Incidencia de la Caída de los Precios del Petróleo en la Economía Latinoamericana

Impact of the Fall in Oil Prices on the Latin American Economy

Impacto da queda dos preços do petróleo na economia latino-americana

 

 

Vanessa Paola Fajardo-Ronquillo I

vane.fajardo@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-6834-186X

             

 

 

Correspondencia: vane.fajardo@gmail.com

 

 

Ciencias económicas y empresariales     

Artículo de revisión

                                                                                         

*Recibido: 15 de enero de 2020 *Aceptado: 05 de febrero de 2020 * Publicado: 25 de marzo de 2020

 

  1. Magíster en Finanzas y Proyectos Corporativos, Economista con Mención en Gestión Empresarial Especialización Finanzas, Investigadora Independiente, Guayaquil, Ecuador.

 

 

 

 

 

 

Resumen

Se desarrolló esta investigación que tuvo como objetivo analizar la incidencia de la caída de los precios del petróleo en la economía Latinoamericana. Como forma de realizar este análisis se consultó fuentes bibliográficas confiables, así como documentos emanados de la CEPAL, Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional e investigaciones recientes sobre esta área temática, con el interés de ofrecer una visión general de la valoración de los precios del petróleo y su incidencia en la economía de América Latina. Se concluye que el desempeño de la economía de los países de América Latina estará sujeto a su capacidad para encontrar alternativas financieras no dependiente de los ingresos petroleros, así como a su habilidad para diversificar la economía, sería el paso para garantizar una sana economía y disminuir la desigualdad y la pobreza imperante en esta región del mundo.

Palabras Claves: Energía; política petrolera; ingresos.

 

Abstract

This research was carried out with the objective of analyzing the incidence of the fall in oil prices in the Latin American economy. As a way to carry out this analysis, reliable bibliographic sources were consulted, as well as documents issued by ECLAC, the World Bank and the International Monetary Fund and recent research on this subject area, with the interest of offering an overview of the valuation of oil prices. and its impact on the Latin American economy. It is concluded that the performance of the economy of Latin American countries will be subject to their ability to find financial alternatives not dependent on oil revenues, as well as their ability to diversify the economy, it would be the step to guarantee a healthy economy and decrease the prevailing inequality and poverty in this region of the world.

Keywords: Energy; oil policy; income.

 

Resumo

Esta pesquisa foi realizada com o objetivo de analisar a incidência da queda nos preços do petróleo na economia latino-americana. Como forma de realizar essa análise, foram consultadas fontes bibliográficas confiáveis, além de documentos emanados da CEPAL, do Banco Mundial e do Fundo Monetário Internacional e de pesquisas recentes sobre essa área, com o interesse de oferecer uma visão geral da avaliação dos preços do petróleo. e seu impacto na economia da América Latina. Conclui-se que o desempenho da economia dos países latino-americanos estará sujeito à sua capacidade de encontrar alternativas financeiras não dependentes da receita do petróleo, bem como à sua capacidade de diversificar a economia, seria o passo para garantir uma economia saudável e diminuir a desigualdade e a pobreza prevalecentes nesta região do mundo.

Palavras chave: Energia; política de petróleo; renda.

 

Introducción

América Latina y el Caribe (ALC) se ubican dentro de las regiones productoras de energía, gracias a sus reservas de hidrocarburos. Así, el Atlas de la Energía en América Latina y el Caribe (2008:p.14) dice que “América Latina, dispone grosso modo del 10% de las reservas de crudo.”  Asimismo, Arriagada (2006: p.5) indica que la región de ALC “en petróleo tiene el 10% de las reservas convencionales mundiales, frente al 2,5% de América del Norte (excluido México), 9,3% de África, 8% de Europa del Este, 4% de Asia y 1,6% de Europa Occidental.” En relación a esto, estas cifras representan una cantidad voluminosa, que debe ser aprovechada por los gobiernos nacionales para financiar y ejecutar políticas públicas tendientes a erradicar la pobreza de la región.

De este modo, el petróleo es un producto básico y fundamental para el desenvolvimiento de la economía en América Latina y el Caribe (ALC), pues su participación dentro del mercado global de combustibles fósiles es importante, situándose como la segunda región del mundo con mayores reservas de hidrocarburos. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL: s/f), “entre 2006 y 2010 América Latina y el Caribe fue la segunda región con mayores reservas petroleras después de Medio Oriente y actualmente registra un tercio de la producción mundial de bioetanol, cerca de 25% de biocombustibles y 13% de petróleo.” En tal sentido, el aprovechamiento este recurso natural para el desarrollo y crecimiento de la región para proveer a sus ciudadanos de calidad de vida debe constituirse en una prioridad.

Así, existen países en la región que producen, exportan e importan hidrocarburos, y si bien, cada uno de ellos es distinto respecto a su matriz energética, en general se puede dividir América Latina y el Caribe en dos grandes grupos, los que son exportadores netos de hidrocarburos y los que son importadores netos. En torno a esto, Arriagada (2006: p.5) indica que: “sin alcanzar la enormidad de las reservas de Venezuela son, también, exportadores de petróleo México, Colombia, Ecuador y Trinidad y Tobago.” Asimismo señala que “la lista de los países importadores netos de crudos comprende en Sudamérica a Chile, Paraguay y Uruguay y en América Central y el Caribe a todas las naciones centroamericanas y del Caribe con la excepción de Trinidad y Tobago.”

Así pues, el petróleo tiene un rol muy importante en las economías de la región de América Latina y el Caribe, porque tal como se ha señalado tiene la segunda reserva petrolera más importante del mundo después del Medio Oriente. De acuerdo con Ramírez (2018) “el petróleo nos rodea con su presencia en diversos sectores tales como los transportes, la industria, la agricultura, las cosméticas etc. Por lo tanto, se trata de un recurso vital para las economías.” De acuerdo con estos señalamientos, la explotación, la transformación, y los ingresos generados por la comercialización del petróleo deben contribuir al bienestar de la población de esta región del mundo.

Sin embargo, la comercialización de este recurso se realiza en mercados caracterizados por la volatilidad de sus precios, lo cual causa impactos en América Latina dada la elevada dependencia que tiene de este combustible fósil. De acuerdo con Palazuelos (2009) esto es debido a “los cambios en los referentes básicos (fundamentales) tales como las reservas, la oferta, la demanda y las importaciones.”

Es así que, el efecto del precio internacional del petróleo, conlleva a impactos en las economías de los países petroleros en términos monetarios, pero las consecuencias varían en distinta medida hacia productores, consumidores y gobiernos, dependiendo de su manejo macroeconómico y de la importancia del petróleo en su producción general. Según Ramírez (2018) “en cuanto a las consecuencias de esta volatilidad, varía de un país al otro, según los distintos niveles de dependencia energética.” A tal efecto, en la medida que el petróleo se convierte en el centro de la economía de los países, más vulnerable será a las fluctuaciones de los precios en el mercado de este producto.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, se desarrolló esta investigación que tuvo como objetivo analizar la incidencia de la caída de los precios del petróleo en la economía Latinoamericana.

 

 

Desarrollo

La fuente de energía más utilizada en todo el planeta proviene de los combustibles fósiles, y particularmente del petróleo. En la actualidad, este mineral sigue siendo el combustible más utilizado del mundo y mueve la economía de los países más ricos. Es así que, de acuerdo con el Atlas de la Energía en América Latina y el Caribe (2008:p.22) “el petróleo es el combustible empleado en el 95% del transporte motorizado a nivel mundial, mientras la agricultura intensiva utiliza el oro negro como materia prima para fabricar los pesticidas y fertilizantes, aparte de en toda la maquinaria agroindustrial.” De acuerdo con estos señalamientos el petróleo es uno de los recursos naturales más utilizados para el transporte y para las actividades relacionadas con la agricultura industrial a escala global, y es conocido también oro negro.

En cuanto a la distribución de este recurso natural a escala global, la mayor parte de las reservas actuales de hidrocarburos se encuentran principalmente en tres regiones del mundo el Medio Oriente, el Mar Caspio y América Latina y el Caribe. En particular en la región de América Latina, las cifras estimadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), señalan que América Latina posee 334.811 millones de barriles de petróleo dentro de sus reservas certificadas, lo que equivale a 22.8% de las reservas probadas a nivel mundial.

De manera similar, según las cifras del Banco de Datos de Comercio Exterior de la CEPAL (BADECEL: 2004) “América Latina cuenta con el 20% de las reservas mundiales comprobadas de crudo.” Es así que estas estadísticas indican que la explotación de este recurso energético y la comercialización de sus productos derivados, constituye el principal medio generador ingresos para llevar a cabo actividades económicas orientadas al desarrollo y crecimiento de estas naciones. Según Baptista y Mommer, (2006) “el capital de una economía debía reproducir más capital o, al menos, generar la misma proporción de lo invertido.” En relación a estas afirmaciones, el capital económico debe ser utilizado para la generación de más ingresos partir del proceso productivo.

Cabe señalar que hoy en día, la oferta mundial de petróleo está dividida en dos grandes grupos los países pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el resto de países no asociados. En torno a esto, los países pertenecientes a la OPEP, poseen las mayores reservas de petróleo del mundo, y según datos de la Secretaria de Energía de México (SENER: 2013) “las reservas probadas mundiales de petróleo se ubicaron en 1,669 miles de millones de barriles. De dicho volumen, 72.6% correspondió a los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y 19.8% a los países no miembros.” Así, los países miembros de la OPEP (2020) en la actualidad son: Argelia, Angola; República Democrática del Congo; Guinea Ecuatorial; Gabón; Iran; Iraq; Kuwait; Nigeria; Arabia Saudita; Emiratos Árabes Unidos y Venezuela. Por su parte, Ecuador deja de formar parte de esta organización desde el primero de enero del 2020.

Con relación a la propiedad de los recursos petrolíferos a escala global, los Estados miembros de la OPEP, efectuaron la nacionalización del petróleo y de esta manera son las empresas del Estado las que llevan a cabo la extracción del petróleo, con el aumento de la participación fiscal y el control de los ingresos generados por este mineral por parte del Estado. Según el Atlas de la Energía en América Latina y el Caribe (2008:p.20)

Desde que los estados de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) culminaron las nacionalizaciones, en la década de los setenta, las petroleras estatales controlan el 87% de las reservas de crudo y gas natural y, por lo tanto, también los precios. A las corporaciones del petróleo les basta con dominar un mínimo porcentaje de las reservas, un 13%, y dedicarse a su refinamiento y comercialización, para erigirse como las mayores corporaciones transnacionales del planeta.

De manera similar en la región de América Latina y el Caribe (ALC), debido al auge de la actividad petrolera países como Venezuela, Ecuador, Argentina y Brasil efectuaron la nacionalización del petróleo y de esta manera son las empresas del Estado las que controlan las actividades relacionadas con la extracción, comercialización y manejo de las divisas provenientes del petróleo. Si bien es cierto que América Latina, es la región exportadora neta de petróleo y energía en general, la distribución del recurso es también desigual. En efecto, de acuerdo con Mansilla (s/f) “América Latina tiene países con grandes reservas y empresas estatales (Brasil, México y Venezuela) que acaparan las reservas petroleras de la región mientras que la mayoría debe recurrir a la importación.” En particular, Ecuador es el cuarto exportador con una de las reservas más grandes de la región, siendo Petroecuador la empresa del Estado que produce más de la mitad de las actividades de explotación de petróleo. Monaldi (2010)

Asimismo, Global Fire Power, (s/f) ha señalado que “los países latinoamericanos, han jugado históricamente un papel relevante dentro de la industria petrolera global. Brasil, Colombia, Ecuador, México y Venezuela se encuentran dentro de los 30 países con mayor producción de petróleo y gas a nivel mundial.” Aunado a esto cada uno de estos países, ha desarrollado su industria hidrocarburífera de diferente manera, dando respuestas a las necesidades políticas, económicas y sociales propias de cada contexto. Global Fire Power, (s/f).

En la misma línea, es importante destacar que existen variables importantes que intervienen en la producción de petróleo, tales como las reservas, producción y consumo, y a estas se puede añadir la variabilidad del precio del petróleo, cuyo comportamiento es muy significativo en América Latina por la altísima dependencia que tiene hacia la extracción y comercialización de este recurso.

En este propósito, “Venezuela, es el país con más reservas probadas de petróleo en el mundo…superó  a  Arabia  Saudita,  tras  alcanzar los 296.500 millones de barriles… por lo que pasó a ocupar el primer puesto en cuanto a reservas certificadas en el mundo.” (OPEP: 2011). Asimismo, es el país de la región que más depende de la extracción y venta de este recurso, de acuerdo con Puente (2013: p. 324) “el petróleo representa más del 96% del total de las exportaciones.” Después de Venezuela, Brasil con 12.857 millones de barriles, es el país más grande de América Latina, y se ha convertido en el noveno productor más grande del mundo, y el sector tiene un excedente de exportación. Su participación en la balanza comercial es significativa, pero no dominante, con entre un 13 al 14 por ciento.

Por su parte, México es el segundo país más grande de América Latina, con una producción de 11.692 millones de barriles. De acuerdo con Hernández (2005) “el petróleo en México durante la época contemporánea representa el producto principal en el que se sustenta la economía nacional.” Asimismo, Romo (2016) manifiesta que “México ha apoyado su crecimiento económico en el uso de petróleo y gas producidos como base de generación de energía primaria, pues tan sólo en 2013 esos combustibles contribuyeron con el 85.6% de la oferta interna bruta de energía.”

Con respecto a Ecuador, cuarto país productor de petróleo en la región de América Latina con un estimado de 7.206 millones de barriles. Es así que para esta nación los ingresos procedentes de la extracción petrolera son fundamentales como estrategia para lograr el Buen Vivir o Sumak Kawsay. A respecto Tornay (2015) afirma que “tanto es así que desde el propio gobierno se justifica la explotación de crudo de reservas naturales…como medio para obtener los recursos necesarios que permitan acabar con la pobreza en el país.”  En igual forma, el petróleo, además de constituir el recurso más importante de la economía ecuatoriana, es una fuente laboral importante para el país. De acuerdo con Sigüenza y Silva (2015). “el petróleo es el rubro más importante dentro de las exportaciones y financia más del 40% del Presupuesto del Ecuador.” De este modo, el petróleo es un instrumento clave en la economía ecuatoriana.

Todo lo anteriormente expuesto parece confirmar el hecho cierto de que los ingresos petroleros en las economías de los países latinoamericanos, son indispensables para el desarrollo y crecimiento de la región y por ende para elevar la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, la dependencia de los ingresos petroleros conlleva a una serie de problemas asociados a ello, y particularmente a la volatilidad de los precios de este recurso natural en los mercados internacionales. Según Humphereys (2007) la dependencia petrolera y minera causa debilidad institucional y esta a su vez produce pobre desempeño económico. En la misma línea, en base al análisis de la CEPAL (2013):

El aumento de los precios internacionales evidenciado hasta el año 2013 impactó de modo diferenciado en la oferta y la demanda de hidrocarburos. En el caso de la oferta, los precios se tradujeron en un incremento moderado de la producción, lo cual permitió aumentar la oferta; en el caso de la demanda, el alza de precios no repercutió significativamente el consumo, esto puede estar relacionado a los niveles de subsidio a los derivados del petróleo que existen en diferentes niveles en los países de la región.

Es así que, el alza del precio del petróleo en los últimos años permitió un notable incremento del Producto Interior Bruto (PIB) en los países que recibían directamente los ingresos de la exportación de crudo. En el caso de Venezuela, la renta petrolera sostuvo el gasto público realizado a través de las Misiones Socialistas, para las que se destinó un dieciocho por ciento del PIB. Asimismo, en Ecuador, los ingresos procedentes de la extracción petrolera continúan siendo fundamentales para este país, que tiene el mayor gasto público en relación al PIB. En este sentido, la variación en los precios del petróleo por lo general ocasiona cambios en el PIB y en la inflación.

Por el contrario, las repercusiones de la caída de los precios del petróleo, se manifiestan en las esferas macroeconómicas, financieras y políticas. De acuerdo con el Banco Mundial (2015)

De ser esta caída sostenida aumentaría la actividad económica y reducirá las presiones inflacionarias, externas y fiscales en países importadores de petróleo. Por otra parte afectaría a los países exportadores de petróleo de forma adversa al reducir su posición fiscal, externa y la actividad económica.

Por su parte el Fondo Monetario Internacional (2015), estima que una reducción del precio del petróleo beneficiaría “al gobierno del país importador a través de mayores niveles de ahorro fiscal, en eventuales menores (mayores) subsidios (impuestos), y ahorro externo demostrado por una mejora en el saldo en cuenta corriente; con limitado efecto sobre la inflación y volatilidad.”

Tal como se ha visto, para los países exportadores de petróleo de cuya renta dependen los ingresos percibidos por estas naciones, la caída en los precios del petróleo representa un desastre económico. Sin embargo, el Banco Mundial (2015) señala que “este escenario pudiera presentar una oportunidad de reformar los impuestos y subsidios sobre los productos de petróleo y propiciar reformas hacia la diversificación productiva.” Por otro lado, para los países importadores de crudo, la disminución de los precios de este recurso energético podría tener el efecto de un programa de estímulo económico. Por ello, la Oil and Gas Journal (OGJ: 2015) expresó que: “el impacto del precio del petróleo sobre las actividades del sector hidrocarburos a nivel regional es directo y evidente.”

 Esto se puede notar en casos de países como Venezuela “el país tiene las mayores reservas de petróleo del mundo. Sin embargo, actualmente, apenas desempeña papel alguno como exportador. Entre los años 2000 y 2018, el volumen de producción se ha reducido en más de la mitad.” Esto es debido a la política económica implementada durante Revolución Bolivariana que ha exacerbado el modelo rentista implementado en las décadas precedentes. Puente (2013: p. 331). Por su parte, Brasil no es afectado sustancialmente por la caída de los precios del petróleo, ya que su participación en la balanza comercial es significativa, pero no dominante, además de que tiene una industria que también podría beneficiarse de la materia prima de bajo costo.

Por otro lado, México produce cantidades significativas de petróleo, pero tiene que importar más productos petroleros de lo que vende. Una caída del precio del petróleo reducirá los ingresos del sector, pero beneficiará a la economía en su conjunto. Según una clasificación del Instituto de Tecnología de Massachusetts, el país tiene, por mucho, la economía más diversificada de la región, a la par con Italia y Noruega. Así, “un factor fundamental en la salud financiera del país, que a su vez depende de la gubernamental, es la diversificación de la economía.” Romo (2016)

En relación a Ecuador, la CEPAL (2016: p.15) señala que “como consecuencia de la escasa diversificación productiva…la caída de los precios internacionales del petróleo llevó a una reducción del gasto público, un deterioro de la cuenta corriente de la balanza de pagos y con ello una desaceleración de la economía.” Es así que la caída de los precios del petróleo deja a la economía de este país en una situación difícil.

En definitiva en la actual coyuntura, entender el funcionamiento de los precios del petróleo, su carácter volátil y su impacto en las economías de los países rentistas, es muy pertinente, dado que el crecimiento económico de las naciones y particularmente en América Latina, no debe verse comprometido por la volatilidad de los precios del petróleo. Por tanto, diversificar la economía en estos países es una estrategia tendiente a lograr el desarrollo sostenido en la región.

 

Conclusiones

El aprovechamiento de los recursos naturales para su exportación, es una estrategia lógica, para los países que necesitan fuentes de ingresos para proveer a sus ciudadanos y es así que la industria petrolera es una de las fuentes de energía más importante a nivel mundial y de forma particular para la región de América latina que de acuerdo con la CEPAL, es la segunda región con mayores reservas petroleras después de Medio Oriente.

Asimismo, la Global Fire Power ha señalado que los países latinoamericanos, han jugado históricamente un papel relevante dentro de la industria petrolera global, siendo Venezuela, Brasil, México y Ecuador, de los países de la región con mayor producción de petróleo y gas natural a nivel mundial.

No obstante, la volatilidad de los precios de este recurso mineral en el mercado internacional, representa un riesgo para la economía, debido a la alta dependencia de los países de la región de la extracción y comercialización del petróleo.

Es así que para los países exportadores de petróleo un alza en los precios favorece la balanza comercial interna de estas naciones, mientras que para los países importadores representa una contracción en la economía. Por el contrario una caída de los precios de esta fuente energética representa una adversidad para países dependientes de la renta petrolera, mientras que para los países importadores, la disminución de los precios podría tener el efecto de un programa de estímulo económico.

En torno a esto, los países de América Latina más afectados por el declive petrolero son Venezuela, Colombia y Ecuador, debido a que sus ingresos económicos dependen directamente del valor de sus exportaciones de crudo. En el caso de México se ve afectado, aunque no tiene un efecto tan grave sobre las finanzas públicas, dado que el país ha diversificado sus fuentes de ingreso. Respecto a Brasil, la caída del crudo no perjudicara tanto las finanzas, porque sus ingresos fiscales no dependen directamente de este recurso natural. En cambio, el resto de los países de la región que son importadores de petróleo, se verán beneficiados con los precios más bajos.

Finalmente en región es esencial encontrar alternativas y diversificar la economía para reducir la dependencia petrolera y garantizar así una sana economía tendiente a disminuir la desigualdad y la pobreza imperante en esta región del mundo. 

 

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