El derecho a la salud en Amrica Latina: un anlisis del papel de la ciencia y del derecho en tiempos de pandemia
The right to health in Latin America: an analysis of the role of science and law in times of pandemic
O direito sade na Amrica Latina: uma anlise do papel da cincia e do direito em tempos de pandemia
Correspondencia: santiagovallejo@gmail.com
Ciencias de la Salud.
Artculo de Investigacin.
* Recibido: 23 de enero de 2023 *Aceptado: 20 de febrero de 2023 * Publicado: 20 de marzo de 2023
I. Abogado de los Tribunales y Juzgados de la Repblica Magister en Derecho, Ecuador.
Palabras clave:
Summary
Keywords:
Resumo
Palavras-chave:
Introduccin
En Amrica Latina el modelo del Estado derivado de los procesos independentistas no consideraba como su obligacin la provisin de bienes y servicios a la poblacin. Pero la evolucin de las democracias ha sometido a este paradigma estatal en las ltimas dcadas a un debate que ha permitido, fundamentalmente, dos cosas: la primera es realizar un cuestionamiento serio y sistemtico de su funcin; la segunda, y solo en alguna medida, es la de establecer como su obligacin el gestionar la provisin de determinados bienes y servicios para los ciudadanos, entre ellos el de la atencin de salud pblica, gratuita, universal y de calidad para todos los individuos. Un derecho segn la teora de los derechos humanos.
En este preciso momento una pandemia, antiguamente llamada peste, se ha enseoreado de una actualidad multitcnica y, se supone, suficientemente cientfica como para afrontar con solvencia y prontitud una urgencia sanitaria de escala planetaria. Pero pese a que todos confiaban en que la ciencia mdica solucionase en un espacio de tiempo corto la situacin, no ha sido as. Los cientficos no han podido dar con las respuestas que permitiran combatir y erradicar el virus mediante una vacuna al alcance de todos.
El derecho, por su parte, cuenta con un protagonismo en todas las crisis, ya que su funcin es la de regular las relaciones entre los ciudadanos y entre estos, y las organizaciones, sean de mbito pblico o privado. En este caso su concurso se realiza en dos mbitos: en la proteccin de datos personales y en la posibilidad de reclamacin de derecho a la salud. El derecho a la salud est garantizado en todas las normas supremas de los pases democrticos, pero su realizacin es irregular en muchos de ellos, especialmente en Amrica Latina. Este texto hace un anlisis sucinto de esta situacin desde un enfoque epistemolgico de la cuestin.
Las crisis sanitarias (o pestes) que trascendieron en la historia antes del coronavirus
Desde principios de ao una situacin indita ha puesto en emergencia sanitaria a todo el planeta, pero solo es nueva para la actualidad, ya que la historia recoge un nmero elevado de pandemias que a lo largo de los siglos, e incluso milenios, han mermado notablemente la cantidad de habitantes de amplias zonas del planeta, puesto que, como afirma Huguet Pan, la enfermedad es parte inexorable de la historia de la humanidad, connatural al ser humano: A medida que la poblacin mundial fue creciendo, cuando una enfermedad se extenda y afectaba a varias regiones del planeta, convirtindose en una amenaza para la poblacin, se empezaron a documentar las primeras pandemias1. Entre estas se puede mencionar a la conocida como peste de Justiniano, que en el siglo VI (el principio de la Edad Media) acab con el cuarenta por ciento de los habitantes de Constantinopla (la capital del Imperio bizantino) y con un porcentaje alto del resto de la poblacin mundial.
Otra epidemia destacable por sus consecuencias es la peste negra, o peste bubnica, de la que an hay brotes en la actualidad, y de la que se vivi el peor episodio entre 1346 y 1353 (la frontera entre la Edad Media y la Modernidad). Pero, y pese a ser entonces ya una vieja conocida, de este virus se ignoraban por completo sus causas y, por consiguiente, el posible tratamiento. Solo cinco siglos ms tarde se descubri su origen animal, concretamente en las ratas, que durante la Edad Media convivan en las grandes ciudades con las personas e incluso se desplazaban en los mismos transportes barcos, por ejemplo- hacia ciudades lejanas, portando el virus consigo2.
La letalidad de esa pandemia es la ms alta de todas las pestes de las que se ha tenido noticia. Segn datos de historiadores estudiosos la poca, en la zona que hoy es Espaa y Portugal (la pennsula Ibrica) muri entre el 60 al 65% de la poblacin, igual que en la Toscana (Italia). Se calcula que en toda Europa se perdieron cerca de 80 millones de vidas humanas. Esta peste caus pandemias sucesivas a lo largo de varios milenios, incluso se sospecha que es de mucha antigedad, ya que en el libro de Samuel hay descripciones que pudieran corresponder a esta patologa, y existen antiguas referencias de Tucdides, Hipcrates y de Cipriano (siglo III d.C.)3. De lo que podemos colegir que la peste negra es antigua y resistente.
Adems, muchos consideran que estas, junto a las enfermedades ahora curables y tratables, fueron durante siglos herramientas naturales de control demogrfico.
La dimensin demogrfica siempre ha estado y estar muy presente en todas las epidemias y pandemias, no slo porque, por definicin, la enfermedad en esos eventos afecta a la poblacin, sino sobre todo porque han sido un factor determinante de la dinmica demogrfica a lo largo de la historia de la humanidad, impactando no solo la mortalidad sino tambin los otros dos componentes del cambio demogrfico (la fecundidad y la movilidad territorial de la poblacin)4.
Es indudable que estos episodios conllevan cambios, por lo menos temporales, en las formas de vida de la gente que las padece, al ser episodios profundamente traumticos. Pero eran aquellos tiempos otros, unos donde la tcnica y la ciencia no parecan ni sueos en el horizonte de los individuos ms visionarios de las sociedades, estos, en cambio, son distintos en ese sentido.
La investigacin cientfica, el conocimiento y el derecho a la salud en los tiempos del coronavirus
Apenas dos meses del 2020 haban transcurrido cuando los medios globales de informacin empezaron a informar de un extrao virus, no muy diferente, al parecer, de uno que ya causara causado ciertos estragos, la gripe aviar. Pero el virus de la gripe aviar no se trasmita como este, por el contacto con superficies previamente tocadas por personas infectadas o, incluso, por el aire. Segn la Organizacin Mundial de la Salud: La enfermedad se propaga principalmente de persona a persona a travs de las gotculas que salen despedidas de la nariz o la boca de una persona infectada al toser, estornudar o hablar5. Una persona puede contraer este virus si inhala las gotculas que ha expelido una persona infectada.
Esta facilidad de contagio es lo que convirti al Covid-19 rpidamente en una pandemia, de hecho, un estudio de la revista cientfica Physics of Fluids (estadounidense), que tiene como objetivo profundizar en la comprensin de cmo viajan y se transmiten por el aire las partculas del virus causante de la COVID- 19 cuando la gente tose, constata que con una ligera brisa de 4 km/h, la saliva viaja casi 5,5 metros en 5 segundos y que las gotitas expulsadas en un estornudo pueden infectar a adultos y a nios6. La forma de contagio es, pues, invisible y veloz.
Que el coronavirus representa un desafo para la ciencia es algo que se not desde los primeros das en los que Europa se debata entre el horror de los cientos y miles de muertos y la perplejidad del acontecimiento indito. La comunidad cientfica respondi al aparecimiento de este virus con la misma sorpresa que el resto de la poblacin, pues, como sostienen algunos autores, el insuficiente conocimiento cientfico sobre el nuevo coronavirus, su alta velocidad de propagacin y capacidad de provocar muertes en poblaciones vulnerables generan incertidumbres sobre cules seran las mejores estrategias que se deben utilizar para combatir la epidemia en las diferentes partes del mundo7.
El personal mdico de los hospitales de todos los pases se dedic a controlar los sntomas de los pacientes y a probar medicamentos, adems de a recomendar a la poblacin que no hicieran caso omiso de las imposiciones de los gobiernos sobre el distanciamiento social y las mltiples restricciones que cada pas decret como medidas para paliar las consecuencias de una crisis sanitaria indita y temible, cuyas consecuencias en prdidas materiales y humanas son, ciertamente impredecibles.
La ciencia, la mdica en particular, cumpliendo el papel que le ha asignado la sociedad y su larga tradicin de aportes a la mejora de la salud de los individuos, se ha manifestado en dos direcciones, la primera ha sido de informar, intentar de alguna manera contener ese diluvio de informaciones falsas que empezaron a circular respecto al virus, a su origen, a sus consecuencias, y, an a da de hoy, a su propia existencia. La otra es una muy sealada carrera por dar con una vacuna que permita inmunizar contra el virus. Es as que a esta tarea se sumaron tanto pases (con sus universidades) como multinacionales farmacuticas, ya que en cuanto el virus se propag por el planeta, tambin empezaron los estudios, las pruebas y los ensayos para dar con la vacuna.
Esta situacin mantiene en vilo a la poblacin, especialmente porque todo el mundo esperaba que se solventase en unas pocas semanas, dos o tres meses mxime. La confianza en la ciencia llev a la gente a confiar en que pronto habra una vacuna que le pondra fin a la emergencia. Pero, cabra en este punto preguntarse: cmo llega el individuo a este nivel de confianza en la ciencia mdica? Porque, como sostiene Chalmers: El conocimiento cientfico es conocimiento probado. Las teoras cientficas se derivan, de algn modo riguroso, de los hechos de la experiencia adquiridos mediante la observacin y la experimentacin8. Este tipo de saber en particular ha tardado siglos y hasta milenos en consolidarse como tal, se basa en lo que se puede ver, probar y comprobar, es un mbito donde las opiniones y creencias personales no tienen cabida, o no deberan tenerla. El autor sostiene, adems, que en la poca moderna es una opinin muy extendida que la ciencia trabaja con conocimiento que ha sido probado. Este sentir generalizado es producto de la revolucin cientfica ocurrida fundamentalmente en el siglo XVII y que fue llevada a cabo por pioneros tan grandes como Galileo y Newton9. Segn Comesaa: El principal objetivo de la ciencia es la comprensin del mundo, que se obtiene mediante explicaciones basadas en leyes10. Pero en el caso de los virus, las leyes y la ciencia mdica, pese a los grandes adelantos y a los muchos triunfos que ha obtenido sobre innumerables dolencias, no puede curar automticamente un virus del que desconoce su origen y su composicin, ya que, como dice con acierto el autor, el objetivo principal de la ciencia es la comprensin de los fenmenos, para influir en ellos
a partir de ese conocimiento.
En cuanto a la atencin de salud como derecho, este ha sido reconocido en diferentes instrumentos internacionales, tales como la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, que en su artculo 25.1 seala: Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, as como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentacin, el vestido, la vivienda, la asistencia mdica11. Desde un contexto regional, el derecho a la salud se encuentra previsto en el artculo 10 del Protocolo Adicional a la Convencin Americana de Derechos Humanos de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales o Protocolo de San Salvador, que lo establece como un derecho para todas las personas y lo entiende como el ms alto nivel de bienestar en tres mbitos: fsico, mental y social. A su vez, compromete a los pases firmantes a constituir a la salud como un bien pblico, por lo que recomienda adoptar medidas para garantizar el derecho, entre las que pueden mencionarse la universalizacin de la atencin de salud, la elaboracin de polticas de prevencin de las principales enfermedades infecciosas, educacin respecto a prevencin de enfermedades, etc.12.
El advenimiento de un virus que detuvo la movilizacin durante algunos meses y que un semestre despus de su aparicin an no permite volver a la normalidad de las actividades, con consecuencias graves para la economa -en sus niveles macro y micro-, dej en evidencia dos cosas: la primera, de mbito global, que en una emergencia sanitaria los principales afectados son los ms pobres, como siempre; la segunda, que en Amrica Latina la salud es un derecho nominal, que su realizacin est lejos de producirse en unas sociedades donde sus dirigentes no han sido competentes para elaborar las polticas pblicas y los instrumentos que establezcan un sistema de atencin de salud que sea solidario y universal, es decir, que atienda a todos los individuos que se asientan bajo la jurisdiccin de ese Estado.
Coyuntura global y en Amrica Latina en el contexto del derecho a la salud
El derecho a la salud en este contexto de pandemia ha sufrido severos retrocesos en todo el mundo. El Covid-19 ha venido para plantear grandes desafos a los sistemas sanitarios de todos los pases. En Amrica Latina, en cambio, el rol del Estado en la provisin de servicios pblicos no se ha desarrollado muy ampliamente, pese a que la evolucin de estas democracias ha llevado a redactar nuevas constituciones que garantizan a los ciudadanos derechos fundamentales, entre los que se cuentan la provisin y el acceso a servicios en igualdad de condiciones, sin embargo, tal y como descubri un estudio realizado en 2003:
En ciudades de la regin pueden perfectamente coexistir tecnologas de punta con modalidades extremadamente precarias de suministros de estos servicios de salud. En la mayora de los casos, la respuesta de los servicios de salud debe ser provista por el Estado (total o parcialmente), debido a que los niveles de ingresos y oportunidades de la mayora de las familias hacen imposible la resolucin del tema por el mercado. En otros casos, minoritarios, existe la posibilidad de mecanismos de financiamiento (seguros privados variados) que aseguran relativamente la provisin de mercado de los servicios13.
Delamaza Escobar y Flores aseguran que los Estados latinoamericanos han desarrollado distinta orientacin de las polticas, que algunos han mantenido por largo tiempo y otros han cambiado con cierta frecuencia, a menudo en coincidencia con los cambios de gobierno:
Distintos proyectos de reformulacin de la institucionalidad estatal en la regin se han concretado tambin en reorientacin de algunas de sus polticas (como las polticas con enfoque de derechos, por ejemplo), mientras que, por el contrario, ciertas polticas muestran aspectos de continuidad a pesar de las transformaciones polticas en el control del estado (como ocurre con las polticas que favorecen el extractivismo y el neoextractivismo)14.
Unos pases ponen en marcha polticas pblicas de carcter social de acuerdo al marco normativo y a los planes de desarrollo, pero otros carecen de esos instrumentos orientativos de las polticas, ello ocurre, segn los autores, porque cuanto ms neoliberal sea el enfoque, ms se desentiende el Estado de proveer esos servicios. En una publicacin de 2017 (de periodicidad quinquenal) la Organizacin Panamericana de la Salud, hace dos importantes estimaciones respecto a la situacin de la atencin de salud en la regin.
La falta de eficiencia y equidad de los sistemas de salud ha sido responsable en gran medida del lento progreso de varios pases hacia el logro de los ODM. Hoy siguen siendo difciles barreras para alcanzar las metas asociadas a los ODS. Algunos sistemas de salud han sido incapaces de afrontar varios desafos de la salud contempornea y sus determinantes en la regin, en particular derivados de la transicin demogrfica y epidemiolgica a lo largo de dcadas, y los que se desencadenan como consecuencia de desastres, epidemias, conflictos internos, cambio climtico, corrupcin, escasas fuentes de financiamiento, su propia segmentacin y fragmentacin, y una vasta pluralidad de otros factores asociados al contexto fsico y social15.
Por un lado, es evidente que unos servicios de salud eficientes y universales coadyuvaran en gran medida al desarrollo de la regin, por el otro, tambin lo es que Latinoamrica tiene una demografa creciente y unos gobiernos claramente incompetentes, cuando no decididamente corruptos; hechos determinantes en la construccin del tipo de sociedad. Por ello, el documento de la OPS recomienda que los
sistemas enfrenten los problemas asociados a los cambios demogrficos y aquellos que se relacionan con los hbitos de consumo y el envejecimiento, ya que constituirn factores determinantes de la salud en los prximos aos.
En este contexto, solo queda concluir que los sistemas de salud de los pases de la regin se encuentran lejos de estar preparados para afrontar una coyuntura de crisis de la dimensin altamente dramtica que el Covid-19 implica. No existe infraestructura, pese a que, como seala Lago, en la mayora de estos pases el derecho a la salud de halla consignado en su Constitucin como un deber del Estado el proporcionarlo:
Sin embargo, las garantas legales y constitucionales no se traducen en la realidad de la financiacin de los sistemas de salud pblica. Brasil, el nico pas del mundo con ms de 100 millones de habitantes que ofrece atencin sanitaria gratuita a todos sus ciudadanos, gasta el 3,8% de su Producto Interior Bruto (PIB) por este concepto. En general, los sistemas universales son caros y requieren un mayor esfuerzo de inversin, como es el caso del Reino Unido, que, a pesar de tener una poblacin tres veces menor, gasta el 7,9% del PIB en su Servicio Nacional de Salud. Incluso Italia, que actualmente es el escenario de una gran tragedia, gasta el 6,8%16.
El promedio de gasto en el rubro salud en la regin es del 3.7% del PIB, y el valor per cpita (sumando lo pblico y lo privado) es menor que lo que invierten los pases de Oriente Medio, tambin con enorme desigualdad y una condicin de pobreza de su poblacin generalizada. Es, pues, evidente, que entre los marcos normativos y la realidad media una flagrante contradiccin. El derecho humano fundamental y garanta constitucional del derecho a la salud no puede concretarse en la regin, y el virus lo ha dejado ms en evidencia que nunca.
La funcin del derecho en la crisis sanitaria de 2020 pendula entre la vigilancia de la proteccin de datos y la reclamacin del derecho a la salud. En el primer punto se trata de la proteccin de los datos personales de los pacientes y de los voluntarios que participan en los mltiples ensayos que buscan dar con la vacuna en todos los continentes. En este momento herramientas tecnolgicas permiten saber dnde ha estado una persona enferma, por tanto, encontrar a potenciales contagiados es sencillo; sin embargo, estos datos son informacin personal que debera, normalmente, protegerse.
Otro aspecto importante a resaltar es el hecho de que las entidades estatales exigieron a sus funcionarios jornadas de trabajo presencial, exponindolos a un alto
peligro de contagio, cuando en la inmensa mayora de los casos podan seguir cumpliendo sus funciones desde sus domicilios. Asimismo, las pruebas PCR que los organismos hacan a sus empleados, muchas de ellas falsos positivos, por un lado, se hacan en unas condiciones de servicio muy malas, y por el otro, creaban a la persona problemas sociales y laborales al ser sealada como contagiosas, ya que no se respet la proteccin de datos en ningn momento. Todos saban quines se haban contagiado. Ello ocurre porque, como como asevera Muente Kunigami: Si bien no todos los pases de la regin tienen legislacin en materia de proteccin de datos personales, usualmente se contemplan excepciones para contextos de emergencia nacional17. Es decir, en esta coyuntura la norma existente se pas por alto.
La proteccin de datos encuentra su origen en la misma Declaracin Universal de Derechos Humanos, en el artculo 12, que seala: Nadie ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputacin. Toda persona tiene derecho a la proteccin de la ley contra tales injerencias o ataques18. A da de hoy se encuentra convertida en ley en la mayora de las democracias, y en las que todava no es as ya se encuentra en estudio, pese a lo cual, no ha impedido que se conozcan datos personales de enfermos, sus nombres, sus direcciones, dolencias, capacidad de consumo, crdito, etc. Ello porque los tiempos del gran hermano, en palabras de Orwell, donde las redes sociales se han tornado en el mayor coladero de informacin personal, la privacidad ha pasado a la historia. El ser humano renuncia a ese derecho en el momento mismo en el que teclea sus datos para obtener una cuenta en el universo ciberntico.
El cambio de paradigma a propsito de la pandemia
Son muchos los que alertan de la necesidad de cambiar los modos de vida acelerados y altamente competitivos de las sociedades de este tiempo, esa idea de que la economa debe siempre crecer o el pas tiene problemas. Autores como Rojo-Gutirrez y Bonilla consideran que es beneficioso para todos que en esta indita situacin la flora y la fauna hayan recuperado espacios, que la contaminacin atmosfrica haba bajado hasta niveles de aos atrs: La esperanza estar en que est situacin no sea en balde y conduzca de una vez por todas a una reflexin conjunta en la que mantener el estado de bienestar y reforzarlo pase por la mejora de nuestras condiciones ambientales pues no podemos pensar que existe una desconexin entre estas y nuestra salud19. Y es que uno de los grandes ganadores de la pandemia es el medioambiente, ya que gracias a la disminucin de la movilidad las emisiones contaminantes han bajado y el peligro de los cambios que se esperan debido a la contaminacin se retrasa.
Para algunos cientficos es evidente, que se avecinan cambios importantes en la geografa de muchos sitios por el deshielo y la desertizacin, as como como la imparable contaminacin de todos los afluentes de agua, ya que, segn afirma Useros Fernndez, igual que la evolucin demogrfica o la globalizacin, el cambio climtico se convertido en una de las principales preocupaciones sociales:
(...) y esto es as porque su principal responsable son las actividades humanas, por los efectos medioambientales y sobre la salud de la poblacin y, sobre todo, porque es otra cuestin ms de pases desarrollados y subdesarrollados, pobres y ricos, de justicia o de inequidad, de repartir cargas y esfuerzos, de tensiones entre explotadores de recursos y sociedades explotadas o, simplemente, de controlar el uso de combustibles y del uso de la tierra y, en resumen, de actuar con responsabilidad para esta y sucesivas generaciones, cuyo bienestar debe mejorarse con el desarrollo tecnolgico20.
Un cambio de paradigma econmico redundara en un alivio para el medioambiente, ahora, el quid de la cuestin est en cmo sera ese nuevo modelo. Autores como la directora del Foro Poltica y Sociedad de la Fundacin Friedrich Ebert (FES) en Berln, Stefanie Elies, apunta a que esta crisis puede ser un impulso para dos cambios fundamentales de paradigma:
(...) uno relacionado con el trabajo de cuidados y el otro, relacionado con los cambios institucionales en materia de seguridad humana. El ncleo de este doble cambio de paradigma es un redireccionamiento de las inversiones hacia sistemas sostenibles y preventivos que prioricen la asistencia y la seguridad de las personas. Esta redistribucin no va en contra de los intereses econmicos, sino a favor de una profunda transformacin socioecolgica21.
La historiadora argentina Pilar Gonzlez Bernaldo, por su parte, est de acuerdo con Elies en el cuestionamiento al actual sistema de acumulacin de riqueza por parte de unos pocos, que redunda en las carencias de muchos, y apostilla que esto est matando el equilibrio ecolgico del planeta, y aade que:
La grieta que provoca la crisis actual atestigua de la dimensin histrica y por consiguiente arbitraria de nuestra manera de pensar la sociedad. A pesar de la tristeza por el costo humano de la pandemia y la preocupacin por los efectos sociales an imprevisibles de la crisis, ella nos ensea que cambiar de rumbo supone interrogar los paradigmas que inciden en nuestra capacidad de pensar otras respuestas posibles, ofrecindonos una oportunidad planetaria para hacerlo22.
No obstante, hay autores que hacen lecturas optimistas sobre la actualidad, como la que hace Ponce cuando indica que:
El futuro est sucediendo ahora. Pocas veces una generacin ha vivido, en su propio tiempo y espacio, cambios de paradigma tan intensos y veloces como la actual humanidad. Vivimos tiempos excitantes. La mayora somos hijos del siglo XX y de la revolucin de la informtica, que ha modificado radicalmente la sociedad en los ltimos 50 aos, pero tambin somos contemporneos de una nueva revolucin que se abre paso de forma silenciosa por las venas del mundo23.
A propsito de la pandemia que mantiene al mundo en crisis sanitaria y econmica, la Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe considera que la pandemia nos demanda la construccin de un nuevo modelo de desarrollo, con instituciones ms redistributivas que tengan mayor preocupacin por las minoras, las mujeres y los adultos mayores, sin olvidar tampoco el cambio climtico24.
Decir de manera taxativa que esta crisis en la que nos encontramos perfectamente inmersos todava va a propiciar un cambio de modelo en lo econmico y en lo social es ir un poco demasiado rpido, al ser humano le ha tomado muchos milenios llegar a esta situacin, enmendarla puede llevarle algn tiempo. En ese sentido, cabra pues afirmar que el cambio de paradigma es una necesidad, aunque no se lo avizora.
Conclusiones
Una pandemia a estas alturas del desarrollo cientfico y tecnolgico pareca que quedaba muy lejos. En tiempos en los que poderosos empresarios estn iniciando sus proyectos urbansticos en localizaciones del espacio exterior, los ciudadanos que no trabajaban en el rea cientfica relacionada con los virus no podan prever semejante evento. Pero ocurri y vino a cambiar la realidad inmediata. Y a perjudicar seriamente las economas de todo el planeta. Y a dejar en evidencia que las desigualdades en el disfrute de los derechos fundamentales estn ah.
Se concluye, por tanto, que el derecho a la salud en la regin es en muchos pases una garanta constitucional, pero ello no modifica la cuestin: baja inversin en el sector, falta crnica de infraestructura, ausencia de polticas pblicas que realicen el derecho y falta de voluntad poltica de quienes manejan los recursos pblicos.
Asimismo, el papel de la ciencia en esta crisis sanitaria mundial ha sido relevante y no puede menoscabarse su aporte con anlisis de plusvalas o con el negacionismo de los grupos de fanticos que opinan desde el oscurantismo de la magia y la superchera. La ciencia hace inditos esfuerzos por encontrar la vacuna, por un lado, y por el otro intenta contener el tsunami desinformador que estimula a las masas a la desobediencia y al caos.
Referencias
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2023 por los autores. Este artculo es de acceso abierto y distribuido segn los trminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
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