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� Injertos �seos para implantolog�a oral, t�cnicas y protocolos
Bone grafts for oral implantology, techniques and protocols
Enxertos �sseos para implantologia oral, t�cnicas e protocolos
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Correspondencia: bryancr26@gmail.com
Ciencias de la Salud
Art�culo de Investigaci�n
* Recibido: 11 de enero de 2024 *Aceptado: 17 de febrero de 2024 * Publicado: �21 de marzo de 2024
I. Odont�logo, Investigador Independiente, Salcedo, Ecuador.
II. Odont�logo, Investigador Independiente, Puyo, Ecuador.
III. Odont�logo, Investigador Independiente, Ambato, Ecuador.
IV. Odont�loga, Investigador Independiente, Ambato, Ecuador.
Resumen
La implantolog�a dental juega un papel importante en la actualidad, al igual que el uso de injertos �seos para mejorar la cantidad y calidad del hueso en pacientes con gran atrofia y reabsorci�n de los rebordes alveolares. Se realiz� una revisi�n bibliogr�fica para resaltar los efectos del desdentamiento parcial o total en una persona y la importancia de una rehabilitaci�n r�pida y de calidad. Se describi� la rehabilitaci�n implanto-prot�sica como una opci�n destacada en la odontolog�a actual, y la importancia de los injertos �seos en este proceso, incluyendo los tipos de injertos y los materiales utilizados en la actualidad. Se mencionaron las �reas intrabucales m�s utilizadas para obtener injertos �seos, as� como los principales mecanismos para lograr el �xito de esta t�cnica, destacando su importancia en la rehabilitaci�n oral en el contexto de la odontolog�a moderna.
Palabras clave: Injerto dental; Injertos �seos; Implantolog�a; Biomateriales en implantolog�a; t�cnica implantolog�a; protocolos.
Abstract
Dental implantology plays an important role today, as does the use of bone grafts to improve the quantity and quality of bone in patients with great atrophy and resorption of the alveolar ridges. A literature review was carried out to highlight the effects of partial or complete edentulousness on a person and the importance of rapid and quality rehabilitation. Implant-prosthetic rehabilitation was described as a prominent option in current dentistry, and the importance of bone grafts in this process, including the types of grafts and materials currently used. The intraoral areas most used to obtain bone grafts were mentioned, as well as the main mechanisms to achieve the success of this technique, highlighting its importance in oral rehabilitation in the context of modern dentistry.
Keywords: Dental graft; bone grafts; Implantology; Biomaterials in implantology; implantology technique; protocols.
Resumo
A implantologia dent�ria desempenha hoje um papel importante, assim como a utiliza��o de enxertos �sseos para melhorar a quantidade e qualidade �ssea em pacientes com grande atrofia e reabsor��o dos rebordos alveolares. Foi realizada uma revis�o da literatura para destacar os efeitos do ed�ntulo parcial ou total em uma pessoa e a import�ncia de uma reabilita��o r�pida e de qualidade. A reabilita��o implante-prot�tica foi descrita como uma op��o de destaque na odontologia atual, e a import�ncia dos enxertos �sseos nesse processo, incluindo os tipos de enxertos e materiais utilizados atualmente. Foram citadas as �reas intraorais mais utilizadas para obten��o de enxertos �sseos, bem como os principais mecanismos para alcan�ar o sucesso desta t�cnica, destacando a sua import�ncia na reabilita��o oral no contexto da odontologia moderna.
Palavras-chave: Enxerto dent�rio; enxertos �sseos; Implantologia; Biomateriais em implantodontia; t�cnica de implantologia; protocolos.
Introducci�n
La p�rdida de dientes no significa necesariamente que una persona es mayor, ya que existen otras razones como la caries, las enfermedades periodontales, los accidentes y las maloclusiones. Sin importar la edad en que ocurra la p�rdida dental, tanto el maxilar como la mand�bula y las �reas cercanas adquieren nuevas formas y relaciones. El espacio que sol�an ocupar los dientes naturales o los rebordes alveolares ahora es ocupado por las mejillas, la lengua, el piso de la boca y los labios, lo que da lugar a una serie de cambios est�ticos, anat�micos y funcionales caracter�sticos de una persona sin dientes.(1,2)
La implantolog�a moderna se origin� hace m�s de 30 a�os gracias a los estudios de relacionados con la utilizaci�n del titanio como material principal para la fabricaci�n de los implantes. Los conceptos de osteointegraci�n, biomec�nica aplicada, relleno �seo y regeneraci�n tisular guiada han permitido contar con una herramienta incre�ble en el campo de la odontolog�a en el siglo XXI.(1,3)
La implantolog�a es posiblemente una de las t�cnicas m�s emocionantes e innovadoras en la odontolog�a actual para reemplazar dientes perdidos o como una forma de fijar pr�tesis dentales y faciales. Por lo tanto, juega un papel importante en la odontolog�a moderna.(2,4)
Los implantes son tornillos de titanio que se colocan dentro del hueso maxilar o mandibular y son capaces de desempe�ar funciones similares a las ra�ces de los dientes. El uso de implantes dentales para tratar la p�rdida total o parcial de dientes se ha convertido en una modalidad terap�utica perfectamente integrada en la odontolog�a restauradora.(5)
Despu�s de extraer los dientes, se produce una disminuci�n natural de las ap�fisis alveolares, hasta que se llega a un punto en el que se habla de atrofia alveolar. Esto generalmente sucede cuando la p�rdida de hueso es tan extrema que dificulta la construcci�n de una pr�tesis dental completa. La atrofia alveolar tiene una etiolog�a multifactorial y se han identificado diversos factores relacionados, como la enfermedad periodontal preexistente, trastornos sist�micos y endocrinos, factores diet�ticos, consideraciones anat�micas, mec�nicas, sexo y morfolog�a facial. Es una de las condiciones bucales m�s incapacitantes debido a su naturaleza cr�nica, progresiva, acumulativa e irreversible. La persistencia de esta dificultad ha llevado a un aumento en el n�mero de pacientes que requieren rehabilitaci�n de los maxilares mediante la adici�n de hueso o sustitutos �seos. Esto permite a los profesionales mejorar la topograf�a y las condiciones anat�micas de los rebordes alveolares residuales para luego insertar implantes dentales. Es importante tener en cuenta que tanto el ancho como la altura del hueso alveolar disponible son factores fundamentales para la selecci�n, colocaci�n y longevidad de los implantes dentales.(1�3)
El uso de injertos �seos se emplea como alternativa para reconstruir defectos �seos, ya sean debidos a condiciones cong�nitas, traumatismos, secuelas oncol�gicas o infecciones. El objetivo es restaurar la integridad anat�mica y funcional de la estructura afectada. Durante d�cadas, los investigadores han buscado caracter�sticas espec�ficas en los injertos que satisfagan las necesidades de cada caso de reconstrucci�n. Esto ha llevado al estudio y comparaci�n de diferentes estructuras �seas como posibles donantes, para aumentar las probabilidades de �xito del tratamiento y reducir los riesgos y complicaciones durante la extracci�n del injerto. Aunque tambi�n se han investigado distintos materiales de implantes, estos no poseen la capacidad natural de inducir la regeneraci�n �sea que s� tiene el hueso alveolar extra�do de ciertas zonas del cuerpo.(4,5)
La reconstrucci�n maxilar utilizando hueso aut�geno y otros sustitutos �seos es com�n en implantolog�a dental. Sin embargo, el hueso aut�geno puede experimentar r�pida reabsorci�n �sea, lo que hace necesario combinarlo con otros materiales sint�ticos y desmineralizados. En la parte posterior del maxilar superior, el aumento subantral permite resultados predecibles para la inserci�n de implantes dentales. La p�rdida �sea en los rebordes alveolares residuales es un problema com�n en la implantolog�a dental, lo que justifica la necesidad de injertos �seos. Este estudio tiene como objetivos describir los aspectos relacionados con los injertos �seos en la rehabilitaci�n dental, destacar la importancia de los injertos �seos aut�genos en la implantolog�a moderna, identificar las modificaciones �seas despu�s de la p�rdida dental y resaltar la importancia del hueso alveolar en la implantolog�a dental.(6,7)
Efectos de la perdida dental
La p�rdida de dientes conlleva a una reabsorci�n del hueso alveolar circundante y esto puede resultar en la formaci�n de rebordes ed�ntulos atr�ficos. Esta alteraci�n trae consigo problemas anatomocl�nicos que a menudo afectan los resultados predecibles de los tratamientos tradicionales. La p�rdida �sea inicialmente reduce la anchura del hueso. Un reborde residual estrecho puede causar molestias cuando los tejidos delgados que lo cubren deben soportar la carga de una pr�tesis mucosoportada. La continua atrofia de la mand�bula tambi�n puede producir la formaci�n de rebordes oblicuos internos y milohioideos prominentes, cubiertos por una mucosa fina, m�vil y poco adherida. El reborde alveolar residual contin�a reabsorbi�ndose y los tub�rculos genianos superiores se convierten en la parte m�s prominente del reborde mandibular anterior. No existe una resistencia significativa al desplazamiento anterior de la pr�tesis hacia el labio inferior durante la funci�n masticatoria o el habla. Esta situaci�n se complica a�n m�s con el desplazamiento vertical de la parte posterior de la pr�tesis durante la contracci�n de los m�sculos milohioideos y buccinador, y la inclinaci�n anterior de la mand�bula atrofiada en comparaci�n con el maxilar superior.(8,9)
El hueso pierde primero su anchura, seguido de su altura, y luego vuelve a perder tanto anchura como altura. La enc�a gradualmente pierde adherencia. En casos de atrofia severa de la mand�bula, a menudo el tejido gingival est� muy poco o nada adherido. La enc�a est� expuesta a abrasiones causadas por la pr�tesis m�vil y, adem�s, hay inserciones musculares desfavorablemente bajas y un tejido muy m�vil.(10,11)
La p�rdida de dientes conduce a un extenso e irreversible proceso de reabsorci�n que afecta el tratamiento del paciente, hay una l�nea divisoria entre los procesos basales y alveolares que marca hasta d�nde puede progresar la reducci�n del hueso alveolar.
Durante el primer a�o despu�s de una extracci�n dental, la mayor�a de la p�rdida de hueso ocurre. Despu�s de este per�odo, el promedio de reducci�n �sea en la mand�bula y el maxilar es de aproximadamente 0.5mm por a�o. En general, la cantidad de p�rdida �sea es cuatro veces mayor en la mand�bula que en el maxilar superior.(7,11)
La reabsorci�n vertical promedio es de 1,2 mm en el primer a�o despu�s de la p�rdida de un diente y luego progresa a 0,5 mm por a�o. La reducci�n �sea en el primer a�o puede ser diez veces mayor que en los a�os siguientes. Cuando el reborde es estrecho, pero tiene una altura adecuada, la reducci�n del hueso mandibular puede afectar severamente al punto de dejar expuesto el canal y la mucosa subyacente. En la mayor�a de los casos, solo se encuentra un proceso redondeado y alto durante los primeros dos a�os despu�s de la p�rdida dental.(5) Los problemas anat�micos resultantes del edentulismo incluyen la reducci�n del ancho y alto del hueso de soporte, la prominencia de los rebordes milohioideos y oblicuos internos, el desplazamiento anterior de la pr�tesis debido a la inclinaci�n anat�mica y su elevaci�n debido a las contracciones de los m�sculos milohioideo y bucinador, la p�rdida de grosor de la mucosa con la correspondiente sensibilidad a la abrasi�n, la p�rdida de hueso basal que puede provocar parestesia debido a la dehiscencia del conducto mandibular, el aumento del tama�o de la lengua, una mayor intervenci�n de la lengua durante la masticaci�n, la p�rdida del control neuromuscular con la edad y el efecto de la p�rdida �sea en la est�tica facial.(5,6) El uso de implantes dentales para proporcionar apoyo a las pr�tesis ofrece numerosas ventajas en comparaci�n con el uso de pr�tesis removibles mucosoportadas, como el mantenimiento del hueso y las dimensiones verticales, una buena posici�n est�tica de los dientes, una buena oclusi�n con cargas oclusales directas, lo que resulta en mayores tasas de �xito en el tratamiento, un aumento en la fuerza oclusal, una mejor funci�n masticatoria, fon�tica y est�tica.(4,6)
Clasificaci�n del hueso disponible. Injertos y mecanismos por los que act�an
� Divisi�n A: Esta categor�a est� relacionada con la cantidad de hueso disponible. Las zonas sin dientes tienen un ancho superior a 5 mm, una altura superior a 10 mm y una longitud superior a 5 mm. La carga se aplica en un �ngulo inferior a 30 grados con respecto al eje del cuerpo del implante.(9)
� Divisi�n B: En esta categor�a, las zonas sin dientes tienen un ancho moderado de hueso entre 2,5 y 5 mm, una altura inferior a 10 mm y una longitud superior a 15 mm. La carga se aplica en un �ngulo inferior a 20 grados con respecto al eje del cuerpo del implante. Las opciones quir�rgicas incluyen la osteoplastia y la ampliaci�n mediante la colocaci�n de injertos.(9)
� Divisi�n C: Las zonas ed�ntulas no tienen suficiente hueso para lograr resultados predecibles con implantes endo�seos debido a la escasa anchura (C-an), altura (C-al), longitud o �ngulo de carga del hueso. Hay 4 opciones de tratamiento para esta divisi�n: osteoplastia, implantes en forma de ra�z, implantes subperi�sticos y t�cnicas de ensanchamiento. Las opciones quir�rgicas para C-an son la osteoplastia o el ensanchamiento; para C-al son los implantes subperi�sticos o el ensanchamiento del reborde combinado con implantes endo�seos.(9)
� Divisi�n D: Las zonas ed�ntulas presentan una intensa reabsorci�n de su reborde, incluyendo parte del hueso cortical o basal de soporte. En estos casos, es necesario utilizar ensanchamientos con injertos �seos mencionados anteriormente.(9)
La utilizaci�n de injertos �seos en la implantolog�a dental est� relacionada con el origen y la estructura de estos injertos. Esto se incluye dentro de la clasificaci�n actual de los injertos, con el objetivo de establecer algunas de las caracter�sticas m�s importantes que permitan al cirujano elegir adecuadamente en base a las necesidades estructurales y funcionales requeridas.(9,10)
Clasificaci�n de injertos(12,13)
� Aut�logo (autoinjertos): este tipo de injerto se compone de tejido extra�do del mismo individuo y proporciona mejores resultados. Es el �nico que cumple los tres mecanismos de regeneraci�n �sea: osteog�nesis, osteoinducci�n y osteoconducci�n. Tambi�n evita la transmisi�n de enfermedades y el rechazo inmunol�gico.
� Hom�logos (aloinjertos): est�n compuestos por tejido tomado de un individuo no emparentado de la misma especie. Tienen capacidad osteoinductora y osteoconductora y se comportan como una estructura que permite la sustituci�n paulatina del injerto por el hueso del hu�sped, ralentizando este proceso con una p�rdida de volumen considerable. Hay tres tipos de aloinjertos: congelados, secos (liofilizados) y desmineralizados.
� Isog�nicos (isoinjertos): est�n compuestos por tejido tomado de un individuo gen�ticamente relacionado con el receptor.
� Heter�logos (xenoinjertos): est�n compuestos por tejido extra�do de un donante de otra especie y no son cl�nicamente aceptables por su alta antigenicidad.
En relaci�n con su estructura, los injertos �seos pueden ser clasificados en corticales y esponjosos. Cada uno de ellos presenta caracter�sticas y cualidades particulares. La estructura cortical es capaz de proveer una buena capacidad de relleno mec�nico debido a su composici�n. Adem�s, puede ser f�cilmente adaptada y moldeada seg�n sea necesario. Para que cumpla su funci�n de manera �ptima, debe ser correctamente fijada al lecho receptor mediante placas o tornillos a presi�n. Por otro lado, la estructura esponjosa se fusiona m�s r�pidamente al lecho receptor debido a los grandes espacios abiertos que presenta. Estos espacios permiten una r�pida revascularizaci�n, favoreciendo as� la formaci�n de nuevo tejido �seo. Sin embargo, la estructura esponjosa tiene ciertas limitaciones, ya que no cuenta con la suficiente resistencia mec�nica para tolerar tensiones en defectos de gran tama�o. Es por esta raz�n que la combinaci�n natural de una l�mina cortical y esponjosa ofrece mejores resultados, colocando la porci�n trabecular contra el paciente y la cortical hacia la superficie externa. Adicionalmente, se han considerado otras variedades de injertos �seos, como la m�dula, part�culas y pasta de hueso, entre otros.(12�15)
Fases del injerto:
� Osteoconducci�n: Se caracteriza por el crecimiento �seo mediante aposici�n, partiendo del hueso existente y por encima de �l. Por tanto, para este proceso es necesaria la presencia de hueso o de c�lulas mesenquimales diferenciadas. La curaci�n del hueso alrededor de un implante osteointegrado es un proceso de osteoconducci�n y sigue las fases t�picas de remodelaci�n en la interfaz hueso-implante. Es un proceso lento y prolongado, donde el injerto sirve como andamio. Este tipo de cicatrizaci�n predomina especialmente en los injertos corticales, donde el injerto es progresivamente colonizado por vasos sangu�neos y c�lulas osteoprogenitoras de la zona receptora, reabsorbi�ndolo lentamente y depositando hueso nuevo. Los materiales osteoconductores son biocompatibles y los m�s utilizados en implantolog�a son los productos alopl�sticos. Los materiales alopl�sticos son productos biocompatibles exclusivamente sint�ticos desarrollados para atender a un gran n�mero de indicaciones. Se pueden clasificar en cer�micas, pol�meros y composites.(8,16)
� Osteoinducci�n: Un material osteoinductivo es capaz de inducir la transformaci�n de c�lulas indiferenciadas en osteoblastos y condroblastos en una zona donde no se espera este comportamiento. Los materiales osteoinductivos contribuyen a la formaci�n de hueso durante el proceso de remodelaci�n. Se inicia mediante la transformaci�n de c�lulas mesenquimales perivasculares indiferenciadas de la zona receptora en c�lulas osteoformantes en presencia de mol�culas reguladoras del metabolismo �seo. Entre estas mol�culas destaca el grupo de las prote�nas morfogen�ticas, pero tambi�n existen otras prote�nas implicadas en el metabolismo �seo, como PDGF, FGF, IGF, EGF, TGF y VEGF. La fuente de estas prote�nas son los injertos aut�logos, el plasma rico en plaquetas y las prote�nas morfogen�ticas obtenidas mediante t�cnicas de ingenier�a gen�tica. La prote�na morfogen�tica derivada de la matriz mineral del injerto es absorbida por los osteoclastos y act�a como mediadora de la osteoinducci�n; �sta y otras prote�nas deben eliminarse antes del inicio de esta fase, que comienza 2 semanas despu�s de la cirug�a y alcanza su punto m�ximo entre las 6 semanas y 6 meses, disminuyendo gradualmente despu�s. Los materiales osteoinductivos m�s utilizados en implantolog�a son los injertos �seos alog�nicos.(2,6)
� Osteog�nesis: Se refiere a materiales que pueden formar hueso, incluso en ausencia de c�lulas mesenquimales locales indiferenciadas; depende �nicamente de la supervivencia de las c�lulas trasplantadas, principalmente preosteoblastos y osteoblastos. Los materiales de injerto osteog�nico est�n compuestos de c�lulas �seas vivas, que producen una gran cantidad de factores de crecimiento �seo. Actualmente, el hueso aut�geno es el �nico material osteog�nico disponible. Los sitios donantes m�s utilizados son los injertos �seos aut�genos de la cresta il�aca o los injertos �seos locales de la tuberosidad maxilar, la rama ascendente y la s�nfisis mentoniana. La m�dula o el hueso trabecular contienen las concentraciones m�s altas de osteocitos. Estas c�lulas deben almacenarse en soluci�n salina est�ril, lactato de Ringer o soluci�n est�ril de dextrosa al 5% y agua para mantener la viabilidad celular. El uso de agua destilada para este fin est� contraindicado y la sangre venosa no es tan eficaz como la soluci�n salina o la dextrosa con agua. Dado que el material de injerto debe obtenerse mediante intervenci�n quir�rgica adicional.(2,5) Perlas de conocimiento(2,8,10)
� Las tres fases (osteoconducci�n, osteoinducci�n y osteog�nesis) ocurren simult�neamente en el injerto �seo aut�geno.
� El hueso trabecular induce la osteog�nesis, mientras que el cortico-trabecular proporciona la prote�na osteog�nica necesaria en la segunda fase de la cicatrizaci�n �sea.
� El injerto de hueso aut�geno se utiliza en casos espec�ficos, y la zona donante y el lecho receptor se preparan adecuadamente antes de la fijaci�n del injerto.
Aplicaci�n de injertos �seos en odontolog�a:
Los injertos �seos desempe�an un papel fundamental en diferentes aplicaciones odontol�gicas, mejorando la funcionalidad y est�tica del sistema dental. El aumento de la cresta alveolar se utiliza para brindar soporte �seo en cirug�as posteriores, como la colocaci�n de implantes. En la elevaci�n de seno, se utiliza un injerto �seo para incrementar la altura del piso del seno y facilitar la colocaci�n de implantes dentales al proporcionar m�s hueso.(5,17)
Tras la extracci�n dental, el tratamiento de defectos �seos es especialmente interesante debido a la disponibilidad de xenoinjertos, que refuerzan la cresta alveolar verticalmente y reducen la p�rdida �sea horizontal y vertical. Esto asegura la integridad de la estructura y preserva el alv�olo mediante injerto �seo, lo cual es esencial para disminuir la p�rdida �sea, asegurar la integridad de la cresta alveolar y facilitar la futura colocaci�n de implantes o restauraciones. Adem�s, el injerto �seo se utiliza en la regeneraci�n �sea de implantes dentales para mejorar la cantidad y calidad de hueso en el sitio receptor.(2,18)
El injerto �seo es beneficioso en el tratamiento de defectos periodontales, ayudando a restaurar y reparar el tejido �seo faltante. En la reconstrucci�n facial, los injertos se utilizan para restaurar la forma y funci�n de la mand�bula, maxilar y otras �reas de la cara. En caso de fracturas, los injertos �seos son una herramienta valiosa para promover la curaci�n y regeneraci�n del hueso afectado. Asimismo, en el tratamiento de quistes y tumores �seos, los injertos se emplean para rellenar el espacio dejado por la resecci�n y ayudar en la recuperaci�n estructural.(4,10,19)
Adicionalmente, el injerto �seo alveolar secundario es un procedimiento quir�rgico utilizado para tratar defectos de hendidura alveolar. Consiste en mover hueso de una parte del cuerpo del paciente a la zona de la hendidura alveolar, pudiendo proceder del ilion, mand�bula, tibia, cr�neo o rama de la mand�bula. Este procedimiento estabiliza y mejora la continuidad del arco dental maxilar, proporciona soporte �seo a dientes hendidos, restaura la simetr�a facial, elimina f�stulas oronasales y facilita futuras reparaciones.(19)
T�cnicas de colocaci�n de injertos �seos
La colocaci�n de injertos �seos implica diversas t�cnicas quir�rgicas adaptadas seg�n el tipo de injerto y la condici�n del hueso. En general, el procedimiento implica realizar una incisi�n en la enc�a para exponer el hueso subyacente, preparar el sitio recepto y luego colocar el injerto �seo. Despu�s, se realiza la sutura para permitir que el injerto se fusione con el hueso natural del paciente. Dependiendo del grado de atrofia �sea, se pueden utilizar diferentes procedimientos quir�rgicos. Por ejemplo, para corregir la atrofia, se pueden realizar procedimientos como:(5,10,19)
� Injerto en bloque onlay/onlay
� Controlar la regeneraci�n �sea
� Osteotom�a de disecci�n con injerto
� Divisi�n de la cresta alveolar
� Elevaci�n de senos nasales
� Colocaci�n de un injerto �seo de espesor parcial
� Tecnolog�a de caja
� Tecnolog�a "salchicha"
� Injerto de hueso escamoso
� Regeneraci�n �sea guiada (GRO)
� Osteog�nesis por distracci�n.
Entre las t�cnicas m�s habituales para la conservaci�n de los alv�olos con injertos �seos destacan las t�cnicas onlay e inlay. La t�cnica onlay implica colocar un injerto �seo encima de la cresta alveolar, mientras que la t�cnica inlay implica colocar el injerto en la cresta alveolar, ambos est�n dise�ados para reducir la p�rdida �sea despu�s de la extracci�n del diente. Inmediatamente despu�s de la extracci�n del diente, se realiza una t�cnica de incrustaci�n para llenar la cavidad alveolar con material de injerto �seo, este injerto preserva la forma y el volumen de la cresta alveolar, proporcionando una base estable para futuros implantes o restauraciones. En comparaci�n, la t�cnica inlay es menos com�n para la preservaci�n alveolar se utiliza en los casos en que la cresta alveolar est� gravemente da�ada o da�ada Implica crear una cavidad en la cresta alveolar y llenarla con material de injerto �seo, lo que proporciona una base estable para futuros implantes o restauraciones.(2,10,20)
Reabsorcion entre injertos autologos, xenoinjertos y aloinjertos
La reabsorci�n del injerto �seo es un proceso biol�gico importante que desempe�a un papel clave en el mantenimiento de la integridad del sistema esquel�tico y el equilibrio del calcio. Implica la descomposici�n del tejido �seo por c�lulas especializadas llamadas osteoclastos, que liberan minerales en la sangre. Este proceso puede ser fisiol�gico o patol�gico, relacionado con enfermedades como la osteoporosis, la oste�lisis y la enfermedad de Paget. La elecci�n del material del injerto �seo y la perfusi�n sangu�nea de la zona receptora afectan la tasa de resorci�n. Se observaron mejores resultados en el uso de injertos en el maxilar superior en comparaci�n con otros injertos.(1,18,19)
Factores que influyen en la reabsorci�n de los injertos �seos
Se sabe que la supervivencia del injerto �seo y la calidad del hueso en el lugar de implantaci�n est�n influenciadas por factores fundamentales como la estabilidad del injerto, la vascularidad del lecho receptor y el potencial osteog�nico del propio injerto. Varios factores pueden influir en la resorci�n del injerto �seo, incluido el tipo de material utilizado, el tama�o del injerto y la presencia de infecci�n o inflamaci�n. La t�cnica quir�rgica utilizada, la presencia de infecci�n o inflamaci�n y los factores espec�ficos del paciente tambi�n pueden afectar la tasa de absorci�n. Los factores que influyen en el porcentaje de reabsorci�n del injerto �seo incluyen el tipo de injerto, la t�cnica quir�rgica utilizada, la calidad del hueso receptor y la presencia de enfermedad sist�mica. Es fundamental evitar una resorci�n excesiva ya que esto puede afectar el �xito del injerto y el resultado general del tratamiento.(2,8)
Injerto con el mejor pron�stico entre aut�logos, xenoinjertos y aloinjertos
El trasplante de hueso aut�logo es la opci�n principal para los defectos �seos en los alv�olos y generalmente se obtiene de la mand�bula. Estos injertos se consideran el est�ndar de oro debido a sus propiedades osteog�nicas, osteoconductoras y osteoinductivos, y son ideales para reconstruir defectos �seos grandes. Sin embargo, la disponibilidad limitada de hueso aut�logo y el riesgo de infecci�n han llevado al uso de injertos alog�nicos de cad�veres humanos como alternativa.(2,6,18)
Estudios controlados aleatorios han demostrado que tanto los injertos alog�nicos como los xenoinjertos reducen la reabsorci�n del hueso alveolar y son comunes para la preservaci�n del alv�olo. Seg�n el an�lisis, la tasa promedio de reabsorci�n de los bloques �seos alog�nicos es del 21,7%, mientras que la tasa promedio de reabsorci�n de los bloques �seos aut�logos es del 45%. Los bloques �seos alog�nicos pueden reabsorberse completamente en un promedio de 51 d�as, mientras que los bloques �seos xenog�nicos (de diferente especie) pueden reabsorberse completamente en 51 d�as.
La p�rdida �sea horizontal fue de 1,3 mm 12 semanas despu�s de la extracci�n dental en el grupo de xenoinjerto y de 1,3 mm 24 semanas despu�s de la extracci�n dental en el grupo de alog�nico. La p�rdida �sea vertical en el grupo de xenoinjerto fue de 0,57 mm 12 semanas despu�s de la extracci�n dental y de 0,69 mm en el grupo de alog�nico 24 semanas despu�s de la extracci�n dental.(2,11,21)
Aunque el autoinjerto a�n se considera el est�ndar de oro para aumentar la cresta alveolar, una preocupaci�n importante con el uso de injertos �seos aut�logos es el riesgo de reabsorci�n �sea despu�s del trasplante. Desde el punto de vista cl�nico, los injertos alog�nicos y xenog�nicos son adecuados para proteger la cresta alveolar contra cambios en el nivel de la cresta.(2,18,19)
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Figura 1: A: Imagen cl�nica vestibular del paciente con p�rdida, B: Inserci�n de implante en alveolo postextracci�n con defecto �seo vestibular im�genes tomadas de Barbara Grau Leon, O. Guerra Cobian, C. Sanchez Silot, J.L. Garcia Romero
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Figura 2: C: Colocaci�n del β-TCP en el defecto �seo vestibular. D: Colocaci�n del β-TCP en el defecto �seo vestibular, im�genes tomadas de Barbara Grau Leon, O. Guerra Cobian, C. Sanchez Silot, J.L. Garcia Romero
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Figura 3: E: Elevaci�n lateral del seno maxilar. F: Colocaci�n del β-TCP en la elevaci�n lateral del seno maxilar im�genes tomadas de Barbara Grau Leon, O. Guerra Cobian, C. Sanchez Silot, J.L. Garcia Romero
Factores de riesgo en implantolog�a
Los factores de riesgo relacionados con el paciente incluyen condiciones sist�micas que pueden complicar o contraindicar la cirug�a de implantes, como infarto de miocardio reciente, accidente cerebrovascular reciente, pr�tesis valvular card�aca o transplantes org�nicos realizados en los �ltimos 6-12 meses, recuentos anormales de INR y plaquetas, inmunosupresi�n significativa, tratamiento oncol�gico y tratamiento con bifosfonatos intravenosos. Adem�s, los factores relacionados con el paciente tambi�n incluyen la edad avanzada, la p�rdida �sea relacionada con la edad y el sexo femenino, que puede estar asociado con la osteoporosis.(16)
Los factores de riesgo relacionados con el tratamiento implantol�gico est�n vinculados a:
� Calidad �sea
� Localizaci�n de los implantes.
� Ausencia de enc�a queratinizada
� Complicaciones intra o postquir�rgicas
� Pr�tesis sobre implantes
Protocolos de implantologia:(1,11,22)
�
Conclusiones
Los injertos �seos desempe�an un papel importante en la implantolog�a dental, especialmente en casos de atrofia grave de los rebordes alveolares que impiden el uso de implantes dentales para rehabilitaciones de calidad y duraderas. En estas situaciones, se hace necesario utilizar estos injertos para prevenir los efectos negativos de la p�rdida �sea despu�s de la p�rdida dental. Junto con la rehabilitaci�n implantol�gica, los injertos �seos permitir�n mejorar la calidad de vida del paciente.
Referencias
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