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La Precarizaci�n Laboral en el Contexto del Teletrabajo

 

Job Insecurity in the Context of Teleworking

 

Inseguran�a no Trabalho em Contexto de Teletrabalho

 

 

�ngel Oswaldo Guaitara-Chicaiza I
aguaitara@indoamerica.edu.ec
https://orcid.org/0009-0009-2083-0101
Ana Cristina Pachano-Zurita II
anapachano@uti.edu.ec
https://orcid.org/0000-0003-0677-7593
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: aguaitara@indoamerica.edu.ec

 

Ciencias T�cnicas y Aplicadas

Art�culo de Investigaci�n

 

 

* Recibido: 21 de mayo de 2024 *Aceptado: 09 de junio de 2024 * Publicado: �19 de julio de 2024

 

 

        I.            Estudiante de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Pol�ticas de la Universidad Indoam�rica, Ecuador.

      II.            Abogada de los Tribunales de la Rep�blica del Ecuador, Mag�ster en Derecho Laboral y Seguridad Social, Docente de la Universidad Indoam�rica, Ecuador.

 


Resumen

El objetivo principal de este estudio es analizar y explorar la precarizaci�n laboral en el contexto del teletrabajo. La r�pida transici�n al teletrabajo durante la pandemia ha exacerbado la precarizaci�n laboral en esta modalidad de empleo. La falta de planificaci�n y regulaci�n espec�fica ha dejado a los empleados en una posici�n vulnerable. Temores sobre la estabilidad laboral y el derecho a la desconexi�n son las preocupaciones centrales que ensombrecen al teletrabajo, la fusi�n entre vida profesional y personal ha generado inquietudes sobre la privacidad, ya que el monitoreo remoto de la productividad borra las l�neas entre ambos �mbitos. La precarizaci�n laboral en el teletrabajo se manifiesta en la inseguridad laboral y econ�mica, as� como en la dificultad para mantener l�mites claros entre la vida personal y profesional. Esta investigaci�n se realiz� con un enfoque de car�cter cualitativo, con las metodolog�as de revisi�n documental, investigaci�n bibliogr�fica y el an�lisis de contenido. La revisi�n documental permiti� recopilar informaci�n relevante y actualizada sobre el teletrabajo, estableciendo un marco contextual s�lido. La investigaci�n bibliogr�fica proporcion� bases te�ricas y perspectivas anteriores sobre la tem�tica, enriqueciendo la comprensi�n del fen�meno. Finalmente, el an�lisis de contenido permiti� examinar de manera sistem�tica y detallada la presencia de condiciones laborales precarias en el contexto del teletrabajo, brindando una evaluaci�n cr�tica y fundamentada de la situaci�n.

Palabras Clave: Derecho a la desconexi�n; Derechos laborales; Estabilidad laboral; Precarizaci�n; Teletrabajo.

 

Abstract

The main objective of this study is to analyze and explore job insecurity in the context of teleworking. The rapid transition to teleworking during the pandemic has exacerbated job insecurity in this type of employment. The lack of specific planning and regulation has left employees in a vulnerable position. Fears about job stability and the right to disconnect are the central concerns that overshadow teleworking, the fusion between professional and personal life has generated concerns about privacy, since remote monitoring of productivity blurs the lines between both spheres. Job insecurity in teleworking manifests itself in job and economic insecurity, as well as in the difficulty of maintaining clear boundaries between personal and professional life. This research was carried out with a qualitative approach, with the methodologies of documentary review, bibliographic research and content analysis. The documentary review made it possible to collect relevant and updated information on teleworking, establishing a solid contextual framework. The bibliographic research provided theoretical bases and previous perspectives on the topic, enriching the understanding of the phenomenon. Finally, the content analysis allowed for a systematic and detailed examination of the presence of precarious working conditions in the context of teleworking, providing a critical and informed evaluation of the situation.

Keywords: Right to disconnection; Labor rights; Employment stability; Precariousness; Telecommuting.

 

Resumo

O principal objetivo deste estudo � analisar e explorar a inseguran�a laboral em contexto de teletrabalho. A r�pida transi��o para o teletrabalho durante a pandemia agravou a inseguran�a neste tipo de emprego. A falta de planeamento e regulamenta��o espec�ficos deixou os trabalhadores numa posi��o vulner�vel. Os receios sobre a estabilidade no emprego e o direito � desconex�o s�o as preocupa��es centrais que ofuscam o teletrabalho, a fus�o entre a vida profissional e pessoal tem gerado preocupa��es com a privacidade, uma vez que a monitoriza��o remota da produtividade confunde os limites entre as duas esferas. A inseguran�a laboral no teletrabalho manifesta-se na inseguran�a laboral e econ�mica, bem como na dificuldade de manter limites claros entre a vida pessoal e profissional. Esta pesquisa foi realizada com uma abordagem qualitativa, com as metodologias de revis�o documental, pesquisa bibliogr�fica e an�lise de conte�do. A revis�o documental permitiu recolher informa��o relevante e actualizada sobre o teletrabalho, estabelecendo um s�lido enquadramento contextual. A pesquisa bibliogr�fica forneceu bases te�ricas e perspetivas pr�vias sobre o tema, enriquecendo a compreens�o do fen�meno. Por �ltimo, a an�lise de conte�do permitiu um exame sistem�tico e detalhado da presen�a de condi��es de trabalho prec�rias em contexto de teletrabalho, proporcionando uma avalia��o cr�tica e informada da situa��o.

Palavras-chave: Direito � desconex�o; Direitos laborais; Estabilidade laboral; Precariedade; Teletrabalho.

 

 

 

Introducci�n

A nivel mundial, el teletrabajo ha experimentado una transformaci�n significativa desde la aparici�n de la pandemia de COVID-19. Anteriormente esta modalidad era considerada como una opci�n laboral alternativa, y actualmente se ha convertido en una norma para muchas industrias y sectores. La r�pida adopci�n de Tecnolog�as de la Informaci�n y Comunicaci�n (TIC) ha facilitado esta transici�n, permitiendo a los trabajadores realizar sus tareas fuera de las instalaciones tradicionales de empleo. Por un lado, el teletrabajo ha brindado flexibilidad a los empleados, permiti�ndoles organizar su tiempo de trabajo de manera m�s aut�noma, y, por otro lado, ha planteado interrogantes sobre el derecho a la desconexi�n, la protecci�n laboral y la salud mental de los trabajadores.

El teletrabajo, seg�n lo definido por el art�culo dos del segundo suplemento del Registro Oficial N� 825, se concibe como una forma de prestaci�n de servicios no presencial, donde el trabajador lleva a cabo sus labores fuera de las instalaciones del empleador, haciendo uso de las Tecnolog�as de la Informaci�n y Comunicaci�n (TIC) para gestionar, administrar y controlar sus actividades laborales. Este modelo laboral implica una relaci�n contractual entre el empleador y el teletrabajador, siendo este �ltimo cualquier persona que, en calidad de trabajador, realiza sus funciones fuera de las instalaciones de la empresa, ya sea de manera parcial o permanente.

el Acuerdo Ministerial MDT-2020-181 del 2020 establece los t�rminos y condiciones del teletrabajo. Destaca la naturaleza voluntaria de esta modalidad, la reversibilidad que otorga al teletrabajador el derecho de regresar al trabajo presencial, la igualdad de remuneraci�n con respecto a los trabajadores presenciales, y la obligaci�n del empleador de cubrir los gastos e inversiones necesarios para llevar a cabo el teletrabajo, incluyendo el uso de activos personales del empleado.

Durante la pandemia de COVID-19, el teletrabajo experiment� un aumento significativo debido a las medidas de restricci�n de circulaci�n, a pesar de que el teletrabajo ya era una pr�ctica conocida, la situaci�n actual llev� a su intensificaci�n sin una planificaci�n previa, este cambio repentino gener� preocupaciones tanto para los empresarios como para los empleados, siendo estos �ltimos el grupo m�s vulnerable.

A partir de all�, surgen inquietudes relacionadas con la posible precarizaci�n laboral, el aumento del desempleo y la capacidad de los empleadores para reducir el ingreso nominal de los trabajadores son parte de esta problem�tica sobre el teletrabajo, adem�s, existe el temor de que los empleadores trasladen a los trabajadores los costos de implementar el teletrabajo, haciendo que los empleados utilicen sus activos personales para el beneficio de la empresa.

La transformaci�n de hogares en espacios laborales ha llevado consigo una intersecci�n m�s directa entre la vida profesional y personal, las videoconferencias y la comunicaci�n digital constante han implicado que aspectos �ntimos del entorno dom�stico a menudo se vuelvan visibles durante las interacciones laborales. Adem�s, el monitoreo remoto de la productividad mediante herramientas tecnol�gicas puede generar una invasi�n de la privacidad, la delimitaci�n clara entre el �mbito laboral y personal se ha vuelto m�s difusa, afectando la capacidad de los empleados para gestionar sus l�mites y mantener la confidencialidad de ciertos aspectos de sus vidas.

 

Desarrollo

El Teletrabajo

El teletrabajo, tambi�n conocido como trabajo remoto o trabajo a distancia, es una modalidad laboral que permite a los empleados realizar sus tareas y cumplir con sus responsabilidades desde ubicaciones fuera de las instalaciones f�sicas tradicionales de la empresa. En lugar de desplazarse diariamente a una oficina, los teletrabajadores llevan a cabo sus funciones desde casa u otros lugares remotos, utilizando herramientas y tecnolog�as de la informaci�n y la comunicaci�n.

A lo largo de las d�cadas de 1980 y 1990, el teletrabajo continu� expandi�ndose a medida que las empresas buscaban maneras innovadoras de aprovechar la tecnolog�a emergente (Rodr�guez, 2019). Los avances en las comunicaciones m�viles y la conectividad a Internet permitieron una mayor flexibilidad, y las empresas comenzaron a reconocer los beneficios del teletrabajo para la retenci�n de talento y la mejora del equilibrio entre el trabajo y la vida personal de los empleados.

En la d�cada del 2000, la globalizaci�n y la digitalizaci�n de las tareas laborales impulsaron a�n m�s la adopci�n del teletrabajo (Rodr�guez, 2019). Las empresas multinacionales encontraron en esta modalidad una forma eficiente de coordinar equipos dispersos geogr�ficamente. Adem�s, la aparici�n de plataformas colaborativas en l�nea y herramientas de videoconferencia facilitaron la comunicaci�n y colaboraci�n entre empleados remotos.

La pandemia del COVID-19, que alcanz� su punto �lgido en 2020, represent� un punto clave en la evoluci�n del teletrabajo. Con la propagaci�n del virus y las medidas de confinamiento implementadas en todo el mundo, las empresas se vieron obligadas a adoptar el trabajo remoto a una escala sin precedentes. Esta transici�n r�pida evidenci� la capacidad de las organizaciones para adaptarse a nuevas formas de trabajo y aceler� la aceptaci�n general del teletrabajo.

Durante la pandemia, muchas empresas descubrieron que sus empleados pod�an mantener altos niveles de productividad trabajando desde casa. Al mismo tiempo, los empleados experimentaron beneficios como la eliminaci�n de tiempos de desplazamiento, una mayor flexibilidad en los horarios y un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Estos hallazgos llevaron a una reevaluaci�n de las pr�cticas laborales tradicionales.

El impacto de la pandemia llev� a muchas empresas a replantearse sus modelos de trabajo a largo plazo. Algunas optaron por adoptar un enfoque h�brido, combinando el trabajo presencial con el teletrabajo, mientras que otras permitieron a sus empleados optar por una modalidad completamente remota. Esta flexibilidad en el lugar de trabajo se convirti� en un factor atractivo para atraer y retener talento, especialmente en industrias donde la competencia por profesionales calificados es intensa. (Lazo y Moya, 2022).

Adem�s, la tecnolog�a desempe�� un papel fundamental en facilitar la transici�n al teletrabajo y en mantener la colaboraci�n entre equipos dispersos. Herramientas de videoconferencia, plataformas de colaboraci�n en l�nea y sistemas de gesti�n de proyectos se volvieron indispensables para mantener la comunicaci�n y la coordinaci�n eficientes.

Esta crisis sanitaria tuvo un impacto significativo en la econom�a de Ecuador, y surgi� la necesidad de implementar medidas de distanciamiento social y reducir la propagaci�n del virus llev� a que muchas empresas ecuatorianas adoptaran r�pidamente el teletrabajo como una alternativa para mantener la continuidad de sus operaciones.

Por ello, el teletrabajo se convirti� en una herramienta esencial para garantizar la seguridad de los empleados y la comunidad en general. Las restricciones de movilidad y los confinamientos impulsaron a las organizaciones a replantearse sus modelos laborales, llev�ndolas a considerar el trabajo remoto como una opci�n viable y necesaria.

Como respuesta a esta nueva realidad, Ecuador promulg� la Ley de Apoyo Humanitario en 2020, que introdujo disposiciones espec�ficas relacionadas con el teletrabajo. Esta legislaci�n reconoci� formalmente al teletrabajo como una modalidad de trabajo v�lida y estableci� pautas para su implementaci�n. (N��ez, 2021).

As�, el teletrabajo dej� de ser simplemente una respuesta temporal a la emergencia sanitaria para convertirse en una forma de trabajo m�s arraigada y estructurada en el entorno laboral ecuatoriano. La experiencia vivida durante la crisis gener� un cambio cultural y una aceptaci�n m�s amplia del teletrabajo como una herramienta efectiva para la productividad y el bienestar de los trabajadores en Ecuador.

La Ley de Apoyo Humanitario (2020) define al teletrabajo como:

Una forma de organizaci�n laboral, que consiste en el desempe�o de actividades remuneradas o prestaci�n de servicios utilizando como soporte las tecnolog�as de la informaci�n y la comunicaci�n para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia f�sica del trabajador en un sitio espec�fico de trabajo. En esta modalidad el empleador ejercer� labores de control y direcci�n de forma remota y el trabajador reportar� de la misma manera. (p. 14)

El empleo de herramientas tecnol�gicas para el contacto remoto entre ambas partes no solo facilita la comunicaci�n, sino que tambi�n permite el seguimiento y la direcci�n de las tareas de manera eficiente. La capacidad de ejercer el control y la supervisi�n de manera remota impulsa la autonom�a del trabajador, al tiempo que se mantiene una conexi�n efectiva con la empresa. El teletrabajo emerge como una respuesta innovadora a las demandas cambiantes del mundo laboral contempor�neo.

En este mismo sentido la Ley de Apoyo Humanitario (2020) nos proporciona las formas en las que se puede llevar a cabo el teletrabajo:

      1.            Aut�nomos son aquellos que utilizan su propio domicilio o un lugar escogido para desarrollar su actividad profesional, puede ser una peque�a oficina, un local comercial. En este tipo se encuentran las personas que trabajan siempre fuera de la empresa y s�lo acuden a la oficina en algunas ocasiones.

      2.            M�viles son aquellos teletrabajadores que no tienen un lugar de trabajo establecido y cuyas herramientas primordiales para desarrollar sus actividades profesionales son las tecnolog�as de la informaci�n y la comunicaci�n, en dispositivos m�viles.

      3.            Parciales son aquellos teletrabajadores que laboran dos o tres d�as a la semana en su casa y el resto del tiempo lo hacen en una oficina.

      4.            Ocasionales son aquellos teletrabajadores que realizan sus actividades en ocasiones o circunstancias convenidas. (p. 15).

Estas categor�as, que incluyen aut�nomos, m�viles, parciales y ocasionales, ofrecen una gu�a definida que facilita la comprensi�n y aplicaci�n coherente del teletrabajo tanto para empleadores como para empleados. La claridad en las definiciones contribuye a evitar malentendidos y conflictos, estableciendo criterios uniformes y proporcionando un marco jur�dico que delinea los derechos y responsabilidades de ambas partes en cada modalidad. Adem�s, al reconocer la diversidad de situaciones laborales, la ley permite la adaptabilidad a diferentes contextos, garantizando que las regulaciones sean aplicables a una amplia gama de industrias y roles profesionales.

 

Condiciones del Teletrabajo

Seg�n Ramos et al. (2020) �En el �mbito del teletrabajo, es esencial subrayar que los trabajadores que optan por esta modalidad conservan los mismos derechos y beneficios que les otorga el contrato individual de trabajo� (p. 40). A pesar de la variaci�n en la ubicaci�n f�sica del empleado, sus derechos laborales no deben verse comprometidos. Los principios b�sicos del contrato laboral, como la remuneraci�n justa, las condiciones laborales adecuadas y el respeto a los derechos sindicales, siguen siendo de aplicaci�n para aquellos que desempe�an sus funciones en entornos de trabajo a distancia.

Los derechos espec�ficos incluyen, en primer lugar, el derecho a recibir una remuneraci�n justa, determinada por las funciones y responsabilidades del teletrabajador y de acuerdo con las pol�ticas salariales de la empresa. Adem�s, la legislaci�n laboral establece l�mites en cuanto a la duraci�n de la jornada laboral y regula el pago de horas extras, garantizando que los teletrabajadores est�n protegidos contra la explotaci�n laboral y reciban compensaci�n adecuada por su tiempo y esfuerzo. (N��ez, 2021).

Asimismo, la seguridad y salud ocupacional contin�an siendo una prioridad, incluso fuera del entorno f�sico tradicional de la empresa. Los empleadores tienen la responsabilidad de proporcionar equipos ergon�micos y abordar cualquier riesgo laboral para garantizar un ambiente de trabajo seguro y saludable para los teletrabajadores.

Los derechos sindicales tambi�n deben ser respetados, permitiendo a los trabajadores que optan por el teletrabajo asociarse, formar sindicatos y participar en actividades sindicales seg�n las disposiciones legales vigentes. En �ltima instancia, el contrato individual de trabajo sigue siendo la base para garantizar que los teletrabajadores disfruten de los mismos derechos y beneficios que cualquier otro empleado, independientemente de la naturaleza de su ubicaci�n de trabajo.

En este sentido la Ley de Apoyo Humanitario (2020) establece:

Las partes podr�n pactar, al inicio o durante la vigencia de la relaci�n laboral, en el contrato de trabajo o en documento anexo al mismo, la modalidad de teletrabajo, la que se sujetar� a las normas del presente art�culo.

Los trabajadores que prestan servicios de teletrabajo gozar�n de todos los derechos individuales y colectivos, as� como beneficios sociales contenidos en este C�digo, cuyas normas les ser�n aplicables en tanto no sean incompatibles con las contenidas en el presente art�culo. (pp. 14-15).

Al permitir que las partes acuerden la modalidad de teletrabajo, ya sea al inicio o durante la vigencia de la relaci�n laboral, la ley proporciona flexibilidad y reconocimiento a la diversidad de formas en que las personas pueden realizar sus funciones. La Ley de Apoyo Humanitario no solo reconoce y regula el teletrabajo, sino que tambi�n garantiza la protecci�n integral de los derechos laborales, adapt�ndose a las demandas cambiantes del mercado laboral y ofreciendo un marco legal claro y justo para empleadores y empleados por igual.

Garantizar beneficios a estos trabajadores es construir un entorno laboral justo y equitativo. Esta importancia radica en la necesidad de mantener la equidad laboral, asegurando que los beneficios sean aplicables de manera consistente, sin importar la ubicaci�n del empleado, evitando disparidades injustas entre aquellos que trabajan presencialmente y los que optan por el teletrabajo.

Adem�s, ofrecer beneficios s�lidos a los teletrabajadores se posiciona como una estrategia efectiva para la retenci�n y atracci�n de talento. En un entorno laboral altamente competitivo, las organizaciones que reconocen y valoran la contribuci�n de sus empleados remotos no solo fomentan la lealtad, sino que tambi�n son m�s atractivas para profesionales calificados en busca de entornos laborales flexibles.

La importancia de brindar beneficios se extiende al bienestar general del empleado. Acceso a planes de salud, programas de bienestar mental, opciones de equilibrio entre trabajo y vida, entre otros, contribuyen directamente al bienestar y satisfacci�n del trabajador, promoviendo un entorno laboral saludable y sostenible a largo plazo. Garantizar beneficios en el teletrabajo no solo fortalece la relaci�n entre empleador y empleado, sino que tambi�n mejora la calidad de vida y el compromiso laboral en el cambiante panorama laboral actual.

 

Derecho a la desconexi�n

El derecho a la desconexi�n en el teletrabajo surge como respuesta a la evoluci�n de las tecnolog�as de la informaci�n y la comunicaci�n, que permiten a los trabajadores llevar a cabo sus funciones laborales desde cualquier lugar. Antes de la popularizaci�n del teletrabajo, los l�mites entre la vida laboral y personal eran m�s claros debido a la ubicuidad de la oficina.

A medida que el teletrabajo se volvi� m�s com�n, surgieron preocupaciones sobre la invasi�n del espacio personal y la falta de l�mites temporales en la jornada laboral. Por ello los antecedentes de este derecho se encuentran en la necesidad de proteger la salud mental y f�sica de los trabajadores, as� como garantizar un equilibrio adecuado entre la vida laboral y personal.

Como antecedentes del derecho a la desconexi�n, tenemos principalmente los provenientes del �mbito empresarial, destacan iniciativas significativas que surgieron en Alemania, alrededor del a�o 2011. En este periodo, se evidenciaron avances laborales notables, especialmente en el sector automovil�stico con l�deres como Volkswagen y Mercedes Benz. Seg�n lo menciona Andrade (2021) Volkswagen, implement� restricciones al acceso a los canales de comunicaci�n de los trabajadores desde las 18:15 p.m. hasta las 7:00 a.m. Esta medida buscaba establecer l�mites temporales claros para proteger el tiempo personal de los empleados y evitar interrupciones fuera de las horas laborales.

Asimismo, Mercedes Benz introdujo el programa interno "Mail on Holiday", dise�ado para permitir el disfrute ininterrumpido de las vacaciones de los empleados. Este enfoque consiste en redirigir los correos electr�nicos laborales a colegas de turno, asegurando que aquellos en periodo vacacional no sean molestados por ning�n canal de comunicaci�n digital. (Andrade, 2021).

Por otro lado, en Francia, en respuesta a una solicitud del Ministerio de Trabajo en 2015, se elabor� el informe "Transformation num�rique et vie au travail," com�nmente conocido como el Informe Mettling, nombrado as� en honor a su autor Bruno Mettling. Este informe, que abord� cuestiones fundamentales relacionadas con el uso de tecnolog�as de la informaci�n y dispositivos electr�nicos por parte de los trabajadores en el �mbito laboral, fue importante en la configuraci�n del derecho a la desconexi�n. (Andrade, 2021).

El Informe Mettling recopil� diversas experiencias e identific� problem�ticas que surg�an en el seno del sector empresarial franc�s. Al explorar las implicaciones de las tecnolog�as de la informaci�n y la comunicaci�n en el entorno laboral, proporcion� elementos esenciales que contribuyeron de manera significativa al desarrollo y reconocimiento del derecho a la desconexi�n. Este informe reflejo una preocupaci�n por equilibrar el impacto de las tecnolog�as digitales en la vida laboral y subraya la importancia de establecer medidas que protejan el tiempo personal de los trabajadores.

La llegada del COVID-19 y las medidas de confinamiento han puesto de manifiesto la relevancia del derecho a la desconexi�n en el contexto del teletrabajo. Con la r�pida transici�n hacia modelos laborales remotos para contener la propagaci�n del virus, muchos trabajadores se encontraron lidiando con una difuminaci�n significativa entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal. La omnipresencia de las tecnolog�as de la comunicaci�n intensific� las expectativas de disponibilidad constante, generando preocupaciones sobre la salud mental y el agotamiento de los empleados.

La configuraci�n actual del derecho a la desconexi�n plantea desaf�os significativos en su compatibilidad con el teletrabajo. Las capacidades de flexibilidad y autoorganizaci�n que el teletrabajo proporciona a empresas, administraciones p�blicas y trabajadores generan una complicada armonizaci�n con el derecho a la desconexi�n digital. La deslocalizaci�n del teletrabajo plantea algunos desaf�os, ya que borra las fronteras entre la vida personal y profesional, conllevando riesgos como la adicci�n al trabajo y la extensi�n de la jornada laboral. Adem�s, promueve la individualizaci�n de las relaciones laborales, debilita el sentido de pertenencia al grupo y a la entidad, y aumenta el aislamiento y la soledad del trabajador. (Campos, 2021).

Campos (2021) menciona �el teletrabajo es una modalidad de prestaci�n de servicios que provoca un incremento de las horas que los trabajadores dedican a sus quehaceres profesionales, as� como tambi�n limitar la eficacia y aplicaci�n del derecho a la desconexi�n digital� (p. 504). La presi�n constante para estar disponibles fuera del horario laboral en el teletrabajo puede tener consecuencias en la calidad de vida de los trabajadores. La l�nea entre el tiempo dedicado al trabajo y al descanso se desdibuja, generando una sensaci�n de permanente disponibilidad que puede afectar negativamente la salud mental y el bienestar emocional de los empleados.

En Ecuador, aunque el teletrabajo no es una pr�ctica novedosa, su prevalencia se evidenci� en mayor medida a ra�z de la crisis desatada por la pandemia de COVID-19. La imposici�n de medidas de confinamiento impuls� a muchas empresas y trabajadores a adoptar esta modalidad laboral como una respuesta necesaria para mantener la continuidad de las operaciones. Con la expansi�n de esta modalidad de trabajo, se hizo evidente la necesidad de abordar las condiciones laborales de los teletrabajadores, particularmente en lo que respecta al equilibrio entre la vida laboral y personal.

Surgieron reclamos de teletrabajadores que experimentaban una mayor carga de trabajo, superando sus horarios regulares, sin per�odos de descanso ni compensaciones adicionales por el tiempo adicional invertido. En respuesta a estos reclamos, el derecho a la desconexi�n se convirti� en un tema de discusi�n en el ordenamiento jur�dico ecuatoriano, y se implementaron medidas para regular esta cuesti�n, y el Acuerdo Ministerial MDT-2020-181 se convirti� en un instrumento normativo clave al respecto, el cual establece en su art�culo 5:

Una vez finalizada la jornada de trabajo, el empleador garantizar� el derecho a la desconexi�n del trabajador, el cual ser� de al menos doce horas continuas en un periodo de veinte y cuatro horas; y, durante el cual el empleador no podr� establecer comunicaciones con el teletrabajador, ni formular �rdenes u otros requerimientos, salvo en el caso que se verifique una o m�s de las circunstancias previstas en el art�culo 52 del C�digo del Trabajo.

El trabajador tendr� derecho a mantener el tiempo de descanso que manten�a en la modalidad presencial, incluyendo el tiempo de almuerzo. En los casos de jornada parcial o jornadas especiales, se deber� establecer un tiempo de descanso al menos cada cuatro horas de teletrabajo continuo.

El tiempo utilizado para el descanso, formar� parte del derecho a la desconexi�n del trabajador.

Este art�culo que garantiza el derecho a la desconexi�n del trabajador despu�s de finalizar la jornada laboral, especificando un per�odo m�nimo de doce horas continuas en un lapso de veinticuatro horas, refleja un importante avance en la protecci�n de los derechos y bienestar de los empleados en el contexto del teletrabajo. Establecer l�mites claros para las comunicaciones y la emisi�n de �rdenes por parte del empleador durante este periodo es esencial para preservar el equilibrio entre la vida laboral y personal.

La disposici�n que permite a los trabajadores mantener el mismo tiempo de descanso que ten�an en la modalidad presencial reconoce la importancia de la continuidad de rutinas y tiempos de descanso para la salud y productividad del empleado. Adem�s, la inclusi�n del tiempo de descanso como parte integral del derecho a la desconexi�n destaca la necesidad de considerar el bienestar hol�stico del trabajador en el entorno del teletrabajo.

En el caso de jornadas parciales o especiales, la estipulaci�n de pausas para el descanso cada cuatro horas de teletrabajo continuo demuestra una atenci�n a la salud f�sica y mental de los trabajadores, reconociendo que incluso en situaciones de jornada reducida, es crucial establecer momentos de desconexi�n para preservar la calidad del trabajo y evitar la fatiga. En general, estas disposiciones normativas representan un paso positivo hacia la creaci�n de un entorno laboral remoto m�s equitativo y saludable, destacando la importancia de proteger el derecho a la desconexi�n como un componente esencial del bienestar laboral.

El no respetar el derecho a la desconexi�n en el teletrabajo constituir�a una forma clara de precarizaci�n laboral. La ausencia de l�mites definidos entre el tiempo laboral y personal en el contexto del teletrabajo puede llevar a una sobreexplotaci�n de los trabajadores, ya que se espera que est�n disponibles m�s all� de sus horas de trabajo designadas. Esto no solo afecta negativamente la calidad de vida del empleado, sino que tambi�n genera un desequilibrio en la relaci�n laboral al erosionar los l�mites entre el tiempo dedicado al trabajo y el tiempo de descanso.

La falta de respeto al derecho a la desconexi�n implica una invasi�n constante en el espacio personal del trabajador, lo que puede resultar en fatiga, agotamiento y, en �ltima instancia, afectar la salud f�sica y mental. Adem�s, al no garantizar per�odos adecuados de descanso, se puede comprometer la eficiencia y productividad a largo plazo del empleado.

En t�rminos m�s amplios, la negaci�n del derecho a la desconexi�n contribuye a la creaci�n de un entorno laboral precario, donde los trabajadores enfrentan la constante presi�n de estar disponibles en todo momento. Esto no solo socava la calidad de vida laboral, sino que tambi�n perpet�a desigualdades en las relaciones laborales, vulnerando los derechos fundamentales de los trabajadores y debilitando la estructura misma de un empleo digno y justo.

 

La estabilidad laboral en el teletrabajo

En el teletrabajo, la estabilidad laboral se ve influida por diversos factores, como la naturaleza de la industria, la capacidad de adaptaci�n de las funciones laborales al entorno remoto y las pol�ticas internas de las empresas. Mientras que algunos empleadores han implementado exitosamente modelos de teletrabajo que garantizan la estabilidad laboral, otros han enfrentado desaf�os en la gesti�n de equipos a distancia.

Uno de los aspectos cr�ticos es la necesidad de establecer expectativas claras en t�rminos de desempe�o y evaluaci�n del trabajo en el entorno virtual. La falta de supervisi�n directa puede generar inseguridad laboral si no se implementan mecanismos efectivos de retroalimentaci�n y evaluaci�n de desempe�o. Adem�s, la implementaci�n de medidas de seguridad para la informaci�n y la protecci�n de datos en el teletrabajo es crucial para mantener la confianza entre empleadores y empleados. La falta de estas medidas puede generar inestabilidad laboral debido a preocupaciones sobre la seguridad de la informaci�n y la privacidad.

Cuando nos referimos a la estabilidad laboral, nos encontramos ante un principio fundamental del derecho laboral, el cual resulta ser un mecanismo pr�ctico y seguro para la correcta ejecuci�n de mandatos constitucionales respecto a la protecci�n del trabajo (Aguirre y Almeida, 2021). Este concepto se revela de particular importancia en los procesos de despido injustificado, donde se busca resguardar los derechos de los trabajadores y garantizar un equilibrio justo en las relaciones laborales, contribuyendo as� a la coherencia y eficacia de todo el sistema legal laboral.

Este principio se refiere al derecho que tiene cada individuo de acceder a una posici�n en el �mbito laboral, siendo responsabilidad del Estado promover la creaci�n de empleos sostenibles para facilitar este acceso (Aguirre y Almeida, 2021). En este sentido, la estabilidad laboral no solo se limita a la protecci�n contra despidos injustificados, sino que tambi�n abarca la creaci�n y mantenimiento de un entorno laboral propicio para el crecimiento y la realizaci�n profesional de los trabajadores. La implementaci�n efectiva de este principio no solo garantiza la seguridad laboral de los individuos, sino que tambi�n contribuye al desarrollo econ�mico sostenible al fomentar la estabilidad en el empleo.

Arbel�ez (2016) define a la estabilidad �como aquel derecho del trabajador de permanecer en su puesto de trabajo mientras no se le aduzca o compruebe una causa justa para la terminaci�n de la relaci�n laboral� (p�g. 134). Este concepto consolida la idea de la estabilidad en el empleo al salvaguardar el derecho del trabajador a mantener su puesto, a menos que exista una justificaci�n v�lida para la terminaci�n de la relaci�n laboral. Al exigir causas justas, se promueve la equidad en las decisiones de despido, contribuyendo a un entorno laboral m�s justo y seguro.

Ahora bien, la Ley de Apoyo Humanitario, implementada por el Estado ecuatoriano en respuesta a las secuelas derivadas de la crisis sanitaria del COVID-19, ha tenido un impacto significativo en este principio en las diversas modalidades no solo en el teletrabajo. A pesar de sus objetivos destinados a mitigar las dificultades econ�micas y generar nuevas fuentes de empleo, se observan debilidades en los mecanismos de control y protecci�n de las relaciones laborales. El cumplimiento de la ley parece no haber sido rigurosamente supervisado, lo que al contrario de su objetivo provoco una violaci�n en varios derechos laborales (Gualli y C�rdenas, 2022).

Se menciona que la Ley de Apoyo Humanitario afect� la estabilidad laboral de las personas por varias razones. En primer lugar, las medidas implementadas para hacer frente a las dificultades econ�micas derivadas de la pandemia del COVID-19 llevaron a la adopci�n de cambios en las condiciones laborales y contratos, generando incertidumbre entre los trabajadores.

Adem�s, la implementaci�n de esta ley podr�a haber resultado insuficiente en su supervisi�n y control, lo que permitir�a pr�cticas laborales que no se alinean con los objetivos de estabilidad y generaci�n de empleo. La falta de un control efectivo puede haber llevado a situaciones de p�rdida de empleo no planificadas o a la explotaci�n de condiciones laborales, afectando negativamente la estabilidad y seguridad laboral de los trabajadores.

Asimismo, la rapidez con la que se promulg� la legislaci�n de apoyo humanitario en respuesta a la emergencia sanitaria podr�a haber dejado lagunas o ambig�edades en su aplicaci�n, generando confusiones que impactan directamente en la estabilidad laboral de las personas. Es decir, la combinaci�n de cambios en las condiciones laborales, falta de supervisi�n efectiva y posibles lagunas en la legislaci�n contribuy� a que la Ley de Apoyo Humanitario afectara la estabilidad laboral de las personas en lugar de fortalecerla.

La posibilidad de reducir jornadas laborales gracias a la Ley Humanitaria ha planteado riesgos para los trabajadores al disminuir ingresos y horas de trabajo regulares, afectando su bienestar financiero y estabilidad laboral. La aprobaci�n de contratos emergentes, aunque proporciona flexibilidad a las empresas, podr�a debilitar la seguridad laboral al ofrecer menos protecciones y beneficios. Esta combinaci�n de reducciones de jornada y contratos emergentes, especialmente en el teletrabajo, podr�a contribuir a la precarizaci�n laboral, creando inseguridad en ingresos y condiciones laborales.

El respeto al derecho de la estabilidad laboral es fundamental para garantizar un entorno laboral equitativo y justo. La estabilidad laboral no solo proporciona seguridad econ�mica a los trabajadores, sino que tambi�n contribuye a la construcci�n de relaciones laborales s�lidas y a la productividad sostenible en las empresas. Al asegurar la continuidad del empleo, se promueve la lealtad y la motivaci�n de los empleados, lo que a su vez influye positivamente en el rendimiento laboral y en la calidad del trabajo.

La estabilidad laboral es esencial para el bienestar emocional y financiero de los trabajadores, permiti�ndoles planificar su futuro con mayor confianza. Adem�s, el respeto a la estabilidad laboral refleja un compromiso �tico por parte de los empleadores hacia sus empleados, reconociendo y valorando sus contribuciones al �xito de la empresa. En �ltima instancia, el respeto al derecho de la estabilidad laboral no solo beneficia a los trabajadores individualmente, sino que tambi�n fortalece la base de una sociedad laboral justa y sostenible.

 

Discusi�n

El teletrabajo en Ecuador ha experimentado un crecimiento significativo, especialmente durante la pandemia del COVID-19. Aunque esta modalidad laboral ofrece ventajas como mayor flexibilidad y eliminaci�n de desplazamientos, su adopci�n masiva ha suscitado discusiones sobre la posible precarizaci�n laboral. Es imperativo analizar a fondo si el teletrabajo, en lugar de mejorar las condiciones laborales, ha contribuido a la vulnerabilidad de los trabajadores.

Uno de los aspectos a considerar es la falta de l�mites claros entre la vida laboral y personal. A pesar de la implementaci�n del derecho a la desconexi�n, que busca proteger la salud mental y f�sica de los trabajadores, la naturaleza misma del teletrabajo puede conducir a una invasi�n constante en el espacio personal, generando preocupaciones sobre agotamiento y fatiga. Adem�s, la l�nea entre el tiempo laboral y de descanso se difumina, lo que podr�a afectar negativamente la calidad de vida de los empleados.

La legislaci�n ecuatoriana, como la Ley de Apoyo Humanitario, ha reconocido formalmente al teletrabajo y establecido pautas espec�ficas para su implementaci�n. Sin embargo, la eficacia de estas regulaciones en la pr�ctica es una cuesti�n que se debe abordar. La rapidez con la que se adopt� el teletrabajo durante la pandemia podr�a haber dejado lagunas en la supervisi�n y aplicaci�n de estas normativas, lo que podr�a conducir a pr�cticas laborales que no se alinean con los principios de estabilidad y seguridad laboral.

Otro punto de preocupaci�n es la posible reducci�n de jornadas laborales y la implementaci�n de contratos emergentes, como respuesta a las medidas de alivio econ�mico durante la crisis. Aunque estas medidas ofrecen flexibilidad a las empresas, podr�an debilitar la seguridad laboral al proporcionar menos protecciones y beneficios a los trabajadores. Esta combinaci�n de reducciones de jornada y contratos emergentes, especialmente en el teletrabajo, podr�a contribuir a la precarizaci�n laboral, generando inseguridad en ingresos y condiciones laborales.

La precarizaci�n laboral en el teletrabajo tambi�n se debe a la falta de supervisi�n efectiva y posibles lagunas en la legislaci�n. La protecci�n integral de los derechos laborales requiere una implementaci�n rigurosa y una supervisi�n constante para garantizar que los empleadores cumplan con las regulaciones establecidas. La ausencia de un control efectivo podr�a conducir a situaciones de p�rdida de empleo no planificadas o a la explotaci�n de condiciones laborales, afectando negativamente la estabilidad y seguridad laboral de los trabajadores.

Adem�s, es esencial considerar la variabilidad en la naturaleza del teletrabajo. Mientras que algunas empresas han implementado exitosamente modelos que garantizan la estabilidad laboral, otras han enfrentado desaf�os en la gesti�n de equipos a distancia. La falta de supervisi�n directa puede generar inseguridad laboral si no se implementan mecanismos efectivos de retroalimentaci�n y evaluaci�n de desempe�o. La estabilidad laboral se ve influida por factores como la capacidad de adaptaci�n de las funciones laborales al entorno remoto y las pol�ticas internas de las empresas.

 

Conclusiones

La pandemia del COVID-19 impuls� una r�pida aceptaci�n del teletrabajo en Ecuador, llevando a una transformaci�n cultural donde esta modalidad dej� de ser temporal para convertirse en una forma estructurada y arraigada de trabajo. La promulgaci�n de la Ley de Apoyo Humanitario en 2020 en Ecuador formaliz� el teletrabajo, proporcionando definiciones claras y pautas para su implementaci�n. La legislaci�n reconoce la diversidad laboral y permite adaptarse a diferentes contextos, estableciendo un marco jur�dico para empleadores y empleados.

La implementaci�n del derecho a la desconexi�n, evidenciada en la legislaci�n ecuatoriana como el Acuerdo Ministerial MDT-2020-181, representa un avance significativo en la protecci�n de los derechos y el bienestar de los teletrabajadores. Establecer l�mites claros para las comunicaciones y la emisi�n de �rdenes fuera de las horas laborales es esencial para preservar el equilibrio entre la vida laboral y personal.

El reconocimiento de la importancia del tiempo de descanso, incluido como parte integral del derecho a la desconexi�n, muestra una atenci�n a la salud f�sica y mental de los trabajadores en el entorno del teletrabajo. La normativa ecuatoriana tambi�n destaca la necesidad de establecer pausas para el descanso en jornadas parciales, demostrando una preocupaci�n por la calidad del trabajo y la prevenci�n de la fatiga, contribuyendo as� a un entorno laboral remoto m�s equitativo y saludable.

La estabilidad laboral, entendida como el derecho del trabajador a permanecer en su puesto de trabajo, es un principio fundamental que contribuye a la coherencia y eficacia del sistema legal laboral. Este principio no solo protege contra despidos injustificados, sino que tambi�n promueve un entorno laboral propicio para el crecimiento y la realizaci�n profesional, contribuyendo al desarrollo econ�mico sostenible.

La implementaci�n de la Ley de Apoyo Humanitario en Ecuador, aunque con la intenci�n de mitigar dificultades econ�micas, ha generado incertidumbre y afectado la estabilidad laboral. La rapidez en su promulgaci�n, la falta de supervisi�n efectiva y la posibilidad de reducciones de jornada y contratos emergentes han contribuido a debilitar la seguridad laboral, creando inseguridad en ingresos y condiciones laborales, especialmente en el contexto del teletrabajo. Respetar la estabilidad laboral es esencial para construir relaciones laborales s�lidas, fomentar la lealtad de los empleados y promover una sociedad laboral justa y sostenible.

La constante invasi�n en el tiempo personal del trabajador al no respetar el derecho a la desconexi�n conlleva a una sobreexplotaci�n, creando la expectativa de disponibilidad constante. Esta presi�n, combinada con la difuminaci�n de los l�mites entre trabajo y descanso, contribuye a la fatiga, el agotamiento y afecta tanto la salud f�sica como mental del empleado. La falta de per�odos adecuados de descanso y desconexi�n perpet�a un entorno laboral precario, donde los trabajadores se ven obligados a estar disponibles m�s all� de sus horas designadas, erosionando su calidad de vida y generando desigualdades fundamentales en las relaciones laborales.

La falta de estabilidad laboral, exacerbada por la implementaci�n precaria de medidas y pol�ticas en el teletrabajo, intensifica la precarizaci�n. La inseguridad en el empleo, resultado de despidos injustificados o cambios abruptos en las condiciones laborales, afecta negativamente el bienestar econ�mico y emocional de los trabajadores. La rapidez en la promulgaci�n de legislaciones, como la Ley de Apoyo Humanitario en el contexto de la pandemia, puede dejar lagunas y generar confusiones que debilitan a�n m�s la estabilidad laboral. La combinaci�n de reducciones de jornada, contratos emergentes y falta de supervisi�n efectiva contribuye a la precarizaci�n, creando un entorno donde los empleados enfrentan incertidumbre en sus ingresos y condiciones laborales.

 

Referencias

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