����������������������������������������������������������������������������������
H�bitos alimentarios y su repercusi�n sobre la salud en discentes de medicina
Eating habits and their impact on health in medical students
H�bitos alimentares e o seu impacto na sa�de dos estudantes de medicina
![]() |
|||||
![]() |
|||||
![]() |
Correspondencia: cmachuca3@utmachala.edu.ec
Ciencias de la Salud
Art�culo de Investigaci�n
* Recibido: 01 de julio de 2024 *Aceptado: 20 de agosto de 2024 * Publicado: �30 de septiembre de 2024
I. Estudiante de Medicina Pen�ltimo Semestre, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.
II. Estudiante de Medicina Pen�ltimo Semestre, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.
III. Estudiante de Medicina Pen�ltimo Semestre, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.
IV. Estudiante de Medicina Pen�ltimo Semestre, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.
V. Docente, Tutor Carrera de Medicina, Anestesi�logo, Intensivista, Universidad T�cnica de Machala, Ecuador.
Resumen
En Ecuador, altos �ndices de obesidad entre j�venes reflejan un patr�n preocupante de mala alimentaci�n caracterizado por un alto consumo de az�cares simples. Este problema es notable entre estudiantes universitarios, quienes enfrentan desaf�os acad�micos y niveles elevados de estr�s que afectan sus h�bitos alimentarios.� El objetivo del estudio fue evaluar la influencia de la conducta alimentaria en la salud de estudiantes de medicina de la Universidad T�cnica de Machala. Se realiz� un estudio descriptivo transversal con enfoque mixto, que incluy� una revisi�n bibliogr�fica, encuestas, ex�menes antropom�tricos, y de laboratorio. La muestra consisti� en 50 estudiantes de cuarto, quinto y sexto ciclo. Los resultados revelaron que la mayor�a de los estudiantes tienen h�bitos alimentarios inadecuados, con una alta prevalencia de consumo de carbohidratos y bebidas azucaradas, adem�s de horarios de comida irregulares. Un 58% de los participantes ten�a un peso normal, 30% padec�a de sobrepeso, y 10% de obesidad. Se encontraron niveles elevados de colesterol y triglic�ridos, especialmente en hombres. El estudio concluye que los h�bitos alimentarios de los estudiantes son poco saludables y contribuyen a problemas de peso y alteraciones bioqu�micas, incrementando el riesgo de enfermedades cr�nicas no transmisibles.
Palabras Clave: Dieta; Nutrici�n; Estudiante universitario; Salud; Obesidad.
Abstract
In Ecuador, high obesity rates among young people reflect a worrying pattern of poor nutrition characterized by a high consumption of simple sugars. This problem is notable among university students, who face academic challenges and high levels of stress that affect their eating habits. The objective of the study was to evaluate the influence of eating behavior on the health of medical students at the Technical University of Machala. A descriptive cross-sectional study with a mixed approach was conducted, which included a bibliographic review, surveys, anthropometric and laboratory tests. The sample consisted of 50 students from the fourth, fifth and sixth cycles. The results revealed that most of the students have inadequate eating habits, with a high prevalence of carbohydrate and sugary drink consumption, as well as irregular meal times. 58% of the participants had a normal weight, 30% were overweight, and 10% were obese. High levels of cholesterol and triglycerides were found, especially in men. The study concludes that students' eating habits are unhealthy and contribute to weight problems and biochemical alterations, increasing the risk of chronic non-communicable diseases.
Keywords: Diet; Nutrition; University student; Health; Obesity.
Resumo
No Equador, as elevadas taxas de obesidade entre os jovens reflectem um padr�o preocupante de m� nutri��o caracterizado pelo elevado consumo de a��cares simples. Este problema � not�vel entre os estudantes universit�rios, que enfrentam desafios acad�micos e elevados n�veis de stress que afetam os seus h�bitos alimentares. O objetivo do estudo foi avaliar a influ�ncia do comportamento alimentar na sa�de dos estudantes de medicina da Universidade T�cnica de Machala. Foi realizado um estudo transversal descritivo de abordagem mista, que incluiu revis�o bibliogr�fica, inqu�ritos, exames antropom�tricos e laboratoriais. A amostra foi constitu�da por 50 alunos do quarto, quinto e sexto ciclo. Os resultados revelaram que a maioria dos estudantes apresenta h�bitos alimentares inadequados, com elevada preval�ncia de consumo de hidratos de carbono e bebidas a�ucaradas, bem como hor�rios irregulares para as refei��es. 58% dos participantes tinham peso normal, 30% tinham excesso de peso e 10% eram obesos. Foram encontrados n�veis elevados de colesterol e triglic�ridos, principalmente nos homens. O estudo conclui que os h�bitos alimentares dos estudantes n�o s�o saud�veis e contribuem para problemas de peso e altera��es bioqu�micas, aumentando o risco de doen�as cr�nicas n�o transmiss�veis.
Palavras-chave: Dieta; Nutri��o; Estudante universit�rio; Sa�de; Obesidade.
Introducci�n
La alimentaci�n es proporcional a la calidad de vida de un ser humano, ya que provee los nutrientes necesarios para satisfacer adecuadamente las necesidades metab�licas del organismo. Un informe alimentario indica el estado de salud de un individuo.
A nivel global, la calidad del estado nutricional se ha visto comprometida, por las variaciones en la ingesta de alimentos, con un incremento de ultra procesados, bebidas con un contenido alto de az�car y comida chatarra, desplazando a los alimentos saludables necesarios para una adecuada nutrici�n. Como resultado de estas conductas, las tasas de individuos con sobrepeso y obesidad han presentado un aumento, que a su vez significa un incremento en el riesgo de desarrollar m�ltiples patolog�as asociadas al compromiso metab�lico, desde diabetes, enfermedades de tipo cardiovascular, hasta una amplia variedad de enfermedades cr�nicas donde se incluye el c�ncer.
La OMS estima que alrededor del mundo 605 millones de personas poseen un grado de obesidad, sin contar que m�s de 1.900 millones de individuos adultos se encuentran en un estado de sobrepeso a causa del elevado consumo de alimentos con un gran contenido cal�rico caracterizado por un alto contenido de grasas y carbohidratos simples, por otra parte la actividad f�sica se ha reducido debido al crecimiento de la ciudad, el uso de veh�culos motorizados, etc. (Torres-Zapata, 2021).
En Ecuador, la prevalencia de condiciones como el sobrepeso y obesidad para el a�o 2012, se clasific� de acuerdo con grupos etarios, en el de 19 a 29 a�os fue de 46.4%, en la poblaci�n adulta fue de 62.8%, predomina en las mujeres respecto a los hombres, estas tasas aumentan de forma relativa con el nivel econ�mico. El 29,9% de la poblaci�n ecuatoriana mantuvo un alto consumo de carbohidratos; en los j�venes de 10 a 19 a�os, el 81,5% reporta consumir alimentos con un contenido alto de az�cares simples. Se destaca que la ingesta excesiva de este nutriente aumenta con el paso de los a�os. (Wilson Rojas et al., 2018).
Desde la perspectiva universitaria, los estudiantes de medicina enfrentan demandas acad�micas intensas y altos niveles de estr�s, lo que puede influir significativamente en sus h�bitos alimenticios. Las costumbres alimentarias de los alumnos son un punto de inter�s debido a su gran impacto sobre la salud y/o el rendimiento acad�mico. Las largas horas de estudio, las pr�cticas cl�nicas y actividades extracurriculares pueden llevar a una alimentaci�n desequilibrada y al consumo de comidas r�pidas y poco saludables. Adem�s, la presi�n acad�mica puede resultar en omisi�n de comidas, consumo excesivo de cafe�na y horarios de comida irregulares.
Aunque los alumnos de medicina tienen un conocimiento te�rico sobre los beneficios de una alimentaci�n saludable, su vida cotidiana no refleja estos principios, lo que puede agravar su estado nutricional y elevar de forma significativa el riesgo de desarrollo de m�ltiples enfermedades cr�nicas.
Es crucial investigar y entender estos patrones alimenticios, ya que una dieta inadecuada puede aumentar la predisposici�n a enfermedades, afectar la concentraci�n y el rendimiento acad�mico, y tener consecuencias graves a largo plazo. Al identificar y abordar los problemas nutricionales espec�ficos de los estudiantes de medicina, se pueden desarrollar estrategias para promover h�bitos alimenticios m�s saludables y mejorar su bienestar general.
Esta investigaci�n se justifica en la premisa de que los universitarios enfrentan altos niveles de demanda en tiempo y capacidades cognitivas, adem�s del estr�s, que requieren sacrificios como cambios en horarios habituales. Estos factores los hacen vulnerables, ya que sus h�bitos alimenticios impactan directamente en su estado nutricional. Esto es cr�tico para su salud y rendimiento acad�mico, con h�bitos poco saludables que conducen a malas pr�cticas alimenticias.
Investigaciones recientes han mostrado que los universitarios de carreras de la salud tienen conocimientos sobre h�bitos saludables, pero s�lo un peque�o porcentaje los practica. Esto se atribuye a las exigentes cargas acad�micas y la falta de tiempo, lo que afecta su rendimiento y aprendizaje. ((Maza Avila et al., 2022).
El objetivo consiste en evaluar la incidencia de la conducta alimentaria sobre la salud de discentes de IV, V y VI ciclo de la carrera de medicina de la Universidad T�cnica de Machala partiendo de la informaci�n recogida del an�lisis de encuestas y pruebas complementarias.
Metodolog�a
Estudio descriptivo de tipo transversal, enmarcado en el paradigma positivista, con enfoque mixto. Combina t�cnicas cuantitativas y cualitativas para abordar el problema de investigaci�n. La elaboraci�n del estudio se estructur� en dos fases. La primera consisti� en una revisi�n bibliogr�fica centrada en el tema objeto de estudio, cuya b�squeda se realiz� con el empleo de filtros y operadores booleanos que permitieron la obtenci�n de informaci�n precisa a partir de bases de datos acad�micas como PubMed y Google Scholar. La segunda fase implic� la administraci�n de una encuesta al grupo de participantes involucrados, estructurada con preguntas cerradas en un cuestionario, la aplicaci�n de t�cnicas antropom�tricas, en complemento con ex�menes de laboratorio (Colesterol total y triglic�ridos) que se llev� a cabo recolectando muestras para laboratorio de cada participante.
Se trata de un estudio de tipo b�sico, con un dise�o no experimental. La definici�n del tema de estudio se desarroll� mediante la metodolog�a DQP/CEA/EDREPA que permiti� darle un enfoque integral.
Para recopilar la informaci�n, se emplearon herramientas inform�ticas como Microsoft Excel� 2019, que facilito la organizaci�n de los datos adquiridos conforme al objetivo establecido. El procesamiento y an�lisis del material obtenido se realiz� tras conseguir las autorizaciones correspondientes cumpliendo con las normativas de la instituci�n en la que se realiz� el estudio, efectuado a partir del software estad�stico SPSS que favoreci� el an�lisis de variables y la ilustraci�n de los resultados.
La investigaci�n se llev� a t�rmino en la carrera de Medicina de la UTMACH, situada en Machala, espec�ficamente en la Avenida Panamericana. La poblaci�n participante consisti� en acad�micos matriculados en el IV, V y VI ciclo de la carrera de medicina. Se seleccion� una muestra de 50 alumnos de manera aleatoria, asegurando una representaci�n equitativa de diferentes edades, g�neros y nivel acad�mico.
Resultados y discusi�n
La dieta es un componente esencial en el mantenimiento del homeostasis, y clave en la profilaxis de enfermedades cr�nicas no transmisibles (ECNT). ((Przybyłowicz & Danielewicz, 2022) La conducta alimentaria implica la acci�n y preferencia de una persona hacia determinado grupo de alimentos, preparaci�n y cantidades ingeridas. (Mahfouz et al., 2024) Por otra parte, los h�bitos alimenticios son un concepto en el que se incluyen aquellos patrones o rutinas asociadas con la alimentaci�n, tanto individuales como colectivas, desde el �qu�, �c�mo� y �por qu� de lo que consumimos, hasta la forma en la que obtenemos, almacenamos, uso y desecho de los alimentos. ((Bede et al., 2020; Maza Avila et al., 2022; Przybyłowicz & Danielewicz, 2022).
De esta forma, el m�todo que le permite a una persona obtener nutrientes a trav�s de los alimentos es dependiente de sus h�bitos alimentarios espec�ficos, los mismos que se establecen en per�odo de infancia, donde se ven influidos por el ambiente familiar y escolar, hasta la vida adulta.(Wilson Rojas et al., 2018; Wolińska et al., 2023; Zuhair et al., 2024) Sin embargo, tienden a modificaciones de acuerdo a la necesidad de adaptaci�n del individuo, en el caso de universitarios se ven obligados a realizar cambios a su cotidianidad, y es por esto que pueden considerarse como una poblaci�n vulnerable desde varios aspectos, incluido el nutricional.(Lua & Wan Putri Elena, 2012; Wilson Rojas et al., 2018) Algunos de los factores que pueden incidir sobre los h�bitos de la poblaci�n universitaria involucran el horario de c�tedras, la econom�a que determina la calidad/disponibilidad de alimentos, influencia social, los altos niveles de estr�s atribuibles a la carga acad�mica y la reducci�n de sue�o.(Bede et al., 2020; Maza Avila et al., 2022) Un suceso que tuvo y sigue teniendo mucha repercusi�n sobre la poblaci�n, en general, es el confinamiento por la Covid-19, que por obvias razones requiri� de cambios como ajustes en estilo de vida,� distanciamiento social, cambios en la dieta, y dem�s.(Nestel & Mori, 2022; Przybyłowicz & Danielewicz, 2022; Wolińska et al., 2023).
Desde esta perspectiva, aunque es l�gico pensar que una poblaci�n con un elevado nivel educativo es consciente de su conducta alimentaria, no se presenta en la mayor parte de los casos, e incluso se ha reportado una alta tendencia a desarrollar h�bitos alimenticios poco saludables, que al mismo tiempo se relacionan con muchos riesgos para la salud.(Maza Avila et al., 2022) De modo que, los trastornos de tipo alimentario pueden ser catalogados como la �se�al� de problemas a largo plazo, que adem�s incluyen predictores como una alimentaci�n con carencia de orden, falta de satisfacci�n corporal, y un bajo nivel de autocompasi�n. (Budhiwianto et al., 2023; Jahrami et al., 2024) De hecho, una nutrici�n apropiada es uno de los pilares para el mantenimiento �ntegro funcional y estructural neuronal, y la potenciaci�n capacidades cognitivas. (Ibarra Mora et al., 2019).
El estado nutricional es un concepto en el que se ve inmersa la salud de una persona, determinada de forma relativa por los alimentos ingeridos, el empleo de sus nutrientes, y se obtiene a partir de datos que se derivan de estudios de car�cter f�sico, bioqu�mico y de la dieta. Es un par�metro que puede ser evaluado mediante t�cnicas antropom�tricas (Peso, talla, IMC), que hacen posible clasificar estados de malnutrici�n como la desnutrici�n y la nutrici�n en exceso, cada uno con trastornos individuales donde se ven impl�citas una amplia variedad de alteraciones, desde enfermedades de origen carencial u oportunista, enfermedades cr�nicas no transmisibles, hasta incluso el c�ncer. Una mala alimentaci�n eleva la tasa de morbilidad y la de mortalidad en todos los grupos etarios. ((Bede et al., 2020; Mogre et al., 2023; Ntentie et al., 2022).
La correlaci�n entre el estado nutricional y h�bitos alimenticios es fundamental para entender c�mo las elecciones y comportamientos relacionados con la dieta afectan directamente la salud de los individuos. Los h�bitos alimentarios determinan la calidad y cantidad de nutrientes que el cuerpo recibe, lo cual se refleja su estado de salud relacionado con la nutrici�n. Un desequilibrio en la nutrici�n debido a deficiencia o exceso puede llevar a diversas condiciones de salud, trastornos metab�licos como la obesidad, la malnutrici�n, y las enfermedades cr�nicas no transmisibles, donde se incluye el c�ncer. (Bede et al., 2020).
Por ejemplo, el consumo desmesurado de bebidas azucaradas y alimentos ultra procesados, contribuye en el aumento de peso, en el del riesgo para enfermedad cardiovascular, diabetes y ciertos tipos de c�ncer. Estos patrones diet�ticos inadecuados, a menudo adoptados en la etapa universitaria, pueden afectar su estado de salud, pese a tener conocimientos sobre nutrici�n, pueden no aplicar estos principios por factores externos. (Bede et al., 2020).
Evaluar las conductas alimenticias, as� como su impacto en el perfil nutricional de cada joven de la carrera de medicina; es crucial para identificar �reas de intervenci�n y desarrollar estrategias que promuevan un estado de alimentaci�n �ptimo y saludable. Esta correlaci�n no solo tiene implicaciones para la salud actual de estos futuros profesionales de la salud, sino tambi�n para su capacidad de influir positivamente en la salud de sus futuros pacientes. Promover buenos h�bitos alimentarios y una nutrici�n adecuada durante la formaci�n universitaria puede resultar provechoso en la prevenci�n de enfermedades, contribuyendo a una mejor calidad de vida, a nivel individual y poblacional. ((Bede et al., 2020).
Con base en las encuestas realizadas, de una muestra de 50 individuos, con edades de 18 a 23 a�os, la poblaci�n estuvo integrada por un 40% (n= 20) quinto ciclo, un 30% (n= 15) sexto ciclo y el 30% (n=15) de cuarto ciclo, dentro de los cu�les predomin� el sexo femenino (58%).
A continuaci�n, se presentan otros detalles con respecto a las preguntas de la encuesta.
De acuerdo a los motivos que favorecen una alimentaci�n inadecuada; la mitad de los estudiantes encuestados (50%) mencionan que la principal raz�n es la escasa disponibilidad de tiempo, un 34% lo atribuye al estr�s, y un 16% indica que sus problemas relacionados con la alimentaci�n se deben a la falta de recursos econ�micos.
El peso de los encuestados no es relevante de manera aislada, pero es esencial para calcular el �ndice de masa corporal junto con la estatura, lo que ayuda a clasificarlos en diferentes categor�as. Este c�lculo es �til inicialmente para evaluar la condici�n corporal y los riesgos asociados. Aproximadamente el 50% de los encuestados tuvieron un peso promedio de 50-60 kg, 27 % sobrepas� los 70 kg, y un 18% entre 40 y 50 kg.
Al indagar sobre la procedencia y/o preparaci�n de los alimentos, en el 58% de los casos estudiados, es un familiar el responsable de la preparaci�n de alimentos. El 24% compra sus alimentos. El 18% prepara sus propios alimentos, sugiriendo una posible limitaci�n de tiempo para otras actividades cotidianas como la academia. La procedencia de los alimentos consumidos es importante para una nutrici�n y prevenci�n de enfermedades alimentarias, puesto que est� descrito que la mayor�a de las enfermedades de origen alimentario son una consecuencia del manejo incorrecto de los productos para la ingesta, en cualquiera de los procesos implicados desde su obtenci�n. (Przybyłowicz & Danielewicz, 2022).
Seg�n la frecuencia de ingestas por d�a, el 20% de los participantes come dos veces al d�a, el 66% tres veces, y el 14% m�s de tres veces. En total, el 86% de los encuestados se ajusta al rango de dos a tres ingestas diarias, siendo tres veces al d�a la m�s frecuente. La mayor�a de los estudiantes sigue un patr�n de tres comidas diarias, algo habitual, pero la calidad de la dieta depende de factores como la puntualidad y la distribuci�n de nutrientes, adem�s de que el estr�s derivado de la academia puede promover modificaciones en la conducta alimentaria. ((Urbanetto et al., 2019) La relaci�n entre el n�mero de ingestas y el IMC a�n no se detalla de forma precisa. A pesar de ello, algunos estudios describen que los individuos que comen 1 o 2 veces/d�a se asocia con un �ndice de masa corporal relativamente m�s bajo, al compararse con el grupo que come 3 veces/d�a. En adici�n a esto, tambi�n se hall� una relaci�n desfavorable entre la frecuencia de la alimentaci�n y la presencia de obesidad abdominal de forma prevalente. ((Lam Cabanillas et al., 2022).
En funci�n del horario para la ingesta, el 52% de los encuestados reporta mantener horarios irregulares debido a la distribuci�n de sus horas de clase y dificultades de transporte, el 24% tiene tiempo suficiente para comer gracias a traslados r�pidos, y el 24% restante no dispone de tiempo adecuado para alimentarse. Tener un horario regular para comer es esencial para un metabolismo eficiente y la correcta asimilaci�n de nutrientes. Por otra parte, un horario inhabitual podr�a asociarse a numerosas alteraciones metab�licas, que llevar�an a un desequilibrio en la constituci�n corporal, favoreciendo as� al sobrepeso y la obesidad. ((�Enfermedades transmitidas por Alimentos (Etas); Una Alerta para el Consumidor�, 2021).
Seg�n las preferencias con los productos alimentarios, predomina el consumo de carbohidratos sobre los otros grupos en el 68% de los encuestados. Un 20% prioriza las prote�nas. En el 8%, predomina el consumo de l�pidos. Solo un 4% muestra inter�s en la ingesta de vitaminas y minerales, probablemente a trav�s de suplementos. Lo m�s importante a destacar en este contexto es que pese a que los hidratos de carbono son una de las principales fuentes en la producci�n de energ�a, su consumo desmedido tambi�n se vincula a estados de obesidad y trastornos asociados. Por otro lado, tambi�n se ha visto una relaci�n de forma prevaleciente entre las afecciones de la integridad psicol�gica y el sue�o, con la falta de seguimiento a las recomendaciones diet�ticas con relaci�n a vegetales, productos l�cteos, y alimentos azucarados. (Ram�n-Arbu�s et al., 2019).
Dentro de los hallazgos en las preferencias de l�quidos en el momento de las comidas, el 40% de la muestra se inclina a los jugos procesados, el 36% opta por el agua, un 22% gaseosas, y 2% zumos. Un buen estado de hidrataci�n es esencial para mantener funciones corporales desde el estado cognitivo, el rendimiento f�sico y diversos sistemas. ((Salas Salvad� et al., 2020) No obstante, se evidencia que la ingesta regular y en cantidades considerables de bebidas con un elevado contenido de az�car, destac�ndose el jarabe de ma�z debido a su alta composici�n de fructosa, se relacionan con el incremento del peso, que deriva en otros trastornos como el desarrollo de resistencia a la insulina, el almacenamiento de tejido graso a nivel visceral, incluy�ndose el incremento de colesterol y triglic�ridos, y los factores de riesgo cardiovascular. ((Ram�rez-V�lez et al., 2016).
Seg�n los cuadros secundarios a la ingesta que los encuestados describen haber presentado en alg�n momento, el 42 % reporta molestias gastrointestinales, como acidez estomacal, indigesti�n, n�useas o v�mitos. Un 26% menciona dolor abdominal o epig�strico como su principal malestar. El 18% de los encuestados p�rdida de apetito, y el 14% no reporta ninguna afecci�n relacionada. En determinados casos, como en el expendio de alimentos de forma ambulante, se ha descrito que se mantienen deficiencias en cuesti�n de salubridad con altas cifras de pat�genos microbianos, atribuy�ndose a malas pr�cticas de higiene, aumentando el riesgo de desarrollo de enfermedades del tracto gastrointestinal, principalmente de car�cter infeccioso. (Mejia et al., 2021).
Tabla 1: C�lculo del IMC de la poblaci�n estudiada
|
Frecuencia |
Porcentaje |
% validez |
Porcentaje acumulado |
|
V�lido |
Peso normal |
29 |
50,9 |
58,0 |
58,0 |
Sobrepeso |
15 |
26,3 |
30,0 |
88,0 |
|
Obesidad |
5 |
8,8 |
10,0 |
98,0 |
|
Bajo peso |
1 |
1,8 |
2,0 |
100,0 |
|
Total |
50 |
87,7 |
100,0 |
� |
|
|
|
|
|
|
� |
Total |
50 |
100,0 |
� |
|
Del an�lisis del �ndice de Quetelet (IMC) en la muestra, el 58% tiene un peso normal, el 30% est� en sobrepeso y el 10% padece obesidad. Solo el 2% se encuentra en la categor�a de bajo peso. Adem�s, hay una variaci�n IMC entre ambos sexos: en hombres, el promedio es de 26.4, con un valor m�ximo de 34.06, un 20% de sobrepeso y un 10% de obesidad. En mujeres, el promedio del IMC es de 22.89, con un valor m�ximo de 27, indicando un 10% de sobrepeso y un 2% de bajo peso. De forma general, el 42 % presenta una alteraci�n en el peso corporal, una cifra significativa considerando el tama�o relativamente peque�o de la muestra en comparaci�n con otros estudios. El sobrepeso y la obesidad representan los factores de riesgo predominantes en esta poblaci�n. Estos problemas pueden ser resultado de h�bitos alimenticios inadecuados, como el consumo excesivo de l�pidos e hidratos de carbono, horarios irregulares para las comidas y el estr�s asociado con la vida acad�mica. Aunque el IMC no distingue adecuadamente la masa corporal libre de grasa, se ha evidenciado que el �ndice de morbilidad/mortalidad incrementa proporcionalmente seg�n el
grado de obesidad sin distinci�n de sexos. (Carmona & S�nchez, 2018).
Figura 1: Promedio de colesterol total en la muestra estudiada. (a) Promedio de colesterol total en hombres; (b) promedio de colesterol total en mujeres.
Figura 2: Promedio de triglic�ridos en la muestra estudiada. (a) Promedio de triglic�ridos en hombres; (b) promedio de triglic�ridos en mujeres.
En base a los informes de los ex�menes complementarios realizados a los estudiantes participantes, se ha encontrado que el promedio de colesterol en hombres es de 162.22 mg/dL, con un valor m�ximo registrado de 255 mg/dL. En mujeres, el promedio de colesterol es de 158.91 mg/dL, con un valor m�ximo de 232 mg/dL. Respecto a los triglic�ridos, el promedio en hombres es de 125.1 mg/dL, con un valor m�ximo de 301.3 mg/dL, mientras que en mujeres es de 98.22 mg/dL, con valor m�ximo de 241.7 mg/dL. Los datos revelan que los hombres presentan una mayor incidencia de niveles elevados de triglic�ridos y colesterol. Las cifras se registran normales en la mayor�a de los casos, sin embargo, es importante actuar de forma prematura sobre esta clase de grupos vulnerables, en vista de patrones alimentarios negativos, que, en adici�n a estados sedentarios, favorecen el desarrollo de dislipidemias, con ello el potencial aterog�nico, y los trastornos cardiovasculares a largo plazo.
Conclusi�n
El estudio concluye que la alimentaci�n de los estudiantes implicados no es adecuada para mantener un estado �ptimo de salud, ya que los h�bitos alimentarios adoptados como forma de adaptaci�n a la academia resultan poco beneficiosos, y a la vez se reflejan en los trastornos del peso, adem�s de variaciones negativas en par�metros bioqu�micos, alteraciones que a mediano o largo plazo ser�n directamente proporcionales al aumento de la incidencia de las ECNT en esta poblaci�n, e individuos en contextos parecidos. Se hace evidente la necesidad de implementar estrategias para fomentar una mejor gesti�n del tiempo, el manejo del estr�s, una alimentaci�n de calidad con la gu�a de un profesional en nutrici�n, y un estilo de vida m�s saludable en la comunidad estudiantil, con el respectivo seguimiento de quienes conforman el departamento sanitario de la instituci�n, considerando que una intervenci�n oportuna reducir�a la incidencia de trastornos, con un impacto beneficioso en el tiempo.�
Referencias
1. Bede, F., Cumber, S. N., Nkfusai, C. N., Venyuy, M. A., Ijang, Y. P., Wepngong, E. N., & Nguti Kien, A. T. (2020). Dietary habits and nutritional status of medical school students: the case of three state universities in Cameroon. Pan African Medical Journal, 35. https://doi.org/10.11604/pamj.2020.35.15.18818
2. Budhiwianto, S., Bennett, C. J., Bristow, C. A., & Dart, J. (2023). Global Prevalence of Eating Disorders in Nutrition and Dietetic University Students: A Systematic Scoping Review. Nutrients, 15(10), 2317. https://doi.org/10.3390/nu15102317
3. Carmona, W., & S�nchez, A. (2018). �ndice de masa corporal: ventajas y desventajas de su uso en la obesidad. Relaci�n con la fuerza y la actividad f�sica. Nutrici�n Cl�nica en Medicina, 12, 128�139.
4. Enfermedades transmitidas por Alimentos (Etas); Una Alerta para el Consumidor. (2021). Ciencia Latina Revista Cient�fica Multidisciplinar, 5(2), 2284�2298. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v5i2.433
5. Ibarra Mora, J., Hern�ndez Mosqueira, C. M., & Ventura-Vall-Llovera, C. (2019). H�bitos alimentarios y rendimiento acad�mico en escolares adolescentes de Chile. Revista Espa�ola de Nutrici�n Humana y Diet�tica, 23(4), 292�301. https://doi.org/10.14306/renhyd.23.4.804
6. Jahrami, H., Saif, Z., Trabelsi, K., Ghazzawi, H., Pandi-Perumal, S. R., & Seeman, M. V. (2024). An Umbrella Review and a Meta-analysis of Metaanalyses of Disordered Eating Among Medical Students. ALPHA PSYCHIATRY, 25(2), 165�174. https://doi.org/10.5152/alphapsychiatry.2024.241515
7. Lam Cabanillas, E. R., Hilario V�squez, K. J., Huam�n Salirrosas, L. M., Ipanaqu� S�nchez, J. C., Jim�nez Rosales, Y. F., & Huam�n Saavedra, J. J. (2022). Relationship between the meal frequency and timing with overweight and obesity in trujillan adults. Revista de la Facultad de Medicina Humana, 22(3), 471�477. https://doi.org/10.25176/RFMH.v22i3.4744
8. Lua, P. L., & Wan Putri Elena, W. D. (2012). The impact of nutrition education interventions on the dietary habits of college students in developed nations: a brief review. The Malaysian journal of medical sciences : MJMS, 19(1), 4�14.
9. Mahfouz, A. A., Alsaleem, S. A., Alsaleem, M. A., & Ghazy, R. M. (2024). Prevalence of Obesity and Associated Dietary Habits among Medical Students at King Khalid University, Southwestern Saudi Arabia. Medicina, 60(3), 347. https://doi.org/10.3390/medicina60030347
10. Maza Avila, F. J., Caneda-Bermejo, M. C., & Vivas-Castillo, A. C. (2022). H�bitos alimenticios y sus efectos en la salud de los estudiantes universitarios. Una revisi�n sistem�tica de la literatura. Psicogente, 25(47), 1�31. https://doi.org/10.17081/psico.25.47.4861
11. Mejia, C. R., Cruz, B., Vargas, M., & Verastegui Diaz, L. A. (2021). Consumo de alimentos en comederos ambulantes como factor de riesgo para s�ntomas disp�pticos en estudiantes de medicina. Revista colombiana de Gastroenterología, 36(3), 322�326. https://doi.org/10.22516/25007440.653
12. Mogre, V., Amoore, B. Y., & Gaa, P. K. (2023). A scoping review of nutrition education interventions to improve competencies, lifestyle and dietary habits of medical students and residents. Journal of Nutritional Science, 12, e31. https://doi.org/10.1017/jns.2023.16
13. Nestel, P. J., & Mori, T. A. (2022). Dietary patterns, dietary nutrients and cardiovascular disease. Reviews in Cardiovascular Medicine, 23(1), 1. https://doi.org/10.31083/j.rcm2301017
14. Ntentie, F. R., Angie Mbong, M.-A., Tonou Tchuente, B. R., Biyegue Nyangono, C. F., Wandji Nguedjo, M., Bissal, C., Souavourbe, P., Avom-Me Mbida, F., & Enyong Oben, J. (2022). Malnutrition, Eating Habits, Food Consumption, and Risk Factors of Malnutrition among Students at the University of Maroua, Cameroon. Journal of Nutrition and Metabolism, 2022, 1�10. https://doi.org/10.1155/2022/1431743
15. Przybyłowicz, K. E., & Danielewicz, A. (2022). Eating Habits and Disease Risk Factors. Nutrients, 14(15), 3143. https://doi.org/10.3390/nu14153143
16. Ram�rez-V�lez, R., Ojeda, M. L., Tordecilla, M. A., Pe�a, J. C., & Meneses, J. F. (2016). El consumo regular de bebidas azucaradas incrementa el perfil lip�dico-metab�lico y los niveles de adiposidad en universitarios de Colombia. Revista Colombiana de Cardiolog�a, 23(1), 11�18. https://doi.org/10.1016/j.rccar.2015.04.006
17. Ram�n-Arbu�s, E., Mart�nez Abad�a, B., Granada L�pez, J. M., Ech�niz Serrano, E., Pellicer Garc�a, B., Ju�rez Vela, R., Guerrero Portillo, S., & Sa�z Guinoa, M. (2019). Eating behavior and relationships with stress, anxiety, depression and insomnia in university students. Nutrici�n Hospitalaria. https://doi.org/10.20960/nh.02641
18. Salas Salvad�, J., Maraver Eizaguirre, F., Rodr�guez-Ma�as, L., Saenz de Pipa�n, M., Vitoria Mi�ana, I., & Moreno Aznar, L. (2020). The importance of water consumption in health and disease prevention: the current situation. Nutrici�n Hospitalaria. https://doi.org/10.20960/nh.03160
19. Torres-Zapata, A. E. (2021). Nutritional and educational intervention to reducemalnutrition due to excess in university students. Horizonte Sanitario, 20(3), 369�373. https://doi.org/10.19136/hs.a20n3.4152
20. Urbanetto, J. de S., Rocha, P. S. da, Dutra, R. C., Maciel, M. C., Bandeira, A. G., & Magnago, T. S. B. de S. (2019). Estresse e sobrepeso/obesidade em estudantes de enfermagem. Revista Latino-Americana de Enfermagem, 27. https://doi.org/10.1590/1518-8345.2966.3177
21. Wilson Rojas, E., Jicela Andrade, M., Sarmiento S, N. G., & L Casapulla, S. (2018). Nutritional quality of food consumed by students in the university cafeterias as a risk factor for non-communicable chronic diseases. Integrative Food, Nutrition and Metabolism, 5(6). https://doi.org/10.15761/IFNM.1000236
22. Wolińska, I. A., Kraik, K., Poręba, R., Gać, P., & Poręba, M. (2023). Environmental factors of obesity before and after COVID-19 pandemic: a review. Frontiers in Public Health, 11. https://doi.org/10.3389/fpubh.2023.1213033
23. Zuhair, H. M. U., Fatima, K., Hussain, U., & Ayub, A. (2024). Assessment of eating habits, lifestyle and physical activity among medical and dental students of Faisalabad Medical University. Pakistan journal of medical sciences, 40(3Part-II), 473�476. https://doi.org/10.12669/pjms.40.3.7323
� 2024 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
(https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).
Enlaces de Referencia
- Por el momento, no existen enlaces de referencia
Polo del Conocimiento
Revista Científico-Académica Multidisciplinaria
ISSN: 2550-682X
Casa Editora del Polo
Manta - Ecuador
Dirección: Ciudadela El Palmar, II Etapa, Manta - Manabí - Ecuador.
Código Postal: 130801
Teléfonos: 056051775/0991871420
Email: polodelconocimientorevista@gmail.com / director@polodelconocimiento.com
URL: https://www.polodelconocimiento.com/