos de acceso, eficiencia y calidad; no obstante, hay que tomar en cuenta el desconocimiento que persiste en la sociedad venezolana sobre la manera en que deben concebirse el proceso educativo, el cual se expresa mediante las pol�ticas del Estado.

N��ez, Morales y D�az (2007), plantean que �Las reformas educativas que se est�n implementando en Venezuela se mueven entre la universalizaci�n del conocimiento, la identidad cultural y la b�squeda de una mayor equidad social�; sin embargo, no se puede afirmar que se est� en proceso de reforma de la educaci�n porque los cambios siguen marcados por el control del gobierno sobre el manejo del sistema educativo, pese al manifiesto inter�s de apostar al fortalecimiento en los planes de estudio mediante el establecimiento de educaci�n para la convivencia, la paz y la ciudadan�a; interculturalidad, educaci�n sexual y para la salud; educaci�n ambiental, para el uso del tiempo libre y la educaci�n para la equidad del g�nero.

Es imperativo impulsar �un ordenamiento jur�dico-pol�tico que establezca, propicie y profundice la justicia social, traducida en un aseguramiento de los derechos civiles pol�ticos ciudadanos, comporta sopesar el modelo de la relaci�n entre la sociedad y el Estado�.

 

Conclusiones

No cabe duda que la sociedad actual demanda soluciones a los nuevos retos educativos, m�s concordantes con las realidades locales y con la urgencia de subsanar las abismales diferenciaciones regionales y desigualdades sociales. Es as� que las aristas y nuevos problemas de investigaci�n emergen en armon�a con la necesidad de enriquecer la discusi�n de los antecedentes y las ra�ces de los desaf�os, dificultades y fracasos que hoy d�a afronta nuestro sector educativo, esto con el prop�sito de contribuir a superarlos. Transitar en estas direcciones, en asocio al continuo di�logo pasado - presente, muy seguramente abonar� al terreno historiogr�fico para consolidar un importante y necesario campo de aproximaci�n que encuentra en la educaci�n un �mbito de permanentes debates e interlocuciones, en funci�n de construir estrategias pertinentes a las condiciones particulares de los departamentos, encausadas al logro la anhelada equidad, acceso, cobertura y calidad del sistema educativo actual.

 

Referencias

      1.            Ander-Egg, E. (1995). Introducci�n a la planificaci�n. Editorial Lumen.

      2.            Aguerrondo, I. (2010). Retos de la calidad de la Educaci�n. Revista Educaci�n y ciudad (19), 18-38. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5704989.pdf

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� 2024 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)

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