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El incumplimiento de deberes del hogar como causal de divorcio: un an�lisis comparado de Ecuador con Colombia

 

Failure to fulfill household duties as a cause for divorce: a comparative analysis of Ecuador with Colombia

 

O n�o cumprimento dos deveres dom�sticos como causa de div�rcio: uma an�lise comparativa do Equador com a Col�mbia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correspondencia: jeffer@yahoo.com

 

Ciencias Sociales y Pol�ticas

Art�culo de Investigaci�n

 

 

* Recibido: 11 de enero de 2024 *Aceptado: 27 de febrero de 2024 * Publicado: �11 de marzo de 2024

 

        I.            Universidad Tecnol�gica Indoam�rica, Ecuador.

      II.            Universidad Tecnol�gica Indoam�rica, Ecuador.

Resumen

El presente art�culo pretende realizar un an�lisis comparativo de las legislaciones de Ecuador y Colombia en relaci�n con el causal divorcio de grave e injustificado incumplimiento de deberes entre c�nyuges que prima en Colombia. Siendo que cada pa�s mantiene nueve numerales que dan fin al matrimonio, de manera contenciosa, es necesario determinar su utilidad en base al principio de affectio maritalis. La problem�tica principal para abordar se centra en investigar el incumplimiento de deberes entre los c�nyuges; y si, esta causal seria de utilidad en el Ecuador, que en efecto podr� agravar o no, los derechos de los c�nyuges. Metodol�gicamente se recurri� a la investigaci�n cualitativa, en base a la obtenci�n bibliogr�fica y estudios acerca de este tema. Como conclusi�n se establece que los c�nyuges tienen deberes, derechos de cumplimiento obligatorio, que a la falta de uno de ellos da causal para divorciarse, en Colombia a diferencia de Ecuador que no tiene esta causal, misma que se pretende definir si es necesaria o no.

Palabras clave: Causales; C�digo Civil; Derecho comparado; Divorcio; Matrimonio.

 

Abstract

This article aims to carry out a comparative analysis of the laws of Ecuador and Colombia in relation to the grounds for divorce due to serious and unjustified breach of duties between spouses that prevail in Colombia. Since each country maintains nine numerals that end marriage, in a contentious manner, it is necessary to determine its usefulness based on the principle of affectio maritalis. The main problem to address focuses on investigating the breach of duties between spouses; And yes, this cause would be useful in Ecuador, which in effect may or may not aggravate the rights of the spouses. Methodologically, qualitative research was used, based on bibliographic collection and studies on this topic. In conclusion, it is established that spouses have duties, rights of mandatory compliance, which in the absence of one of them gives grounds for divorce, in Colombia unlike Ecuador which does not have this cause, which is intended to define whether it is necessary or not.

Keywords: Causal; Civil Code; Comparative Law; Divorce; Marriage.

 

 

 

Resumo

Este artigo tem como objetivo realizar uma an�lise comparativa das leis do Equador e da Col�mbia em rela��o aos fundamentos do div�rcio por viola��o grave e injustificada dos deveres entre os c�njuges que prevalecem na Col�mbia. Como cada pa�s mant�m nove algarismos que acabam com o casamento, de forma controversa, � necess�rio determinar a sua utilidade com base no princ�pio da afeto maritalis. O principal problema a abordar centra-se na investiga��o da viola��o de deveres entre os c�njuges; E sim, esta causa seria �til no Equador, o que de facto pode ou n�o agravar os direitos dos c�njuges. Metodologicamente, utilizou-se pesquisa qualitativa, baseada em levantamento bibliogr�fico e estudos sobre o tema. Concluindo, fica estabelecido que os c�njuges t�m deveres, direitos de cumprimento obrigat�rio, o que na falta de um deles d� origem ao div�rcio, na Col�mbia ao contr�rio do Equador que n�o tem esta causa, que se destina a definir se � necess�rio ou n�o. .

Palavras-chave: Causal; C�digo Civil; Lei comparativa; Div�rcio; Casado.

 

Introducci�n

La inclusi�n del divorcio en las legislaciones ha sido un proceso que ha evolucionado a lo largo del tiempo y ha sido influenciado por diversos factores culturales, sociales y legales. Aunque las formas y criterios para obtener un divorcio pueden variar significativamente entre diferentes sistemas legales, hay tendencias generales en la manera en que esta instituci�n se ha incorporado a las legislaciones.

Hist�ricamente, en muchas culturas, el matrimonio se consideraba un v�nculo indisoluble y, por lo tanto, el divorcio no estaba contemplado o era extremadamente limitado. Las normas legales a menudo reflejaban valores morales y religiosos que favorec�an la estabilidad del matrimonio como una instituci�n fundamental. Sin embargo, a medida que las sociedades cambiaron y evolucionaron, tambi�n lo hicieron las percepciones sobre el matrimonio y el divorcio.

Durante los movimientos de reforma y la Ilustraci�n en Europa, la noci�n de libertad individual y derechos humanos gan� prominencia. Esto influy� en la reconsideraci�n de la instituci�n del matrimonio, y se iniciaron debates sobre la posibilidad de disolver legalmente el v�nculo matrimonial. A lo largo de los siglos XIX y XX, varios pa�ses occidentales comenzaron a introducir leyes de divorcio que permit�an a las parejas separarse legalmente bajo ciertas circunstancias, como adulterio, abandono o crueldad conyugal. (Culaciati, 2019)

La secularizaci�n y la separaci�n progresiva entre la iglesia y el estado tambi�n contribuyeron a la introducci�n del divorcio en muchas legislaciones. La idea de que el Estado deb�a tener un papel m�s neutro en asuntos matrimoniales llev� a la creaci�n de procesos legales para la disoluci�n del matrimonio. La legalizaci�n del divorcio en varios pa�ses se consolid� durante el siglo XX, reflejando una mayor aceptaci�n social de la idea de que las parejas ten�an el derecho de poner fin a su matrimonio si as� lo deseaban. (Culaciati, 2019)

En la actualidad, el divorcio est� reconocido en la mayor�a de las legislaciones de todo el mundo, aunque los requisitos y procedimientos espec�ficos pueden variar considerablemente. La inclusi�n del divorcio en las legislaciones modernas refleja una comprensi�n m�s amplia de los derechos individuales, la autonom�a personal y la capacidad de las parejas para tomar decisiones sobre su propia vida y bienestar emocional.

Por ello, este art�culo acad�mico tiene como objetivo principal llevar a cabo un an�lisis comparativo de las legislaciones de Ecuador y Colombia, centr�ndose en la causal de divorcio por grave e injustificado incumplimiento de deberes entre c�nyuges, una condici�n prevalente en el marco legal colombiano. La intenci�n es explorar las diferencias y similitudes en las disposiciones legales de ambos pa�ses respecto a esta causal espec�fica, considerando la relevancia del principio de "affectio maritalis" y evaluando la utilidad y aplicabilidad de dicha causal en el contexto ecuatoriano.

 

Desarrollo

El matrimonio en la legislaci�n ecuatoriana y colombiana

El matrimonio es una instituci�n social y legal que establece una uni�n formal y reconocida entre dos personas con el prop�sito de compartir sus vidas en diversos aspectos, como el emocional, econ�mico y social. A lo largo de la historia y en diferentes culturas, el matrimonio ha adquirido diversos significados y formas, pero generalmente implica un compromiso mutuo entre los c�nyuges.

En muchos casos, el matrimonio se basa en el amor y la afectividad entre las parejas, pero tambi�n puede estar influenciado por factores como la religi�n, las tradiciones culturales, y consideraciones econ�micas y sociales. En algunas sociedades, el matrimonio es visto como un paso importante para la formaci�n de una familia, la procreaci�n y la continuidad de la l�nea familiar.

En Ecuador el matrimonio est� regulado en el C�digo Civil y seg�n su art. 81: �Matrimonio es un contrato solemne por el cual dos personas se unen con el fin de vivir juntos y auxiliarse mutuamente� (H. Congreso Nacional, 2005). Al considerarse un contrato solemne, se subraya la seriedad y el compromiso impl�cito en la uni�n matrimonial. La idea de vivir juntos y auxiliarse mutuamente refleja la esencia de compartir la vida, enfrentar desaf�os juntos y construir un apoyo emocional y pr�ctico en la pareja.

Es importante mencionar que en Ecuador el matrimonio igualitario es permitido gracias a la reciente sentencia N.- 11-18-CN de la Corte Constitucional, la cual marca un hito significativo en el reconocimiento de derechos igualitarios al avalar el matrimonio igualitario en el pa�s (Freire & Harb, 2015). Este fallo no solo representa un avance hacia la igualdad y la inclusi�n, sino tambi�n un reconocimiento de la diversidad y la dignidad de todas las personas, independientemente de su orientaci�n sexual.

En Ecuador, el Registro Civil de Identificaci�n y Cedulaci�n es la entidad p�blica encargada de facilitar la formalizaci�n legal de la uni�n entre dos personas. El Registro Civil no solo act�a como testigo de este compromiso, sino que tambi�n juega un papel esencial en la protecci�n de los derechos legales de las parejas. A trav�s de sus servicios, se asegura de que el matrimonio sea registrado de manera adecuada, otorgando a la uni�n el reconocimiento legal necesario.

Por otro lado, en Colombia el Art. 113 del C�digo Civil establece: �El matrimonio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen con el fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mutuamente� (Congreso Nacional de Colombia, 1873). Esta definici�n refleja una perspectiva tradicional arraigada en muchas sociedades, se resalta la importancia de la uni�n entre g�neros opuestos, asociada hist�ricamente con la formaci�n de familias y la continuidad de la sociedad. El �nfasis en la procreaci�n y el apoyo mutuo destaca las expectativas y roles tradicionales atribuidos a las parejas dentro de este marco.

A pesar de ello, en este pa�s el matrimonio igualitario tambi�n es permitido mediante la sentencia SU-214/16, emitida por la Corte Constitucional de Colombia en el a�o 2016, aqu� se marc� un momento trascendental en la lucha por la igualdad y el reconocimiento de derechos fundamentales. Con esta decisi�n, la Corte Constitucional reconoci� el matrimonio igualitario en Colombia, allanando el camino para que parejas del mismo sexo pudieran formalizar su uni�n de manera plena y legal. (Freire & Harb, 2015).

En Colombia, la responsabilidad de celebrar matrimonios recae en el Notario P�blico, este, como autoridad competente, tiene la funci�n de validar y registrar el contrato matrimonial, asegurando que todos los aspectos legales y formales se lleven a cabo de acuerdo con la normativa vigente. Su participaci�n no solo confiere validez jur�dica al matrimonio, sino que tambi�n garantiza la transparencia y legalidad del procedimiento.

Ahora bien, la importancia del matrimonio radica en su papel fundamental como n�cleo central de la familia, que a su vez constituye un pilar esencial para el desarrollo de la sociedad. La instituci�n matrimonial no solo establece un v�nculo afectivo y legal entre dos personas, sino que tambi�n sienta las bases para la formaci�n de una unidad familiar s�lida. Desde la perspectiva de muchos observadores sociales, la estabilidad del matrimonio se percibe como un elemento clave para mantener una sociedad estable y sostenible. (Falconi, 2002)

En el matrimonio, el prop�sito fundamental de las parejas se centra en brindarse ayuda mutua, cultivar el respeto y proporcionar protecci�n rec�proca, esto no solo lo establece la sociedad, sino tambi�n la ley de ambos pa�ses. No obstante, en la actualidad, muchas uniones matrimoniales enfrentan desaf�os para cumplir con estos principios de afecto y responsabilidad familiar. Es en este contexto surge la relevancia de la figura del divorcio. (Ragel, 1999).

 

El divorcio

Tras la Revoluci�n Francesa, el concepto de matrimonio experiment� una transformaci�n, adquiriendo dos facetas formales: laica y jur�dica, consider�ndose ahora un contrato civil. Este cambio paradigm�tico dio origen a la figura legal del divorcio.� Aunque la iglesia cat�lica mantiene una postura restrictiva respecto al divorcio, salvo en casos de infidelidad o fallecimiento del c�nyuge, la esfera civil y jur�dica ha reconocido la necesidad de permitir la disoluci�n de matrimonios que no logran perdurar. (Garc�a, 2003)

El divorcio es un proceso legal que disuelve el v�nculo matrimonial entre dos personas, poniendo fin a su matrimonio y permiti�ndoles vivir por separado. Involucra la resoluci�n de asuntos legales y financieros, como la distribuci�n de bienes y la custodia de los hijos, y puede ser causado por diversas razones, como diferencias irreconciliables, infidelidad o problemas de comunicaci�n.

Seg�n C�rdenas (2021) El divorcio representa la ruptura de la relaci�n matrimonial, siendo gestionado por un Juez competente en el �mbito judicial y fundamentado por una o ambas partes de manera formal. La palabra "divorcio" deriva de "divortium", con la connotaci�n de alejarse por senderos distintos. Aunque la esencia del matrimonio implica la colaboraci�n, respeto y protecci�n mutua, es com�n encontrarse con situaciones contempor�neas en las que estas premisas no se cumplen. En tales circunstancias, el divorcio se convierte en la separaci�n formal de un esposo y una esposa.

 

Tipos de Divorcio

Mutuo acuerdo

El divorcio de mutuo acuerdo, tambi�n conocido como divorcio amistoso o divorcio consensuado, es un proceso en el cual ambas partes de un matrimonio acuerdan de manera voluntaria y cooperativa poner fin a su uni�n. A diferencia de un divorcio contencioso, donde las partes no est�n de acuerdo en varios aspectos y el tribunal debe intervenir para tomar decisiones, el divorcio de mutuo acuerdo implica que los c�nyuges han llegado a un consenso en temas cruciales como la divisi�n de propiedades, la custodia de los hijos y el mantenimiento econ�mico.

En Ecuador, cuando las partes involucradas en el divorcio est�n de acuerdo en todos los aspectos para poner fin al v�nculo matrimonial, tienen la opci�n de llevar a cabo el proceso ante un notario p�blico. Esto es viable cuando no existen hijos dependientes o cuando se han resuelto de antemano cuestiones como alimentos, r�gimen de visitas y tenencia. En el caso de parejas sin hijos dependientes, el divorcio ante notario puede ser un procedimiento m�s �gil y eficiente. Las partes, al haber llegado a un consenso en todos los puntos, pueden formalizar su acuerdo de manera r�pida y sin necesidad de recurrir a la v�a judicial.

Cuando se trata de parejas con hijos dependientes, incluso cuando ya han arreglado temas como alimentos, r�gimen de visitas y tenencia, pueden recurrir a la v�a judicial o a la mediaci�n. En este sentido, el proceso puede requerir la intervenci�n de un juez o mediador para garantizar que el acuerdo beneficie adecuadamente a los hijos. La mediaci�n, como alternativa, ofrece a las partes la posibilidad de resolver disputas de manera colaborativa y supervisada, asegurando que los intereses de todos sean tomados en cuenta.

De acuerdo con el art�culo 107 del C�digo Civil, el divorcio por mutuo acuerdo se llevar� por procedimiento voluntario, en el que los esposos, expresando su deseo de poner fin a su v�nculo matrimonial, formalizan esta solicitud mediante un escrito. Seg�n la competencia, este tr�mite puede llevarse a cabo en cualquiera de los domicilios de los c�nyuges. Entre la documentaci�n requerida para este proceso, se incluyen elementos fundamentales como el acta de matrimonio, copias de c�dula y papeletas de votaci�n de ambos esposos. (Esther & Pinargote, 2023)

Adem�s, es esencial presentar un acta de mediaci�n si existe un acuerdo entre las partes, o en su defecto, una resoluci�n que testifique sobre aspectos cruciales como la provisi�n de alimentos a los menores, la tenencia y el r�gimen de visitas. Una vez concluidos los tr�mites en la notar�a p�blica, los esposos proceden a registrar estas resoluciones en el Registro Civil. Este paso adicional se realiza con la finalidad de oficializar y documentar de manera adecuada la finalizaci�n del v�nculo matrimonial. Se estima que este proceso completo, desde la presentaci�n del escrito inicial hasta la inscripci�n en el Registro Civil, puede demorar entre 12 a 15 d�as h�biles. (Esther & Pinargote, 2023)

En Colombia, el proceso de divorcio de mutuo acuerdo se lleva a cabo mediante una diligencia ante un notario, respaldado por la redacci�n de una minuta, y se necesita la ayuda de un profesional del derecho, que, en colaboraci�n con las partes involucradas, tiene como objetivo formalizar y legalizar el proceso, llevando la documentaci�n a escrituras p�blicas ante un notario p�blico. La duraci�n de este proceso var�a entre 3 y 30 d�as, dependiendo de la existencia de dependientes. (Naranjo & Tipantasig, 2016)

En el caso de parejas con hijos menores, se realiza un acuerdo integral bajo la supervisi�n de un abogado patrocinador. Este acuerdo debe abordar temas como alimentos, tenencia y custodia. El acuerdo resultante es presentado al notario para su revisi�n y aprobaci�n. Posteriormente, este env�a la documentaci�n al Instituto de Bienestar Familiar para su validaci�n y aprobaci�n. La funci�n del notario p�blico en este proceso es validar la conformidad de las partes y garantizar que se hayan seguido los pasos legales adecuados. (Naranjo & Tipantasig, 2016)

Al optar por este tipo de divorcio, las parejas buscan reducir los conflictos inherentes a la disoluci�n matrimonial, fomentando la colaboraci�n y la resoluci�n pac�fica de diferencias. Con ello no solo se minimiza el impacto emocional negativo en ambas partes, sino que tambi�n se busca proteger el bienestar de los hijos, si los hay. Adem�s, la eficiencia del proceso es destacable, ya que la cooperaci�n entre los c�nyuges facilita la toma de decisiones y agiliza los tr�mites legales, resultando en un proceso m�s r�pido y menos costoso.

 

 

 

Divorcio Contencioso

El divorcio contencioso representa un proceso legal en el cual las partes involucradas no logran llegar a un acuerdo amistoso para poner fin a su matrimonio, lo que lleva a la intervenci�n de los tribunales para resolver disputas y tomar decisiones. Este tipo de divorcio se caracteriza por una mayor confrontaci�n y litigio entre los c�nyuges, y se desarrolla con el ingreso de una demanda a la unidad judicial competente.

El autor Bentham (1959) sostiene que el divorcio contencioso tiene lugar cuando uno de los c�nyuges no desea continuar con su compromiso matrimonial y surge la necesidad de recurrir a procedimientos legales para resolver las disputas y dilemas asociados. El divorcio contencioso tiene una naturaleza de confrontaci�n, donde las partes no pueden llegar a un acuerdo consensuado y optan por la intervenci�n del sistema judicial.

En Ecuador, la figura del divorcio contencioso se manifiesta cuando uno de los c�nyuges presenta este recurso legal para poner fin al v�nculo matrimonial, mientras que la otra parte se opone a dicha solicitud. Este proceso se distingue por una etapa de prueba en la que ambas partes presentan evidencia y argumentos para respaldar sus pretensiones. La competencia para conocer estas causas recae en el Juez de la Unidad Judicial de la Familia.

Este proceso se inicia con la presentaci�n de la demanda en la unidad judicial correspondiente. Este documento legal es sometido a un sorteo para asignar al juez encargado de conocer el caso. Es esencial que la demanda cumpla con todos los requisitos establecidos en el Art�culo 142 del C�digo Org�nico General de Procesos (COGEP), garantizando as� su validez y tramitaci�n. Una vez sorteada la demanda, se procede a notificar a la parte demandada sobre el caso en su contra. La parte demandada tiene la responsabilidad de responder a las alegaciones presentadas por la parte actora, siguiendo las reglas establecidas en los Art�culos 151 y 152 del COGEP. (Esther y Pinargote, 2023)

Seg�n el art. 118 del C�digo Civil �Toda demanda de divorcio de un c�nyuge contra el otro se tramitar� en procedimiento sumario� (H. Congreso Nacional, 2005). El procedimiento sumario implica la realizaci�n de una �nica audiencia que consta de dos fases, durante la primera parte de este procedimiento, se aborda los puntos de debate entre las partes involucradas, y se busca la posibilidad de conciliaci�n. Esta fase, establece las bases para el desarrollo del proceso, permitiendo una evaluaci�n inicial de las �reas de conflicto y la identificaci�n de posibles soluciones. (Burbano, 2024)

La segunda fase, conocida como la evacuaci�n de pruebas, las partes presentan las pruebas pertinentes para respaldar sus argumentos. Los profesionales del derecho, actuando en representaci�n de cada parte, interponen sus alegatos ante el juez. Esta fase se centra en la recopilaci�n y evaluaci�n de la evidencia que sustentar� las decisiones finales del tribunal. Tras la presentaci�n de pruebas y alegatos, el juez, siguiendo el principio de realidad, emite su veredicto de forma oral. (Burbano, 2024)

Mientras tanto, en Colombia, un divorcio contencioso se configura cuando las partes involucradas no han alcanzado un acuerdo mutuo y presentan una demanda ante el Juez de la Familia. En esta instancia judicial, el juez asume la responsabilidad de tomar decisiones, especialmente en casos donde existe la custodia de hijos, la distribuci�n de bienes y la manutenci�n. Este proceso, llevado a cabo en un juzgado, puede extenderse en el tiempo y conllevar costos significativos. Las partes, al no haber llegado a un consenso, tienen la tarea de presentar pruebas para respaldar y fundamentar sus respectivas posiciones. (Diana Marcela, 2021)

La invocaci�n del divorcio contenciosos requiere la existencia de una causal determinada en la C�digo Civil colombiano que permita determinar y sustanciar la demanda de divorcio. En otras palabras, antes de recurrir a este mecanismo jur�dico, es esencial que las partes involucradas identifiquen una raz�n legalmente reconocida que justifique la disoluci�n del matrimonio. Sin una causal de divorcio consolidada, no es posible utilizar este procedimiento. (Diana Marcela, 2021)

Una vez que se ha establecido la causal de divorcio, el siguiente paso es reunir los documentos pertinentes que respalden y sustenten la demanda legal. Estos documentos son fundamentales para dar inicio al procedimiento de divorcio por juzgado y contribuir�n a la validaci�n de los argumentos presentados ante la autoridad competente. Entre los documentos esenciales que deben ser recopilados se encuentran el acta de matrimonio, que certifica la uni�n legal de las partes, as� como el registro de los hijos, en caso de existir descendencia de la pareja. (Mogoll�n, 2019)

La figura legal del divorcio juega un papel fundamental en la sociedad al proporcionar un mecanismo formal para la disoluci�n de un matrimonio. Su importancia se manifiesta en diversos aspectos clave. En primer lugar, otorga a las personas la libertad de poner fin a una uni�n matrimonial que ya no es sostenible, permiti�ndoles tomar decisiones fundamentales sobre su vida y bienestar, contribuyendo as� a su autonom�a y libertad personal.

Adem�s, el divorcio brinda una v�a legal para resolver conflictos irreconciliables entre c�nyuges, evitando prolongados enfrentamientos y promoviendo una transici�n m�s armoniosa. Asimismo, garantiza la protecci�n de los derechos individuales al reconocer y establecer legalmente responsabilidades como la divisi�n equitativa de bienes, la pensi�n alimenticia y la custodia de los hijos.

 

El divorcio en la legislaci�n ecuatoriana y colombiana

La historia del divorcio en Ecuador ha sido un proceso gradual que ha experimentado diversas modificaciones a lo largo del tiempo. Aproximadamente en el a�o 1895, cuando el C�digo Civil ya ten�a medio siglo de vigencia, se introdujo el contrato matrimonial como un contrato de car�cter civil. Hasta ese momento, la �nica forma de matrimonio reconocida era el sacramento cat�lico, sin implicaciones legales de naturaleza civil. En el a�o 1902, se estableci� el divorcio en el pa�s, pero inicialmente, este solo se permit�a por la causa de adulterio de la mujer. Posteriormente, en 1904, se ampliaron las causas que pod�an dar lugar al divorcio, siendo estas tres: el adulterio de la mujer, el concubinato del marido y el atentado de uno de los c�nyuges contra la vida del otro. (C�rdenas, 2021)

Un avance significativo ocurri� en 1910, cuando se introdujo la posibilidad del divorcio por mutuo consentimiento. Esta modalidad reconoci� la importancia de la voluntad conjunta de los c�nyuges para poner fin al matrimonio, marcando un cambio en la percepci�n y regulaci�n del divorcio. Posteriormente, en 1958, se aprob� la "Separaci�n conyugal judicialmente autorizada", que podr�a considerarse una especie de divorcio o separaci�n de cuerpos. Esta medida brind� a las parejas una alternativa legal para formalizar la terminaci�n de su v�nculo matrimonial, aunque no fuera una disoluci�n completa. (C�rdenas, 2021)

Por otro lado, aunque el divorcio fue consagrado en el C�digo Civil colombiano desde 1887, su implementaci�n pr�ctica se retras� considerablemente, y no fue hasta diciembre de 1992 que realmente comenz� a existir de manera generalizada en el pa�s. Antes de la promulgaci�n de la Ley 25 en 1992, los colombianos no eran tratados de manera igualitaria ante la ley en lo que respecta al divorcio. Exist�a una distinci�n entre aquellos considerados "divorciables" y los "no divorciables". La posibilidad de acceder al divorcio estaba reservada principalmente para quienes se hab�an casado por lo civil, constituyendo una minor�a, mientras que la gran mayor�a de los colombianos contra�an matrimonio bajo el rito cat�lico. (Gonzalbo, 2006)

Para aquellos que se hab�an casado por la v�a civil, la opci�n de divorcio estaba disponible, aunque de manera limitada. Sin embargo, para quienes hab�an optado por el matrimonio cat�lico, el divorcio era inaccesible, lo que generaba una disparidad significativa en t�rminos de derechos y libertades matrimoniales. La promulgaci�n de la Ley 25 en diciembre de 1992 marc� un cambio trascendental en esta din�mica. Esta legislaci�n elimin� las restricciones que imped�an el acceso al divorcio para aquellos que hab�an contra�do matrimonio por el rito cat�lico. A partir de entonces, los colombianos, independientemente de la forma en que se hubieran casado, pudieron solicitar el divorcio, democratizando el acceso a esta instituci�n legal y otorgando igualdad de derechos ante la ley a todos los ciudadanos en materia matrimonial. (Gonzalbo, 2006)

 

Causales de divorcio en la legislaci�n ecuatoriana

Las causales de divorcio son las razones espec�ficas y legalmente reconocidas que permiten a una pareja solicitar la disoluci�n de su matrimonio. Estas causales, que var�an seg�n las leyes y regulaciones de cada jurisdicci�n, reflejan la imposibilidad de mantener la uni�n conyugal (Uribe, 2023). Seg�n el art. 110 del c�digo Civil son causas de divorcio:

�         El adulterio de uno de los c�nyuges.

�         Los tratos crueles o violencia contra la mujer o miembros del n�cleo familiar.

�         El estado habitual de falta de armon�a de las dos voluntades en la vida matrimonial.

�         Las amenazas graves de un c�nyuge contra la vida del otro.

�         La tentativa de uno de los c�nyuges contra la vida del otro.

�         Los actos ejecutados por uno de los c�nyuges con el fin de involucrar al otro o a los hijos en actividades il�citas.

�         La condena ejecutoriada a pena privativa de la libertad mayor a diez a�os.

�         El que uno de los c�nyuges sea ebrio consuetudinario o toxic�mano.

�         El abandono injustificado de cualquiera de los c�nyuges por m�s de seis meses ininterrumpidos. (H. Congreso Nacional, 2005)

Al reconocer la diversidad de factores que pueden afectar la convivencia matrimonial, el C�digo Civil ecuatoriano busca establecer una base s�lida para la toma de decisiones judiciales justas y equitativas en situaciones de divorcio. Al considerar aspectos como el adulterio, la violencia dom�stica, la falta de armon�a habitual, las amenazas graves y otras circunstancias, se demuestra su compromiso con salvaguardar el bienestar y la seguridad de las partes involucradas en el matrimonio.

La inclusi�n de causas relacionadas con la seguridad f�sica y emocional de los c�nyuges y su entorno familiar subraya la importancia de proteger los derechos fundamentales y promover un ambiente saludable. Adem�s, al abordar circunstancias como la condena a pena privativa de libertad, la ebriedad consuetudinaria o el abandono injustificado, se reconoce la necesidad de establecer l�mites claros y salvaguardar los intereses de quienes puedan resultar m�s vulnerables.

 

Causales de divorcio en la legislaci�n colombiana

Las causales de divorcio radican en que proporcionan los fundamentos legales necesarios para que una pareja pueda solicitar y obtener el divorcio. Estas causales sirven como base jur�dica para el fin de un matrimonio y establecen las circunstancias en las cuales un tribunal puede aceptar la petici�n de divorcio. (P�rez & Trivi�o, 2023). Estas causales est�n determinadas en el art. 154 del C�digo Civil colombiano y son las siguientes:

�         Las situaciones amorosas de uno de los c�nyuges, con excepci�n que all� sido perdonado o consentido por el c�nyuge demandante.

�         Injustificable el incumplimiento con los deberes del hogar por parte de uno de los c�nyuges como esposos, padres.

�         Los maltratos crueles e inhumanos que atenten contra la integridad del esposo o esposa, de sus hijos teniendo un hogar sin paz.

�         El estado de alcoholismo por parte de uno de los c�nyuges de forma consecutiva.

�         El uso habitual de sustancias alucin�genas o estupefacientes, a excepci�n bajo responsabilidad m�dica.

�         Enfermedades graves que ponga en riesgo la vida de uno de los c�nyuges su salud f�sica, moral impidiendo la convivencia matrimonial.

�         Toda conducta de uno de los esposos que lleve corromper y pervertir a sus hijos o personas bajo su responsabilidad en la misma casa.

�         La separaci�n de cuerpos que all� sido por un lapso superior a los dos a�os.

�         Consentimiento de los esposos mencionando ante el juzgador competente, emitiendo una resoluci�n o sentencia que termine el v�nculo matrimonial. (Congreso Nacional de Colombia, 1873)

En primer lugar, se aborda la infidelidad, destacando que, aunque esta pueda haber ocurrido, el perd�n o consentimiento del c�nyuge demandante puede ser un factor determinante para no proceder con la separaci�n. Adem�s, se enfatiza la importancia de cumplir con los deberes del hogar como esposos y padres, subrayando que el incumplimiento injustificado de estas responsabilidades puede ser motivo de divorcio. Los maltratos crueles e inhumanos, que afecten la integridad f�sica y emocional de los miembros del hogar, se presentan como otra causa v�lida para la disoluci�n del matrimonio.

Finalmente, se reconoce la posibilidad de disolver el matrimonio mediante el consentimiento mutuo de los esposos, siempre y cuando sea presentado ante el juez competente y se emita una resoluci�n o sentencia que formalice la terminaci�n del v�nculo matrimonial. Estas causales reflejan la complejidad de las relaciones matrimoniales y buscan proporcionar un marco legal que permita abordar diversos problemas que puedan surgir en el matrimonio.

 

El incumplimiento de deberes del hogar como causal de divorcio

Esta causal se refiere a la falta de cumplimiento de responsabilidades y obligaciones que uno de los c�nyuges tiene hacia el hogar y la familia. Estos deberes suelen incluir tareas dom�sticas, cuidado de hijos, apoyo emocional y contribuci�n al bienestar general del hogar. En muchos casos, la falta de cumplimiento de estas responsabilidades puede generar conflictos y tensiones en la relaci�n matrimonial. Las expectativas y roles tradicionales asignados a cada c�nyuge pueden variar culturalmente, pero en general, se espera que ambos contribuyan de manera equitativa al funcionamiento y mantenimiento del hogar.

Las posibles razones del incumplimiento de deberes del hogar pueden ser diversas. Factores como la carga laboral, estr�s, problemas de salud o diferencias de opini�n sobre los roles en el hogar pueden contribuir a esta situaci�n. Sin embargo, cuando esta falta de compromiso afecta significativamente la estabilidad y felicidad del matrimonio, algunos pa�ses como Colombia permiten que sea considerada como una causa v�lida para iniciar un proceso de divorcio. (Gonzalbo, 2006)

 

Principios en los que se encuentra basada esta causal

Principio de Reciprocidad

La reciprocidad, como principio, implica la ayuda mutua entre individuos en un entorno determinado, reflejando la noci�n de que, as� como arriba es abajo, y viceversa, este principio encierra una verdad intr�nseca que permea los distintos aspectos de la vida. Es aplicable en diversos planos y se vincula a menudo con conceptos como el derecho natural, la moral y la conciencia, convirti�ndose as� en una ley universal que rige las interacciones humanas.

En la vida matrimonial, el principio de reciprocidad se vuelve vital para la din�mica de la relaci�n. La capacidad de comprender y responder a las necesidades y expectativas de la pareja se traduce en un apoyo mutuo esencial. Cuando este apoyo no es rec�proco, y las cargas no son distribuidas equitativamente, puede surgir el cansancio y desequilibrio en la relaci�n. La correspondencia en dar y recibir se convierte en un pilar fundamental para la armon�a conyugal. (Mogoll�n, 2019)

La reciprocidad implica no solo dar, sino tambi�n recibir, y la existencia de inter�s por ambas partes es importante. En ausencia de esta reciprocidad, la parte que da todo puede experimentar dificultades al enfocarse en el bienestar del hogar. La din�mica de la reciprocidad tambi�n aborda la noci�n de que las cosas cambian y evolucionan con el tiempo. La aceptaci�n de responsabilidades en estos escenarios de cambio se convierte en un elemento primordial. Adem�s, la reciprocidad, al aceptar conscientemente factores que podr�an afectar la situaci�n del hogar, debe estar alineada con el bien com�n y el bienestar general de la unidad familiar.

 

Principio de corresponsabilidad parental

La corresponsabilidad parental constituye la responsabilidad compartida que ambos progenitores asumen con respecto a sus hijos, ya sea en el contexto de una familia unida o cuando los padres viven separados. Implica un compromiso conjunto en el desarrollo, crianza y cuidado de los hijos, siendo la alimentaci�n un punto clave en este proceso. Los padres se coordinan con el prop�sito de priorizar el tiempo destinado a sus hijos, sin importar las circunstancias, ya sea que est�n en vida matrimonial, vivan separados, sean madres o padres solteros, o no tengan pareja. La presencia de un hijo establece un v�nculo inquebrantable y la responsabilidad parental persiste, siendo la labor de proveer y cuidar de los hijos un elemento esencial para su sostenibilidad.

El desempe�o laboral, aunque fundamental para el sustento de los hijos, no exime a ninguno de los padres de su responsabilidad parental. Bajo cualquier circunstancia, la responsabilidad recae sobre los padres, independientemente de la din�mica familiar, y la organizaci�n se convierte en un objetivo primordial para brindar tranquilidad, estabilidad y felicidad a los hijos (Acu�a San Mart�n, 2013). Este principio refleja el compromiso continuo de los padres con el bienestar integral de sus hijos, siendo la coordinaci�n y colaboraci�n esenciales para garantizar un entorno familiar armonioso y equitativo.

 

Igualdad de responsabilidades del hogar

La responsabilidad, entendida no solo como ayuda sino como asunci�n activa de roles en el hogar, se convierte en un componente central en la formaci�n de los hijos. En la actualidad, persisten ciertos patrones arraigados, como la concepci�n machista que asigna roles predeterminados, donde la mujer se vincula al �mbito dom�stico y el hombre asume el rol proveedor. Esta din�mica, com�n en familias colombianas y ecuatorianas, refleja estereotipos arraigados que a�n persisten y que es necesario desafiar para avanzar hacia din�micas familiares m�s equitativas (Blanco, 2006). La reflexi�n sobre estos patrones permite abrir espacios para una crianza m�s inclusiva y para la construcci�n de una sociedad que fomente la igualdad de g�nero desde el hogar.

Inviolabilidad a los derechos fundamentales dentro del hogar.

Este concepto defiende la idea de que, a pesar de que el hogar se considera un �mbito privado, no debe convertirse en un refugio para la violaci�n de derechos fundamentales. Este principio est� �ntimamente ligado a la protecci�n de la privacidad y autonom�a personal. Seg�n D�vila (2021) �Los individuos deben tener la libertad de tomar decisiones dentro de su hogar sin interferencias indebidas del Estado o terceros�. Asimismo, se destaca la importancia de prevenir y abordar la violencia dom�stica como uno de los desaf�os m�s importantes para la inviolabilidad de los derechos fundamentales en el hogar. La sociedad y el sistema legal deben proporcionar medidas efectivas para garantizar la protecci�n de los derechos b�sicos de los miembros de la familia.

Forma de reparaci�n disoluci�n del v�nculo matrimonial e indemnizaci�n.

La reparaci�n ante violaciones de derechos fundamentales en el matrimonio puede adoptar la forma de disoluci�n del v�nculo matrimonial y la opci�n de indemnizaci�n. La disoluci�n del matrimonio provee a las partes afectadas la liberaci�n de entornos perjudiciales, particularmente en casos de violencia o vulneraci�n de derechos. Esto no solo protege la integridad y seguridad de los individuos, sino que tambi�n les ofrece la posibilidad de iniciar una nueva etapa en un ambiente m�s saludable.

Complementariamente, la indemnizaci�n surge como un recurso crucial para aquellos que han experimentado da�os f�sicos, psicol�gicos o patrimoniales debido a la violaci�n de sus derechos conyugales. Este enfoque busca reconocer y compensar las injusticias sufridas, proporcionando a las v�ctimas los medios para recuperarse y reconstruir sus vidas tras la disoluci�n del matrimonio. La combinaci�n de la disoluci�n con la opci�n de indemnizaci�n no solo busca reparar agravios, sino tambi�n transmitir un claro mensaje de que la sociedad y el sistema legal no tolerar�n la violaci�n de derechos fundamentales en el �mbito matrimonial (D�vila, 2021).

 

Punto de Discusi�n

La comparaci�n entre las legislaciones de divorcio en Colombia y Ecuador revela diferencias notables en la evoluci�n hist�rica y en las causales contempladas para la disoluci�n del matrimonio. Un aspecto significativo que destaca es la presencia en la legislaci�n colombiana de la causal de "incumplimiento de deberes del hogar", la cual no est� presente en la legislaci�n ecuatoriana. Esta divergencia plantea una interesante discusi�n sobre la pertinencia de incluir o no est� causal en la legislaci�n de Ecuador, as� como los posibles beneficios que podr�a aportar.

En Colombia, la causal de incumplimiento de deberes del hogar se centra en la falta de cumplimiento de responsabilidades y obligaciones hacia el hogar y la familia por parte de uno de los c�nyuges. Este aspecto puede incluir tareas dom�sticas, cuidado de hijos, apoyo emocional y contribuci�n al bienestar general del hogar. La legislaci�n colombiana reconoce que esta falta de compromiso puede generar tensiones y conflictos en la relaci�n matrimonial, permitiendo que sea considerada como una causa v�lida para iniciar un proceso de divorcio.

En contraste, la legislaci�n ecuatoriana no incluye esta causal espec�fica. Sin embargo, Ecuador aborda diversas causales, como el adulterio, la violencia dom�stica, la falta de armon�a habitual, entre otras, reflejando una preocupaci�n por la seguridad f�sica y emocional de los c�nyuges y su entorno familiar. La pregunta clave en esta discusi�n ser�a si ser�a adecuado implementar la causal de incumplimiento de deberes del hogar en la legislaci�n ecuatoriana y qu� beneficios podr�a aportar.

En favor de la inclusi�n de esta causal, se podr�a argumentar que el incumplimiento de deberes del hogar es una realidad que puede afectar negativamente la convivencia matrimonial y, por ende, la estabilidad familiar. La incorporaci�n de esta causal podr�a proporcionar una v�a legal para aquellas parejas que enfrentan desequilibrios significativos en la distribuci�n de responsabilidades y obligaciones en el hogar, permitiendo la disoluci�n del matrimonio cuando esta situaci�n afecta la armon�a y bienestar de la familia.

Por otro lado, algunos podr�an argumentar que la inclusi�n de esta causal podr�a resultar en una interpretaci�n subjetiva y podr�a prestarse a abusos, ya que definir qu� constituye un incumplimiento significativo de deberes del hogar puede ser subjetivo. Adem�s, se podr�a argumentar que ya existen causales como la falta de armon�a habitual que podr�an abordar situaciones similares sin necesidad de una causal espec�fica.

 

Conclusiones

Las diferencias en la legislaci�n matrimonial entre Colombia y Ecuador reflejan tanto perspectivas tradicionales arraigadas en sus respectivas culturas como adaptaciones legales hacia la igualdad y la diversidad. Mientras que ambos pa�ses reconocen el matrimonio como un contrato solemne, con compromisos de convivencia y auxilio mutuo, divergen en sus enfoques hacia el matrimonio igualitario. Ecuador, con la sentencia N.- 11-18-CN, ha avanzado hacia una mayor inclusi�n al permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, destacando un compromiso con la diversidad y la igualdad. En contraste, Colombia, con la sentencia SU-214/16, tambi�n ha reconocido el matrimonio igualitario, pero sus definiciones legales reflejan perspectivas tradicionales arraigadas.

Al comparar las leyes de divorcio en Colombia y Ecuador, resalta la diferencia clave de la causal de "incumplimiento de deberes del hogar", presente en la legislaci�n colombiana y ausente en la ecuatoriana. Esta disparidad plantea un debate sobre la posibilidad de incluir esta causal en la legislaci�n de Ecuador. A favor se argumenta que podr�a abordar desequilibrios en las responsabilidades del hogar, contribuyendo a la estabilidad familiar. Sin embargo, existen preocupaciones sobre interpretaciones subjetivas y posibles abusos. Se destaca que causales existentes, como la falta de armon�a habitual, podr�an abordar situaciones similares sin una causal espec�fica.

 

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