El objetivo de este artículo fue analizar la ocupación y la salud mental vista desde la acción de la terapia ocupacional. Para alcanzar este objetivo se realizó una revisión de fuentes documentales diversas y actualizadas sobre la temática. Se ha encontrado que la ocupación y la salud mental son dos pilares fundamentales en la práctica de la terapia ocupacional. La ocupación se refiere a las actividades significativas que las personas realizan en su vida diaria, incluyendo el trabajo, el tiempo libre, el autocuidado y las interacciones sociales. Para un terapeuta ocupacional, el objetivo principal es ayudar a los individuos a participar plenamente en estas ocupaciones, lo que a su vez puede mejorar su bienestar mental y emocional. La salud mental es un componente crucial del funcionamiento general de una persona. Las dificultades en la salud mental, como la ansiedad, la depresión y el estrés, pueden afectar negativamente la capacidad de una persona para llevar a cabo sus ocupaciones diarias. Por lo tanto, el terapeuta ocupacional se centra en identificar y abordar estos desafíos, utilizando estrategias que fomenten el desarrollo de habilidades y la adaptación del entorno. El enfoque de la terapia ocupacional es holístico, considerando no solo los síntomas y diagnósticos, sino también el contexto social, cultural y ambiental del individuo. Esto permite a los terapeutas trabajar en colaboración con sus clientes para establecer objetivos realistas y significativos que mejoren su capacidad para participar en ocupaciones y, a su vez, su salud mental. Se concluye que, la ocupación no solo define la vida de una persona, sino que también es un medio esencial para alcanzar y mantener una buena salud mental, constituyendo, así, el enfoque integral del terapeuta ocupacional en su práctica.