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Problemas emergentes de salud mental en adolescentes ecuatorianos: una revisi�n bibliogr�fica
Emerging mental health problems in Ecuadorian adolescents: a bibliographic review
Problemas emergentes de sa�de mental em adolescentes equatorianos: uma revis�o bibliogr�fica
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Correspondencia: alexander.castro@unesum.edu.ec
Ciencias de la Salud
Art�culo de Investigaci�n
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* Recibido: 29 de julio de 2023 *Aceptado: 30 de agosto de 2023 * Publicado: �18 de septiembre de 2023
- Investigador Independiente, Ecuador.
- Investigador Independiente, Ecuador.
- Investigador Independiente, Ecuador.
- Investigador Independiente, Ecuador.
Resumen
La adolescencia es una etapa de cambios f�sicos, psicol�gicos y sociales marcada por la b�squeda de independencia y la influencia de las redes sociales. Los problemas de salud mental son un desaf�o en la atenci�n m�dica primaria, complicados por s�ntomas som�ticos. El suicidio es globalmente significativo, relacionado con trastornos psiqui�tricos y otros factores. Este estudio se propuso analizar la salud mental de adolescentes ecuatorianos y su influencia en sus vidas. Metodolog�a: Realizamos una revisi�n bibliogr�fica exhaustiva, analizando 33 estudios a partir de diferentes bases de datos acad�micas. Resultados: Se observ� una variabilidad significativa en la prevalencia de trastornos mentales, con �nfasis en la depresi�n y ansiedad, que mostraron diferencias de g�nero. Adem�s, se destacaron otros trastornos, como el de estr�s postraum�tico y del sue�o. Los desencadenantes de problemas de salud mental incluyeron violencia dom�stica, maltrato infantil, relaciones sociales problem�ticas, consumo de sustancias, entre otros. Los trastornos mentales tuvieron impactos negativos en �reas como la educaci�n, salud sexual, rendimiento acad�mico, riesgo de suicidio, autolesiones, inestabilidad emocional, entre otros. Conclusiones: La depresi�n y ansiedad son comunes en adolescentes ecuatorianos, junto con otros trastornos mentales. Diversos factores de riesgo, desde violencia dom�stica hasta problemas de autoestima, contribuyen a los problemas de salud mental en esta poblaci�n. Los trastornos mentales tienen amplios efectos negativos en la vida de los adolescentes ecuatorianos, desde la educaci�n hasta la salud emocional.
Palabras Clave: Adolescencia; Salud Mental; Depresi�n; Ansiedad; Suicidio.
Abstract
Adolescence is a stage of physical, psychological and social changes marked by the search for independence and the influence of social networks. Mental health problems are a challenge in primary healthcare, complicated by somatic symptoms. Suicide is globally significant, related to psychiatric disorders and other factors. This study aimed to analyze the mental health of Ecuadorian adolescents and its influence on their lives. Methodology: We carried out an exhaustive bibliographic review, analyzing 33 studies from different academic databases. Results: A significant variability was observed in the prevalence of mental disorders, with emphasis on depression and anxiety, which showed gender differences. In addition, other disorders were highlighted, such as post-traumatic stress disorder and sleep. Triggers for mental health problems included domestic violence, child abuse, problematic social relationships, and substance use, among others. Mental disorders had negative impacts in areas such as education, sexual health, academic performance, suicide risk, self-harm, emotional instability, among others. Conclusions: Depression and anxiety are common in Ecuadorian adolescents, along with other mental disorders. Various risk factors, from domestic violence to self-esteem issues, contribute to mental health problems in this population. Mental disorders have broad negative effects on the lives of Ecuadorian adolescents, from education to emotional health.
Keywords: Adolescence; Mental health; Depression; Anxiety; Suicide.
Resumo
A adolesc�ncia � uma fase de mudan�as f�sicas, psicol�gicas e sociais marcada pela busca pela independ�ncia e pela influ�ncia das redes sociais. Os problemas de sa�de mental constituem um desafio nos cuidados de sa�de prim�rios, complicados por sintomas som�ticos. O suic�dio � globalmente significativo, relacionado a transtornos psiqui�tricos e outros fatores. Este estudo teve como objetivo analisar a sa�de mental de adolescentes equatorianos e sua influ�ncia em suas vidas. Metodologia: Realizamos uma revis�o bibliogr�fica exaustiva, analisando 33 estudos de diferentes bases de dados acad�micas. Resultados: Observou-se variabilidade significativa na preval�ncia de transtornos mentais, com destaque para depress�o e ansiedade, que evidenciaram diferen�as entre os sexos. Al�m disso, outros transtornos foram destacados, como transtorno de estresse p�s-traum�tico e sono. Os gatilhos para problemas de sa�de mental inclu�ram viol�ncia dom�stica, abuso infantil, rela��es sociais problem�ticas e uso de subst�ncias, entre outros. Os transtornos mentais tiveram impactos negativos em �reas como educa��o, sa�de sexual, desempenho acad�mico, risco de suic�dio, automutila��o, instabilidade emocional, entre outras. Conclus�es: A depress�o e a ansiedade s�o comuns em adolescentes equatorianos, juntamente com outros transtornos mentais. V�rios fatores de risco, desde a viol�ncia dom�stica at� quest�es de autoestima, contribuem para problemas de sa�de mental nesta popula��o. Os transtornos mentais t�m amplos efeitos negativos na vida dos adolescentes equatorianos, desde a educa��o at� a sa�de emocional.
Palavras-chave: Adolesc�ncia; Sa�de mental; Depress�o; Ansiedade; Suic�dio.
Introducci�n
La adolescencia es una etapa compleja que engloba cambios psicol�gicos, f�sicos y sociales, y tambi�n marca el inicio de la b�squeda de independencia, lo que transforma la percepci�n de uno mismo y la autoestima. Este proceso se ve acentuado por la influencia de las redes sociales, donde se busca aprobaci�n y pertenencia a grupos sociales. Sin embargo, la falta de conexi�n social y la falta de aceptaci�n pueden conducir a sentimientos de angustia, estr�s e incluso depresi�n (1).
Los problemas de salud mental suelen presentar un desaf�o en la atenci�n m�dica primaria, principalmente debido a la manifestaci�n de s�ntomas som�ticos que dificultan la precisi�n de los diagn�sticos psiqui�tricos est�ndar �(2).
El suicidio es un problema de salud global significativo, representando el 1,4% de todas las muertes en todo el mundo. La mayor�a de los suicidios est�n relacionados con trastornos psiqui�tricos, especialmente la depresi�n, los trastornos por uso de sustancias y la psicosis, que son los factores de riesgo m�s relevantes. Sin embargo, la ansiedad, los trastornos de la personalidad, los trastornos alimentarios, los trastornos relacionados con el trauma y los trastornos mentales org�nicos tambi�n contribuyen (3).
La conexi�n entre la depresi�n y la ansiedad es bien conocida, y en muchos casos, los adolescentes con depresi�n recurren al alcohol o drogas para aliviar sus sentimientos dolorosos. Aunque inicialmente puede parecer una forma de alivio, con el tiempo, el abuso de sustancias puede empeorar la depresi�n (4).
Los adolescentes de entre 10 y 19 a�os representan aproximadamente una sexta parte de la poblaci�n mundial, lo que equivale a 1200 millones de personas. A nivel global, el suicidio en adolescentes de 15 a 19 a�os es la tercera causa de muerte (5).
En Am�rica Latina, el suicidio en j�venes y adolescentes es un problema grave, lo que resalta la necesidad de trabajar en su prevenci�n (6).
Estudios recientes de la Organizaci�n Panamericana de la Salud (OPS) subrayan la importancia de considerar los determinantes sociales espec�ficos de cada g�nero al desarrollar intervenciones para reducir el riesgo y estrategias de prevenci�n del suicidio (7).
Durante la adolescencia, aumenta la presi�n y las responsabilidades individuales, lo que, combinado con la inexperiencia y la inmadurez, puede resultar en obst�culos que a menudo se traducen en momentos de angustia, soledad y frustraci�n. Estos factores aumentan el riesgo de cometer actos o conductas suicidas (8).
La probabilidad de un intento suicida es m�s elevada en individuos que no presentan trastornos psiqui�tricos en comparaci�n con aquellos que padecen de depresi�n y otros trastornos mentales (9).
Seg�n el informe de la OMS en 2018 sobre la carga de trastornos mentales en la Regi�n de las Am�ricas, en Ecuador, los trastornos comunes como la ansiedad, la depresi�n, las autolesiones y los trastornos somatomorfos representan el 42% de la carga total, mientras que los dolores de cabeza contribuyen con el 19%, los trastornos por consumo de sustancias con el 17%, y los trastornos mentales graves como la esquizofrenia y el trastorno bipolar suponen alrededor del 8% (10).
Un estudio llevado a cabo en estudiantes de varias universidades de la ciudad de Cuenca, Provincia del Azuay, en 2019, revel� que el 62,6% de los participantes presentaba s�ntomas de depresi�n, siendo la Universidad del Azuay la que registraba el mayor porcentaje de depresi�n, con un 78,6%, seguida de la Universidad de Cuenca, con un 75%. En cuanto a la gravedad de la depresi�n, el 26,1% mostraba s�ntomas leves y el 18% moderados (11).
En un estudio que abarc� el per�odo de 2011 a 2020, se documentaron 10.380 casos de suicidio en Ecuador. Se observaron tasas de suicidio significativamente altas en provincias como Napo, con una tasa de 12,63 por cada 100.000 habitantes, seguida de Azuay, con 12,52, Bol�var, con 12,30, y Orellana, con 11,36. Adem�s, se registr� un incremento notable en las tasas de suicidio, pasando de 8,15 por cada 100.000 habitantes en 2011 a 8,81 en el a�o 2020 �(12). Durante el mismo a�o, se observ� una disminuci�n leve en el n�mero total de suicidios en adolescentes durante el estado de excepci�n, que dur� 181 d�as, desde el 17 de marzo hasta el 13 de septiembre, en comparaci�n con el mismo per�odo en 2019, antes de la pandemia. Sin embargo, la mayor�a de las v�ctimas segu�an siendo varones de 15 a 19 a�os, y se percibi� un aumento aparente de la frecuencia con la edad �(13).
El prop�sito de esta revisi�n bibliogr�fica es analizar la salud mental de los adolescentes ecuatorianos y su impacto en sus vidas. A trav�s de la identificaci�n de tendencias, factores de riesgo y desaf�os espec�ficos que enfrentan, se busca obtener una comprensi�n m�s profunda de la situaci�n de la salud mental en esta poblaci�n. En este contexto, la pregunta central que gu�a este estudio es: �Cu�les son los problemas emergentes de salud mental en los adolescentes ecuatorianos y c�mo influyen en su bienestar?
Desarrollo
Salud mental en adolescentes
Definici�n de salud mental
Se pueden identificar diversas formas de describir el concepto de deterioro de la salud. Desde una �ptica biom�dica, el t�rmino m�s com�nmente utilizado es "enfermedad". Por otro lado, desde la perspectiva del paciente, el vocablo que mejor refleja su vivencia es "padecimiento". No obstante, entre las fases de enfermar y padecer, se despliega un amplio espectro de opciones que se refieren a manifestaciones corporales, f�sicas y mentales, adem�s de considerar circunstancias biol�gicas, emocionales, sociales y culturales espec�ficas. (14).
La Organizaci�n Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como �un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fruct�fera y es capaz de hacer una contribuci�n a su comunidad.�� (15). Otras definiciones abogan por una comprensi�n m�s hol�stica de la salud mental que se centra en el bienestar, la determinaci�n social y las dimensiones emocionales y psicosociales, y promueve enfoques interdisciplinarios e intersectoriales (16).
La salud mental se puede enmarcar a su ver dentro de un constructo multidisciplinario que integra condiciones personales, determinantes sociales y pol�ticas p�blicas. Esto significa que la salud mental se entiende como un concepto complejo que abarca factores individuales, influencias sociales y el impacto de las pol�ticas p�blicas en la salud mental de las personas (17). Tambien se puede entender a la salud mental como un estado que va m�s all� de la simple ausencia de enfermedad e implica un enfoque amplio que considera el bienestar psicol�gico, factores subjetivos y contextuales, y la interacci�n entre el individuo y su entorno (18).
Una definici�n relevante para destacar es la salud mental comunitaria (SMC), la cual aborda la salud mental como el producto de la interacci�n entre la persona y sus propias caracter�sticas en conjunto con su entorno. La vida en comunidad se basa en aspectos relacionados con la construcci�n de una identidad compartida y el intercambio de c�digos culturales, as� como una perspectiva espiritual, ideol�gica o pol�tica. De este modo, en contextos peque�os, como familias o grupos comunitarios, se desarrollan redes de apoyo emocional, material y de informaci�n (19).
Salud mental en la etapa de la adolescencia
La adolescencia constituye una fase en la vida de los individuos en la que se experimentan profundos cambios a nivel fisiol�gico, psicol�gico y en las relaciones interpersonales. Esta etapa abarca desde los diez hasta los diecinueve a�os y, para quienes la atraviesan, puede representar un per�odo lleno de desaf�os que influyen en la formaci�n de su identidad, a menudo generando conflictos que pueden llevar a comportamientos riesgosos y autolesivos (20).
El t�rmino "adolescencia" deriva de "adolecer�", que significa crecimiento. Se caracteriza por un desarrollo f�sico, intelectual y personal, influenciado en gran medida por factores biol�gicos, psicol�gicos y sociales. Durante esta etapa, los individuos se ven obligados a tomar decisiones propias, a explorar su identidad y a enfrentar significativos cambios en diversas �reas de sus vidas, como la familia, la educaci�n y las relaciones sociales. Tambi�n se ven en la necesidad de reevaluar sus concepciones acerca de s� mismos, de sus amigos, de sus padres y de sus intereses, entre otros aspectos fundamentales. Para proyectarse como adultos, se basan en las primeras relaciones objeto-padres que han internalizado para comprender la realidad que les ofrece su entorno social. Esto implica el uso de recursos f�sicos y psicol�gicos en desarrollo, que a su vez contribuyen a la estabilidad de su personalidad (21).
La experiencia de la adolescencia se moldea en diversos contextos y condiciones en los que los individuos se desenvuelven, lo que puede imponer ciertos comportamientos y al mismo tiempo brindarles una visi�n de su futuro. Por lo tanto, las caracter�sticas propias de los adolescentes y de cada entorno en el que se encuentren, como el hogar, la escuela, la cultura y las influencias ambientales, pueden tener un impacto significativo en su conducta (22).
Desarrollo cognitivo y emocional
El avance en el desarrollo social y la gesti�n de las emociones son hitos fundamentales que tienen lugar durante la primera etapa de la vida, y estos procesos se desarrollan en un marco relacional que influye en la formaci�n de v�nculos saludables, la integraci�n en la sociedad, el �xito acad�mico y la salud mental a largo plazo (23). Adem�s, es importante tener en cuenta que la socializaci�n de las emociones ocurre en contextos de interacci�n interpersonal, lo que significa que las dificultades socioemocionales pueden transmitirse de una generaci�n a otra (24).
Es bien conocido que, para adaptarnos, crecer y desarrollarnos de manera satisfactoria, la capacidad de experimentar una amplia gama de emociones es fundamental. Esto nos permite identificar cambios en nosotros mismos y en nuestro entorno, responder a situaciones que pueden afectar nuestro bienestar y abordar y resolver problemas que se presenten (25).
En este contexto, la capacidad de ajustar cu�ndo, con qu� intensidad, durante cu�nto tiempo y de qu� manera experimentamos una emoci�n se reconoce como una habilidad esencial para adaptarnos y mantener relaciones interpersonales saludables. A esta habilidad se le denomina regulaci�n emocional (26).
Resiliencia y factores protectores
El t�rmino resiliencia se refiere a la capacidad de un sistema en constante evoluci�n para resistir o recuperarse de desaf�os significativos que amenacen su estabilidad, viabilidad o desarrollo (27). Adem�s, se relaciona con la capacidad de recuperarse o prosperar ante situaciones angustiosas y desafiantes en la vida, adquiriendo un mayor conocimiento que permita enfrentar futuras adversidades de manera efectiva (28).
En la etapa de la adolescencia, la resiliencia implica la superaci�n de los efectos negativos provocados por la exposici�n a riesgos a trav�s de estrategias positivas de fortalecimiento y afrontamiento. Durante esta fase de desarrollo, los adolescentes deben desplegar una serie de comportamientos resilientes para enfrentar diversos desaf�os tanto internos, relacionados con la familia, como externos, vinculados a la sociedad (29).
La capacidad de un ni�o para hacer frente a la adversidad se basa en sus propias habilidades para regular las emociones y el estr�s, as� como en su capacidad cognitiva. Sin embargo, tambi�n est� influida por las cualidades de un cuidador eficaz que preste atenci�n al ni�o. La forma en que el ni�o maneje la situaci�n depende en gran medida de la familia, el apoyo que reciba de la comunidad y los valores que predominen en ese contexto, definiendo lo que se considera un buen cuidado que contribuye al fortalecimiento del ni�o (30).
Trastornos mentales
Un trastorno mental se caracteriza por una perturbaci�n cl�nicamente significativa en la cognici�n, la regulaci�n de las emociones o el comportamiento de un individuo, y generalmente se asocia con angustia o una limitaci�n funcional en otras �reas de importancia. Existen numerosos tipos de trastornos mentales (31).
La influencia de los trastornos mentales en la calidad de vida de los adolescentes es de suma relevancia, ya que pueden obstaculizar su progreso educativo y su transici�n hacia la vida laboral, dada la disminuci�n de la funcionalidad y la carga de enfermedad que estos trastornos pueden conllevar. Sin embargo, este impacto se acent�a a�n m�s cuando se examinan las causas de mortalidad en la poblaci�n adolescente, entre las cuales destacan el suicidio, que guarda una fuerte relaci�n con la presencia de trastornos mentales, y el consumo de sustancias psicoactivas (32).
Depresi�n
La depresi�n, de acuerdo con la definici�n de la Organizaci�n Mundial de la Salud (OMS), constituye un trastorno mental frecuente que se caracteriza por la presencia prolongada de un estado de �nimo deprimido o la p�rdida de inter�s y placer en actividades cotidianas. La depresi�n se diferencia de las oscilaciones emocionales habituales y los sentimientos diarios (33).
Este trastorno se manifiesta mediante s�ntomas que incluyen una sensaci�n de abatimiento, tristeza, y puede llevar a cambios en el comportamiento, como la disminuci�n de la energ�a, la p�rdida de inter�s y satisfacci�n, sentimientos de culpa o una baja autoestima, alteraciones en el patr�n de sue�o, el apetito y la concentraci�n (34). A veces, el s�ndrome depresivo se acompa�a de s�ntomas som�ticos, que a menudo se convierten en el motivo principal de consulta en atenci�n m�dica general. Adem�s, es posible que las personas que padecen depresi�n no comuniquen de manera espont�nea sus problemas psicol�gicos, ya sea porque no son conscientes de sus trastornos o debido a sentimientos de verg�enza o culpa (35).
La relaci�n entre los trastornos de ansiedad y los trastornos depresivos no solo se basa en una correlaci�n a nivel fisiopatol�gico, sino que tambi�n se manifiesta en la pr�ctica cl�nica. Se ha observado que el 58% de los pacientes con depresi�n presentan alg�n tipo de trastorno de ansiedad, y esta comorbilidad se ha dado en el 52.2% de los casos en el �ltimo a�o. A su vez, se ha identificado que la presencia de depresi�n en pacientes con ansiedad es del 56%. Adem�s, existe evidencia de que la depresi�n y la ansiedad est�n relacionadas con el dolor cr�nico, y no solo coexisten cl�nicamente, sino que el dolor cr�nico se considera un predictor de una mayor depresi�n o un empeoramiento de los s�ntomas de ansiedad. Se ha observado una correlaci�n entre la magnitud de las quejas de dolor y la intensidad de las manifestaciones depresivas y ansiosas (36).
Ansiedad
La ansiedad se describe como un estado emocional que se origina de una combinaci�n de sentimientos que incluyen tensi�n, aprensi�n, nerviosismo, preocupaci�n y pensamientos perturbadores, y estos pueden dar lugar a cambios en el cuerpo que dificultan alcanzar estados de tranquilidad, serenidad y calma. Estos �ltimos estados emocionales son cruciales en el contexto deportivo, siendo esenciales para lograr un rendimiento �ptimo o aceptable (37).
La ansiedad representa una emoci�n que todos experimentamos en ciertos momentos y que tiene la funci�n de preparar al organismo para hacer frente a situaciones significativas. Esto desencadena una activaci�n psicofisiol�gica intensa en el sistema nervioso central y en todo el cuerpo. Surge cuando es necesario actuar en situaciones que demandan un esfuerzo importante y prolongado y tiene como finalidad movilizar y hacer frente a amenazas o peligros tanto actuales como futuros (38).
Dentro de la categor�a de trastornos de ansiedad, se incluyen diagn�sticos como el trastorno de ansiedad por separaci�n, mutismo selectivo, fobia espec�fica, trastorno de ansiedad o fobia sociales, trastorno de p�nico, agorafobia y trastorno de ansiedad generalizada (TAG) (39).
En el contexto de la salud y la enfermedad, la ansiedad puede tener un impacto negativo en la salud y el bienestar emocional cuando alcanza niveles excesivos. Esto puede manifestarse en una preocupaci�n desmedida por mantener la salud, lo que conlleva a comportamientos inadaptados como la solicitud de m�ltiples ex�menes o atenci�n m�dicos innecesaria, entre otros. Por otro lado, tambi�n puede ocurrir la negaci�n de la gravedad de la situaci�n para evitar la ansiedad, lo que lleva a ignorar las recomendaciones m�dicas o las instrucciones (40). Es importante tener en cuenta que las condiciones m�dicas subyacentes, el g�nero, la edad y el nivel educativo pueden tener un impacto significativo en los s�ntomas de depresi�n y ansiedad (41).
Trastorno por d�ficit de atenci�n e hiperactividad (TDAH)
El TDAH es un trastorno de origen neurobiol�gico que se inicia en la ni�ez y suele persistir en la edad adulta. Se caracteriza por la manifestaci�n de diversos s�ntomas relacionados con dificultades en la atenci�n y la presencia de hiperactividad e impulsividad, todos ellos caracter�sticos del trastorno. Adem�s, se observan carencias en varias habilidades ejecutivas (HE), que se definen como procesos implicados en actividades como la soluci�n de problemas, la planificaci�n, el inicio de tareas y la toma de decisiones. Estas habilidades est�n vinculadas a los l�bulos frontales del cerebro y su disfunci�n se manifiesta en el s�ndrome del l�bulo frontal (42).
Con frecuencia, el TDAH se presenta en combinaci�n con otras afecciones coexistentes, lo que complica tanto el diagn�stico como el tratamiento. En ausencia de un tratamiento efectivo, el TDAH puede tener un impacto notable tanto en el rendimiento acad�mico y laboral como en el bienestar emocional. Las personas adultas con TDAH indican que las dificultades escolares tienen repercusiones significativas en etapas posteriores de sus vidas y que gestionar el trastorno de manera m�s eficaz durante su ni�ez les habr�a conducido a un mayor �xito acad�mico y profesional, mayor autoestima y niveles m�s bajos de ansiedad (43).
Trastornos alimentarios
Los trastornos alimentarios (TCA) forman un conjunto de afecciones en las cuales las actitudes negativas hacia la comida, la percepci�n del cuerpo y el peso se acompa�an de comportamientos que engloban la restricci�n alimentaria, episodios de ingesta compulsiva, un exceso de ejercicio, provocar el v�mito y el uso de laxantes. Estos trastornos pueden volverse graves, afectar la calidad de vida y generar diversas complicaciones tanto f�sicas como psicol�gicas, llegando incluso a tener consecuencias fatales (44). Estas enfermedades son consideradas graves a nivel biopsicol�gico, multifac�ticas y con un riesgo significativo de mortalidad. Los aspectos culturales son de gran relevancia para comprender c�mo la sociedad aborda, minimiza, diagnostica y trata esta condici�n (45).
Los trastornos alimentarios m�s prominentes incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atrac�n. La anorexia nerviosa se caracteriza por una alteraci�n en la conducta alimentaria que implica una p�rdida de peso excesiva, que generalmente es voluntaria y se acompa�a de una percepci�n distorsionada de la imagen corporal (46). Por otro lado, la bulimia nerviosa se refiere a episodios de ingesta descontrolada de grandes cantidades de comida en un per�odo breve, seguidos por una sensaci�n de p�rdida de control que conduce a conductas purgativas o compensatorias, como el v�mito, el uso de laxantes, el ejercicio excesivo, entre otros (45).
El trastorno por atrac�n se caracteriza por episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos en un corto lapso, que ocurren al menos una vez por semana durante tres meses. Es un diagn�stico independiente de la bulimia nerviosa y se asocia con diversas complicaciones tanto psicol�gicas como no psicol�gicas, que pueden afectar significativamente la vida cotidiana y dar lugar a problemas graves (47). Un trastorno alimentario adicional que vale la pena mencionar es el trastorno evitativo/restrictivo de la alimentaci�n, el cual se distingue por patrones alimentarios altamente selectivos y restringidos, a menudo sin relaci�n con otros trastornos alimentarios conocidos, como la anorexia nerviosa o la bulimia. Estos patrones pueden incluir aversi�n o evitaci�n de ciertos alimentos o grupos de alimentos, lo que resulta en una dieta sumamente limitada y poco variada (48).
Trastorno del espectro autista
Se trata de una afecci�n del desarrollo neurol�gico que involucra m�ltiples dimensiones y se caracteriza por una disminuci�n en la interacci�n social, deficiencias en la comunicaci�n tanto verbal como no verbal, y una inflexibilidad en el comportamiento que se manifiesta a trav�s de conductas repetitivas y la manifestaci�n de intereses restringidos (49). Estos trastornos abarcan una variada gama de trastornos del neurodesarrollo que comparten la dificultad en la interacci�n y comunicaci�n social, as� como la tendencia a mostrar intereses limitados o comportamientos repetitivos (50).
El trastorno del espectro autista no solo se caracteriza por la presencia persistente de d�ficits en la comunicaci�n social rec�proca y las interacciones sociales, sino tambi�n por la exhibici�n de patrones de comportamiento, intereses o actividades restringidos y repetitivos (51).� El trastorno del espectro autista (TEA) engloba diversas condiciones, entre ellas el autismo, el s�ndrome de Asperger (AS) y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera (52). El s�ndrome de Asperger, que forma parte de la amplia familia de trastornos del espectro autista, se caracteriza por dificultades en las interacciones sociales, la comunicaci�n verbal y no verbal, y la posibilidad de mostrar comportamientos inusuales, incluyendo estereotipias e intereses limitados (53).
Por su parte, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera es una de las condiciones que se encuentra dentro del espectro autista, y se caracteriza por un deterioro grave y generalizado en el desarrollo de la interacci�n social rec�proca, acompa�ado de dificultades en las habilidades de comunicaci�n verbal o no verbal, y la presencia de comportamientos, intereses o actividades estereotipados (54).
Trastorno bipolar
El trastorno bipolar, tambi�n conocido como trastorno afectivo bipolar (TAB), se trata de una afecci�n cr�nica que tiene un impacto significativo en la salud y la capacidad funcional de quienes la padecen. Esta condici�n presenta una alta carga hereditaria y segregabilidad, y su prevalencia se encuentra en un rango que var�a entre el 1 y el 2% (55). Clasificado como una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, el trastorno bipolar se caracteriza por la presencia de episodios cr�nicos de man�a o hipoman�a alternados con per�odos de depresi�n, a menudo siendo objeto de diagn�sticos err�neos en las etapas iniciales (56).
El trastorno bipolar engloba un conjunto complejo de trastornos graves y cr�nicos, incluyendo el trastorno bipolar I, que se caracteriza por episodios man�acos y depresivos severos, y el trastorno bipolar II, que se distingue por episodios hipoman�acos y depresivos graves. Esta afecci�n posee una fuerte influencia gen�tica, con alrededor de un 70% de factores gen�ticos en su desarrollo. Adem�s, comparte alelos de riesgo gen�tico con otros trastornos mentales y m�dicos, como la esquizofrenia y el trastorno depresivo mayor (57).
La identificaci�n temprana y precisa del trastorno bipolar representa un desaf�o en la pr�ctica cl�nica, dado que su inicio suele manifestarse con s�ntomas inespec�ficos, cambios abruptos en el estado de �nimo o episodios depresivos, que pueden presentarse de manera similar a la depresi�n unipolar. Adicionalmente, los pacientes y sus familias no siempre comprenden plenamente el significado de los s�ntomas, especialmente cuando se trata de s�ntomas hipoman�acos o man�acos (58).
Abuso de sustancias y adicciones
El abuso de sustancias y las adicciones se refieren a un conjunto de s�ntomas f�sicos, mentales y conductuales que llevan a una persona a consumir una sustancia de manera repetitiva, a pesar de ser consciente de las consecuencias negativas que esto implica tanto en su salud f�sica como en su bienestar mental y social. En el cerebro se producen cambios neurofisiol�gicos que se traducen en manifestaciones cl�nicas y comportamientos compulsivos que indican una p�rdida de control sobre el consumo de la sustancia. A continuaci�n, se explican los conceptos fundamentales relacionados con la adicci�n, as� como las principales manifestaciones cl�nicas que caracterizan a las drogas de abuso m�s comunes en nuestra regi�n y las pautas de tratamiento cl�nico ampliamente aceptadas (59).
Factores que influyen en la salud mental de los adolescentes
Factores familiares
Dentro del �mbito familiar, la violencia intrafamiliar abarca una serie de comportamientos violentos o abusivos que tienen lugar en el seno de una unidad familiar o en relaciones cercanas entre sus miembros, como parejas casadas o en convivencia, padres e hijos, hermanos, y otros parientes. Esta violencia puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo la violencia f�sica, emocional, psicol�gica, sexual o econ�mica (60).
La violencia es el resultado de una interacci�n compleja y rec�proca de factores que incluyen aspectos individuales, relaciones interpersonales, influencias sociales, culturales y ambientales. Dentro de los factores sociales y ambientales se encuentran la falta de reconocimiento de la violencia como un problema de salud, la tolerancia social hacia ella, las normas sociales, los valores, los mitos, las creencias arraigadas, los roles asignados, as� como la limitaci�n de recursos econ�micos (61).
Las personas que pueden ser v�ctimas de violencia intrafamiliar abarcan a cualquier individuo que experimente cualquiera de los actos previamente mencionados. Esto puede incluir al c�nyuge o exc�nyuge, la pareja de convivencia o ex pareja de convivencia, parientes consangu�neos en l�nea recta ascendente o descendente sin l�mite de grado (como padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, hijos, nietos, bisnietos, tataranietos), o parientes colaterales consangu�neos o afines hasta el cuarto grado (como t�os, primos o hermanos). Incluso puede abarcar a aquellos que han sido adoptados o quienes han sido adoptantes, as� como a personas incapaces sobre las que se ejerce la tutela (62).
Factores escolares
Las emociones desempe�an un papel fundamental en el entorno educativo y ejercen un impacto notable en la manera en que los estudiantes aprenden. Experimentar emociones positivas puede beneficiar al alumno, facilitando la realizaci�n de tareas, la resoluci�n de problemas y fomentando la autorregulaci�n. No obstante, la vivencia de emociones negativas puede perturbar el desempe�o acad�mico, incidir en los resultados de ex�menes, propiciar la deserci�n escolar y ejercer una influencia adversa tanto en la salud mental como en la f�sica �(63).
El estado emocional desempe�a un papel de gran relevancia en el bajo rendimiento acad�mico y en la estabilidad psicol�gica de la persona. De igual manera, la falta de logros, la carencia de metas y proyectos de vida, la apat�a hacia el crecimiento personal, la b�squeda de singularidad, el distanciamiento de la familia, la escasez de apoyo familiar, entre otros factores, gradualmente afectan la vida personal, social, emocional y acad�mica (64).
El acoso escolar, conocido como intimidaci�n, constituye otro factor de riesgo en el �mbito educativo y acad�mico. Este se define como la agresi�n deliberada y repetida por parte de un individuo o grupo hacia otros individuos, en el contexto de una disparidad de poder entre las personas que son objeto de acoso y los acosadores. Cada vez se comprende mejor c�mo se manifiesta el acoso entre ni�os y adolescentes y se reconocen sus efectos a largo plazo (65).
Factores sociales
Se reconoce ampliamente que la influencia de los compa�eros desempe�a un papel significativo en el desarrollo de ni�os y adolescentes. Tambi�n la presencia de amigos aumenta la probabilidad de que los adolescentes se involucren en comportamientos arriesgados (66,67).
Cuando est�n en compa��a de sus pares, los adolescentes tambi�n son m�s propensos a experimentar con sustancias como drogas, alcohol o tabaco en comparaci�n con cuando est�n solos. La amistad con individuos que consumen estas sustancias se erige como uno de los principales predictores de la participaci�n de los adolescentes en tales comportamientos (67). La presi�n grupal se vincula con el uso tanto negativo como positivo de sustancias en adultos (68).
El uso de las redes sociales se ha convertido en una de las actividades de entretenimiento m�s populares entre los adolescentes. Sin embargo, esta creciente popularidad tambi�n ha suscitado preocupaciones relacionadas con el uso problem�tico de las redes sociales y su posible impacto en la salud y el bienestar de los j�venes (69).
El uso problem�tico de medios digitales (PDMU) entre ni�os y adolescentes diagnosticados con trastorno por d�ficit de atenci�n con hiperactividad (TDAH) durante la pandemia de COVID-19 ha demostrado estar asociado con una serie de consecuencias negativas en diversos aspectos de sus vidas (70).
La generaci�n actual de adolescentes vive en una era saturada de medios de comunicaci�n, donde estos no solo se utilizan con fines de entretenimiento, como escuchar m�sica o ver pel�culas, sino tambi�n como herramientas de comunicaci�n con sus compa�eros a trav�s de plataformas como WhatsApp, Instagram, Snapchat, Facebook, entre otras. En conjunto, estas actividades relacionadas con los medios pueden llegar a ocupar alrededor de 6 a 9 horas del d�a de un adolescente estadounidense, excluyendo el tiempo en casa y las tareas escolares �(71).
Factores biol�gicos
La combinaci�n de la exposici�n al estr�s y factores gen�ticos puede contribuir a resultados de salud desfavorables, y la adicci�n, como muchos otros resultados de salud conductual, resulta de la interacci�n entre factores ambientales y gen�ticos que influyen en la vida de un individuo a lo largo de su trayectoria (72).
En casos de depresi�n grave, la heredabilidad desempe�a un papel especialmente influyente. Esto significa que la gen�tica puede tener un papel m�s destacado en la manifestaci�n de formas graves de depresi�n en comparaci�n con formas m�s leves. Adem�s, la gravedad de la enfermedad puede variar seg�n si los trastornos depresivos provienen de la herencia materna o paterna. Esto sugiere que la transmisi�n gen�tica de la depresi�n puede ser distinta seg�n el lado de la familia del que se origina. Sin embargo, es fundamental comprender que la depresi�n es una afecci�n compleja y multifactorial, y que la gen�tica no constituye el �nico factor determinante en su desarrollo (73).
Diversos factores gen�ticos y epigen�ticos han sido asociados con la depresi�n, incluyendo investigaciones de genoma completo (GWAS) que identifican factores relacionados con la depresi�n a nivel gen�mico. Tambi�n se han estudiado mecanismos epigen�ticos, como la metilaci�n del ADN, la acetilaci�n de histonas y la desregulaci�n de microARN, as� como alteraciones epigen�ticas permanentes en la expresi�n g�nica que no resultan de cambios en la secuencia de nucle�tidos del material gen�tico y que pueden transmitirse a generaciones futuras (74).
Trauma y experiencias adversas en la infancia
El abuso sexual infantil (ASI) se define como cualquier forma de contacto sexual, intento de acto sexual o explotaci�n con fines sexuales hacia un ni�o por parte de un cuidador, adulto o ni�o mayor, y representa un problema global de salud p�blica. Las consecuencias f�sicas y mentales del ASI pueden perdurar a largo plazo (75).
Consecuencias de problemas de salud mental en adolescentes
Impacto en el rendimiento acad�mico
Las consecuencias de los problemas de salud mental en adolescentes pueden tener un impacto negativo en su desempe�o acad�mico. Esto subraya la importancia de aumentar la conciencia sobre estos problemas y proporcionar el tratamiento necesario para asegurar que todos los estudiantes tengan igualdad de oportunidades en su educaci�n (76).
El estilo de vida saludable desempe�a un papel cr�tico al abordar la relaci�n entre la salud mental deteriorada y el bajo rendimiento acad�mico, especialmente en estudiantes universitarios de pregrado que experimentan la transici�n de la adolescencia a la edad adulta, junto con los desaf�os que conlleva. Algunos estudiantes pueden enfrentar dificultades para mantener comportamientos de estilo de vida saludable, como patrones de alimentaci�n irregulares o cambios en los horarios de sue�o, que se ha sugerido est�n vinculados a un bajo rendimiento acad�mico (77).
Se ha observado que el estado de salud mental deteriorado durante el primer semestre de estudios universitarios se relaciona significativamente con un mayor riesgo de bajo rendimiento acad�mico a lo largo de la carrera. Sin embargo, esta asociaci�n desaparece en estudiantes que tienen un bajo riesgo en t�rminos de su estilo de vida (78).
En particular, se ha encontrado una correlaci�n consistente entre una menor depresi�n y un mayor bienestar psicosocial con un mejor rendimiento acad�mico y un enfoque m�s positivo hacia la educaci�n. Aunque la ansiedad puede tener una relaci�n inversa con el rendimiento acad�mico cuando se analiza de manera aislada, su influencia se modifica cuando se consideran otras medidas de salud mental, lo que resulta en una relaci�n m�s compleja entre la ansiedad y el desempe�o acad�mico (79).
Problemas de conducta
Los problemas emocionales y de conducta (PEC) se caracterizan por un estado generalizado de �nimo deprimido, dificultades para establecer relaciones interpersonales satisfactorias, comportamientos o emociones considerados inapropiados en ciertos contextos y una tendencia a desarrollar s�ntomas f�sicos o miedos relacionados con situaciones sociales (80).
Estos desaf�os se manifiestan a trav�s de la incapacidad para establecer relaciones satisfactorias con compa�eros, la expresi�n de comportamientos o emociones inadecuadas en situaciones normales, una sensaci�n generalizada de infelicidad o depresi�n, y una tendencia a experimentar s�ntomas f�sicos o preocupaciones relacionadas con problemas personales (81).
La angustia emocional experimentada durante la adolescencia puede dar lugar a la aparici�n de s�ntomas agresivos y depresivos, los cuales tienen un impacto negativo en la salud tanto f�sica como mental de los adolescentes. Esto tambi�n puede comprometer su funcionamiento en los �mbitos social, cognitivo y acad�mico (82).
Riesgo de abuso de sustancias
El abuso de sustancias en adolescentes es un importante problema de salud p�blica, ya que es durante esta etapa cuando las personas tienen una mayor probabilidad de iniciar el abuso de drogas. Adem�s, se ha observado que cuanto m�s tarde los adolescentes comienzan a experimentar con sustancias, menor es la probabilidad de que desarrollen problemas de abuso de drogas a largo plazo (83).
Los adolescentes que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad pueden estar m�s inclinados al consumo de sustancias. Se ha identificado una relaci�n entre el nivel de vulnerabilidad y el uso de sustancias, particularmente el cannabis. Esto destaca la importancia de que los proveedores de atenci�n m�dica presten especial atenci�n a los j�venes que enfrentan dificultades familiares, educativas o financieras para detectar posibles casos de consumo de sustancias �(84).
El inicio temprano del consumo de sustancias durante la adolescencia se ha asociado con problemas de salud mental concurrentes, tal como se informa en una muestra no cl�nica. Esto subraya la necesidad de mejorar el acceso a la detecci�n temprana e intervenci�n para prevenir la aparici�n de trastornos concurrentes (85).
Riesgo de autolesiones y suicidio
La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de un individuo, marcada por la construcci�n de la identidad, la gesti�n de emociones intensas y la planificaci�n de proyectos de vida. Sin embargo, esta traves�a hacia la madurez tambi�n conlleva desaf�os significativos que pueden aumentar el riesgo de autolesiones como un intento de manejar emociones abrumadoras. Emociones como la rabia, la angustia, la soledad o el rechazo pueden resultar abrumadoras para los adolescentes, y cuando no pueden gestionarlas de manera adecuada, a menudo recurren a la autolesi�n como un mecanismo para aliviar su malestar emocional (86).
La relaci�n entre el inicio de la pubertad y la autolesi�n en las mujeres es interesante de explorar. Se ha observado una relaci�n inversa entre el inicio temprano de la pubertad y la autolesi�n. En otras palabras, las mujeres que experimentan la pubertad a una edad m�s temprana pueden tener un mayor riesgo de autolesiones en comparaci�n con aquellas que comienzan la pubertad m�s tarde. Adem�s, se ha encontrado que un inicio m�s tard�o de la menstruaci�n se asocia con un menor riesgo de autolesiones tanto en la adolescencia como en la adultez temprana (87).
La ideaci�n suicida es un componente importante para considerar en el contexto de la autolesi�n y el comportamiento suicida. La ideaci�n suicida abarca una amplia gama de pensamientos, ideas o fantas�as relacionados con el deseo o la intenci�n de causarse da�o o poner fin a la propia vida. Estos pensamientos pueden variar en intensidad y claridad, desde simples ideas vagas sobre la posibilidad de la muerte hasta planes detallados para llevar a cabo el suicidio �(88).
Es crucial diferenciar entre la autolesi�n y el comportamiento suicida, ya que son fen�menos conceptuales y fenomenol�gicos distintos. Desde una perspectiva conceptual, la autolesi�n se diferencia del comportamiento suicida en t�rminos de intencionalidad, frecuencia y letalidad. Fenomenol�gicamente, estos fen�menos tambi�n presentan caracter�sticas opuestas: aquellos que desean morir buscan "escapar de la vida y dejar de sentir", mientras que aquellos que se autolesionan buscan "mantenerse con vida y sentir" (89).
El comportamiento suicida abarca una serie de pensamientos y comportamientos relacionados con la intenci�n de poner fin a la vida de forma deliberada. Esto incluye la ideaci�n suicida, la planificaci�n y los intentos de suicidio. Entre los adolescentes, el suicidio es una de las principales causas de lesiones y muertes a nivel mundial (90). El suicidio en j�venes constituye un importante problema de salud mental p�blica, ya que los individuos j�venes, especialmente los adolescentes, son naturalmente susceptibles a los problemas de salud mental. Como resultado, el suicidio provoca un n�mero significativo de p�rdidas prematuras, junto con un profundo sufrimiento y da�o social. Cada suicidio es el resultado de una interacci�n compleja de m�ltiples factores de riesgo contribuyentes (91).
El suicidio entre los j�venes puede manifestarse en forma de "clusters" o agrupaciones, que son aumentos no aleatorios en comportamientos suicidas que ocurren en proximidad temporal o geogr�fica. Estos cl�sters son m�s comunes entre los j�venes que entre los adultos. Un factor que puede contribuir a la formaci�n de cl�sters es el "efecto de contagio", un proceso mediante el cual los comportamientos suicidas en uno o m�s individuos aumentan la probabilidad de que ocurran comportamientos suicidas posteriores en otros. Este contagio puede manifestarse de manera directa, a trav�s de la interacci�n con alguien que ha fallecido por suicidio, o de manera indirecta, como la exposici�n al suicidio a trav�s de los medios de comunicaci�n (92).
Una variable relevante en este contexto es la p�rdida por suicidio, que se asocia con un mayor riesgo de suicidio posterior y puede estar relacionada con la autolesi�n no fatal. Comprender los factores de riesgo y protecci�n que rodean el duelo por suicidio en los j�venes es esencial para comprender c�mo se desarrollan los comportamientos suicidas (93).
Metodolog�a
Dise�o y tipo de estudio:
Revisi�n bibliogr�fica.
Criterios de elegibilidad:
Para determinar los estudios que ser�an incluidos en esta revisi�n sistem�tica, se establecieron pautas de inclusi�n y exclusi�n. Estos criterios se fundamentaron en los objetivos de la investigaci�n y se estructuraron para identificar investigaciones pertinentes que trataran la tem�tica de estudio.
Criterios de inclusi�n
� Investigaciones realizadas en ecuador que aborden la salud mental de adolescentes en el contexto nacional, considerando tanto �reas urbanas como rurales.
� investigaciones cuantitativas y cualitativas, revisiones sistem�ticas.
� Estudios publicados en un rango de a�os relevante de entre 2018 hasta el actual 2023 para capturar la actualidad del problema.
� Investigaciones que aborden espec�ficamente los problemas de salud mental que est�n surgiendo recientemente en la poblaci�n adolescente, como la ansiedad, la depresi�n, el abuso de sustancias, el ciberacoso, entre otros.
� Investigaciones que aborden aspectos relevantes para la salud mental, como factores de riesgo, consecuencias.
� Investigaciones de cualquier idioma
Criterios de exclusi�n:
� Investigaciones que se centren en poblaciones de otros pa�ses distintos a Ecuador.
� Investigaciones que no aborden directamente los problemas emergentes de salud mental en adolescentes ecuatorianos, o que se centren en problemas no relacionados con la tem�tica.
� Investigaciones que provengan de fuentes no acad�micas, poco confiables o que carezcan de respaldo cient�fico.
� Estudios publicados antes del a�o de inicio seleccionado para la revisi�n o que sean demasiado antiguos para ser considerados en un contexto actual.
� Repositorios universitarios, simposio, cartas al editor, comentarios de� expertos, blogs, sitios webs no confiables.
Estrategia de b�squeda
Se implement� una estrategia de b�squeda exhaustiva para recopilar informaci�n relevante sobre el tema. Se utilizaron t�rminos y palabras clave relacionados con el tema de investigaci�n, tales como "Salud mental", "adolescente", "Trastornos mentales", "Factores de riesgo", "Consecuencias". Se empleo la b�squeda con estos t�rminos tanto en ingl�s como en espa�ol abarcar mayor la cantidad de resultados en la b�squeda de referencias.
Se crearon combinaciones de los t�rminos clave relacionados con el tema utilizando operadores booleanos (AND, OR) para obtener resultados m�s precisos tales como "(salud mental adolescente OR problemas emergentes) AND (Ecuador OR poblaci�n juvenil)", (salud mental adolescente OR trastornos mentales juveniles) AND (factores de riesgo OR influencias) AND (consecuencias sociales OR repercusiones en salud mental).
Se seleccionaron bases de datos acad�micas relevantes en las que llevaron a cabo las b�squedas, tales como PubMed, Google acad�mico, Scielo, Elsevier, entre otras. Adem�s, se indag� en las listas de referencias de los art�culos encontrados con el fin identificar fuentes adicionales que podr�an ser relevantes.
Respecto a os filtros de b�squeda, se limitaron los resultados a art�culos publicados en los �ltimos 5 a�os para asegurar que la informaci�n citada sea actualiza
Consideraciones �ticas
En el proceso de llevar a cabo esta revisi�n bibliogr�fica sobre los problemas emergentes de salud mental en adolescentes ecuatorianos, se han tenido en cuenta una serie de consideraciones �ticas para garantizar la integridad y la responsabilidad en la investigaci�n. Todas las fuentes utilizadas en esta revisi�n han sido debidamente citadas y atribuidas. El reconocimiento adecuado a los autores originales es fundamental para respetar su contribuci�n a la investigaci�n. Se ha hecho un esfuerzo consciente para parafrasear y citar correctamente el trabajo de otros autores.
Resultados
Tabla 1. Prevalencia de trastornos mentales m�s comunes en adolescentes
Autor |
Metodolog�a |
Lugar |
A�o |
Poblaci�n |
n� |
Trastorno mental |
Prevalencia |
Sierra central |
|||||||
Estudio de corte transversal |
Tungurahua |
2023 |
Hombres y mujeres |
336 |
Depresi�n |
63,1% M�nima |
|
Quevedo (95) |
Estudio observacional, prospectivo, transversal |
2023 |
Hombres y mujeres |
121 |
Depresi�n |
72,7% Severo |
|
Ansiedad |
58,7% Bajo |
||||||
Guachi y Col (96) |
Estudio cuantitativo�� y�� descriptivo |
2023 |
Hombres y mujeres |
151 |
Depresi�n |
5,45% |
|
Sierra Sur |
|||||||
Inga y Col (97) |
Estudio descriptivo, transversal cuantitativo |
2020 |
Hombres y mujeres |
35 |
Depresi�n |
17,14% |
|
Ansiedad |
22,86% |
||||||
Valarezo y Col (98) |
Estudio transversal tipo no experimenta |
2021 |
Hombres y mujeres |
663 |
Depresi�n |
15.8% Hombres |
|
Ansiedad |
24.23% Hombres |
||||||
Caiminagua y Torres (99) |
Estudio descriptivo de corte transversal |
Loja |
2023 |
Hombres y mujeres |
60 |
Depresi�n |
43,3% Leves |
Valarezo (100) |
Estudio cuantitativo de corte transversal |
Loja |
2023 |
Hombres y mujeres |
260 |
Trastornos de comportamiento debido al consumo de sustancias psic�tropas |
3.39% |
Chucho y Andrade (101) |
Estudio transversal |
2023 |
Hombres y mujeres |
230 |
Ansiedad |
35% |
|
Costa |
|||||||
Hern�ndez y Col (102) |
Estudio observacional, transversal, retrospectivo |
2019 |
Hombres y mujeres |
271 |
Trastorno de estr�s postraum�tico (TEPT) |
18,10% |
|
Ansiedad |
23,10% |
||||||
Mu�oz y Col (103) |
Estudio anal�tico y transversal |
Manab�, Portoviejo |
2021 |
Hombres y mujeres |
262 |
Depresi�n |
26% Total |
Montalvo y Col (104) |
Estudio de cohorte regional |
Manab� |
2021 |
Hombres y mujeres |
114.239 |
Trastorno depresivo mayor (TDM) |
8,60% |
Cruz y Col (105) |
�Estudio descriptivo prospectivo |
2021 |
Hombres y mujeres |
155 |
Trastornos del sue�o |
35% Trastorno de inicio y mantenimiento del sue�o |
|
37% Hiperhidrosis del sue�o |
|||||||
20% Somnolencia diurna excesiva |
An�lisis e interpretaci�n
En la tabla 1, los estudios sobre la prevalencia de trastornos mentales en adolescentes en diferentes regiones de Ecuador revelan variaciones considerables. En la Regi�n Sierra Central, se destaca la alta prevalencia de depresi�n, con un 72.7% experimentando s�ntomas severos en un estudio y tasas de ansiedad moderada y severa que llegan al 25.6% y 15.7%, respectivamente. En la Regi�n Sierra Sur, la depresi�n afecta al 43.3% de los adolescentes con niveles de levedad en un 43.3% y gravedad en un 1.7%. Adem�s, se identifican trastornos de comportamiento relacionados con sustancias en un 3.39% de la poblaci�n. En la Regi�n Costa, se encuentran tasas significativas de ansiedad (35%) y depresi�n (26%), siendo m�s prevalentes en mujeres (21.9% y 37.68%, respectivamente) que en hombres (15.8% y 24.23%, respectivamente). En Guayas, los trastornos del sue�o afectan al 35% de los adolescentes en el caso del trastorno de inicio y mantenimiento del sue�o, al 37% en la hiperhidrosis del sue�o y al 20% en la somnolencia diurna excesiva
Tabla 2. Factores de riesgo asociados al desarrollo de problemas de salud mental en adolescentes ecuatorianos
Autor |
Metodolog�a |
Lugar |
A�o |
Poblaci�n |
n� |
Resultados |
Sierra Central |
||||||
�Eckhardt y Col (106) |
Estudio transversal |
2018 |
Hombres y mujeres |
144 |
Eventos traum�ticos Violencia dom�stica agresiones |
|
Borja y Col (107) |
Estudio descriptivo de corte transversal |
Pichincha, Quito |
2020 |
Hombres y mujeres |
3133 |
Maltrato infantil |
Basantes y Col (108) |
Estudio de intervenci�n pr�ctica |
2021 |
Hombres y mujeres |
33 |
Divorcio |
|
Medina y Col (109) |
Estudio transversal |
Pichincha, Quito |
2021 |
Hombres y mujeres |
410 |
Desaf�os en autoestima |
Gavilanes y Gaibor (110) |
Estudio no experimental, descriptivo, transversal y correlacional |
2023 |
Hombres y mujeres |
100 |
Estructura y funcionamiento de la familia |
|
Gonz�lez y Col (111) |
Estudio de revisi�n |
Tungurahua, Ambato |
2023 |
- |
- |
Eventos estresantes |
Andrade y Col (112) |
Estudio exploratorio, descriptivo y transversal |
2019 |
Hombres y mujeres |
118 |
Carencia de medidas preventivas para la salud mental
|
|
Rodr�guez y Col (113) |
Estudio transversal |
2019 |
Hombres y mujeres |
17.309 |
Acoso convencional |
|
V�squez y Col (114) |
Estudio descriptivo de corte transversal |
2019 |
Hombres y mujeres |
151 |
Condiciones higi�nicas desfavorables |
|
Vera y Col (115) |
Estudio observacional descriptiva |
2021 |
Hombres y mujeres |
111 |
Abuso en el hogar |
|
Rodr�guez y Col (116) |
Estudio de revisi�n |
2021 |
- |
- |
Frustraci�n |
|
Moyano y Col (117) |
Estudio correlacional y mediacional |
Guayas, Guayaquil |
2022 |
Hombres y mujeres |
395 |
Ausencia de confianza en padres |
Cuesta y Col (118) |
Estudio de revisi�n |
Guayas, Guayaquil |
2022 |
- |
- |
Pensamientos negativos Falta de apoyo |
An�lisis e interpretaci�n
En la tabla 2, los principales factores de riesgo asociados al desarrollo de problemas de salud mental en adolescentes revelan una serie de influencias que contribuyen a la predisposici�n de trastornos mentales en esta poblaci�n. En la Regi�n Sierra Central, se identifican factores de riesgo que incluyen eventos traum�ticos, violencia dom�stica, desastres naturales, violencia sexual o familiar, y padres separados en la infancia. En la Regi�n Sierra Centro-Sur, se se�ala la carencia de medidas preventivas para la salud mental y el consumo de alcohol y drogas como factores de riesgo. En la Regi�n Costa, los factores de riesgo comprenden condiciones higi�nicas desfavorables, estructuras de viviendas deficientes, insuficiencia de ingresos, abuso en el hogar, historial de violencia, crianza deficiente, relaciones con familiares y amigos antisociales, experiencias de violencia en la infancia, frustraci�n y problemas financieros, as� como la falta de apoyo, el aislamiento, la p�rdida de amistades, el abuso, el divorcio y los antecedentes de trastornos mentales.
Tabla 3. Consecuencias de los trastornos mentales en la vida de los adolescentes
Autor |
Metodolog�a |
Lugar |
A�o |
Poblaci�n |
n� |
Consecuencias |
Sierra Central |
||||||
Gonz�lez y Col (119) |
Estudio cuantitativo de tipo transversal |
2018 |
Hombres y mujeres |
1582 |
Rechazo escolar en diversas formas (refuerzos tangibles, m�ltiples refuerzos) |
|
Palencia y Col (120) |
Revisi�n bibliogr�fica |
Pichincha, Quito |
2019 |
- |
- |
Estr�s prolongado |
�Erazo y Col (121) |
Estudio transversal no experimental |
Pichincha, Quito |
2023 |
Hombres y mujeres |
334 |
Dificultades en el funcionamiento psicosocial |
Castillo y Col (122) |
Estudio descriptivo cuantitativo |
Pichincha, Quito |
2023 |
Hombres y mujeres |
50 |
Rendimiento acad�mico bajo |
Ram�rez y Col (123) |
Estudio cuantitativo, correlacional y transversal |
Pichincha |
2023 |
Hombres y mujeres |
330 |
Comportamientos antiacad�micos |
Quevedo (95) |
Estudio observacional y transversal |
2023 |
Hombres y mujeres |
121 |
Riesgo moderado de suicidio asociado a la ansiedad |
|
Bahamon y Col (124) |
�Estudio observacional, transversal |
Tungurahua |
2023 |
Hombres y mujeres |
440 |
Impulso hacia la autolesi�n |
Sierra Centro-Sur |
||||||
Basantes y Col (108) |
Estudio de dise�o y aplicaci�n de intervenci�n psicopedag�gica |
2021 |
Hombres y mujeres |
33 |
Inestabilidad emocional |
|
Mu�oz y Col (103) |
Estudio anal�tico transversal |
2021 |
Hombres y mujeres |
262 |
Cambios en el apetito |
|
Alonzo y Col (125) |
Estudio descriptivo Correlacional |
2021 |
Hombres y mujeres |
50 |
Trastornos de la alimentaci�n |
|
Costa |
||||||
Bonilla y Col (126) |
Revisi�n bibliogr�fica |
2020 |
- |
- |
Problemas conductuales |
|
Vera y Col (115) |
Estudio observacional y descriptivo |
2021 |
Hombres y mujeres |
111 |
Comportamientos antisociales |
|
Moyano y Col (117) |
Estudio transversal |
2022 |
Hombres y mujeres |
395 |
Impulsividad vinculada a intenciones suicidas |
An�lisis e interpretaci�n
En la tabla 3, las consecuencias de los trastornos mentales en la vida de los adolescentes resaltan una serie de impactos negativos en diversos aspectos de su bienestar. En la Regi�n Sierra Central, los trastornos mentales se relacionan con rechazo escolar, estr�s prolongado, problemas en la salud sexual, impulsos hacia la autolesi�n, riesgo de suicidio, bajo rendimiento acad�mico, actitudes violentas, dificultades en relaciones interpersonales y dificultades en el funcionamiento psicosocial. Por otro lado, en la Regi�n Sierra Centro-Sur, las consecuencias incluyen inestabilidad emocional, baja autoestima, desinter�s en actividades diarias, cambios en el apetito, trastornos del sue�o, culpa excesiva, problemas cognitivos e ideaci�n suicida. Adem�s, se observan trastornos de la alimentaci�n en la Regi�n Carchi. Adem�s, en la Regi�n Costa, las consecuencias abarcan problemas conductuales, d�ficit de atenci�n, trastornos afectivos, comportamientos antisociales y conductas problem�ticas, como impulsividad, agresividad y resistencia a la autoridad. Tambi�n se relacionan con impulsividad vinculada a intenciones suicidas.
Discusi�n
La investigaci�n sobre la prevalencia de trastornos mentales en adolescentes es un campo cr�tico para comprender y abordar los desaf�os de salud mental en esta etapa de la vida. Los resultados de los estudios recopilados revelan un panorama complejo, caracterizado tanto por similitudes notables como por diferencias significativas.
En Tungurahua, se realizaron tres estudios sobre la prevalencia de depresi�n y ansiedad. Mayorga y sus colegas encontraron una alta prevalencia de depresi�n severa (72.7%), Quevedo destac� s�ntomas severos de depresi�n (72.7%) y ansiedad moderada (25.6%), mientras que Guachi y su equipo reportaron una menor prevalencia de depresi�n (5.45%).
En la Regi�n Sierra Sur, se enfocaron en la depresi�n y la ansiedad en Azuay y Loja. Seg�n Inga y su equipo, Azuay tuvo una prevalencia de ansiedad del 22.86% y depresi�n del 17.14%. En Loja, Valarezo y sus colegas mostraron una mayor prevalencia de ansiedad en mujeres (37.68%) en comparaci�n con hombres (24.23%). Adem�s, Caiminagua y Torres se�alaron una alta prevalencia de depresi�n leve (43.3%). En M�xico, un estudio de Ojeda y sus colaboradores inform� una prevalencia de ansiedad del 16% y depresi�n del 4.4% en el estado de Jalisco (127) En M�xico, un estudio de Ojeda y sus colaboradores inform� una prevalencia de ansiedad del 16% y depresi�n del 4.4% en el estado de Jalisco (128).
En la Regi�n Costa, se analizaron trastornos de estr�s postraum�tico, ansiedad y depresi�n. Manab� mostr� una alta prevalencia de ansiedad (23.1%) y trastorno de estr�s postraum�tico (18.1%). Adem�s, se observ� una prevalencia general de depresi�n del 26%, siendo m�s alta en mujeres (14.1%) que en hombres (11.8%). En un estudio en Espa�a, se encontraron porcentajes m�s altos de trastornos de ansiedad en hombres (62%) en comparaci�n con mujeres, aunque tambi�n se mencion� que las ni�as presentaban una sintomatolog�a del 28.5% (129). Por otro lado, en Guayas, se registr� una alta prevalencia de trastornos del sue�o, con un 37% para la hiperhidrosis del sue�o y un 20% para la somnolencia diurna excesiva. En Espa�a, se evidenci� una menor prevalencia de trastornos del sue�o (43.1%) en comparaci�n con el estr�s (33.9%), ansiedad (23.5%), y depresi�n (18.6%), siendo estos �ltimos m�s comunes en las mujeres (130).
En cuanto a los factores de riesgo, en Pichincha se destacan la violencia dom�stica, el maltrato infantil y eventos traum�ticos, mientras que en Chimborazo se agregan el divorcio, embarazos tempranos y conflictos familiares. Seg�n Hern�ndez y sus colegas, factores como el consumo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas aumentan significativamente el riesgo de depresi�n y ansiedad en adolescentes, seguidos de malas relaciones con los padres, maltrato f�sico y psicol�gico, desesperanza y bajo rendimiento escolar (131). En lo que respecta al ciberacoso, al menos el 31% de la poblaci�n en Rocafuerte, Manab�, ha sufrido ciberacoso, lo que ha afectado su estabilidad psicol�gica (132).
En Loja, el consumo de sustancias y la falta de medidas preventivas son factores de riesgo para problemas de salud mental. En Manab�, la precariedad, el abuso en el hogar y la escasez de recursos est�n relacionados con problemas similares, mientras que en Guayas, la frustraci�n, problemas financieros, falta de apoyo y abuso de alcohol contribuyen a la salud mental precaria. El estr�s afecta a los adolescentes emocionalmente y puede conducir a problemas adicionales, como la ideaci�n suicida (133). El maltrato infantil en casa tiene graves consecuencias biopsicosociales, incluida una correlaci�n con la autoestima (134,135).
En Pichincha, se observan consecuencias como rechazo escolar, estr�s, problemas sexuales, autolesiones, bajo rendimiento acad�mico y riesgo de suicidio. Tungurahua presenta comportamientos antiacad�micos, soledad, disminuci�n de la empat�a y un riesgo moderado de suicidio. Chimborazo refleja inestabilidad emocional y baja autoestima. Ca�ar muestra cambios en el apetito, trastornos del sue�o, culpa excesiva e ideaci�n suicida. Carchi se destaca por trastornos alimentarios. Guayas tiene problemas conductuales, d�ficit de atenci�n y trastornos afectivos, mientras que Manab� presenta comportamientos antisociales y agresivos.
La ansiedad y la depresi�n impactan negativamente en la vida, especialmente en estudiantes, con consecuencias como bajo rendimiento acad�mico, conductas violentas, dificultades interpersonales y riesgo suicida (136). Los adolescentes expuestos a violencia familiar muestran dificultades como problemas de atenci�n y comportamiento agresivo, con una variabilidad del 55% (137).
Los estudios revelan diferencias significativas en la salud mental entre las provincias ecuatorianas. Tungurahua muestra variabilidad en la depresi�n y ansiedad. Azuay y Loja difieren en la prevalencia de ansiedad y depresi�n. Manab� tiene altas tasas de ansiedad y TEPT, mientras que Guayas se destaca por los trastornos del sue�o. Estos resultados subrayan la necesidad de enfoques personalizados para abordar la salud mental en cada regi�n y destacan la importancia de investigaciones futuras para comprender mejor estos desaf�os.
Conclusiones
� La prevalencia de trastornos mentales, en especial la depresi�n y ansiedad, indican una variabilidad significativa en la prevalencia de trastornos mentales entre adolescentes. La depresi�n y la ansiedad son comunes en varias regiones, con tasas que var�an ampliamente. Adem�s, se observan diferencias de g�nero en la prevalencia de estos trastornos. Tambi�n se destaca la presencia de otros trastornos mentales, como el trastorno de estr�s postraum�tico y los trastornos del sue�o, que requieren atenci�n en la salud mental de los adolescentes ecuatorianos.
� Los factores de riesgo asociados al desarrollo de problemas de salud mental en adolescentes ecuatorianos incluyen una amplia gama de desencadenantes, como la violencia dom�stica y el maltrato infantil hasta problemas de autoestima, relaciones sociales problem�ticas, consumo de alcohol, divorcio, embarazos tempranos, conflictos familiares, falta de medidas preventivas, consumo de sustancias, condiciones precarias, abuso en el hogar, falta de recursos, frustraci�n, problemas financieros y falta de apoyo.
� La evaluaci�n de las consecuencias de los trastornos mentales en la vida de los adolescentes ecuatorianos muestra una amplia gama de efectos negativos en diferentes regiones del pa�s. Estos efectos incluyen problemas en la educaci�n, estr�s, impacto en la salud sexual, autolesi�n, bajo rendimiento acad�mico, riesgo de suicidio, soledad, disminuci�n de la empat�a, inestabilidad emocional, baja autoestima, cambios en el apetito, trastornos del sue�o, culpa excesiva, ideaci�n suicida, trastornos de la alimentaci�n, problemas conductuales, d�ficit de atenci�n, trastornos afectivos y comportamientos antisociales y agresivos.
Recomendaciones
Establecer programas de detecci�n temprana en escuelas y centros de atenci�n m�dica para identificar y tratar eficazmente los trastornos mentales, especialmente la depresi�n y la ansiedad, adaptados a las necesidades regionales y de g�nero.
Implementar programas de educaci�n y apoyo a familias y comunidades para abordar factores de riesgo como la violencia dom�stica, el maltrato infantil, el consumo de alcohol y los conflictos familiares, con un enfoque en la prevenci�n y el fortalecimiento de las relaciones familiares.
Establecer servicios de apoyo psicol�gico y social en las escuelas y comunidades para abordar las diversas consecuencias de los trastornos mentales, incluyendo problemas educativos, autolesi�n, riesgo de suicidio, trastornos del sue�o y comportamientos agresivos, con �nfasis en la resiliencia y el desarrollo de habilidades de afrontamiento.
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� 2023 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
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