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Dependencia externa y los desaf�os del COVID-19:� Superar la enfermedad holandesa en Am�rica Latina de cara a una d�cada de recuperaci�n
External dependency and the challenges of COVID-19: Overcoming the Dutch disease in Latin America in the face of a decade of recovery
Depend�ncia externa e os desafios do COVID-19: Superando a doen�a holandesa na Am�rica Latina em uma d�cada de recupera��o
Diego Alejandro Guevara-Casta�eda I
https://orcid.org/0000-0003-4018-7095
Armando Jos� Urdaneta-Montiel II
https://orcid.org/0000-0002-9825-9453
Fernando Rodolfo Orellana-Intriago III
https://orcid.org/0000-0002-3266-9265
Correspondencia: aurdaneta@umet.edu.ec
Ciencias de la �Salud
Art�culo de revisi�n
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*Recibido: 30 de diciembre de 2020 *Aceptado: 20 de enero de 2021 * Publicado: 10 de febrero de 2021
I. Doctor en Ciencias Econ�micas, Docente de la Universidad Metropolitana del Ecuador, Machala, Ecuador.
II. Doctor en Ciencias Econ�micas, Docente de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogot�, Colombia.
�III. Ingeniero Comercial,� Economista, Docente de la Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador.
Resumen
Este art�culo presenta c�mo en las �ltimas d�cadas Am�rica Latina ha estado sujeta a una gran dependencia de las materias primas y las vulnerabilidades macroecon�micas asociadas a este patr�n de crecimiento en tasa de cambio, cuenta corriente y mayor dependencia externa. En este contexto emerge la preocupaci�n por la enfermedad holandesa y la enfermedad holandesa financiera un fen�meno caracter�stico en la regi�n en la primera d�cada del siglo XXI y cuyos efectos no hab�an sido superados antes de la pandemia. Con la aparici�n del COVID-19 y la ilusi�n de muchos pa�ses de recuperar sus sendas de crecimiento recurriendo nuevamente a la exportaci�n de commodities, uno de los principales retos de la regi�n es tener una d�cada de recuperaci�n con una menos dependencia de este sector evitando la enfermedad holandesa y sus consecuencias.
Palabras claves: Enfermedad Holandesa; COVID-19;� desarrollo; dependencia externa.
Abstract
This paper presents how in recent decades Latin America has been under a great dependence on commodities and the macroeconomic vulnerabilities associated with this growth pattern in exchange rates, current account and greater external dependence. In this context emerges concerns about Dutch disease and financial Dutch disease, a phenomenon that was characteristic in the region in the first decade of the 21st century and whose effects had not been overcome before the pandemic. With the appearance of COVID-19 and the hopes of many countries to recover their growth paths once again focusing on the commodities export, one of the region's main challenges is to have a decade of recovery with less dependence on this sector avoiding financial Dutch disease and its consequence.
Keywords: Dutch disease; COVID-19; developing; external dependency.
Resumo
Este artigo apresenta como nas �ltimas d�cadas a Am�rica Latina tem estado sujeita a uma grande depend�ncia de mat�rias-primas e as vulnerabilidades macroecon�micas associadas a este padr�o de crescimento da taxa de c�mbio, conta corrente e maior depend�ncia externa. Nesse contexto, h� preocupa��o com a doen�a holandesa e com a doen�a financeira holandesa, fen�meno caracter�stico da regi�o na primeira d�cada do s�culo 21 e cujos efeitos n�o haviam sido superados antes da pandemia. Com o surgimento da COVID-19 e a ilus�o de muitos pa�ses em retomar suas trajet�rias de crescimento recorrendo novamente � exporta��o de commodities, um dos principais desafios para a regi�o � ter uma d�cada de recupera��o com menor depend�ncia deste setor, evitando a doen�a holandesa e suas consequ�ncias.
Palavras-chave: Doen�a holandesa; COVID-19; em desenvolvimento; depend�ncia externa.
Introducci�n
Uno de los principales dramas de Am�rica Latina est� asociado a la fuerte dependencia de materias primas y los ingresos fiscales que la misma genera. De hecho, en la primera d�cada del siglo XXI la regi�n registr� un nivel de ingresos nunca antes visto que permiti� avances significativos en la gran mayor�a pa�ses del hemisferio en t�rminos de pobreza, infraestructura y pol�tica social. A pesar de que existieron gobiernos de diferentes espectros ideol�gicos en la regi�n, el com�n denominador de sus �xitos relativos estaba asociados a los altos precios del petr�leo, el carb�n, la soja y diferentes minerales.
Ante este escenario de altos ingresos los gobiernos decidieron invertir en �reas que dan r�ditos pol�ticos y permiten avanzar en estad�sticas esenciales como l�nea de pobreza y una mejor pol�tica social en salud y educaci�n . No obstante, estas apuestas necesarias no tomaron en cuenta la necesidad imperiosa de impulsar un cambio en la matriz productiva de estos pa�ses y profundizaron los modelos rentistas altamente dependientes de las exportaciones de commodities. As� entonces la enfermedad holandesa y la enfermedad holandesa financiera (enfermedad holandesa con d�ficit en cuenta corriente por remuneraci�n de pagos factoriales al exterior) aparecieron como los talones de Aquiles de un modelo de crecimiento que se apalancaba �nicamente el sector primario de la econom�a que tiene como caracter�sticas la baja demanda de empleo. Esta din�mica descuidaba otros sectores intensivos en empleo y generadores de valor agregado como la industria manufacturera.
No obstante, el boom de altos precios de las materias primas que inicio a partir del a�o 2005 llego a su final en el 2014 con la ca�da significativa de los precios del carb�n y el petr�leo y la siguiente parte de la d�cada la regi�n tuvo un crecimiento d�bil e incluso pa�ses como Ecuador, o Brasil tuvieron trimestres con crecimiento del PIB nulo o incluso negativo. As� entonces en un escenario de muy lenta recuperaci�n los pa�ses aumentaron sus niveles de endeudamiento sin un rumbo claro de cambio de modelo de desarrollo e incluso algunos como Colombia insisten en el fracking (fractura hidr�ulica para la extracci�n de petr�leo) para el desarrollo del sector energ�tico.� Con este escenario econ�mico d�bil como tel�n de fondo lleg� el 2020 con la mayor crisis econ�mica que haya experimentado el planeta de forma colectiva por la pandemia del COVID-19 y de ah� que los retos de la regi�n en materia de recuperaci�n sean inmensos. Estos pasar�n claramente a repensar el modelo de crecimiento basado en materias primas donde sin lugar a duda la enfermedad holandesa es uno de los escalones a superar. As� entonces este art�culo plantea 4 secciones, la primera es esta introducci�n, la segunda secci�n plantea un an�lisis macroecon�mico emp�rico de la regi�n antes del COVID-19 y los desbalances en la misma. En esta se analizan las principales relaciones entre el sector primario en la regi�n, el crecimiento econ�mico y otras variables como las tasas de cambio para argumentar porque este el modelo de crecimiento basado en la exportaci�n de materias primas crea inestabilidad y es el origen de la enfermedad holandesa.
La tercera secci�n presenta en detalle el fen�meno de la enfermedad holandesa y la enfermedad holandesa financiera que puede reaparecer con fuerza si la recuperaci�n se plantea con un �nfasis en el sector primario. La �ltima secci�n concluye y recomienda elementos claves de pol�tica para superar la dependencia externa asociada a materias primas y la enfermedad holandesa y as� superar esta gran inflexi�n de la econom�a mundial con lo que han llamado algunos� como Ocampo et al (2020) el gran consenso latinoamericano y no repetir los errores de recuperaci�n econ�mica de la d�cada de los 90 con lo que se llam� el consenso de Washington que incluso hoy las mismas instituciones multilaterales han reconocido sus falencias (Ocampo, 2006).
Crecimiento econ�mico y altos precios de las commodities �una relaci�n t�xica en el marco de una estructura productiva poco diversificada?
Si se analizan los datos crecimiento econ�mico para las dos primeras d�cadas del siglo XXI y a la vez los cambios en los� precios de algunas de las principales materias primas en grandes pa�ses de la regi�n como M�xico, Brasil, Colombia, Per� y Chile� el resultado mostrar� un alto v�nculo entre estas dos variables como es de esperarse. El gr�fico 1 muestra la relaci�n entre el precio promedio agregado de los commodities y el PIB a precios actuales de Am�rica Latina para las dos primeras d�cadas del siglo XXI
Es importante se�alar que para una correcta comprensi�n del an�lisis, el indicador precio promedio agregado de los futuros de los commodities es el resultado de la sumatoria de los precios mensuales de diez de los commodities m�s importantes en los mercados financieros estos son:� Petr�leo Crudo WTI, Futuros caf�, Futuros cobre, Futuros ma�z, Futuros soja, Futuros cacao, Futuros Az�car, Futuros Ganado Vacuno, Futuros Oro, Futuros carne de cerdo y su posterior promedio anual. Vale la pena aclarar que m�s all� de la intuici�n sobre los precios de materias� asociadas a las l�gicas de oferta y demanda en la parte real tambi�n existe una fuerte relaci�n de la especulaci�n financiera sobre los precios de los mismos.
El gr�fico n�1 muestra entonces que una variaci�n del 1% en el precio promedio agregado de los futuros de los� commodities se traduce en una variaci�n de igual signo de 1,03% del PIB� a precios actuales, donde el precio de los commodities explica el 85% de la varianza del PIB y muestran grado de asociaci�n lineal del 92% lo cual indica que el alto nivel de incidencia de una variables sobre otra, confirmada con la covarianza entre ambas de 0,14˃0.� Esto denota una dependencia directa (positiva), es decir, a grandes precios de commodities� corresponden grandes valores de PIB. Este comportamiento es claro en la regi�n y a la vez tambi�n entonces permite intuir la magnitud de la crisis actual en la que en los dos primeros trimestres del 2020 la dram�tica caida de los precios de las commoditties a raz�n del confinamiento global por la pandemia contribuyen de manera significativa a los datos de decrecimeinto del 2020 en la regi�n.
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Gr�fica 1: Relaci�n y sensibilidad entre el precio promedio agregado de los commodities y el PIB a precios actuales de Am�rica Latina entre 2000-2019
Fuentes: Construcci�n propia con datos de Banco Mundial (2020) e Investing (2020a)
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Tabla 1: Precio mensual de los commodities y el PIB anualizado a precios actuales de Am�rica Latina en el a�o 202
Fuentes: Construcci�n propia con datos de Banco Mundial (2020) e Investing (2020a)
Sin embargo, el precio de las materias primas no solo se vincula con el crecimiento econ�mico sino tambi�n tiene una relaci�n inversa con la tasa de cambio en otras palabras a mayor precio de las materias primas se tendra una tasa de cambio apreciada. En otras palabras a mayor precio de las materias primas habr� un d�lar mas barato en las econom�as latinoamericanas. Esta suele ser la tendencia al menos en las dos primeras d�cadas del siglo XXI en am�rica latina.� El gr�fico 2 muestra esta relaci�n.
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Gr�fica 2: Relaci�n y sensibilidad entre el precio promedio agregado de los commodities y el tipo de cambio de las 5 econom�as m�s estables y grandes de Am�rica Latina datos anuales de 2000-2019.
Fuentes: Construcci�n propia con datos Investing (2020a,2020b)
En el gr�fico n�2 se utilizaron el promedio de las variaciones mensuales de 2000-1 a 2020-7 de las tasas de cambio de algunas econom�as significativas de la regi�n como M�xico, Brasil, Colombia, Per� y Chile y el indicador precio promedio agregado de los futuros de los commodities antes explicado en su composici�n. El gr�fico 2 muestra entonces que una variaci�n positiva del indicador precio promedio agregado de los futuros de los commodities se traduce en una variaci�n descendente del tipo de cambio a precios actuales en otras palabras se aprecia el tipo de cambio nominal (d�lar barato).
Siguiendo en este sentido a Puyana&Constantino (2013), tanto el ingreso de divisas por la mayor exportaci�n de materias primas como el aumento en el precio relativo de los bienes no transables hacen que se desacelere el crecimiento en los sectores del resto de los bienes transables tradicionales como las manufacturas de origen industrial y otros productos agr�colas que no est�n en bonanza y que con una tasa de cambio apreciada pierden competitividad internacional.
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Gr�fica 3: Relaci�n y sensibilidad entre el PIB a precios actuales de Am�rica Latina datos anuales y la deuda externa acumulada a largo plazo de 1978-2019
Fuentes: Banco Mundial (2020)
Esta apreciaci�n del tipo de cambio junto con el incremento del precio de los commodities, y la expansi�n del crecimiento� del producto interno bruto, se ha traducido en un aumento del endeudamiento externo de la econom�as latinoamericanas a consecuencia del d�ficit en la balanza comercial, como a continuaci�n se mostraran en los gr�ficos n� 3 y n�4� donde en caso del grafico n�3 un aumento del 1 % de PIB se traduce en un aumento del 1,03% de la deuda p�blica externa, con lo cual imposibilita cumplir en pago del saldo total de la deuda en el corto plazo ya que la tasa de crecimiento de la deuda es mayor al de la renta real, cuya evoluci�n explica el 93% de la varianza de la deuda externa y muestra un grado de asociaci�n del 96% un indicativo de un alto nivel de incidencia, confirmada por su covarianza de 1,11˃0 lo cual denota una dependencia directa (positiva), es decir a grandes valores de PIB se tienen grandes valores de endeudamiento externo.
As� mismo al observar el gr�fico n�4 se evidencia un alto grado de asociaci�n del 77% y una moderada explicaci�n� de la varianza por parte las primeras diferencias del PIB a precios actuales respecto a la primera diferencia del saldo de la deuda externa del 60%, lo cual confirma lo se�alado en el gr�fico anterior, y el evidente car�cter proc�clico de la pol�tica econ�mica implementada por la mayor parte de las econom�as latinoamericanas.
Gr�fica 4: Relaci�n en primera diferencia del PIB a precios actuales de Am�rica Latina datos anuales y la deuda externa acumulada a largo plazo de 1978-2019.
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Fuentes: Banco Mundial (2020)
Este cuadro de crecimiento con endeudamiento externo se genera fundamentalmente por d�ficit en la balanza comercial, argumento que se mostrar� en los gr�ficos n�5 y n�6 en los cuales se observa en el caso de las exportaciones que una variaci�n del 1% del PIB se traduce en una variaci�n del 1,21% del monto de las exportaciones, mientras que en el caso de las importaciones dicha variaci�n es del 1,26%; lo cual produce en el mediano y largo plazo exportaciones netas con saldos negativos, escenario que llega acentuarse cuando las tasas de crecimiento del producto interno bruto llegar a su punto inflexi�n y la econom�a comienza a crecer a tasas m�s moderadas hasta llegar al estado estacionario para luego arrancar la etapa de desaceleraci�n econ�mica.
Gr�fica 5: Relaci�n y sensibilidad entre el PIB a precios actuales de Am�rica Latina datos anuales y las exportaciones totales para el periodo 1978-2019
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Fuentes: Banco Mundial (2020)
Gr�fica
6:
Relaci�n y sensibilidad entre el PIB a precios actuales de Am�rica Latina datos
anuales y las importaciones totales para el periodo 1978-2019
Fuentes: Banco Mundial (2020)
En general como se mostr� antes hay un gran v�nculo entre los precios de las materias primas y el crecimiento del PIB y por lo tanto las exportaciones al ser uno de los componentes claves del nivel de producto deber�an mostrar una din�mica similar .
Sin embargo, no queda duda que las principales causantes de este d�ficit en la balanza comercial, es la apreciaci�n del tipo de cambio real, el proceso de desindustrializaci�n que son producto de la Enfermedad Holandesa que hace a la econom�a cada vez m�s dependiente de las importaciones de bienes transables como lo se�alan (Goda & Torres Garc�a, 2015) (Puyana & Constantino, 2013); sumado al car�cter proc�clico de la pol�tica fiscal y monetaria y en el mediano y largo plazo en el aumento del servicio de la deuda.
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Gr�fica 7: Exportaciones netas de bienes y servicios (balanza de pagos, US$ a precios actuales) para el periodo 1978-2019
Fuentes: Banco Mundial (2020)
En el gr�fico n�7 se puede observar el componente c�clico de las exportaciones netas latinoamericanas con ciclos recesivos en los lapsos 1978-1982; 1992-2002 y 2013-2018. Mientras en los lapsos 1983-1991 y 2003-2012 se observan ciclos de car�cter expansivo, la cual guarda una correlaci�n negativa moderada de -0,37 con respecto a los ciclos de car�cter expansivo y recesivo del producto interno bruto de la regi�n que se muestra en el gr�fico n�8 donde se extrajo el componente c�clico del PIB a trav�s del filtro de Hodrick Prescott. No obstante, la econom�a de Am�rica Latina como se muestra en el gr�fico n�7 comenzaba un ciclo expansivo de las exportaciones netas hasta cuando aparece el fen�meno de la pandemia Covid-19; lo cual llevar�a a la regi�n a un nuevo ciclo recesivo de las exportaciones netas, as� como a una prolongaci�n y posible acentuaci�n de los problemas de d�ficit en la balanza comercial y mayores niveles de endeudamiento externo, lo cual depreciar�a progresivamente el tipo de cambio real y a nivel interno se materializara en una ca�da de la actividad, aumento del desempleo y elevaci�n del nivel de precios.
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Gr�fica 8: Componente c�clico del producto interno bruto a precios actuales de Am�rica Latina para el periodo 1978-2019.
Fuentes: Banco Mundial (2020).
Mientras que al aplicar el criterio de la segunda derivada al polinomio de grado 3 que se muestra en el gr�fico n�9 para establecer el punto de inflexi�n en el a�o 2006, lapso en el cual inicia un proceso expansivo de la econom�a de am�rica latina para el lustro 2006-2015 ver gr�fico n�8; pero de ca�da para las exportaciones netas en el lapso 2006-2011y contracci�n (saldo negativo) para el periodo 2012-2018 ver gr�fico n� 7.
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Gr�fica 9: PIB a precios actuales de Am�rica Latina para el periodo 2000-2019
Fuentes: Banco Mundial (2020)
En s�ntesis, una variaci�n ascendente del precio de los commodities se traduce en una apreciaci�n del tipo de cambio real, un proceso de desindustrializaci�n de la producci�n nacional de bienes transables y un aumento de sus importaciones para satisfacer la demanda nacional.� Esto sin duda alguna explica que el coeficiente de elasticidad PIB-Exportaciones 1,21 ˂ 1,26 el coeficiente de elasticidad PIB-Importaciones, lo cual demuestra como a partir del punto de inflexi�n del ciclo expansivo de la econom�a las exportaciones netas comienzan a caer hasta presentar saldo negativo. Esto lleva a una evoluci�n proc�clica de la deuda externa y el producto interno bruto para cubrir el d�ficit externo y elevando cada vez m�s el peso de la deuda y su servicio de pago respecto a la renta total generada por la econom�a, por esto la elasticidad deuda externa � PIB es 1,03 ˃ 1con lo cual se evidencia un crecimiento m�s acelerado del endeudamiento externo como se observa en el gr�fico n�10.
En este escenario el car�cter proc�clico de la pol�tica fiscal y monetaria estimula el consumo interno, el cual sumado a la desindustrializaci�n nacional de los bienes transables, produce un aumento de las importaciones muy encima del crecimiento del producto interno bruto y las exportaciones, haciendo m�s dif�cil el cumplimiento de los compromisos de� pago de la deuda externa� en el mediano y largo plazo.��
Gr�fica 10: �Deuda externa acumulada, a largo plazo (deuda desembolsada y pendiente: DOD, US$ a precios actuales) para el periodo 1970-2019
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Fuentes: Banco Mundial (2020)
A trav�s del efecto de movimiento de recursos (RME) es decir factores productivos, y el efecto gasto (SE), el auge del sector de recursos o sector boom tiene efectos adversos dobles en el sector manufacturero de bienes transables, lo que eventualmente provoca la disminuci�n del empleo y la producci�n en este sector. Espec�ficamente, la RME induce la desindustrializaci�n directa, mientras que la SE provoca la desindustrializaci�n indirecta (Shao, Zhang, Tian, Li, & Yang, 2020).�� Es entonces en este panorama macroecon�mico que se ha configurado la enfermedad holandesa(EH) y en el caso de algunos pa�ses como Colombia la enfermedad holandesa financiera que se analiza en la siguiente secci�n, y sobre todo se insiste en que el patr�n de crecimiento claramente no puede ser el que se tra�a.
La enfermedad holandesa y sus consecuencias: Para no repetir errores en una recuperaci�n post-COVID-19 impulsada por el sector primario
El fen�meno conocido como �enfermedad holandesa� (EH) fue caracterizado por Corden y Neary� (1982), a trav�s del comportamiento de tres sectores de la econom�a: dos transables, uno de los cuales est� en auge ─usualmente conectado con el alto precio de las materias primas─, el otro rezagado y no conectado con el boom del primero; y un tercer sector, el de bienes no transables. El fen�meno, seg�n Goda y Torres (2015), se produce porque hay una tendencia hacia la relocalizaci�n de los factores de producci�n dirigido al sector primario en expansi�n, que deriva en una tendencia hacia la recomposici�n sectorial de la econom�a.
El aumento de la demanda causada por el alto precio de las materias primas eleva el precio de los bienes no transables y produce una apreciaci�n en la tasa de cambio, que acaba afectando negativamente la participaci�n de los sectores transables rezagados y favoreciendo a los sectores en auge y el de los bienes no transables. As�, hay un deterioro de la competitividad del sector transable retrasado (lagging sectors) por efecto del aumento de los costos y por la apreciaci�n del tipo de cambio real, que puede verse amplificada por una entrada adicional de capitales que la refuercen.
De esta manera, puede decirse que la enfermedad holandesa a trav�s del RME y SE da lugar a aumentos en los costos de los factores de producci�n y en el precio de los bienes y servicios. Teniendo en cuenta que la cantidad de factores de producci�n m�viles no tiene cambios en un lapso dado, hay mayores rendimientos marginales de los factores productivos en el sector que est� en expansi�n (el de los recursos naturales) que en los otros sectores de la econom�a.
A su vez, la prima salarial da pie a un desplazamiento sobre el trabajo de otros sectores. Los rendimientos crecientes de los factores, particularmente el aumento del salario, permiten una mejora en el nivel de ingresos y por ende, una mayor demanda de productos de servicios dom�sticos con su aumento de precios respectivo. Eventualmente la consecuencia de esto es una mayor inflaci�n en toda la econom�a. El mecanismo de precios juega as� un papel clave en la redistribuci�n de los factores de producci�n entre sectores (Shao, Zhang, Tian, Li, & Yang, 2020).
La EH tambi�n eleva el ingreso nacional, por los mayores ingresos que provienen del sector de recursos naturales, y, en consecuencia, se produce un aumento en la demanda nacional por servicios y otros bienes. El crecimiento del consumo ocasiona un incremento en los bienes importados, financiados por el aumento del ingreso nacional, y retroalimenta el cr�dito.
La apreciaci�n del tipo de cambio, por su parte, hace que para los exportadores no involucrados en el sector de los recursos naturales sea cada vez m�s dif�cil exportar, y por supuesto la importaci�n de bienes del mercado internacional se hace m�s barata que comprar productos locales. El capital y el empleo se mueven hacia el sector del boom y los otros sectores se atrasan, lo que deriva en procesos de desindustrializaci�n que en el largo plazo afectan negativamente el ahorro, la inversi�n en activos fijos, el emprendimiento, la educaci�n y la formaci�n de capital humano. (Sol�s Tepexpa & Mu�oz Gonz�lez, 2019).
Lo anterior caracteriza a la EH �tradicional�, pues se refiere al aspecto real de la econom�a y a las repercusiones sobre la producci�n y la composici�n sectorial. Pero la EH tambi�n tiene consecuencias de tipo financiero y monetario. La EH financiera (EHF) se refiere a los efectos financieros que el boom de recursos naturales, que como ya se dijo aumenta la entrada de capitales, tiene sobre el balance externo, la solidez financiera o la volatilidad del tipo de cambio (Botta, 2015). Cuando la entrada de capitales orientada al sector en auge no solo afecta la estructura productiva, sino el balance externo (produce un d�ficit en cuenta corriente), ocasiona apreciaci�n cambiaria, volatilidad en el tipo de cambio e inestabilidad macroecon�mica, se puede hablar de enfermedad holandesa financiera.
Al acabarse la bonanza empieza el problema. El pa�s sufre ahora de una dependencia excesiva de las exportaciones del sector en auge, y los otros sectores de bienes transables se encuentran retrasados. M�ltiples estudios (Botta, 2015; Goda y Torres, 2015; y Botta, Godin y Missaglia, 2014) muestran que la enfermedad holandesa estuvo presente en muchos de los pa�ses de Am�rica Latina y los efectos negativos cuando se acabo el auge se han visto en crecimiento, cuenta corriente y depreciaci�n en los �ltimos 5 a�os.
Consecuencias econ�micas de la EH tradicional y financiera
Una de las tentaciones que al menos se debe evitar en exceso es una recuperaci�n de la crisis de la pandemia completamente jalonada por materias primas y es que como vimos genera efectos adversos como la EH y la EHF cuyas consecuencias econ�micas se profundizan en esta secci�n.�
Siguiendo a Botta (2015) puede decirse que los movimientos en el tipo de cambio est�n relacionados con los diferenciales en las tasas de inter�s y con la prima de riesgo pa�s, que son primordiales para el comportamiento de los flujos de inversi�n de portafolio. Entre m�s se aprecie la moneda local, m�s s�lida se vuelve la posici�n financiera de los prestatarios, pues �stos alivian la carga que tienen en moneda extranjera, y se reduce para ellos el riesgo cambiario. La aparente solidez financiera producto de lo anterior incita la entrada de inversi�n de portafolio.
Por su parte, la depreciaci�n del tipo de cambio eleva la carga financiera de los deudores en moneda extranjera, lo que hace que la deuda sea insostenible y que aumente el riesgo de impago (default risk). Esto acaba incrementando el riesgo pa�s y causa reversiones de capital. Hay entonces una relaci�n inversa entre el tipo de cambio y los flujos de capital de portafolio, que trae como consecuencia movimientos de capitales de corto plazo que ahondan la apreciaci�n o la depreciaci�n.
Adem�s de lo anterior, el nivel de deuda tambi�n es importante para la determinaci�n del riesgo pa�s. Este nivel funciona diferente a los flujos de inversi�n de portafolio, es autoestabilizante porque un mayor nivel de deuda estimula una depreciaci�n acelerada, al reducir los incentivos que tienen los prestamistas extranjeros para prestar dinero a entidades locales, dado el riesgo de sobre endeudamiento y las mayores cargas financieras producidas por un elevado nivel de deuda. La sensibilidad de los movimientos de capitales a las variaciones del tipo de cambio crece cuando crece su libertad. Seg�n Botta �este hecho podr�a superar los posibles efectos estabilizadores que pasan a trav�s de los flujos comerciales y dar lugar a la inestabilidad del tipo de cambio� (Botta, 2015, p. 8). La inestabilidad excesiva en el tipo de cambio pone en riesgo la solidez financiera de una econom�a abierta con libre movilidad de capitales, cuyo objetivo macroecon�mico principal sea la estabilidad de precios basada en el modelo de inflaci�n objetivo.
Los flujos de Inversi�n Extranjera Directa (IED), que tienen en cuenta variables de largo plazo como las dotaciones de recursos naturales, la estabilidad macroecon�mica, el aumento del precio de alg�n bien, entre otros, pueden despertar el apetito de los mercados financieros y atraer el flujo de inversi�n de portafolio, lo que da pie a una retroalimentaci�n que afecta negativamente el tipo de cambio, eleva la apreciaci�n y la reducci�n de la carga financiera de la deuda y distorsiona la informaci�n del mercado.
El patr�n de entradas de capitales puede detenerse s�bitamente (sudden stop) o revertirse si los agentes del mercado examinan la acumulaci�n de deuda externa y la apreciaci�n del tipo de cambio; y concluyen que son insostenibles. Esto da lugar a la inestabilidad macroecon�mica, que es un riesgo potencial para el crecimiento a largo plazo, lo que afecta particularmente al sector manufacturero, pues la inversi�n productiva en el sector real empresarial usualmente responde a los ciclos de auge y de ca�da.
Para el caso colombiano por ejemplo, los efectos de la enfermedad holandesa tradicional, relacionados con el aumento en las exportaciones de bienes primarios que derivan en una apreciaci�n de largo plazo y en un desplazamiento del sector de manufacturas, se confirman con los datos presentados por el Banco de la Rep�blica sobre las exportaciones totales. En 2002 la participaci�n de las exportaciones no tradicionales era el 44% del total y el restante 56% correspond�a a las exportaciones tradicionales, mientras que en 2014 la participaci�n fue de 30% y 70% respectivamente.
El desplazamiento de la manufactura tambi�n se hace visible en la participaci�n sobre el valor agregado, que pas� de ser el 17% en 2007 a ser el 14% en 2015. En el entretanto, el sector minero-energ�tico pas� de 5 a 7% durante el mismo lapso, seg�n reporta el Banco de la Rep�blica. Cano (2010) afrima que el sector minero se posiciona tanto como la principal fuente de oferta de divisas en el mercado cambiario, como el que presenta un balance superavitario creciente, que acaba financiando el gasto corriente y las operaciones de capital de los otros sectores de la econom�a colombiana.
La reducci�n en la producci�n agr�cola e industrial estar�a relacionada seg�n Perilla (2010) con el aumento en la volatilidad en los precios, vinculada al �mbito real y nominal de la EH. Acabado el boom ser� la industria, el sector justamente m�s golpeado y desplazado, la que deba jalonar la econom�a para cumplir con las obligaciones financieras adquiridas.
Adem�s del desplazamiento de la industria, preocupan en la econom�a colombiana los efectos de largo plazo de la EH, pues la excesiva concentraci�n en el sector primario no permite que haya oportunidades para la innovaci�n y la mejora de la productividad, pues dicho sector es intensivo en capital (tecnolog�a de punta) y no en mano de obra y la que ocupa es altamente calificada (Perilla, 2010).
En un escenario de bonanza se espera una balanza comercial en super�vit, que conduzca a su vez a un super�vit en cuenta corriente, pero en este caso no pasa as�. Botta et al (2014) plantea que el d�ficit en cuenta corriente se explica porque se rompe la correlaci�n entre balanza comercial y cuenta corriente, porque la balanza comercial se encuentra en relativo equilibrio mientras que la cuenta corriente permanece en d�ficit constante. En este hecho llama la atenci�n que es el ingreso primario neto (rentas factoriales) el conductor principal del d�ficit, y que las utilidades repatriadas menoscaban la cuenta corriente.
Los ingresos que entran en forma de IED causan as� apreciaci�n de la moneda y mayor volatilidad financiera, minan la industria local, promueven la dependencia de los recursos naturales, y acaban y�ndose en forma de reintegro de utilidades y dividendos. El ingreso primario neto entre 2002 y 2014 represent� en promedio el 4% del PIB, mientras que los flujos de IED durante el mismo periodo fueron en promedio el 3% del PIB. Con un comportamiento m�s vol�til dieron pie a desequilibrios en la balanza de pagos y cada vez mas a una mayor dependencia externa.
A manera de conclusi�n: Superar la crisis del COVID-19 y la dependencia de materias primas; un doble reto
Las consecuencias macroecon�micas que se pueden esper�r en la regi�n si el contexto de recuperaci�n internacional jalona nuevamente una demanda de materias primas con altos precios, estar�n asociadas a los efectos negativos de la enfermedad holandesa antes mencionados. No obstante esta vez la magnitud del choque ser� mas amplia con ciclos de apreciaci�n y depreciaci�n mas profundos y un mayor deficit en cuenta corriente pues una parte de la estructura manufacturera se ha destruido en el primer boom de materias� primas y su extinci�n se ha profundizado con la pandemia. De ah� la insistencia de superar la enfermedad holandesa de cara a la pandemia.
Seguramente un nuevo auge de commodities no tendr� la misma magnitud como el de la primera parte del siglo XXI pues estan sobre la mesa las exigencias del acuerdo de Paris de 2015 sobre cambio clim�tico y claramente la tendencia en la demanda de materias primas va a ser menor. Sin embargo la magnitud de la pandemia ralentizar� la transici�n energ�tica y muchos paises de Latino America le apostar�n al sector minero energ�tico y de commodities como su motor de ingresos para la pr�xima d�cada de la mano de pol�ticas de ajuste estructural como las que promovi� el consenso de Washington en los a�os noventa en la regi�n. Ante estas tensiones recientemente algunos acad�micos como Casilda & Ocampo(2020)� han propuesto lo que se denomina� el consenso latinoamericano 2020 el cual busca generar cambios estructurales en la econom�a y la pol�tica en Latinoam�rica para hacer frente a la crisis que ha dejado el COVID-19. Aqu� se establecen pol�ticas macroecon�micas con el fin de generar equilibrios sostenibles, entre estos se encuentran, mejorar la productividad y aumentar la ocupaci�n. De esta manera alcanzar un desarrollo econ�mico sostenible y m�s equitativo socialmente. Es en este punto entonces donde aparece el doble reto de hacer frente a la crisis, pero a la vez de manera sostenible renunciando progresivamente a la ilusi�n del modelo basado en exportaci�n de materias primas (Guevara et al,2019).
Renunciar a este patr�n implica fortalecer de manera intensa otras fuentes de divisas como el desarrollo de la agricultura nacional y la agroindustria junto con la� diversificaci�n productiva y exportadora con creciente contenido tecnol�gico (Casilda & Ocampo, 2020).� Avanzar en estas l�neas requerir� unas condiciones macro financieras viables y por lo tanto el apoyo de las multilaterales para renegociar mejor las condiciones de la deuda creciente de los pa�ses de la regi�n como se mostr� antes y que despu�s del COVID-19 ser�n mucho mas profundas.
Otra de las propuestas del consenso latinoamericano est� asociada a que por mucho tiempo los pa�ses en Latinoam�rica han tomado distintos caminos y esto ha demostrado que se debe cambiar de estrategia. Con el consenso se quiere animar a los pa�ses latinoamericanos a trabajar en conjunto, para que la regi�n realmente pueda desarrollar un ambiente econ�mico y socialmente pr�spero e igualitario. Cumpliendo adem�s los Objetivos de Desarrollo Sostenible y dejando claro que trabajando como un todo y articulando las acciones se puede fortalecer la regi�n en conjunto y se puede hacer frente a esta crisis.
En resumen, superar la EH y la EHF asociada a la dependencia de materias primas es solo uno de los pilares en los que se debe trabajar de la mano de otras mejores en las condiciones estructurales como las sugeridas por los autores del consenso latinoamericano 2020.
Si no hay un cambio de rumbo la regi�n nuevamente volver� al circulo vicioso que por mas de un siglo no ha permitido un desarrollo mas all� de las commodities y que siempre es la tentaci�n para salir r�pido de las crisis, sino es petroleo o cobre, esta vez puede ser oro o colt�n, pero las consecuencias macroecon�micas y de mayor inestabilidad ser�n la mismas y se habr� repetido una frustrante historia.
Referencias
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10. Puyana, A., & Constantino, A. (2013). Sojizaci�n y enfermedad holandesa en Argentina: �la maldici�n verde? Revista Problemas del Desarrollo, 75(44), 81-100.
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� 2020 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
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