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Actualizaciones en t�cnicas de imagen, biomarcadores y pruebas moleculares en el diagn�stico de la enfermedad inflamatoria p�lvica
Updates in imaging techniques, biomarkers and molecular tests in the diagnosis of pelvic inflammatory disease
Atualiza��es em t�cnicas de imagem, biomarcadores e exames moleculares no diagn�stico da doen�a inflamat�ria p�lvica
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Correspondencia: karmijos12@utmachala.edu.ec
Ciencias de la Salud
Art�culo de Investigaci�n
* Recibido: 10 de enero de 2024 *Aceptado: 27 de febrero de 2024 * Publicado: �19 de marzo de 2024
I. Estudiante de la Carrera de Medicina, Facultad de Ciencias Qu�micas y de la Salud, Universidad T�cnica de Machala, Machala, Ecuador.
II. Estudiante de la Carrera de Medicina, Facultad de Ciencias Qu�micas y de la Salud, Universidad T�cnica de Machala, Machala, Ecuador.
III. Doctora en Medicina y Cirug�a, Especialista en Ginecolog�a y Obstetricia, Mag�ster en Gerencia Cl�nica en Salud Sexual y Reproductiva, Phd en Ciencias M�dicas, Profesor Titular de la Universidad T�cnica de Machala, Machala, Ecuador.
Resumen
La Enfermedad Inflamatoria P�lvica (EIP) es una infecci�n polimicrobiana del aparato reproductor femenino, relacionada con enfermedades de transmisi�n sexual y diagnosticada principalmente mediante examen cl�nico y t�cnicas de imagen. En una ecograf�a transvaginal, m�s de 5 ml de l�quido en la pelvis puede indicar EIP. Los niveles de CA125 pueden estar elevados en pacientes con EIP, con un valor mayor a 35 U/ml. Seg�n los criterios de Monif, los hallazgos en la TC pueden indicar diferentes estadios de EIP, desde salpingitis aguda sin peritonitis hasta absceso tubo ov�rico roto. Los niveles de PCR y VSG pueden variar ampliamente, pero generalmente disminuyen despu�s del tratamiento con antibi�ticos. Objetivo: Detallar los avances en el diagn�stico de la Enfermedad Inflamatoria P�lvica a trav�s de t�cnicas de imagen, biomarcadores y pruebas moleculares para su detecci�n temprana. M�todo: Se llev� a cabo un estudio descriptivo y anal�tico que sigue el protocolo PRISMA, utilizando diversas bases de datos bibliogr�ficas. Resultados y conclusiones: Los niveles de CA125 y PCR pueden ayudar a determinar la gravedad de la inflamaci�n junto a los criterios de Monif que clasifican la EIP en diferentes etapas para guiar el tratamiento mismo que requiere de una evaluaci�n integral en combinaci�n de m�ltiples enfoques diagn�sticos y biomarcadores.
Palabras clave: Enfermedad inflamatoria P�lvica; T�cnicas de imagen; pruebas de laboratorio y biomarcadores.
Abstract
Pelvic Inflammatory Disease (PID) is a polymicrobial infection of the female reproductive system, related to sexually transmitted diseases and diagnosed mainly by clinical examination and imaging techniques. On a transvaginal ultrasound, more than 5 mL of fluid in the pelvis may indicate PID. CA125 levels may be elevated in patients with PID, with a value greater than 35 U/ml. According to the Monif criteria, CT findings can indicate different stages of PID, from acute salpingitis without peritonitis to ruptured ovarian tube abscess. CRP and ESR levels can vary widely, but generally decrease after antibiotic treatment. Objective: Detail the advances in the diagnosis of Pelvic Inflammatory Disease through imaging techniques, biomarkers and molecular tests for its early detection. Method: A descriptive and analytical study was carried out that follows the PRISMA protocol, using various bibliographic databases. Results and conclusions: CA125 and CRP levels can help determine the severity of inflammation along with the Monif criteria that classify PID into different stages to guide the treatment itself, which requires a comprehensive evaluation in combination of multiple diagnostic approaches and biomarkers
Keywords: Pelvic inflammatory disease; imaging techniques; laboratory tests and biomarkers.
Resumo
A Doen�a Inflamat�ria P�lvica (DIP) � uma infec��o polimicrobiana do aparelho reprodutor feminino, relacionada a doen�as sexualmente transmiss�veis e diagnosticada principalmente por exame cl�nico e t�cnicas de imagem. Em uma ultrassonografia transvaginal, mais de 5 mL de l�quido na pelve pode indicar DIP. Os n�veis de CA125 podem estar elevados em pacientes com IDP, com valor superior a 35 U/ml. De acordo com os crit�rios de Monif, os achados tomogr�ficos podem indicar diferentes est�gios de IDP, desde salpingite aguda sem peritonite at� ruptura de abscesso do tubo ovariano. Os n�veis de PCR e VHS podem variar amplamente, mas geralmente diminuem ap�s o tratamento com antibi�ticos. Objetivo: Detalhar os avan�os no diagn�stico da Doen�a Inflamat�ria P�lvica atrav�s de t�cnicas de imagem, biomarcadores e testes moleculares para sua detec��o precoce. M�todo: Foi realizado um estudo descritivo e anal�tico que segue o protocolo PRISMA, utilizando diversas bases de dados bibliogr�ficas. Resultados e conclus�es: Os n�veis de CA125 e PCR podem ajudar a determinar a gravidade da inflama��o juntamente com os crit�rios Monif que classificam a IDP em diferentes est�gios para orientar o tratamento em si, o que requer uma avalia��o abrangente em combina��o de m�ltiplas abordagens diagn�sticas e biomarcadores
Palavras-chave: Doen�a inflamat�ria p�lvica; t�cnicas de imagen; exames laboratoriais e biomarcadores.
Introducci�n
La Enfermedad Inflamatoria P�lvica (EIP) es una infecci�n polimicrobiana del aparato reproductor femenino el cual modifica el �tero, las trompas de Falopio, los ovarios y otras estructuras. Est� estrechamente relacionada con las enfermedades de transmisi�n sexual, la mayor�a de las cuales son provocadas por Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae, as� como por bacterias que causan la vaginosis bacteriana, como Gardnerella vaginalis (1,4).
Seg�n un informe publicado en 2004 por la CDC durante el 2000 hubo 1,2 millones de visitas m�dicas por esta causa en Estados Unidos, mientras que en 2001 se dieron 750.000 casos. Hay una correlaci�n entre la prevalencia y la edad y es que a mayor edad mayor prevalencia esto sugerido por los 2,1 y 2,4 millones de mujeres estadounidenses que han sido diagnosticadas en su vida (1,4).
El diagn�stico es fundamentalmente cl�nico, durante la anamnesis se deben investigar s�ntomas inespec�ficos como dolor abdominal y/o dolor p�lvico, fiebre y escalofr�os. Es fundamental preguntar sobre el lapso y la gravedad del dolor, al igual que cualquier cambio en aquel patr�n mensual o la presencia de sangre uterina anormal, adem�s de las pruebas PCR que se realizan a partir de material de muestra cervical y, en ocasiones, im�genes o laparoscopia (5,6).
Se ha evaluado el uso diagn�stico de las im�genes, probando el potencial de la resonancia magn�tica, la ecograf�a transvaginal y el Doppler (5,6). El avance de la laparoscopia en los �ltimos a�os ha provocado que se convierta en una t�cnica clave en el diagn�stico y tratamiento (7). En cuanto a los biomarcadores, se ha establecido que aquellos que son altamente inflamatorios, similar a la velocidad de sedimentaci�n globular (VSG) al igual que la prote�na C-reactiva, pueden ser de ayuda en el diagn�stico (8).
Adicionalmente, se ha estudiado el uso de otros biomarcadores, como la procalcitonina C, en el diagn�stico y pron�stico de infecciones ginecol�gicas (8�10). En cuanto a las pruebas moleculares, se ha investigado qu� tan �til y rentable ser�a un test r�pido para identificar Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae en mujeres con EIP. Los hallazgos de este estudio sugieren que las pruebas moleculares r�pidas son una herramienta �til y rentable para diagnosticar y manejar la condici�n cl�nica de EIP (11).
Esta investigaci�n es importante para describir los avances en t�cnicas de imagen, los biomarcadores y los an�lisis moleculares en el diagn�stico de la EIP.
Objetivo general
Detallar los avances en el diagn�stico de la Enfermedad Inflamatoria P�lvica a trav�s de t�cnicas de imagen, biomarcadores y pruebas moleculares para su detecci�n temprana.
M�todo
El presente estudio se enfoca en realizar una revisi�n bibliogr�fica exhaustiva sobre las complicaciones del sobrepeso y la obesidad derivadas del consumo de bebidas azucaradas en la poblaci�n pedi�trica del Ecuador, se ha realizado una investigaci�n descriptiva y anal�tica que sigue el protocolo PRISMA.
Este protocolo establece los criterios de calidad y transparencia para la realizaci�n y el reporte de revisiones sistem�ticas y metaan�lisis, lo que garantiza la rigurosidad del proceso de revisi�n. Se han consultado diversas bases de datos bibliogr�ficas, entre las que se incluyen PubMed, Scopus, SciELO, LILACS, Cochrane Library, Google Scholar, entre otras, adem�s, se han considerado fuentes secundarias como revisiones previas, informes oficiales y p�ginas web de organizaciones relacionadas con la salud.
En cuanto al contenido espec�fico de la investigaci�n, se han identificado diversos estudios que exploran temas relacionados con el diagn�stico y tratamiento de la EIP, incluyendo la posibilidad de padecer complicaciones como infertilidad, embarazo ect�pico y abscesos tubo-ov�ricos.
Criterios de inclusi�n: Este estudio incluye a mujeres que han sido diagnosticadas con EIP; se consideran estudios observacionales y ensayos cl�nicos que tratan el v�nculo entre la EIP y las dificultades derivadas de la infecci�n y la inflamaci�n en el aparato reproductor femenino; No hay restricciones de tiempo espec�ficas.
Criterios de exclusi�n: Se excluyen estudios que se centren exclusivamente en hombres; que no informen sobre el diagn�stico y tratamiento de la EIP en la poblaci�n femenina; que no informen sobre complicaciones espec�ficas relacionadas con la EIP, que no est�n disponibles en el idioma donde se efectuar� el an�lisis exhaustivo; que tengan un dise�o deficiente, falta de ajuste para variables de confusi�n o sesgo significativo; que sean duplicados o que no proporcionen datos
suficientes o relevantes para abordar el v�nculo entre la EIP y las dificultades derivadas de la infecci�n y la inflamaci�n en el aparato reproductor femenino
Ilustraci�n 1: Aplicaci�n de flujo PRISMA
T�cnicas de imagen
Se refiere al procedimiento de representaci�n visual de la estructura y funci�n de diversas estructuras y �rganos del cuerpo humano con fines cl�nicos y cient�ficos en el estudio exhaustivo sobre la morfolog�a, funcionamiento normal y anormal del cuerpo. Variados procedimientos de imagen m�dica se emplean para exhibir las estructuras internas situadas bajo la piel y los huesos, al mismo tiempo que para efectuar diagn�sticos de anomal�as y abordar tratamientos de enfermedades (12).
La longitud, la profundidad y el ancho del �tero se miden mediante im�genes uterinas. En el plano sagital medio, la longitud se mide desde el fondo hasta el orificio cervical externo. Profundidad: el di�metro anteroposterior se mide perpendicular a la l�nea de longitud uterina en el mismo plano. El ancho uterino se mide en el plano coronal del �tero. El cuello uterino se mide tanto en el plano medio sagital como transversal (13). La longitud de la columna cervical se mide desde el orificio interno hasta el externo. Se eval�a cualquier variaci�n de la ecotextura normal y cualquier lesi�n de masa en el miometrio. Varias im�genes parasagitales y transversales se documentan a trav�s del �tero. Los dos leiomiomas m�s grandes se miden en tres planos cuando hay varios leiomiomas (13).
El grosor del endometrio se mide perpendicularmente al eje largo del �tero en un plano sagital medio, abarcando los revestimientos endometrial anterior y posterior, pero excluyendo la zona subendometrial hipoecoica. La recolecci�n de fluidos debe excluirse de la medici�n en este escenario. Se deben evaluar e informar el engrosamiento endometrial, la masificaci�n y las alteraciones qu�stica. (14).
Gradaci�n de la enfermedad; Enfermedad muy leve en los casos incipientes con hallazgos sutiles con TC normal; Leve con cambios inflamatorios en la regi�n p�lvica; Grave cuando la enfermedad es poco frecuente en el medio con un cuadro grave para la paciente caracterizada por formaci�n de colecciones y abscesos con o sin afectaci�n de estructuras adyacentes.
La Salpingitis se presenta como afectaci�n de las trompas de Falopio que en imagen est�n hiper�micas y engrosada > 5mm; Ooforitis con una inflamaci�n y aumentados en > 3cm los ovarios y la existenica de peque�os quistes ov�ricos (2 y 10mm); Endometritis como signo de inflamaci�n del �tero presenta realce junto al miometrio por hiperemia y posible aparici�n de l�quido en el canal. Posible Cervicitis si afecta al c�rvix uterino en la gradificaci�n de una enfermedad leve a comparaci�n de la grave que es poco frecuente y se caracteriza por formaci�n de colecciones y abscesos, pios�lpinx, abscesos tuboov�ricos y piometra (5)
Diagn�stico diferencial entre pios�lpinx e hidros�lpinx; El pios�lpinx es un proceso inflamatorio-infeccioso donde el contenido de la colecci�n ser� comprimido (denso y heterog�neo), sus trompas de Falopio revelar�n casos hiper�micos hipercaptantes. El hidros�lpinx es un proceso obstructivo que afecta las trompas de Falopio, como resultado hay una acumulaci�n de secreciones mucosas tubulares, su densidad ser� baja y homog�nea (agua). Las trompas de Falopio no ser�n hiper�micas ni hipercaptantes.
Ecograf�a transvaginal, abdominal y tomograf�a computarizada (TC)
Para tener conocimiento general sobre los estudios, se genera un cuadro con sus caracter�sticas m�s estudiadas, se esclarece la diferencia t�cnica de la ecosonograf�a de los otros estudios, es as� como nos basamos para las siguientes investigaciones.
Tabla 1: Generalidades y comparativa de cada estudio
Caracter�stica |
Ecosonograf�a (Ultrasonograf�a) |
Ecograf�a Transvaginal |
Ecograf�a Abdominal |
Tomograf�a Computarizada (TC) |
Tipo de Imagen |
Im�genes en tiempo real basadas en ondas sonoras de alta frecuencia |
Im�genes en tiempo real de �rganos p�lvicos mediante sonda vaginal |
Im�genes de �rganos abdominales mediante transductor en superficie abdominal |
Im�genes transversales detalladas de estructuras internas del cuerpo |
Radiaci�n Ionizante |
No |
No |
No |
S� (utiliza rayos X) |
Profundidad de Penetraci�n |
Limitada (depende del �rea a visualizar) |
Focalizada en �rganos p�lvicos |
Limitada a �rganos abdominales |
Mayor profundidad de visualizaci�n |
Aplicaciones Comunes |
Visualizaci�n de �rganos, tejidos blandos y fetos en embarazo |
Evaluaci�n detallada de �rganos p�lvicos |
Evaluaci�n de �rganos abdominales y enfermedades hep�ticas |
Diagn�stico de tumores, quistes, lesiones internas |
Invasividad |
No invasiva |
No invasiva |
No invasiva |
No invasiva |
Uso en C�ncer de Ovario |
Puede ser utilizado en combinaci�n con marcadores como CA 125 para evaluaci�n de c�ncer de ovario |
Puede ser �til en la evaluaci�n de c�ncer de ovario y seguimiento de tratamiento |
Puede ayudar a identificar masas abdominales |
Puede detectar tumores y evaluar extensi�n |
Im�genes Tridimensionales |
No |
No |
No |
S� |
Elaborado por Karla del Cisne Armijos Sarango y Maylin Tatiana Carrillo P�rez, es importante destacar que cada una de estas t�cnicas tiene sus propias ventajas y aplicaciones espec�ficas en el diagn�stico y la elecci�n de la t�cnica adecuada depender� de la condici�n cl�nica del paciente y los objetivos de la evaluaci�n (12,15�19).
Al diferenciar entre un ciclo menstrual normal y anormal, podemos diagnosticar y tratar patrones inusuales, como dismenorrea, amenorrea, menorragia e infertilidad, los cuales tambi�n pueden ser s�ntomas asociados con la EIP. Al establecer una conexi�n entre el ciclo menstrual y la EIP, los cl�nicos pueden estar alerta ante posibles se�ales de esta enfermedad, como dolor p�lvico persistente, flujo vaginal anormal y fiebre (17).
Tabla 2: Correlaci�n entre Fases del Ciclo Menstrual y Caracter�sticas Ecogr�ficas del �tero
Fase del Ciclo Menstrual |
Descripci�n |
Caracter�sticas Ecogr�ficas |
Endometrio Proliferativo |
Engrosamiento del endometrio y aumento de vascularizaci�n y gl�ndulas |
Mayor grosor y ecogenicidad del endometrio |
Ovulaci�n |
Liberaci�n de �vulo; fol�culo dominante se convierte en estructura anecoica |
Fol�culo anecoico de aspecto anular o qu�stico en el ovario |
Corpus Luteum |
Fol�culo post-ovulaci�n se convierte en cuerpo l�teo, secreta progesterona |
Estructura qu�stica con ecogenicidad variable; aumento de flujo sangu�neo en Doppler |
Endometrio Secretor |
Preparaci�n para la implantaci�n; aumento de gl�ndulas y tejido glandular |
Endometrio m�s grueso y heterog�neo en ecograf�a |
Menstruaci�n |
Degeneraci�n del cuerpo l�teo y desprendimiento del endometrio |
Disminuci�n en grosor; apariencia m�s delgada y uniforme |
Elaborado por Karla del Cisne Armijos Sarango y Maylin Tatiana Carrillo P�rez, con esta tabla establecemos una interpretaci�n ecogr�fica de estas etapas del ciclo menstrual y su importancia cl�nica en la salud reproductiva de las mujeres (15).
La ecograf�a desempe�a igualmente un rol fundamental en la evaluaci�n del climaterio y sus repercusiones sobre la fisiolog�a femenina, aunque constituye un proceso inherente al envejecimiento y se halla intr�nsecamente vinculado con transformaciones hormonales, la ecograf�a posee la capacidad de proporcionar valiosa informaci�n en torno a los �rganos y tejidos sujetos a modificaci�n en esta fase del proceso vital de la mujer (18).
Min Jeong Kim y sus colaboradores se enfocan la evaluaci�n del endometrio mediante la utilizaci�n de ultrasonograf�a transvaginal como un medio de detecci�n de hiperplasia endometrial o c�ncer (EH+) en mujeres en las etapas premenop�usica y perimenop�usica (18). Donde histol�gicamente en su estudio se confirm� la presencia de EH+ de los cuales se incluyeron casos de EH sin atipia, EH con atipia y casos de c�ncer endometrial. Este estudio concluye que la presencia de anormalidades en el trazo endometrial es un factor de importancia para predecir la presencia de EH+ en mujeres premenop�usicas y perimenop�usicas con un estado de salud adecuado, tanto en aquellas con sangrado uterino anormal como en las que no lo presentan (18).
Tabla 3: Descripci�n ecogr�fica b�sica del endometrio
|
|
Fase Proliferativa |
Fase Secretora |
Postmenopausia |
Grosor del Endometrio |
2.2 - 8.6 mm |
5.4 - 14.9 mm |
7.5 - 16.5 mm |
Alrededor de 5 mm o menos |
Elaborado por Karla del Cisne Armijos Sarango y Maylin Tatiana Carrillo P�rez, esta tabla proporciona una visi�n general de c�mo var�an el grosor del endometrio en diferentes momentos del ciclo menstrual y en la etapa de la postmenopausia (16).
Tabla 4: Tama�o del �tero en Diferentes Etapas de la Vida
Tama�o del �tero |
Rango en Edad Reproductiva |
Rango despu�s de la Menopausia |
Longitud del �tero |
6 - 8 cm |
3 - 5 cm |
Anchura del �tero |
Aprox. 4 - 5 cm |
Aprox. 4 - 5 cm |
Altura del �tero |
7 - 8 cm |
Disminuye |
Elaborado por Karla del Cisne Armijos Sarango y Maylin Tatiana Carrillo P�rez, Este cuadro presenta las dimensiones promedio del �tero en diferentes momentos de la vida (16).
Tabla 5: Contenido L�quido en T�cnicas de imagen
Tipo de Examen |
Significado del "Contenido L�quido" |
Ejemplos de Aplicaci�n |
Ecograf�a Transvaginal |
Presencia de fluidos (normal 5 ml) en cavidades uterinas u ov�ricas |
Quistes ov�ricos o masas uterinas |
Ecograf�a Abdominal |
Identificaci�n de l�quido libre en cavidad abdominal (normal 20 ml) |
Derrames o acumulaciones anormales |
Tomograf�a Computarizada |
Observaci�n de l�quidos en �rganos internos (normal 2 ml) |
Abscesos, derrames pleurales, ascitis |
Elaborado por Karla del Cisne Armijos Sarango y Maylin Tatiana Carrillo P�rez, el �contenido l�quido" en el contexto de la ecograf�a transvaginal, abdominal o la TC se refiere a la observaci�n y evaluaci�n de fluidos presentes en diferentes partes del cuerpo humano, lo que puede ser relevante para el diagn�stico y la evaluaci�n de la EIP (19).
CA125
Tambi�n conocido como ant�geno cancer�geno 125, constituye un compuesto proteico localizado en la superficie de algunas c�lulas y tejidos del cuerpo, incluidas las c�lulas del revestimiento de los �rganos abdominales y p�lvicos. Aunque se conoce principalmente por su asociaci�n con el c�ncer de ovario, tambi�n puede estar presente en condiciones inflamatorias y otros tipos de c�ncer (20,21).
Es importante tener en cuenta que, aunque un aumento en los niveles de CA125 puede indicar inflamaci�n, tambi�n puede estar presente en otras condiciones, como endometriosis, fibromas uterinos y quistes ov�ricos. Por lo tanto, aunque CA125 es �til como marcador, no es espec�fico para una sola condici�n y debe considerarse junto con otros factores cl�nicos y pruebas para un diagn�stico preciso (20,21).
Parkash y sus colaboradores en el a�o 2023 estudiaron los niveles circulantes de CA 125 en pacientes con c�ncer ginecol�gico y EIP, as� como en mujeres embarazadas. Se observ� que los niveles de CA 125 estaban elevados (mayores de 35 U/ml) las pacientes con c�ncer ov�rico activo, c�ncer cervical o endometrial activo, mujeres embarazadas y en la EIP. Adem�s, se encontr� algunos pacientes m�s con trastornos ginecol�gicos no malignos, incluidos embarazo ect�pico, ten�an niveles normales de CA 125 (22).
Tomograf�a Computarizada
Giancarlo Schiappacase F. para el a�o 2014 investigaron el valor de la TC durante el an�lisis de la EIP y su capacidad para proporcionar im�genes detalladas que ayuden en el diagn�stico y en la definici�n de la conducta terap�utica para cada caso. Se resalta la importancia de utilizar la clasificaci�n de Monif para guiar el enfoque terap�utico Basado en la fase cl�nica de la enfermedad (23).
Su especialidad se relaciona con su capacidad para detectar y mostrar las caracter�sticas distintivas de la inflamaci�n y las alteraciones anat�micas asociadas con la EIP en los diferentes estadios. Puede proporcionar informaci�n detallada sobre los cambios inflamatorios en las trompas uterinas, los ovarios, el endometrio y otras estructuras p�lvicas. As� como mostrar signos de engrosamiento de las paredes tubulares, aumento de densidad del tejido adiposo adyacente, dilataci�n de las trompas uterinas, abscesos con tabicaciones y otros hallazgos caracter�sticos de la inflamaci�n y las complicaciones de la EIP (23).
Tabla 6: Estadios de Monif
Estadio |
Descripci�n |
Hallazgos en TC |
Objetivo de Tratamiento |
I |
Salpingitis aguda sin peritonitis |
M�nimo l�quido libre, engrosamiento paredes tubulares, endometrio engrosado |
Tratamiento de la infecci�n |
II |
Salpingitis aguda con peritonitis |
L�quido libre en fondo de saco, abscesos tabicados |
Conservar la fertilidad |
III |
Salpingitis con formaci�n de absceso tubo-ov�rico (ATO) |
Masa anexial s�lido qu�stica, dilataci�n tubas, edema, alteraci�n grasa y compromiso inflamatorio en �rganos adyacentes |
Conservar el ovario |
IV |
Absceso tubo ov�rico roto |
Abscesos tubo-ov�ricos bilaterales y signos de peritonitis |
Salvar la vida de la paciente |
Elaborado por Karla del Cisne Armijos Sarango y Maylin Tatiana Carrillo P�rez, extra�do del estudio de Giancarlo Schiappacasse F y sus colaboradores (23).
Laparoscop�a beneficiosa en la fertilidad
La laparoscopia es una herramienta importante en la identificaci�n de la salpingitis, ya que facilita una evaluaci�n bacteriana m�s exhaustiva. No obstante, debido a su baja sensibilidad no puede identificar endometritis o inflamaci�n tubular leve, por lo que no se justifica su uso rutinario durante los primeros estadios del trastorno, al igual que la morbilidad asociada (24).
La laparoscopia logr� un gran �xito durante la d�cada de 1980 al revelar el sistema de categorizaci�n diagn�stica de Gainesville se aplica com�nmente en funci�n de los descubrimientos cl�nicos y epidemiol�gicos. Es relevante entender lo siguiente: Nivel I - salpingitis sin signos de peritonitis; Nivel II - salpingitis acompa�ada de peritonitis; Nivel III - existencia de un complejo tubo-ov�rico, dividido en A (hidros�lpinx) y B (absceso tubo-ov�rico); Nivel IV - ruptura de un absceso tubo-ov�rico; y Nivel V - cualquier nivel anterior, en combinaci�n con tuberculosis genital. (24).
Gremeau A y sus colaboradores en 2019 evaluaron los beneficios de la laparoscopia de revisi�n (SLL) en pacientes con EIP, realizaron un an�lisis retrospectivo en el Hospital Universitario de Clermont-Ferrand, que incluy� a todos los pacientes que se hab�an sometido a SLL despu�s de ser diagnosticados con PID. Tambi�n se recogieron las caracter�sticas de las pacientes y de la enfermedad, el tipo de tratamiento m�dico o quir�rgico inicial, las puntuaciones de adherencia (AFS) y tub�rica (MAGE) registradas durante SLL, y los resultados durante futuros embarazos (25).
El tratamiento se administr� a 76 pacientes. Durante la SLL, las pacientes con EIP en estadio 3 tuvieron una mayor tasa de adherencias graves que las mujeres con estadios 1 y 2 (63,6 % frente a 25 %, p = 0,01). Los pacientes con EIP en estadio 3 ten�an una mayor tasa de puntuaciones de Mage de 4 (25,8 % frente a 0 %, p = 0,001). El an�lisis multivariante encontr� que las mujeres en el estadio 3 tienen 17 veces m�s probabilidades que las pacientes en el estadio 1 de tener un alto grado de adherencias (OR [IC 95 %] = 17,4 [1,7; 1]) (25).
Se encontr� que una puntuaci�n de Mage de uno estaba relacionada con mayores tasas de embarazo y nacidos vivos. SLL parece tener beneficios para la preservaci�n de la fertilidad en situaciones de EPI grave con absceso tuboov�rico y puede recomendarse a personas con salpingitis en etapa 3 que desean quedar embarazadas.
Biomarcadores
Un biomarcador es una caracter�stica medible y objetiva utilizada para valorar el estado de salud de un organismo, diagnosticar enfermedades y monitorear su respuesta al tratamiento, pueden ser cualquier cosa, desde mol�culas hasta genes, prote�nas, c�lulas y caracter�sticas cl�nicas y de imagen (26).
En el contexto de la epidemiolog�a de la EIP, son especialmente �tiles porque permiten identificar y medir objetivamente la presencia, gravedad y progresi�n de la enfermedad es as� como se facilita el diagn�stico y tratamiento temprano al detectarla en sus etapas m�s tempranas. Esto es crucial ya que las primeras etapas de EIP pueden carecer de s�ntomas o mostrar s�ntomas inespec�ficos (26).
El uso de biomarcadores permite evaluar las reacciones de los pacientes al tratamiento y, si estos muestran una mejor�a, se puede inferir que el tratamiento est� funcionando. Asimismo, algunos biomarcadores pueden determinar qui�nes tienen mayor riesgo de desarrollar EIP, lo que facilita un seguimiento m�s profundo de estas personas o la implementaci�n de medidas preventivas (26).
Prote�na C-reactiva
Las citoquinas son mol�culas de se�alizaci�n liberadas por c�lulas infectadas o inflamatorias, como linfocitos T, macr�fagos, c�lulas mononucleares y c�lulas dendr�ticas estimulan al h�gado para que produzca la PCR, una prote�na que ayuda en la destrucci�n y eliminaci�n de los pat�genos y tejidos da�ados. Misma que act�a combin�ndose con los polisac�ridos C proveniente de la estructura celular bacteriana y la fosforilcolina presente en las membranas de algunos tipos de bacterias. Adem�s, activa el sistema del complemento, otra parte crucial del sistema inmunol�gico que trabaja para combatir las infecciones (27).
En este contexto cl�nico se desencadena una respuesta inflamatoria localizada en el tejido afectado, que suele estar causada por bacterias pat�genas como Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae (28).
La PCR en sangre indica c�mo est� reaccionando el sistema inmunitario a la infecci�n y qu� tan grave es la enfermedad. En el a�o 2014, Jaime Pascual y sus colaboradores hicieron un estudio en Espa�a sobre la utilidad de la PCR, analizando as� a 26 pacientes con EIP que estaban siendo ingresadas en el hospital, para ello les midieron la PCR al entrar y al salir para ver si el tratamiento con antibi�ticos funcionaba. Antes del ingreso, la PCR variaba de 50ml/L a 340ml/L, con una media de 300ml/L. Al alta, el valor medio de la PCR fue de 14,3 (15,9) mg/l, mientras que el valor medio al ingreso fue de 67,8 (77,4) mg/l as� se demuestra que la PCR se redujo significativamente despu�s del tratamiento con antibi�ticos en las pacientes con EIP (29).
Para evaluar la eficacia del tratamiento antibi�tico mediante PCR, solo un subconjunto de estos pacientes se someti� a una prueba previa al tratamiento. Los datos obtenidos confirmaron no se encontraron variaciones de importancia estad�stica en los valores de ninguno de los dos marcadores, determinados por la prueba de Kolmogorov-Smirnov (p = 0,2 para leucocitos y PCR) y la prueba de Shapiro-Wilk (p = 0,756 para leucocitos y p = 0,689 para PCR). Estos hallazgos respaldan la hip�tesis nula de que no se observan variaciones de relevancia estad�stica entre los valores antes y despu�s del tratamiento (p > 0,05) (29).
La duraci�n t�pica de una estad�a en el hospital es de seis d�as, pero para los pacientes quir�rgicos puede ser de hasta once. No se informaron muertes, sin embargo, una paciente embarazada tuvo un aborto al ingreso. El tratamiento con antibi�ticos tiene un impacto estad�sticamente significativo en la normalizaci�n del valor de PCR, �til para cuantificar el diagn�stico, gravedad y monitorizar la evoluci�n de la EIP. Los pacientes hospitalizados que recibieron tratamiento antibi�tico y en algunos casos cirug�a, la PCR mostr� una disminuci�n significativa despu�s del tratamiento (30).
Velocidad de sedimentaci�n globular (VSG)
Los niveles de VSG se elevan en presencia de actividad inflamatoria en el cuerpo. Aunque no es un m�todo de diagn�stico independiente, ha demostrado ser muy �til reconociendo y monitoreando la evoluci�n de las enfermedades inflamatorias. Un m�todo para analizar muestras de sangre consiste en dejar que los gl�bulos rojos se asienten en el fondo de un tubo largo y delgado. Los conglomerados de c�lulas, que son m�s densos que las c�lulas individuales y, por lo tanto, se sedimentan m�s r�pidamente, pueden ocurrir en presencia de inflamaci�n (31).
La VSG se calcula en base al recorrido de los eritrocitos en el lapso de una hora cuando caen a trav�s de un tubo experimental. La respuesta inflamatoria del cuerpo a una amenaza aumenta en proporci�n a la velocidad a la que disminuyen los recuentos de gl�bulos rojos. Estos datos son �tiles para comprender y rastrear la progresi�n de las enfermedades inflamatorias (31).
Los adultos suelen exhibir valores de la VSG oscila de 0 a 20 mm/h (mil�metros cada hora) en el caso de los varones y de 0 a 30 mm/h (mil�metros cada hora) en el caso de las damas. Cabe se�alar que estos valores pueden variar un poco seg�n la edad, el sexo y otros factores personales. Adem�s, otros factores como el grupo etario, la gestaci�n o la menstruaci�n pueden influir en los resultados, por lo que una VSG elevada no siempre es indicativa de una enfermedad o afecci�n m�dica (31).
Por lo general, se utiliza el m�todo Westergren para realizar la llamada. Este procedimiento requiere combinar 0,5 mililitros de citrato con 2 mililitros de sangre del paciente en un tubo de ensayo enzim�tico de 200 mm de largo y 2,5 mm de di�metro interno. Despu�s de una hora de reposo, se puede determinar la velocidad a la que los gl�bulos rojos han ca�do y sedimentado calculando la distancia en mil�metros desde el �rea libre de hematas. Si desea resultados precisos y confiables de su medici�n de VSG, debe hacerlo dentro de la primera hora (31).
Tabla 7: Revisi�n comparativa de ambas pruebas para medir la respuesta inflamatoria en la fase aguda de la EIP
PRUEBA |
VENTAJA |
DESVENTAJA |
VES |
Simplicidad, rapidez y bajo coste econ�mico. |
Sensibilidad baja, influenciada por la t�cnica o el tama�o de los hemat�es. |
PCR |
Aparici�n precoz ante inflamaci�n |
Coste elevado, rango amplio de referencia obligando a determinaci�n cuantificada, |
Elaborado por Karla del Cisne Armijos Sarango y Maylin Tatiana Carrillo P�rez.
Resultados
La EIP es una infecci�n polimicrobiana del aparato reproductor femenino que puede causar dolor p�lvico, fiebre, flujo vaginal anormal y complicaciones como infertilidad, embarazo ect�pico y abscesos tubo-ov�ricos. Se relaciona con enfermedades de transmisi�n sexual, principalmente por Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae, as� como por bacterias que causan la vaginosis bacteriana, como Gardnerella vaginalis y su diagn�stico es fundamentalmente cl�nico, basado en la anamnesis y el examen f�sico, pero puede ser complementado con la ecograf�a transvaginal, abdominal y la TC, que permiten visualizar las alteraciones anat�micas e inflamatorias de los �rganos p�lvicos, como el engrosamiento de las trompas de Falopio, el l�quido libre en el fondo de saco, los quistes ov�ricos y los abscesos tubo-ov�ricos.
La cantidad de l�quido que se considera anormal en la pelvis puede variar dependiendo del contexto cl�nico, por ejemplo, en una ecograf�a transvaginal si este supera los 5 ml puede ser indicativo de una EIP, no obstante, este l�quido debe ser extra�do y analizado para determinar la causa en espec�fico. Por otro lado, tenemos a los niveles de CA125 pueden estar elevados en estas pacientes con un valor mayor a 35 U/ml referente a la condici�n inflamatoria que la patolog�a desencadena.
Seg�n los criterios de Monif que incluye los hallazgos en la TC, para los pacientes con EIP en estadio I, menciona la presencia de salpingitis aguda sin peritonitis, con m�nima cantidad de l�quido libre y engrosamiento de las paredes tubulares, as� como el objetivo de tratamiento enfocado en el manejo de la infecci�n. En pacientes en estadio II, se�ala la presencia de salpingitis aguda con peritonitis, con l�quido libre en el fondo de saco, abscesos tabicados y el objetivo de conservar la fertilidad. Un estadio III indica la presencia de salpingitis con formaci�n de absceso tubo-ov�rico (ATO), con caracter�sticas espec�ficas en la TC como masa anexial s�lido qu�stica, dilataci�n tubal, edema y compromiso inflamatorio en �rganos adyacentes, con el objetivo de conservar el ovario. Finalmente, en estadio IV, menciona la presencia de absceso tubo ov�rico roto, con abscesos tubo-ov�ricos bilaterales, signos de peritonitis y el objetivo de salvar la vida de la paciente.
En el caso de la PCR antes del tratamiento los niveles pueden variar ampliamente, pero en el estudio de Jaime Pascual y colaboradores, se observaron valores medios de PCR que oscilaban entre 50 mg/L y 340 mg/L antes del tratamiento para la EIP. Despu�s del tratamiento con antibi�ticos, se observ� una reducci�n de aproximadamente 14,3 mg/L. En el caso de la VSG, las mujeres pueden estar en el rango de 0 a 30 mm/h siendo este valor variable seg�n la edad, el sexo y otros factores individuales
Discusi�n
Conforme a lo expuesto y representado gr�ficamente por la Asociaci�n de Radiolog�a M�dica de Espa�a, conocida como �SERAM� por el doc. Juan Jos� Delgado Moraleda la EPI desarrolla una semiolog�a cl�nica inespec�fica por ello la t�cnica de imagen permite el diagn�stico de la misma, siendo la m�s usada en sus inicios la ecograf�a transvaginal y abdominal es por ello que usamos estas bases para discutir las implicaciones en cuanto a la comparativa cl�nica de se manifiestan en situaciones de enfermedad leve, tales como salpingitis, ooforitis, endometritis y cervicitis, as� como en situaciones de enfermedad avanzada, como el piosalpinx y los abscesos tubo ov�ricos, siendo estos los mismos que nosotros datamos puesto que seguimos las mismas l�neas de investigaci�n cient�fica.
Chiara Di Tucci y sus colaboradores reconocen que, aunque la ecograf�a es valiosa, a veces puede resultar enga�osa, especialmente en mujeres j�venes es as� que se mencionan pruebas de laboratorio como CA125 para aclarar la etiolog�a sospechada mismo que se demuestra por Gabriel Levin y sus colaboradores en los 91 pacientes que presentaron niveles altos del mismo (32,33). el valor de p es 0.03, lo que sugiere que la asociaci�n entre el nivel de CA-125 y la inflamaci�n provocada por la EIP es estad�sticamente alto (33).
Nuestros hallazgos difieren de los de S�nchez-P�rez et al. (2018), quienes encontraron una alta prevalencia de la EIP en la atenci�n primaria de salud. Estas discrepancias podr�an deberse a que en nuestro estudio se consider� el uso combinado de t�cnicas de imagen, biomarcadores y pruebas moleculares para el diagn�stico de la EIP. En este sentido, el estudio de Rebar es relevante, ya que destaca la importancia de la laparoscopia en el manejo quir�rgico de la EIP severa (6).
Adem�s, nuestros resultados sobre el uso de la prote�na C-reactiva (PCR) y la procalcitonina para diagnosticar infecciones bacterianas son consistentes con los hallazgos de Hong IK et al. (2020), quienes encontraron que la procalcitoninina es un predictor temprano de la respuesta al tratamiento con antibi�ticos en pacientes con EIP. Sin embargo, Erenel H et al. sugieren que los niveles de procalcitonina tambi�n pueden ser �tiles para predecir el absceso tubo-ov�rico en pacientes con EIP aguda (9).
En cuanto a las pruebas moleculares, nuestro estudio coincide con el de Munr�sa et al. (2022), quienes demostraron la eficacia de una prueba molecular r�pida para detectar Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae en mujeres con EIP. Estos hallazgos subrayan la importancia de las pruebas moleculares en el diagn�stico de la EIP (11).
En relaci�n con las t�cnicas de imagen, nuestros resultados est�n en l�nea con los de Hussain S et al., quienes revisaron las aplicaciones y los factores de riesgo de las t�cnicas modernas de imagen en el campo m�dico. En particular, Testini V et al. (2022) destacan el papel de la ecograf�a y la resonancia magn�tica en la imagen de la endometriosis, mientras que El Agwany AS (2019) propone criterios sonogr�ficos para la curetaje uterino en casos de sospecha de neoplasia endometrial. Estos hallazgos son relevantes para nuestro estudio, ya que la EIP puede afectar el ciclo menstrual normal y provocar un engrosamiento del endometrio, que puede ser evaluado mediante ecograf�a transvaginal (13,14).
El uso de la ecograf�a transvaginal en el diagn�stico de la EIP es consistente con los de Nahlawi S y Gari N (2022), quienes proporcionaron una evaluaci�n detallada de la sonograf�a transvaginal, sus protocolos y su interpretaci�n. Sin embargo, nuestro estudio tambi�n destaca la importancia de combinar la ecograf�a transvaginal con otros biomarcadores y pruebas moleculares para mejorar la precisi�n del diagn�stico (19).
En este sentido, los estudios de Zhang M et al. (2021) y Knowlton CA et al. (2023) son relevantes, ya que destacan los roles del CA125 en el diagn�stico, la predicci�n y la oncog�nesis del c�ncer de ovario (20,21). Aunque el CA125 se utiliza com�nmente como un marcador tumoral en el c�ncer de ovario, Parkash J et al. (2023) sugieren que los niveles elevados de CA125 tambi�n pueden ser una reacci�n a la infecci�n de la EIP, lo que subraya la necesidad de interpretar los resultados del CA125 en el contexto cl�nico adecuado (22). Es as� que el uso de la tomograf�a computada en el diagn�stico de la EIP coincide con los de Schiappacasse FG et al. (2014), quienes realizaron una revisi�n pictogr�fica de la infecci�n del tracto genital superior femenino utilizando la tomograf�a computada (23).
Por �ltimo, en relaci�n con el manejo de la EIP, nuestro estudio coincide con el de Gremeau AS et al. (2019), quienes demostraron los beneficios de la laparoscopia de segunda mirada en el manejo de la EIP (25). Estos hallazgos subrayan la importancia de un enfoque integral en el diagn�stico y el manejo de la EIP, que incluye la ecograf�a transvaginal, los biomarcadores como el CA125, las pruebas moleculares y la laparoscopia.
Conclusi�n
La evaluaci�n integral de la EIP requiere la combinaci�n de m�ltiples enfoques diagn�sticos, incluyendo m�todos de visualizaci�n como la sonograf�a transvaginal, abdominal y la tomograf�a computarizada que permitan detectar alteraciones anat�micas, evaluar el grado de inflamaci�n y guiar la toma de decisiones cl�nicas. Adem�s, el uso de biomarcadores como la PCR que indica la presencia, la gravedad y la respuesta al tratamiento d la VSG que desempe�an un papel crucial en la identificaci�n temprana.
Cristina P�rez Sorbe comenta sobre los m�todos de diagn�stico de imagen m�s utilizados para la EIP son la ecograf�a transvaginal que muestra signos de EIP como engrosamiento de las trompas de Falopio, fluido sin restricciones en el espacio de Douglas, quistes ov�ricos complejos y abscesos tubo-ov�ricos. Y la TC puede mostrar signos de EIP como engrosamiento de las trompas de Falopio, realce anormal de las trompas, l�quido libre en la cavidad peritoneal, inflamaci�n del tejido graso peritoneal y abscesos tubo-ov�ricos por ello ambos m�todos que son r�pidos, no invasivos y ampliamente disponibles se los consideran los Gold Standard.
Los m�todos de diagn�stico de imagen menos utilizados para la EIP son la RM, la laparoscopia y la histerosalpingograf�a, ya que son m�s costosos, menos disponibles o m�s invasivos. La RM puede mostrar signos de EIP similares a los de la TC, pero con mayor resoluci�n y contraste de los tejidos blandos. La laparoscopia puede mostrar signos de EIP como adherencias, pus, eritema y edema de las trompas de Falopio, pero requiere anestesia general y tiene riesgos de complicaciones quir�rgicas. La histerosalpingograf�a puede mostrar signos de EIP como obstrucci�n, dilataci�n, irregularidad y relleno defectuoso de las trompas de Falopio, pero es dolorosa, requiere exposici�n a radiaci�n y puede causar infecciones o reacciones al�rgicas.
La PCR confirma la presencia de inflamaci�n en la EIP y eval�a la respuesta al tratamiento, mientras que la VSG mide la velocidad de asentamiento de gl�bulos rojos, indicando inflamaci�n sist�mica en el cuerpo. Comprender el impacto en el bienestar y el nivel de vida de las mujeres afectadas puede ayudar a desarrollar estrategias integrales con el objetivo de optimizar el control del padecimiento y proporcionar un cuidado m�s personalizado. Estos avances representan un paso significativo hacia la optimizaci�n del cuidado sanitario en el �mbito de la medicina ginecol�gica, mejorando la experiencia de las pacientes y contribuyendo a la prevenci�n de complicaciones asociadas con la EIP. La informaci�n sobre CA125 es importante para comprender los marcadores biol�gicos que se utilizan en el diagn�stico de la EIP y aunque un aumento en los niveles de CA125 puede indicar inflamaci�n, tambi�n puede estar presente en otras condiciones, como endometriosis, fibromas uterinos y quistes ov�ricos. Por lo tanto, se debe considerar junto con otros factores cl�nicos y pruebas para un diagn�stico preciso.
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