Factores personales asociados a la decisin de incurrir o no en el microtrfico de drogas en las calles en Ecuador
Personal factors associated with the decision of whether or not to engage in micro-drug trafficking on the streets in Ecuador
Fatores pessoais associados deciso de participar ou no do microtrfico de drogas nas ruas do Equador
Correspondencia: andres.villegaspi@ug.edu.ec
Ciencias Sociales y Polticas
Artculo de Investigacin
* Recibido: 30 de noviembre de 2023 *Aceptado: 18 de diciembre de 2023 * Publicado: 19 de enero de 2024
I. Especialista en Ciencias Penales y Criminolgicas, Magster en Ciencias Penales y Criminolgicas, Doctor dentro del Programa de Doctorado en Estado de Derecho y Gobernanza Global, Licenciado en Ciencias Sociales y Polticas, Abogados de los Tribunales y Juzgados de la Repblica, Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador.
Resumen
Abordamos la cuestin por qu algunas personas deciden incurrir en el microtrfico de drogas? a partir del anlisis econmico del comportamiento criminal, desde cuyo enfoque nos planteamos la hiptesis de que, dada la desigual distribucin de los beneficios y los costos entre los miembros de las organizaciones de traficantes, quienes incurren en microtrfico -o trfico de drogas ilcitas al menudeo en las calles- en Ecuador tienen incentivos distintos a los de los otros partcipes en el trfico de drogas. Contrastamos la hiptesis utilizando una base de datos de 507 observaciones de personas detenidas por trfico de drogas en el territorio ecuatoriano entre los aos 2003 y 2018, recabando sus datos personales. Una vez tabulados los datos realizamos una regresin logstica binaria (logit) tomando como variable dependiente la decisin de cometer o no el delito de microtrfico de drogas, y como variables independientes los rasgos personales. Posteriormente, exponemos las variables independientes (rasgos personales) que estadsticamente estn asociadas a la decisin de incurrir en microtrfico de drogas, as como la razn de probabilidad.
Palabras Clave: Microtrficos; Drogas; Ecuador; Distribucin; Territorio.
Abstract
We address the question: why do some people decide to engage in micro-drug trafficking? based on the economic analysis of criminal behavior, from which approach we hypothesize that, given the unequal distribution of benefits and costs among the members of trafficking organizations, those who engage in microtrafficking -or illicit drug trafficking at retail on the streets - in Ecuador they have different incentives than other participants in drug trafficking. We contrast the hypothesis using a database of 507 observations of people arrested for drug trafficking in Ecuador between 2003 and 2018, collecting their personal data. Once the data were tabulated, we performed a binary logistic regression (logit) taking the decision of whether or not to commit the crime of micro-drug trafficking as the dependent variable, and personal traits as independent variables. Subsequently, we expose the independent variables (personal traits) that are statistically associated with the decision to engage in micro-drug trafficking, as well as the probability ratio.
Keywords: Microtrafficking; Drugs; Ecuador; Distribution; Territory.
Resumo
Abordamos a questo: porque algumas pessoas decidem se envolver no microtrfico de drogas? com base na anlise econmica do comportamento criminoso, cuja abordagem levantamos a hiptese de que, dada a distribuio desigual de benefcios e custos entre os membros das organizaes de trfico, aqueles que se envolvem no microtrfico - ou no trfico ilcito de drogas no varejo nas ruas - no Equador eles tm incentivos diferentes dos de outros participantes do trfico de drogas. Comparamos a hiptese utilizando um banco de dados de 507 observaes de pessoas presas por trfico de drogas no Equador entre 2003 e 2018, coletando seus dados pessoais. Uma vez tabulados os dados, foi realizada uma regresso logstica binria (logit) tomando a deciso de cometer ou no o crime de microtrfico de drogas como varivel dependente, e os traos pessoais como variveis independentes. Posteriormente, expomos as variveis independentes (caractersticas pessoais) que esto estatisticamente associadas deciso de envolvimento no microtrfico de drogas, bem como a razo de probabilidade.
Palavras-chave: Microtrfico; Drogas; Equador; Distribuio; Territrio.
Introduccin
Si bien el Ecuador ha llamado la atencin de la comunidad internacional por ser una de las principales plataformas de envo de clorhidrato de cocana haca los pases consumidores1, el expendio de drogas en las calles al menudeo -o microtrfico- dentro del territorio ecuatoriano por parte de organizaciones de microtrficantes tambin es alarmante. Dos indicadores que nos dan razn de la intensa actividad de las organizaciones de microtrfico son, por una parte, las incautaciones de droga que estaba destinada para el consumo interno (cuadro 1), y, por otra parte, el nmero de personas arrestadas por expendio de drogas en las calles (cuadro 2).
En esta investigacin el objeto de estudio son los factores personales asociados con la decisin de incurrir en el microtrfico. Para ello empezamos describiendo la estructura de las organizaciones de microtrfico y la distribucin de los beneficios y de los riesgos entre sus miembros. A continuacin, se describe como premisa terica para explicar por qu las personas toman la decisin racional de convertirse en microtraficantes, el modelo econmico del crimen desarrollado por Gary Becker (1968), segn el cual las personas deciden delinquir no porque no compartan con las otras personas la bsqueda de la utilidad, sino porque sus costos y beneficios son diferentes.
Luego, tomando en cuenta las premisas fcticas y terica descritas anteriormente, formulamos la hiptesis y llevamos a cabo la contrastacin emprica de la misma. La hiptesis que nos planteamos contrastar es que, dada la desigual distribucin de los beneficios y los costos entre los miembros de las organizaciones de traficantes, quienes incurren en el microtrfico de drogas en Ecuador tienen unos incentivos diferentes al del resto de individuos involucrados en el trfico de drogas. La consecuencia de esta hiptesis, de ser cierta, es que la decisin de incurrir en el microtrfico de drogas podra estar asociada con ciertos rasgos especficos que diferiran de los rasgos de los dems traficantes. Estos rasgos estaran derivados de la circunstancia de que los traficantes pequeos perciben la menor parte de los beneficios y asumen la mayor parte de los riesgos, por lo que, es esperable que tengan ingresos y condiciones de vida precarios, que incurran tambin en otros delitos con fines pecuniarios (delitos contra la propiedad, por ejemplo), que tengan mayor tendencia a correr riesgos elevados como en el caso de los delincuentes ms jvenes, que presenten problemas de adiccin a las drogas, entre otros rasgos. Siguiendo el leguaje popperiano, exponemos los falsadores potenciales que permitiran refutar la hiptesis que nos hemos planteado. As, refutaramos la hiptesis si la contrastacin emprica nos indicara que los microtraficantes y los dems partcipes en el trfico de drogas tienen unos mismos incentivos y que, por lo tanto, no tendran rasgos diferentes entre s.
Para llevar a cabo la contratacin de la hiptesis utilizamos una base de datos de 507 observaciones de personas que incurrieron en el delito de trfico de drogas y que fueron detenidas en el territorio ecuatoriano entre los aos 2003 y 2018, recabando datos de los traficantes como la edad, la condicin laboral del sujeto, nivel educativo, las condiciones de la vivienda y la condicin de consumidor de drogas, entre otros. Todos estos datos fueron tomados de los expedientes de las investigaciones procesales penales de la Fiscala General del Ecuador, especficamente de la Fiscala de la provincia del Guayas. Una vez tabulados los datos realizamos una regresin logstica binaria (logit) tomando como variable dependiente la decisin de cometer o no el delito de microtrfico de drogas, y como variables independientes cada uno de los rasgos personales de los traficantes que componen la muestra. Posteriormente, exponemos los resultados obtenidos, incluyendo una exposicin de las variables independientes (rasgos personales) que estadsticamente estn asociadas a la decisin de incurrir en el microtrfico de drogas (al 1%, al 5% y al 10%), as como la razn de probabilidad (odds ratio) de las mismas.
En la parte final de esta investigacin exponemos las conclusiones derivadas de los resultados de la regresin logstica, y que permiten colegir cmo algunas de las caractersticas personales de los individuos dedicados al microtrfico de drogas no deben ser ignoradas por la poltica criminal ecuatoriana, pues podran ser utilizadas para desincentivar dicho comportamiento ilcito por estar asociadas (tenue o fuertemente) a la decisin de incurrir en esa modalidad delictiva. Por ltimo, se exponen las limitaciones de este trabajo y de sus resultados, que podran ser mejorados y ampliados por estudios futuros.
Figura1: Incautaciones de droga en territorio ecuatoriano en toneladas (en toneladas mtricas)
Ao |
Microtrfico |
Trfico internacional |
Total incautado |
Droga estimada que logr enviarse |
2001 |
3,3 |
12, 2 |
15,5 |
28,5 |
2002 |
2,2 |
11, 2 |
13,4 |
26,1 |
2003 |
2,9 |
6,8 |
9,8 |
15,9 |
2004 |
0,9 |
4,7 |
5,6 |
11 |
2005 |
0,7 |
41 |
41,8 |
95,7 |
2006 |
1,2 |
3,4 |
35,5 |
7,9 |
2007 |
1 |
25,3 |
26,3 |
59 |
2008 |
2,1 |
28,2 |
30,3 |
65,8 |
2009 |
2,9 |
65 |
68 |
151,7 |
2010 |
3 |
15 |
18,1 |
35 |
2011 |
6 |
20 |
26 |
46,7 |
2012 |
8 |
34,9 |
42,9 |
81,4 |
2013 |
12,4 |
45 |
57,4 |
105 |
2014 |
9,3 |
52,1 |
61,6 |
121,6 |
2015 |
16 |
63 |
79,2 |
147 |
2016 |
13,9 |
96 |
110,4 |
224 |
Fuentes: Para el 2001, Ecuador inmediato. Informacin publicada en el sitio web http://www.ecuadorinmediato.com. Para el 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008 y 2009, nota oficial del Ministerio del Interior del Ecuador, publicada en el sitio web http://www.ministeriointerior.gob.ec/informe-de-drogas-onu-2013-ecuador-continua- con-buenos-resultados/. Para el 2010, 2011, 2012, 2013 y 2014, Informe de la Direccin Nacional de Antinarcticos del Ecuador del ao 2015, disponible en el sitio web http://www.citamericas.org. Para el 2015 y 2016, notas oficiales del Ministerio del Interior del Ecuador, publicadas en su sitio web oficial. Disponible en http://www.ministeriointerior.gob.ec. ltima consulta: 12 de diciembre del 2018. Unidades: toneladas mtricas. |
Figura 2: Detenidos por delitos relacionados con las drogas ilcitas en el Ecuador, perodo 1996-2016
Ao |
Posesin ilcita (microtrfico) |
Trfico internacional |
Total |
1996 |
1.175* |
845 |
2.020 |
1997 |
1.420* |
967 |
2.387 |
1998 |
1.452* |
1.941 |
3.393 |
1999 |
1.431* |
975 |
2.406 |
2005 |
2.235 |
1.304 |
3.539 |
2007 |
2.633 |
854 |
3.487 |
2012 |
4.178 (+670) |
483 |
5.331 |
2013 |
4.804 (+1008) |
535 |
6.404 |
2014 |
5.843 |
1.929 |
7.772 |
2015 |
|
|
8.591 |
2016 |
|
|
11.300 |
Fuentes: Ministerio del Interior del Ecuador. Proyecto de Seguridad Ciudadana, Solidaridad Ciudadana, 2015. Cifras del Ministerio del Interior del Ecuador citadas en la nota de Business Alliance for Secure Commerce (BASC), disponible en: http://basc-guayaquil.org/ecuador- cierra-el-ano-con-cerca-de-60-toneladas-de-droga-decomisadas/. *Los datos entre 1996 y 1999 fueron obtenidos de la Direccin Nacional Antinarcticos de la Polica Nacional del Ecuador, citados en el Informe de seguridad ciudadana y violencia1990-1999, elaborado por FLACSO- Sede Ecuador (pg. 106). Dado que estas cifras tambin incluan a las personas consumidoras, no hemos considerado esa cifra, sino nicamente a los casos registrados como posesin ilcita y trfico. |
Resultados y discusin
La distribucin de los beneficios y los riesgos dentro de las organizaciones de microtrfico de droga
La desarticulacin de los grandes carteles de Cali y Medelln mediante la neutralizacin de sus cabezas no signific en absoluto el fin del trfico internacional de cocana, sino que desnud una realidad del mercado ilcito de la cocana y otros alcaloides: que no era tan cierto que estos mercados eran enteramente monoplicos dominados por grandes carteles con estructura jerrquica, sino que se trataba tambin de mercados movidos por redes de grupos criminales (UNODC, 2007:171). Estas redes de grupos de criminales consisten en grupos ms pequeos y ms flexibles que los tradicionales carteles, que se encargan de llevar a cabo determinadas tareas o cumplen roles especficos dentro del engranaje de todo el proceso de produccin de las drogas ilcitas (UNODC, 2007:171).
Segn Raffo y Segura, en su estudio de los carteles de Cali y de Medelln, estas organizaciones de traficantes estaban compuestas de dos bases: una base de produccin, distribucin y comercializacin, y una base de proteccin y corrupcin (Raffo y Segura, 2015: 184). Otras perspectivas consideran que el ciclo de negocios de las organizaciones narcodelictivas se cierra con las fases de lavado de activos y de reinversin de las ganancias (Meja y Rico, 2010). En cada una de estas fases intervienen organizaciones ms pequeas que colaboran con los grandes carteles, y que compiten en mercados con caractersticas propias. Sin embargo, la relacin entre las organizaciones colaboradoras y los carteles de trfico internacional de alcaloides no siempre es de subordinacin de los primeros para con los segundos, sino que pudiera estar sustentada en una especie de acuerdo de colaboracin mediante el cual la organizacin colaboradora mantiene una jerarqua interna propia.
Esta relacin contractual y no de subordinacin entre grandes carteles y organizaciones colaboradoras en la cadena productiva de los alcaloides ilegales tambin es visible en el caso de los carteles mexicanos. Segn refiere Jones, el cartel mexicano del Golfo que tena su sede en Matamoros (Tamaulipas) -desarticulado en el ao 2018-, tena como su brazo armado al grupo denominado los Zetas, formado principalmente por hombres con formacin militar o policial, los cuales posteriormente tambin se convirtieron en un cartel del narcotrfico (Jones, 2018:21). Este acuerdo de prestacin de servicios especializados entre los carteles y los grupos criminales ms pequeos -que luego suelen crecer y confrontar a los carteles- tambin se aprecia de los estudios realizados a la estructura del cartel mexicano de Sinaloa. Segn Gil Olmos, el cartel de Sinaloa -denominado tambin cartel del Pacfico- bajo el liderazgo absoluto de Joaqun el Chapo Guzmn desde el ao 1995 hasta su ltima captura acaecida en el ao 2016, a partir del ao 2007 tambin contaba con su propio brazo armado, la organizacin denominada los mata Zetas, que inicialmente se ocup de perseguir y matar a los miembros del grupo narco delictivo los Zetas con quienes el cartel de Sinaloa disputaba territorios (como Veracruz) para llevar a cabo el trfico de drogas (Gil Olmos, 2011).
De lo anterior, lo relevante de esta aproximacin a la estructura de los carteles, para los fines de este estudio, es que la relacin entre los carteles y los grupos menores pareciese estar sustentada sobre una especie de acuerdo de prestacin de servicios puntuales (como la seguridad y la comercializacin), ms que por una subordinacin total del grupo delictivo menor a la jerarqua del cartel. Estos acuerdos de negocios tambin suelen sustentar las relaciones entre estos carteles y las organizaciones dedicadas al microtrfico de drogas, en donde, como se expone a continuacin, stas ltimas conservan una jerarqua independiente.
Si bien los grupos de microtrfico dependen de los carteles que les proveen del alcaloide que expenden, estos grupos menores conservan una estructura jerarquizada propia. As, segn Vekantesh, la relacin de los Black Kings -una organizacin dedicada al expendio de droga al por menor o microtrfico, extorsin, juego, prostitucin y otros delitos, en Chicago- con los traficantes mayoristas era ms una relacin de comercio entre un proveedor y un distribuidor, que entre un jefe y un subordinado. Los Black Kings tenan su propia jerarqua independiente de los traficantes mayoristas, aunque pareca una rplica en miniatura de un cartel, pues su estructura jerrquica tena todo lo que se puede esperar de los grandes grupos narcotraficantes. En este sentido, la estructura contemplaba lderes senior que se ubicaban en la cspide de la pirmide de la jerarqua, consiglieres o asesores, lderes emergentes o intermedios -que esperaban ser lderes senior algn da- encargados de administrar los territorios dominados por los Black Kings en Chicago, los soldados de infantera, y otros colaboradores. Los niveles ms altos de la jerarqua no eran simples ttulos nominales, pues entre ms alta era la posicin de un criminal dentro de los Black Kings las ganancias percibidas por la venta de drogas eran mayores (Venkatesh, 2008: cap. 8). Y, por otra parte, en los niveles ms bajos de la jerarqua, donde se encontraban los vendedores de alcaloide al menudeo en las calles -casi siempre los ms jvenes-, las ganancias eran precarias y los riesgos de salir heridos o resultar arrestados eran mayores (Venkatesh, 2008). As, segn Levitt y Dubner, refirindose a la distribucin de ingresos en la misma banda de los Black Kings, mientras el jefe de la banda perciba 8.500 USD -dlares de los Estados Unidos de Norteamrica- mensuales, a razn de 66 USD la hora; los traficantes de la calle perciban 3,30 USD la hora. Y, por otra parte, en lo que respecta a los riesgos, los traficantes que se dedicaban al expendio en las calles estaban expuestos a una probabilidad de 1 a 4 de ser asesinados en un periodo (Levitt y Dubner, 2006).
El modelo econmico del crimen aplicado al trfico de drogas para consumo interno
Segn Becker (1968:9) las personas se convierten en criminales, no porque sus fines difieran de los de las otras personas, sino porque sus beneficios y costos son diferentes, y los criminales, como todos los individuos, son maximizadores racionales de la utilidad esperada. Partiendo de esta premisa Becker construye la siguiente funcin que explica la relacin entre el nmero de delitos que comete un sujeto con su probabilidad de condena, con el castigo que se le impondr en caso de ser condenado y con otras variables, como pueden ser la renta proveniente de otras actividades (legales o ilegales) o su predisposicin a cometer un acto ilegal:
Oj = Oj (bj, pj, fj, uj) (Becker, 1968:10)
Donde Oj es el nmero de delitos que el sujeto cometera durante un perodo de tiempo, bj es el beneficio potencial que espera obtener con la comisin del delito, pj es la probabilidad de condena por cada delito, fj es la condena prevista y uj una variable abarcadora que representa el resto de influencias.
Si bien, por una parte, el beneficio potencial esperado por el traficante de drogas es fundamentalmente pecuniario, por otra parte, el rubro de los costos del delito est compuesto por la probabilidad de ser condenado, la severidad de la pena prevista en la ley para el trfico de drogas, el costo de oportunidad, el riesgo de ser lastimado o asesinado por los traficantes de la competencia, entre otros. A partir de la idea seminal de Becker, de que las decisiones delictivas son el producto de una ponderacin racional de los beneficios y de los costos del delito, en bsqueda de la utilidad, sera posible colegir que el potencial traficante de drogas dar el paso haca la ejecucin del delito siempre y cuando los beneficios pecuniarios esperados por la comisin de delito superen a los costos en que incurrira al cometerlo.
As, dada la desigual distribucin de los ingresos y de los riesgos entre los miembros de las organizaciones de traficantes de droga, los beneficios esperados (o incentivos) y los costos en que incurren al delinquir suelen ser diferentes, y hasta opuestos. Por ello, lo esperable es que de los factores asociados a la decisin de delinquir del distribuidor de drogas de la calle sea diferente del resto de individuos que intervienen en el trfico de drogas, y, adems, tambin es lgico esperar que estos factores se expresen en unos patrones de conducta relacionados con la precariedad de los ingresos y con lo riesgoso de dicha modalidad delictiva.
Estudios sobre patrones de conducta asociados a la decisin de delinquir
La cuestin de si las condiciones precarias de ciertos sectores poblacionales y los bajos ingresos estn asociados a la criminalidad se ha abordado desde hace algn tiempo y desde distintos enfoques. Uno de estos enfoques es el enfoque ecolgico del delito, surgido en el seno de la Escuela Sociolgica de Chicago, que aglutina un cmulo de teoras que consideran a la ciudad como un hbitat en el cual los grupos de personas tal como las diversas especies en un entorno natural, se desenvuelven en ciertos mbitos como la competencia, el conflicto, la adaptacin y la asimilacin (Park y Burgess, 1921), e intentan explicar la influencia del medio en que viven los individuos y la criminalidad. Si bien los estudios que se adscriben al enfoque ecolgico coinciden en la idea medular de que el entorno influye en la conducta de los individuos, se distinguen unos de otros por las caractersticas del hbitat (regin, ciudad, sector, vecindario, entre otros) cuya influencia en la criminalidad tuvieron por objetivo analizar, como el desorden social, nivel socioeconmico, la cultura, la densidad poblacional o la diversidad tnica, por citar unos ejemplos. En esta misma lnea de pensamiento, aparecieron estudios que se enfocaron en analizar la influencia de los vecindarios en el comportamiento delictivo, considerando caractersticas vecinales como el nivel socioeconmico, rasgos culturales, la infraestructura fsica de las casas, entre otras. Anderson (1999) asegura que en las reas urbanas caracterizadas por condiciones de vida precaria existe un cdigo de la calle que admite la comisin de ciertos delitos como la violencia y el trfico de drogas. La violencia se admite como instrumento para ganarse el respeto de la comunidad y el trfico de drogas se justificara como medio de subsistencia y como respuesta a la escasez de oportunidades de empleo y la quebrantada economa en general.
Por otra parte, algunos estudios tambin han determinado cierta asociacin entre una renta baja o el desempleo y ciertas modalidades delictivas, en sentido positivo. As, Uggen y Thompson (2003), utilizando los datos del The National Supported Work llevado a cabo entre 1975 y 1978 en nueve ciudades de los Estados Unidos (Atlanta, Chicago, Hartford, Jersey City, Newark, Nueva York, Oakland, Filadelfia y San Francisco) e involucrando a 2.268 delincuentes, 1.394 adictos a las drogas y 1.241 jvenes en estado de abandono, determinaron que el desempleo es un factor predictor con efecto positivo de las ganancias por la comisin de delitos. En este sentido, por cada aumento de un punto porcentual en la tasa de desempleo aumentan 25 USD los ingresos ilegales (valor p<0,01); y, adems, determinaron que el trabajo lcito es un predictor con efecto negativo de los ingresos ilegales. Por cada aumento de 1 USD en los ingresos lcitos disminuye 0,07 USD de los ingresos ilegales (valor p<0,01). En esta lnea, segn Wilkins y Sweetsur (2008:75), en su estudio realizado a personas detenidas en Nueva Zelanda en el perodo 2005-2007, estar desempleado o ser beneficiario de prestaciones por enfermedad y tener un bajo nivel educativo eran variables demogrficas que guardaban una relacin con la alta prevalencia de la participacin en el trfico de drogas durante el perodo de los ltimos 30 das. Adems, la escasez de ingresos por el desempleo se agrava ms cuando a las necesidades bsicas para vivir se suma la necesidad de consumir drogas, empujando con ms fuerza al individuo a recurrir al trfico de drogas como medio para obtener ingresos, tal como lo exponen los estudios que se mencionan ms adelante.
Adems, dado que los traficantes de drogas en las calles perciben la menor parte de los beneficios es lgico colegir que una de sus prioridades es contar con una diversidad de fuentes de ingresos ilcitos para compensar esa desigual reparticin de ingresos. Los estudios de Landesco (1929) y de Venkatesh (2008), el primero enfocado en describir la estructura de las clsicas mafias talo-americanas del decenio de 1920 y el segundo enfocado en describir la estructura de las organizaciones de microtraficantes de finales del decenio de 1980 e inicios del decenio de 1990. En ambos casos, uno de los factores comunes entre la organizacin clsica y grande descrita por Landesco, as como la organizacin ms contempornea y pequea descrita por Venkatesh, es que se trata de grupos criminales que se dedican a cometer una variedad considerable de delitos, cuyo rasgo comn era el fin de lucro. Esa multiplicidad de ingresos ilcitos se refleja en la comisin de ms de una modalidad delictiva con un fin pecuniario, como los delitos contra la propiedad. Por otro lado, este abanico de delitos se hace ms amplio cuando para cometer los delitos contra la propiedad los delincuentes incurren en delitos medios. Entre estos delitos resulta muy relevante el delito de porte ilegal de armas de fuego, que suele ser el delito medio de delitos contra la propiedad ejecutados con violencia o amenaza (robo con violencia o amenazas, robo con resultado de lesiones, robo con resultado de muerte, secuestros extorsivos, etc.). En este sentido, en Venkatesh y Levitt (2000) se determina que el pluriempleo es una prctica muy frecuente de la delincuencia y segn Morselli y Royer (2008) los delincuentes que mayores ganancias obtuvieron en un periodo de tres aos fueron lo que tenan una mayor movilidad laboral.
Adicionalmente, dado que el delincuente, al violar el ordenamiento jurdico sancionador muestra un comportamiento compatible con la preferencia por el riesgo, creemos razonable esperar que algunos de los rasgos indicativos de tal temeridad estn asociados al microtrfico, sobre todo tomando en cuenta que, dentro de la modalidad delictiva del trfico de drogas, el microtraficante es el eslabn que est ms expuesto al castigo del Estado y al castigo de los traficantes de la competencia. Algunos de los rasgos que consideramos indicativos de las conductas temerarias son la adiccin al consumo de las drogas, la juventud, la multiplicidad de detenciones y las relaciones maritales sin que medie vnculo matrimonial. Para el profesor Bustos (2005:86) la toxicomana es una condicin muy apreciada por los traficantes, pues el adicto resulta ser un distribuidor de alcaloides barato. Segn Bustos, el toxicmano es un individuo que tiene muy poco que perder tanto en trminos de oportunidades laborales en el mercado lcito, como en trminos de represin penal pues la toxicomana suele considerarse como eximente o atenuante por la comisin del delito de trfico de drogas. Todas estas condiciones hacen que el traficante prefiera reclutar a toxicmanos para distribuir los alcaloides pagando la cantidad mnima necesaria. Algunos estudios compatibles con las afirmaciones del profesor Bustos han determinado que no solo existe asociacin entre ser consumidor y ser expendedor de drogas, sino que la condicin de ser consumidor suele emplearse como coartada para evadir las sanciones. En esta lnea, Toufik et al. (2007:66-72) en su estudio del mercado del cannabis francs, destacaron que el traficante de la calle tiende a mimetizarse como consumidor de cannabis y procura as ser etiquetado, y cuida de no ser reconocido como traficante, a fin de asegurar la impunidad de su comportamiento.
Por otra parte, varios estudios parecen insinuar que la misma adiccin empuja al toxicmano a agenciarse los ingresos necesarios en el mercado ilcito donde tiene ms posibilidades laborales. En este sentido, Uggen y Thompson (2003), en el estudio citado en lneas precedentes, estimaron que existe una asociacin estadsticamente significativa entre el consumo de drogas y la obtencin de ingresos producto del cometimiento de delitos. As, llegaron a determinar que el consumo de cocana o herona aumentaba los ingresos ilegales en 625 USD en el mes siguiente (valor p<0,01). Wilkins y Sweetsur (2011), en su estudio que incluy a un grupo de detenidos (2.125 personas) por abuso en el consumo de drogas en diversas regiones de Nueva Zelanda (Whangarei, Henderson, Hamilton y Dunedin), exponen, entre otros resultados, que existe una correlacin positiva entre gastar dinero en consumir drogas (metanfetaminas/anfetaminas, cannabis, xtasis MDMA- y opioides) en los 30 das anteriores y cometer delitos contra la propiedad (valor p<0,0001) y trfico de drogas (valor p<0,0001). En este sentido, exponen que los detenidos que haban gastado dinero en el consumo de metanfetaminas/anfetaminas en los 30 das anteriores tenan aproximadamente 3 veces ms probabilidades de incurrir en delitos contra la propiedad que quienes no haban gastado dinero en consumir dicha sustancia (OR=2,99, valor p<0,0001), y tenan aproximadamente 6 veces ms probabilidades de incurrir en trfico de drogas que quienes no haban gastado dinero en consumir dicha droga (OR=5,88, valor p<0,0001). Por otra parte, quienes haban gastado dinero en el consumo de cannabis en los ltimos 30 das tenan 2 veces ms probabilidades de cometer delitos contra la propiedad que quienes no haban gastado dinero en consumir dicha sustancia (OR=2,49, valor p<0,0001), y tenan casi 2 veces ms probabilidades de incurrir en trfico de drogas que quienes no haban gastado dinero en consumir esa droga (OR=1,98, valor p<0,0001). Adems, en varios estudios se ha encontrado asociacin entre el uso crnico de herona y cocana e incurrir en delitos contra la propiedad (Anglin y Speckart, 1988; Fagan, 1994; Goode, 1997; Needle y Mills, 1994; Nurco et al., 1988).
Adems, dado que, como qued expuesto en las lneas precedentes, es esperable que el delincuente acte con preferencia por el riesgo, y que el trfico de drogas en las calles es una modalidad delictiva de alto riesgo, y que la juventud podra ser un indicativo de temeridad, es de nuestro especial inters analizar si existe asociacin entre ser joven o viejo e incurrir en el microtrfico. La lgica nos lleva a suponer que la tendencia a incurrir en el microtrfico va decayendo cuando el delincuente va envejeciendo, sin embargo, ello ser confirmado o descartado en el acpite siguiente. En esta lnea, hay estudios que han encontrado una asociacin entre la edad del delincuente y la tendencia a delinquir. Segn De Haan y Vos (2003), cuando los ladrones callejeros envejecen empiezan a pensar con ms cuidado y quieren ganar ms, y cuando los robos producen muy poco en relacin a los riesgos que conllevan, encuentran una razn para detenerse o para cometer otros delitos. Esta premisa podra reforzarse con las conclusiones de Kandel et al. (1995), que sugieren que es probable que los usuarios jvenes de drogas recreativas acepten trabajos que ofrezcan altos salarios iniciales, pero con poco potencial para el crecimiento salarial, siendo difcil determinar si este patrn se explica por tratarse de personas con preferencias de alto riesgo, que usan drogas, o que tienen trabajos potencialmente peligrosos pero remunerativos. En el estudio de Wilkins y Sweetsur ya citado se identific que tener menos de 25 aos era un factor predictor del cometimiento del trfico de drogas, en sentido positivo. Los individuos que tenan menos de 25 aos tenan casi 2 veces ms probabilidad de incurrir en el trfico de drogas en los ltimos 30 das, que los individuos mayores de 25 aos (OR=1,85, valor p=0,0003) (Wilkins y Sweetsur, ob. cit.: 793).
Por ltimo, siendo el delincuente un individuo que acta con preferencia por el riesgo, y dado que consideramos que la actitud arriesgada podra manifestarse de distintas maneras, creemos que podran ser indicativos de esta actitud la multiplicidad de detenciones y la falta de compromisos conyugales o la informalidad de stos (falta de vnculo matrimonial). Por una parte, las mltiples detenciones de un delincuente pueden ser interpretadas de diversas formas por los investigadores. Por un extremo, podran mostrarnos la eficacia de los cuerpos policiales en la deteccin de los delitos, y por otro extremo, podran mostrarnos la torpeza o negligencia del delincuente. Pese a las diversas lecturas que pudieran hacerse de la multiplicidad de detenciones de un delincuente, lo cierto es que nos podra estar comunicando la experiencia no necesariamente la virtuosidad criminal- en el mundo del crimen, y tambin la temeridad. As, en el estudio de Uggen y Thompson (2003), se interpreta a la multiplicidad de arrestos como un indicador de la experiencia criminal. Por otra parte, respecto a la asociacin entre los compromisos conyugales y la delincuencia, en Sampson y Laub (1990), se estim que el vnculo matrimonial (en personas de entre 25 y 32 aos) era un predictor del nmero de arrestos por la comisin de delito, y con efecto negativo (valor p <0,05). En esta lnea, en el estudio de Uggen y Thompson citado anteriormente, entre otros resultados, se expone que la convivencia con un cnyuge o pareja reduce las ganancias ilegales en ms de 150,66 USD por mes (valor p<0,01).
Definicin de las variables, contrastacin de la hiptesis, resultados y discusin
El modelo de regresin logstica binaria (logit)
Para contrastar la hiptesis de que existen unos rasgos que aumentan la probabilidad de incurrir en el microtrfico de drogas aplicamos un modelo de regresin logstica binaria (logit).
La variable dependiente es ser arrestado por microtrfico de drogas, y las variables independientes son la condicin de drogodependiente, la condicin de reincidente, la marginalidad urbana del domicilio, tener entre 25 y 40 aos y ser mayor a 40 aos, tener vnculo matrimonial, convivir en unin marital libre y registrar detenciones anteriores por delito de robo y porte ilegal de armas de fuego. Todas las variables independientes son categricas y solo pueden tomar valores de 1 para representar que s se cumple la condicin, y 0 para expresar que no se cumple la condicin.
Las siguientes variables independientes se utilizan con la nocin que se explica a continuacin:
La variable drogodependiente o consumidor declarado describe la condicin de quienes fueron declarados como consumidores/adictos mediante resolucin judicial.
La variable reincidente describe la condicin de aquellos que presentaban una o ms detenciones anteriores por delitos relacionados con drogas. Por lo tanto, la nocin con la que se emplea la expresin reincidencia en esta tesis, es distinta a la nocin jurdico penal2, pues no se ha verificado si por las detenciones anteriores los individuos fueron declarados culpables mediante sentencia condenatoria ejecutoriada.
La variable marginalidad urbana encierra dos conceptos que suelen describir realidades ms o menos anlogas en la ciudad de Guayaquil. Estos conceptos son los de zonas urbano marginales y asentamientos irregulares. Una de las caractersticas relevantes de la ciudad de Guayaquil es la segregacin urbana, es decir, la divisin de la ciudad en una zona central y barrios residenciales, y las zonas perifricas o urbano marginales (Rojas y Villavicencio, 1988). Las zonas urbano marginales estn ubicadas principalmente en la periferia de Guayaquil y se caracterizan por no contar con los servicios urbanos bsicos, conformar medios ecolgicos inadecuados, por estar habitados por personas de medianos y bajos ingresos, y, adems, por la ausencia de atencin y control municipal. Por otra parte, los asentamientos irregulares son poblaciones asentadas en la periferia de la ciudad en condiciones de precariedad, con acceso restringido a servicios bsicos domiciliarios y en reas ambientalmente riesgosas. Adems, se trata de poblaciones con problemas en cuanto a la tenencia legal de la tierra o que carecen de ttulo de propiedad. Por ello, para catalogar a un individuo de nuestro estudio como residente de un domicilio urbano marginal hemos tomado como base los 44 sectores de la ciudad de Guayaquil detallados como asentamientos irregulares en el artculo 1 de la Ley de Legalizacin de la Tenencia de Tierras a favor de los moradores y posesionarios de predios que se encuentran dentro de la circunscripcin territorial de los cantones Guayaquil, Samborondn y El Triunfo o Ley 2007-88. En consecuencia, quienes, en el momento de ser detenidos por microtrfico flagrante, sealaban como sitio de su domicilio alguno de estos sectores, eran catalogados como residentes de domicilios urbano marginales. Por otra parte, por denotar condiciones de vida precaria tambin se catalogaron como residentes de domicilios urbano marginales a los individuos que sealaban que no tenan hogar o que residan en los siguientes sectores tradicionalmente conocidos como zonas populares: Cooperativas de viviendas, Cristo del Consuelo, Isla Trinitaria, parroquia Chongn, parroquia Pascuales, Trinipuerto, Guasmos o Suroeste de Guayaquil, Suburbio de Guayaquil y Mapasingue (los tres ltimos sectores aparecen citados como sitios urbano marginales en el Informe Agenda Zonal Zona 8- Guayaquil. Guayaquil, Samborondn y Durn, 2013-2017 elaborado por la Secretara Nacional de Planificacin y Desarrollo del Ecuador, y no aparecen citados en la Ley 2007-88)5. Al contrario, quienes vivan en otras zonas, inclusive los que vivan en zonas no ubicadas dentro de la ciudad de Guayaquil, sino en zonas colindantes como los cantones Durn, Daule, Milagro, o inclusive, y en pocos casos, fuera de la provincia del Guayas, han sido catalogados como no residentes en domicilios urbano marginales.
La variable estar casado describe la condicin de los individuos que tienen vnculo matrimonial con otra persona. Especficamente nos referimos al matrimonio civil, es decir, al que se contrae ante autoridades civiles.
La variable unin libre describe la situacin del individuo que, teniendo una pareja, no tiene un vnculo matrimonial.
La variable tener detenciones anteriores por delitos contra la propiedad y por porte ilegal de armas de fuego, describe la condicin del individuo que presenta una o ms detenciones anteriores por cualquiera de los delitos contra la propiedad descritos desde el art. 185 al art. 210 del Cdigo Orgnico Integral Penal -COIP- (incluye los delitos de extorsin, estafa, abuso de confianza, robo, hurto, etc.), as como una o ms detenciones anteriores por el delito de porte ilegal de arma de fuego descrito en el artculo 360 del COIP.
La formulacin matemtica del modelo logit que utilizaremos para nuestro anlisis puede expresarse como:
Siendo b0, bibn los coeficientes del modelo, y xi xn las variables predictoras que corresponden a las caractersticas del individuo detenido que se muestran en el cuadro de descriptivos estadsticos (cuadro 3). Los coeficientes b0, bibn estimados por el mtodo de mxima verosimilitud descritos en el cuadro 4 permiten analizar la influencia de las variables independientes sobre la probabilidad de que un individuo incurra en un delito de microtrfico de drogas.
Fuentes y descriptivos estadsticos
Para contrastar empricamente las hiptesis enunciadas hemos tomado una muestra de 507 individuos que constan registrados en la Fiscala General del Estado del Ecuador y en el Sistema de Consulta de Causas de la Funcin Judicial del Ecuador, por haber sido detenidos en delito flagrante relacionado al trfico de drogas, entre los aos 2003 y 2018, en la provincia del Guayas, Ecuador. El 92,7% de las detenciones se produjeron en Guayaquil (470), mientras el 7,3% en otras ciudades o en el mar territorial ecuatoriano (37). Slo hemos tomado para nuestro estudio los casos concluidos, ningn dato corresponde a investigaciones abiertas o en desarrollo.
Los datos con los cuales hemos trabajado han sido tomados de dos fuentes: el parte de detencin y el Sistema de Consulta de Causas de la Funcin Judicial. El parte de detencin es el documento mediante el cual el polica o grupo de policas que realizaron la detencin del traficante o grupo de traficantes describe en qu circunstancias y porqu motivos realiz la referida detencin. De este documento hemos tomado los siguientes datos: la fecha de la detencin, los motivos de la detencin y las condiciones personales del traficante como la edad, sexo, estado civil y lugar de domicilio. Consideramos que, con las reservas que se mencionan ms adelante, el parte de detencin contiene informacin til para contrastar nuestra hiptesis, por los siguientes motivos: a) es un documento que se redacta dentro de las 24 horas de la detencin; b) lo elabora el principal testigo del hecho ilcito, el agente aprehensor; y c) contiene la firma de responsabilidad de quien lo elabora, quien adems regularmente suele ser convocado ante las autoridades judiciales a corroborar su contenido.
El Sistema de Consulta de Causas de la Funcin Judicial, por su parte, es una plataforma online que permite consultar todo el desarrollo de los procesos judiciales en el Ecuador. Su acceso es pblico, con la salvedad de aquellos procesos que por mandato de la ley tienen el carcter de reservados. De esta plataforma hemos tomado los datos relacionados a la comisin de delitos anteriores relacionados al trfico de droga, delitos contra la propiedad y porte ilegal de armas de fuego, as como la declaratoria judicial de la condicin de drogodependiente.
Sin embargo, junto a las bondades de nuestras fuentes es necesario advertir sus limitaciones. Por una parte, los datos oficiales generalmente suelen esconder las cifras negras, es decir, aquella criminalidad no registrada o distorsionada por diversos motivos. Segn Skogan (1997), estas cifras negras tienen entre sus causas ms importantes la no denuncia por parte de las vctimas. A partir de la encuesta de victimizacin llevada a cabo en 1973 en EE. UU., en donde estableci un total de 34 millones de incidentes delictivos (entre violaciones, robos de automviles, robos de bienes distintos a automviles, asaltos y hurtos) lleg a estimar que solo un 28% de los incidentes fueron denunciados, y que el nmero ms bajo de delitos reportados fueron los delitos menos graves, como el hurto, pues slo el 18% de estos delitos fueron denunciados (Skogan, 1997:45, 49). Por otra parte, la fiabilidad de los datos oficiales depende en gran medida de las autoridades que generan esos datos, por ejemplo, policas, fiscales y jueces. Tal como se seala en Prez y Benito (2013:15) las bajas tasas de procedimientos judiciales relacionados con el crimen organizado pueden deberse a la corrupcin policial y a la interferencia poltica en el procesamiento y la condena. As, por ejemplo, los datos del Sistema de Consulta de Causas sobre la declaratoria judicial de la condicin de drogodependiente pudiera no reflejar la realidad y, al contrario, pudiera encubrir a un verdadero traficante de drogas al por menor.
Los valores medios de las variables se describen en el cuadro 3.
Figura 3: Descriptivos estadsticos
Variable |
Valor medio |
Valor medio si es traficante interior |
Valor medio si no es traficante interior |
Microtrfico |
0.757 |
- |
- |
Delincuente anterior (drogas) |
0.162 |
0.204 |
0.033 |
Consumidor declarado |
0.190 |
0.222 |
0.091 |
Domicilio urbano marginal |
0.620 |
0.661 |
0.488 |
Edad |
32.4 |
32.3 |
32.7 |
Sexo masculino |
0.868 |
0.852 |
0.919 |
Casado |
0.159 |
0.186 |
0.069 |
Unin libre |
0.130 |
0.146 |
0.078 |
Detenciones previas (propiedad/armas) |
0.118 |
0.133 |
0.073 |
Detencin posterior a 2008 |
0.662 |
0.721 |
0.480 |
N = 507 |
La aplicacin del modelo logit al conjunto de datos produce los resultados del Cuadro 4.
Figura 4: Resultados de la regresin logstica
Microtrfico |
Coeficiente |
Sig. |
Odds Ratio |
P>|z| |
Delincuente anterior (drogas) |
2,347396 |
*** |
10,4583 |
0,005 |
Consumidor declarado |
1,032605 |
*** |
2,808373 |
0,007 |
Domicilio urbano marginal |
,5551291 |
** |
1,742,166 |
0,047 |
Edad entre 25 y 40 |
-,1812456 |
|
,8342305 |
0,545 |
Edad mayor de 40 |
-,6475222 |
* |
,5233409 |
0,071 |
Sexo masculino |
-,4677335 |
|
,6264205 |
0,253 |
Casado |
-,2327378 |
|
,7923613 |
0,715 |
Unin libre |
1,048657 |
** |
2,853814 |
0,016 |
Detenciones previas (propiedad/armas) |
,7714887 |
* |
2,162984 |
0,089 |
Detencin posterior a 2008 |
,8914175 |
*** |
2,438584 |
0,001 |
Constante |
,4424192 |
|
1,556468 |
0,361 |
* indica significancia estadstica al 10 % ** indica significancia estadstica al 5 % *** indica significancia estadstica al 1 % N = 425. Prob > chi2 = 0.0000. Pseudo R2 = 0.1365 |
La interpretacin de los resultados del Cuadro 4 permite inferir las siguientes deducciones:
1. No se observa una asociacin significativa entre tener una edad entre 25 y 40 aos, y la decisin de incurrir en el microtrfico de drogas (valor p=0.545). Adems, los resultados llevan a descartar la variable ser mayor de 40 aos (>40 aos) como explicativa de la decisin de incurrir en el delito de trfico de drogas en las calles (OR= 0.52, valor p=0.071), pues los lmites inferior y superior del intervalo de confianza (.2593999, 1.055844, respectivamente) expresan que es un factor de proteccin y un factor de riesgo la vez.
Si bien en los estudios de Haan y Vos (2003) se corrobor que a una mayor edad iban disminuyendo las probabilidades de incurrir en el delito de robo, al parecer esas mismas inferencias no seran aplicables para la modalidad delictiva del microtrfico, pues segn nuestros resultados no hay evidencia para sustentar que la edad sea un factor que aumente o disminuya la probabilidad de incurrir en la modalidad delictiva antedicha, por lo menos, en los rangos incluidos en nuestro anlisis (entre 25 y 40 aos, y mayores de 40 aos).
2. No se observa una asociacin estadsticamente significativa entre la variable ser de sexo masculino y la decisin de cometer microtrfico (valor p=0.253), por lo que, no obtuvimos evidencia suficiente para aseverar que el microtrfico de drogas sea un delito cometido principalmente por hombres.
3. No existe asociacin significativa entre estar casado y la decisin de incurrir en el microtrfico (valor p=0.715). En este punto, nuestros resultados, en trminos generales, no guardan correspondencia con los resultados de las investigaciones que han determinado que el vnculo matrimonial es un predictor, en sentido negativo, de la comisin de delitos (Sampson y Laub, 1990 y Uggen y Thompson, 2003). Sin embargo, en trminos particulares, nuestros resultados no nos permitiran refutar los de Sampon y Laud, dado que en el trabajo de Sampson y Laud el vnculo matrimonial era predictor en sentido negativo, entre individuos entre 25 y 32, y en esta tesis no hemos realizado este anlisis etario. Por otra parte, la relacin de pareja expresada en la condicin de estar unido libremente, sin la formalidad del matrimonio, s est asociada (con significancia estadstica al 5%) a la decisin de cometer el delito de microtrfico de drogas. Quienes tienen una pareja en unin libre presentan casi 3 veces ms posibilidad de incurrir en microtrfico de drogas que quienes no tienen una relacin de pareja de este tipo (OR=2.8, valor p=<0.016). Esto es compatible con la hiptesis de que existen unos factores que aumentan la probabilidad de que una persona decida incurrir en el trfico de drogas al menudeo en las calles. Esto, inclusive, es esperable si se acepta, como lo expusimos en lneas anteriores, que la informalidad de las relaciones de pareja podra ser una manifestacin de la actitud temeraria de esta clase de delincuentes. Por otra parte, la fiabilidad de los resultados radica en que los individuos que comunicaron estar en unin libre no tenan motivos para mentir, pues la condicin de estar en unin libre ningn beneficio judicial les reporta, inclusive si tuvieren que mentir lo esperable es que escondan la unin libre y digan que s tienen vnculo matrimonial, pues con ello acreditaran algn tipo de arraigo social (compromisos en el Ecuador), que le permitira al juez considerar que la privacin de libertad es innecesaria, pues existe menos peligro de fuga en comparacin a quienes no tienen esa clase de compromisos.
4. S se aprecia una asociacin, y adems fuerte (con significancia estadstica al 1%), entre haber delinquido anteriormente en trfico de drogas y la decisin de incurrir en microtrfico de drogas. Quienes registran experiencia previa en delitos de trfico de drogas presentan diez veces ms probabilidad de incurrir en microtrfico de drogas que quienes no registran experiencia (OR=10.4, valor p=0.005). Esto es conciliable con la hiptesis de que existen unos factores que aumentan la probabilidad de que una persona decida incurrir en el trfico de drogas al menudeo, y con la idea de que el microtraficante suele actuar con actitud de preferencia ante el riesgo, si se acepta que la multiplicidad de arrestos es una manifestacin de este componente del modelo econmico del crimen.
5. Tambin se aprecia una asociacin, y tambin fuerte (con significancia estadstica al 1%), entre la condicin de ser consumidor de drogas y la decisin de incurrir en el delito de trfico de drogas al menudeo en las calles. Aquellos individuos que padecen de adiccin al consumo de drogas presentan casi tres veces ms probabilidades de incurrir en dicha clase de delitos que quienes no padecen de adiccin (OR= 2.8, valor p=0.007). Este resultado no sorprende si se toma en cuenta que el adicto al consumo a las drogas, como lo expone el profesor Bustos (2005) es un individuo que por sus desventajas laborales y sus ventajas penales, tiene poco que perder si decide incursionar en el microtrfico; por ello, nuestros resultados son compatibles con los resultados de Toufik et al. (2007), Uggen y Thompson (2003) y Wilkins y Sweetsur (2011), que determinaron que la condicin de ser un consumidor de drogas es un predictor, con efecto positivo, del cometimiento de delitos.
6. La condicin de vivir en las zonas marginales urbanas parece estar asociada (con significancia al 5%) con la decisin de incurrir en el trfico de drogas para consumo interno. Este resultado guarda armona con la hiptesis de que existen unos factores que potencian la probabilidad de cometer trfico de drogas al menudeo para consumo interno. En este caso, los resultados nos indican que los individuos que viven en las zonas urbano marginales presentan casi 2 veces ms probabilidad de incurrir en trfico de drogas al interior que quienes no viven en dichas zonas (OR=1.74, valor p=0.047). Estos resultados son compatibles con todos los estudios que han determinado que las situaciones domiciliarias de los sectores ms deprimidos potencian la criminalidad, desde las teoras ecolgicas surgidas en el seno de la escuela sociolgica de Chicago (Park y Burgess, 1921), las teoras de la desorganizacin social (Shaw y Mckay, 1942), la teora de las ventanas rotas (Wilson y Kelling, 1982) y la teora del cdigo de la calle (Anderson, 1999). Tambin guarda armona con estudios ms contemporneos como el de Pamplona y Marmitt (2010), que determin que la ocurrencia de homicidios est asociada a las deficiencias en la infraestructura urbana, y el estudio de De Oliveira y Rodrigues (2013), que determin que el desorden social del vecindario aumenta en un 2,06% la probabilidad de ser vctima de delitos locales.
7. El cometimiento de delitos contra la propiedad y porte ilegal de armas de fuego estn asociados (con significancia estadstica al 10%) a la comisin del delito de microtrfico de drogas. Quienes incurren en delitos contra la propiedad y porte ilegal de armas de fuego presentan dos veces ms probabilidad de cometer microtrfico de drogas que quienes no incurrieron en esos delitos (OR=2.1, valor p =0.089). Esto es compatible con la hiptesis de que existen factores que favorecen la incursin de las personas en el microtrfico de drogas, y de otro lado, tambin es compatible con la premisa terica de que los microtraficantes no se dedican exclusivamente a una modalidad delictiva, sino a un sinnmero de delitos que tienen como rasgo comn el fin de lucro.
Conclusin
Dentro de las mltiples aristas que conforman la problemtica de la oferta de drogas ilcitas que, como ha sido expuesto en este trabajo, es llevada a cabo por organizaciones delictivas grandes y pequeas, transnacionales y locales, nos decantamos por el estudio del comportamiento de los expendedores de drogas al menudeo en la ciudad de Guayaquil, pues las cifras nos mostraban que la cantidad de arrestados por microtrfico de un ao era superada por el nmero de arrestos del ao siguiente, como si existiera una cantera inagotable de microtraficantes dispuestos a ocupar el espacio dejado por sus colegas que ya estaban privados de la libertad. Ello nos llev a plantearnos la interrogante de por qu las personas deciden involucrarse en la venta de drogas al por menor.
Con fundamento en el modelo econmico del delito, nos planteamos como respuesta hipottica a la cuestin antedicha que existen unos factores que potencian la probabilidad de incurrir en el microtrfico de drogas.
Para contrastar empricamente esta hiptesis construimos una base de datos de 507 personas que fueron arrestadas por haber incurrido en trfico de drogas. Las detenciones se produjeron por trfico internacional o microtrfico flagrante. Ms del 90% de las detenciones se produjeron en la ciudad de Guayaquil, entre los aos 2003 y 2018. Con estos datos aplicamos una regresin logstica binaria, donde la variable dependiente era el arresto por microtrfico de drogas como indicativo de la decisin de incurrir en dicha modalidad delictiva. Las variables independientes eran las condiciones personales que los mismos arrestados le informaban al polica que elaboraba el parte de detencin.
A partir de los resultados obtenidos, arribamos a las siguientes conclusiones:
1. Primero, regresando al pensamiento de Becker, los coeficientes y los signos obtenidos sobre la asociacin entre la influencia de la condicin de residir en un domicilio urbano marginal y la condicin de ser un consumidor de drogas, y la decisin de incurrir en el microtrfico, es un indicativo de que el costo de oportunidad de este delito sigue siendo inferior al beneficio esperado por cometerlo; es decir, en palabras del profesor Bustos, es poco lo que tiene que perder quien se dedica al microtrfico, sobre todo si se trata de una persona pobre y consumidora de drogas. Esto significa que la postura del Estado enfocada principalmente en reprimir penalmente a los microtraficantes sigue siendo insuficiente para desincentivar esta modalidad delictiva, y tambin lleva a reflexionar que una poltica criminal que pretenda afrontar seriamente el problema del microtrfico debe considerar, cuanto menos, intervenir en los sectores urbano marginales para que dejen de serlo e intervenir en los programas de recuperacin de drogodependientes. La idea detrs de esto, regresando a Becker, es elevar el costo de oportunidad, es decir, crear unas circunstancias tales que la decisin de incurrir en el expendio de drogas en las calles sea una decisin costosa, y que sea tanto lo que tenga que perder quien piensa en dedicarse a vender drogas al menudeo, que opte por la abstencin.
2. Segundo, dado que nuestros coeficientes y sus signos nos indican que quien ya ha cometido delitos relacionados con las drogas y delitos contra la propiedad, o bien ha portado ilegalmente armas de fuego, tiene ms probabilidades de verse inmerso en el microtrfico que quien no ha cometido esos delitos, es posible que el sistema penal al cual el microtraficante en potencia, segn parece, no teme volver, debiera considerar cambiar de rumbo. Por una parte, regresando nuevamente a Becker, en el sentido de que los delincuentes ms arriesgados son susceptibles de ser disuadidos por un rgimen penal con probabilidades de deteccin altas, y unas sanciones bajas (Levitt y Miles, 2005:4-5), y dado que, como indican los resultados, el traficante parece no temer volver al sistema penal, la ley debera tender a aumentar las probabilidades de sancin ms que a elevar la severidad de las penas. Pero el aumento de la probabilidad de sancin no puede considerarse agotado en aumentar el nmero de policas para evitar la evasin fsica, sino tambin consiste en aumentar las seguridades legales para evitar la impunidad, eso implica, por ejemplo, fortalecer el sistema de la investigacin de los delitos para impedir que verdaderos expendedores de drogas (consumidores o no) se vean seducidos a refugiarse en la cmoda coartada de declararse consumidores para evitar su criminalizacin. Solo una buena investigacin podra desenmascarar a los verdaderos expendedores y precautelar la no criminalizacin de los verdaderos adictos. Por otra parte, dado que quien lleva a cabo delitos contra la propiedad y el microtraficante persiguen la obtencin de lucro, esto es indicativo de que es posible elevar el costo de oportunidad del delito mejorando las condiciones laborales y orientando las polticas a un aumento de la oferta laboral en el mercado lcito.
3. Por ltimo, cabe advertir que, si bien nuestros resultados constituyen una aproximacin a las condiciones individuales que estn asociadas a la decisin de incurrir en microtrfico de drogas, dado que el 92% de los casos analizados pertenecen a la ciudad de Guayaquil nuestros resultados no podran extrapolarse sin reservas a otras latitudes con diferentes condiciones y realidades. Tambin sera interesante en el futuro abordar el comportamiento del microtraficante analizando su sensibilidad ante los cambios a partir de las intervenciones estatales enfocadas en mejorar los servicios bsicos y la infraestructura de los barrios (zanahorias) en las zonas ms deprimidas de Guayaquil, muchas de las cuales se han catalogado en este trabajo como zonas urbano marginales, pues la literatura cientfica tiende a tener predileccin por estudiar sobre todo los cambios en el comportamiento delictivo ante cambios en el sistema penal (palos).
Referencias
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