Estrategias de prevención de intentos autolíticos en estudiantes de enfermería

 

Strategies for preventing suicide attempts in nursing students

 

Estratégias para prevenção de tentativas de suicídio em estudantes de enfermagem

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correspondencia: crirochina@mailes.eub.edu.ec

 

 

Ciencias de la Salud

Artículo de Investigación

 

 

* Recibido: 11 de marzo de 2025 *Aceptado: 19 de abril de 2025 * Publicado:  07 de mayo de 2025

 

        I.            Licenciado en Ciencias de la Enfermería, Universidad Estatal de Bolívar, Guaranda, Ecuador.

      II.            Licenciada en Ciencias de la Enfermería, Universidad Estatal de Bolívar, Guaranda, Ecuador.

   III.            Licenciada en Ciencias de la Enfermería, Maestría de Gerencia en Salud, Diplomado Superior en Gestión y Planificación Educativa, Doctorado en Ciencias Pedagógicas en la República de Cuba Docente principal en la Universidad Estatal de Bolívar. Guaranda, Ecuador.

   IV.            Licenciada en Ciencias de la Enfermería. Universidad Estatal de Bolívar. Guaranda, Ecuador.

Resumen

Los intentos autolíticos constituyen un problema de salud pública relevante a nivel mundial, con una creciente incidencia entre la población estudiantil. El presente estudio tiene como objetivo determinar la prevalencia de intentos autolíticos en estudiantes de la carrera de Enfermería de la Universidad Estatal de Bolívar. Se desarrolló una investigación de enfoque cuantitativo, analítico y descriptivo, con un diseño de campo no experimental. Como instrumento, se aplicó la escala de riesgo suicida de Plutchik a una muestra de 238 estudiantes. Los hallazgos revelaron que el 37,8% de los participantes reportó dificultades para conciliar el sueño, lo que podría afectar negativamente su salud física y mental. Además, el 39,5% manifestó temor a perder el control sobre sí mismos en determinadas situaciones. En cuanto al riesgo suicida, el 84,5% indicó no haber tenido intenciones suicidas, mientras que un preocupante 15,5% admitió haber intentado quitarse la vida. Se concluye que los factores que impactan la salud mental de los estudiantes de enfermería están vinculados principalmente con su entorno familiar y las demandas de su formación académica. Entre estos factores destacan las presiones familiares, como expectativas desmedidas y conflictos emocionales, que aumentan los niveles de estrés y ansiedad, afectando el bienestar integral del estudiante y generando desequilibrios en su salud mental (Sánchez & Rochina, 2024).

Palabras clave: Intentos autolíticos; estudiantes; prevalencia; riesgo suicida; salud mental.

 

Abstract

Self-harm attempts constitute a significant public health problem worldwide, with a growing incidence among the student population. The present study aims to determine the prevalence of self-harm attempts among nursing students at the State University of Bolívar. A quantitative, analytical, and descriptive study was conducted, with a non-experimental field design. The Plutchik Suicide Risk Scale was used as an instrument to assess the risk of suicide in a sample of 238 students. The findings revealed that 37.8% of participants reported difficulty falling asleep, which could negatively affect their physical and mental health. Furthermore, 39.5% expressed fear of losing control in certain situations. Regarding suicide risk, 84.5% reported not having had suicidal intentions, while a worrying 15.5% admitted to having attempted suicide. It is concluded that the factors that impact the mental health of nursing students are primarily linked to their family environment and the demands of their academic training. These factors include family pressures, such as excessive expectations and emotional conflicts, which increase stress and anxiety levels, affecting the student's overall well-being and generating imbalances in their mental health (Sánchez & Rochina, 2024).

Keywords: Suicide attempts; students; prevalence; suicide risk; mental health.

 

Resumo

A tentativa de suicídio é um problema significativo de saúde pública no mundo todo, com incidência crescente entre a população estudantil. O presente estudo tem como objetivo determinar a prevalência de tentativas de suicídio entre estudantes de enfermagem da Universidade Estadual Bolívar. Foi desenvolvida uma abordagem quantitativa, analítica e descritiva, com um delineamento de campo não experimental. Como instrumento, foi aplicada a escala de risco de suicídio de Plutchik a uma amostra de 238 estudantes. Os resultados revelaram que 37,8% dos participantes relataram dificuldade para adormecer, o que pode afetar negativamente sua saúde física e mental. Além disso, 39,5% expressaram medo de perder o controle sobre si mesmos em determinadas situações. Em relação ao risco de suicídio, 84,5% relataram não ter tido intenções suicidas, enquanto preocupantes 15,5% admitiram ter tentado suicídio. Conclui-se que os fatores que impactam a saúde mental dos estudantes de enfermagem estão ligados principalmente ao seu ambiente familiar e às exigências de sua formação acadêmica. Entre esses fatores estão as pressões familiares, como expectativas excessivas e conflitos emocionais, que aumentam os níveis de estresse e ansiedade, afetando o bem-estar geral do aluno e gerando desequilíbrios em sua saúde mental (Sánchez & Rochina, 2024).

Palavras-chave: Tentativas de suicídio; estudantes; prevalência; risco suicida; saúde mental.

 

Introducción

Los intentos autolíticos y el riesgo suicida representan un problema de salud pública global con consecuencias devastadoras tanto para las personas afectadas como para sus familias y comunidades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021), cada año, más de 700,000 personas mueren por suicidio, lo que lo posiciona como la cuarta causa de muerte en personas de 15 a 29 años. Además, se estima que por cada suicidio consumado, existen al menos 20 intentos fallidos, lo que amplifica la magnitud de esta problemática. La mayor parte de estas muertes ocurre en países de ingresos bajos y medios, donde el acceso a servicios de salud mental suele ser limitado (OMS, 2021).

En el contexto latinoamericano, la situación no es menos alarmante. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2021), entre 2015 y 2019, la región registró aproximadamente 98,000 muertes por suicidio, siendo los hombres los más afectados, con tasas tres veces superiores a las de las mujeres. En Ecuador, el suicidio se ha consolidado como una de las principales causas de mortalidad en jóvenes, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC, 2019), el 17,8% de las muertes en personas de 12 a 17 años se atribuye al suicidio, y estas cifras no han mostrado una tendencia a la baja en los últimos años (MINEDUC, 2023). Además, la evidencia sugiere que el acceso limitado a servicios especializados de salud mental en Ecuador contribuye a que estas cifras permanezcan elevadas (Mera & López, 2022).

En el ámbito universitario, los estudiantes de Enfermería constituyen una población especialmente vulnerable. Factores como la alta exigencia académica, la sobrecarga de responsabilidades, la falta de sueño y los desafíos emocionales asociados con la exposición a situaciones de sufrimiento y muerte en su formación profesional pueden generar niveles elevados de estrés, ansiedad y depresión (Pacheco et al., 2017). Estos elementos, sumados a problemáticas personales y familiares, incrementan el riesgo de conductas suicidas (Cantos & Mendoza, 2022). Un estudio reciente encontró que los estudiantes de ciencias de la salud presentan una alta prevalencia de ideación suicida y autolesiones, con cifras que oscilan entre el 11% y el 32% dependiendo del nivel de estudio y contexto específico (Guzmán, 2020; Ramirez, 2023). Adicionalmente, investigaciones como las de Herrera y Muñoz (2021) destacan que la falta de apoyo social y académico agrava estas problemáticas en estudiantes de salud.

La evidencia sugiere que variables psicológicas como la autoestima, la resiliencia y el locus de control desempeñan un papel determinante en el riesgo suicida. Según Astres et al. (2020), una baja autoestima y una limitada capacidad de adaptación a situaciones adversas correlacionan negativamente con el bienestar emocional de los estudiantes. Además, los individuos que presentan un locus de control externo, es decir, que perciben que las consecuencias de sus acciones dependen de factores externos fuera de su control, tienden a experimentar mayores niveles de desesperanza y desmotivación, lo que incrementa el riesgo de conductas autolesivas y suicidas. Lo anterior coincide con estudios realizados en Brasil, donde se identificó que la falta de resiliencia y el locus de control externo son predictores importantes de ideación suicida en universitarios (Silva et al., 2020).

Desde la perspectiva de la salud mental, la identificación de estos factores es crucial, ya que permite diseñar estrategias preventivas que respondan a las necesidades particulares de los estudiantes de Enfermería. En un estudio realizado en Ecuador, se destacó que las presiones familiares, las expectativas académicas desproporcionadas y los conflictos emocionales son factores que exacerban el estrés y la ansiedad en esta población, generando un desequilibrio en su bienestar integral (Bustos Toscano, 2018; Sánchez & Rochina, 2024). Por su parte, autores como Castro y Fernández (2023) subrayan que las intervenciones tempranas, enfocadas en fortalecer la salud mental a través de la educación y programas comunitarios, son esenciales para prevenir conductas autolíticas en jóvenes universitarios. Asimismo, el desarrollo de programas enfocados en fortalecer la autoestima y la resiliencia, así como en promover habilidades de afrontamiento saludable, se presenta como una solución efectiva para reducir el riesgo de conductas autolíticas (Cantos & Mendoza, 2022).

La relevancia de este estudio radica en su enfoque específico hacia la población estudiantil de Enfermería, quienes, por la naturaleza de su formación profesional, están expuestos a mayores niveles de vulnerabilidad emocional. Al comprender la relación entre la autoestima, la resiliencia y el locus de control con el riesgo de conductas suicidas, se pretende contribuir al desarrollo de intervenciones preventivas que fomenten el bienestar mental y emocional de los futuros profesionales de la salud.

 

Materiales y Métodos

La presente investigación se clasifica como un estudio descriptivo con enfoque cuantitativo, orientado a obtener información detallada sobre la prevalencia de intentos autolíticos en estudiantes de la Carrera de Enfermería de la Universidad Estatal de Bolívar. El objetivo principal fue identificar patrones y tendencias relacionadas con el riesgo suicida en esta población específica, lo que permitirá generar insumos para futuras intervenciones en el ámbito de la salud mental.

Se utilizó un diseño de campo no experimental con un corte transversal, en el cual los datos fueron recolectados en el contexto natural de los participantes durante el período de septiembre a diciembre de 2024. Este tipo de diseño resulta adecuado para analizar fenómenos que ya han ocurrido sin manipular las variables estudiadas, facilitando una observación objetiva de la realidad (Hernández Sampieri et al., 2019).

La población de estudio estuvo constituida por 625 estudiantes matriculados en la Carrera de Enfermería. Para determinar el tamaño de la muestra, se aplicó la fórmula para poblaciones finitas, con un margen de error del 5% y un nivel de confianza del 95%. El resultado fue una muestra representativa de 248 estudiantes, seleccionados mediante muestreo probabilístico. La fórmula utilizada fue:

Donde:

 N=625 (tamaño de la población)

Z=1.96Z = 1.96Z=1.96 (valor correspondiente al 95% de confianza)

 p=0.5p = 0.5p=0.5 (proporción esperada)

e=0.05e = 0.05e=0.05 (margen de error).

La recolección de datos se realizó a través de un cuestionario estructurado de 15 preguntas cerradas, administrado en línea mediante la plataforma Google Forms, facilitando la participación voluntaria y confidencial de los estudiantes. Como instrumento principal, se utilizó la Escala de Riesgo Suicida de Plutchik, ampliamente validada y reconocida por el Ministerio de Salud Pública del Ecuador. Esta escala evalúa factores emocionales y conductuales asociados al riesgo suicida, permitiendo identificar con precisión la prevalencia de conductas autolíticas en la población estudiada.

Los datos obtenidos fueron procesados y analizados utilizando el software SPSS (Statistical Package for the Social Sciences), el cual permitió realizar análisis descriptivos de frecuencias, porcentajes y correlaciones. Las respuestas fueron tabuladas y representadas en gráficos y tablas para facilitar su interpretación. Este análisis permitió identificar las características más relevantes del fenómeno estudiado, así como los factores asociados que podrían estar incidiendo en los intentos autolíticos.

El enfoque integral adoptado en esta investigación proporcionó una comprensión profunda de las variables relacionadas con el riesgo suicida en estudiantes de Enfermería, destacando la necesidad urgente de implementar intervenciones en salud mental que promuevan su bienestar emocional y psicológico.

 

Resultados

Los resultados obtenidos a partir de la Escala de Riesgo Suicida de Plutchik aplicada a 238 estudiantes de la Carrera de Enfermería de la Universidad Estatal de Bolívar que se muestran en la figura 1 permiten identificar indicadores relevantes relacionados con la salud mental de esta población.

 

Figura 1: Escala de Riesgo Suicida de Plutchik

Fuente: Autores, 2024

 

En lo referente a problemas de sueño, el 37,8% de los estudiantes reportó dificultades para conciliar el sueño, lo que podría relacionarse con niveles elevados de estrés y ansiedad propios de su formación académica. Sin embargo, el 93,3% indicó no depender de medicamentos como aspirinas o pastillas para dormir, lo que sugiere que la mayoría enfrenta estas dificultades sin recurrir a fármacos. Estas cifras coinciden con estudios previos, como los de Llivisaca y Cordero (2022), donde se registró un bajo uso de medicamentos en contextos universitarios, reforzando la necesidad de intervenciones no farmacológicas que mejoren el descanso y bienestar emocional.

En cuanto al control emocional, un 39,5% de los encuestados afirmó haber sentido en algún momento que podría perder el control sobre sí mismo. Esta situación refleja una vulnerabilidad significativa que podría estar vinculada con situaciones de estrés académico, presión emocional y desafíos personales. Del mismo modo, el 42,4% manifestó poco interés en relacionarse con otras personas, lo cual es preocupante, ya que el aislamiento social suele asociarse con síntomas de depresión y problemas de ansiedad social. A pesar de ello, el 57,6% de los encuestados sí mantiene interés en convivir con su entorno, lo que representa un factor protector importante.

Respecto a las percepciones sobre el futuro, se destaca que el 71,4% de los estudiantes mantiene una visión optimista, mientras que un 28,6% reporta pesimismo. Aunque la mayoría de la población encuestada proyecta esperanza sobre su futuro, el porcentaje restante sugiere que existen factores como problemas económicos, académicos o emocionales que afectan su perspectiva. Esta tendencia es consistente con otros estudios universitarios, como el de Toledo et al. (2023), que encontraron altos niveles de incertidumbre entre los estudiantes.

Por otro lado, más del 50% de los participantes experimentaron sentimientos negativos sobre sí mismos. El 53,8% expresó haberse sentido inútil o inservible, mientras que el 63,9% admitió haber tenido deseos de abandonarlo todo. Estos resultados son alarmantes, ya que evidencian problemas de autoestima y frustración que impactan directamente en el bienestar emocional y podrían convertirse en factores de riesgo para ideación suicida si no se abordan oportunamente.

En lo referente a la ideación y conducta suicida, el 20,6% de los encuestados manifestó haber considerado el suicidio en algún momento, y el 15,5% reconoció haber intentado quitarse la vida. Aunque la mayoría, un 79,4%, no ha experimentado pensamientos suicidas, los porcentajes obtenidos reflejan la existencia de un grupo vulnerable que requiere atención prioritaria. Estos hallazgos coinciden con investigaciones de Escobar et al. (2023), donde se reportó una prevalencia similar de ideación suicida en estudiantes universitarios, lo que pone de manifiesto que este problema no es aislado y requiere acciones preventivas urgentes.

Finalmente, el estudio también resalta la estabilidad emocional de una parte considerable de la población: el 97,1% indicó no sentirse deprimido al momento del estudio y el 96,6% afirmó no haber tenido deseos de dañar a otros, lo que refleja un manejo adecuado de las emociones en la mayoría de los encuestados. No obstante, la presencia de porcentajes menores pero significativos en los indicadores de ideación suicida, sentimientos de inutilidad y desesperanza, subraya la necesidad de estrategias de intervención temprana para fortalecer la salud mental y emocional de los estudiantes, así como promover un entorno académico que fomente la resiliencia y el bienestar.

 

Discusión

Los resultados permiten identificar patrones significativos relacionados con factores de riesgo y prevalencia de conductas autolíticas. La discusión de estos hallazgos se estructura en función de los objetivos de la investigación y se fundamenta en estudios previos, evidenciando tanto similitudes como diferencias relevantes.

En primer lugar, respecto al uso de fármacos para conciliar el sueño, los resultados muestran que el 93,3% de los estudiantes no consume medicamentos de este tipo, mientras que solo un 6,7% indicó que sí lo hace. Estos hallazgos coinciden con los estudios realizados por Llivisaca y Cordero (2022), quienes reportaron que el 82,5% de los participantes no recurría a medicamentos, y solo un pequeño porcentaje los utilizaba de manera ocasional. Sin embargo, en comparación con los datos de Tigrero et al. (2020) en la Universidad Estatal Península de Santa Elena, donde el 75% no usaba fármacos y el 6,67% lo hacía de forma ocasional, nuestro estudio presenta un menor consumo general. Esto sugiere que, aunque la dependencia de medicamentos no es alta, la dificultad para conciliar el sueño sigue siendo un problema significativo, reportado por el 37,8% de los estudiantes.

En cuanto a los sentimientos de inutilidad y fracaso, los resultados reflejan que más del 50% de los estudiantes enfrentan pensamientos negativos sobre sí mismos. El 53,8% señaló haberse sentido inútil o inservible, mientras que el 63,9% admitió haber experimentado deseos intensos de abandonar todo. Este panorama es alarmante, ya que refleja problemas de autoestima y una vulnerabilidad emocional considerable en los estudiantes de Enfermería, similar a lo encontrado por Macias y Alvarado (2022), donde el 67,9% de los estudiantes de Psicología compartían estos sentimientos. Estos datos destacan la necesidad urgente de estrategias que fomenten la resiliencia y el bienestar emocional.

Por otro lado, en relación con la ideación y los intentos suicidas, se identificó que el 20,6% de los estudiantes ha considerado suicidarse en algún momento, mientras que el 15,5% ha intentado quitarse la vida. Estos resultados, aunque preocupantes, se asemejan a los hallazgos de Fuenzalida et al. (2023) en la Universidad de Chile, donde la mitad de la población universitaria reportó ideación suicida no concretada. El hecho de que más del 15% haya realizado intentos autolíticos indica una situación crítica que debe ser abordada mediante intervenciones preventivas y detección temprana. Este problema también fue identificado por el departamento de bienestar estudiantil, que reportó casos de suicidios consumados vinculados a factores como problemas familiares, sentimentales y el consumo de sustancias.

Otro factor relevante es la pérdida de control emocional reportada por el 39,5% de los estudiantes, quienes admitieron sentirse incapaces de controlar sus emociones en determinadas situaciones. Aunque la mayoría no enfrenta este problema, una parte significativa de la población presenta vulnerabilidad emocional. Esta situación está relacionada con el estrés académico y la ansiedad, como lo evidencian estudios previos en contextos similares (Bravo et al., 2020), donde el 19,05% de los estudiantes expresó intenciones de lastimar a otra persona debido a sentimientos de enojo o frustración. En comparación, los resultados del presente estudio muestran que la mayoría de los encuestados maneja adecuadamente sus emociones, aunque persiste una minoría vulnerable.

Finalmente, los resultados sobre percepción del futuro muestran que el 71,4% de los estudiantes mantiene una visión optimista, mientras que un 28,6% reporta pesimismo. Aunque la mayoría tiene expectativas positivas, este último porcentaje no puede ser ignorado, ya que refleja la presencia de desesperanza, un factor clave en la aparición de intentos autolíticos. Estudios como los de Toledo et al. (2023) también reportaron niveles similares de pesimismo en estudiantes universitarios, vinculándolo con factores económicos y experiencias negativas acumuladas.

Propuesta de estrategia de prevención

La guía desarrollada (figura 2) como estrategia integral surge como una respuesta a la necesidad urgente de atender los intentos autolíticos en estudiantes universitarios, identificados a través de la investigación realizada en la Carrera de Enfermería de la Universidad Estatal de Bolívar. Este recurso tiene como principal propósito fortalecer la prevención temprana, proporcionando herramientas prácticas y educativas para la identificación de señales de alerta, evaluación del riesgo y ejecución de intervenciones oportunas.

El contenido de la guía está diseñado de manera modular, abordando temas esenciales como factores de riesgo, señales de alerta temprana, estrategias de intervención inmediata y acciones a largo plazo que fomenten el bienestar emocional y psicológico de los estudiantes. Además, incluye métodos de sensibilización para eliminar el estigma asociado a los problemas de salud mental, promoviendo un entorno académico seguro, empático y preparado para actuar ante situaciones críticas.

Con un enfoque preventivo y educativo, la guía propone el desarrollo de redes de apoyo, programas de autocuidado y el fortalecimiento de habilidades de afrontamiento, asegurando que tanto estudiantes como docentes y personal administrativo participen activamente en la protección de la salud mental de la comunidad universitaria. Su implementación no solo impactará positivamente en la reducción de conductas autolesivas, sino que también contribuirá a la formación de profesionales resilientes y comprometidos con el cuidado integral de la salud.

Figura 2: Portada de la guía educativa desarrollada

La siguiente tabla presenta de forma resumida la guía, que responde a los hallazgos críticos obtenidos en el estudio realizado entre agosto y noviembre de 2024. Los resultados reflejan cómo la guía aborda las necesidades identificadas en la población de riesgo y permite la aplicación práctica de intervenciones específicas enfocadas en la detección temprana, la intervención en crisis y la promoción del bienestar emocional.

 

Tabla 1: Secciones de la Guía Educativa

 

Conclusiones

La investigación sobre los intentos autolíticos en estudiantes de la Carrera de Enfermería de la Universidad Estatal de Bolívar pone en evidencia una situación crítica que impacta directamente en el bienestar emocional y psicológico de los futuros profesionales de la salud. Los resultados obtenidos a través de la Escala de Riesgo Suicida de Plutchik revelan que un porcentaje significativo de los estudiantes ha manifestado pensamientos autolesivos, con un 15,5% que admitió haber intentado suicidarse y un 20,6% que reportó ideación suicida en algún momento de su formación. Estos datos reflejan la urgente necesidad de intervención en esta población estudiantil.

Los principales factores de riesgo identificados incluyen problemas de sueño, sentimientos de inutilidad, falta de control emocional y estrés académico. La combinación de estos elementos, sumada a las exigencias propias de la formación en enfermería, crea un entorno que puede incrementar la vulnerabilidad psicológica. Las dificultades para conciliar el sueño reportadas por el 37,8% de los estudiantes, así como las emociones de inutilidad manifestadas por el 53,8%, son indicadores claros de la afectación a su salud mental.

La guía educativa desarrollada como producto de este estudio proporciona un enfoque integral para la prevención, identificación temprana y manejo de situaciones de riesgo, proponiendo estrategias específicas de intervención y fomento de factores protectores. Estas acciones incluyen la capacitación del personal docente, la implementación de entrevistas clínicas y planes de seguridad, y la creación de redes de apoyo que promuevan un entorno universitario seguro y empático. La sensibilización comunitaria también juega un papel crucial, ya que contribuye a la eliminación del estigma asociado a los problemas de salud mental y facilita el acceso a recursos de ayuda.

También, la atención a los intentos autolíticos no solo implica identificar y actuar sobre los factores de riesgo existentes, sino también fomentar un clima académico que priorice el cuidado integral de la salud mental de los estudiantes. La prevención y la intervención temprana, en conjunto con la educación emocional y la creación de sistemas de apoyo, resultan fundamentales para reducir la incidencia de estas conductas y promover el bienestar general de la comunidad universitaria.

Finalmente, es necesario que las autoridades universitarias implementen la Guía de Estrategias de Prevención en el entorno académico, incorporándola como un recurso obligatorio en la formación de estudiantes y docentes. La capacitación constante en detección de señales de alerta y el fortalecimiento de protocolos de derivación a servicios especializados deben ser prioridad. Además, se recomienda crear un programa de seguimiento continuo para los estudiantes identificados en riesgo, a fin de brindarles apoyo emocional y psicológico oportuno. Finalmente, es fundamental promover campañas de sensibilización y educación comunitaria para eliminar el estigma en torno a la salud mental y fomentar la búsqueda de ayuda como un acto de fortaleza y autocuidado.

 

Referencias

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