776-2158-1-PB (2)


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Pol. Con. (Edición núm. 23) Vol. 3, No Mon. 1

Agosto 2018, pp. 249-260 ISSN: 2550 - 682X

DOI: 10.23857/casedelpo.2018.3.mon.1.agosto.249-260


Recepción: 17 / 03 / 2018

Aceptación: 22 / 06 / 2018

Publicación: 24 / 08 / 2018


La beligerancia en la narrativa desde el aprendizaje social The belligerence in the narrative from social learning Beligerância na narrativa da aprendizagem social

Ana T. Rivera-Solórzano I

ana3rivera@hotmail.com


Oswaldo R. Zambrano-Quinde II

oswaldozambra@hotmail.com


Maria M. Macías-Loor III

mmml17@yahoo.com Vicente I. Reyna-Moreira IV virreymo@hotmail.es

Correspondencia: ana3rivera@hotmail.com


I Magister en Literatura Hispanoamericana y Ecuatoriana, Especialista en Diseño Curricular por Competencias, Profesora de Segunda Enseñanza Especialidad Castellano y Literatura, Licenciada en Ciencias de la Educación Especialidad Castellano y literatura, Docente Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Manta, Ecuador.

II Magister en Terapia Familiar Sistémica y de Pareja, Especialista en Diseño Curricular por Competencias, Diploma Superior en Mediación, Doctor en Psicología Clínica, Psicólogo Clínico, Docente en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Manta, Ecuador.

III Magister en educación y Desarrollo Social, Master of arts - Elementary Education, Doctora en Ciencias de la Educación Especialización Pedagogía, Docente de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Manta, Ecuador.

IV Magister en Gerencia Educativa Licenciado en Ciencias de la Educación Espec. Psicología y Orientación Vocacional, Profesora de Segunda Enseñanza, Docente Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Manta, Ecuador.


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Resumen

El presente estudio pretende demostrar que la agresión, a pesar de sus graves efectos, es parte del ser humano y su entorno. Al parecer, esa actitud beligerante es su esencia, en la que se evidencian distintas representaciones de agresión, la teoría propuesta del habitus ha ganado espacio desde siempre; el hombre, por lo general, soluciona los problemas por medio de la violencia disoluta. Desde el punto de vista metodológico el estudio presenta un análisis hermenéutico de La beligerancia en la narrativa desde el aprendizaje social. Entre sus resultados fue posible develar que la teoría propuesta del habitus ha ganado espacio desde siempre; el hombre, por lo general, soluciona los problemas por medio de la violencia disoluta.

Palabras clave: beligerancia; agresión; habitus y aprendizaje social.

Abstract

This study aims to demonstrate that aggression, despite their serious effects, is part of the human being and his environment. Apparently, that belligerent attitude is its essence, in which different representations of aggression are evident, the proposed theory of habitus has gained space always; the man usually solves problems through dissolute violence. From the methodological point of view, the study presents a hermeneutic analysis of belligerence in the narrative from social learning. Among its results, it was possible to unveil the proposed theory of habitus has gained space always; the man usually solves problems through dissolute violence.

Key words: conflict; aggression; habitus and social learning.

Resumo

O presente estudo tem como objetivo demonstrar que a agressão, apesar de seus efeitos graves, faz parte do ser humano e do seu meio ambiente. Aparentemente, essa atitude beligerante é a sua essência, na qual diferentes representações de agressão são evidentes, a teoria proposta do habitus sempre ganhou espaço; O homem, em geral, resolve problemas através da violência dissoluta. Do ponto de vista metodológico, o estudo apresenta uma análise hermenêutica de Beligerância em Narrativa da Aprendizagem Social. Entre seus resultados, foi possível revelar que a teoria do habitus proposta sempre ganhou espaço; O homem, em geral, resolve problemas através da violência dissoluta.

Palavras-chave: beligerância; agressão; habitus e aprendizagem social.


Introducción


Si transitamos a lo largo de la historia ratificaremos que la violencia ha regido desde siempre. (Valdivieso, 2009), en su tesis doctoral en la Universidad de Granada, cita a Guthman (1991): “Es posible distinguir un primer y largo periodo en el que la violencia es un fenómeno que no posee necesariamente una valoración negativa; prueba de ello son los relatos bíblicos donde la violencia es parte de la realidad” (s/p).

El lector, por medio de varios autores, tendrá un encuentro con la violencia y sus efectos. Se seleccionó este tema con la intención de reflexionar sobre la forma cómo se solucionan los problemas o conflictos en general. Lo ideal sería recurrir a los diálogos de paz, negociar, tratar de llegar a consensos, pero, ante el menor escollo, lo más fácil para los seres humanos es inclinarse a lo que ya está habituado, acudir a la agresión sin reparar en los daños psicosociales que esta origina. Ante la situación planteada surgen algunas interrogantes: ¿Acaso es correcto asumir la agresión o violencia como parte del ser y la sociedad? ¿Es posible un cambio de actitud, para erradicar la violencia? Sin embargo, de estar conscientes de que la violencia acarrea innumerables consecuencias negativas, sigue presente en el mundo entero, por lo que, tratar de entender su génesis, sin el afán de justificarla, coadyuvará a cuestionar este comportamiento y dedicar empeño para minimizarla.

La conjetura del por qué la violencia impera, se fundamentará desde la perspectiva sociológica en la teoría del habitus de Pierre Bourdieu, lo que permite comprender los esquemas de obrar, sentir y pensar asociados a la posición social. (Calderone, 2004) explica cómo el habitus va dominando hasta volverse un modo de vida, en el caso de la violencia simbólica puede ser la explicación, por lo que, cito a Bourdieu: Se vale de la noción de habitus y con ella intenta dar cuenta del modo por el que los agentes sociales encuentran al mundo como evidente en sí mismo, y, con ello, constituyen la relación de dominación de la que son parte. (p. 2).

Para demostrar que la violencia, además, de permanecer como el habitus conlleva a la crisis psicosocial, se ha escogido como primicia algunas obras de literatos de España. Una vez que se analice la agresión como hilo conductor en las obras, se considerará Un hombre y un río, de Horacio Hidrovo Velásquez (1957) autor ecuatoriano nacido en Santa Ana, Manabí. La novela del citado autor tiene algunos puntos que convergen con los autores españoles seleccionados (se


presentarán más adelante) inclusive su descendencia es española; es decir, todos los autores elegidos develan la agresión. En el caso de los autores españoles, la producción literaria que será motivo de estudio es Juan Manuel Bueno, mártir de Miguel de Unamuno (1942); El Jarama de Ferlosio Sánchez (1956); La lengua de las mariposas; Un saxo en la niebla y Carmiña, cuentos seleccionados de la obra ¿Qué me quieres, amor? cuyo autor es Manuel Rivas (2000); finalmente, En busca del unicornio del escritor Juan Eslava Galán (1987). Compendio que es resultado de momentos históricos como la guerra civil en España, la que dejó huellas indestructibles por la violencia que vivieron. Por ejemplo, en el caso de Manuel Rivas, ambientado en Galicia, probablemente, el contexto histórico, social, político y económico marcó al escritor, por ende, de alguna forma plasmó con su pluma la agresión psicosocial manifiesta en sus cuentos. Magnólia Brasil Barbosa do Nascimento Universidad de Federal Fluminense, cita:

Esa será una de las razones que llevan a Rivas a valerse de la guerra civil o de la dictadura franquista como moldura para sus historias. En ellas cuenta lo que sucedió a aquellas personas que sufrieron los horrores de la guerra, tuvieron sus vidas amputadas, el tiempo de sus vidas secuestrado o conocieron muy de cerca el dolor.

Miguel de Unamuno, autor de Manuel Bueno, mártir, al parecer, preocupado de la espiritualidad, se manifiesta en Manuel, aparentemente, quien representa el bien y el mal, por la mentira que, a pesar de ser bien intencionada, no deja de ser falacia. Su verdad era que no creía en la vida eterna, no obstante, la imponía -con amor- a su pueblo; esto lo desconocían los feligreses. El engaño desató otro engaño, para convertir a Lázaro, un joven recién llegado del nuevo mundo, con quien fue sincero y le explicó la realidad, también, lo sumerge en el artificio haciendo creer a todos de su cristiandad. Para la gente, Manuel era un referente de lo mejor como persona y sacerdote por sus acciones, considerando que mantenía unido al pueblo en oración y esperanza en la vida eterna, ante lo planteado se realizó un análisis de la beligerancia en la narrativa desde el aprendizaje social.

Desarrollo


Formas de Violencia. Teniendo en cuenta que existen distintas formas de violencia como la física psicológica y simbólica, estas se denotan en la producción literaria. En el caso de Manuel Bueno, mártir, la violencia es simbólica, según Bourdieu, citado en Derecho y violencia: reflexiones bajo


el influjo de una violencia extrema, (Rivera Ramos, 2003) cita: “consiste en la imposición de formas de ver y evaluar el mundo” (pág. 3). Es lo que sucede con Manuel, de alguna forma impone a la gente del pueblo su aparente creencia, los conduce a practicar ritos religiosos.

En El Jarama, nombre del histórico río en España, hay algunas actitudes de agresión de tipo social, las cuales se dan en los personajes tanto de la ciudad y del poblado donde se desarrolla la obra; los coloquios denotan una de las clasificaciones de conductas agresivas que existen. Tratando de encontrar una explicación de su forma grotesca y despectiva entre ellos, el habitus y la frustración del día a día, los llevó a tener un trató agresivo, el cual, va despertando en el lector, una sensación de intriga preguntándose ¿en qué momento se golpean? Desde el postulado de la psicología como lo cita, (Carrasco & González, 2006), “Respuesta oral que resulta nociva para el otro, a través de insultos o comentarios de amenaza o rechazo” (p.11) el de la Naturaleza, corresponde a una tipología de la agresión verbal; por ejemplo, en uno de los diálogos de la gente del poblado, Sánchez Ferlosio cita:

[…] Faustina Aquí te cogen las cosas de los sitios y luego no se molestan en volverlas a poner donde uno las tiene. Faustina […]

¿Qué quieres? Aquí estoy. Con una vez que me llames ya basta; tampoco soy sorda. Ah, dónde echáis el martillo, quisiera yo saber

Si es un perro te muerde -señaló a los estantes- (p.7)

De igual forma se manifiestan los jóvenes de la ciudad que iban a pasar un día en el río, esas dieciséis horas mostraron un trato agresivo y displicente, que de manera explícita expresan la Agresión Social, que postula Galen y Underwood (1997) citado por Carrasco y González : “Acción dirigida a dañar la autoestima de los otros, su estatus social o ambos, a través de expresiones faciales, desdén, rumores sobre otros o la manipulación de las relaciones interpersonales” (p.11) actitudes de la cotidianidad que Sánchez (1956) indica:

Pareces un gato Mely -le decían-¸ ¡qué bien! te sabes coger el mejor sitio. Lo mismo que los gatos.

A las demás que nos parta un rayo. Deja un huequito siquiera.

Bueno hija; si queréis me levanto, ya está. Se incorporó de nuevo y se marchaba. Tampoco es para picarse, mujer. Ven acá, vuelve a sentarte como estabas, no seas chinche. No hacía caso y se fue entre los troncos.

¿La has visto? ¿Qué le habrían dicho para ponerse así?


Dejarla ella. La que se pica, ajos come. (p.19)

Parecería que la esencia beligerante del hombre se confabulara con la naturaleza, es el caso del río con su presencia silenciosa, apacible, sumergirse en este resultaba reconfortante dado el excesivo calor; sin embargo, con su corriente traicionera, esconde los remolinos en su interior. Riesgoso por la subida de la creciente, o del desbordamiento por lluvias o dejar las compuertas cerradas. Es así que, en el Jarama se ahoga uno de los personajes protagonistas como Lucy, ya al final del día de manera intempestiva el manso río se convierte en asesino, violentándola y arrebatando su vida. De este personaje aparentemente inofensivo, Sánchez (1956) cita:

Se oía un débil debatirse en el agua, diez, quince metros más allá, y un hipo angosto, como un grito estrangulado, en medio de un jaleo sofocado en borbollas.

Se ahoga… Lucita se ahoga Sebastián grita […] Se ahoga Lucy – le dijo. (p.175)

El cuento La lengua de las mariposas de Rivas, narra sobre un niño (Moncho) que se reconocía como Pardal, tenía muchos temores por asistir a la escuela porque su padre se los había inculcado, pero, en la realidad fue todo lo contrario, se encuentra con un maestro (don Gregorio) que le brinda confianza, respeto, conocimiento y afecto. En el desarrollo del cuento, hay eventos de manipulación por parte de la mujer, en su rol de esposa y madre. Finalmente, incitado por su matrona el padre y el niño, se suman a la multitud y agreden a su maestro, gritándole y lanzando piedras. En la sinopsis se puede observar que al final y en algunas otras partes del cuento hay agresión, por ejemplo, sentir miedo porque otros lo han infundido. La afinidad que existe en el cuento de Manuel Bueno, mártir y este es igualmente “la imposición” y, es lo que pasó con Moncho, un niño que asimilaba todo aquello que su padres y madre le infundían, inclusive fue obligado a mentir, o como al final del cuento, a pesar de apreciar a su maestro es obligado a agredir, y se deja llevar por la pasión y condiciones políticas del momento e imita conductas. Rivas, cita: “Cuando los camiones arrancaron, cargados de presos, yo fui uno de los niños que corrieron detrás, tirando piedras, buscaba con desesperación el rostro del maestro para llamarle traidor y criminal”. (s/p)

En el segundo cuento Un saxo en la niebla, se refiere al peón de obras Andrés, y aprendiz del saxofón, descubre la pasión por la música cuando se devela el amor en él. En este cuento no solo hay la agresión del lobo que en algún momento atacó a una niña, asimismo hay violencia social del hombre que decía ser su pareja, al mantenerla aislada y sometida. Un saxo en la niebla, muestra la agresión del lobo a una niña y de la pareja, quizás, el resultado de la afectación fue


enmudecer, la mirada perdida, la timidez y las cicatrices en su cuerpo demuestran las lesiones físicas y psicológicas que sufrió la joven. Similar agresión hay en el caso de Carmiña, cuyo efecto por el maltrato físico por parte de O´lis, el personaje central (Carmiña) huye y termina muerta. En momentos de desesperación e impotencia la salida, para algunos, es esa. Como se explica en (Salud, 2010).

El maltrato físico


Maltrato físico: comprende cualquier acto no accidental que implique el uso deliberado de la fuerza, como bofetadas, […]. Además, puede incluir la omisión de ayuda ante enfermedades o lesiones derivadas de las agresiones. La escalada de conductas agresivas puede terminar en la muerte de la mujer. (p. 29)

Las agresiones físicas dejan huellas que pueden desaparecer a corto, mediano, largo plazo o quizá permanecen siempre; pero, y la agresión a nivel de la psiquis ¿es pasajera o creemos que no existe? El poco control de las emociones desencadena, en ciertos casos, este tipo de agresiones que marcan para toda la vida, por esto existen traumas y suicidios. Es significativo reflexionar en el “después” como cita la Guía práctica de la salud mental.

[…] Una vez pasado el evento agudo que, en algunos casos, puede prolongarse por horas, días y meses (volcanes, guerra), la víctima continúa experimentando oleadas de temor y ansiedad al recordar el trauma o al comenzar a elaborar las consecuencias del mismo. Al miedo y a la ansiedad se suma una inestabilidad emocional sobre un trasfondo de tristeza e ira. La alteración emocional incide en el resto del funcionamiento psicosocial. (p. 6).

Y, finalmente en Carmiña y su amante O´lis, describe a una mujer hermosa, que vivía con su tía a quien nunca vio, y un perro que seguía a Carmiña por todas partes; incómodo por la presencia de la mascota, primero propinó golpes a la mujer, quien huye y muere. En lo que respecta al animal después lo mató porque lo responsabilizaba por la muerte de su amada. Se denota la violencia social que conlleva a una afectación en su psiquis.

La agresión física es notable e irreversible en el cuento, del mismo modo, la agresión psicológica, porque la tristeza de O´lis permanece siempre, Carmina lo acompaña en sus pensamientos. Esta es una forma de representar el escenario social y agresivo, ese dolor que comprime el pecho y que de alguna forma sale a flor de piel. En el caso de (Lipovetsky) (2000) propone en su obra


“Violencias salvajes y violencias modernas” que el concepto de “violencia debe entenderse como un comportamiento dotado de un sentido articulado con el tejido social” (p.174).

En busca del unicornio de Eslava, se refiere a un personaje ficticio a quien se lo envía a buscar el cuerno del unicornio por los beneficios curativos que tenía; para atrapar a este animal silvestre era fundamental contar con una doncella que no hubiera tenido varón. La misión se efectuaría con mucho sigilo. Se narra una travesía colmada de aventuras dramáticas, mitológicas y fantásticas. A través de un personaje mitológico “el unicornio” el escritor Eslava revela la agresión, tanto en el mundo animal como en los seres humanos.

Existen discrepancias entre las conceptualizaciones de agresión y/o violencia, en todo caso, relativamente en los mismo, igualmente, hay diversas clasificaciones de los tipos de agresión, no obstante, independientemente de las divergencias y las tipologías, el daño que causa la violencia o agresión es irreparable e irreversible, el dolor imperecedero. Para ejemplificar lo expresado cito del libro En busca del unicornio de Eslava:

[…] y luego hizo venir al verdugo y le mandó que cortara las manos al que había robado y el verdugo se las cortó y le remendó los brazos que no se desangrara y las manos las ataron a un palo largo y las pasearon por todo el corral y campamento pregonando la justicia hecha, y al que había quedado manco lo dejamos atrás, que ya no servía para caravanero (p.33).

Al leer la descripción del episodio que precede, queda esa sensación de imposibilidad ante este tipo de condiciones concretas en las que, ante una situación puntual, caracterizada como agresión hostil, según Feshbach (1970) citado por M. A. Carrasco González en Aspectos conceptuales de la agresión: definición y modelos explicativos, cita:

“Acción intencional encaminada a causar un impacto negativo sobre otro, por el mero hecho de dañarle, sin la expectativa de obtener ningún beneficio material”, se toman medidas que no solo denigran al ser humano, sino que, ocasiona un mal perpetuo en la psiquis y físicamente.

Así, la agresión desde distintas aristas se evidencia en los cuentos escogidos. Algo parecido sucede con la ya citada obra Un hombre y un río de Hidrovo, el escritor narra la historia de Martín Vinces y su familia que estaba conformada por trece hijos. Vivían en “El Calvo” eran dueños de una propiedad muy grande, administrada por Martín, hombre bueno que gozaba del aprecio de la gente. Como vecino llegó la familia Rosado, quienes tenían un cerdo, por algunas ocasiones se le pasó a la propiedad de los Vinces, y comió el yucal, destruyéndolo. De forma comedida, un par de ocasiones, Martín pidió que tuvieran cuidado, inclusive mandó a arreglar el


chiquero, pero, el cerdo se volvió a pasar; Martín irritado por el daño que había causado el animal, tomó su escopeta y lo mató. Lo cual, desencadenó odio, represalia y crímenes. A Martín lo asesinaron, por ende, su hijo Celestino toma venganza e incendia a toda la familia y casa de los Rosado. Este es el punto de partida para que a Celestino le sucedan un sinnúmero de tragedias; al finalizar la novela él se ahoga en el río, la corriente lo lleva y no lo encuentran.

Hidrovo Velásquez, en la obra de referencia, para describir la muerte de Martín Vinces, cita:

La noticia llenó el enorme espacio comprendido entre los cerros del lugar y saliendo al camino principal se extendió hasta Santa Ana.

Mataron a don Martín Vinces.

¡No!...

Lo dispararon subiendo el cerro (p. 25)

No obstante, esta agresión física e intencional desencadenó odio, dejando huellas inefables en la psiquis por el dolor causado. En otros episodios de la novela se describen otros tipos de violencia causada por la venganza, y el incendio que a continuación se cita:

El posta trajo, además dos cajas de kerosene y, aunque la cantidad parecía excesiva, no resultaba difícil pensar que el combustible hubiese sido comprado para revenderlo. […] Tres horas después el paisaje había muerto, quedando en su lugar la alta mole del silencio nocturno. Pero de pronto unos malabares de fuego resucitaron las formas de las cosas […]

¡Incendio!

Eso es la en la casa de los Rosado. Apostaría…

[…] Nadie, hallándose en casa de los Rosado, habría podido escapar. (p. 33)

En la síntesis del Jarama y Un hombre y un río, se puede notar que existen puntos de encuentro: el habitus de la violencia; el río que está presente como un símbolo, igual es un lugar de recreación muy importante, en el que confluyen nacionales y extranjeros, tiene palizadas y corrientes fuertes. Hidrovo cita:

El río estaba allí libre, ofreciéndose a todos. Miles y miles de bototos se hundían en él, a lo largo de todo su trayecto. Hombres, familias, pueblos calmaban allí su sed. (p.101)

El río que brindaba beneficios a los habitantes, remanso de paz, que permitía el comercio, era un medio de vida, al mismo tiempo su verdugo, traicionero por su naturaleza, el río Portoviejo, finalmente, cobra la vida de Celestino, personaje principal de la obra, quien tenía un nexo muy fuerte con el torrente. El momento que se ahoga, el autor representa, así:


¡Auxilio!, ¡auxilio! - gritó Rosaura.

No era posible, en esos momentos, saber lo que había pasado. Se separaron los palos y el viejo cayó en un remolino. Probablemente, se dejó llevar hasta el fondo (lo aconsejable) para reaparecer en otro sitio. Pero no salía ningún lugar. Tal vez el golpe… el peso de las ropas…los años. (p. 367).

Metodología


Desde el punto de vista metodológico el estudio fue de corte documental, bajo un enfoque hermenéutico de la beligerancia en la narrativa desde el aprendizaje social. La hermenéutica se constituyó en la principal fuente de generación de información, que según Sandín (2003), es el arte de explicar textos o escritos, obras artísticas que considera la vía hipotética deductiva como la más efectiva. El corpus del estudio lo constituyeron las lecturas relacionadas a la agresión. Entre sus resultados fue posible develar que la teoría propuesta del habitus ha ganado espacio desde siempre; el hombre, por lo general, soluciona los problemas por medio de la violencia disoluta.

A manera de conclusiones


En el desarrollo del trabajo se ha evidenciado distintas representaciones de agresión, la teoría propuesta del habitus ha ganado espacio desde siempre; el hombre, por lo general, soluciona los problemas por medio de la violencia disoluta. Es preocupante que, a pesar de conocer las condiciones y efectos de la agresión o violencia, el hombre no intente cambiar los paradigmas sociales establecidos, resulta todo lo contrario: cada vez el conglomerado humano se deshumaniza más, la fórmula es “quien más agrede tiene más poder”. Sí, ya sea por afán de poder, por falta de buenas relaciones interpersonales, por falta de valores; la violencia, coexiste en el ser humano, en él prevalece ese anhelo de sobrevivencia y supremacía. Es notable que el hombre ha logrado evolucionar e ir a la par de los avances científicos, no obstante, movido por los mencionados intereses mezquinos no supera el estereotipo de solucionar los problemas por medio de la agresión. El cambio de modelo es su real desafío.

En cuanto a los autores referidos, se ha podido observar cómo la agresión está presente en sus mentes, resultado de aquel momento histórico, en este caso particular, de España. Grito silencioso de los escritores que han probado la realidad dolorosa, que a pesar del discurrir del tiempo no se


ha superado. En el caso de Sánchez Ferlosio; Manuel Rivas; Eslava, la posguerra les dejó dolor, frustración y cicatrices físicas y psíquicas como lo reflejan los personajes de las obras elegidas, que vivieron la agresión a diario, una vida sin vida porque fueron sumergidos en la tristeza, puesto que, en sus existencias no había alegría ni esperanza, tan solo resignación ante la agresión y violencia a lo que permanecieron sometidos por un sistema que no escogieron, sencillamente les tocó vivir.

Al leer cada uno de los textos, los personajes nos ha hecho conmover el corazón con un sentimiento de angustia e impotencia, cabe destacar la relevancia de ellos en las obras, están muy bien logrados, puesto que llegan al corazón, por ende, aporta al postulado de Ortega Gasset propuesto en El concepto de novela cita: “Entonces nos complacemos al sentirnos impregnados y como saturados de ellos y de su ambiente, al percibirlos como viejos amigos habituales de quienes lo sabemos todo y al presentarse nos revelan toda la riqueza de sus vidas” (Sullá Enric, 1996, pág. 32).

Los antecedentes analizados traen a la memoria la investigación que efectúo Albert Bandura (1925) sobre la tendencia conductual – cognitiva. Reconocido -especialmente- por su teoría del aprendizaje social, con la cual demostró que los niños aprenden a ser violentos a través del modelado de un adulto. El punto de referencia es el experimento del “Muñeco Bobo” (1961- 1963), es decir, los niños imitan las conductas de los padres, maestros, compañeros, medios de comunicación. En conclusión, afirmaremos que debería existir un referente que contribuya a la solidez del control y manejo de la tolerancia, privilegiando el autocontrol como guía.

Este estudio abre la puerta a otros investigadores para que examinen otras aristas con relación al tema y que contribuyan a construir un pensamiento que no genere conductas agresivas que causen daño. Una propuesta pertinente podría ser que en los rediseños curriculares se impulse un cambio de actitud del docente, dirigir más la formación hacia cualidades y valores. Recordemos una frase de Madre Teresa de Calcuta, (La Prensa, 2007) que nos lleva a la reflexión: “Si no tenemos paz, es porque nos hemos olvidado que pertenecemos el uno al otro”.

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