Sepsis, sepsis grave y shock séptico
Sepsis,
severe sepsis, and septic shock
Sepse, sepse grave e choque séptico
Andrea Michelle
Falcones EspinozaI andreafalcones.m02@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-0118-7036 Jennifer Liseth Palma
FerrínII dra.jenniferpalma@gmail.com https://orcid.org/0009-0001-3301-4834 Gema Cecilia Verá
ZambranoIII jeanceci92@hotmail.com https://orcid.org/0009-0006-2894-8305 Karina Liceth Yoza
ToalaIV karinayoza89@hotmail.com https://orcid.org/0009-0003-8680-9440
Correspondencia: andreafalcones.m02@gmail.com
Ciencias Médicas
Artículo de Investigación
*
Recibido:
20 de diciembre de 2023 *Aceptado: 12 de enero de 2024
* Publicado: 30 de abril de 2024
- Médico Cirujano de la Universidad Laica Eloy Alfaro de
Manabí; Investigador Independiente; Manta, Ecuador.
- Médico Cirujano de la Universidad Laica Eloy Alfaro de
Manabí; Investigador Independiente; Manta, Ecuador.
- Médico Cirujano de la Universidad Laica Eloy Alfaro de
Manabí; Investigador Independiente; Manta, Ecuador.
- Médico
Cirujano de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí; Investigador
Independiente; Manta, Ecuador.
Resumen
La
sepsis, sepsis grave y shock séptico son condiciones médicas potencialmente
mortales que resultan de una respuesta inmunitaria desregulada a una infección.
La sepsis se caracteriza por una respuesta inflamatoria generalizada que puede
provocar disfunción orgánica y choque. Se realizó una metodología de revisión
bibliográfica sobre sepsis, sepsis grave y shock séptico, centrándose en la
literatura publicada en bases de datos electrónicas como PubMed, Scopus y Web
of Science para identificar artículos relevantes. Cuando la sepsis se acompaña
de disfunción orgánica aguda y/o hipotensión persistente a pesar del
tratamiento, se clasifica como sepsis grave o shock séptico. Los síntomas
incluyen fiebre, taquipnea, taquicardia y alteraciones mentales. El diagnóstico
se basa en criterios clínicos y de laboratorio, y el tratamiento implica la
administración de antibióticos de amplio espectro, resucitación de líquidos y,
en casos graves, soporte hemodinámico con vasopresores. La sepsis sigue siendo
un importante desafío clínico y de salud pública debido a su alta mortalidad y
la necesidad de estrategias de prevención y tratamiento mejoradas.
Palabras Clave: Séptico, Sepsis, Falla, antibióticos, riesgo.
Abstract
Sepsis,
severe sepsis, and septic shock are potentially life-threatening medical
conditions resulting from a dysregulated immune response to an infection.
Sepsis is characterized by a widespread inflammatory response that can lead to
organ dysfunction and shock. A literature review methodology was conducted on
sepsis, severe sepsis, and septic shock, focusing on literature published in
electronic databases such as PubMed, Scopus, and Web of Science to identify
relevant articles. When sepsis is accompanied by acute organ dysfunction and/or
persistent hypotension despite treatment, it is classified as severe sepsis or
septic shock. Symptoms include fever, tachypnea, tachycardia, and mental
alterations. Diagnosis is based on clinical and laboratory criteria, and
treatment involves the administration of broad-spectrum antibiotics, fluid
resuscitation, and, in severe cases, hemodynamic support with vasopressors.
Sepsis remains a significant clinical and public health challenge due to its
high mortality and the need for improved prevention and treatment strategies.
Keywords: Septic, Sepsis, Failure, Antibiotics, Risk.
Resumo
Sepse, sepse grave e choque séptico são condições médicas
potencialmente fatais, resultantes de uma resposta imunológica desregulada a
uma infecção. A sepse é caracterizada por uma resposta inflamatória
generalizada que pode levar à disfunção orgânica e ao choque. Foi realizada uma
metodologia de revisão de literatura sobre sepse, sepse grave e choque séptico,
com foco na literatura publicada em bases de dados eletrônicas como PubMed,
Scopus e Web of Science para identificar artigos relevantes. Quando a sepse é
acompanhada por disfunção orgânica aguda e/ou hipotensão persistente apesar do
tratamento, ela é classificada como sepse grave ou choque séptico. Os sintomas
incluem febre, taquipnéia, taquicardia e alterações mentais. O diagnóstico é
baseado em critérios clínicos e laboratoriais e o tratamento envolve
administração de antibióticos de amplo espectro, reposição volêmica e, em casos
graves, suporte hemodinâmico com vasopressores. A sepsis continua a ser um
desafio clínico e de saúde pública significativo devido à sua elevada
mortalidade e à necessidade de melhores estratégias de prevenção e tratamento.
Palavras-chave: Séptico, Sepse, Falha, Antibióticos, Risco.
Introducción
La
sepsis es la respuesta del hospedero a un agente microbiano o a sus toxinas. En
la práctica clínica, este término resume una miríada de condiciones patogénicas
de diversa gravedad, para un grupo heterogéneo de pacientes, todo lo cual hace
a estos difícil de estratificar adecuadamente. Tras el esfuerzo de distintas
sociedades científicas estadounidenses y luego de más de una década de
discusión, en el año 1991 se logró una definición de consenso, la cual fue
actualizada en el año 2001 al agregar al debate a diversas sociedades
científicas europeas. En ésta se incorporó el término síndrome de respuesta
inflamatoria sistémica (SRIS) y se definió sepsis, sepsis grave (SG) y shock
séptico (SS), terminología de uso habitual en la actualidad. Sin embargo, estos
conceptos presentan importantes limitaciones: poco sustento fisiopatológico,
escasa especificidad, no permiten una estratificación precisa y carecen de
significado pronóstico, por nombrar algunas (1).
Según
la Organización Panamericana de la Salud las enfermedades infecciosas son la
principal causa de muerte a nivel mundial. De los 53 millones de personas
reportadas con enfermedades infecciosas, 18 millones fallecen anualmente y 1400
diarios, lo que representa de un 30 a un 50% de mortalidad. En los Estados
Unidos de América, en un estudio prospectivo realizado en una Unidad de
Cuidados Intensivos (UCI), el 68% de los pacientes desarrollaron criterios de
un Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS), de ellos el 26%
evolucionó a Sepsis, el 18% evolucionó a Sepsis severa y un 4% a un Shock
séptico. En este estudio la mortalidad fue, 75% con un SRIS, 16% con Sepsis,
20% Sepsis severa y 46% con Shock séptico. En España, la incidencia de sepsis
grave es de 104 casos por 100.000 habitantes/año y de shock séptico, 31 casos
por 100.000 habitantes/año. La mortalidad global de un 28 a un 45. 8% (2).
La
sepsis no presenta manifestaciones clínicas específicas y su evaluación tiene
limitaciones al establecer la severidad y al predecir el pronóstico de la
enfermedad de manera efectiva. En la actualidad, los indicadores que se emplean
para seguir la clínica de la infección incluyen: fiebre, recuento de leucocitos
(WBC), determinación de proteína C reactiva (PCR) y procalcitonina (PCT), entre
otros parámetros. La búsqueda de nuevos biomarcadores de alta sensibilidad y
especificidad que ayuden a mejorar el diagnóstico y pronóstico de sepsis es un
campo de estudio de la medicina molecular (3).
Recientemente
varios estudios han demostrado que el tratamiento antibiótico apropiado dentro
de la primera hora de atención del paciente y las estrategias terapéuticas
dirigidas a la reanimación hemodinámica se han asociado con beneficios en la
supervivencia de los casos de SS (4).
Metodología
Se
realizó una metodología de revisión bibliográfica sobre sepsis, sepsis grave y
shock séptico, centrándose en la literatura publicada en bases de datos
electrónicas como PubMed, Scopus y Web of Science para identificar artículos
relevantes. Se aplicaron criterios de inclusión y exclusión para seleccionar
estudios pertinentes, incluyendo aquellos que abordaban la epidemiología,
diagnóstico, manejo y pronóstico de estas condiciones. Se extrajeron datos
sobre factores de riesgo, biomarcadores, intervenciones terapéuticas y
desenlaces clínicos, donde finalmente,
se sintetizaron los hallazgos.
Resultados
Tabla 1. Definiciones y criterios de sepsis adaptados
de la Conferencia de Consenso ACCP/SCCM de 1992 y de las modificaciones
realizadas en 2001.
Fuente: Vera
Carrasco (5).
Factores asociados a la
sepsis
- Edad:
El riesgo de sepsis tiene una distribución bimodal: alto en lactantes,
reducido en jóvenes y aumentado nuevamente más allá de los 60 años. La
edad avanzada se asocia con un mayor riesgo de sepsis; La razón puede ser
que los pacientes mayores tienen una mayor predisposición a las
infecciones debido a los efectos del envejecimiento en sus respuestas
inmunes.
- Sexo:
existe menor incidencia de sepsis en el género femenino. Puede deberse a
los efectos protectores sobre la respuesta inmune y las funciones
cardiovasculares ejercidas por los estrógenos; en contraste, las hormonas
sexuales masculinas deterioran la respuesta inmune mediada por células y
podría explicar el mayor riesgo de sepsis en el género masculino.
- Raza:
Varios estudios analizaron el efecto de la raza sobre el riesgo de sepsis,
pero sus resultados fueron discordantes.
- Comorbilidades:
El riesgo de sepsis aumenta con la presencia de al menos una de las
siguientes comorbilidades: insuficiencia renal, malignidad, diabetes
mellitus, enfermedad pulmonar crónica, insuficiencia cardíaca congestiva e
inmunosupresión.
- Temporada:
La temporada puede ser importante en las infecciones pulmonares, que son
más frecuentes en invierno y representan una causa principal de sepsis.
- Fuente
de infección: El pulmón y el abdomen son las
fuentes iniciales más frecuentes de infecciones que causan sepsis.
- Otros
factores: La pobreza, la desnutrición y los
niveles más bajos de educación están asociados con un mayor riesgo de
sepsis. También los polimorfismos genéticos pueden interferir con la
actividad de las drogas o la cinética (6).
Cuadro clínico
Las
manifestaciones clínicas de las infecciones potencialmente mortales son
diversas; pueden ser sutiles o manifestaciones localizadas o sistémicas.
Conocer los signos y síntomas asociados con infecciones específicas permite
reconocerlos de forma temprana e iniciar sin demora el tratamiento antibiótico
empírico y de sostén. Sin embargo, la mayoría de las manifestaciones clínicas
son inespecíficas. Aunque puede existir un cierto grado de incertidumbre en la
evaluación de un paciente con sepsis, existen signos y síntomas que hacen que
reconocerla no sea difícil. Estos son los signos sistémicos:
- Fiebre-hipotermia.
- Hipotensión-taquicardia.
- Oliguria o anuria.
- Palidez-frialdad cutánea.
- Alteración del nivel de
conciencia (5).
- Manifestaciones
hemodinámicas: La sepsis desencadena inicialmente un
shock distributivo con resistencias pvasculares sistématicas disminuidas,
presión arterial disminuida y el índice cardíaco normal o elevado,
añadiéndose disfunción cardiaca por la hipoperfusión tisular. Esta
situación de hiperdinamia y shock distributivo condiciona una
redistribución del flujo sanguíneo hacia órganos vitales. Después de la
expansión de volumen adecuada, la hipotensión persiste con frecuencia,
requiriendo el uso de vasopresores23. Además la hipoxemia origina una
respuesta refleja en forma de vasoconstricción (vasoconstricción pulmonar
hipóxica), dando lugar a hipertensión pulmonar con disfunción ventricular
derecha por elevación de su poscarga (7).
- Manifestaciones
respiratorias: Las manifestaciones respiratorias son
frecuentes en los pacientes con sepsis. El compromiso pulmonar
clásicamente se manifiesta como el síndrome de dificultad respiratoria
aguda (SDRA) que se define por la presencia de hipoxemia con infiltrados
bilaterales pulmonares de origen no cardiaco. Se produce por una reacción
inflamatoria aguda generalizada que afecta el endotelio vascular pulmonar
con edema y activación inflamatoria (7).
- Manifestaciones
neurológicas: Inicialmente es frecuente apreciar
agitación, confusión, delirio, obnubilación o coma. La hipotensión
arterial y/o la hipoxemia pueden ser la causa de las mismas, pero si una
vez resueltas persiste la alteración del estado mental sin otra causa
justificable, estaríamos ante una encefalopatía séptica, cuya patogénesis
probablemente multifactorial no es del todo clara. Los estudios de imagen
no muestran lesiones focales y las pruebas electroencefalográficas revelan
una encefalopatía difusa no focal. Posteriormente, si la estancia en la
UCI se prolonga, es común la presencia de polineuropatía y miopatía del
enfermo crítico (7).
- Manifestaciones
digestivas: El íleo paralítico y la alteración de
las pruebas de función hepática son manifestaciones frecuentes en estos
pacientes. La redistribución del flujo sanguíneo hacia órganos vitales
durante el proceso de sepsis implica una perfusión disminuida de los órganos
dependientes del flujo esplácnico. Este hecho condiciona la existencia de
isquemia hepática (manifestada por alteración de la coagulación, elevación
de transaminasas y bilirrubina), colecistitis aguda alitiásica (edema por
isquemia en la pared de la vesícula), pancreatitis (incremento de amilasa
sérica) o isquemia intestinal con peritonitis por perforación de víscera
hueca (7).
- Manifestaciones
renales: La oliguria (inferior a 0,5
ml/kg/hora durante más de 6 horas) y la elevación de las cifras de
creatinina sérica (creatinina de 0,3 mg/dl o un incremento superior al 50
% de la cifra basal) son las manifestaciones de la disfunción renal en la
sepsis. La hipotensión, la necrosis tubular (hipovolemia, fármacos o
endotoxemia), la nefritis intersticial, la glomerulonefritis o
glomerulonefritis focal proliferativa son la etiología de la insuficiencia
renal agua. El fallo renal complica la sepsis y en ocasiones precisa de la
aplicación de técnicas de depuración extracorpórea (7).
- Manifestaciones
hematológicas: Se puede detectar leucocitosis con
desviación a la izquierda o leucopenia. La leucopenia indica la
imposibilidad de la médula de responder a estímulos inflamatorios. Las
alteraciones de la fase plasmática de la coagulación pueden llevar a la
coagulación intravascular diseminada (CID). La CID aparece en un tercio de
las sepsis graves, es predictor independiente de mortalidad y es más
frecuente en las meningococemias y en las sepsis por enterobacterias. La
activación masiva del sistema de la coagulación puede ocasionar la
producción y depósito de fibrina, dando lugar a trombosis microvascular en
varios órganos, contribuyendo así a la aparición del fracaso
multiorgánico. Esta situación origina una depleción de los factores de
coagulación y de las plaquetas, incrementando paradójicamente el riesgo de
hemorragia (7).
Diagnóstico
- Laboratorio:
En el paciente séptico se requiere de la ayuda
del laboratorio para confirmar el diagnóstico, evaluar la severidad del
shock, la extensión del compromiso orgánico y dirigir el tratamiento. La
realización de cultivos iniciales ayudará a confirmar el diagnóstico y
ajustar el tratamiento antimicrobiano. Podemos hallar: alteración de los
glóbulos blancos (> 12000 o < 4000 o más de 10% de formas
inmaduras), aumento de enzimas hepáticas y bilirrubina, trastornos de la
coagulación (CID, plaquetopenia, prolongación del KPTT), aumento de la
creatinina, acidosis metabólica, aumento del ácido láctico > 2 mEq/L,
PCR > 2 DS y procalcitonina >2DS (8).
- En los pacientes con sospecha de
sepsis o shock séptico se recomienda realizar cultivos microbiológicos
(incluyendo el hemocultivo) antes de comenzar la terapia antimicrobiana,
si es que esta elección no provoca un retraso en el inicio de los
antimicrobianos. (Los cultivos microbiológicos de rutina apropiados
siempre deben incluir al menos 2 hemocultivos (para aerobios y anaerobios)
(9).
- Extraer cultivos antes
tratamiento antibiótico (máx. 45 min). Dos hemocultivos cultivos (aerobio
y anaerobio) por extracción percutánea directa o por accesos vasculares
diferentes (recién instaurados o recientemente: <48horas). Otros
cultivos: orina, secreciones, úlceras, LCR… PCR virus gripe.
Biomarcadores: PCT/PCR: no existe recomendación (9).
Diagnóstico diferencial
Existe
una gran cantidad de patologías que pueden simular una sepsis grave (SG) o
shock séptico (SS) y que requerirán que el facultativo se plantee el
diagnóstico diferencial ante una situación de posible SG/SS:
- Infarto agudo de miocardio
- Pancreatitis aguda
- Insuficiencia suprarrenal aguda
- Tromboembolismo pulmonar
- Embolia grasa
- Hemorragia digestiva
- Politraumatismo
- Grandes quemados
- Vasculitis
- Shock anafiláctico
- Shock neurogénico
- Hipertioidismo
- Reacciones transfusionales
- Reacciones adversas a drogas
- Cirrosis
- Síndrome de lisis tumoral (9).
Tratamiento
Tratamiento empírico
La
antibioterapia debe instaurarse de manera precoz (si es posible en la primera
hora desde el conocimiento del cuadro) y efectiva (tratamientos inadecuados o
diferidos se correlacionan con una mayor morbimortalidad). El conocimiento del
foco y del perfil de resistencias de la flora local facilita la elección del
antimicrobiano efectivo (10).
Como
norma general y salvo clara identificación del foco séptico, la recomendación
es emplear antimicrobianos de amplio espectro, desescalando en función del
resultado de los cultivos. Las cefalosporinas de 3a generación (ceftriaxona,
cefotaxima, ceftazidima) y 4a generación (cefepima), los carbapenémicos
(imipenem, meropenem) y las penicilinas con penicilinasas
(piperacilina-tazobactam) son los antibióticos más empleados. En ocasiones se
pueden establecer combinaciones de antimicrobianos con objeto de ampliar el
espectro (en infecciones polimicrobianas), de conseguir sinergismo (en
infecciones en inmunodeprimidos) o de disminuir la selección de cepas
resistentes (en infecciones por patógenos multirresistentes). En este sentido
habría que considerar que la terapia antimicrobiana debe incluir
antimicrobianos que cubran esta posibilidad en pacientes con los siguientes
factores de riesgo: haber recibido 4 o más ciclos de antimicrobianos en el
último año, colonización previa por patógeno multirresistente (esputo, úlcera,
etc), flujo espiratorio máximo (VEMS) < 30% en la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC), hospitalización reciente por un periodo de 1 a 5
días, alta prevalencia local de microorganismos resistentes, tratamiento o
enfermedad inmunosupresora, procedencia de residencia asistida, tratamiento
antibiótico IV, manipulaciones urológicas y/o cura de úlceras domiciliaria y
diálisis en los últimos 30 días pudiendo estar justificado el uso empírico de
glucopépticos (vancomicina, teicoplanina), estreptograminas
(quinupristina/dalfopristina) u oxazolidinonas (linezolid) (10).
Tratamiento empírico
sobre foco conocido en la sepsis severa y el shock séptico
- Foco
Respiratorio. Cefalosporina de 3a o 4a generación
+ quinolona respiratoria.
- Foco Abdominal. Carbapenem (imipenem, meropenem) o
piperacilina-tazobactam, o cefalosporina de 3a-4a generación +
metronidazol, o aztreonam + metronidazol, o quinolona + Metronidazol.
- Foco
Urológico. Cefalosporina de 3a-4a generación, o
quinolona, o penicilina antipseudomónica, o carbapenem ± aminoglucósido.
- Foco
piel y partes blandas Impétigo y celulitis:
cefalosporina 1a generación (cefazolina) o amoxicilinaclavulánico o
clindamicina.
- Infección
herida quirúrgica: abdominal o genitourinaria
(carbapenem, piperacilinatazobactam o quinolona + clindamicina). No
abdominal [cefalos-porina 1a generación (cefazolina), cloxacilina].
- Infección
documentada por SAMR: Glucopéptido, oxazolidinona
(linezolid), cotrimoxazol. Fascitis necrotizante: sin aislado o flora mixta
(piperacilina-tazobactam o carbapenem + clindamicina ± ciprofloxacino), S.
pyogenes (penicilina + clindamicina, como alternativa oxazolidinona o
glucopéptido.
- Foco
desconocido. Carbapenem (imipenem o meropenem)
asociado a vancomicina o linezolid. Si el paciente ha recibido tratamiento
antibiótico previamente considerar la adición de amikacina. En pacientes
con alergia de tipo anafiláctico a la penicilina, el tratamiento puede realizarse
con la asociación de tigeciclina, amikacina y/o una fluorquinolona (10).
Resucitación inicial en
la UCIE
- Clasificación del paciente como
código rojo.
- Resucitación iniciada de
inmediato.
- Oxigenoterapia.
- Acceso venoso.
- Parámetros a lograr: ∗ Presión
venosa central entre 8 y 12 mmHg (entre 12 y 15 mmHg en pacientes con
ventilación mecánica o con aumento de la presión intraabdominal) ∗ Presión
arterial media superior a 65 mmHg. ∗ Diuresis superior a 0,5
ml/kg/hora. ∗
Saturación venosa central o venosa mixta de oxígeno superior a 70 %. ∗ Hematocrito
superior al 30 % (hemoglobina superior a 10 gr/dl). Transfundir si es
necesario. ∗
Valores normales de lactato (indicador hipoperfusión).
- Obtener estudios
microbiológicos: Hemocultivo, urocultivo, secreciones u otros en
dependencia del sitio probable de origen.
- Inicio del tratamiento
antimicrobiano empírico o específico. La elección del antibiótico debe
tener en cuenta el contexto epidemiológico y el foco de la infección, así
como los patrones de sensibilidad y resistencia locales (de la comunidad y
del hospital). El tratamiento de la infección incluye el control del foco
adecuado a cada circunstancia (drenaje de colecciones, desbridamiento de
tejidos, retirada de dispositivos, resección de órganos).
- Traslado a una unidad de terapia
(11).
Reposición de fluidos
Desde
el momento en que se identifica el shock séptico sepsis grave tienen que
comenzar las acciones terapéuticas, la primera de ellas es la reposición de
fluidos lo que se recomienda sea con cristalotes o sus equivalentes, se sugiere
hidratar al menos a razón de 20 – 40 ml/kg hasta lograr los parámetros
descritos en el aspecto anterior. Es necesario colocar un catéter venoso
central, con el objetivo de medir la presión venosa central (PVC) y tomar
muestra de sangre venosa para determinar la saturación venosa central de
oxígeno (SVcO2). Este último parámetro es importante y ayuda a definir
conducta. En el shock séptico-sepsis grave existe un desbalance entre el aporte
de oxígeno a los tejidos y su utilización que es paralelo a la respuesta del
huésped a la sepsis; esto genera hipoxia tisular global y desviación del
metabolismo hacia vías anaeróbicas y en consecuencia aumentan los niveles de
ácido láctico. Niveles bajos de SVcO2 (< 70 %) y un aumento de los niveles
de lactato, o en su defecto un aumento de la brecha aniónica (anión GAP),
sugiere la presencia de hipoxia tisular global. Esto se considera como sepsis
hipodinámica. Valores normales o elevados de SVcO2 (>70 %) asociados a
elevados niveles de lactato indican que los tejidos son incapaces de extraer
oxígeno del torrente sanguíneo por cortocircuito (shunt) microvascular, fallo
microcirculatorio o disfunción mitocondrial (11).
Ventilación mecánica
En
ausencia de SDRA se recomiendan medidas protectivas. Si llega a desarrollarse
SDRA, se recomienda:
- Utilizar volumen tidal de
6ml/Kg.
- Presión meseta inferior a 30 cm.
H2O.
- Hipercapnia permisiva.
- Posición semisentado 30 0 para
evitar neumonía asociada a la ventilación.
- Ventilación en posición prono (11).
Conclusión
La
sepsis, sepsis grave y shock séptico representan una seria amenaza para la
salud pública debido a su alta incidencia, morbimortalidad significativa y
costos asociados con su manejo. A través de una revisión exhaustiva de la
literatura, se ha identificado una compleja interacción entre factores de
riesgo, respuestas inmunitarias alteradas y disfunciones orgánicas subyacentes
en el desarrollo y progresión de estas condiciones. Si bien se han realizado
avances en el diagnóstico temprano y tratamiento de la sepsis, aún existen
desafíos importantes, como la identificación de biomarcadores precisos, el
manejo óptimo de la terapia antimicrobiana y la prevención de complicaciones a
largo plazo en los sobrevivientes. Se necesita un enfoque multidisciplinario y
una mayor investigación para mejorar la comprensión de la patogénesis de la
sepsis y desarrollar estrategias más efectivas para su prevención, diagnóstico
y tratamiento.
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© 2024 por los autores.
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