El Humanismo Pedagógico de San José de Calasanz en la educación del siglo XXI

 

The Pedagogical Humanism of Saint Joseph Calasanz in 21st-century education

 

O Humanismo Pedagógico de São José de Calasanz na educação do século XXI

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correspondencia: ljerira.fes@unach.edu.ec

 

 

Ciencias de la Educación

Artículo de Investigación

 

 

 

* Recibido: 17 de marzo de 2025 *Aceptado: 12 de abril de 2025 * Publicado:  06 de mayo de 2025

 

        I.            Universidad Nacional de Chimborazo, Riobamba, Ecuador.

      II.            Universidad Nacional de Chimborazo, Riobamba, Ecuador.

Resumen

Este estudio de carácter fenomenológico, explora las experiencias y percepciones de docentes y directivos de instituciones escolapias en México, Argentina, Chile, Bolivia y Ecuador en relación con la vigencia del humanismo pedagógico de San José de Calasanz en el contexto educativo contemporáneo. Se aplicó entrevistas semiestructuradas, que describen cómo se manifiestan los principios del modelo calasancio en la práctica educativa, considerando las dimensiones pedagógica, espiritual, comunitaria y social.  Los resultados evidencian una valoración positiva en el enfoque calasancio, especialmente por su compromiso con la formación integral, la inclusión, la vivencia de la fe y la transformación social. No obstante, también se identifican desafíos relacionados con el fortalecimiento de la identidad institucional y la atención a contextos adversos. Concluyendo que, el legado de San José de Calasanz continúa siendo una referencia significativa en la educación actual, y que el humanismo pedagógico calasancio conserva plena vigencia., especialmente en contextos marcados por la desigualdad. La experiencia docente permitió formular estrategias de fortalecimiento de esta propuesta reafirmando su carácter transformador y su compromiso con una educación accesible para todos.

Palabras clave: Humanismo; Calasanz; formación integral; pedagogía; educación.

 

Abstract

This phenomenological study explores the experiences and perceptions of teachers and administrators at Piarist institutions in Mexico, Argentina, Chile, Bolivia, and Ecuador regarding the relevance of Saint Joseph Calasanz's pedagogical humanism in the contemporary educational context. Semi-structured interviews were conducted, which describe how the principles of the Calasanzian model are manifested in educational practice, considering the pedagogical, spiritual, communal, and social dimensions. The results demonstrate a positive assessment of the Calasanzian approach, especially for its commitment to holistic education, inclusion, faith experience, and social transformation. However, challenges related to strengthening institutional identity and addressing adverse contexts are also identified. The conclusion is that the legacy of Saint Joseph Calasanz continues to be a significant reference in contemporary education, and that Calasanzian pedagogical humanism remains fully relevant, especially in contexts marked by inequality. Teaching experience allowed us to develop strategies to strengthen this approach, reaffirming its transformative nature and its commitment to education accessible to all.

Keywords: Humanism; Calasanz; comprehensive education; pedagogy; education.

 

Resumo

Este estudo fenomenológico explora as experiências e percepções de professores e administradores de instituições escolápias no México, Argentina, Chile, Bolívia e Equador a respeito da relevância do humanismo pedagógico de São José de Calasanz no contexto educacional contemporâneo. Foram realizadas entrevistas semiestruturadas, descrevendo como os princípios do modelo Calasanctiano se manifestam na prática educativa, considerando as dimensões pedagógica, espiritual, comunitária e social.  Os resultados mostram uma avaliação positiva da abordagem Calasanctiana, especialmente por seu compromisso com a educação abrangente, inclusão, experiência de fé e transformação social. No entanto, também são identificados desafios relacionados ao fortalecimento da identidade institucional e ao enfrentamento de contextos adversos. Concluindo, o legado de São José Calasanz continua sendo uma referência significativa na educação atual, e o humanismo pedagógico de Calasanz continua plenamente atual, especialmente em contextos marcados pela desigualdade. A experiência docente nos permitiu desenvolver estratégias para fortalecer esta proposta, reafirmando seu caráter transformador e seu compromisso com uma educação acessível a todos.

Palavras-chave: Humanismo; Calasanz; treinamento abrangente; pedagogia; educação.

 

Introducción

En el contexto educativo del siglo XXI, las instituciones educativas se enfrentan a una serie de desafíos complejos derivados de la globalización, el avance de la tecnología, y la diversidad cultural. Como señala Delval (2013) “la escuela, más que transmitir unos conocimientos bien establecidos, tiene que enseñar a aprender y a adaptarse a situaciones cambiantes” (p. 4). En este marco el humanismo pedagógico de San José de Calasanz, desarrollado en el siglo XVII, de acuerdo con  Moreno Camuñas (2001) sigue siendo un referente por su enfoque de dignidad y principios como la autonomía, la libertad, la dignitas, hominis y la virtus, aspectos fundamentales de la reflexión y la vida del ser humano.

Aunque el humanismo calasancio ha sido tan reconocido, su aplicación en las Escuelas Pías de América del Sur en la actualidad requiere un análisis más profundo. Este artículo tiene como objetivo valorar de la vigencia del humanismo calasancio como un modelo educativo capaz de responder de manera efectiva a los desafíos actuales, promoviendo una educación más humanista e inclusiva basada en una formación integral orientada a la transformación social.

Para ello se llevó a cabo una revisión bibliográfica analizando la vigencia del humanismo pedagógico en la educación contemporánea que permita destacar su vigencia en la transformación social, y su relación con el humanismo calasancio. Además, se explora la percepción de docentes y directivos en México, Argentina, Chile, Bolivia y Ecuador mediante entrevistas semiestructuradas, con el fin de comprender cómo las dimensiones fundamentales de la educación escolapia – pedagógica, comunitaria, espiritual y social – se manifiestan en la práctica educativa. A partir de estos análisis, el estudio formula estrategias para fortalecer y actualizar el humanismo calasancio en la educación escolapia, garantizando su relevancia en el contexto actual.

Este artículo tiene como objetivo valorar de la vigencia del humanismo calasancio como un modelo educativo capaz de responder de manera efectiva a los desafíos actuales, promoviendo una educación más humanista e inclusiva basada en una formación integral orientada a la transformación social.

Pedagogía Humanista

La pedagogía humanista trasciende el enfoque romántico al considerar que la naturaleza humana presenta defectos internos que requieren intervención externa para ser superados. Desde esta perspectiva, la educación, no solo debe fomentar los aspectos positivos del individuo, sino también limitar el egocentrismo y la pasividad, mediante una “coacción estimuladora” que guíe al estudiante hacia el desarrollo de una disciplina intelectual y hábitos de trabajos constantes (Rodríguez, 2013). Asimismo, promueve una orientación ética que supere el relativismo y el hedonismo, guiando al estudiante hacia ideales superiores y desinteresados, en oposición a los métodos contemporáneos de educación en valores, al abogar por una formación de carácter basada en la realización de valores universales (Rodríguez, 2013)

San José de Calasanz

San José de Calasanz (1557-1648) fue un pionero en la promoción de una educación universal, gratuita y cristiana. Con una sólida formación en gramática, leyes y teología, su visión educativa estuvo profundamente influenciada por la espiritualidad, priorizando tanto la instrucción académica como el desarrollo moral y espiritual de los niños, especialmente de los más desfavorecidos (Giner Guerri, 1985)

En 1579, su compromiso con la educación lo llevó a fundar en Roma la primera escuela para niños pobres, dando origen a las Escuelas Pías. Estas instituciones representan una respuesta innovadora a la desigualdad social y falta de acceso a la educación, promoviendo un modelo pedagógico basado en el humanismo cristiano. Calasanz entendía la educación como una herramienta de transformación social y reforma cristiana, buscaba, no solo instruir sino abordar las causas estructurales de la pobreza y la exclusión para la “promoción social de los pobres y de reforma cristiana de la sociedad ”(Giner Guerri, 1985).  

Humanismo calasancio

San José de Calasanz concibió la educación como un proceso integral, que va más allá de la instrucción académica, considerándola como un “arma social” para combatir la injusticia y empoderar a los marginados de los sectores más vulnerables (Corzo, 2019). Su propuesta educativa, que da origen a la tradición escolapia, encuentra resonancia con el pensamiento de Paulo Freire y Lorenzo Milani, al comprender la educación como un medio de emancipación social. Para Calasanz, la formación debía abarcar el desarrollo intelectual, ético, espiritual y comunitario del individuo, evitando que la educación fuera un privilegio de élites, y promoviendo su acceso como un derecho y herramienta de transformación social.

Desde esta perspectiva el Humanismo Pedagógico Calasancio se define como una propuesta educativa integral, inspirada en la vida y obra de San José de Calasanz, que coloca al niño como centro del proceso formativo, reconociendo su dignidad y procurando su desarrollo integral (Congregación General, 1999). Este promueve el desarrollo de la libertad, espiritualidad, conocimiento y compromiso con la realidad social (Esquivel, 2022). Su núcleo se expresa en el principio de “piedad y letras” entendido como la formación armónica entre a dimensión espiritual y la académica. Así, se apuesta por una escuela abierta a todos sin distinción y orientada a formar personas capaces de incidir en la realidad desde los valores del evangelio y de la justicia social (Ferris, 2008).

Escuelas Pías

Durante los siglos XVI y XVII, el acceso a la educación en Europa estaba restringido a las clases acomodadas, dejando a una gran parte de la infancia marginada. En ese contexto, San José de Calasanz fundó en 1597 la primera escuela gratuita para niños pobres en el Trastévere, en Roma. Esta iniciativa surgió tras su experiencia pastoral en la ciudad, donde observó la falta de instrucción entre los sectores más vulnerables (Giner Guerri, 1985).

La escuela del Trastévere marcó el inicio de las Escuelas Pías, una propuesta educativa centrada en la gratuidad, la universalidad y la formación integral. Además de la enseñanza básica de lectura, escritura y aritmética, el modelo calasancio incorporaba valores religiosos, morales y sociales, con el propósito de preparar a los estudiantes para una vida útil y virtuosa (Lezáun, 2010).

En América, las Escuelas Pías se establecieron entre los siglos XIX y XX como respuesta a la creciente demanda educativa y al interés colonial por difundir valores europeos. Iniciaron su labor en Cuba y se expandieron a países como Argentina, Chile, Colombia, México y Estados Unidos. Enfrentaron dificultades como la escasez de personal religioso y la resistencia cultural local. A lo largo del siglo XX, estas instituciones se adaptaron a los cambios sociales y culturales, orientando su misión hacia la formación en valores y una educación integral (Buenaventura, 2017).

Actualmente, las Escuelas Pías están presentes en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Estas comunidades educativas permanecen fieles al legado de San José de Calasanz, adaptando su misión a los retos y demandas de la educación contemporánea en la región.

Las dimensiones fundamentales de la educación escolapia

El humanismo calasancio se estructura sobre cuatro dimensiones fundamentales que integran un enfoque educativo holístico: pedagógica, espiritual, social y comunitaria. Cada una de estas dimensiones juega un papel crucial en el desarrollo integral del individuo dentro del contexto educativo.

Dimensión Pedagógica: centrada en la personalización el proceso educativo, adaptando las estrategias de enseñanza a las necesidades y potencialidades de cada estudiante. Desde el estilo calasancio “debemos personalizar al máximo nuestra actividad educativo-pastoral-académica y encontrar el método que a cada educando le conviene. Igualmente tendremos que establecer en nuestras aulas, una diversificación de los aprendizajes” (Congregación General, 1999,p.48-49).

Dimensión Espiritual: es un componente central del humanismo calasancio, que promueve una educación basada en valores cristianos y una cosmovisión que fomenta la conexión del individuo con su fe y con su entorno. Esto se refleja en la propuesta de ofrecer “una cosmovisión y una filosofía de la vida abierta al mundo y a la historia desde el fundamento que nos da el proyecto de Jesús, el Reino de Dios”(Congregación General, 1999, p.46).

Dimensión Social: enfatiza la responsabilidad del individuo hacia la comunidad y el mundo. Esta perspectiva busca “formar personas críticas, comprometidas con el progreso social, la justicia y la paz” (Congregación General, 1999, p.46).

Dimensión Comunitaria: resalta la importancia de la participación y colaboración dentro de la comunidad educativa. Se promueve un ambiente inclusivo donde cada miembro se siente valorado y motivado a contribuir con el bienestar colectivo promoviendo “acciones-signo de ayuda y servicio que vayan induciendo al estudiante a compromisos más amplios y orgánicos” (Congregación General, 1999, p. 46).

 

Materiales y métodos

Para analizar la vigencia del humanismo pedagógico de San José de Calasanz en la educación contemporánea, se empleó un enfoque cualitativo con diseño fenomenológico. La fenomenología ha influido significativamente en las ciencias sociales y la educación, estableciendo un marco metodológico que permite comprender la experiencia humana desde una perspectiva estructurada. Autores como Schutz (1967) y Gurwitsch (2019) han explorado su aplicación en la sociología y la psicología, respectivamente, mientras que Strasser (1963) propuso un enfoque que trasciende el objetivismo y el subjetivismo en la investigación científica. En el ámbito educativo, Fullat (1990) sostiene que el método fenomenológico es clave para esclarecer la esencia del acto educativo (J. Aguirre & Jaramillo, 2012). Como señala (Fuster, 2019), el método fenomenológico “admite explorar en la conciencia de la persona, es decir, entender la esencia misma, el modo de percibir la vida a través de experiencias, los significados que las rodean y son definidas en la vida psíquica del individuo” (p. 205).

Esta investigación se llevó a cabo mediante entrevistas semi estructuradas a seis participantes, dos sacerdotes escolapios, directivos de instituciones en México y Ecuador, así como cuatro docentes y directivos de Escuelas Pías en Bolivia, Chile, Argentina y Ecuador. La selección de participantes se realizó mediante muestreo intencional, una estrategia común en estudios cualitativos donde se busca obtener información de sujetos con experiencia significativa en el fenómeno de estudio (Patton, 2002).

En este caso se priorizó a aquellos con amplia trayectoria en educación calasancia y roles de liderazgo pedagógico, lo que permitió obtener una visión experta y fundamentada sobre la aplicación del humanismo pedagógico calasancio en diversos contextos educativos. (Tabla 1).

 

Tabla 1: Perfil de los entrevistados

Elaborado por: (Erira, 2025)

 

Las entrevistas fueron conducidas de forma presencial y virtual, con una duración aproximada de 45 a 60 minutos cada una. Se diseñó una guía de preguntas enfocadas en el humanismo pedagógico calasancio, la integración de “Piedad y Letras” en la educación actual, los desafíos y oportunidades en la implementación del modelo escolapio y las estrategias de innovación educativa en el contexto contemporáneo.

El análisis de datos se llevó a cabo mediante el análisis temático propuesto por Braun y Clarke (2006), el cual consta de seis fases: (1) familiarización con los datos, (2) generación de códigos iniciales, (3) búsqueda de temas, (4) revisión de temas (5) definición y nombramiento de los temas, y (6) elaboración del informe. La codificación y categorización se realizó de manera manual, con el fin de garantizar la interpretación profunda de testimonios. Se establecieron criterios de triangulación para validar hallazgos, contrastando las entrevistas con la literatura existente y los registros de observación.

La revisión bibliográfica se centra en la pedagogía humanista y la educación calasancia, proporcionando el marco teórico que sustenta el análisis. La observación participante se realizó durante la etapa presencial del curso de liderazgo escolapio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) efectuado entre el 11 y el 16 de marzo de 2024, ejemplifica la aplicación de los principios del humanismo pedagógico de San José de Calasanz. Organizado por el Secretariado General para un ministerio insustituible, reunió a 49 participantes de 17 demarcaciones y 18 nacionalidades evidenciando la dimensión internacional y diversa de la comunidad escolapia. Este evento permitió documentar dinámicas y actividades alineadas con los principios de piedad y letras, metodologías de interacción entre docentes y alumnos, así como estrategias pedagógicas implementadas en el aula, con el fin de contextualizar los testimonios obtenidos en las entrevistas.

 

Resultados y discusión

La revisión sistemática bibliográfica evidenció patrones comunes, métodos pedagógicos y vínculos significativos entre el humanismo pedagógico y el cambio social, con puntos de convergencia alineados con las dimensiones propias de la educación escolapia. (Tabla 2)

 

Tabla 2: Humanismo Pedagógico y Educación Calasancia

Elaborado por: (Erira, 2025)

 

Las fuentes analizadas, publicadas entre 1999 y 2024, evidencian que el humanismo pedagógico y el humanismo calasancio se fundamentan en el reconocimiento de la dignidad humana, el compromiso ético y la promoción de una educación integral, inclusiva y transformadora (Esquivel, 2022; Ferris, 2008; Romero, 2024; Soler & Vilanou, 2001).

Autores como (Romero, 2024) y (Solís, 2019) resaltan la necesidad de que los docentes reconozcan las necesidades individuales de los estudiantes, generando ambientes de aprendizaje empáticos, donde el ser humano se sienta acogido y valorado. Esta visión coincide con la propuesta calasancia de formar desde dentro apostando por el desarrollo de capacidades afectivas y sociales (Congregación General, 1999).

Por otro lado, (Esquivel, 2022) y (Patiño & López, 2022) coinciden en la necesidad de una educación humanista como una convicción ética basada en la dignidad humana y la libertad, orientada a la transformación del entorno. Estos enfoques permiten comprender como la educación calasancia asume el compromiso social como un pilar de su propuesta, al formar personas capaces de incidir críticamente en la realidad.

La investigación de (Soler & Vilanou, 2001) propone una reconfiguración del saber pedagógico desde una mirada interdisciplinar, que dialogue con otras ciencias humanas. Este planteamiento se ve reflejado en la dimensión de innovación educativa dentro del humanismo calasancio, capaz de adaptarse a los desafíos del presente sin perder su raíz humanista y evangelizadora (Congregación General, 1999)

Asimismo la propuesta de (Ferris, 2008) sitúa el desarrollo armónico de las dimensiones intelectual, moral y espiritual, articulado en el principio calasancio de  “piedad y letras” como síntesis pedagógica entre formación académica y formación espiritual. Esta dimensión sigue siendo vigente en los planteamientos actuales sobre educación integral.  En al menos 90% de las investigaciones analizadas se plasma la correlación directa entre la implementación de valores humanistas en el aula y el desarrollo del razonamiento reflexivo, empatía y la responsabilidad ciudadana de los estudiantes.

Finalmente, autores como (Navarro & Gonzáles, 2023) refuerzan la noción de una educación evangelizadora que integre valores, afectividad y pensamiento crítico, en consonancia con los postulados calasancios que buscan educar a todos y evangelizar. Esta visión sintetiza la educación integral como eje articulador entre el humanismo pedagógico y cu concreción en la pedagogía calasancia.

Percepción de los representantes educativos de México y Ecuador sobre la vigencia del humanismo calasancio

La aplicación de entrevistas semiestructuradas a Sacerdotes Escolapios Julio Alberto Álvarez de México y Martín Gondra de Ecuador ha permitido identificar cuatro categorías de análisis: educación integral, espiritualidad, compromiso social e inclusión y diversidad. Estas categorías emergentes están incluidas en las dimensiones fundamentales en la educación escolapia reflejan el carácter distintivo del modelo pedagógico inspirado en San José de Calasanz y su aplicabilidad en la práctica educativa contemporánea. (Tabla 3).

 

 

 

 

Tabla 3: Humanismo Pedagógico Calasancio, según sacerdotes escolapios de México y Ecuador

Elaborado por: (Erira, 2025)

 

Los resultados evidencian que la dimensión pedagógica del humanismo calasancio no se limita a la enseñanza de conocimientos académicos, sino que enfatiza una educación integral entre el desarrollo intelectual, emocional y espiritual del estudiante. Ambos entrevistados coinciden en que la educación integral es un pilar fundamental de su labor, en ese sentido Martin Gondra representante de Ecuador señala: "Hemos pasado del esquema tradicional del aula a diversos programas sociales, siempre con el mismo carisma de 'Piedad y Letras' y con el niño como centro de este humanismo” (Gondra, 2025, comunicación personal, 16 de enero de 2025).

Por su parte, Julio Álvarez, representante de México, refuerza esta perspectiva al destacar que San José de Calasanz, aunque no formuló una teoría pedagógica estructurada, tuvo intuiciones clave sobre la importancia del cuidado del niño y su desarrollo integral: "Si bien él no manejaba las categorías que ahora nosotros utilizamos para describir el acto pedagógico, Calasanz, en la práctica, tenía muchas intuiciones respecto al trato del alumno, al cuidado del niño” (Álvarez, 2024, comunicación personal, 23 de diciembre de 2024).

Nos permite comprender que, la educación calasancia ha sabido responder a este enfoque integral mediante un modelo progresivo y personalizado que ajusta los itinerarios pedagógicos a las capacidades individuales, integrando la formación religiosa como parte esencial del aprendizaje (Conci, 2023).  De la misma manera, incorpora estrategias de evaluación y orientación profesional que garantizan un aprendizaje disciplinado y coherente con sus principios educativos (Ferrer, 2017).

En su dimensión espiritual los hallazgos fundamentales de esta investigación reflejan la intención de formar en espiritualidad a personas con una fe activa que se traduzca en valores y acciones concretas.  Martín Gondra resalta la necesidad de una espiritualidad aplicada a la vida cotidiana: "No se trata solo de rezar en el templo, sino de ser solidarios y hacer el bien a los más necesitados” ​ (Gondra, 2025, comunicación personal, 16 de enero de 2025).

Complementará Julio Álvarez enfatizando en que el papel de la educación en la transformación de la fe tiene sus orígenes desde la fundación de las Escuelas Pías a través de la enseñanza de la lectura y escritura directamente vinculada con la enseñanza del catecismo. “El niño pobre, como no tenía derecho a ir a una escuela, ni tenía recursos para pagar otra, ¿cómo aprendía catecismo? Pues en esa iglesia se les enseñaba a leer y escribir para poder entender el catecismo” (Álvarez, 2024, comunicación personal, 23 de diciembre de 2024).

Según (Martínez, 2022) pueden identificarse tres modelos predominantes en la educación religiosa: el confesional confesante, el confesional no confesante y el no confesional no confesante. En este sentido, el modelo escolapio se inscribiría dentro del confesional no confesante debido a que, si bien sus contenidos están impregnados de una visión religiosa, no se busca la adhesión forzada de una confesionalidad específica. Este modelo permite la inclusión de estudiantes con diversas creencias sin que ello implique una renuncia a la formación en valores cristianos.

A pesar de que la formación espiritual es un eje fundamental en la educación calasancia, no puede aplicarse en todos los centros sin reconocer sus contextos, por ejemplo, un estudio sobre la Educación Religiosa Escolar Católica (EREC) en Chile en el año 2022 expone que, esta enseñanza es reconocida por la comunidad escolar como como un capital pedagógico, social y cultural, ya que proporciona herramientas para el trabajo en equipo, la resolución de conflictos y la comprensión de la vida en comunidad. Además, la EREC cumple con el mandato de la Ley General de Educación al fomentar la transmisión y cultivo de valores, fortaleciendo así una visión de la educación que no solo instruye, sino que también forma ciudadanos capaces de reflexionar sobre su posición en el mundo y su responsabilidad dentro de la sociedad (Núñez & Jaramillo, 2022).

Cabe mencionar que Bolivia y Chile cuentan con habilitación legal y un perfil curricular para la enseñanza de religión en la escuela pública. En Argentina, solo se aplica la provincia de Tucumán. El caso de Ecuador, la enseñanza de religión no está incluida en la escuela pública; sin embargo, la Conferencia Episcopal ha desarrollado estándares y programas de estudio para la educación religiosa en instituciones educativas católicas (Martínez, 2022).

Los resultados también indican que la educación escolapia en su dimensión social mantiene un compromiso social por formar ciudadanos críticos y comprometidos con la transformación de su entorno. Una enseñanza que no se oriente únicamente al crecimiento individual. Martin Gondra destaca la relación entre la educación y la justicia social haciéndose eco de las palabras del mismo San José de Calasanz: "Si educamos diligentemente a un niño en su más tierna edad, podemos esperar con cierta seguridad que se convierta en un hombre o una mujer positivos para la sociedad.” (Gondra, 2025, comunicación personal, 16 de enero de 2025).

Por su parte Julio Álvarez resalta la razón social de las Escuelas Pías para generar un impacto significativo en la vida de los estudiantes: "Calasanz nunca escribió un tratado pedagógico formal, su visión educativa surge de 'la experiencia, de la acumulación de los años'... En este contexto, escribió el Memorial al Cardenal Tonti con el propósito de defender la estabilidad de la congregación de las Escuelas Pías, como ves, no fue una razón pedagógica, fue una razón social. Su objetivo era garantizar que siempre hubiera un maestro en el aula, para que la orden tuviera una perpetuidad en el tiempo, para que el religioso hiciera voto solemne y se garantizara el servicio a los niños” (Álvarez, 2024, comunicación personal, 23 de diciembre de 2024).

En el Memorial al Cardenal Tonti, San José de Calasanz resalta que la educación de los jóvenes es clave para la reforma social, al ser un medio para prevenir vicios y promover una sociedad más justa, influyendo tanto en el desarrollo personal como en la vida cívica de los futuros ciudadanos. En este documento esperaba que la congregación se elevara a orden religiosa y defendía con total convicción la dignidad, la importancia y el valor de la labor educativa, afirmando ser:

Muy meritorio, por establecer y poner en práctica con plenitud de caridad en la Iglesia, un remedio preventivo y curativo del mal, inductor e iluminador para el bien, destinado a todos los muchachos de cualquier condición -y, por tanto, a todos los hombres, que pasan primero por esa edad- mediante las letras y el espíritu, las buenas costumbres y maneras, la luz de Dios y del mundo...

Muy beneficioso, por ayudar a todos en todo: sin ninguna acepción de personas y, por tanto, suministrando lo necesario y haciendo pedagogos de todos los niños, incluso acompañándolos hasta sus propias casas (Calasanz, 1621, pág. 5)

Finalmente, en base a la dimensión comunitaria, la educación escolapia se encuentra atenta a la inclusión y la diversidad. Ambos entrevistados destacan que las instituciones con estilo calasancio han sido pioneras en la construcción de espacios educativos abiertos a todos los sectores sociales, evitando la discriminación y fomentando la equidad. Martin Gondra expone un ejemplo concreto de cómo esta visión se materializa en su institución: "Nunca en Santo Domingo hemos expulsado a un estudiante [...] Un pequeño signo de aplicación práctica del humanismo de Calasanz” (Gondra, 2025, comunicación personal, 16 de enero de 2025).

Por su parte Julio Álvarez, destaca que la inclusión ha sido un principio fundacional de las Escuelas Pías, las cuales desde sus inicios acogieron a estudiantes de distintos estratos sociales, desafiándolas normas establecidas de exclusión educativa: "Sus escuelas, posiblemente las Escuelas Pías en sus tiempos también acogían a ricos de otras clases sociales. El hecho de que la primera escuela popular cristiana gratuita del mundo se situara en el centro de Roma ya es un signo geográfico” (Álvarez, 2024, comunicación personal, 23 de diciembre de 2024).

Estos resultados son afines a estudios sobre inclusión educativa, visto como un reto, como lo afirma (I. Aguirre, 2024) implica "comprender la compleja ecología de los sistemas educativos, así como los diversos actores y procesos socioculturales, históricos y económicos que los constituyen y transforman" (p. 35). Es entonces un camino en constante evolución, donde distintas fuerzas pueden impulsar el cambio o mantener estructuras existentes.

Para (Delgado et al., 2022) "la educación inclusiva debe examinarse como un principio de cambio que atiende a todos los estudiantes y considera las diferencias sociales, interculturales y personales para evitar la segregación del servicio educativo” (p.28). Sin embargo, su implementación enfrenta desafíos en contextos donde predominan modelos educativos individualistas y autoritarios, como en Chile, donde la cultura escolar tradicional dificulta la adopción de una pedagogía basada en la autonomía y el respeto a la diversidad (Mena et al., 2008).

 

Percepción de los representantes educativos Argentina, Chile, Bolivia y Ecuador sobre la vigencia del humanismo calasancio

Los Docentes y directivos escolapios; Claudia Mayorga representante de Chile, Virginia Montini representante de Argentina, Dalsy Espinoza representante de Bolivia y Diego Alvarado docente de Ecuador a partir de sus entrevistas permitieron identificar las siguientes categorías: educación integral, piedad y letras en la práctica educativa, inclusión y diversidad, compromiso social e innovaciones en la enseñanza calasancia. (Tabla 4).

 

Tabla 4: El Humanismo Pedagógico Calasancio en Chile, Argentina, Bolivia y Ecuador

Elaborado por: (Erira, 2025)

 

Los entrevistados resaltan la importancia de una experiencia educativa fundamentada en el humanismo pedagógico de San José de Calasanz que coloca al niño en el centro del proceso de aprendizaje, la dimensión pedagógica de este modelo promueve el desarrollo de todas sus capacidades para lograr una formación integral que abarque tanto el desarrollo académico como personal y espiritual. Al respecto Virginia Montini, representante de Argentina subraya esta visión al indicar que: "El estudio de los clásicos no se hace para darse aires de culto (…) sino buscando desarrollar todas las dimensiones de la persona" (Montini, 2025, comunicación personal, 23 de febrero de 2025).

Sobre la misma temática, Claudia Mayorga, representante de Chile expresa: “los proyectos académicos interdisciplinarios se considera tanto la formación académica como la formación valórica y pastoral. No se concibe una actividad sin que ambas dimensiones estén integradas” (Mayorga, 2025, comunicación personal, 15 de enero de 2025).

Por lo expuesto, la educación no puede entenderse únicamente como un proceso objetivo de adquisición de conocimientos, sino como una vivencia subjetiva en la que los estudiantes experimentan el aprendizaje como una oportunidad de crecimiento personal. Pues como lo menciona (Montoya, 2024) “la clave del éxito en el desempeño de cada individuo, que finalmente se podría sumar a la sociedad como un ente de desarrollo integral, que a su vez contribuya al desarrollo del colectivo” (p.157). En este sentido, la escuela se concibe no solo como un espacio de instrucción, sino como un ámbito de transformación existencial, donde los valores, la cultura y la ética se incorporan en la experiencia formativa del estudiante.

La educación calasancia en su enfoque de formación integral, concibe a cada estudiante como un proyecto humano único, destinado a desarrollarse plenamente. Como señala (Buenaventura, 2017) “cada niño y cada muchacho que pasa por las escuelas es un proyecto humano que debe desarrollarse, asumir sus capacidades y dirigir sus esfuerzos hacia un compromiso por un mañana mejor” (p. 242). Este modelo de formación busca formar ciudadanos responsables y comprometidos con el bienestar de sus comunidades y con los retos de la sociedad global.

La piedad y letras en la práctica educativa como rasgo distintivo de la educación escolapia, permite comprender la dimensión espiritual como un eje articulador del aprendizaje. Dalsy Espinoza, representante de Bolivia, enfatiza esta relación al afirmar que: "Desde la pedagogía escolapia buscamos integrar el crecimiento espiritual y académico." (Espinoza, 2025, comunicación personal, 18 de enero de 2025).

Por su parte Diego Alvarado, representante de Ecuador, explica lo siguiente:  "La Piedad se logra a través de la formación en valores, la oración continua, misas voluntarias, tutorías y una convivencia basada en el respeto y la empatía, mientras que las Letras se reflejan en la excelencia académica y el pensamiento crítico." (Alvarado, 2025, comunicación personal, 10 de febrero de 2025).

Claudia Mayorga, expone también un ejemplo: “La "Salida Solidaria", que inicialmente se basaba en la piedad, pero que ahora se ha transformado en un proyecto de aprendizaje y servicio, con fundamentos de investigación que permiten a los estudiantes identificar necesidades sociales y proponer soluciones desde el currículo” (Mayorga, 2025, comunicación personal, 15 de enero de 2025).

Estas afirmaciones permiten interpretar que la espiritualidad en la educación escolapia no es una imposición dogmática, sino una experiencia vivencial, en la que los valores cristianos se internalizan a través de la práctica cotidiana y la interacción con la comunidad educativa. (Aranguren, 2023) afirma que "Un modelo educativo basado en la formación del espíritu en las aulas de clases contribuye en el logro de aprendizajes significativos en el marco de una noción de la transversalidad curricular" (p. 256).  Lo cual refuerza la misión calasancia de formar a los estudiantes no solo como receptores del conocimiento sino como agentes transformadores en sus comunidades. El lema de las Escuelas Pías, "Piedad y Letras," propone un modelo educativo donde la instrucción académica y el desarrollo espiritual estaban profundamente entrelazados, priorizando el acceso a la educación de los más pobres y vulnerables (Ayala, 2018). 

Las normas y valores promovidos por las Escuelas Pías crean un ambiente disciplinado y respetuoso, en el cual tanto estudiantes como docentes comparten un propósito común: el crecimiento intelectual y moral. La implementación de prácticas como la evaluación continua, el acompañamiento espiritual y las actividades colaborativas subrayan la importancia de una comunidad educativa comprometida con el aprendizaje y la vivencia de la virtud. (Conci Magris, 2023)

Otra dimensión de la educación escolapia es la comunitaria que aborda la categoría de inclusión, donde no se limita al acceso a la escolarización, sino que se vive como una experiencia de acogida y reconocimiento del otro en su singularidad, independientemente de su origen socioeconómico o cultural. Para Dalsy Espinoza "Es fundamental que la escuela sea un espacio de acogida para todos, donde cada estudiante se sienta valorado." (Espinoza, 2025, comunicación personal, 18 de enero de 2025).

Claudia Mayorga al respecto manifiesta: "Nuestra institución trabaja en la formación de una comunidad educativa diversa, promoviendo la inclusión como eje central." (Mayorga, 2025, comunicación personal, 15 de enero de 2025).

La inclusión en la educación, implica propiciar un sentido de pertenencia genuino dentro de la comunidad escolar, asegurando que todos los estudiantes tengan un acceso a oportunidades equitativas de aprendizaje. En este sentido, el Informe regional de monitoreo ODS4-Educación 2030, llevado a cabo por (UNICEF LACRO y CEPAL, 2022) destaca que "los desafíos de acceso, equidad, calidad y aprendizaje a lo largo de la vida requieren de múltiples acciones basadas en un paradigma de la educación como derecho humano"(p.194). Sin embargo, como señala (Esquivel, 2022), la “modernización” de la pobreza ha generado una exclusión en el ámbito educativo, dejando a muchas personas vulnerables sin acceso a la educación o desertores de la misma, lo que limita sus oportunidades laborales y su participación en la sociedad.

La construcción de entornos educativos inclusivos resulta esencial para el desarrollo de la identidad y la autoconfianza en los estudiantes, ya que la percepción de ser acogidos y reconocidos fortalece su participación y bienestar. En este contexto, “la pedagogía sin inclusión debilita la educación como bien común y mina la posibilidad de un mundo en el que se defiendan la dignidad y los derechos humanos” (UNESCO, 2022, pág. 55). Así, la educación calasancia apunta a una personalización del aprendizaje como eje clave de la inclusión educativa, ya que reconoce la singularidad de cada estudiante y sus potencialidades, intereses y necesidades específicas. Como señala el documento Misión Compartida, Evangelizar educando con estilo calasancio, "cada uno es diferente a los demás y cada uno progresa a partir de unas ciertas potencialidades, intereses, necesidades y aptitudes" (Congregación General, 1999, pág. 48).

En la dimensión social, la educación escolapia mantiene un Compromiso Social y Servicio a la comunidad, las entrevistas recaen en la idea de formar ciudadanos comprometidos con la transformación social. La educación adquiere significado cuando permite a los estudiantes comprender su relación con el mundo y con los otros, desarrollando una conciencia crítica y un sentido de responsabilidad hacia su comunidad. Desde la experiencia de Diego Alvarado "Buscamos que los estudiantes no solo adquieran conocimientos, sino que sean agentes de cambio en su entorno." (Alvarado, 2025, comunicación personal, 10 de febrero de 2025).

 Virginia Montini por su parte menciona: "La educación procura que el alumno pueda tomar posición en ese diálogo y comprender y vivir en coherencia con las implicancias de cada respuesta."  (Montini, 2025, comunicación personal, 23 de febrero de 2025).

Entonces, la educación no es un proceso pasivo de acumulación de saberes, sino una experiencia de apertura al otro, donde el conocimiento cobra sentido en la medida en que se aplica para mejorar la sociedad. En el Informe de  la  Comisión  Internacional  sobre  los  Futuros  de  la  Educación, se detalla que "necesitamos pedagogías que nos ayuden a aprender en y con el mundo y a mejorarlo (…) basadas en la ética de la reciprocidad y el cuidado, y que reconozcan las interdependencias entre individuos, grupos y especies"(UNESCO, 2022, pág. 53). La acción social constituye un eje central de la pedagogía calasancia en el bienestar del individuo, está intrínsecamente vinculado al progreso de la sociedad. Este principio promueve la formación de "personas críticas, comprometidas con el progreso social, la justicia y la paz" (Congregación General, 1999, pág. 46).

Finalmente, en la dimensión pedagógica también se aborda la temática Innovaciones en la Enseñanza Calasancia, los entrevistados resaltan la necesidad de adaptar el modelo educativo calasancio a los desafíos contemporáneos, sin perder su esencia humanista y cristiana.

Virginia Montini lo expresa así: "Creo que la propuesta calasancia contiene la clave para responder a muchos de los desafíos actuales." (Montini, 2025, comunicación personal, 23 de febrero de 2025). Y Diego Alvarado complementa afirmando que "Es clave innovar en los métodos de enseñanza sin perder la esencia del modelo escolapio.

Desde esta perspectiva, se requiere una transformación del significado del acto educativo en función de las necesidades del presente. La educación calasancia “apuesta por una auténtica transformación social, abriendo a los escolapios la posibilidad de responder con esta “audacia fundacional” a las distintas crisis sociales contemporáneas.” (Esquivel, 2022, p.227).  Si bien el centro de todo es el niño, la innovación en la enseñanza recae en los educadores. Para (Solís, 2019) un educador debe tener varias cualidades entre ellas “que ayude a crecer desde dentro, que deja ser, que favorece el desarrollo desde lo más profundo, creando actitudes y posibilitando espacios de crecimiento, debe conocer los buenos métodos de enseñanza y estar al día en metodología eficaz "(p. 600).

Estrategias para la vigencia del Humanismo Pedagógico de San José de Calasanz en el siglo XXI

A partir del análisis de las entrevistas realizadas, el dialogo con los principios del humanismo pedagógico y la tradición educativa calasancia, se proponen las siguientes estrategias para actualizar fortalecer la educación escolapia en sus dimensiones clave.

Dimensión Pedagógica

·                    Capacitar a los educadores en estrategias inclusivas inspiradas en el carisma de San José de Calasanz, poniendo al niño como centro del proceso educativo. Para ello, es fundamental que cada docente conozca la misión y visión de la escuela pía a la que pertenece.

Un ejemplo significativo que puede servir de inspiración es el presentado en Buenos Aires, durante la etapa presencial del curso de liderazgo escolapio en marzo de 2024 fue, el mencionado por la presencia de Brasil y Bolivia, realidades escolapias incluidos en los proyectos compartidos por la Red Itaka – Escolapios. En su constante trabajo por crear fraternidad entre docentes y directivos de la comunidad educativa en beneficio de estudiantes y familias con los ministerios escolapios y el crecimiento en vocación escolapia a través de la formación permanente en liderazgo escolapio.

·                    Garantizar que el currículo y los procesos de evaluación sean flexibles y adaptados a la diversidad de los estudiantes, especialmente aquellos con necesidades educativas específicas.

Como el programa de Nivelación Escolar que augura una preparación para la vida adulta, personalización del aprendizaje, apoyo psicopedagógico y colaboración con la

Comunidad, mediante nexos con instituciones como; La casa hogar de Jesús, Dispensario Médico, Casa de acogida de emergencia y la granja experimental “Padre Fink” todo parte de la Orden de los Escolapios.

Dimensión espiritual

·                    Fomentar la continuidad de prácticas espirituales en la vida escolar como las oraciones al inicio de la jornada, la celebración regular de la Eucaristía y la participación activa de los estudiantes en los sacramentos, como expresiones concretas de la vivencia del carisma calasancio y del fortalecimiento de la dimensión espiritual de la formación integral.

 

Dimensión Social

·                    Implementar proyectos del aprendizaje - servicio que sean sostenibles en el tiempo y que partan de un enfoque investigativo, en el que los propios estudiantes identifiquen problemáticas reales de su entorno y propongan soluciones a corto y largo plazo. Este enfoque busca empoderarlos, fortalecer su autoestima y generar un sentido de pertenencia hacia su comunidad. 

Durante el curso en Buenos Aires se relató que en Chile iniciativas como salidas solidarias, acciones por el ambiente, proyectos sociales y comunitarios además del mejoramiento de la escuela llevado a cabo por los propios estudiantes son iniciativas que son bien recibidas por la comunidad educativa. Replicando estas experiencias y adaptándola a la realidad de cada demarcación podríamos esperar valiosos resultados.

·                    Establecer alianzas con organizaciones sociales que permitan a los estudiantes involucrarse activamente en iniciativas de justicia social, fomentando su compromiso con los valores de solidaridad y transformación social.

Dimensión Comunitaria

·                    Incorporar ejercicios de reflexión, diarios personales y espacios de dialogo filosófico para que los estudiantes conecten el conocimiento con sus experiencias previas, fortaleciendo la educación integral y crítica.

En Buenos Aires, se implementa con éxito el Seminario Socrático un dialogo riguroso y colaborativo en torno a un texto valioso. Esta práctica al replicarse en todas las escuelas escolapias sería una herramienta clave para fortalecer la formación integral de los estudiantes.

También, los escolapios de Betania comparten el proyecto David, una formación en liderazgo para jóvenes como propuesta de un camino vocacional, vinculado a la sociedad y la comunidad escolapia.

·                    Incluir momentos en la jornada escolar para la meditación, la contemplación y el desarrollo personal, promoviendo una educación que no solo forme en conocimientos sino, sino que también cultive la dimensión espiritual del ser humano. 

Por ejemplo, los programas en ejecución reciente en el Ecuador – Santo Domingo de los Tsáchilas: La observación de Aves, Canoterapia, Pesca y Senderismo en la Finca que pertenece a la fundación Calasanz.

 

Conclusiones

La revisión bibliográfica evidencia que el humanismo pedagógico, entendido como una propuesta educativa centrada en la dignidad humana, la inclusión y la formación integral, conserva plena vigencia en el siglo XXI. En particular, el pensamiento y la obra de San José de Calasanz, precursor de la educación popular y una pedagogía centrada en el niño con un enfoque humano, inclusivo y de compromiso social. La tradición escolapia, sustentada en el binomio “piedad y letras”, sigue siendo una referencia válida para reflexionar sobre los fines y métodos de la educación actual, especialmente en contextos donde la exclusión, la fragmentación del conocimiento y la pérdida del sentido ético afectan el quehacer educativo. 

La percepción de docentes y directivos en México, Argentina, Chile, Bolivia y Ecuador permite reconocer la presencia viva del legado calasancio en sus prácticas institucionales. A través de las entrevistas realizadas, se evidencia una valoración positiva del modelo educativo escolapio, especialmente en lo que respecta a la formación integral de los estudiantes, la importancia de la vida comunitaria, el acompañamiento espiritual y el compromiso con las comunidades más vulnerables.

A partir del análisis de la experiencia docente y tradición educativa calasancia, se proponen líneas de acción en las dimensiones pedagógica, espiritual, social y comunitaria. Estas propuestas buscan mantener la práctica educativa calasancia con su esencia transformadora y ampliando su capacidad de respuesta ante los desafíos contemporáneos, en coherencia con el espíritu de San José de Calasanz y el ideal de una escuela abierta a todos, sin distinción.

 

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