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Estrategias para la inclusi�n en el �rea de educaci�n f�sica de estudiantes con discapacidad

 

Strategies for inclusion in the area of physical education of students with disabilities

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Estrat�gias de inclus�o na �rea de educa��o f�sica de alunos com defici�ncia

 

Orlando Patricio Romero-Ibarra ^I

orlandopatricio76@gmail.com

https://orcid.org/0000-0003-3919-4589

 

Rosario Chiquinquir� Peley-Bracho ^II

rospeley@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-3523-9981

 

Imelda Troya-Morej�n ^III

Imelda.troyam@ug.edu.ec

https://orcid.org/0000-0001-7581-2087

 

 

Correspondencia: orlandopatricio76@gmail.com

 

Ciencias t�cnicas y aplicadas

Art�culo de investigaci�n�����������������������������������������������������

*Recibido: 05 de julio de 2020 *Aceptado: 20 de agosto 2020 * Publicado: 07 de septiembre de 2020

 

 

        I.            Mag�ster en Gerencia Educativa, Especialista en Gesti�n Educativa, Diploma Superior en Dise�o Curricular por Competencias, Licenciado en Educaci�n F�sica, Profesor de Educaci�n F�sica a Nivel Primario; Investigador Independiente, Guayaquil, Ecuador.

     II.            Investigador Independiente, Universidad de Zulia, Maracaibo, Venezuela.

   III.            Mag�ster en Gerencia de Proyectos Educativos y Sociales, Especialista en Liderazgo y Gerencia, Diploma Superior en Dise�o de Proyectos, Licenciada en Ciencias de la Educaci�n Especialidad Comercio y Administraci�n, Profesora de Segunda Ense�anza en la Especializaci�n de Comercio y Administraci�n, Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador.

 

Resumen

El apoyo a las necesidades de las personas discapacitadas exige una educaci�n sin distinciones. Todos los humanos son iguales en dignidad y derechos. La ense�anza de �educaci�n f�sica� en la educaci�n para las personas discapacitadas prev� y exige una ense�anza inclusiva. Que coadyuve a los profesores deben establecer estrategias metodol�gicas did�cticas a partir de las condiciones, necesidades y tipo de discapacidad espec�fica de los estudiantes para elevar el constructo cognitivo existente de sus estudiantes, dise�ar�n desaf�os y sumar�n recursos en el proceso de aplicaci�n de estrategias para la inclusi�n en la educaci�n f�sica, inmerso en el contexto de los derechos humanos y requerimientos recogidos en las bases jur�dicas nacionales e internacionales, haciendo �nfasis en el rescate de los derechos que poseen las personas con discapacidad espec�ficamente en el sistema educativo, dejando en claro los procesos y estudios analizados y a emplear en esta investigaci�n.

Palabras Claves: estrategias para la inclusi�n; discapacidad; educaci�n f�sica.

 

Abstract

Supporting the needs of disabled people requires an education without distinction. All humans are equal in dignity and rights. The teaching of "physical education" in education for the disabled provides for and requires inclusive teaching. That helps teachers must establish didactic methodological strategies based on the conditions, needs and specific type of disability of students to raise the existing cognitive construct of their students, they will design challenges and add resources in the process of applying strategies for inclusion in physical education, immersed in the context of human rights and requirements collected in national and international legal bases, emphasizing the rescue of the rights that people with disabilities have specifically in the education system, making clear the processes and studies analyzed and used in this research.

Keywords: strategies for inclusion; disability; physical education.

 

Resumo

Apoiar as necessidades das pessoas com defici�ncia requer uma educa��o sem distin��o. Todos os humanos s�o iguais em dignidade e direitos. O ensino de "educa��o f�sica" na educa��o de pessoas com defici�ncia prev� e exige um ensino inclusivo. Isso auxilia os professores a estabelecerem estrat�gias metodol�gicas did�ticas baseadas nas condi��es, necessidades e tipos espec�ficos de defici�ncia dos alunos para elevar a constru��o cognitiva existente de seus alunos, eles ir�o desenhar desafios e agregar recursos no processo de aplica��o de estrat�gias de inclus�o na educa��o f�sica, imersa no contexto dos direitos humanos e requisitos recolhidos nas bases jur�dicas nacionais e internacionais, enfatizando o resgate dos direitos que as pessoas com defici�ncia t�m especificamente no sistema de ensino, evidenciando os processos e estudos analisados ​​e utilizados nesta pesquisa.

Palavras-chave: estrat�gias de inclus�o; incapacidade; Educa��o F�sica.

 

Introducci�n

La Declaraci�n Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (1948), marca hist�ricamente un antes y un despu�s para todos los pueblos, en el reconocimiento de la libertad y la igualdad de todos los seres humanos en su dignidad y en sus derechos sin distinciones. En ella queda consagrada, entre otros, que �toda persona tiene derecho a la educaci�n� (Art. 26-1), y que esta �tendr� por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales�� (Art. 26-2).

Desde entonces, la reflexi�n y profundizaci�n sobre el tema de los derechos y la dignidad de la persona humana, ha sido tema de debates y discusiones, que se cristalizan en el perfeccionamiento de los alcances de estos derechos y la inclusi�n que ello conlleva. Las palabras �toda persona� resuenan al no establecer condicionamiento ni excepciones. Desde esas reflexiones el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entidad responsable de impulsar y promover el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) (2015-2030), estableci� en su Objetivo 4: �Garantizar una educaci�n inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos�.

De acuerdo al Informe de la Organizaci�n de las Naciones Unidas sobre Discapacidad y Desarrollo (ONU, 2019), se concluy� que las personas con discapacidad est�n en desventaja con respecto a la mayor�a de los objetivos de desarrollo sostenible. Hecho este, que result� preocupante, por cuanto pese a disponerse de derechos consagrados por d�cadas, y una sensibilidad creciente hacia el reconocimiento de que todas las personas nacen libres e iguales, con derecho a la educaci�n y al desarrollo de la personalidad, adversas estad�sticas anuncian que, en el horizonte de la sociedad moderna, a�n existe un largo camino por recorrer, tal como lo refiere dicho organismo.

�uno de cada tres ni�os con discapacidad en edad de asistir a la escuela primaria no asiste a la escuela, en comparaci�n con uno de cada siete ni�os sin discapacidad (�) El 54% de las personas con discapacidad, en comparaci�n con el 77% de las personas sin discapacidad, est�n alfabetizadas (�) m�s del 10% de las personas con discapacidades se les ha negado el ingreso a la escuela a causa de su discapacidad; y m�s de una cuarta parte de las personas con discapacidades informaron de que las escuelas no eran accesibles o les supon�an un obst�culo (�) s�lo el 47% de m�s de 30.000 instalaciones educativas son accesibles para las personas que utilizan sillas de ruedas (�) 34 de los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas garantizan en sus constituciones el derecho a la educaci�n de las personas con discapacidad o proporcionan protecci�n contra la discriminaci�n por motivos de discapacidad en la educaci�n (�) s�lo en el 44% de los Estados Miembros de las Naciones Unidas se puede ense�ar a los estudiantes con discapacidad en la misma aula que los dem�s estudiantes� (ONU, 2019:6). Traducci�n libre.

La preocupaci�n por lograr una sociedad m�s justa, equitativa, incluyente y sostenible en el tiempo, requiere de procesos de transformaci�n cultural y social, que parten de las capacidades que tienen los individuos de responder de forma asertiva y acorde a las exigencias de las circunstancias. Para lograr ello, los centros educativos juegan un papel decisivo en formar esa conciencia social requerida. Sin embargo, los desaf�os que tiene el sistema educativo muchas veces les sobrepasa.

Es as�, que la inclusi�n integral de las personas discapacitadas es parte importante de este desaf�o, en el que se busca que no solo se integren activamente a la sociedad, sino que adem�s tengan la oportunidad de desarrollar todo su potencial en las distintas actividades del quehacer escolar. Al respecto, P�rez (2012) destaca que la inclusi�n es una tendencia socio educativa que facilita a todas las personas de un estado en espec�fico, sin excepci�n alguna, a que pueden ejercer sus derechos, logrando vivir dignamente y en igualdad, aprovechando sus habilidades y dones sin temor alguno. De no lograrse la inclusi�n, entonces, la exclusi�n social se reproduce y consolida la exclusi�n educativa, particularmente, de aquellos estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE) que m�s necesitan de una inserci�n real y efectiva en la universidad, al ser abandonados antes de tiempo de modo, que se le niegan las oportunidades para adquirir las competencias m�nimas esenciales que privilegien una formaci�n aut�noma.

Aparentemente, esto es un nudo cr�tico dentro de las instituciones universitarias ecuatorianas, por cuanto, no se desarrollan estrategias que faciliten la inclusi�n de estudiantes con discapacidad para desenvolverse eficazmente en un mundo cotidiano, de modo de no ser discriminados ni ser sometidos a un apartheid. La intencionalidad es que se le garantice una formaci�n profesional integral, solidaria y humana social, que los ayude a cultivar con tenacidad su propio desarrollo personal de manera aut�ntica.

 

Metodolog�a

La investigaci�n de tipo exploratorio descriptivo cient�fica implica un proceso que permite conocer, describir y explicar una realidad y su conocimiento va a depender de la concepci�n que el investigador tenga de esta.

Para, Coelho (2008), la metodolog�a se denomina la serie de m�todos y t�cnicas de rigor cient�fico que se aplican sistem�ticamente durante un proceso de investigaci�n para alcanzar un resultado te�ricamente v�lido. En este sentido, la metodolog�a funciona como el soporte conceptual que rige la manera en que aplicamos los procedimientos en una investigaci�n. (Coelho, 2019)��

Dicho otra manera la metodolog�a se puede aplicar en distintas �reas del conocimiento en la que se amplifica un estudio a realizar, como la metodolog�a en jur�dica en derecho, la did�ctica en la educaci�n, y otros como la soluci�n de problemas en otras ramas de las diferentes ciencias que se aplican diferentes procedimientos que permiten el acercamiento al funcionamiento de una determinada metodolog�a.���

M�todo cient�fico. -� El m�todo cient�fico es un conjunto de pasos ordenados que se emplean para adquirir nuevos conocimientos. Para poder ser calificado como cient�fico debe basarse en el empirismo, en la medici�n y, adem�s, debe estar sujeto a la raz�n. (Gargantilla, 2019)

En este sentido se utiliza este m�todo para generar los resultados ver�dicos, cient�ficos de relevancia investigativa, puesto que es los datos adquiridos ser�n la evidencia publica en eventos cient�ficos, para luego publicar en p�ginas de re vistas cient�ficas indexadas de alta nominaci�n.����

 

Prop�sito del Estudio

El presente estudio est� centrado en analizar las estrategias para la inclusi�n en el �rea de educaci�n f�sica para estudiantes con discapacidad, a fin de lograr fortalecer su estructura cognitiva y f�sica, a partir de sus motivaciones, intereses y necesidades, e integrarlos social y culturalmente de forma exitosa.

 

Fundamentaci�n te�rica

�Por qu� incorporar las estrategias de inclusi�n en educaci�n f�sica?

Socialmente ha sido un gran avance alcanzar una mayor sensibilidad y responsabilidad por anular cualquier estigmatizaci�n hacia los estudiantes con discapacidad, no obstante, en la practicidad de las actividades f�sicas y en el conjunto de las actuaciones acad�micas y sociales, siguen subyaciendo connotaciones y asociaciones sutilmente discriminatorias, como si se tratase de personas inferiores, o de seres incapaces, o en todo caso, con un reconocimiento de derechos en grado reducido o minimizado, por vestigios impregnados de una concepci�n cultural donde la discapacidad ven�a acompa�ada de rechazo y abandono, y por sus limitaciones se les castigaba� como personas condenadas a no integrarse ni desarrollarse. (Parra, 2010).

En el presente estudio, se suscribe la declaraci�n que sobre las personas discapacitadas han dictaminado las Naciones Unidas, al definirlas como, �aquellas [personas] que tengan deficiencias f�sicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participaci�n plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las dem�s.� (ONU, 2008. Art. 1).

De ah�, que toda comunidad universitaria debe de forma corresponsable, procurar la inclusi�n y plena incorporaci�n social de todos los estudiantes discapacitados, mediante estrategias de inclusi�n para el desarrollo de todas sus capacidades y potencialidades en igualdad de oportunidades, por cuanto se trata de personas que �pueden poseer experiencias y talentos que podr�an ser muy valiosos para el desarrollo de las sociedades y naciones. [En este sentido,] una asistencia material especial y soluciones educativas pueden contribuir a superar los obst�culos con que tropiezan�� (UNESCO, 1998. Art�culo 3-D.)

En la Clasificaci�n Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) de la Organizaci�n Mundial de la Salud, la discapacidad �abarca deficiencias, limitaciones de la actividad y restricciones a la participaci�n� (OMS, 2018). Sin embargo, es necesario acotar que el t�rmino puede aludir no solo a una disminuci�n de una o varias capacidades, sino tambi�n por sobresalir en la realizaci�n de una actividad considerada com�nmente rutinaria, conjug�ndose una compleja relaci�n entre la condici�n de salud del estudiante, sus factores personales y acad�micos, que configuran su entorno y sus circunstancias particulares, quien y desde su condici�n, debe ser capaz de responder e interactuar de forma productiva. En tal sentido, es importante destacar la importancia de estrategias inclusivas, que coadyuven en el fortalecimiento del aprendizaje de los estudiantes con discapacidad.

El proceso de educaci�n inclusiva busca centrarse en la interacci�n del estudiante dentro del contexto educativo, para pasar de un modelo deficitario a uno utilitario, que facilite mecanismos de superaci�n ante su discapacidad. Para Arangua et al. (2008) el profesor de educaci�n f�sica es el actor por excelencia convocado a lograr la integraci�n de los alumnos discapacitados, ayud�ndolo a que desarrolle su capacidad y aptitud en el aspecto f�sico, afectivo y social.

Para Romero y Lauretti (2006) la educaci�n inclusiva tiene su origen aproximadamente en la d�cada de los sesenta, en la integraci�n escolar y que m�s tarde fue asumida por la Organizaci�n Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS, y ha sido apoyada por la Organizaci�n de los Estados Americanos (OEA).

 

Estrategias para la inclusi�n de estudiantes con discapacidad

La estrategia plantea el desarrollo de la instrucci�n para que el profesor tome decisiones respecto a su rol, as� como la selecci�n de m�todos y materiales instruccionales; lo cual constituye la organizaci�n de los objetivos de la ense�anza, los m�todos de �sta y las t�cnicas de evaluaci�n de los aprendizajes, as� como el conjunto de acciones pedag�gicas necesarias para garantizar que los estudiantes discapacitados logren un desarrollo biopsicosocial adecuado.

De acuerdo a Rodr�guez (2010), especialista en el �rea de educaci�n f�sica, la estrategia did�ctica se refiere al conjunto de elementos que integra un programa de asignatura: m�todos did�cticos, y t�cnicas de evaluaci�n; por ello, de una efectiva formulaci�n de estrategias se garantiza m�s aprendizaje y de mayor calidad. De acuerdo al prenombrado investigador, b�sicamente existen algunas estrategias espec�ficas para el �rea de educaci�n f�sica, entre las cuales se encuentran: ense�anza directa, ense�anza cooperativa, mastery learning, ense�anza rink, interactiva y ense�anza en equipo, cada una con su propia estructura y sistema.

 

Estrategias de Ense�anza Directa

Las estrategias de ense�anza directa constituyen un modelo acad�mico donde el profesor selecciona las actividades con base en un programa estructurado para orientar el desarrollo de los aprendizajes. La atenci�n del profesor se centra en los objetivos y evaluaci�n del programa. Implementa las actividades de ense�anza procurando el desarrollo biopsicosocial de los estudiantes a trav�s de diferentes acciones, creando un buen clima de aprendizaje.

Al respecto, Rodr�guez (2001) destaca que las estrategias de ense�anza directa tambi�n se les llama ense�anza sistem�tica o ense�anza activa, por cuanto existe una alta interacci�n entre el profesor y los estudiantes, aunque el primero controle las actividades y el tiempo en que se ejecutar�n, por lo cual siempre estar� presente para orientar, dirigir y ofrecer informaci�n sobre el desempe�o en forma inmediata.

En el marco de estas estrategias, el profesor puede desarrollar actividades b�sicas sobre t�picos de educaci�n f�sica a nivel te�rico y pr�ctico, bien sea a trav�s de la lectura interactiva, la demostraci�n, la simulaci�n, las preguntas y respuestas, el m�todo de investigaci�n, din�micas grupales, el estudio dirigido, las pr�cticas guiadas e independientes y por equipo. Lo importante es que las estrategias que se ejecuten logren un trabajo activo todo el tiempo.

De all�, que los profesores que dictan clases, adem�s de desarrollar destrezas y habilidades de ense�anza, deben estar consustanciados con los conocimientos requeridos para ser capaces de dise�ar tareas instruccionales significativas, y puedan descubrir lo que una actividad f�sica o deportiva significa para sus estudiantes.

 

Estrategias de Ense�anza Cooperativa

La estrategia de ense�anza cooperativa se enfatiza en el trabajo conjunto de los estudiantes, en forma cooperativa. El rol del profesor es actuar como facilitador, de forma que trabajando con los objetivos, debe estimular la actuaci�n de los estudiantes hacia un aprendizaje de manera cooperativa, facilit�ndoles el control dentro de la estructura del grupo, convirti�ndose en estudiantes y docentes simult�neamente, con una amplia comunicaci�n verbal y el desarrollo de habilidades de liderazgo.

Al respecto, Rodr�guez (2010) afirma que la estrategia did�ctica cooperativa est� basada en el reconocimiento de que los adultos deben ser capaces de apreciar la diversidad al trabajar con otros, para llevar una vida feliz y productiva. Aboga por un aprendizaje socialmente construido y con potencial para estructurar el desarrollo biopsicosocial del estudiante. Mediante la aplicaci�n de esta estrategia, se forman grupos y se les asigna una tarea de aprendizaje o un proyecto, para alcanzarlo como equipo.

En este marco estrat�gico de cooperaci�n, los estudiantes se agrupan de acuerdo con ciertas condiciones pedag�gicas, como la participaci�n e integraci�n hacia una meta en com�n, donde habr� resultados positivos si las metas son significativas, por lo cual se les ense�a a cooperar mediante la responsabilidad de ejecutar un proceso de ense�anza aprendizaje que est� fundamentado en la vitalizaci�n del estudiante como ser humano social. Por otra parte, es importante considerar, que el profesor debe intervenir estrat�gicamente con mayor �nfasis sobre aquellos estudiantes que manifiestan problemas como: apat�a, desgano, desmotivaci�n, entre otros, para cumplir con los objetivos establecidos en el �rea de educaci�n f�sica, orient�ndoles y motiv�ndolos en el logro de esos objetivos acad�micos e instruccionales pre-establecidos.

En consecuencia, el profesor debe ser un observador astuto del proceso formativo escolar para ser efectivo en su rol, preparando los contenidos, m�todos y t�cnicas de ense�anza que, sumado a una vocaci�n de servicio acreditada, lo har� capaz de vitalizar la formaci�n del estudiante de manera permanente. Por consiguiente, no debe considerarse que cualquier profesor est� preparado para esta responsabilidad. Lo realmente importante es que muestre inter�s y perseverancia por la aplicaci�n de estrategias que faciliten la inclusi�n de estudiantes con discapacidad.

 

Estrategia de Mastery Learning

De acuerdo a Rodr�guez (2010), la estrategia de Mastery Learning es un modelo de instrucci�n individualizada, con un programa estructurado y dividido en peque�os grupos de conocimientos. Conforma una instrucci�n prescrita en la creencia de que todos los estudiantes alcanzar�n los objetivos, si se les ense�a bien. Se enfatiza la flexibilidad, y se estructura y adec�a el tiempo y los contenidos, con un previo diagn�stico de las posibilidades de aprendizaje del estudiante.

 

Estrategias de Ense�anza: Rink

En opini�n de Bardaj� (2006) un investigador experto en el �rea de educaci�n f�sica, afirma que las estrategias did�cticas Rink, denominadas as� en honor a su creador, son m�todos para indicar que las funciones de ense�anza se ejecutan dentro de una estructura instruccional, es decir, un sistema deliberado que sintoniza el contenido con el estudiante, asign�ndoles diferentes roles a �ste. Por ello, el profesor debe seleccionar unas estrategias did�cticas basadas en la naturaleza de los contenidos, los objetivos planteados, las caracter�sticas de los estudiantes; y qu� se espera lograr en su formaci�n.

Al referirse sobre las estrategias Rink, Rodr�guez (2010), afirma la necesidad de asumirlas como gu�as potenciales para facilitar la direcci�n de los progresos del estudiante, pues, cada acto de ense�anza connota las decisiones del profesor, al seleccionar y organizar el contenido de los temas. Adem�s, decide sobre qu� acciones debe llevar a cabo para garantizar el desarrollo biopsicosocial del estudiante.

 

 

Estrategias de ense�anza interactiva

Sobre la estrategia did�ctica interactiva, tanto Rodr�guez (2010) como Rodr�guez (2001) coinciden en relacionarlas como la m�s com�n dentro del dise�o de experiencias de ense�anza en educaci�n f�sica. Para ambos, la palabra did�ctica en la ense�anza implica que, el docente dice, muestra o dirige un grupo sobre qu� hacer, momento siguiente los estudiantes lo hacen, y finalmente el docente eval�a la ejecuci�n del contenido.

En una estrategia inclusiva del proceso did�ctico y est� controlado por el profesor; quien act�a basado en las respuestas de los estudiantes. Por ello, la importancia de considerar las necesidades de estos, a quienes se les debe brindar libertad para actuar en atenci�n a los objetivos de aprendizaje, y los principios y factores para estructurar la clase, establecidos en el �rea de educaci�n f�sica.

Visto desde la perspectiva anterior, el profesor debe saber aplicar estrategias para la inclusi�n de estudiantes con discapacidad, de forma que sean apropiadas y c�nsonas con la responsabilidad de gestionar la progresividad de las clases de educaci�n f�sica incluyendo la pr�ctica gradual, creciente y continua de deportes. Si se tiene la disposici�n profesional requerida, el profesor podr� iniciar, continuar o detener la ejecuci�n de alguna actividad f�sica y/o deportiva. Del mismo modo, relacionar� la calidad del movimiento (refinamiento), para reducir o ampliar la dificultad de los ejercicios (extensi�n), o evaluar la efectividad de las estrategias (aplicaci�n).

 

Estrategias de ense�anza en equipos

Las estrategias de ense�anza en equipos, seg�n Rodr�guez (2010) es una estrategia en la cual m�s de un profesor es responsable de la instrucci�n de los estudiantes. Considera que, en educaci�n f�sica, muchos profesores miran la ense�anza en equipo como una manera de complementar las necesidades de los estudiantes agrupados heterog�neamente (masculino y femenino), instruyendo a un grupo con numerosos estudiantes.

Es significativo sumar la opini�n de Bardaj� (1996), para quien la ense�anza en equipo no se ha desarrollado del todo, por cuanto los profesores no han sido entrenados sobre c�mo usarla o no han desarrollado la relaci�n interactiva del caso. Por lo que se requiere, de una adecuada preparaci�n del profesor para garantizar que la formaci�n que reciben los estudiantes en el �rea de educaci�n f�sica sea efectiva, adecuada, constructiva de saberes y de las mejores condiciones a nivel f�sico, psicol�gico, biol�gico, social y cultural. La formaci�n de docentes para la inclusi�n educativa va m�s all� de programas eventuales de formaci�n, ellos requieren y demandan programas de formaci�n continua adaptados a los retos y contextos sociales que enfrentan. (Calvo, 2013).

 

Discapacidad y contexto educativo

El conglomerado social, donde es m�s complejo y desafiante vehiculizar la inclusi�n y lograr exitosamente el potencial desarrollo de la personalidad de sus miembros, la expansi�n de sus facultades innatas, y conocer y mejorar los talentos y capacidades de cada individuo, indistintamente de su condici�n, es sin duda dentro del �mbito educativo.

Hablar de discapacidad dentro del entorno educativo, espec�ficamente en asignaturas tan retadoras como la educaci�n f�sica, �contempla no s�lo al estudiante que presenta deficiencias en su estructura f�sica, sensorial o ps�quica, sino que adem�s (al estudiante que) vive en un contexto social que le obliga a interactuar con su medio� (Gonz�lez y Cort�s, 2016:105). La interacci�n social y ambiental no debe subestimarse, pues, el estudiante discapacitado suele estar sometido a un proceso formativo inadecuado, donde las condiciones pedag�gicas no son las apropiadas, como por ejemplo la carencia de rampa para estudiantes que requieren del uso de sillas de ruedas; en consecuencia, debe adaptarse a un ambiente de aprendizaje que poco se hace por �l estudiante con discapacidad, para integrarlo a un nuevo entorno de clases con un desempe�o acad�mico exigente.

Es usual que la preocupaci�n por expandir la cobertura educativa tienda a relegar una atenci�n adecuada sobre las desigualdades sociales que involuntariamente se generan. Inclusi�n, integraci�n, igualdad de oportunidades, son temas que urgen ser atendidos por las instituciones universitarias. El desconocimiento y la poca comprensi�n sobre la naturaleza y posibilidades que subyacen en los estudiantes discapacitados, y el esfuerzo que implica la defensa de sus derechos, colisionan contra la barrera de las limitaciones de una inadecuada e inapropiada educaci�n inclusiva. Para Cologon (2013:3) las �barreras adicionales incluyen actitudes y pr�cticas negativas y discriminatorias, falta de apoyo para facilitar la educaci�n inclusiva y educaci�n inadecuada y desarrollo profesional para maestros y otros profesionales�.

Desde la configuraci�n anterior, la concepci�n de la educaci�n f�sica se debe abordar desde una perspectiva integral del ser humano, convirti�ndose en un �rea hol�stica que potencia no solo la esfera biol�gica, sino que influye de manera positiva en todas las dimensiones del estudiante anteriormente indicadas, trascendiendo la b�squeda de objetivos centrados en el desarrollo de habilidades motrices y capacidades f�sicas, para potenciar otras capacidades de aprendizaje en la b�squeda de una mejor calidad de vida hacia el desarrollo humano individual y colectivo.

Infraestructura jur�dica: inclusi�n de personas con discapacidad

Son muchas las referencias dentro del marco del ordenamiento jur�dico internacional que busca prever la discriminaci�n en general, pero especialmente en la educaci�n. Para Crosso (2010), la necesidad de esa legislaci�n internacional tambi�n ratifica que las personas con discapacidad siguen siendo grupos que padecen importantes discriminaciones. En este sentido, el apoyo a las necesidades de las personas discapacitadas requiere de organizaciones que brinden las asistencias t�cnicas, legales y sociales necesarias, pero esas necesidades son a�n m�s espec�ficas e integrales en estudiantes con discapacidades, deriv�ndose as� en programas de educaci�n que terminan siendo un tema cr�tico en muchos pa�ses, en donde el acompa�amiento, cumplimiento y el soporte legal es primordial para garantizar sus derechos. La compilaci�n de Samaniego (2009), aborda estos temas en pa�ses como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, M�xico, Nicaragua, Panam�, Paraguay, Per�, Rep�blica Dominicana, Uruguay y Venezuela.

En el caso de Ecuador espec�ficamente, por ejemplo, al hacerse referencia sobre pertinencia y accesibilidad, se hace alusi�n a que las instituciones �debe(n) ser capaz (ces) de conectarse al entorno en sus diferentes niveles (econ�mico, acad�mico, de gesti�n, social, cultural, tecnol�gico y cient�fico) y escalas (local, nacional e internacional) sobre la base de los marcos regulatorios bajo los cuales funciona�. (Espinosa, G�mez, y Ca�edo, 2012:262).

En este sentido, y tras el refer�ndum del 28 de septiembre de 2008, se aprob� la vig�sima constituci�n del Ecuador, y con ella se reiteraron y fortalecieron jur�dicamente los derechos reconocidos a las personas con discapacidad, previamente presentes en la constituci�n de 1998. En su Art�culo 11, define la igualdad de las personas y proh�be la discriminaci�n por motivo, entre otros muchos, de discapacidad y diferencia f�sica. Los art�culos 16, 35, 42, 51, 61, 62, 66, 81, 330, 341, 369, 373 y 381, resaltan la protecci�n y atenci�n preferente, prioritaria y especializada, siendo a�n m�s espec�fico en los art�culos 47, 48 y 49, que consagra los derechos sobre las necesidades de las personas con discapacidad. En su art�culo 47, el Estado garantizar� pol�ticas de prevenci�n de las discapacidades y procurar� la equiparaci�n de oportunidades para las personas con discapacidad y su integraci�n social.

�Es as� como el Estado ecuatoriano, reconoce la necesidad de una educaci�n que desarrolle las potencialidades y habilidades de las personas con discapacidad para su integraci�n y participaci�n en igualdad de condiciones, garantizando una educaci�n dentro de la educaci�n regular, pero especificando que los planteles regulares deber�n tener normas de accesibilidad para personas con discapacidad e incorporando trato diferenciado y educaci�n especializada. Para ello, la Ley Org�nica de Discapacidades (2012), define como discapacidad a toda persona que por �una o m�s deficiencias f�sicas, mentales, intelectuales o sensoriales, con independencia de la causa que la hubiera originado, ve restringida permanentemente su capacidad biol�gica, sicol�gica y asociativa para ejercer una o m�s actividades esenciales de la vida diaria� (Art�culo 6).

En consecuencia, se trata de un modelo de educaci�n inclusiva de apoyo a las instituciones universitarias ecuatorianas, para asegurar el �xito acad�mico, conductual y social del estudiante con discapacidad, pero sin los resultados esperados, lo que implica una reflexi�n te�rica y sobre la pr�ctica de la ense�anza, desde referentes centrados en el desarrollo humano y en la complejidad con una perspectiva orientada hacia la consecuci�n de su desarrollo biopsicosocial.

 

Educaci�n f�sica inclusiva en personas con discapacidad

Para DePauw y Doll-Tepper (2000), el tema de la inclusi�n ha sido parte del debate entre los profesores de educaci�n f�sica, desde la d�cada de los ochenta, que inicialmente se entend�a solo como un referente de lugar, y que luego fuera ampliada a cuestiones de contexto, derechos de discapacidad y justicia social para finalmente reconceptualizarse en la actualidad en una sinton�a de actitudes y procesos.

Por otro lado, otros estudiosos como el de Hodge et al. (2004), describen comportamientos y creencias de los profesores de educaci�n f�sica de secundaria en relaci�n con la inclusi�n y la ense�anza de los estudiantes con discapacidades, revelando que los maestros tienen una disposici�n positiva a la inclusi�n como filosof�a educativa, y una eficacia diferencial para lograr una inclusi�n exitosa, sin embargo, no por ello tropezaban con dificultades para establecer en clases una pr�ctica verdaderamente inclusiva. En un estudio posterior, la mayor�a de los mismos autores, analizaron las creencias sobre la inclusi�n y la ense�anza a los estudiantes con discapacidades de los profesores de educaci�n f�sica pero ahora desde la perspectiva de diversos pa�ses y culturas como Ghana (�frica), Jap�n, Estados Unidos y Puerto Rico. (Hodge et al., 2009).

Finalmente, en estudio realizado por An y Meaney (2015), se analizaron las pr�cticas de inclusi�n en la educaci�n f�sica presentes en la Alianza Global para la Educaci�n (GPE) tomando en consideraci�n las experiencias y perspectivas de los profesores de educaci�n f�sica con los estudiantes de primaria. Para ello, se evalu� la participaci�n en el aprendizaje, la adaptaci�n de las estrategias para satisfacer las necesidades de los estudiantes y la superaci�n de los objetivos educativos. Las conclusiones sugieren que las pr�cticas de inclusi�n en cuanto al comportamiento de los maestros en la GPE se lograron exitosamente, gracias a las interacciones din�micas existentes entre el conocimiento que ten�an los educadores sobre la discapacidad de sus estudiantes y la motivaci�n que dispon�an para aprender acerca de cada uno de sus estudiantes (factores personales), las necesidades y objetivos de aprendizaje requeridos.

En esa l�nea de investigaci�n, los estudios de Tripp, Rizzo y Webbert (2007), confirmaron que para proporcionar a los estudiantes un programa educativo de calidad que satisfaga las necesidades educativas individuales en el contexto de la justicia pol�tica y social, es necesario una cultura de colaboraci�n, desarrollo comunitario y pr�ctica reflexiva, generando en consecuencia resultados de rendimiento significativos, y transformando la forma en que se implementa y eval�a la inclusi�n.

Para lograr que la educaci�n f�sica sea verdaderamente inclusiva, los profesores deben dise�arla hacia una comunidad de estudiantes con muchos tipos de diversidad, lo que les exige activar diferentes estrategias de ense�anza-aprendizaje que personalicen la ense�anza en un marco y din�mica de trabajo para todos. En ese sentido, un estudio de Park, Koh y Block (2014), identificaron y priorizaron los factores que contribuyeron en un programa de educaci�n f�sica para hacerlo inclusivo y efectivo para estudiantes con discapacidades, revelando factores cr�ticos como: actitud positiva, apoyo, ajuste de estrategias, tutor�a de pares, y capacitaci�n adicional.

 

Educaci�n inclusiva

�An y Meaney (2015), afirman que, para lograr el �xito educativo, primero se debe entender la pr�ctica sobre la necesidad recurrente de ajustar sus estrategias de acuerdo a las condiciones, necesidades y tipo de discapacidad de sus estudiantes de educaci�n f�sica. No son las �nicas soluciones en esa l�nea. En las conclusiones del trabajo de Goodwin, Watkinson y Fitzpatrick (2003), los profesores percibieron que las pr�cticas de inclusi�n ayudan a crear un entorno de aprendizaje para todos los estudiantes, y con ello, mejorar la participaci�n en la actividad f�sica, lo que conlleva a que los profesores, se esforzaran por modificar continuamente las actividades y adaptar los programas para con ello, facilitar el aprendizaje de sus estudiantes en acciones conjuntas e inclusivas.

En tal sentido, un sistema educativo en la que, parte de sus estudiantes, que son el cimiento de su existencia, no se sientan incluidos, o que las mismas actividades de ense�anza � aprendizaje generen sentimientos y acciones de exclusi�n, conlleva a que se desnaturalice y corrompa en sus objetivos b�sicos fundamentales, y por el contrario, conllevar�a a que, lejos de potenciar el desarrollo pleno de todos sus individuos, termine trastocando y saboteando el de alguno de ellos.

Por tanto, trabajar con objetivos claros, firmes y concretamente definidos a favor de la inclusi�n educativa, significa necesariamente trabajar con estrategias cuyas condiciones, procesos, y competencias sean dirigidas a favor del logro de aprendizajes significativos para todos y cada uno de los estudiantes, sin exclusi�n de las condiciones de estos, representando uno de los grandes retos del proceso educativo. Lograr esa asertividad debe ser la meta a alcanzarse en medio de la heterogeneidad de los intereses, limitaciones, capacidades, motivaciones, expectativas y potencialidades de la comunidad estudiantil.

 

Consideraciones finales

Las estrategias para la inclusi�n en el �rea de educaci�n f�sica de estudiantes con discapacidad, parte del movimiento fundamentado en el principio de educaci�n para todos, que reconoce la educaci�n como un derecho inalienable de todos los seres humanos, raz�n por la cual se opone a cualquier forma de discriminaci�n o segregaci�n por condiciones personales, culturales o sociales. Cuando se habla de educaci�n inclusiva implica designar la integraci�n de los estudiantes con necesidades educativas especiales por condici�n de discapacidad al sistema formal educativo, sin restricciones algunas.

De all� que, la ense�anza de la educaci�n f�sica a estudiantes con discapacidad mediante estrategias de inclusi�n educativa es un reto que, s�lo ser� posible al analizar a profundidad la multifactoriedad de variables que impactan en el proceso educativo de ense�anza - aprendizaje, a objeto de poder determinar sus alcances, causas, efectos y avanzar hacia aquellas estrategias que por sus resultados puedan determinarse como las m�s efectivas de acuerdo a su aplicabilidad y contexto.� Por tanto,� no es suficiente con disponer de una infraestructura adecuada o forzar la integraci�n social de los individuos. Ser� realmente exitosa en la medida que el profesor pueda, a partir del conocimiento de las necesidades individuales de sus estudiantes, lograr vincular las motivaciones de �stos hacia una apertura m�s dispuesta a las nuevas informaciones que reciba a fin de ampliar su capacidad cognitiva y facilite con ello la interacci�n hacia sus valores y creencias; adem�s, considerando sus capacidades y potencialidades para su completo desarrollo y realizaci�n como persona activa dentro de la sociedad.

En s�ntesis, la educaci�n f�sica es un �rea que permite avanzar desde un dualismo cartesiano: cuerpo-mente, que marca los cimientos de la mencionada �rea hacia una realidad compleja y multidimensional, a una ciencia humana donde prevalece la corporeidad, las relaciones cuerpo-sujeto y especialmente la acci�n psicol�gica en cuanto al conocimiento de la realidad, como movimiento humano que permite al estudiante con discapacidad ser coparticipe activo en las diversas actividades acad�micas del quehacer acad�mico universitario.

Es necesario considerar el proceso de ense�anza como hecho humano y social, gestionado por el profesor, quien decide la manera c�mo planificar y desarrollar las actividades en los diversos espacios universitarios para que se logre el aprendizaje esperado, requiriendo, por lo tanto, mantenerse actualizado con las innovaciones y teor�as de amplio valor biopsicosocial, dejando atr�s, los comportamientos tradicionales en la praxis educativa.

 

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