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Optimizaci�n del flujo de residuos de la construcci�n y demolici�n en el cant�n Bibli�n

 

Optimization of the flow of construction and demolition waste in the Bibli�n canton

 

Otimiza��o do fluxo de res�duos de constru��o e demoli��o no cant�o de Bibli�n

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correspondencia: mdcabreram61@est.ucacue.edu.ec

 

 

Ciencias T�cnicas y Aplicadas ���

Art�culo de Investigaci�n

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* Recibido: 23 de noviembre de 2022 *Aceptado: 12 de diciembre de 2022 * Publicado: 24 de enero de 2023

 

       I.          Arquitecta, Posgradista en el Programa de Maestr�a en Construcciones con menci�n en Administraci�n de la Construcci�n Sustentable en la Universidad Cat�lica de Cuenca, Bibli�n Ecuador.

      II.          Ingeniero Qu�mico, Supervisor industrial y especialista en Docencia Universitaria, Mag�ster en Sistemas de Gesti�n Ambiental, experto en gesti�n de residuos s�lidos y docente investigador de la Universidad Cat�lica de Cuenca, Cuenca Ecuador.

3. Ingeniera qu�mica, diploma en estudios avanzados en Ingenier�a Qu�mica y Ambiental, Triple m�ster en Prevenci�n de Riesgos Laborales Nivel Superior, Gesti�n de los Sistemas de Calidad y Gesti�n de los Sistemas Medioambientales, M�ster en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclim�tica, Doctora en Construcci�n y Tecnolog�a Arquitect�nicas, Docente en la Maestr�a en Construcciones en la Universidad Cat�lica de Cuenca, Ecuador.

Resumen

El cant�n Bibli�n ha experimentado un importante crecimiento urbano que ha provocado, entre otros impactos, aumento en la demanda de servicios b�sicos; estos procesos involucran el uso de materiales de construcci�n y generan residuos s�lidos conocidos como escombros; que por su naturaleza deben contar con un adecuado manejo.� Su gesti�n a nivel cantonal es b�sica, ya que no se dispone de un sitio �ptimo para la disposici�n final; los desalojos se realizan en las m�rgenes de r�os, quebradas y otras zonas no adecuadas, que afectan ecosistemas naturales y urbanos, lo que genera impactos ambientales y sociales, que demandan su debida atenci�n. Este estudio de tipo descriptivo, busca optimizar la gesti�n de residuos de construcci�n y demolici�n, basado en dos ejes: la selecci�n de zonas para dep�sito temporal de residuos y, la creaci�n de rutas para su aprovechamiento con el fin de prolongar el ciclo de vida de los materiales.

Palabras Clave: Flujo de residuos; gesti�n de residuos de construcci�n y demolici�n; an�lisis espacial; caracterizaci�n; econom�a circular.

 

Abstract

The Bibli�n canton has experienced significant urban growth that has caused, among other impacts, an increase in the demand for basic services; these processes involve the use of construction materials and generate solid waste known as rubble; which by their nature must be properly managed. Its management at the cantonal level is basic, since there is no optimal site for final disposal; the evictions are carried out on the banks of rivers, streams and other unsuitable areas, which affect natural and urban ecosystems, which generates environmental and social impacts, which demand due attention. This descriptive study seeks to optimize the management of construction and demolition waste, based on two axes: the selection of areas for temporary waste storage and the creation of routes for its use in order to prolong the life cycle of the materials.

Keywords: waste stream; construction and demolition waste management; spatial analysis; characterization; circular economy.

 

Resumo

O cant�o de Bibli�n experimentou um crescimento urbano significativo que causou, entre outros impactos, um aumento na demanda por servi�os b�sicos; esses processos envolvem o uso de materiais de constru��o e geram res�duos s�lidos conhecidos como entulho; que pela sua natureza devem ser devidamente geridos. A sua gest�o a n�vel cantonal � fundamental, uma vez que n�o existe um local �ptimo para a disposi��o final; as remo��es s�o realizadas nas margens de rios, c�rregos e outras �reas impr�prias, que afetam os ecossistemas naturais e urbanos, o que gera impactos ambientais e sociais, que demandam a devida aten��o. os materiais.

Palavras-chave: fluxo de res�duos; gest�o de res�duos de constru��o e demoli��o; an�lise espacial; caracteriza��o; economia circular.

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Introducci�n

Varias naciones del mundo han propuesto como meta hacia el 2030, reducir considerablemente los residuos s�lidos generados, sus esfuerzos por mejorar el desempe�o ambiental se pueden evidenciar en diferentes investigaciones e iniciativas (Plan V 2020). La cantidad de residuos y su gesti�n se integran como prioridad para la mayor�a de programas medioambientales de todo el mundo (G�lvez-Martos et al. 2018a); sin embargo, Ecuador no ha tenido avances ni metas concretas, lo que es alarmante porque si la tendencia de generar basura y contaminar al medio ambiente continua, se llegar� a un punto de no retorno con consecuencias catastr�ficas que forman parte integral del cambio clim�tico (Plan V 2020). La situaci�n en la que se encuentra Ecuador es cr�tica, pues genera 375 mil toneladas de residuos s�lidos urbanos al a�o, pero solo se recupera el 4%, los dem�s residuos son enterrados en el mejor de los casos en un relleno sanitario (El Universo 2020).

Por otro lado, la urbanizaci�n a nivel global es un proceso que crece a un ritmo acelerado e impulsa la importante industria de la construcci�n (Aslam, Huang, and Cui 2020); que a su vez se caracteriza por la demanda de recursos naturales y por ende en la alta generaci�n de residuos, que causan impactos negativos al medio ambiente (Ping Tserng, Chou, and Chang 2021). En consecuencia, el desarrollo armonioso entre la industrializaci�n, la urbanizaci�n y el crecimiento econ�mico es un reto cr�tico (Sun et al. 2017). En este sentido, la aplicaci�n sistem�tica de buenas pr�cticas como la reducci�n de los residuos de construcci�n, la minimizaci�n del impacto del transporte, la reutilizaci�n y el reciclaje mediante el tratamiento de residuos secundarios, podr�a reducir significativamente la contaminaci�n (G�lvez-Martos et al. 2018a).

Por su parte, para abordar el contexto de la investigaci�n es necesario partir de la definici�n de los residuos de construcci�n y demolici�n (RCD), como los producidos en actividades de nueva construcci�n, renovaci�n y demolici�n de edificios e infraestructuras, usualmente desechados en vertederos, sin embargo, se ha reconocido su potencial como objeto para reciclaje (Kofoworola and Gheewala 2009). Se puede ampliar esta definici�n al incluir los productos y materiales excedentes y da�ados que surjan en el curso del trabajo de construcci�n o que se usen temporalmente en el proceso de actividades en el sitio (Department of the Environment heritage and local Government n.d.).

La generaci�n de residuos es un problema que se incrementa por varias causas como: la falta de planificaci�n para la gesti�n de desechos dentro del proyecto de construcci�n, las inadecuadas o ausentes pol�ticas p�blicas, el aspecto socioecon�mico y el componente conductual de los profesionales de la construcci�n (Fernandes de Magalh�es, Danilevicz Ferreira, and Abreu Saurin 2017), por ende la administraci�n de� RCD es un tema que cada vez adquiere mayor importancia, incluso se est� convirtiendo en una disciplina emergente y predominante (Lu and Yuan 2011).

La cantidad de residuos de construcci�n es una preocupaci�n importante, derivada sobre todo se su log�stica y de la ocupaci�n del suelo (G�lvez-Martos et al. 2018a). Los RCD conforman una parte significativa de los residuos s�lidos y sus impactos en el ambiente son graves por el agotamiento de los recursos, el deterioro de la tierra y la contaminaci�n del aire (Blaisi 2019). Es importante considerar que una inadecuada gesti�n para este tipo de residuos acelera la destrucci�n de centros urbanos a causa de la obstrucci�n de los elementos de drenaje, el impacto generado en v�as p�blicas y la contaminaci�n de las fuentes de agua (Esgu�cero et al. 2021).

Por tanto, minimizar y manejar adecuadamente los RCD se puede considerar como una meta principal en programas medioambientales (Blaisi 2019); para alcanzar este objetivo, es necesario adoptar una gesti�n eficaz que considere evitar impactos socioecon�micos y da�os al medio ambiente. En este sentido, una gesti�n eficaz evita la necesidad de ubicar m�s sitios para vertederos en zonas urbanas con limitaciones en el uso de suelo, por su problem�tica territorial (Bakshan et al. 2017). Por este motivo, una alternativa es implementar procesos de circularidad en el ciclo de vida de materiales de construcci�n con el objetivo de ralentizar el agotamiento de los vertederos existentes y generar beneficios econ�micos (Yuan 2013).

Para enfrentar los problemas ambientales generados por la construcci�n masiva, se ha popularizado la integraci�n de lineamientos de econom�a circular como estrategia sostenible y un concepto fundamental en la gesti�n de RCD (Ping Tserng et al. 2021). Su fomento considera estrategias para reciclaje, reutilizaci�n y reducci�n por m�ltiples beneficios, para lo cual se debe partir del an�lisis de flujo de materiales, a fin de extender su ciclo de vida (Lederer et al. 2020).

En este marco, el presente estudio tiene como premisa de pregunta de investigaci�n: �Es posible disminuir la contaminaci�n ambiental generada por los residuos de construcci�n y demolici�n mediante la optimizaci�n del flujo de residuos?; cuyo enfoque se basa en buscar estrategias que permitan la circularidad en el ciclo de vida de materiales de construcci�n a trav�s sitios de dep�sito temporal y la creaci�n de rutas para su reutilizaci�n, reciclaje o reducci�n, para lo cual se desarroll� cuatro secciones; revisi�n de la literatura existente en cuanto a gesti�n de RCD; an�lisis del flujo actual de los residuos en el cant�n Bibli�n; selecci�n de zonas potenciales para el emplazamiento de sitios de dep�sito y almacenaje temporal de residuos y, categorizaci�n de RCD para la creaci�n de rutas de aprovechamiento. El tema de investigaci�n es importante porque contribuye a la escasa investigaci�n en cuanto a gesti�n de residuos de construcci�n en Ecuador, especialmente en la selecci�n de zonas �ptimas para su dep�sito y, en modelos circulares, que contribuyen en disminuir el impacto a los ecosistemas.

 

Materiales y M�todos

Se realiz� una investigaci�n de nivel descriptivo donde se ha expuesto las caracter�sticas de los RCD, as� como los detalles de su actual gesti�n; juicio de expertos y recuperaci�n de realidades similares.� En base a los resultados obtenidos se formul� una propuesta para optimizar los procesos en cuanto a su almacenaje temporal, recuperaci�n y valorizaci�n, enfocados en una econom�a circular. Adem�s, se emplearon metodolog�as exploratorias y descriptivas en el orden del m�todo cualitativo con el objetivo de recopilar las impresiones de profesionales y de entidades respecto de la gesti�n y flujo de los RCD; y, al mismo tiempo, conocer las alternativas para su aprovechamiento en el ciclo de vida.�

En cuanto a los m�todos empleados, se aplic� dos tipos de investigaci�n b�sica: documental y de campo, donde se recolect� la informaci�n necesaria para conocer las caracter�sticas de los RCD en la zona de estudio a trav�s de un an�lisis de datos cualitativos. En este sentido, la metodolog�a empleada para el presente estudio se dividi� en tres etapas: investigaci�n documental, investigaci�n de campo y, an�lisis y s�ntesis.� Para dar cumplimiento a los objetivos propuestos se identific� como zona de estudio al cant�n Bibli�n de la provincia del Ca�ar, ubicado al sur del Ecuador.

Para abordar el tema, se inici� con la investigaci�n documental que expone el estado del arte a partir del an�lisis de literatura cient�fica sobre gesti�n y aprovechamiento de RCD enfocados en minimizar el impacto ambiental generado por proyectos de construcci�n.

La segunda etapa se concret� en la investigaci�n de campo para reconocer el flujo y, las pr�cticas de gesti�n actual de los RCD en la zona de estudio. En esta etapa se utilizaron como m�todos la observaci�n cualitativa y la aplicaci�n de encuestas; la primera se emple� para monitorear las zonas destinadas para desalojo y disposici�n de escombros, mientras que por su parte la segunda se dise�� con el objetivo de caracterizar los RCD que estaban siendo depositados, el instrumento cont� con preguntas de selecci�n m�ltiple, en base a cuestionarios validados utilizados en otros estudios similares, lo que permiti� recolectar informaci�n en el orden de cantidades y sus respectivos sitios de dep�sito, complementado con preguntas en cuanto a aspectos sociales y econ�micos para identificar tendencias en relaci�n a su manejo.

La tercera etapa hace referencia al an�lisis y s�ntesis de los datos recopilados, en base a los resultados obtenidos se busc� optimizar el flujo de RCD a partir de dos ejes fundamentales para una adecuada disposici�n y aprovechamiento; �stas son la selecci�n de emplazamientos para escombreras a trav�s del uso de sistemas de informaci�n geogr�fica (SIG) y el trazado de rutas de reciclaje a trav�s sistemas de geolocalizaci�n.

 

�rea de estudio y zonas de intervenci�n

Ecuador no tiene grandes avances en cuanto a una gesti�n eficaz para reciclaje y reutilizaci�n de RCD, y hasta que esta realidad cambie, una alternativa interesante es ubicar una zona para disposici�n temporal de acuerdo a las pol�ticas ambientales y a la planificaci�n territorial (Kcomt-Cabrejo 2018). Sin embargo, estimar la capacidad de esta zona necesaria para albergar RCD se torna compleja debido a que, en el sector de la construcci�n, no se cuantifican la cantidad de residuos generados; no obstante, es posible aproximarlo de acuerdo al n�mero de proyectos constructivos ejecutados, para el caso de Ecuador.

Es as� que, seg�n cifras del Instituto Nacional de Estad�stica y Censos (INEC), en el a�o 2014 se emitieron 27 199 permisos de construcci�n en Ecuador, donde se declar� un �rea de construcci�n de 10�016 774 m², el an�lisis de participaci�n regional respecto al total, muestra que la sierra aporta con el 52.93 % de estos permisos y, espec�ficamente, a la provincia del Ca�ar le corresponde un �rea de construcci�n de 127 530 m² (INEC 2014).

El cant�n Bibli�n se encuentra al centro sur de la provincia del Ca�ar, Ecuador; se conforma por una parroquia urbana y cuatro parroquias rurales en una extensi�n total de 232 km², alberga a una poblaci�n total de 20 817 habitantes (GAD-Bibli�n 2020), con una proyecci�n de 23 741 habitantes para el a�o 2020 (GAD Bibli�n 2014), de los cuales el 78.9% residen en el �rea rural (INEC 2001) y, por otro lado, el 8% se ocupa en actividades de construcci�n, constituy�ndose como la cuarta actividad m�s importante del cant�n (INEC-Censo de Poblaci�n y Vivienda 2010 2014); en este sentido, la explotaci�n minera tambi�n representa una actividad importante, se extraen recursos no renovables como p�treos utilizados para materiales de construcci�n, con sus consecuentes impactos potenciales presentes y latentes, de la mano de la contaminaci�n (GAD Bibli�n 2014).

En cuanto a los usos de suelo, el 55,04 % del territorio cantonal se encuentra bajo protecci�n ambiental por la presencia de tres bosques protectores: Cubil�n, Papaloma-Charum y Machangara-Tomebamba (GAD Bibli�n 2014); la conservaci�n de estas zonas naturales es importante y es una condicionante en la selecci�n de sitios para disposici�n de residuos.

 

Residuos de Construcci�n

Los RCD es el t�rmino utilizado para definir a los residuos generados, com�nmente en alto peso y volumen, en actividades de construcci�n, mantenimiento, demolici�n y deconstrucci�n de edificios y obras civiles; usualmente se definen como �inertes� por la falta de reactividad qu�mica en condiciones ambientales, debido a que est�n compuestos en mayor porcentaje por escombros, por lo que posiblemente contengan la menor carga ambiental en comparaci�n con otro tipo de residuos (G�lvez-Martos et al. 2018a).

A pesar de que los RCD se definen inertes, es importante considerar que se pueden presentar mezclados con residuos peligrosos espec�ficos como pl�sticos, aglomerados, maderas contaminadas, enseres dom�sticos, entre otros; para disminuir su car�cter nocivo, deben gestionarse a trav�s del reciclaje, la reutilizaci�n o la acertada disposici�n final en vertederos, escombreras o rellenos de seguridad seg�n corresponda (Kcomt-Cabrejo 2018).

 

Manejo de residuos en el cant�n Bibli�n

Para conocer el manejo de residuos, se realizaron visitas a distintas entidades con el objetivo de identificar la instituci�n responsable de su gesti�n; es as� que varios t�cnicos manifestaron que no ten�an competencia, ni cooperaci�n con otras instituciones para la ubicaci�n de escombreras o aplicaci�n de sanciones por contaminaci�n ambiental; tambi�n se pudo evidenciar la falta de ordenanzas y pol�ticas espec�ficamente a nivel cantonal.� Finalmente se identific� que existen dos instituciones con relaci�n en cuanto al manejo de residuos; estas son la Empresa P�blica Municipal Mancomunada de Aseo Integral del Pueblo Ca�ari (EMMAIPC-EC) y el GAD Municipal de Bibli�n.

Respecto a la EMMAIPC-EC, es la entidad competente de la recolecci�n de desechos s�lidos en el cant�n Bibli�n desde el a�o 2010; semanalmente recolectaba 120 t, que representa el 46.6 % del total de residuos generados a nivel cantonal (Maldonado and Jim�nez 2017). Sin embargo, seg�n datos del INEC, el 4 % de las viviendas deposita sus desechos en terrenos, 43.4% los queman, 4 % los entierran, 0.5 % los arrojan a r�os o quebradas y el porcentaje restante los elimina de forma diferente a las categor�as anteriores (GAD Bibli�n 2014). Para el 2017 se alcanz� un gran avance, el 90 % de los residuos fueron depositados en sitios adecuados y autorizados, esto se debe a la voluntad de la mancomunidad, la rigurosidad, la t�cnica y a la decisi�n pol�tica para establecer ordenanzas que contribuyen al progreso (Maldonado and Jim�nez 2017).

Referente a los procesos constructivos en el cant�n Bibli�n, inicialmente se debe obtener el �permiso de construcci�n� que otorga el GAD municipal. Para este tr�mite se solicita informaci�n en el orden del sector donde se va a construir, los detalles de la edificaci�n u obra proyectada, adem�s de otros datos sobre el proyectista y pagos de impuestos (GAD Bibli�n 2022). Dentro de la informaci�n requerida no consta un formulario que considere la gesti�n de RCD, donde se exponga detalles sobre el tipo y la cantidad a generarse, su transporte y, a�n m�s importante, el tratamiento o sitio para su disposici�n final.

En el �mbito legislativo, el cant�n Bibli�n no cuenta con una ordenanza espec�fica para la gesti�n de RCD, m�s bien se encuentra sujeto a la Ordenanza para la Gesti�n Integral de Residuos y Desechos s�lidos en los cantones de Ca�ar, Bibli�n, El Tambo y Suscal vigente desde el 2015; en donde se establece que el desalojo y eliminaci�n de escombros es responsabilidad de quien los genere y, previo a su desalojo, deber�n consultar la zona asignada para tal efecto al departamento de obras p�blicas del GAD Municipal, (GAD Bibli�n 2015).

Las encuestas aplicadas a los t�cnicos encargados de la gesti�n de desechos coinciden con los datos obtenidos mediante observaci�n, confirma que los sitios autorizados para desalojo y disposici�n de RCD, as� como tierras producto de excavaci�n son las m�rgenes del r�o Tambo, Galuay y Burgay; adem�s de ciertas zonas que necesitan relleno para el paso de v�as. Es importante mencionar que los residuos utilizados no son clasificados, ni reciben un tratamiento o proceso t�cnico para la estabilizaci�n de taludes.

 

Caracterizaci�n de Residuos

La caracterizaci�n de RCD consiste en conocer dos propiedades importantes del flujo de residuos; su composici�n y la cantidad generada, que dependen del tipo de obra (residencial, no residencial, comercial, industrial, entre otras.) y la fase de trabajo en la que se encuentre (obras preliminares, estructuras, secci�n de acabados, entre otros). Conocer estas dos caracter�sticas es fundamental para la valoraci�n y selecci�n de diferentes t�cnicas de tratamiento y evacuaci�n, adem�s permite identificar impactos potenciales al medio ambiente, asociados con su disposici�n final (Kcomt-Cabrejo 2018).���

Seg�n un estudio realizado en Piura�Per�, se indica que los residuos se clasifican en no peligrosos y peligrosos, en donde los primeros lo constituyen los excedentes o residuos generados en cualquier tipo de actividad en obras de construcci�n o demolici�n y que no presentan caracter�sticas de peligrosidad, pero que no por ello pueden ser gestionados libremente. Se subdividen en materiales p�treos no contaminados y escombros (Kcomt-Cabrejo 2018).

 

Gr�fico 1. Clasificaci�n de RCD no peligrosos

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: (Kcomt-Cabrejo 2018)

 

Por su parte los residuos peligrosos son aquellos que bajo ciertas condiciones pueden ser biodegradados y transformarse en sustancias contaminantes liberados en forma gaseosa, lixiviados o como sedimentos. Se generan por productos utilizados en obras de construcci�n o por productos, materiales o elementos derivados en demoliciones; de esta manera, se dividen en residuos peligrosos espec�ficos y tierras contaminadas. Con el prop�sito de evitar la contaminaci�n al medio ambiente, el manejo ideal para este tipo de residuos deber�a ser separarlos del resto y disponer adecuadamente (Kcomt-Cabrejo 2018).

 

Gr�fico 2. Clasificaci�n de RCD peligrosos espec�ficos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nota. Los RCD peligrosos, est�n en el orden de: t�xico cuando contiene elementos como ars�nico, plomo, formaldeh�do, pentaclorofenol, tricloroetileno, aditivos (estabilizantes, colorantes, plastificantes), asbesto o amianto, pigmentos (cadmio, plomo), n�quel, hidrocarburos y yeso; irritantes, en el caso de que su composici�n sea cloruro de metileno, tricloroetileno, formaldeh�do, mercurio, bifeniles policlorados (BPCs), aditivos (estabilizantes, colorantes, plastificantes) y pentaclorofenol, e inflamable si prima el contenido de ars�nico, plomo, formaldeh�do, pentaclorofenol, cloruro de metileno, tricloroetileno, benceno, formaldeh�do, hidrocarburos. Fuente: (Kcomt-Cabrejo 2018).

 

As� tambi�n, se destaca la presencia de tierras y piedras contaminadas a su vez se dividen en dos tipos; las que resultan de suelos contaminados que son o han sido ocupadas por una actividad potencialmente contaminante y, las que durante la excavaci�n presenten contaminaci�n, a pesar de que en ese suelo no se ha emplazado una actividad considerada como directamente agresora (Kcomt-Cabrejo 2018).

A fin de determinar el tipo de RCD que se genera en la zona de estudio, se aplic� una encuesta de selecci�n m�ltiple a profesionales de la construcci�n; el cuestionario se enfoc� en temas espec�ficos para conocer la caracterizaci�n y gesti�n de los residuos de construcci�n, para lo cual se ofreci� una lista amplia de materiales. Los resultados se presentan en el gr�fico 3, en donde se puede apreciar que predominan los residuos clasificados seg�n su origen como p�treos, es decir desechos producto de excavaci�n, hormig�n, arenas y gravas, cer�mica, bloques y ladrillos, y p�treos mezclados, lo que significa un 97% del total de residuos generados; por otra parte, en un 3 % se identifican residuos met�licos. Otros residuos como madera, pl�stico, vidrio y cart�n tambi�n fueron identificados en esta clasificaci�n, pero en menor proporci�n.

 

Gr�fico 3. Composici�n de residuos de construcci�n y demolici�n en el cant�n Bibli�n

Fuente propia

Realizando una comparaci�n entre los resultados obtenidos y la caracterizaci�n descrita anteriormente, se puede determinar, que los RCD generados en el cant�n no son peligrosos. Sin embargo, eso no quiere decir que no exista grupos de residuos mezclados con elementos potencialmente contaminantes; pues mediante observaci�n en los sitios de dep�sito de escombros, se pudo identificar residuos que resultan peligrosos para el medio ambiente, pero en baja cantidad.

 

 

 

 

 

 

 

Imagen 1. Disposici�n de residuos de construcci�n y demolici�n en el cant�n Bibli�n

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Nota. Las im�genes muestran que se desalojan residuos de construcci�n en las m�rgenes de r�os, estos residuos est�n mezclados con elementos potencialmente contaminantes como restos de fibrocemento, restos cer�micos, de envases, pl�stico y restos de tabiquer�a. Fuente propia

 

Selecci�n de zonas de apoyo para escombreras

Como se describi� en la metodolog�a, uno de los objetivos para conseguir la optimizaci�n del flujo de RCD en el cant�n Bibli�n, es seleccionar un sitio de apoyo donde se puedan almacenar temporalmente y otra zona para su disposici�n final (escombrera). Es primordial considerar que la selecci�n de emplazamientos para este tipo de usos, representa un riesgo potencial para el medio ambiente, por este motivo, se emple� criterios de eliminaci�n como metodolog�a para la localizaci�n de sitios; estos criterios buscan esencialmente proteger las fuentes de agua y evitar al m�ximo la alteraci�n de zonas ecol�gicas protegidas.��

La selecci�n de sitios debe basarse en criterios t�cnicos, econ�micos, ambientales y sociales, los mismos que se sintetizan en cuatro condicionantes fundamentales: i) la distancia de transporte desde la explotaci�n hasta la escombrera, ii) la capacidad de almacenamiento necesaria, iii) las alteraciones potenciales que pueden producirse sobre el medio natural, y iv) las restricciones ecol�gicas en el �rea de intervenci�n (Actis 2009).

Considerando el primer criterio, distancia del transporte; se trazaron sobre el mapa 1 zonas de inter�s, es decir aquellos radios de crecimiento urbano donde se concentran nuevas edificaciones y otras obras de infraestructura. En este caso un radio de 5 km se considera aceptable por incluir una superficie suficiente para nuevos emplazamientos, adem�s de ser econ�micamente rentable para este tipo de proyectos (Donaire et al. 2015).

La segunda condicionante, capacidad de almacenamiento necesaria, a�n es variada para el cant�n Bibli�n, pues la entidad encargada de su gesti�n no dispone de un registro; sin embargo, esta condici�n debe incluirse en estudios m�s espec�ficos que tengan como objetivo el c�lculo de la capacidad de almacenamiento y el tiempo de vida �til.

En cuanto a las alteraciones potenciales que pueden producirse sobre el medio natural, se consideran dos variables; las fuentes de agua y las fallas geol�gicas presentes, estos componentes se representaron en el mapa 1 con la finalidad de evitar seleccionar zonas que sean atravesadas o se encuentren cerca de los mismos, como un criterio excluyente.

Con referencia a las restricciones ecol�gicas en el �rea de intervenci�n, se defini� anteriormente que el 55.04 % del territorio del cant�n Bibli�n corresponde a zonas ecol�gicas protegidas, entre las que se encuentra el p�ramo y bosques protectores. Esta condicionante se represent� en el mapa 1 en escala de grises a fin de representar que son zonas totalmente prohibidas para la selecci�n de sitios. Adem�s de los par�metros ya establecidos, se ha considerado la preferencia por aquellas zonas localizadas al noroeste del cant�n Bibli�n, en virtud de que es la direcci�n contraria a los vientos dominantes. Se considera este tipo de ubicaci�n para evitar que ciertas part�culas o polvo se direccionen por medio del viento hacia los centros poblados (Donaire et al. 2015).

 

Mapa 1. Selecci�n de zonas potencialmente adecuadas para escombreras

 

 

Fuente propia

Se puede observar en el mapa 1 que, a trav�s del uso de criterios de eliminaci�n basados en la protecci�n de zonas ecol�gicas, fuentes de agua y centros urbanos, adem�s de considerar aspectos socioecon�micos; se consigue localizar zonas potencialmente adecuadas para el emplazamiento de escombreras. Inicialmente se identifican cinco zonas potenciales, tres de ellas se encuentran en la parroquia Jerusal�n y dos en la parroquia Bibli�n; en consecuencia, cualquier predio que se ubique dentro de estas zonas se lo puede considerar como id�neo.

A partir de esta clasificaci�n puede considerarse que, para otros estudios, se analicen m�s criterios para la selecci�n definitiva de predios dentro de las zonas aqu� establecidas, estos criterios deben vincularse con par�metros como la accesibilidad al sitio, terrenos con pendientes menores al 25 %, entre otros.

 

Alternativas para la gesti�n de RCD � rutas de reciclaje

El reciclaje de RCD permite prologar el ciclo de vida de ciertos materiales, se utilizan como componentes en la fabricaci�n de nuevos materiales de construcci�n, empleados como materia prima para la reparaci�n de pavimentos o puede ser utilizado para la fabricaci�n de pre moldeados de hormig�n, componentes cer�micos, mortero y hormig�n, entre otros (Kcomt-Cabrejo 2018). En la tabla 1 se observan algunas alternativas utilizadas para los RCD.

 

Tabla 1. Alternativas para el reciclaje de RCD

TIPO DE MATERIAL	RUTA DE RECICLAJE
Asfalto	Reciclaje como asfalto
Hormig�n cer�mico y p�treo	Reciclaje en planta fija
Metales	Env�o a un gestor de metales para la fabricaci�n de nuevos productos
Madera de construcci�n	Env�o a un gestor de madera, reutilizaci�n en obra
Pl�sticos	Env�o a un gestor de pl�sticos
Vidrio	Env�o a un gestor de vidrio o del mismo fabricante
Papel-cart�n	Env�o a un gestor de papel-cart�n

Fuente: (Gobierno de Cantabria 2010)

 

Resultados

Caracterizaci�n de RCD generados en el cant�n Bibli�n

Generalmente la composici�n de estos residuos var�a seg�n el tipo de obra; la heterogeneidad que existe en las actividades de construcci�n a causa de su naturaleza y magnitud, hace casi imposible estimar patrones reales del consumo de materiales de construcci�n y de la generaci�n de residuos (G�lvez-Martos et al. 2018a) (Marmolejo et al. n.d.). Con referencia a Ecuador, este problema prevalece, puesto que los denominados escombros son considerados de forma general en los registros de residuos s�lidos urbanos generados.

En la zona de estudio result� compleja la determinaci�n de la caracterizaci�n y composici�n f�sica, puesto que, en las encuestas aplicadas a los t�cnicos responsables de la gesti�n de escombros, indicaron que desconocen estos datos; sin embargo, se estim� un valor de 60 m³ para RCD mezclados y de 15 a 20 m³ para residuos vegetales de parques y jardines. Esto debido a la falta de un registro de cantidades y, que no se dispone de un sitio espec�fico para la disposici�n final o escombrera.

Por otra parte, se considera que la cantidad de residuos reutilizables depende principalmente de la actividad generadora; es as� que en la demolici�n la recuperaci�n de material depende de la edad, el uso y el tipo de la edificaci�n; por su parte en rehabilitaci�n y reconstrucci�n existe poca generaci�n de residuos; en cuanto a la reparaci�n y el mantenimiento el material que se recupera es por recorte o rechazo; por �ltimo, la nueva construcci�n tienen gran potencial de reaprovechamiento (Huayama and Viera 2021).

En este sentido, seg�n cifras� del INEC, en el a�o 2014 se han concedido 27 199 permisos de construcci�n en Ecuador, de los cuales, realizando un an�lisis de participaci�n regional respecto al total nacional se conoce que la sierra contribuye con el 52.93 % de estos permisos; en este orden, 89.48 % de los permisos son para nuevas construcciones; 9.38 % corresponde para ampliaciones y 1.14 % para reconstrucciones (INEC 2014).

En relaci�n a las actividades generadoras de RCD en el cant�n, los resultados de las encuestas indican que el 56 % de los profesionales realizan actividades de nueva construcci�n y rehabilitaci�n, el 11 % por su parte trabaja en rehabilitaci�n y ampliaci�n, un 11 % en nueva construcci�n y el 22 % realizan todas las actividades. Los resultados reflejan que existe variedad en los tipos de construcci�n que se desarrollan, pero todas ellas est�n vinculadas con la ejecuci�n de nuevas construcciones, lo que significa que tienen gran potencial de aprovechamiento, en el marco de tener una acertada clasificaci�n.

 

Gr�fico 4. Actividades generadoras de RCD en el cant�n Bibli�n

Fuente propia

 

En cuanto a la cantidad de RCD generados en el cant�n, los profesionales encuestados respondieron que este detalle depende del tipo de obra que se est� ejecutando; sin embargo, el 89 % indicaron que de una obra promedio se generan y desalojan de 1 a 10 m³ de residuos por semana; el 11 % restante mencion� que han alcanzado desalojos de 11 a 20 m³ por semana. Lo que indica que, incluso con la menor cantidad, estas cifras superan el umbral estimado por parte del GAD Municipal.� Desfase que se le puede atribuir a que la diferencia est� siendo desalojada en sitios no adecuados ni controlados, lo que implica contaminaci�n y vulnerabilidad en el territorio.

 

Gr�fico 5. Cantidad de RCD generados en el cant�n Bibli�n

Fuente propia

 

De los resultados obtenidos, se puede reconocer que la cantidad de RCD generados y desalojados por semana no var�a; sin embargo, estos valores pueden presentar una variaci�n en funci�n de la naturaleza del proyecto y de la temporada en la que se desarrolle, es decir responden a la demanda de servicios e infraestructura (Kcomt-Cabrejo 2018).

Por su parte, los resultados obtenidos en la categor�a de tierras producto de excavaci�n, indican que el 11 % de encuestados desalojan de 1 a 10 m³, 44 % est� en el orden de 11 a 20 m³, el 11 % por su parte se encuentra entre 21 a 30 m³ y, el 33 % en m�s de 30 m³; se destaca que �stos se generan una sola vez dentro de la etapa inicial de cada obra.

 

Gr�fico 6. Cantidad de tierras de excavaci�n generadas en el cant�n Bibli�n

Fuente propia

 

Se puede evidenciar en los resultados obtenidos que las tierras de excavaciones, al contrario de los RCD generados, presenta valores muy variados, esto tambi�n se debe a la naturaleza del proyecto, adem�s la cantidad desalojada puede variar en base a si �sta es �til como material de relleno en la misma obra u otra, lo que implica que su estimaci�n y registro sea m�s compleja; pero esto supone reutilizaci�n.

 

Clasificaci�n y recuperaci�n de RCD

Los t�cnicos del GAD indicaron que no existe una clasificaci�n de RCD, puesto que los generadores est�n autorizados a desalojarlos de forma heterog�nea, es decir una mezcla de escombros, residuos p�treos, org�nicos, metales e incluso sustancias t�xicas que hacen de su separaci�n y clasificaci�n un proceso complicado para facilitar su aprovechamiento, contrario a lo que se ha venido haciendo como material de relleno para estabilizaci�n de taludes que no presenta la forma m�s adecuada de disponer de ellos, por los impactos asociados a la contaminaci�n del suelo, el riesgo de deslizamientos y obstrucciones de fuentes de agua.

En relaci�n a los materiales predominantes para la construcci�n, el INEC registr� la tendencia a utilizar hormig�n armado como material principal para la construcci�n de cimientos, estructura y cubiertas, adem�s del uso de placas de fibrocemento para esta �ltima fase; en cuanto a las paredes, prevalece el uso de bloque y ladrillo (INEC 2014).

De acuerdo a los resultados de las encuestas, el 56 % de los profesionales de la construcci�n confirma que no separa los residuos en obra, y solo un 44 % si tiene una inclinaci�n por hacerlo. En las encuestas, se incluy� un apartado sobre la clasificaci�n de los residuos en obra, con el objetivo de identificar en que grupos est�n siendo separados y, de esta manera, reconocer el tratamiento que deben recibir. Los resultados indican que existe una tendencia por separar los residuos p�treos (generados en mayor cantidad), de los no p�treos (se producen en menor cantidad); es as� que, para realizar el desalojo se agrupan: principalmente restos de hormig�n, material cer�mico, bloques y ladrillos, eventualmente se combinan con otros p�treos mezclados, arenas y gravas; en cuanto a residuos de excavaci�n, estos son desalojados de forma individual; otra agrupaci�n, re�ne materiales como yeso, cart�n y madera. Cabe mencionar que se presentan residuos que no se mezclan con otro tipo de material para ser desalojados, estos pueden ser vidrio, pl�stico, metales, entre otros.

Es importante destacar que a pesar de que existe cierta predisposici�n por separar los RCD en obra, al momento del desalojo son mezclados; esto se debe a que no existe un sitio en donde se pueda disponer por separado, lo que invalidar�a el proceso de clasificaci�n dentro de obra.

 

Gr�fico 7. Clasificaci�n por grupos de RCD en el cant�n Bibli�n

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Fuente propia

 

 

 

Situaci�n actual del desalojo de RCD

Seg�n la ordenanza para la gesti�n integral de residuos y desechos s�lidos en los cantones de Ca�ar, Bibli�n, El Tambo y Suscal, aprobada por los GAD de los respectivos cantones, el desalojo y eliminaci�n de los escombros es responsabilidad de cada uno de los generadores, previo su desalojo deber�n consultar su departamento de obras p�blicas quienes indicar�n el lugar donde se ha previsto su disposici�n final (GAD Bibli�n 2015). Sin embargo, y como ya se mencion�, en la zona de estudio no se cuenta con un sitio espec�fico y definido, raz�n por la que se dispone de ellos a conveniencia del constructor o del transportista que, en ciertos casos, previa autorizaci�n del GAD, desalojan en las m�rgenes del r�o Burgay, r�o Galuay, r�o Tambo, entre otras zonas, con los consabidos impactos ambientales asociados a este tipo de pr�ctica.

La investigaci�n de campo contribuy� a reconocer los puntos cr�ticos en la ciudad, es decir aquellas zonas que est�n autorizadas o no para el dep�sito de RCD en la actualidad. Los resultados confirmaron que los residuos de construcci�n est�n siendo depositados en las m�rgenes del r�o Burgay; sin embargo, se pudo identificar que no son enterrados y tampoco reciben ning�n tipo de tratamiento; por el contrario, su acumulaci�n representa contaminaci�n al medio ambiente y agresi�n a la imagen urbana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Gr�fico 8. Disposici�n actual de los RCD en el cant�n Bibli�n

Fuente propia

 

Por su parte, las encuestas a los profesionales de la construcci�n, se�alan que existen otros sitios donde realizan el desalojo de RCD. En este caso, 27 % de los encuestados respondi� que env�an sus residuos a escombreras, otro 27 % desaloja en lotes bald�os, un 18 % consigue aprovecharlos en sitios espec�ficos donde se requiere utilizarlos como material de relleno, en cambio 9 % los dispone como relleno en la misma obra y, por �ltimo, un 9 % los deposita en r�os o sus m�rgenes.

 

Gr�fico 9. Sitios utilizados para dep�sito de RCD en el cant�n Bibli�n

Fuente propia

 

Por otra parte, al analizar los residuos producto de excavaci�n, los resultados indican que solo un 20 % de los encuestados realiza una correcta gesti�n en cuanto a su disposici�n, ya que los deposita en escombreras; adem�s, el 20 % env�a este material a sitios espec�ficos para utilizarlos como relleno seg�n se solicite, sin embargo; esta disposici�n para estabilizaci�n de terrenos no cuenta con un proceso t�cnico. Por su parte, el 30 % env�a los residuos a lotes bald�os y el 30 % restante los deposita en el r�o o sus m�rgenes.

 

Gr�fico 10. Sitios utilizados para dep�sito de tierras de excavaciones en el cant�n Bibli�n

Fuente propia

 

En este contexto, el no contar con un lugar espec�fico para la disposici�n final y depositar los RCD y tierras de excavaciones en los sitios antes descritos conlleva a conflictos con la ciudadan�a. Esto es una situaci�n permanente en el cant�n Bibli�n y, en el marco de que las zonas designadas por parte del GAD son las m�rgenes de r�os, hace que este proceso sea a�n m�s complejo ya que causa alteraciones en el medio ambiente. De acuerdo a los resultados de las encuestas realizadas, se conoci� que el 67 % de los encuestados no han tenido problemas o desconocen si el transportista tuvo alg�n inconveniente al momento de realizar un desalojo, no por ello, quiere decir que no se haya afectado; por su parte el 33 % declar� que en algunos casos se han tenido impases con los due�os o vecinos de los lotes.

 

Aprovechamiento de RCD

Seg�n los resultados de las encuestas se reconoce que los RCD no reciben ning�n tipo de manejo para su recuperaci�n y aprovechamiento; sin embargo, se presentan ciertos casos en los que estos residuos son reutilizados en obra como material de relleno.

En cuanto al residuo que proviene del tipo de material que se us� en la construcci�n, los resultados obtenidos indican que la madera tiene una vida �til m�s prolongada, pues es reutilizada varias veces en la misma obra o en otro lugar. El acero es otro material que es utilizado m�s de una vez o es recuperado con el objetivo de venderlo. Por su parte, los restos de hormig�n conjunto con los excedentes de piedra y tierra son utilizados como material de relleno. Dentro de esta clasificaci�n tambi�n se pudo identificar que el vidrio, en menor cantidad, es recuperado para venderlo en recicladoras; cabe mencionar que los excedentes o residuos que se generen de este material no son significativos puesto que, generalmente, estos elementos son fabricados y recortados fuera de obra.

 

Gr�fico 11. RCD recuperados para reutilizaci�n

Fuente propia

 

La recuperaci�n y aprovechamiento de residuos de construcci�n en el cant�n Bibli�n, ha sido motivada por incentivos econ�micos, ciertos profesionales han expuesto que existe una tendencia por clasificar residuos de materiales como acero, madera, placas de zinc, entre otros, para posteriormente venderlos. Los resultados de las encuestas indican que el 67 % de los profesionales han recibido ingresos econ�micos por la venta de materiales recuperados, esta cifra tiene relaci�n directa con los resultados de las personas que clasifican estos residuos; por otro lado, el 33 % restante se�al� que no han recibido ingresos econ�micos, igual al de los profesionales que no clasifican sus residuos.

En cuanto al valor recuperado, los datos indican que el 50 % de los encuestados ha recibido ingresos entre $ 50 a $ 100, el 17 % recuper� de $ 100 a $ 200 y, el 33 % restante ha conseguido recuperar de $ 200 a $ 400. Es importante destacar que estos valores dependen de la cantidad y el tipo de material que se recuper� de los RCD.

 

 

 

Gr�fico 12. Ingresos econ�micos por venta de RCD en el cant�n Bibli�n

Fuente propia

 

Alternativas para la gesti�n de RCD

Las mejores pr�cticas para la gesti�n de RCD se basa en los principios de la econom�a circular, que impulsa la recuperaci�n de materiales, su reciclaje y reutilizaci�n; estas pr�cticas promueven una mejora en el desempe�o ambiental de los constructores y un cambio significativo frente a la baja eficiencia en la gesti�n (G�lvez-Martos et al. 2018b).

Dentro de las alternativas de gesti�n, es importante considerar pol�ticas ambientales, es decir aquella previsi�n por mejorar y cuidar el medio ambiente, fomentando el desarrollo sostenible a trav�s objetivos claros a corto y largo plazo (Zarza 2022). En Ecuador, las pol�ticas y estrategias espec�ficas se orientan a asegurar una adecuada gesti�n ambiental, dirigida a alcanzar el desarrollo sostenible (Zambrano, Goyas, and Serrano 2018).

Para que una pol�tica medioambiental sea eficaz, es necesario que contenga estrategias de gesti�n de residuos, adem�s de instrumentos normativos, educativos e informativos, criterios de aplicabilidad y regulaci�n e impulsos econ�micos (G�lvez-Martos et al. 2018b).

En conclusi�n, para alcanzar un desarrollo sustentable se debe considerar la pol�tica ambiental a fin de proteger el medio ambiente; una acci�n concreta e importante dentro de la misma, es incrementar estrategias para gesti�n de residuos entendiendo que �stos se clasifican en diferentes grupos, en este caso particular los RCD. Sin embargo, el GAD de Bibli�n no dispone de una pol�tica para el manejo espec�fico de estos residuos, dejando esta responsabilidad a criterio de los constructores de la zona.

El GAD Municipal, es la entidad competente para la gesti�n de RCD; en base a encuestas se identific� que, espec�ficamente, el departamento de obras p�blicas es el encargado de la administraci�n del sistema. Como ya se mencion�, las alternativas que presenta para disposici�n de RCD es el desalojo en las m�rgenes de los r�os Galuay, Tambo y Burgay, adem�s de otras zonas donde se requiere material para estabilizaci�n de v�as.

Es importante considerar que, para una gesti�n sostenible, se requiere recuperar los residuos, con este objetivo, se realiz� recorridos para identificar sitios para reciclaje y aprovechamiento de ciertos materiales de construcci�n. De esta manera se identific� cuatro recicladoras a menos de 5 km de distancia del centro urbano de Bibli�n, lo que es muy adecuado para fortalecer la comercializaci�n.

 

Mapa 2. Zonificaci�n de sitios para reciclaje

Fuente propia

 

Discusi�n

Una de las principales preocupaciones a la que se enfrenta el sector de la construcci�n, es la cantidad de RCD generados y la complejidad de su tratamiento. La presencia de escombros se considera un problema ambiental y social para las ciudades, cuando los proyectos donde se generan carecen de gesti�n, control, acciones correctivas y de poca sensibilizaci�n (Guarin et al. n.d.). Por este motivo, es un enfoque esencial para el sector de la construcci�n, el desarrollo de nuevas pol�ticas y marcos estrat�gicos para la gesti�n de residuos con el objetivo de conseguir una mejora medioambiental (G�lvez-Martos et al. 2018b); en este sentido el cant�n Bibli�n no ha logrado consolidar ordenanzas espec�ficas y ajustadas a su din�mica que regulen el manejo de desechos, especialmente aquellos que generan los proyectos de construcci�n.

En el cant�n Bibli�n, como una marcada tendencia en las ciudades a nivel mundial se evidencia un desarrollo urban�stico, que se encuentra asociado al incremento en cuanto a la necesidad de servicios b�sicos, vivienda, v�as y otro tipo de infraestructuras que demandan el uso de materiales de construcci�n y consecuentemente la generaci�n de RCD. Consideraciones que ocasionan problemas ambientales y sociales, en donde la zona de estudio no se excluye pues se ha podido verificar tanto en entrevistas como en recorridos el deficiente sistema de gesti�n, carente de planificaci�n, incentivos o sanciones para crear conciencia entre los generadores responsables, con el fin de que implementen estrategias de minimizaci�n y aprovechamiento.

De las encuestas realizadas a diferentes instituciones involucradas con la gesti�n de residuos, se identific� que existen dos causas principales que afectan al sistema, la falta de asignaci�n de responsabilidades y de colaboraci�n entre instituciones y; la ausencia de pol�ticas y estrategias en gesti�n espec�fica de residuos de construcci�n. La responsabilidad que recae sobre el GAD para la gesti�n es casi nula, pues no disponer de una escombrera o sitio para dep�sito de residuos de construcci�n, representa un problema grave ya que no se puede considerar que las pr�cticas autorizadas actualmente se basen en el criterio de cada constructor.

En este sentido la disposici�n de residuos en las m�rgenes de r�os y estabilizaci�n de terrenos se convierten �nicamente en un da�o a la imagen urbana, problemas en la sociedad y, sobre todo, una alteraci�n al medio ambiente, ya que se ha podido evidenciar que estos residuos no han sido clasificados previamente y tampoco han recibido ning�n tratamiento para este fin, lo que significa que se est� desalojado residuos heterog�neos que podr�an contener elementos potencialmente contaminantes.

Adem�s, al no existir sanciones para este tipo de desalojos, �stos son depositados en cualquier zona de las m�rgenes del r�o, previa autorizaci�n del GAD, lo que trae consigo una eminente contaminaci�n del suelo o deslizamientos de tierras hac�a el r�o, pudiendo obstruir su cauce y en �poca de invierno generar�a inundaciones en zonas bajas.

Por las razones expuestas, para iniciar con una adecuada gesti�n, se debe buscar un sitio para disponer de los residuos, en donde se reciba los RCD clasificados para una mejor disposici�n, de tal manera que proyecte rutas para cada grupo de elementos con el fin de ser aprovechados y valorizados, en este sentido se extender�a el ciclo de vida de estos materiales, que a pesar de ser priorizados en una planificaci�n inicial para evitar su desperdicio, pueda ser utilizado para crear nuevos productos, evitando la extracci�n de m�s materia prima o a su vez se implementar�a en otros usos.

El modelo que se utiliza para la preselecci�n de sitios, es sencillo y se fundamenta en utilizar criterios de eliminaci�n para zonas que est�n totalmente prohibidas para emplazar escombreras, en este caso se elimin� todas las zonas ecol�gicas protegidas, as� como los cuerpos de agua y todos aquellos sitios que no se encuentran al noroeste del centro poblado en un radio de al menos 5 km (por rentabilidad), este �ltimo criterio est� relacionado con evitar que part�culas suspendidas se dirijan con los vientos dominantes hacia centros poblados.�

Crear modelos circulares en RCD es importante para evitar ocupar el suelo para este uso, que en el caso del cant�n Bibli�n es restringido en un gran porcentaje por contar con zonas protegidas.� Identificar un sitio adecuado que cumpla con las caracter�sticas t�cnicas, econ�micas y ecol�gicas ser� una ruta m�s sencilla para su gesti�n, adem�s que en la clasificaci�n y el aprovechamiento del material se liberar� el espacio y la vida �til de la escombrera se extender� (Guarin et al. n.d.).

A pesar de que Ecuador no tiene mayores y significativos avances con el aprovechamiento de RCD, es importante mencionar que en su mayor�a los materiales separados de los escombros pueden ser enviados a recicladoras y centros donde pueden ser reutilizados o reincorporados en el ciclo de vida de nuevos materiales, adem�s de que los escombros, es decir el material p�treo clasificado m�s limpio de impurezas puede ser utilizado de forma adecuada para el relleno y estabilizaci�n de terrenos, lo que significar�a un gran avance para evitar la acumulaci�n de residuos, con las consideraciones t�cnicas de estabilizaci�n de taludes.

Para que cualquier programa funcione, es necesario crear nuevas investigaciones y proyectos que propongan normativas que mejoren la gesti�n de los residuos, ya que disponer de un sitio o encontrar rutas para su aprovechamiento no es funcional si no se trabaja de forma integral con un programa que regule el manejo y disposici�n de residuos, desde su generaci�n en obra hasta su disposici�n final, siendo el eje fundamental los incentivos y sanciones econ�micas. En este sentido, tomar como base; pol�ticas, normas y estrategias de otras latitudes con condiciones similares es primordial para partir de esfuerzos que han dado muy buenos resultados y que podr�an ser adoptados y adaptados a la realidad local con el objetivo de mejorar el desempe�o ambiental.

 

Conclusiones

1. La gesti�n adecuada de los residuos de construcci�n y demolici�n es una responsabilidad conjunta entre la Autoridad Nacional de Aplicaci�n responsable, los entes reguladores (competentes) y los generadores, debe considerarse dentro de la planificaci�n de la ciudad la reserva de suelos aptos para la disposici�n (Plan de Uso y Gesti�n del Suelo � PUGS), esta selecci�n debe basarse en criterios t�cnicos, econ�micos, sociales y ambientales.�

2. �Una gesti�n �ptima debe fundamentarse en la creaci�n de normativas para el manejo RCD, donde se incluya dos principios como las sanciones por mala gesti�n y los incentivos frente a un buen desempe�o ambiental como la minimizaci�n de residuos generados, el aprovechamiento y valorizaci�n. En cuanto a los constructores, deben ser responsables con el medio ambiente y acogerse a las normas que los entes reguladores ordenen.

3. El an�lisis del ciclo de vida de los materiales, producto de los residuos de construcci�n y demolici�n es una contribuci�n al medio ambiente en el sentido de evitar la acumulaci�n de residuos, la contaminaci�n del suelo, el da�o de entornos naturales, ecosistemas y fuentes de agua. Adem�s de contar con elementos para crear nuevos materiales o implementarlos en nuevos usos, evitando extraer m�s materia prima. Es importante mencionar el ahorro que significa para el constructor la minimizaci�n de residuos generados, as� como el manejo de residuos establecidos en un plan.

4. Las rutas de reciclaje deber�an fundamentarse en todo plan de gesti�n de residuos, considerando como primera opci�n la planificaci�n que minimice la generaci�n de residuos, se debe buscar el aprovechamiento y valorizaci�n de residuos para evitar el proceso lineal que termina en la acumulaci�n.

5. En la investigaci�n se pudo corroborar que existe una tendencia al reciclaje por parte de los constructores puesto que reciben un incentivo econ�mico por separarlos, al disponer de un proyecto que considere el factor econ�mico es un complemento para motivar al constructor a clasificar los residuos en obra y disponer de ellos en sitios adecuados. Adem�s de concientizar el cuidado del medio ambiente, inicialmente con la aplicaci�n de sanciones.

6. La b�squeda de un sitio en base a par�metros que pueden ser estudiados en mapas, siempre es una contribuci�n para reconocer aquellas zonas potenciales para este uso, pero es necesario aclarar que este tipo de estudio es una selecci�n previa que debe ser estudiada a mayor profundidad a trav�s de visitas de campo, con el fin de evaluarlos y realizar los estudios necesarios en caso de que el proyecto se efect�e. En este sentido es una metodolog�a que sirve para la preselecci�n de sitios que evitan usar aquellas zonas que deber�an ser protegidas.

7. En este estudio se ha evidenciado que la cantidad y el tipo de residuos son dif�ciles de determinar y sobre todo la capacidad de un sitio y su vida �til es sensible al tipo y n�mero de obras que se puedan incrementar en la ciudad en crecimiento, adem�s que un factor nunca considerado y que puede cerrar la vida �til de este tipo de sitios es un desastre natural que conlleve al colapso de estructuras existentes en la ciudad.

 

Agradecimientos

El presente art�culo es parte del trabajo de investigaci�n y titulaci�n del Programa de Maestr�a en Construcciones con Menci�n en Administraci�n de la construcci�n Sustentable de la Universidad Cat�lica de Cuenca, por ello agradecemos a todos y cada uno de los docentes y colaboradores, por los conocimientos e informaci�n brindados para la elaboraci�n de este trabajo

 

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