El metaneumovirus aviar características, prevención, tratamiento y vigilancia zoosanitaria
Resumen
El Metaneumovirus aviar (MPVa), miembro de la familia Pneumoviridae y de la orden Mononegavirales, presenta subtipos A, B, C y D, desencadenando el síndrome de la cabeza hinchada (SHS), también conocido como Rinotraqueitis aviar. Los signos clínicos en aves de postura abarcan la disminución en la producción de huevos, cascarón descolorido e infección del oído en aves de postura; secreción nasal clara, ojos lacrimosos, exudado nasal turbio y tos seca en pavos; congestión traqueal, sacudidas con secreción nasal en patos; y en pollos de engorde, hipertrofia e hiperplasia de las glándulas mucosas, hinchazón facial por exudados en los senos paranasales y tortícolis. El diagnóstico se lleva a cabo mediante pruebas de ELISA y PCR. La respuesta innata de las aves ante patógenos implica la piel y plumas como barreras protectoras, así como las mucosas, que bloquean el paso de bacterias y virus. Los heterófilos, fagocitos esenciales, desencadenan la inmunidad innata, mientras que, en la adquirida, las células B y T juegan un papel fundamental. Los linfocitos B maduran en la bolsa de Fabricio, produciendo anticuerpos IgG, IgY, IgM e IgA. Las medidas de control para el MPVa incluyen el uso de antibióticos, prácticas de higiene, ventilación adecuada, gestión de densidad y programas de bioseguridad. La vigilancia zoosanitaria, responsabilidad de Agrocalidad, requiere notificaciones según las pautas de la OIE. La vacunación, fundamental para prevenir la enfermedad, se realiza con vacunas vivas y atenuadas, siguiendo un plan integral. Estas acciones buscan mitigar la prevalencia del MPVa y preservar la salud avícola en su conjunto.