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Centros de rehabilitaci�n social de Ecuador como mecanismo de segregaci�n
Social rehabilitation centers in Ecuador as a segregation mechanism
Centros de reabilita��o social no Equador como mecanismo de segrega��o
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Correspondencia: namimago@hotmail.com
Ciencias Sociales y Pol�ticas ���
Art�culo de Investigaci�n
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* Recibido: 23 de agosto de 2022 *Aceptado: 12 de septiembre de 2022 * Publicado: 18 de octubre de 2022
- Abogada, Ecuador.
- Abogado, Ecuador.
Resumen
En la actualidad los centros de rehabilitaci�n social (CRS) en Ecuador se han convertido en una de la problem�tica m�s grave del pa�s, especialmente por las continuas matanzas carcelarias y colapsos de infraestructura organizacional del sistema de rehabilitaci�n social regulado por el Servicio Nacional de Atenci�n Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), por ello es imperioso buscar soluciones a estas realidades dram�ticas presentadas en los Centros de Rehabilitaci�n Social del pa�s. Debido a este antecedente se plante� el objetivo de realizar un an�lisis exploratorio para identificar las principales problem�ticas de los CRS del Ecuador, que permita tener una visi�n general del panorama y a partir de ello presentar breves recomendaciones para mitigar el problema organizacional. En el estudio se utilizar� una metodolog�a de investigaci�n de tipo b�sica predictiva, en cuanto al paradigma de la investigaci�n socio cr�tico y a su vez la utilizaci�n de m�todos te�ricos (An�lisis - s�ntesis, exeg�tico y sociol�gico) y emp�ricos (An�lisis documental) especialmente de art�culos cient�ficos de los �ltimos 5 a�os. Se identific� que el sistema penitenciario actual utiliza la c�rcel como mecanismo de segregaci�n para las clases econ�micas m�s desfavorecidas. De hecho, debido a la grave crisis econ�mica que vive Ecuador y a la severidad del sistema penitenciario, tenemos que las clases sociales con mayores limitaciones econ�micas se conviertan en las principales "clientes" de las c�rceles. As�, los grupos sociales vulnerables excluidos de la sociedad, ubicados por lo general en los barrios m�s alejados, o aquellos cuyos ingresos econ�micos no les permiten satisfacer sus necesidades b�sicas, se convierten en objetivos y principales destinatarios de la norma penal y, una vez absorbidos por el sistema penitenciario, estas condiciones se agravan y empeoran en las c�rceles.
Palabras Clave: Centros de rehabilitaci�n social; Ecuador; mecanismo de segregaci�n.
Abstract
Currently, the social rehabilitation centers (CRS) in Ecuador have become one of the most serious problems in the country, especially due to the continuous prison massacres and the collapse of the organizational infrastructure of the social rehabilitation system regulated by the National Comprehensive Care Service. to Adult Persons Deprived of Liberty and Adolescent Offenders (SNAI), for this reason it is imperative to seek solutions to these dramatic realities presented in the Social Rehabilitation Centers of the country. Due to this background, the objective of carrying out an exploratory analysis was proposed to identify the main problems of the SRCs in Ecuador, which allows for an overview of the panorama and, based on this, to present brief recommendations to mitigate the organizational problem. In the study, a basic predictive research methodology will be used, in terms of the socio-critical research paradigm and, in turn, the use of theoretical methods (Analysis - synthesis, exegetical and sociological) and empirical (documentary analysis) especially of scientific articles. of the last 5 years. It was identified that the current prison system uses the prison as a mechanism of segregation for the most disadvantaged economic classes. In fact, due to the serious economic crisis that Ecuador is experiencing and the severity of the prison system, we have that the social classes with the greatest economic limitations become the main "clients" of the prisons. Thus, vulnerable social groups excluded from society, generally located in the most remote neighbourhoods, or those whose economic income does not allow them to satisfy their basic needs, become the main targets and recipients of criminal law and, once absorbed by the prison system, these conditions are aggravated and worsened in prisons.
Keywords: Social rehabilitation centers; Ecuador; segregation mechanism.
Resumo
Atualmente, os centros de reabilita��o social (CRS) no Equador se tornaram um dos problemas mais graves do pa�s, especialmente devido aos cont�nuos massacres prisionais e ao colapso da infraestrutura organizacional do sistema de reabilita��o social regulado pelo Servi�o Nacional de Aten��o Integral. a Pessoas Adultas Privadas de Liberdade e Adolescentes Infratores (SNAI), por isso � imprescind�vel buscar solu��es para estas dram�ticas realidades apresentadas nos Centros de Reabilita��o Social do pa�s. Devido a esse hist�rico, prop�s-se o objetivo de realizar uma an�lise explorat�ria para identificar os principais problemas dos SRCs no Equador, o que permite uma vis�o geral do panorama e, com base nisso, apresentar breves recomenda��es para mitigar o problema organizacional. No estudo, ser� utilizada uma metodologia b�sica de pesquisa preditiva, em termos do paradigma de pesquisa sociocr�tica e, por sua vez, o uso de m�todos te�ricos (An�lise - s�ntese, exeg�tica e sociol�gica) e emp�ricos (an�lise documental) especialmente de estudos cient�ficos. artigos dos �ltimos 5 anos. Identificou-se que o atual sistema prisional utiliza a pris�o como mecanismo de segrega��o para as classes econ�micas mais desfavorecidas. De fato, devido � grave crise econ�mica que o Equador vive e � gravidade do sistema prisional, temos que as classes sociais com maiores limita��es econ�micas se tornam os principais �clientes� das pris�es. Assim, grupos sociais vulner�veis exclu�dos da sociedade, geralmente localizados nos bairros mais remotos, ou aqueles cuja renda econ�mica n�o lhes permite satisfazer suas necessidades b�sicas, tornam-se os principais alvos e destinat�rios do direito penal e, uma vez absorvidos pelo sistema prisional, essas condi��es s�o agravadas e agravadas nas pris�es.
Palavras-chave: Centros de reabilita��o social; Equador; mecanismo de segrega��o.
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Introducci�n
En los �ltimos 5 a�os, el sistema de rehabilitaci�n social del pa�s ha venido evidenciado serias �falencias para el control y garant�a de los derechos de las personas privadas de libertad (PPL) sucint�ndose eventos sangrientos en las c�rceles que han terminado con centenares de fallecidos, a vista y paciencia de las autoridades de gobierno, sin que exista intervenci�n alguna que permita m�nimamente garantizar su vida o integridad f�sicas. En Ecuador, la gran problem�tica sobre los centros de rehabilitaci�n social radica especialmente en su estructura organizacional. Con esto hacemos referencia que existe muy poca o casi nula organizaci�n dentro del sector penitenciario, el mismo que est� estructurado por el SNAI, organismo encargado de definir pol�ticas de Estado de Rehabilitaci�n Social y Direcciones provinciales de de Rehabilitaci�n Social, encargadas de los mecanismos de rehabilitaci�n social, este �ltimo es un organismo dependiente del Consejo Nacional y constituye la unidad ejecutiva superior de la pol�tica penitenciaria, adem�s que existen porcentajes muy altos de personas privadas de libertad (Viterbo, 2018).
Por lo general, el sistema penal selecciona a los "clientes" o �Privados de libertad (PPL)� del sistema penitenciario desde una perspectiva eminentemente sociol�gica, seg�n la cual se establece que determinadas personas son consideradas delincuentes por pertenecer a ciertos grupos de la sociedad, generalmente las clases sociales m�s vulnerables (Ram�rez & Machado Ar�valo, 2021). La selectividad es un problema estructural del sistema penitenciario que est� presente desde sus inicios, en el sentido de que las condenas penales se ejecutan sobre la base de personas consideradas inadecuadas para la realidad cultural de una sociedad en un momento hist�rico determinado (Garces & Navarrete, 2017).
Por lo cual, no existe una organizaci�n y una sectorizaci�n dentro de los Centros de Rehabilitaci�n Social del pa�s, ya que en una misma celda ingresan varias personas que cumplen las sanciones impuestas por el cometimiento de varios delitos, mismos que son de diferente gravedad delincuencial (Silva & Saraiva, 2016). Con esto tenemos a manera de ejemplo que, en una misma celda ingresa una persona por incumplimiento en el pago de pensi�n alimenticia, que si bien es cierto la ley lo castiga por su irresponsabilidad, (aunque no est� tipificada esa conducta como delito), pero al momento de cumplir su detenci�n, lo ingresan en una celda donde se encuentran personas acusadas de haber realizado conductas penalmente relevantes, y que muchas de las veces pertenecen a bandas delincuenciales peligrosas, por lo que, se crea v�nculos negativos o afectivos entre las personas que se encuentran privadas de su libertad (Garces, 2014). ��
Lo m�s asombroso del sistema penitenciario no es solo la desorganizaci�n que existe en las c�rceles al momento de� recluir a una persona para privarla de su libertad, sino que, la corrupci�n del Sistema Penitenciario es innegable, repercutiendo directamente en tratos diferenciados de los PPL, buscando �nicamente beneficios econ�micos y no una real rehabilitaci�n social (Ram�rez & Machado Ar�valo, 2021). No podemos dejar de lado la existencia de una conexi�n econ�mica directa que se crea entre la persona reci�n recluida con sus familias que se encuentran en el exterior, que deben entregar peri�dicamente dinero a las mafias que se encuentran gobernando las c�rceles, con el prop�sito de que su familiar privado de libertad no sufra da�os en su integridad f�sica o peor a�n, pierda la vida; tampoco es posible dejar de lado la aberrante violaci�n de los Derechos Humanos existentes al interior de los recintos carcelarios, como tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes que sufren las personas recluidas. Bajo esta premisa, resulta fundamental organizar de mejor forma los Centros de Rehabilitaci�n Social del pa�s (Del Olmo, 2014).
Adem�s, debemos tomar en cuenta que en las sociedades actuales el derecho penal se est� generalizando y su intervenci�n es cada vez mayor debido a la sociedad del riesgo, que permite incluso erigir barreras de protecci�n contra determinados comportamientos considerados peligrosos, contraviniendo expreso mandato constitucional y legal, como el principio de m�nima intervenci�n penal, es decir, desconoci�ndolo como un derecho de ultima ratio. Esto genera que el legislativo, �rgano que ostenta la atribuci�n por mandato de la Constituci�n de creaci�n de normas, cuyo contenido normativo para materia penal est� restringido bajo el principio de reserva de ley �nicamente a leyes org�nicas, busque criminalizar nuevas conductas y por ende, aumentar el cat�logo de delitos; adem�s, bajo una l�gica de populismo penal, de la mano con la creaci�n de nuevos tipos penales, tambi�n existe el aumento de penas, conllevando a que la poblaci�n penitenciaria en el pa�s aumente exponencialmente. Para un mejor conocimiento del lector, es necesario subrayar que el mayor n�mero de actos delictivos que se cometen, al menos en Ecuador, son los relacionados con delitos contra la propiedad y el peque�o o micro tr�fico de sustancias catalogadas sujetas a fiscalizaci�n (Garces, 2010).
En este sentido se prev�, luego de un an�lisis de revisi�n bibliogr�fica y un an�lisis exploratorio para identificar las principales causas de la problem�tica en los CRS del Ecuador, contar con una visi�n macro de la grave situaci�n carcelaria y a partir de ello presentar breves recomendaciones para mitigar el desorden y crisis organizacional.
Metodolog�a
El tipo de metodolog�a utilizada es una investigaci�n b�sica predictiva enfocada en identificar si existe en los centros de privaci�n de libertad de Ecuador segregaci�n social por medio de revisi�n de literatura actualizada de los �ltimos 5 a�os que den a conocer los problemas en las c�rceles del Ecuador, puesto que de manera local o regional no se encontr� mayor informaci�n, especialmente en la ciudad de Machala. Se utiliza esta metodolog�a debido a que este tipo de investigaci�n se realiza con fines de conocer un suceso predictivo, futurista o de advertencia que puede ser utilizada para conocer sucesos como: desastres naturales y los aspectos m�s importantes que se van a utilizar dentro de la investigaci�n para conocer conflictos sociales o situaciones desde�ables. En este sentido, Esteban Nieto (2018) menciona que en cuanto a los conflictos sociales que es nuestro principal inter�s se puede prever mediante investigaciones sociol�gicas, politol�gicas, psicol�gicas, antropol�gicas, por lo que result� imperioso en el presente estudio aplicar la investigaci�n citada.��
El tipo de paradigma utilizado ser� socio cr�tico, debido a que, como autora buscar� en base a una reflexi�n continua, tomar acci�n sobre un hecho, a trav�s de recomendaciones que permitir�n transformar el contexto social de personas privadas de libertad, en este caso, quienes se encuentran recluidos en los Centros de Rehabilitaci�n Social del pa�s Loza et al., (2020) menciona que basado en una visi�n global y dial�ctica, demuestra que el paradigma pretende involucrar al sujeto investigador, oblig�ndole utilizar este m�todo para que, a partir de conjugar teor�a con la pr�ctica, se reflexione respecto a soluciones que se puedan presentar a favor de la sociedad (Cevallos et al., 2021).
Dentro de los m�todos emp�ricos, utilizar� el m�todo de an�lisis-s�ntesis, que busca seg�n Quesada y Medina (2020) combinar dos procesos intelectuales como son el an�lisis y la s�ntesis. Enti�ndase por an�lisis, aquello que descompone las partes, caracter�sticas y componentes sobre una situaci�n social de la cual de manera individual se llega a conocer una tem�tica; por su lado la s�ntesis, es la uni�n de varias partes que componen un hecho, a partir de esta s�ntesis se pueden descubrir las relaciones que se dan entre varios elementos que ya fueron objeto de an�lisis.
En conclusi�n, este m�todo lo utilizamos con el fin de analizar todos los componentes de la problem�tica y soluciones que se van a abordar en cuanto a los Centros de Rehabilitaci�n Social del Pa�s en consecuencia, con la s�ntesis de estos se determinar� la importancia de cada uno de los componentes analizados.
En cuanto al m�todo te�rico de investigaci�n ser� el hist�rico, este m�todo se enfoca en estudiar la trayectoria de un suceso presentado a partir de la historia, por lo general est� vinculado a fases o etapas de manera cronol�gica, con el fin de conocer los fen�menos o hechos presentados durante todo el proceso de estudio, especialmente de los sucesos especiales ocurrido durante el periodo del an�lisis hist�rico que se realice (Perera Lavandero y L�pez Torres, 2017).
Adicionalmente se har� el uso del m�todo exeg�tico, el cual radica en interpretar lo mencionado en un texto de manera rigurosa y objetiva (Guam�n Chacha et al., 2021), en especial, este m�todo se ha utilizado com�nmente para la interpretaci�n de textos jur�dicos. En general se entiende que el m�todo exeg�tico es en todo caso el estudio de las normas jur�dicas presentes en un documento art�culo por art�culo, tomando en consideraci�n lo etimol�gico de la norma, la figura o el desarrollo de lo que menciona un reglamento. Adicionalmente, de manera transversal se utiliza el m�todo sociol�gico para variables cualitativas, como explica Enrique y Barrio et al., (2018) este m�todo se debe utilizar para poder explicar el significado de una acci�n subjetiva que se realiza por un individuo determinado o de varios individuos.
Dentro de los m�todos emp�ricos se va a utilizar el an�lisis documental que combina un conjunto de operaciones que permiten analizar el contenido de un documento, en este caso se utilizaron espec�ficamente art�culos de investigaci�n cient�fica de los �ltimos 5 a�os, con el fin de poder conocer los aspectos m�s relevantes que se vayan a utilizar, a partir de este an�lisis se obtiene otro documento implicado subjetivo y objetivo que embarca la informaci�n de varios revisados sobre una tem�tica en com�n (Gorsky y Mold, 2020).
Debido a estos antecedentes se prev� utilizar esta t�cnica de estudio con el fin de recabar informaci�n que permita cumplir con los objetivos de la investigaci�n y se pueda responder a la formulaci�n del problema del estudio.
El marco legal de referencia para el estudio se va a dividir en:
���������� Constituci�n de la Rep�blica del Ecuador;
���������� Convenci�n Americana sobre Derechos Humanos;
���������� C�digo Org�nico Integral Penal;
���������� C�digo Org�nico de la Funci�n Judicial; y,
���������� Reglamento del Sistema Nacional de Rehabilitaci�n Social
Resultados y discusiones
La privaci�n de libertad ha sido un mecanismo utilizado por el Estado desde la antig�edad para reducir las conductas ilegales. Cuando uno piensa en los documentos que describen el poder punitivo de un gobierno o de una monarqu�a, los asocia inmediatamente con la esclavitud, con escenarios en que los monarcas ejerc�an su poder de forma indiscriminada y sin ning�n tipo de control, con el tel�n de fondo de exterminar a todo aquel que se opusiera a su mandato, hasta el punto de cometer cr�menes atroces actualmente calificados como genocidio y etnocidio, a menudo perpetrados bajo el escudo de la Iglesia Cat�lica (Santander et al., 2020); sin embargo, la vigencia del principio de legalidad limit� estas arbitrariedades del poder estatal, aquello incluso se plasm� en la famosa Declaraci�n de los Derechos del Hombre y Ciudadano en 1789. Hist�ricamente la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX, se empez� a aplicar el Sistema Penitenciario en los pa�ses iberoamericanos. Los primeros pa�ses en iniciar la edificaci�n de C�rceles fueron en 1834 Brasil y Chile, en Ecuador la primera c�rcel se cre� en 1875; en 1939 cuando se incluy� el Sistema Penitenciario en Cuba (Burneo, 2021).�
En el caso de las mujeres, tampoco es la excepci�n la precaria situaci�n que ofrecen las c�rceles en Ecuador, pues las condiciones de vida son inadecuadas para las mujeres privadas de libertad, hay hacinamiento, inseguridad, desigualdad de g�nero y, sobre todo, no existen programas de reinserci�n social que permitan a las mujeres reintegrarse a su entorno despu�s de cumplir sus condenas (Zambrano & Castro, 2017), lo propio sucede en aquellos centros destinados a albergar hombres. Adicionalmente, se debe tomar en cuenta que para los privados de la libertad existe una estrecha relaci�n entre la privaci�n de libertad y su autoestima; sin embargo, aquello no es la mejor combinaci�n para su integridad ps�quica. La libertad es un factor determinante en la valoraci�n del yo, debido a la posibilidad que da al individuo de elegir y tomar sus propias decisiones; por el contrario, el encarcelamiento suele considerarse uno de los acontecimientos m�s traum�ticos que puede experimentar una persona, derivando en ausencia de la familia, p�rdida del estilo de vida habitual, de las rutinas socio profesionales y del tiempo de ocio, el hecho de ser colocado en un entorno restrictivo de privaci�n y el aislamiento social pueden provocar serios trastornos psicol�gicos.
El C�digo Org�nico Integral Penal, en su art�culo 1 desarrolla con claridad meridiana los aspectos fundamentales de la finalidad de su creaci�n, pues, no solo limita el poder punitivo del Estado, sino que tambi�n promueve la reinserci�n social de los sentenciados, incluso, desarrolla por primera vez un amplio cat�logo de derechos de las personas privadas de libertad en su art�culo 11. Lastimosamente, el Sistema de Rehabilitaci�n y Reinserci�n Social no logra su prop�sito de desarrollar las capacidades de las personas privadas de libertad, ya que el derecho a su autonom�a y poder de decisi�n, les permite elegir si realizan o no actividades de recreaci�n, laborales o estudiantiles que se ofertan y entregan en los Centros de Rehabilitaci�n Social. En los Centros de Rehabilitaci�n Social del Ecuador no existe una rehabilitaci�n social adecuada, ya que las estad�sticas demuestran que cuando las personas salen en libertad, la mayor�a reinciden, pero lo realmente alarmante es que cometen delitos m�s graves que los iniciales (Calle-Romero & Zamora-V�zquez, 2021).
En Ecuador, a partir del a�o 2018, seg�n el Ministerio de Justicia Derechos Humanos y Cultos (2018), exist�an 55 Centros de Rehabilitaci�n Social. Para finales de 2017 exist�an 29.231 privados de libertad, y la capacidad de sus centros de reclusi�n es de 17.261, existiendo una sobrepoblaci�n de 11.970 reclusos, que representa un 41% de hacinamiento, es importante tomar en cuenta que la situaci�n legal de las personas detenidas, en 2003, m�s del 64% presos/as se encuentran en espera de juicio; de los cuales el 10% no tuvo asistencia legal (Brito, 2020).
Es innegable la existencia de una sobrepoblaci�n carcelaria, negando brindar condiciones dignas para vivir a las personas privadas de su libertad, aquello ocasiona problemas dentro de un centro de reclusi�n, como: violencia materializada en violaciones, robos, homicidios, insalubridad, vulneraci�n de Derechos Humanos, por lo que no se garantiza que se cumpla �ntegramente con el objetivo de la pena; por el contrario, se crean escuelas de cr�menes para garantizar la supervivencia en el medio y en las personas que se rodean.
Hist�ricamente, la situaci�n carcelaria en los pa�ses de Latinoam�rica ha sido precaria, de tal manera, se considera que acarrea una constante crisis. El abuso y la violaci�n de los Derechos Humanos se refleja en amotinamientos y rebeliones de diferente intensidad, las cuales pueden provocar diferentes consecuencias tales como castigos, ajusticiamientos, hasta heridos e incluso muertos (Fondevilla, 2017).
Una persona goza de derechos inherentes a su condici�n de humano, entre ellos: vida, dignidad, libertad, salud, la integridad f�sica y psicol�gica, patrimonio, entre otros. Estos se denominan bienes jur�dicos que son tutelados y protegidos por el derecho, consagr�ndolos en nuestra norma suprema, derivados de su incorporaci�n en varios instrumentos internacionales de Derechos Humanos, suscritos y ratificados por el Ecuador, por ende, cuando estos son afectados, el Estado debe iniciar el procesamiento, juzgamiento y posterior imposici�n de una sanci�n (pena, por lo general privativa de libertad) a los infractores, con la finalidad de cumplir una funci�n destinada a garantizar la seguridad ciudadana, teniendo como consecuencia la privaci�n de libertad de una persona y su posterior encierro en alg�n Centro de Rehabilitaci�n Social. La prisi�n o reclusi�n, muchas veces se acompa�a de maltratos y carencias que vuelven al individuo m�s violento que cuando ingres�, afectando a los otros privados de libertad y obviamente a la sociedad. Por eso, la Fundaci�n Regional de Asesor�a en Derechos Humanos (INREDH), manifiesta que �encerrar a una persona, someterle a tortura y tratos inhumanos no son formas de reinsertar o rehabilitarla� (Ecuador Chequea, 2018). Por tal motivo, el sistema penitenciario debe planificar y ejecutar actividades relacionadas con la educaci�n, trabajo, salud, alimentaci�n y el trato digno al recluso, bajo el respeto de los Derechos Humanos. (Brito,2020).
Para Amanda Marton Ramaciotti en su trabajo investigativo �C�rceles en Am�rica Latina y la crisis de seguridad regional� manifiesta que una de cada tres personas que salen de los Centros de Rehabilitaci�n Social reinciden (Naranjo, 2019); y lo que m�s causa admiraci�n es que esta reincidencia ocurre en cr�menes m�s graves que los primeros, lo que se concluye que no se cumple con la rehabilitaci�n y peor a�n con una adecuada reinserci�n en la sociedad.
Esta reinserci�n no solo debe darse desde el punto de vista social sino tambi�n familiar; sin embargo, los an�lisis estad�sticos demuestran que estos centros se han convertido en centros de cr�menes, mafias, abusos y violaci�n de Derechos Humanos, gobernando la ley del m�s fuerte, convirtiendo el cumplimiento de la pena en una segunda sanci�n estatal, obligando a los privados de la libertad buscar por sus medios la forma de sobrevivir durante el tiempo de su condena.
Los prop�sitos de un centro de rehabilitaci�n social son proteger los derechos de las personas privadas de libertad, en torno a sus necesidades, al igual que permitir el desarrollo de sus capacidades para fomentar derechos y lograr el cumplimiento de responsabilidades en la recuperaci�n de la libertad, con el fin �ltimo de lograr una real rehabilitaci�n y amigable reinserci�n en la sociedad. Pero, la realidad demuestra que esta quimera no se genera en la mayor parte de casos, por ejemplo, cuando los presos privados de libertad que llegan al Centro de Rehabilitaci�n Social Regional Sierra Centro Norte de Latacunga, les dio la impresi�n de que la infraestructura se encontraban en mal situaci�n, adem�s se dieron cuenta que varias ventanas y cuartos, no eran los suficientes, no ten�an claridad, y por estas y otras razones los PPL se amotinan el 10 de septiembre del 2019, cuyo inter�s era que el Estado haga algo urgente para verificar el mal estado en el que viv�an (Caval, 2020).
En el gobierno del Economista Rafael Correa, se estructur� un nuevo modelo de gesti�n para el sistema de rehabilitaci�n social, con el �nico objetivo de mejorar la situaci�n de hacinamiento y condiciones de vida indignas dentro de los Centros de Rehabilitaci�n Social, pero, a pesar de los cambios el problema no disminuy�, ya que se siguen palpando diferentes vulneraciones en el interior de las c�rceles. Por lo tanto, se ha evidenciado que toda reforma debe realizarse desde la administraci�n penitenciaria ya que si esta cuenta con defectos no se podr� tener resultados eficientes en el desarrollo y mantenimiento de un sistema de prisiones adecuado y profesional, el cual debe ser tomado como un compromiso social a la hora de aumentar normas de las pol�ticas p�blicas (Zambrano & Castro, 2017).
Durante el periodo 2013 hasta la actualidad se han registrado actos violentos que generan vulneraci�n de derechos de� las� personas� que� se� encuentran� privadas� de�� libertad,� quienes han� denunciado homicidios,� asesinatos,� suicidios, entre otros. Algunos periodistas y medios han reportado que el enfrentamiento entre presos dej� cuerpos decapitados y con extremidades desmembradas, tal como ha sucedido en otras masacres que desde 2021 se han registrado en varias c�rceles ecuatorianas, con casi 400 muertos. Se suscitan un sinn�mero de delitos como tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes, ingreso� de� armas de fuego y corto� punzantes,� ingreso� de sustancias� estupefacientes� y� de� lo� que� se� puede� evidenciar� por� los� mismos� pronunciamientos� del ex Director� Nacional� de� atenci�n� Integral� a� personas� Adultas� privadas� de� la� Libertad� y� Adolescentes Infractores -Ernesto� Pazmi�o-� los� actos� de� corrupci�n� que� imperan� en� las� c�rceles� es� uno� de� las grandes problemas que se enfrentan (Vera, 2019).
Actualmente, los centros de rehabilitaci�n social cuentan con una estructura f�sica que prev� diferentes grados de aislamiento en base a la peligrosidad de los privados de libertad, es decir, los clasifican por niveles; aquello se refleja en que algunos espacios son m�s abiertos que otros, o que tengan m�s o menos beneficios los reclusos, seg�n sea el caso; sin embargo, esta �estrategia� o pol�tica de gobierno, no ha sido soluci�n para disminuir hacinamientos y matanzas carcelarias, peor a�n, incidir en bajar la tasa delincuencial del pa�s y tampoco de la ciudad de Machala, ya que el verdadero problema va m�s all� de una simple infraestructura para que la persona privada de su libertad pueda llevar una vida lo m�s cercana a la normalidad, donde exista la posibilidad de relacionarse abiertamente con otras personas, realizar actividades constructivas y desarrollar sus h�bitos de vida comunes; en otras palabras, las pol�ticas deben estar enfocadas no a la parte edificativa, sino a la emocional y psicol�gica de la persona.
Los principales factores en los que debe centrarse el accionar de las autoridades del SNAI y Centros de Rehabilitaci�n Social del Ecuador son:
� Las condiciones inhumanas en las que sobreviven los privados de la libertad.
� Las violaciones a los derechos humanos incluyendo tortura, tratos crueles, inhumanos y����������� degradantes, generadas desde los propios gu�as penitenciarios.
� Condiciones inadecuadas de vida en el interior de las unidades, como sobrepoblaci�n carcelaria y autogobiernos entre los detenidos.
� Las malas condiciones de salud.
� La p�sima alimentaci�n.
� El abuso de gu�as que provocan la ira y la rebeli�n de los presos dentro de las c�rceles.
Conclusiones
La primera conclusi�n que se desprende de este estudio es que el sistema penitenciario utiliza las prisiones como mecanismo de segregaci�n para dirigirse a los segmentos m�s desfavorecidos de la poblaci�n. En efecto, la grave crisis econ�mica de Ecuador y la ausencia de pol�ticas criminales preventivas por parte del Estado han convertido a los segmentos de poblaci�n m�s desfavorecidos econ�micamente en los principales "clientes" del precario sistema penitenciario.
En todo caso, los grupos sociales m�s vulnerables son aquellos que provienen de las zonas m�s alejadas de la ciudad, as� como los que tienen ingresos econ�micos que no cubren sus necesidades m�s b�sicas, lastimosamente se terminan convierten en el principal objetivo de las normas penales, y una vez en el sistema penitenciario, estas situaciones se agravan a�n m�s.
El encierro intramuros es un mecanismo de segregaci�n que consiste en separar al desviado del resto de la sociedad que desea vivir en paz, una paz que se ve amenazada por la persona etiquetada por el sistema penal. La consecuencia de la ruptura de esta paz social es que esta persona es encarcelada primero en una prisi�n, en un hospital o en un manicomio, lugares donde pierde su calidad de ser humano (por los malos tratos que recibe), despojado de su dignidad; esto ha llevado a la reproducci�n de esta conducta segregadora dentro de la seguridad intramuros, haciendo de la segregaci�n y la separaci�n una conducta aceptada y legitimada en gran parte de la sociedad.
Recomendaciones
Se debe considerar que durante el proceso de encarcelamiento no se debe excluir a los reclusos de la colectividad, por ello se debe acudir a la colaboraci�n comunitaria en la tarea de la recuperaci�n social de los reos.
Se debe contar con el trabajo y apoyo de trabajadores sociales, de los organismos que puedan ser de utilidad en el proceso de reinserci�n social y gestionarse en lo posible, la recuperaci�n de los derechos de la seguridad y otras mejoras sociales.
Adicionalmente, el deber de la sociedad no termina con la liberaci�n del recluso, sino que una vez puesto en libertad se debe trabajar en la ayuda post penitenciaria que coadyuve a la disminuci�n de los prejuicios hacia �l y le permitan readaptarse a la vida cotidiana.
Con respecto al trabajo carcelario, se dispone que debe enfocarse en mejorar su aptitud y actitud f�sica y mental, para que en un futuro la reinserci�n social no resulte dr�stica
Referencias
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� 2022 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
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