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COVID 19: La universibilidad de las vacunas, igualdad, justicia y privatizaci�n

 

COVID 19: The universibility of vaccines, equality, justice and privatization

 

COVID 19: A universalidade das vacinas, igualdade, justi�a e privatiza��o

 

Ena Cecilia Obando-Peralta ^I

eobandop@upao.edu.pe

https://orcid.org/0000-0001-5734-6764

 

Alexandra Sof�a Rufasto-D�valos ^II

arufastod1@upao.edu.pe

https://orcid.org/0000-0002-1153-9808

 

Correspondencia: eobandop@upao.edu.pe �

 

 

Ciencias t�cnicas y aplicadas ���

Art�culo de revisi�n �

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*Recibido: 17 de octubre de 2020 *Aceptado: 15 de noviembre 2020 * Publicado: 22 de diciembre de 2020

 

        I.            Universidad Privada Antenor Orrego, Trujillo, Per�.

     II.            Universidad Privada Antenor Orrego, Trujillo, Per�.���

Resumen

La covid 19 ha sido desde fines del 2019 la enfermedad que ha generado una pandemia. Esto origino una crisis econ�mica, salud y pol�tica a nivel mundial. La OMS y dem�s organismos internacionales, intervinieron con el fin de establecer que los Estados prioricen la salud p�blica y los derechos humanos para la toma de sus decisiones y pol�ticas sobre vacunas contra el COVID-19. Sin embargo los laboratorios fabricantes de la vacuna solo les venden a los gobiernos y no a los particulares. Y no todos los Estados est�n comprando la cantidad de vacunas que la poblaci�n necesita. Esto afecta el derecho a la salud y a una distribuci�n justa y equitativa, y que la lucha contra el COVID-19 se d� desde un enfoque de derechos humanos. Ya que la vacunaci�n en masa y acelerada es la garant�a para controlar la pandemia y las nuevas cepas que puedan surgir (y que vienen surgiendo).

Palabras claves: COVID 19; Derecho a las vacunas; Igualdad; Justicia y Privatizaci�n.

 

Abstract

Covid 19 has been the disease that has generated a pandemic since the end of 2019. This caused a global economic, health and political crisis. The WHO and other international organizations intervened in order to establish that States prioritize public health and human rights when making their decisions and policies on vaccines against COVID-19. However, the laboratories that manufacture the vaccine only sell to governments and not to individuals. And not all states are buying the amount of vaccines that the population needs. This affects the right to health and to a fair and equitable distribution, and that the fight against COVID-19 takes place from a human rights perspective. Since mass and accelerated vaccination is the guarantee to control the pandemic and the new strains that may arise (and that are emerging).

Keywords: COVID 19; Right to vaccines; Equality; Justice and Privatization.

 

Resumo

Covid 19 � a doen�a que gerou uma pandemia desde o final de 2019. Isso causou uma crise econ�mica, de sa�de e pol�tica global. A OMS e outras organiza��es internacionais intervieram a fim de estabelecer que os Estados priorizem a sa�de p�blica e os direitos humanos ao tomar suas decis�es e pol�ticas sobre vacinas contra COVID-19. No entanto, os laborat�rios que fabricam a vacina vendem apenas para governos e n�o para pessoas f�sicas. E nem todos os estados est�o comprando a quantidade de vacinas de que a popula��o precisa. Isso afeta o direito � sa�de e a uma distribui��o justa e eq�itativa, e que a luta contra a COVID-19 ocorra a partir de uma perspectiva de direitos humanos. J� a vacina��o em massa e acelerada � a garantia do controle da pandemia e das novas cepas que possam surgir (e que est�o surgindo).

Palavras-chave: COVID 19; Direito � vacina��o; Igualdade; Justi�a e Privatiza��o.

 

Introducci�n

En el mes de diciembre del a�o 2019, se dieron a conocer diversos casos de una especie de neumon�a v�rica que afectaba originalmente a los habitantes de ciudad de Wuhan, en China. Esta enfermedad, que despu�s de diferentes estudios epidemiol�gicos se le denomin� como �COVID-19� (del ingl�s, Coronavirus disease-2019), se propago r�pidamente por todo el territorio chino y traspas� sus fronteras infectando a gran parte de la poblaci�n mundial sin distinci�n de edad, raza o g�nero.� De este modo, para mediados del mes de marzo del a�o 2020, esta realidad que se percib�a lejana abord� en nuestro pa�s; y t�rminos como �coronavirus�, �emergencia sanitaria�, �distancia social� y �mascarillas� invadieron el vocabulario cotidiano de la poblaci�n peruana.� Un a�o despu�s, seguimos �encerrados� y con una cifra de fallecidos que asciende a los 192 902 (Ministerio de Salud del Per�, 2021), v�ctimas mortales no solo del COVID-19 sino de la inadecuada gesti�n de recursos de salud p�blica como ox�geno, medicinas y equipamiento m�dico. Dichas circunstancias nos pusieron en un serio problema de vulneraci�n de nuestros derechos; es as� como, a fines de febrero, Ant�nio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, se�al� el surgimiento de �una pandemia de violaciones y abusos a los derechos humanos a ra�z de la COVID-19�, vulneraciones que se extienden m�s all� de las violaciones del derecho a la salud. Sin embargo, en el transcurso del mes de abril, una importante luz en la lucha contra la nueva enfermedad por coronavirus llena de esperanza al pueblo peruano: la llegada de las vacunas y las medidas por parte del Estado para la inoculaci�n del pueblo. La importancia de este avance radica en ser esta la �nica forma de bajar los �ndices de contagios y el tan esperado regreso a la nueva normalidad.

El Per� a�n est� atravesando por un largo viaje: desde la falta de preocupaci�n del Estado, el esc�ndalo del �Vacunagate�, los fallos en los estudios cl�nicos, la eventual privatizaci�n y las negativas de la poblaci�n por vacunarse. Por ende, es sustancial que conozcamos todo el proceso, retos y avances que hemos tenido dentro de nuestro Estado, as� como tambi�n en el mundo, para cubrir la vacunaci�n en la poblaci�n. Conocer as� que los organismos internacionales y nacionales establecen diferentes par�metros y normativas para el disfrute de nuestros derechos.

 

 

Vacunaci�n como Derecho Humano

Los Estados tienen la obligaci�n de tomar todas las medidas que sean necesarias, hasta el m�ximo de los recursos de que dispongan, para garantizar que todas las personas tengan acceso a vacunas contra la COVID-19 sin discriminaci�n[1]. Por ende cada uno debe priorizar la inmunizaci�n contra enfermedades infecciones y las epidemias que estas puedan generar, tal es el caso de que cada Estado debe proveer y suministrar las vacunas contra la COVID-19 en todas las personas.

Viendo todo esto desde un punto de vista de protecci�n y �jurisdicci�n� del Pacto Internacional de Derechos Econ�micos, Sociales y Culturales (PIDESC) y Observaci�n General No. 14 del Comit� de Derechos Econ�micos, Sociales y Culturales sobre el Derecho al disfrute del m�s alto nivel posible de salud. Y es que a trav�s del mismo rige diferentes normas a tomar por parte de los Estados para la protecci�n de la salud de la poblaci�n, al ser que este mismo impone, como ya hemos mencionado, a los Estados de tomar las medidas necesarias para prevenir las epidemias. As� como tambi�n el acceso a medicinas y garantizar el derecho de todas las personas de �gozar de los beneficios del progreso cient�fico y de sus aplicaciones�[2].

El derecho a la salud, para su acceso, necesita que los Estados prevean de instalaciones, bienes y servicios, en las cuales est�n incluidas las vacunas, est�n en total disposici�n y disponibilidad, as� como tambi�n se den dentro de un margan de gran calidad. Para asegurar la distribuci�n de las vacunas, el Estados debe ponerse en la posici�n de �protector� y �garante�; eliminando toda discriminaci�n que est� basada en motivos de nacionalidad, sexo, genero, edad, discapacidad o cual otra condici�n. Garantizar las vacunas a los grupos marginados y las personas que habitan los lugares alejados de la zona urbana, de ser necesario utilizar las entidades privadas y estatales. Garantizar la gratuidad de las vacunas. Y, por �ltimo, el acceso global y universal de toda la informaci�n necesaria, que sea cient�ficamente correcta y realizar campa�as respecto a la difusi�n de esta.

Este �ltimo punto, atrae una gran importancia, y es que desde el principio de la pandemia nos hemos visto envueltos en diferentes �fake news�, lo cual se volvi� com�n y solo causo temor en la gente. La falta de informaci�n correcta y la difusi�n de mensajes enga�os y sin bases cient�ficas, nos llev� a que la poblaci�n tenga p�nico a la vacunaci�n, llen�ndolos de dudas y haciendo �campa�as� en contra de estas.

Por lo que los Estados se uno con COVAX[3], cuya misi�n para el 2021es asegurar la entrega equitativa de vacunas para el 20% de la poblaci�n de los pa�ses participantes en todo el mundo. (OPD, 2021). El mecanismo COVAX permitir�a que la distribuci�n sea de manera justa y equitativa. Pero no todo es color de rosa, ya que este mecanismo ha sido objeto de cr�ticas por permitir que los pa�ses m�s ricos soliciten dosis equivalentes al 50% de su poblaci�n, mientras que los pa�ses de menores ingresos s�lo pueden solicitar hasta ahora el 20%.

Por lo que para contrarrestar dichas �fallas en el sistema�, aquellos Estados que se una a COVAS, deben tener en cuenta el hecho de impulsar una participaci�n en la sociedad civil y en la toma decisiones, bas�ndose en principios de transparencia y rendici�n de cuentas.

 

Vacunaci�n en Latinoam�rica

Desde la llegada de vacunas a los diferentes Estados de Latinoam�rica, ha puesto a sus gobiernos en diferentes �conflictos� para llevar a cabo la vacunaci�n en la poblaci�n, y es que existe una disyuntiva, a�n vigente, en cuanto a quien debe recibirlo primero, si la poblaci�n activamente trabajadora o la poblaci�n vulnerable. Sin embargo, lo �nico en lo que se est� de acuerdo es que las vacunas deber ser repartidas sin distinci�n alguna y alcanzar a cada persona que vive dentro de un Estado.

En la Latinoam�rica, en comparaci�n con pa�ses de primer mundo, la vacunaci�n a�n est� muy retrasada, y para el avance en este tema, es necesario que se tomen medidas estrictas que aseguren que la distribuci�n sea de forma transparente y equitativa. Lo cual se puede lograr desde un riguroso monitoreo y el establecimiento de las diferentes medidas que tomen los Estados, tales como un plan de vacunaci�n, que se alineen a las necesidades de la poblaci�n.

Tal como hemos dicho y establecido los cuatro par�metros que debe tener el Estado para su distribuci�n (eliminar la discriminaci�n, informaci�n certera, gratuidad y priorizar poblaciones vulnerables). �Considerando que, en Latinoam�rica, existen diferentes comunidades nativas o de origen �tnico, y que a�n estamos bajo un gran sistema de discriminaci�n en la poblaci�n, se debe fortalecer a�n m�s las pol�ticas p�blicas (en especiales en el �mbito de la salud) para que esto se lleve a cabo.��

Es preciso establecer como es el avance de vacunaci�n en algunos pa�ses de la regi�n. Tal es el caso de Chile[4], con un total del 70.52% de poblaci�n con vacunaci�n completa, eso es un total de 22.883.806 de dosis administradas[5].� Ubic�ndolo en uno de los pa�ses con un gran avance en la vacunaci�n.

Tenemos el caso de Brasil, con un total de 12.8% de su poblaci�n completamente vacunada, con un total de 26.996.751 personas con ambas dosis[6].� Lo cual no es un gran avance dado la cantidad de habitantes que tiene el pa�s.

Es as� como vemos que a�n existen barreras, muy grandes, para asegurar una vacunaci�n masiva, que llegue a cada rinc�n de manera r�pida y efectiva. Y es que en la regi�n est� muy retrasado este proceso, en comparaci�n con pa�ses como Estados Unidos e India, en donde el regreso a la nueva normalidad ya es una realidad.

 

Vacunaci�n en Per�

En nuestro pa�s, la llegada de la pandemia solo dio a resaltar la gran deficiencia de nuestro sistema de salud. Y es que hemos pasado por varios estragos y retos, desde los precios altos de los medicamentos hasta los pagos por m�s de 10 mil soles por un bal�n ox�geno. Lo que gener� gran descontento de la poblaci�n y la desconfianza en el Estado, por la falta de su preocupaci�n en el pueblo. Ya de por s� hemos vivido en una constante queja del sistema de salud p�blico, en donde las citas con urgencia eran programadas con meses de posterioridad, las consultas eran por �cupos�, la falta de personal m�dico preparado era evidente, el servicio en general era nefasto y no garantizaba el acceso a la salud por parte de la poblaci�n. Por lo que este derecho fundamental y constitucional no est� garantizado. Llegamos as� a la gran verdad de que las desigualdades en el acceso y el gasto en atenci�n sanitaria han sido un grave problema incluso antes de la pandemia.

Todo este retraso se debe a que nuestro gobierno no gestion� con anterioridad los diferentes tratados o contratos con los diferentes laboratorios, y es que, en comparaci�n de otros pa�ses, el Per� solo cuenta con las vacunas Pfizer, llevando as� a tener un solo proveedor de vacunas y obteniendo pocos suministros en cada lote enviado.

Es sabido que el Pa�s, existe una gran desigualdad social, falta de educaci�n y un gobierno que ve por interesas, en su mayor�a, se grupos de poder y no por el bienestar social de su poblaci�n. Por lo que, es necesario establecer que nuestro derecho a la salud no es garantizado por esta problem�tica: el Estado y sus intereses. O, mejor dicho, los que gobiernan dicho Estado y sus intereses. Y es que �La COVID-19 se ha cebado en las fisuras y fragilidades de nuestras sociedades, exponiendo todos nuestros fracasos a la hora de invertir en la construcci�n de sociedades justas y equitativas. Ha mostrado la debilidad de sistemas que no han logrado dar centralidad a la defensa de los derechos humanos� (Bachelet,2021).

Tratemos de entender que, sobre todo en nuestro pa�s, vivimos con una constante vulneraci�n de derechos fundamentales. No se ha hecho nada por priorizar la optimizaci�n de la entidad estatal, por lo que una y otra vez dejamos por la alto el d�ficit social, cultural y econ�mico que tenemos.

La vacunaci�n, como lo todo servicio que brinda el Estado, es ineficiente, por lo que esta retrasada, mal gestionado y relegado, poniendo intereses personales sobre el bien com�n. Aun as�, es importante establecer la cantidad de poblaci�n inoculada, contamos con una poblaci�n de poco m�s de 3.14 millones de personas con ambas dosis, lo que ser�a el 9.6% de la poblaci�n.[7]

Podemos decir que, es decepcionante, como la llegada de vacunas no representa una luz al final del t�nel, es m�s bien, un reflejo total de las violaciones y abusos de los derechos humanos. Es un reflejo del desastroso estado de distribuci�n y producci�n de la misma. En donde vemos que los �altos mandos� y familiares se han vacunado con anterioridad al resto de la poblaci�n, con la excusa de haber �participado� en un ensayo cl�nico. Si vemos esto, desde un punto de vista de derechos humanos, los Estados a menudo han arreglado sus propios asuntos de una manera que es perjudicial para el acceso a las vacunas. Problem�tica que se extiende en algunos otros pa�ses de la regi�n.

 

La privatizaci�n de vacunas

En nuestro pa�s, recientemente se dio a conocer que las entidades privadas pueden vacunar a sus trabajadores y familiares directos. Sin embargo, bajo esto se encuentra el precepto de la gratuidad.

Esta es la �nica forma de el derecho a salud no sea vulnerado, por el contrario, garantiza que la poblaci�n no tenga problemas en cuanto a recibir la vacuna. Es algo muy discutido, al menos en Per�, en que las entidades privadas no deben inocular, al ser este hecho tomado como un hecho de desigualdad social, sin embargo, considero que entre m�s poblaci�n sea vacunada, menor ser� el n�mero de contagios.

Por otro lado, podemos hablar de un mecanismo mixto, en donde tanto el Estado como la entidad privada puedan distribuir las vacunas, sin ning�n costo. Al ser que los primeros deben hacer todo lo posible por suministrar las vacunas, invierto de manera necesaria, incluso en excedente.

Por ende, por m�s que la entidad privada este bajo una distribuci�n, no debe perder la cualidad de ser gratuita, ya que el costo vulnera la equidad, que es la parte m�s importante. Y consecuentemente eliminar�a la universalidad de la vacunaci�n.

 

Anteposici�n de la salud p�blica frente a las patentes

Con frecuencia las empresas anteponen sus intereses al bienestar social. A pesar de que las normas internacionales de derechos humanos siempre fueron claras en que la salud p�blica est� por encima al derecho de las empresas a proteger su propiedad intelectual.

La propiedad intelectual protege a las farmac�uticas, y es que se entiende por qu� es la �nica empresa a la que se permite producir el f�rmaco durante un tiempo, y manejando el mercado puede decidir los precios. Protege la informaci�n de los datos y de la investigaci�n, por lo que si una compa��a farmac�utica descubre una vacuna de �xito contra la COVID-19, puede guardar esa informaci�n de manera exclusiva.

Por lo que se dieron movimientos exigiendo la liberaci�n de patentes, con el fin de que se pueda producir en mayor masa y la investigaci�n sea accesible para todos. Sin embargo, no sirvi� de nada y pues a pesar de que la a OMS ha creado el Acceso Mancomunado a Tecnolog�a contra la COVID-19 (C-TAP), donde las empresas pueden compartir datos y patentes sobre sus innovaciones.

A pesar de esto, ninguna entidad farmac�utica se ha unido, ni comprometido a liberar las patentes. Si hablamos desde un punto de gratuidad y derechos, podr�amos decir, quiz� no afirmar, que el hecho de que se cobre al gobierno por la distribuci�n de determinadas vacunas, pueda vulnerar el derecho a la salud de aquellos pa�ses pobres, que no pueden comprar o adquirir vacunas en grandes masas por falta de dinero.

 

Conclusiones

Los Estados, como ya he mencionado, est�n en la obligaci�n de garantizar el acceso a los diferentes derechos humanos, asegurando que sean satisfechos por la poblaci�n y evitando una posible vulneraci�n de los mismos. Por lo que, como en a�os anteriores, los organismos internacionales intervienen para garantizar el trato justo y equitativo entre la poblaci�n.

Respecto a la vacunaci�n, la OMS y dem�s organismos internacionales, intervienen con el fin de establecer que los Estados prioricen la salud p�blica y los derechos humanos para la toma de sus decisiones y pol�ticas sobre vacunas contra el COVID-19. Con la finalidad de promover una distribuci�n justa y equitativa, y que la lucha contra el COVID-19 se d� desde un enfoque de derechos humanos. Ya que la vacunaci�n en masa y acelerada es la garant�a para controlar la pandemia y las nuevas cepas que puedan surgir (y que vienen surgiendo).

Por otro lado, como Estado debemos garantizar que dichos lineamientos sean establecidos sin discriminaci�n, gratuita y se prevea que las poblaciones minoritarias y vulnerables tengan f�cil acceso. Y es que la equidad es el componente clave para lograr esto, es la equidad, no solo dentro de un determinado pa�s, sino entre ellos. Es as� como, a nivel internacional, nos hemos previsto de COVAX, como herramienta garante de la distribuci�n justa entre pa�ses. Y en virtud del derecho internacional, demos prioridad al trabajo en conjunto de los Estados para erradicar el virus, dejando de lado el enfoque de �yo primero�, que solo nos llevar�a a menosprecia y vulnerar derechos de nuestros vecinos.

Debemos asegurar que la cantidad de dosis que reciba cada Estado sea acorde con la cantidad de poblaci�n que necesita la inoculaci�n, respondiendo as� a la necesidad y realidad de la sociedad. Disipando las desigualdades sociales, culturales, religiosas, y m�s.

El Estado, est� en la obligaci�n de dar informaci�n certera y transparente, y es que al igual con otros temas de salud p�blica, la poblaci�n necesita tener acceso a la composici�n, efectos y formas de aplicaci�n de la vacunaci�n. Tal es el caso, de que, en nuestro pa�s, existen diferentes idiomas y culturas, por lo que esta informaci�n debe ser traducida, o en el caso de personas con discapacidades visuales, puedan optar por m�todos pr�cticos para llegar a obtener conocimiento de lo que se le est� aplicando. Esto es un componente importante del derecho a la salud, y es que la aceptaci�n de vacunas por parte de la poblaci�n solo puede ser porque las personas han sido informadas y puedan tomar decisiones de esta �ndole.

Reforzar el sistema de salud viene siendo un tema de suma importancia, sobre todo para evitar que, en un futuro, se vuelva a vulnerar el derecho a la salud. Estamos frente a un gran d�ficit por parte del gobierno, en donde no se brinda un buen servicio. Como sabemos, familias enteras han sufrido estrago o han �desaparecido� por falta de dinero o en su defecto falta de ox�geno. Por lo que las vacunas deben ser gratuitas, lo cual es la garant�a de acceso universal por parte de la poblaci�n. Respondiendo esto a que el costo ser�a un gran obst�culo, sobre todo en personas marginales y al menos en la mitad de la poblaci�n mundial, para la inoculaci�n.

Y es que, a trav�s de los a�os, hemos visto el menosprecio e inter�s en las entidades del Estado, con retrasos significativos y falta de inversi�n en este �mbito.

Por otro lado, la falta de inter�s por parte de los gobernantes en los ciudadanos fue m�s notoria, y como siempre hemos visto que los intereses de grupos de poder pueden m�s que las necesidades de la poblaci�n. Quiz� deber�amos saber escoger mejor a nuestros representantes, los cuales al actuar reflejen una firme moral.

Como pa�s, tenemos mucho que mejorar, desde lo social hasta lo pol�tico, ya que hemos olvidado sustentar estos primordiales �mbitos, rest�ndole importancia a los derechos humanos, para que se hayan podido transgredir y vulnerar en esta aguda situaci�n de pandemia. Y es que, a pesar del apoyo internacional, mediante las resoluciones, comisiones y conferencias dadas, no hemos logrado optimizar el proceso de vacunaci�n nacional ni proveer a nuestra sociedad con lo necesario para cubrir las necesidades b�sicas.

 

Referencias

1.         Pitchers, C. (2021, abril 12). �Es justificable una vacunaci�n obligatoria? Euronews.com. https://n9.cl/xria

2.         Bachelet, M. (2021). Webinar �Pandemia, vacunas y derechos humanos en las Am�ricas�. Relator�a Especial sobre los Derechos Econ�micos, Sociales, Culturales y Ambientales de la Comisi�n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

3.         Acceso universal a las vacunas - Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo. (2021, mayo 6). Coordinadoraongd.org. https://n9.cl/qvuac

4.         Dreser, A. (2021). Retos y avances en la vacunaci�n contra COVID-19 en Latinoam�rica y el Caribe. ORCID - Conectando investigaci�n e investigadores.

5.         Tiberghien, P., de Lamballerie, X., Morel, P., Gallian, P., Lacombe, K., & Yazdanpanah, Y. (2020). Collecting and evaluating convalescent plasma for COVID-19 treatment: why and how? Vox Sanguinis, 115(6), 488�494.

6.         Derechos Humanos de las Personas con COVID-19 - RESOLUCI�N No. 4/2020, (2020) (testimony of Comision Interamericana de Derechos Humanos). https://n9.cl/nh1v1

7.         Bachelet: Los derechos humanos son la vacuna contra el hambre, la pobreza, la desigualdad y el cambio clim�tico. (2020, diciembre 9). News.un.org. https://news.un.org/es/story/2020/12/1485292

8.         Oficial, T. N. O. (s/f-a). Declaraci�n sobre el acceso universal y equitativo a las vacunas contra la COVID-19. Dejusticia.org. Recuperado el 7 de julio de 2021, de https://n9.cl/yc87n

 

 

�2020 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0) (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).