������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������

���������������������������������������������������������������������������������

 

La resilencia en la educaci�n universitaria

 

Resilence in university education

 

�Resil�ncia na educa��o universit�ria

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correspondencia: martha.sampedro@utm.edu.ec

 

Ciencias de la Educaci�n

Art�culo de irevisi�n

��������������������������������������� ���������������������������������������������

*Recibido: 20 de diciembre de 2020 *Aceptado: 09 de enero de 2021 * Publicado: 01 de febrero de 2021

 

        I.            Licenciada en Ciencias de la Educaci�n Menci�n Psicolog�a y Orientaci�n Vocacional, Magister en Orientaci�n y Educaci�n Familiar, Docente Auxiliar 1 Facultad Ciencias Human�sticas y Sociales, Universidad T�cnica de Manab�, Portoviejo, Ecuador.

     II.            Licenciado en Ciencias de la Educaci�n Especialidad Psicolog�a y Orientaci�n Vocacional, Magister en Orientaci�n Educativa Vocacional y Profesional, Doctor dentro del Programa de Doctorado en Educaci�n, Docente Auxiliar Tiempo Completo, Universidad T�cnica de Manab�, Portoviejo, Ecuador.

   III.            Odont�loga, Especialista Distrital de Promoci�n de la Salud e Igualdad, Distrito 08D04, Quinind�, Ecuador.

   IV.            Licenciada en Ciencias de la Educaci�n Especializaci�n Historia y Geograf�a, Magister en Docencia e Investigaci�n Educativa, Analista del Centro de Promoci�n y Apoyo al Ingreso, Universidad T�cnica de Manab�, Portoviejo, Ecuador.

     V.            Licenciado en Ciencias de la Educaci�n T�cnica Menci�n Contabilidad Computarizada, Magister en Gerencia Educativa, Analista del Centro de Promoci�n y Apoyo al Ingreso, Universidad T�cnica de Manab�, Portoviejo, �Ecuador.

Resumen

El presente art�culo trata sobre la Resiliencia en la educaci�n Universitaria, donde su enfoque se basa en distintos �mbitos sociales como lo son de gran prioridad en campos de salud, la psicolog�a y la educaci�n universitaria� vistos desde una perspectiva general y basada en una investigaci�n cient�fica dada por algunos autores. Dicho de esta manera, los individuos y los grupos pueden hacerse vulnerables si se modifican sus condiciones de vida por cambios forzados en su entorno. La resiliencia depende de la confianza mutua y de la fortaleza de los v�nculos en el grupo y expresa su capacidad de absorber las presiones y estabilizarse r�pidamente. Las familias y las comunidades han sido objeto de estudios sobre los factores de resiliencia en condiciones de adversidad, y se han encontrado elementos materiales, culturales y pol�ticos capaces de influir en sus consecuencias. Este art�culo tiene como prop�sito tambi�n analizar el concepto de resiliencia en las �reas antes mencionadas, considerando que este es uno de los temas importantes en el mundo de la educaci�n dirigida a estudiantes.

Palabras claves: Resiliencia; educaci�n; estudiantes; universitaria; psicolog�a; salud.

 

Abstract

This article deals with Resilience in University education, where its approach is based on different social spheres as they are of high priority in the fields of health, psychology and university education seen from a general perspective and based on a given scientific research by some authors. Put in this way, individuals and groups can become vulnerable if their living conditions are modified by forced changes in their environment. Resilience depends on mutual trust and the strength of ties in the group and expresses its ability to absorb pressures and stabilize quickly. Families and communities have been the object of studies on resilience factors in adversity conditions, and material, cultural and political elements have been found capable of influencing their consequences. This article also aims to analyze the concept of resilience in the aforementioned areas, considering that this is one of the important issues in the world of education aimed at students.

Keywords: Resilience; education; students; university; psychology; Health.

 

 

 

Resumo

Este artigo trata da Resili�ncia na Educa��o Universit�ria, onde sua abordagem � baseada em diferentes esferas sociais por serem priorit�rias nas �reas da sa�de, psicologia e educa��o universit�ria em uma perspectiva geral e com base em determinada pesquisa cient�fica de alguns autores. Posto dessa forma, indiv�duos e grupos podem se tornar vulner�veis ​​se suas condi��es de vida forem modificadas por mudan�as for�adas em seu ambiente. A resili�ncia depende da confian�a m�tua e da for�a dos la�os do grupo e expressa sua capacidade de absorver press�es e se estabilizar rapidamente. Fam�lias e comunidades t�m sido objeto de estudos sobre fatores de resili�ncia em condi��es de adversidade, e elementos materiais, culturais e pol�ticos t�m se mostrado capazes de influenciar suas consequ�ncias. Este artigo tamb�m tem como objetivo analisar o conceito de resili�ncia nas �reas citadas, considerando que esta � uma das quest�es importantes no mundo da educa��o voltada para os alunos.

Palavras-chave: Resili�ncia; Educa��o; alunos; universidade; psicologia; Sa�de.

 

Introducci�n

El prop�sito de este documento sintetizan el tema de la resiliencia que est� dejando de ser un motivo emergente para convertirse en un tema gran prioridad en los campos de la salud, la psicolog�a y la educaci�n universitaria, los profesionales en estas �reas espec�ficamente conocen a adolescentes que viven situaciones de tragedia que parecen dif�ciles o imposibles de superar. Sin embargo, la realidad muestra que habiendo superado inmensas desgracias, logran una vida adulta equilibrada, creativa y hasta optimista a pesar de todo. Esto permitir� conceptualizarla de una manera m�s general, defini�ndola como la capacidad de la persona para sobreponerse a los riesgos de la existencia no s�lo super�ndolos sino desarrollando al m�ximo su potencial, proceso realizable a trav�s de mediadores para generarla.

Para esto, los estudiantes resilientes encuentran un docente que se convierte en un modelo de rol positivo para ellos; un docente especial que ejerce una fuerte influencia en sus vidas, brind�ndoles calidez, afecto, trato con tono humano, sobre todo les ense�a a comportarse compasivamente. Innegablemente a los estudiantes resilientes les gusta la escuela y la convierten en su hogar fuera del hogar, en un refugio de su �mbito familiar disfuncional. Las univesidades con directivos y docentes resilientes son exitosas y tienden a mantener est�ndares acad�micos elevados, a suministrar retroinformaci�n eficaz que ayuda a los estudiantes ofreci�ndoles posiciones de confianza y responsabilidad. Los docentes conscientes de su responsabilidad en su gobierno de clase pueden fomentar la resiliencia en s� mismos, en el aula y entre los estudiantes. La clave fundamental es que la universidad sea capaz de ofrecer los reforzadores de los factores protectores en la vida de los estudiantes.

Dentro de este contexto un aspecto interesante que enlaza el tema de la resiliencia a la universidad es la afirmaci�n de que, despu�s de la familia, la universidad es un ambiente clave, fundamental para que los estudiantes adquirieran las competencias necesarias para salir adelante gracias a su capacidad para sobreponerse a la adversidad.

As� mismo, el siguiente autor dice que el� enfoque� de� resiliencia��� se� orienta� a� puntualizar� los� recursos� que aparecen en las relaciones, en especial aquellas con continuidad y gran compromiso afectivo (Ravazzola, 2001); donde desarrollarla y promoverla en el contexto escolar, resulta una alternativa viable cuando se vive en ambientes familiares y sociales desfavorables, aquellos que� piden a gritos la generaci�n de cambios tendientes a modificar y mejorar las condiciones de vida de las personas menos favorecidas.

Es necesario recalcar que, la� palabra� resiliencia� proviene� del� lat�n� resilio� que� significa� volver� atr�s,� volver� de� un salto, rebotar.� El concepto surge de la f�sica y se refiere a la capacidad de los metales para resistir� el� impacto� de� una� presi�n� deformadora� y� recobrar� su� estado� o� forma� cuando� ya� no existe� esa� presi�n� (Machuca,� 2002).��� El� t�rmino� fue� adaptado� a� las� ciencias� sociales� para caracterizar� aquellas� personas� que,� a� pesar� de� vivir� en� situaciones� de� alto� riesgo,� se desarrollan�� psicol�gicamente�� sanas�� (Rutter,�� 1993�� citado�� por�� Kotliarenco,�� C�ceres�� y Fontecilla, 1996).

La relaci�n entre resiliencia y salud en general es considerada por la asamblea mundial de la salud, que discute actualmente una nueva definici�n de salud, como una tentativa a desarrollar un concepto m�s amplio e integral. La resiliencia pone en evidencia la deficiencia del concepto cl�sico de salud y hace necesaria la relaci�n de muchas �reas al mismo tiempo. La Organizaci�n Mundial de la Salud brinda la siguiente definici�n: �la salud es un estado de completo bienestar f�sico, mental y social y no meramente la ausencia de enfermedad�. En la conferencia internacional sobre atenci�n primaria de salud, se define, agregando que la salud es un derecho humano fundamental y que el logro m�s alto posible de salud es un objetivo social sumamente importante en todo el mundo, cuya realizaci�n exige la intervenci�n de muchos sectores incluyendo as� a los estudiantes universitarios.

Dado que la resiliencia tiene que ver con salud, esta cobra una concepci�n distinta en el proceso de salud enfermedad con una �ptica m�s optimista. Ya que sobreponerse a la crisis implica mirar la adversidad como retos m�s que como p�rdidas y que es importante el desarrollo de la resiliencia en estos pacientes para continuar con una vida significativa que les proporcione bienestar, para poder llevar a cabo una calidad de vida y no s�lo las oportunidades a trav�s del tratamiento exclusivamente m�dico (Gonz�lez Arratia y Valdez, 2007).

 

Desarrollo

La resiliencia aparece actualmente como una palabra com�n en la vida cotidiana, sin embargo no existe un clara definicion� ya que son muchos los autores, que incorporan el concepto en sus trabajos. Fraser, Richman y Galinsky (1999), han sugerido que la resiliencia implica sobreponerse a las dificultades y tener �xito a pesar de estar expuestos a situaciones de alto riesgo; mantener la competencia bajo presi�n, esto quiere decir saber adaptarse con �xito al alto riesgo y recuperarse de un trauma ajust�ndose de forma exitosa a los acontecimientos negativos de la vida. En una visi�n similar Masten (1994) hab�a sostenido que la resiliencia se refiere a personas de grupos de alto riesgo que han obtenido mejores resultados de los esperados; buena adaptaci�n a pesar de experiencias estresantes y recuperarse de un trauma.

Dentro de la educaci�n, la resiliencia juega un papel importante, ya que mediante el conocimiento de este tema se puede favorecer el desarrollo de competencias sociales, acad�micas y personales, que permitan al estudiante recuperarse de situaciones adversas y salir adelante en la vida (Ruter, 1987). Sin embargo, el estudio de la resiliencia en las instituciones educativas ha sido muy pobre, especialmente las que tienen que ver con la educaci�n superior (Haz & Castillo, 2003; Lamas & Lamas, 1997; Peralta, 2005).

Por lo que, una actitud constructora de resiliencia en educaci�n superior implica buscar todo indicio de resiliencia, rastrear ocasiones en las que los estudiantes lograron superar, vencer o sobrellevar la adversidad (Henderson y Milstein, 2003).

Habr�a que decir tambi�n que comprender la resiliencia en el contexto de la educaci�n superior implica reconocer su importancia, trascendencia y c�mo estas instituciones pueden ayudar a los individuos a sobreponerse y convertirse en estudiantes y seres humanos exitosos para su integraci�n en una sociedad compleja, favoreciendo el desarrollo individual y social,� mencionan as� estos autores� (Henderson y Milstein, 2003; Uriarte, 2006). Para esto, llevar la atenci�n sobre aspectos positivos que han sido olvidados o desatendidos hasta el momento (Vanistendael,S., Gaberan, P., Humbeeck, B., Lecomte, J., Manil, P., Rouyer, M., 2013). Ya que, los seres humanos tienen la capacidad para desarrollar la resiliencia y enfrentar los eventos negativos (Rodr�guez, 2009)

Junto al inter�s por el estudio de la resiliencia, otro factor que ha adquirido especial relevancia en los �ltimos a�os, entendido como un factor que contribuye al bienestar psicol�gico, es el optimismo disposicional (Snyder y L�pez, 2002; Knowlden, Hackman, y Sharma, 2016). En particular, el concepto de optimismo hace referencia a la disposici�n para tener expectativas positivas VIZOSO-G�MEZ y ARIAS-GUND�N.� As�, las personas optimistas est�n motivadas y se esfuerzan para conseguir sus objetivos porque creen que podr�n alcanzarlos (Carver y Scheier, 2014).

Kotliarenco, C�ceres y Fontecilla (1996) se�alan que algunas personas� poseen las siguientes caracter�sticas:

�         Mayor coeficiente intelectual y habilidades de resoluci�n de problemas.

�         Mejores estilos de enfrentamiento.

�         Motivaci�n al logro (mayor autoeficacia).

�         Autonom�a, autoestima y locus de control interno.

�         e)Empat�a, conocimiento y manejo adecuado de relaciones interpersonales.

�         Voluntad y capacidad de planificaci�n.

�         Sentido del humor positivo

Otros autores mencionan como L�sel, Bliessener y Kferl (1989), agregan atributos internos de los individuos resilientes como son: mayor tendencia al acercamiento, menor tendencia a sentimientos de desesperanza, menor tendencia a la evitaci�n de los problemas y menor tendencia al fatalismo.

Nos indica Silva C., Romero J. y Peters (2010) que: En� este� marco,� las� motivaciones� y� horizontes� de� expectativas� de� los�� j�venes se van construyendo en torno a su adscripci�n u oposici�n a las� instituciones.� Los� j�venes� disponen� de� amplios� m�rgenes� de� decisi�n�� y,� por� cierto,� de� experimentaci�n,� lo� que� les� permite� radicalizar� sus� modos y conductas de vida y definir, con el tiempo, nuevos y alternativos� proyectos vitales [...] Por lo tanto, entre la individuaci�n de los hombres y� mujeres� j�venes� y� la� individualizaci�n� de� las� instituciones� hay� una� serie� de� hechos� concatenados.� Los� hombres� y� mujeres� j�venes� deben configurar su proyecto de vida con base en las instituciones sociales� y estas �ltimas deben reformular y/o adecuarse a las exigencias de los� sujetos. Sin embargo, este juego de relaciones es permanente fuente de tensiones, desaf�os y b�squedas, muchas veces no exenta de dificultades.

En estos tiempos es f�cil distinguir m�s de una decena de definiciones, que corresponden a diversos autores, con distintas tradiciones, con tendencias m�s deterministas algunas, apoyados en la biolog�a del sujeto y tendencias m�s ambientalistas que subrayan la interacci�n del mismo con su entorno. Dentro de las m�s conocidas definiciones podemos destacar:

La� resiliencia� como� un� fen�meno� que� manifiestan� sujetos� que� evolucionan favorablemente, a pesar de haber sufrido alguna forma de estr�s o riesgo grave en su historia (Rutter, 1993).

Resiliar es recuperarse, ir hacia delante luego de una enfermedad, trauma� o� estr�s.� Es� vencer� estas� pruebas� y� crisis� de� la� vida,� resisti�ndolas y super�ndolas, para seguir viviendo lo mejor posible (Manciaux, 2005).

Tambi�n podemos mencionar que la resiliencia es la capacidad de tener �xito de modo aceptable para� la sociedad, a pesar del estr�s o de una adversidad que implica un grave riesgo de resultado negativo seg�n lo expresa (Vanistendael, 1995).

Lo� que� puede� ser� �til� es� ver� las� semejanzas� entre� cada� definici�n� propuesta� y �cu�les� elementos comparten, a saber:

�         Todas las definiciones reconocen que es una capacidad humana, m�s o menos universal.

�         En todas las definiciones est� presente la idea de estr�s, adversidad o contexto negativo

�         Se comparte el enfrentamiento de aquellas adversidades por parte del sujeto.

�         Se obtiene como resultado una adaptaci�n positiva.

Quiz�s lo que conviene recalcar es que existen dos �pocas diferentes al conceptualizar a la resiliencia y que, de alg�n modo, se refleja en� estas definiciones: Una primera �poca caracterizada por el �nfasis en la b�squeda de factores protectores o de riesgo, que facilitar�an o perjudicar�an la aparici�n� de� conductas� resilientes.� Dicha� tradici�n� se� mantendr� en los autores hasta la primera mitad de la d�cada de los noventas (Saavedra, 2003). Una segunda �poca, en donde el concepto de resiliencia es ligado a la identificaci�n de mecanismos din�micos y procesos que el sujeto construye� como� una� forma� de� adaptaci�n� viable� ante� un� contexto adverso y la idea de proyectarse a partir de dicha adversidad. Esta concepci�n aparece a partir de 1995 en adelante (Saavedra, 2003).

En cuanto a los a�os ochenta y principios de los noventa, la investigaci�n en� resiliencia� apuntaba� hacia� el� estudio� del� fen�meno� como� una� capacidad individual, centrada en el riesgo y con un gran esfuerzo en la identificaci�n de factores asociados a la conducta.

En esta� segunda� concepci�n� ser� la� que� ofrecer� una� mirada� m�s constructiva� y� optimista� de� la� resiliencia,� al� permitir� una� comprensi�n m�s� din�mica� y� colectiva� de� la� misma. Entender� el� fen�meno� de� esta� forma,� nos� sugiere� que� la� resiliencia� m�s� all� de� ser una condici�n permanente y dependiente de factores externos a la persona,� es� una� construcci�n� propia� y� que� var�a� seg�n� los� contextos� y� los� momentos� en� que� ocurre� (Saavedra,� 2003).� En� �ltimo� t�rmino� el considerarse resiliente o no, ser� un evaluaci�n interna que hace el estudiante frente a su vida. Es� por� lo� anterior� que� la� medici�n� de� la� resiliencia� genera� un� problema� paradigm�tico,� que� confronta� la� mirada� del� observador� externo� y� la� mirada� del� propio� estudiante.� Tradicionalmente,� el� juicio� del� experto� era� el� que� predominaba,� quien� valoraba� los� �xitos� y� fracasos� del� estudiante� y� se�alaba� el� nivel� de� adaptabilidad� que� hab�a� logrado� la� persona. Desde esta perspectiva, se crearon instrumentos e �ndices que alud�an a dichos niveles; sin embargo, la apreciaci�n del propio estudiante se� desestimaba.� Esto� condujo� a� contradicciones� que,� desde� la� mirada� externa, el estudiante era considerado exitoso, pero desde su propia mirada no lo era (Saavedra, 2003).

El origen de los trabajos sobre resiliencia como variable psicol�gica se remonta a la observaci�n de comportamientos individuales de superaci�n que parec�an aislados y anecd�ticos (Vanistendael, 2001) y al estudio evolutivo de estudiantes que hab�an vivido en condiciones dif�ciles. Desde la perspectiva de la disciplina psicol�gica, la resiliencia ha sido definida por una serie de autores como un rasgo psicol�gico o cualidad que caracteriza a las personas que tienen mayor capacidad para afrontar la adversidad (Atkingson, Martin y Rankin, 2009; Barlett, 1996; Richardson, Neieger, Jensen y Kumpfer, 1990; Wagnild y Young, 1993. Por otra parte, otros autores no entienden la resiliencia como cualidad sino como la capacidad caracterizada por los buenos resultados a pesar de las amenazas (Fergus y Zimmerman, 2005; Garmezy, 1991; Luthar, 2003; Luthar, Cicchetti y Becker, 2000; Masten, 2001; Masten y Power, 2003). Es decir, asumen la consideraci�n de que la persona, por una parte, va a ser expuesta a una amenaza significativa o a una adversidad severa y, por otra, que la misma lleva a cabo una adaptaci�n positiva, a pesar de las importantes agresiones sobre el proceso de desarrollo que dicha adversidad pueda provocar. De este modo apuntan a la noci�n de que lo m�s apropiado ser�a referirse a la resiliencia como un patr�n o modo de proceder, m�s que a una cualidad, rasgo o caracter�stica espec�fica del individuo, puesto que la misma puede variar a lo largo del tiempo y de las etapas de la vida, manifest�ndose a trav�s de conductas que pueden ir cambiando a lo largo del ciclo vital.

Por tanto, la resiliencia no implica invulnerabilidad, m�s bien al contrario, alude a un proceso interactivo (del individuo con el medio) en el que la adversidad, de un modo u otro, est� presente (Arrington, Melvin y Wilson, 2000). Como han afirmado algunos autores (Buckner, Mezzacappa y Beardslee, 2003), la resiliencia adquiere su m�ximo significado cuando se aplica a personas que son capaces de exhibir un comportamiento adaptativo, incluso aunque su ambiente les sit�e en un alto riesgo. Seg�n Beco�a (2006), todo lo anterior sugiere la relevancia de centrarse en algunos factores de protecci�n b�sicos para el desarrollo humano, como son el apego, la motivaci�n, la autorregulaci�n, el desarrollo cognitivo y el aprendizaje. A ello habr�a que a�adir el macronivel de la organizaci�n humana, que se basa de modo importante en la cultura, puesto que puede ser necesaria la ayuda del medio social para que se adquiera el grado de resiliencia que se precisa para afrontar la vida. Por consiguiente, la posici�n que goza de mayor aceptaci�n en la actualidad en la consideraci�n de la resiliencia es la que la sit�a como un proceso que surge de lo ordinario, de lo cotidiano, frente a la noci�n de que se trata de una cualidad extraordinaria. Esto implica, necesariamente, una perspectiva cultural en su an�lisis, puesto que si se entiende la resiliencia como proceso que surge cotidianamente, es indesligable de la influencia de los elementos socioculturales. Esta perspectiva ofrece probablemente una mirada mucho m�s optimista de cara a plantear acciones que logren su consecuci�n.

 

Conclusiones

La mayor�a de las posiciones actuales parecen considerar esta variable como un proceso implicado en el ajuste de las personas y estudiantes universitarios que incluye conductas, pensamientos y acciones. Adem�s, la resiliencia es una caracter�stica ordinaria, no extraordinaria, y ser resiliente implica experimentar dificultades y malestar. Por consiguiente, cualquiera puede desarrollar resiliencia y �sta ser� fruto probablemente de la historia evolutiva del grupo de pertenencia de dicha persona que ha tenido que ir adapt�ndose a los cambios de car�cter vital. Dicha historia se adquiere de generaci�n en generaci�n a trav�s de la cultura (en un amplio sentido del t�rmino) y del aprendizaje (en un sentido m�s concreto); en cualquier caso, ese contexto m�s amplio en el que la persona y el estudiante se halla, interacciona a la vez con las variables de personalidad del mismo. La combinaci�n de ambos aspectos dar� diversos resultados. Si el contexto es muy adverso, la comunidad es muy resiliente y el individuo tiene fortalezas psicol�gicas claras, la probabilidad de �xito ante la adversidad ser� mayor. Pero si el contexto es adverso, la comunidad resiliente pero el individuo no posee determinadas caracter�sticas de personalidad, el �xito ser� menor. Por ello, quiz�s la posici�n en el estudio de la resiliencia que m�s com�nmente se acepta en la actualidad es la centrada en la persona.

La resiliencia ofrece alternativas a todos los profesionales, pero todav�a no es un concepto homog�neo. La resiliencia es un cambio de paradigma: privilegia el enfoque en las fortalezas, no en el d�ficit o problema, involucra a los individuos, familias, grupos, comunidades e instituciones a que sean parte de la soluci�n con el conjunto de recursos internos y externos que permitan enfrentar situaciones cr�ticas de todo tipo.

��

Referencias

1.             Arrington, E. G., Melvin; L.A. y Wilson, M.N. (2000). A Re-examination of risk and resilience during adolescence: incorporating culture and diversity. Journal of Child and Family Studies, 9, 221-230. http://dx.doi.org/10.1023/A:1009423106045

2.             �Atkinson, P. A., Martin, C. R. y Ranquin, R. (2009). Resilience revisited. Journal of Psychiatry and Mental Health Nursing, 16, 137-145. http://dx.doi.org/10.1111/j.1365-2850.2008.01341.x

3.             Beco�a, E. (2006). Resiliencia: definici�n, caracter�sticas y utilidad del concepto. Revista de Psicopatolog�a y Psicolog�a Cl�nica, 1, 125-146

4.             Buckner, J. C., Mezzacappa, E. y Beardslee,W. R. (2003). Characteristics of resilient youths living in poverty: The role of self-regulatory processes. Development and Psychopathology, 15, 139-162. http://dx.doi.org/10.1017/S0954579403000087��

5.             Gonz�lez Arratia, L. F. N. I. y M. J. L. Valdez (2007). �Resiliencia y enfrentamiento a los problemas en ni�os de familias y ni�os hu�rfanos�, Conferencia presentada en el viii Congreso al Encuentro de la Psicolog�a Mexicana y iv Congreso Latinoamericano de Alternativas en Psicolog�a. Michoac�n.

6.             L�esel, F.; T. Bliesener y P. Kferl (1989). �On the Concept of Invulnerability: Evaluation and First Results of the Bielefeld Project�, en Brambring, M.; L. Esel; F. y H. Skowronek. Children at Risk: Assesment, Longitudinal Research and Intervention. Walter de Gruyter, Nueva York, ee.uu.

7.             �Fergus, S. y Zimmerman, M. A. (2005). Adolescent resilience: A framework for understanding healthy development in the face of risk. Annual Review of Public Health, 26, 1-26. http://dx.doi.org/10.1146/annurev.publhealth.26.021304.144357�

8.             Fraser, M.W. y Galinsky, M.J. (1997). Toward a resilience-based model of practice. En M.W. Fraser (Ed.). Risk and resilience in childhood, 265-276

9.             Haz, A. & Castillo, R.. (2003). (Haz & Castillo, 2003; Lamas & Lamas, 1997; Peralta, 2005). Adultos resilientes al maltrato f�sico en la infancia. Terapia psicol�gica. 21 (2), 121-135

10.         Knowlden, A.P., Hackman, C.L., y Sharma, M. (2016). Lifestyle and mental health correlates of psychological distress in college students. Health Education Journal, 75, 370-382. doi: 10.1177/0017896915589421

11.         Masten, A. S. (1999). Resilience comes of age: Reflections of the past and outlooks for the next generation of researches. En M. Glantz y J. Johnson (Eds.). Resilience and Development: Positive Life Adaptation (pp. 281-296). Nueva York: Plenum.

12.         Manciaux, M. (2005).� La resiliencia: resistir y rehacerse. Barcelona: Gedisa.

13.         Masten, A. (1994). Resilience in individual development: Successful adaptation despite risk and adversity. En M.C. Wang y E.W. Gordon (Eds.). Educational resilience in inner-city America: Challenges and prospects 3-25. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum.

14.         Rutter, M. (1987). (Rutter,�� 1993�� citado�� por�� Kotliarenco,�� C�ceres�� y Fontecilla, 1996). Resiliencia psicosocial y mecanismos de protecci�n. Am�rica Journal of Orthopsychiatric. 57 (3), 316-329

15.         Rutter, M. (1993). Resilience: some conceptual considerations. Londres: Journal of adoles -cent health, Vol. 14, N� 8

16.         Saavedra,� E.� (2003).� El� enfoque� cognitivo� procesal� sist�mico,� como� posibilidad� de� intervenir educativamente en la formaci�n de sujetos resilientes. Espa�a: Universidad de Valladolid.

17.         Silva C., Romero J. y Peters T. (2010). Espiritualidad juvenil en chile hoy: caracter�sticas y �mbitos. En: �ltima D�cada N� 33. Vi�a del Mar: Ediciones Cidpa, pp. 201-225

18.         Snyder, C.R., y L�pez, S.J. (2002). Handbook of Positive Psychology. Nueva York: Oxford University Press.

19.         Henderson, N y Milstein, M. (2003). Resiliencia escolar. Argentina:Paid�s

20.         Vanistendael, S. (1995). �C�mo crecer superando los percances? Ginebra: BICE. (2002). La felicidad es posible. Barcelona: Gedisa.

21.         Vanistendael, S. (2003). La resiliencia en lo cotidiano. En M. Manciaux (Ed.), La resiliencia: resistir y rehacerse (pp. 115-127). Madrid: Gedisa.�

 

 

 

 

 

�2020 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)

(https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/).