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Composici�n corporal en relaci�n con la ingesta cal�rica y de macronutrientes

 

Body composition related to energy and macronutrients intake

 

Composi��o corporal em rela��o � ingest�o cal�rica e de macronutrientes

 


Stephanie Marie Cruz-Pierard I smcp0893@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-4100-5898

,Jos� Felipe Zurita-Baquero II j.z999@hotmail.com https://orcid.org/0000-0002-6798-1910   


,Samuel Olegario I�iguez-Jim�nez III  iniguezjimenez@gmail.com 
https://orcid.org/0000-0002-4722-7611
,Sueny Paloma Lima-Dos Santos IV sueny_paloma@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-8424-893X
,Andrea Carolina Estrella-Proa�o V acestre10@yahoo.com 
https://orcid.org/ 0000-0003-0130-5562
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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Correspondencia: smcp0893@gmail.com

 

Ciencias de la salud

Art�culo de investigaci�n

 

*Recibido: 28 de agosto de 2020 *Aceptado: 25 de septiembre 2020 * Publicado: 29 de octubre de 2020

 

       I.            Licenciada en Nutrici�n Humana. Pontificia Universidad Cat�lica del Ecuador, Quito, Ecuador

    II.            �Licenciado en Nutrici�n Humana, M�ster en Nutrici�n en la Actividad F�sica y Deporte, Pontificia Universidad Cat�lica del Ecuador, Quito, Ecuador.

III.            ��Licenciado en Psicolog�a, Licenciado en Terapia F�sica, M�ster en Terapia Manual Ortop�dica, Pontificia Universidad Cat�lica del Ecuador, Quito, Ecuador.

IV.            ��Licenciada en Ciencias Biol�gicas/Ciencias Ambientales, M�ster en Biodiversidad, Pontificia Universidad Cat�lica del Ecuador, Quito, Ecuador.

    V.            ��Licenciada en Nutrici�n Humana, M�ster en Nutrici�n y Diet�tica, Pontificia Universidad Cat�lica del Ecuador, Quito, Ecuador.


Resumen

El presente trabajo es un estudio observacional, cuantitativo, anal�tico, transversal, con el objetivo de determinar la relaci�n entre la composici�n corporal y la ingesta de alimentos de 24 profesores a tiempo completo de la Facultad de Enfermer�a de la Pontificia Universidad Cat�lica del Ecuador. Se analizan las variables sexo, edad, ingesta de energ�a, macronutrientes de la dieta, pr�ctica de actividad f�sica y composici�n corporal. Para estimar la ingesta de alimentos se utiliza un recordatorio de 24 horas por tres d�as; la composici�n corporal se mide mediante el an�lisis de impedancia bioel�ctrica (BIA). Como resultados se determina que el 71% de participantes tienen un alto porcentaje grasa y el 87.5% de los mismos grasa visceral fuera de los l�mites normales; la mayor�a de los profesores presentan masa muscular normal y bajo porcentaje de agua. Con respecto a la ingesta de alimentos, el 54% de los participantes tienen una ingesta cal�rica adecuada, sin embargo, se observa un desequilibrio en la distribuci�n de macronutrientes: ingesta excesiva de grasas (83%), consumo adecuado de prote�nas (54%) e ingesta insuficiente de carbohidratos (58%). Se establecen relaciones estad�sticamente significativas en t�rminos de consumo de prote�na (p = 0.0246) y de grasa (p = 0.0313) con la masa muscular en los hombres; en las mujeres existe una relaci�n entre la ingesta de calor�as (p = 0.0362) y de carbohidratos (p = 0.0432) con la masa grasa. Cabe mencionar que existe una relaci�n entre la ingesta excesiva de grasas y el alto porcentaje de masa grasa de los participantes.

Palabras clave: Composici�n corporal; BIA; ingesta de alimentos.

 

Abstract

It was conducted an observational, quantitative approach, transverse analytical study to relate body composition with food intake in 24 professors who work as full-time at School of Nursing of the Pontifical Catholic University of Ecuador, mostly represented by young adult women. The variables sex, age, energy intake, macronutrients intake, practice of physical activity and body composition were analyzed. In order to estimate the participant�s food intake a 24-hour diet recall was performed for three days; body composition was measured by using bioelectrical impedance analysis (BIA), and the others variables were completed by a questionnaire. At the end of the investigation it was determined that 71% of professors have high fat mass percentage and 87.5% had visceral fat outside normal bounds; most professors have normal muscle mass and low water percentage. Regarding to food intake, 54% of the participants have an acceptable energy intake, however, a disproportion in the distribution of macronutrients was found: excessive fat intake (83%), adequate protein intake (54%) and poor carbohydrates intake (58%). Statistically significant relationships were found in terms of protein (p = 0.0246) and fat intake (p = 0.0313) with muscle mass in men; in women there is a relationship between energy intake (p = 0.0362) and carbohydrates (p = 0.0432) with fat mass. It should be noted that an association was determined between excessive fat intake and high levels of fat mass percentage using frequency.

Keywords: Body composition; BIA; food intake.

 

Resumo

O presente trabalho � um estudo observacional, quantitativo, anal�tico, transversal, com o objetivo de determinar a rela��o entre a composi��o corporal e a ingest�o alimentar de 24 docentes em tempo integral da Faculdade de Enfermagem da Pontif�cia Universidade Cat�lica do Equador. S�o analisadas as vari�veis sexo, idade, ingest�o energ�tica, macronutrientes diet�ticos, pr�tica de atividade f�sica e composi��o corporal. Para estimar a ingest�o de alimentos, um lembrete de 24 horas � usado por tr�s dias; a composi��o corporal � medida por an�lise de imped�ncia bioel�trica (BIA). Como resultados determinou-se que 71% dos participantes apresentam alto percentual de gordura e 87,5% da mesma gordura visceral fora dos limites de normalidade; a maioria dos professores tem massa muscular normal e baixo percentual de �gua. Em rela��o � ingest�o alimentar, 54% dos participantes apresentam ingest�o cal�rica adequada, por�m, observa-se desequil�brio na distribui��o dos macronutrientes: ingest�o excessiva de gorduras (83%), ingest�o adequada de prote�nas (54%) e ingest�o insuficiente de carboidratos (58%). Rela��es estatisticamente significativas s�o estabelecidas em termos de consumo de prote�na (p = 0,0246) e gordura (p = 0,0313) com a massa muscular em homens; nas mulheres h� rela��o entre a ingest�o cal�rica (p = 0,0362) e carboidratos (p = 0,0432) com a massa gorda. Vale ressaltar que existe rela��o entre a ingest�o excessiva de gorduras e o alto percentual de massa gorda dos participantes.

Palavras-chave: composi��o corporal; BIA; ingest�o alimentar.

 

Introducci�n

La composici�n corporal determina los porcentajes de grasa, hueso, agua y m�sculo el cuerpo humano, permitiendo realizar un adecuado cribado de deficiencias nutricionales como escenarios de sobrepeso, obesidad o en contra parte desnutrici�n (Carbajal, 2013). Existen varios factores que inciden en la composici�n corporal, entre ellos factores gen�ticos, farmacol�gicos, hormonales, sexo, edad, etnia, entre otros, pero se ha determinado que la ingesta alimentaria es un factor que influye directamente sobre esta (Alvero, et al., 2009) (Blaak, 2001) (Moreno, Monereo, y �lvarez, 2000) (Vargas, Lancheros, y Barrera, 2011).

La ingesta alimentaria se refiere a los patrones de alimentaci�n diaria de un individuo, incluyendo alimentos espec�ficos, calor�as consumidas y cantidades relativas (Moreno, et al., 2000). De esta manera, cierta evidencia epidemiol�gica sugiere que el consumo de altas cantidades de grasas saturadas y azucares simples modifican la composici�n corporal (Sociedad Argentina de Nutrici�n [SAN], 2011). Esto se comprueba en diferentes investigaciones (Cutillas, Herrero, de San Eustaquio, Zamora y P�rez, 2013), en las cuales se indag� sobre la ingesta energ�tica, el perfil cal�rico de la dieta y la prevalencia con problemas de peso. Estos estudios vincularon al sedentarismo y al desequilibrio cal�rico como factores concluyentes del exceso de peso (Cutillas, et al., 2013) (SAN, 2011).

De hecho, se sabe que los factores gen�ticos juegan un rol definido en el desarrollo de la obesidad (Hooper, et al., 2012) (Restrepo, Monroy, P�rez y Vel�squez, 2003). Del mismo modo, existe evidencia que relaciona la ingesta diet�tica y el nivel de actividad f�sica directamente con el desarrollo de sobrepeso y obesidad (Church, Earnest, Skinner y Blair, 2007). Acotando, se ha demostrado la existencia de una correlaci�n entre las variables del consumo de az�car, �ndice de masa corporal (IMC) y circunferencia abdominal, concomitando con el riesgo de desarrollar una serie de afecciones de salud, incluido el s�ndrome metab�lico, artritis y algunos tipos de c�ncer en estudios realizados por Penatti, Lira, Katashima, Rosa y Pimentel (2012) y Zemel (2020).

Sin embargo, en las tres �ltimas d�cadas la prevalencia de sobrepeso y obesidad ha aumentado considerablemente a nivel mundial (Ogden, et al., 2006) (Popkin, Adair y Wen, 2012). Seg�n la Organizaci�n Mundial de la Salud (OMS) en 2016, m�s de 1.900 millones de adultos, mayores de 18 a�os, ten�an sobrepeso; de estos, m�s de 650 millones eran obesos y el 39% adultos ten�an sobrepeso. En general, alrededor del 13% de la poblaci�n adulta del mundo (11% de los hombres y 15% de las mujeres) eran obesos (OMS, 2020). En Ecuador la prevalencia de pre obesidad y obesidad en los adolescentes de 12 a 19 a�os es 26%, pero es mucho m�s bajo que el encontrado en la poblaci�n de 19 a 60 a�os que es el 62.8%, seg�n datos del Instituto Nacional de Estad�stica y Censos (INEC, 2013). Para finalizar, m�s de 900 mil personas entre 10 y 59 a�os tienen obesidad abdominal, que es uno de los factores determinantes de la enfermedad coronaria y m�s del 50% de ellas tienen s�ndrome metab�lico (INEC, 2013).

Metodolog�a

En la Facultad de Enfermer�a de la Pontificia Universidad Cat�lica del Ecuador, en el transcurso del mes de mayo de 2015, se elabor� un estudio observacional de enfoque cuantitativo, anal�tico y de corte transversal. Fueron parte de la poblaci�n 24 docentes contratados a tiempo completo de la Facultad indicada, los mismos que firmaron un consentimiento informado para participar de forma voluntaria, inicialmente el universo fue de 34 docentes, sin embargo, uno no cumpli� con los criterios de inclusi�n y exclusi�n, cuatro docentes no pudieron ser localizados durante las semanas de recolecci�n de datos y cinco se negaron a participar en el estudio. La poblaci�n fue seleccionada seg�n el cumplimiento de los criterios de inclusi�n: ser docente a tiempo completo, tener entre 25 y 64 a�os de edad y aceptar ser parte del estudio a trav�s de la firma del consentimiento informado; y de exclusi�n: docentes que en el �ltimo mes presenten una modificaci�n de su ingesta alimentaria habitual, docentes embarazadas o que les hayan colocado implantes met�licos o marcapasos.

Las fuentes de informaci�n utilizadas en este estudio fueron primarias ya que se recolectaron datos a trav�s de t�cnicas como la aplicaci�n de una encuesta, la cual consist�a en un cuestionario sobre ingesta alimentaria y actividad f�sica, conformado por un recordatorio de 24 horas de tres d�as de alimentaci�n (un d�a deb�a ser del fin de semana) en el cual se compil� informaci�n pertinente a: d�a de la semana, tiempo de comida, hora de la ingesta, tipo de alimento o preparaci�n, cantidad en medidas caseras, ingredientes y porci�n consumida; y de preguntas concernientes a la realizaci�n de actividad f�sica aer�bica. Subsiguientemente la informaci�n se analiz� con la Tabla de Intercambios de Alimentos de la Carrera de Nutrici�n Humana de la PUCE (no publicado), obteniendo un promedio de la ingesta alimentaria de los 3 d�as. De igual forma se elabor� un consentimiento informado que permiti� invitar a los participantes para que formaran parte del estudio respetando su autonom�a. A fin de validar el cuestionario se convoc� a 3 expertos para su elaboraci�n y evaluaci�n, adem�s se aplic� como ensayo a 10 profesionales nutricionistas tutoras de pr�cticas pre-profesionales del Hospital Carlos Andrade Mar�n, las mismas que presentaban caracter�sticas an�logas a la poblaci�n del estudio.

La determinaci�n de la composici�n corporal se realiz� utilizando el bioimpedanci�metro el�ctrico de la Facultad (marca SECA, modelo mBCA 515/514) conformado por una balanza, sistema de agarraderas y una pantalla digital para ingresar los datos. Esta m�quina utiliza ocho electrodos, la mitad de estos deben ser sujetados con ambas manos y la otra mitad deben estar ubicados debajo de la planta de cada pie (descalzo y sin medias) de esta manera pueden emitir una corriente el�ctrica gradual y as� realizar la valoraci�n. A fin de realizar la evaluaci�n completa, fue necesaria conjuntamente la medici�n de la talla de los participantes siguiendo procedimientos est�ndar, con el uso del estadi�metro solido m�vil marca SECA, modelo 201. Para la estimaci�n de la grasa visceral se necesit� tambi�n la toma de la circunferencia de la cintura, la misma que se realiz� con una cinta ergon�mica marca SECA, modelo 201, entre la �ltima costilla y la parte superior de la cresta il�aca despu�s de una expiraci�n normal; esta medici�n fue tomada dos veces y se promedi� para minimizar errores. Posteriormente se us� una computadora port�til marca Hewlett-Packard modelo Pavilion dv4 con el software instalado de la m�quina de bioimpedancia (SECA analytics mBCA 115) para el an�lisis de todos los datos.

La tabulaci�n de la informaci�n se realiz� en el programa Microsoft Excel� 14.0, y el an�lisis de la misma en los programas JMP� 9.0.1 y SPSS� 22.0. Primero, para caracterizar a la poblaci�n se dise�aron diagramas de cajas y bigotes, esto permiti� determinar la dispersi�n y an�lisis descriptivos de las variables de peso, talla y edad con respecto al sexo. En las variables cuantitativas, se elabor� un an�lisis de normalidad (Shapiro, y Wilk, 1965) y de homocedasticidad (Levene, 1960) para subsiguientemente usar pruebas param�tricas; los an�lisis bivariados se hicieron entre las variables ingesta de kilocalor�as y macronutrientes en relaci�n a la grasa corporal y a la masa muscular, en ambos sexos.� De igual forma, para analizar la asociaci�n entre la adecuaci�n de actividad f�sica y grasa corporal fue hecha una prueba de Chi-cuadrado. El nivel de significancia admitido fue de 5%.

 

Resultados

Seg�n los an�lisis realizados se determin� que la mayor parte de la muestra est� formada por mujeres adultas j�venes que representan el 37.5% (38.67 a�os en promedio, DE = 9.9 a�os); mientras que el 16.5% de la muestra son hombres j�venes (41 a�os en promedio, DE = 9.7 a�os), con lo que se puede observar que no existe una diferencia considerable en cuanto a la edad (p = 0.579). Con respecto a las mediciones de peso y la talla, los hombres son m�s altos que las mujeres, con una media de estatura de 1.74 m (DE = 0.05 m) comparado con 1.58 m (DE = 0.06 m) de la media del sexo femenino (p < 0.001); de igual manera el peso es mayor en hombres siendo la media de 80.96 kg (DE = 11.52 kg) y en mujeres de 59.84 kg (DE = 8.70 kg) estas variables tambien tienen una relacion estadisticamente significativa (p < 0.001)� (Figura 1).

 

Figura 1: Diagrama de cajas y bigotes que relacionan el sexo con la edad, peso y talla

Fuente: Cruz S, Zurita J, I�iguez S, Lima S, Estrella A, 2020

 

El 54% de los participantes presentan una ingesta adecuada de calorias (Figura 2). Los hombres consumen un promedio de 2311.87 kcal/d�a (DE = 1005.63 kcal/d�a) y las mujeres 1776.81 kcal/d�a (DE = 365.3 kcal/d�a), lo cual se encuentra dentro de los par�metros de la OMS de una dieta adecuada (2000-2500kcal/d�a en hombres y 1500-2000 kcal/d�a en mujeres) (OMS, 2020). Sin embargo, se evidenci� un desequilibrio en la distribuci�n de la mol�cula cal�rica en cuanto a la grasa, el 83% de los docentes presenta un consumo excesivo del macronutriente; esto puede deberse en parte al elevado consumo de carnes y productos de origen animal que conforman en su mayor�a las prote�nas mostradas en la figura 2. Adem�s, cabe recalcar que la mayor parte de la poblaci�n presenta un deficiente consumo de carbohidratos, en relaci�n a los porcentajes recomendados por el Institute of Medicine (IOM, 2002). Fundamentalmente, el bajo consumo de cereales, legumbres, frutas y verduras, con respecto a la mayor ingesta de carnes grasas, frituras y golosinas ricas en grasa, pueden dar como resultado este desajuste en el perfil cal�rico (Rodr�guez, et al., 2007).

 

Figura 2: Distribuci�n porcentual de la ingesta de calor�as y macronutrientes

Fuente: Cruz S, Zurita J, I�iguez S, Lima S, Estrella A, 2020

 

En relaci�n a la actividad f�sica, la OMS presenta lineamientos que indican que los adultos deben realizar m�nimo 150 minutos semanales de actividad f�sica aer�bica como prevenci�n de enfermedades cr�nicas no transmisibles para mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares (OMS, 2018). De todos los docentes evaluados, tan solo un 16.67% cumple con dicha actividad de manera adecuada (Figura 3), esto puede estar relacionado a factores laborales, falta de inter�s o tiempo, tambi�n a la carente oferta de opciones que faciliten su acceso a estas actividades, ya sean econ�micas o de log�stica.

 

Figura 3: Distribuci�n porcentual de la actividad f�sica aerobia

Fuente: Cruz S, Zurita J, I�iguez S, Lima S, Estrella A, 2020

 

Con respecto a la composici�n corporal (Figura 4), el 71% de docentes tienen un bajo porcentaje de agua corporal a pesar de que el 83% presenta un porcentaje de masa muscular normal, adem�s un 71% refleja niveles elevados para los l�mites recomendados de grasa corporal (Gallagher, et al., 2000). Se puede asociar estos resultados al sedentarismo y al desajuste observado en la mol�cula cal�rica en relaci�n a la grasa. Se considera como grasa corporal a todo el tejido adiposo presente en el organismo, el mismo que comprende tambi�n la grasa visceral; la acumulaci�n excesiva de esta se encuentra asociada a patolog�as como la diabetes mellitus tipo 2, hepatopat�as, enfermedades cardiovasculares, as� como varios tipos de c�ncer (Kyrou, Randeva, Tsigos, Kaltsas y Weickert, 2018).

El 87.5% de los docentes presenta niveles por encima de los par�metros normales de grasa visceral (Figura 4). La inactividad f�sica de la poblaci�n podr�a estar asociada a su alto porcentaje de grasa visceral, como se observ� en un estudio que asevera que la pr�ctica de actividad f�sica aer�bica de alta intensidad presenta una correlaci�n positiva con la disminuci�n de la grasa visceral (Irving, et al., 2008). De igual manera, el exceso de grasa visceral en los docentes podr�a explicarse por la elevada ingesta de az�cares simples, a pesar de que solo pocos casos de la poblaci�n presentaron este h�bito.

 

Figura 4: Distribuci�n porcentual de la composici�n corporal y la grasa visceral

Fuente: Cruz S, Zurita J, I�iguez S, Lima S, Estrella A, 2020

 

Referente a la relaci�n entre la ingesta cal�rica, de macronutrientes y la composici�n corporal, se determin� que en las mujeres la ingesta total de energ�a se relaciona con la grasa corporal (F = 5.45, p = 0.0362), aunque no existe relaci�n estad�stica significativa en los hombres (F = 0.0811, p = 0.7841). Adem�s, se evidenci� que el consumo de prote�nas se asocia a una mayor cantidad de masa muscular en hombres, existiendo una diferencia estad�stica significativa (F = 8.14, p = 0.0246); mientras que en las mujeres sucede lo contrario (F = 0.932, p = 0.352), puesto que existen factores hormonales, gen�ticos y de evoluci�n que generar�an esta caracter�stica en la poblaci�n masculina (Janssen, Heymsfield, Wang y Ross, 2000).��

Por otra parte, se estableci� que existe diferencia estad�sticamente significativa entre la masa muscular en hombres y la ingesta de grasa (F = 7.21, p = 0.0313); dado que la poblaci�n consume como su fuente principal de grasas alimentos de origen animal formados primordialmente por prote�nas. En las mujeres no se observ� esta relaci�n (F = 5.54, p = 0.9945). En cuanto a la ingesta de carbohidratos, se encontr� una relaci�n estad�stica significativa con la masa grasa en mujeres (F = 5.02, p = 0.0432); a pesar de que la poblaci�n presenta una ingesta deficiente de carbohidratos existen niveles de grasa corporal elevados relacionados a este macronutriente, al igual que con la ingesta de calor�as. No obstante, esta relaci�n no se da en la poblaci�n masculina (F = 0.309, p = 0.8654). Finalmente, se determin� que la asociaci�n entre la actividad f�sica y la masa grasa no presenta una relaci�n significativa (X� = 0.16, p = 0.6904), sea �sta adecuada o inadecuada seg�n los lineamientos de la OMS, por una dispersi�n de casos no homog�neos observada en los participantes del estudio.

En Espa�a, Cutillas et al. (2013) realiz� una investigaci�n sobre la relaci�n entre la ingesta de energ�a, distribuci�n de la mol�cula cal�rica, la insuficiencia ponderal, sobrepeso y obesidad en estudiantes universitarios, en la cual se determin� que la poblaci�n tiene un consumo excesivo de grasas y prote�nas, mientras que se observa un d�ficit en la ingesta de carbohidratos, lo que se asemeja con el presente estudio, ya que la mayor parte de los participantes muestran este esquema en la ingesta de macronutrientes, de igual manera, se relacionan estos resultados con un metaan�lisis que afirma la existencia de evidencia consistente de que la disminuci�n en la ingesta habitual de grasas de la dieta (28 al 43% del total de calor�as) conlleva peque�as reducciones sostenidas en el peso y modificaciones en la composici�n corporal de adultos, siendo estas significativas en la cl�nica y estad�sticamente (Hooper, et al., 2012).

 

Conclusiones

Se han realizado diversos estudios sobre ingesta alimentaria y composici�n corporal en adultos, en cuanto a docentes universitarios, seg�n referencias examinadas, esta investigaci�n es la primera en la Facultad de Enfermer�a de la Pontificia Universidad Cat�lica del Ecuador. En la misma se encontr� que el 71% de los docentes presentan un alto porcentaje de grasa corporal, un 87.5% tienen grasa visceral elevada, 71% de los docentes presenta el porcentaje de agua corporal por debajo de los par�metros recomendados, y en relaci�n a la masa muscular existe un 83% de docentes con masa muscular dentro de los valores normales de acuerdo a su estatura, lo que se asoci� con la ingesta de prote�nas (p = 0.0246) y grasas (p = 0.0313) en hombres. Referente a la ingesta alimentaria, el 54% de los participantes presentaron una ingesta cal�rica adecuada seg�n las recomendaciones de la OMS, sin embargo, con respecto a la distribuci�n del perfil cal�rico, el 83% de los docentes muestran una excesiva ingesta de grasas, el 54% presenta una ingesta adecuada de prote�nas, y un 58% tiene un consumo deficiente de carbohidratos, seg�n los porcentajes diarios recomendados. Adem�s, se determin� una relaci�n estad�sticamente significativa entre la ingesta de calor�as y carbohidratos con la grasa corporal (p = 0.0362) y (p = 0.0432) respectivamente. En lo que respecta a la actividad f�sica, la mitad de la poblaci�n estudiada no practica ning�n tipo de actividad f�sica, y del 50% restante tan solo un 16.67% realiza una actividad f�sica aer�bica adecuada con respecto a las recomendaciones de la OMS para mantener un buen estado de salud. Se recomienda la promoci�n de h�bitos alimentarios adecuados como refrigerios hechos en casa, mayor consumo de frutas y vegetales, as� como programas que fomenten la realizaci�n de actividad f�sica por parte de los docentes, tambi�n se deber�a revisar la carga laboral y los horarios de los mismos para asegurar que tengan tiempo suficiente para poder mantener correctos horarios de alimentaci�n y estilos de vida saludables.

 

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�2020 por los autores. Este art�culo es de acceso abierto y distribuido seg�n los t�rminos y condiciones de la licencia Creative Commons Atribuci�n-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0) (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/)�����������

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